[Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
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Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
¡Gracias!
Jaja creí que no volverías a postear tu quinto capítulo.
Me emocionará la parte de el otro capítulo por lo siguiente:
- El dragón Krayt es difícil de vencer debido a que su piel es demasiado gruesa y el sable láser no lo penetra (Eso dice tu maestro jaja).
- ¿Cómo lo matarás?
Esto se pone re emocionante.
Es uno de los mejores roleos que he leído.
Síguelo por favor.
PD: Lo siento por ser tan pesado para que lo pusieras pero es que si lo hago es porque me gustó mucho.
Jaja creí que no volverías a postear tu quinto capítulo.
Me emocionará la parte de el otro capítulo por lo siguiente:
- El dragón Krayt es difícil de vencer debido a que su piel es demasiado gruesa y el sable láser no lo penetra (Eso dice tu maestro jaja).
- ¿Cómo lo matarás?
Esto se pone re emocionante.
Es uno de los mejores roleos que he leído.
Síguelo por favor.
PD: Lo siento por ser tan pesado para que lo pusieras pero es que si lo hago es porque me gustó mucho.
:)- Mensajes : 1324
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Me gusto demaciado tu roleo Tayron.
Saludos
Saludos
Invitado- Invitado
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Buen roleo tairon un saludo
Tenium.- Mensajes : 1147
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Buen Roleo, Tairon.
Cortossis.- Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Muy buen roleo Tairon, la verdad, te felicito.
Rezov- Mensajes : 659
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Muy bonito, me gusto muchísimo. Felicidades.
Horus- Mensajes : 1399
Fecha de inscripción : 22/08/2011
Edad : 29
Localización : Venezuela
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Capítulo Seis - La Muerte del Dragón.
Un fuerte rugido, tal y como los anteriores, hizo estallar el ambiente de aquellos desolados parajes arenosos, pero no fue suficiente como para intimidarme.
Comenzé a caminar lenta, pero firmemente hacia él, con la mirada puesta en sus ojos, para evitar que se me adelantara.
Mientras caminaba hacia aquella gran criatura, pensaba en muchas cosas, hasta que caí en el pensamiento de que mi único medio de moverme por Tatooine y de salir de aquellas dunas estaba bajo aquel Dragón.
- Mierda... - Susurré - No puedo correr el riesgo de que dañe el deslizador, sino, no podré salir de aquí...
Me detuve en seco, y con una mirada de asco, rastreé al Dragón, intentando averiguar la forma de apartarlo del deslizador.
De pronto, una malévola sonrisa se esbozó en mi rostro... sabía como apartarle de allí.
Apagé mi Sable Láser, y lo colgué en mi cinturón.
Me puse firme, y cerré los ojos, concetrándome.
Lentamente, comenzé a elevar mis brazos, hasta que, ambas manos se juntaron.
Los midiclorianos comenzaron a concentrarse en mis manos, y el poder crecía más y más en esa parte, lo notaba.
Aceleré mi respiración un poco, debido al esfuerzo que estaba realizando.
Tras eso, abrí mis ojos, y de reojo, miré al Dragón.
Elevé el labio superior, expresando mi ira, y, entonces, eché hacia atrás mi pierna izquierda.
Estiré del todo los dos brazos, y, de pronto, unos extraños rayos oscuros partieron de mis manos con un poder gigantesco.
La herida impactó en la cara de aquel Dragón, y entonces, un grito de
rabia emanó de mi boca, aumentando así el poder de mi ataque.
Al principio no parecía afectarle en absoluto, pero cuando aumenté la fuerza, comenzó a notarlo.
De pronto, se estiró, y rugió igual de fuerte que antes.
Tras terminar, cayó al suelo de nuevo, y me miró fijamente.
Acto seguido, se lanzó contra mí.
Sus cuatro patas se movían ágilmente hacia mí, y de una forma
increíblemente feroz, pero había logrado mi objetivo, apartarlo del
deslizador.
- ¡Así me gusta! - Le grité, con una sonrisa en la cara.
Me eché hacia atrás, esperando el momento adecuado para realizar mi acción contra aquella bestia.
Cada vez corría más y más, y salvaba la distancia que había entre él y yo más rápidamente.
Cuando ví que estaba a pocos metros de mí, fui a realizar la acción de saltar a su lomo, pero se me adelantó.
Saltó ferozmente hacia arriba, impidiéndome a mí saltar sobre él.
Aborté mi acción, y intenté correr a un lado, pero estaba demasiado
cerca, y no pude salvar la distancia suficiente, de modo que me tiré al
suelo, y comenzé a arrastrarme hacia la izquierda.
En unos segundos, cayó justo al lado mío de un fuerte golpe, el cual me rebotó en la cabeza.
Se giró, y lanzó una de sus zarpas contra mí.
- ¡Agh! - Grité.
Golpeé los codos contra el suelo
para poder levantarme rápidamente, y, de esa forma, salté hacia un lado
para esquivar su ataque.
Lo falló, y entonces giró la cabeza hacia mí.
- ¡Vamos estúpida bestia, cógeme si eres capaz!
Me miró, y esbozo una cruel y rabiosa cara, como si me entendiera a la perfección.
Sin girar su cuerpo, saltó de nuevo hacia mí, pero esta vez era yo el que tenía la ventaja... o no.
Me preparé, y cuando lo ví conveniente, salté hacia mi derecha para
esquivar su ataque, pero no sabía como, él se me adelantó de nuevo... me
leyó el pensamiento.
A medio camino, detuvo su ataque, y se giró contra mí.
De un zarpazo, me lanzó varios metros hacia atrás hasta estrellarme con una afilada roca.
- ¡Ahg, hijo de puta! - Grité.
Apoyé las manos en la roca para levantarme, pero flaqueé y volví a caer al suelo.
Miré mis brazos, y estaban magullados por el golpe.
De nuevo, hize fuerza para levantarme, y lo conseguí.
Notaba algo que me molestaba en la barbilla y por toda la cara, así que
llevé mi mano derecha para averiguar que era, y, cuando regresé mi mano
lejos de mi cara, observé lo que era.
Estaba completamente lleno de sangre, mi cara estaba totalmente arañada y rajada por el zarpazo de aquel bicho.
- Maldito cabrón... - Susurré.
Comenzé a caminar hacia delante, increiblemente furioso por aquello.
- Ahora si que vas a morir... o... no lo dudes, vas a morir... - Susurré, como si me escuchara y entendiera.
De nuevo, un rugido inundó el lugar, pero no me afectó en absoluto.
Continué caminando hacia aquella bestia al mismo ritmo.
- Veo que no te gustó lo de antes, ¿eh? ¡Pues te vas a joder! - Grité.
Mientras caminaba, llevaba ambas manos junto a la cintura, y entonces, comenzaron a iluminarse.
Empezaron a ser rodeadas por una cegadora luz azul, y con ellas, ese efecto comenzó a expandirse a mis brazos.
Llevaba la mirada cabizbaja, y llena de ira, mientras me acercaba al Dragón.
Mi respiración, poco a poco, comenzó a volverse de nuevo rápida y acelerada.
- ¡Dí adiós! - Le grité nuevamente.
Acto seguido, elevé ambos brazos, y de ellos, unos poderosos rayos de la fuerza salieron directamente contra el Dragón Krayt.
En un instante, le rodeó por completo, y atravesó su espesa capa de piel.
Elevó violentamente su cabeza, y rugió ferozmente, de dolor y de ira a la vez.
- ¡Sufre asqueroso mamón!
A pesar del dolor y fatiga que estaba
sufriendo, consigió bajar la mirada hacia mí, y, en los ojos, se le
notaba la gran ira que estaba creciendo en él contra mí... debía matarle
sino quería que él me lo hiziera antes a mí.
Un nuevo grito de ira emanó de mí, esta vez más fuerte que el anterior.
Notaba que me quedaba sin voz debido a aquello, pero mi rabia era demasiado grande como para detenerme.
El Dragón zarandeaba su cabeza, intentando librarse de mi ataque, sin poder conseguirlo.
Poco a poco, comenzaba a notarme más y más cansado.
Aquel ataque que le lanzaba era poderoso, pero me consumía poco a poco, y no quería que lo hiziera del todo.
Detuve mi ataque en seco, y caí de rodillas al suelo, agotado por el esfuerzo.
Bajé la cabeza, y miré la arena de aquel lugar.
Intentaba recuperar aire para poder levantarme, pero me costaba.
Elevé nimiamente mi mirada hacia el Dragón, y le observé atentamente.
Me miraba con desprecio y con ira, pero no podía atacarme.
Parecía totalemente estable, como si mi ataque no hubiera influido en él, pero yo notaba lo contrario.
Le notaba débil, bastante débil... ya había perdido mucha energía, y ese era mi momento, antes de que se recuperara.
Elevé una rodilla e intenté levantarme del todo, pero me costaba muchísimo, aunque lo conseguí.
- ¡Ha llegado tu hora, maldita bestia!
Volví a limpiarme la sangre que emanaba de mi nariz y de los arañazos que tenía por toda la cara, y aumente mi poder.
Cerré mis ojos, y me concentré.
Comenzé a expandir los midiclorianos por todo mi cuerpo y entonces, de pronto, salí lanzado contra el Dragón.
Mediante la fuerza, aumenté mi velocidad, y comenzé a correr hacia aquella bestia.
Me observaba, incapaz de poder hacer nada en ese momento.
Rápidamente, mediante la Fuerza, recuperé mi Sable Láser del cinturón,
lo prendí, y, con todas las fuerzas que aún me quedaban, salté hacia el
lomo de aquel gran Dragón.
Esta vez, conseguí caer sobre él, e intenté incrustar mi Sable en su dura piel, pero fuel inútil.
- Mierda... si quiero acabar con él y robarle las perlas tendré que hacerle daño de verdad...
Comenzé a correr por toda su espalda, dirigiéndome hacia su cabeza.
Al llegar al cuello, salté y me agarré a uno de los cuernos que tenía.
Él ya me notó, y entonces comenzó a zarandear la cabeza.
- ¡Estate quieto maldita sea! - Grité furioso.
No podía moverme de allí, tenía
que mantenerme bien agarrado o saldría lanzado por los aires, pero nada,
no se paraba, era inútil, así que tendría que actuar yo primero.
- ¡Ahora verás lo que es dolor, maldita bestia, vas a morir!
Me incliné, aún agarrado al cuerno, y, de un gran salto, atravesé toda su cabeza, y acabé en su cara.
Me agarré a un pequeño cuerno que tenía al inicio del rostro, y me sostuve ahí.
Giré mi Sable Láser en el aire, y le atrevesé uno de sus ojos.
En ese momento, debido al dolor que le inflingí, elevó la mitad de su
cuerpo, y entonces fue cuando rugió más fuerte que nunca, y de lo que
nunca antes había escuchado.
Debido a la gran fuerza que estaba haciendo la bestia en ese momento, me
solté del cuerno, y comenzé a caer hacia atrás, es decir, a recorrer su
cabeza de nuevo.
Mientras iba por el aire, me giré para ver lo que había tras de mí, y
adonde podía agarrarme, y entonces, observé mi salvación y la vez mi
objetivo.
Cogí el Sable Láser con las dos manos, y con todas mis fuerzas lo incrusté en una de las brillantes mollejas del Dragón Krayt.
- ¡Sí, aquí está! - Dije, eufórico.
Llevé mi mano izquierda a mi cinturón, para extraer otro Sable, pero no lo conseguí.
Agarré el Sable, pero debido al zarandeo que me provocó el Dragón, se me
cayó al suelo, y entonces, el Sable que me sujetaba a aquella bestia se
salió de su lugar y comente a caer de nuevo.
Ahora estaba cayendo por la espalda, y no tenía a donde agarrarme.
En unos segundos, recorrí todo su cuerpo, y acabé en la cola.
Al observar una escama salida, conseguí agarrarme a ella, y ahí me sostuve.
Pero me dí cuenta de que allí era mucho peor el movimiento.
Clavé mi Sable en la cola, lo que le produjo más dolor, pero conseguí sujetarme mejor que la anterior vez.
Cuando le produje ese otro corte, elevó su cola hacia arriba, y mi Sable
se apagó, haciendo que saliera lanzado hacia el frente de nuevo.
Intenté agarrarme a uno de los cuernos de la cabeza, pero no los
alcanzé, y entonces, atravesé toda su cabeza y caí al suelo, delante de
él.
De pronto, la gran bestia detuvo su zarandeo, y me miró furioso... ahora
yo estaba a su merced, y no iba a desaprovechar el momento.
Mostró sus dientes enrabiado, y lanzó su cabeza contra mí, abriendo la boca de par en par para intentar devorarme.
Intenté levantarme, pero no lo conseguí, me había dañado la pierna derecha al caer.
Ya estaba a pocos metros de mí cuando, observando su boca atentamente, me dí cuenta de esa debilidad.
Prendí mi Sable Láser, y cuando ya estaba justo enfrente mío, lo elevé y
corté una de las uniones que había en su boca, entre la mandíbula
superior y la inferior.
Me agarré a un cuerno que tenía por la parte superior de la boca, y me impulsé gracias a él.
Observé el ojo que le había dañado, y estaba casi vizco, pero aún podía ver por él.
- Ahora verás, maldita bestia...
Salté hacia el mismo ojo, y denuevo, incrusté mi Sable en él.
Al instante, me giré, y nuevo, incrusté mi Sable Láser en su otro ojo.
Eso le produjo un dolor increíblemente grande, y debido a la fuerza que hizo al elevar su cabeza, caí de nuevo al suelo.
Al terminar de elevarse, volvió a mirarme, y aún más furioso que antes, lanzó de nuevo su cabeza contra mí.
Ya no sabía que hacer, tenía que acabar con él cuanto antes, pero no sabía como.
Comenzé a mirar a mis lados, para buscar algo, y entonces, observé mi otro Sable Láser a unos metros de distancia.
Con una dura expresión de ira, miré de nuevo al Dragón, y hallé la solución.
- ¡Ha llegado la hora de rematarte! - Grité.
Acto seguido, atraí el Sable Láser que estaba en el suelo, lo Prendí, y salté directamente hacia la cabeza de la bestia.
Ondeé ambos Sables, y comenzé a girarme sobre mí mismo para aumentar mi fuerza de impacto.
Ya estaba a escasos metros del rostro del Dragón cuando, en el aire, me giré violentamente, y caí de pie sobre el morri de éste.
Grité ferozmente, y elevé mis Sables Láser.
Tras eso, lo ondeé, y lanzé el ataque con los dos Sables juntos.
Ambos sables se incrustaron en el morro de la bestia, inflingiéndole un tremendo dolor.
De pronto, elevó su cabeza violentamente, y me lanzó hacia la parte superior de ésta.
Sin separar los Sables de la cabeza, salí lanzado hacia atrás.
Los Sables le desgarraron la cara, entera y totalmente.
Tras llegar al final de su cabeza, donde la piel comenzaba a
endurecerse, saqué los Sables y salté hacia atrás, cayendo junto a las
mollejas de la bestia.
Esta vez no emitió ningún rugido... ningún movimiento violento... nada... solo un bufido.
Acto seguido, noté como descendía rápidamente, y de pronto, un fuerte
golpe me hizo caerme de aquella bestia, y caí al suelo, aunque ya estaba
cerca.
Me levanté, y miré detrás mía.
El Dragón Krayt estaba ya, muerto y sin vida, tirado en el suelo.
- ¡Al fin, AL FIN! - Grité, más eufórico que antes incluso.
Salté al cuello de la bestia, y lo recorrí con la mirada.
De nuevo, salté hacia la cabeza de la bestia, y observé las mollejas que allí se hallaban.
- Será mejor que le robe la perla ahora, antes de que desaparezca tras la muerte del Dragón... - Susurré.
Caminé lentamente hacia la molleja que brillaba intensamente.
Comenzé a girar los Sables rápidamente, y, cuando ví como hacer el
corte, los lanzé contra la molleja, cortándola y dejando a la vista lo
que ocultaba.
Rápidamente, apagué mis Sables Láser, y los colgué en mi cinturón.
Elevé mis brazos, y, mediante la Fuerza, hize levitar aquella perfecta esfera, que brillaba de tal forma.
La elevé, y la coloqué ante mí.
- Al fin... ya es mía...
Caí
al suelo, aún haciendo levitar la perla, y, debido al cansancio, y a la
vez alivio, caí de rodillas al suelo, observando hipnotizado el objeto.
- Al fin es mía la Perla Krayt... - Dije, esbozando una sonrisa de satisfacción.
------------------------------------------------------------------
Obtengo:
- Una Perla Krayt.
(He de aclarar: La escena en la que mato al dragón es un tanto violenta y
''dura'' xD, debido a que lo hize con prisas y demás, pero creo que lo hize bien.
Igualmente también quiero aclarar que este roleo es para obtener, principalmente, dicha Perla, y que el roleo no acaba aquí, así que también me gustaría que tuviera eso en cuenta a la hora de legalizarlo / no legalizarlo).
Un fuerte rugido, tal y como los anteriores, hizo estallar el ambiente de aquellos desolados parajes arenosos, pero no fue suficiente como para intimidarme.
Comenzé a caminar lenta, pero firmemente hacia él, con la mirada puesta en sus ojos, para evitar que se me adelantara.
Mientras caminaba hacia aquella gran criatura, pensaba en muchas cosas, hasta que caí en el pensamiento de que mi único medio de moverme por Tatooine y de salir de aquellas dunas estaba bajo aquel Dragón.
- Mierda... - Susurré - No puedo correr el riesgo de que dañe el deslizador, sino, no podré salir de aquí...
Me detuve en seco, y con una mirada de asco, rastreé al Dragón, intentando averiguar la forma de apartarlo del deslizador.
De pronto, una malévola sonrisa se esbozó en mi rostro... sabía como apartarle de allí.
Apagé mi Sable Láser, y lo colgué en mi cinturón.
Me puse firme, y cerré los ojos, concetrándome.
Lentamente, comenzé a elevar mis brazos, hasta que, ambas manos se juntaron.
Los midiclorianos comenzaron a concentrarse en mis manos, y el poder crecía más y más en esa parte, lo notaba.
Aceleré mi respiración un poco, debido al esfuerzo que estaba realizando.
Tras eso, abrí mis ojos, y de reojo, miré al Dragón.
Elevé el labio superior, expresando mi ira, y, entonces, eché hacia atrás mi pierna izquierda.
Estiré del todo los dos brazos, y, de pronto, unos extraños rayos oscuros partieron de mis manos con un poder gigantesco.
La herida impactó en la cara de aquel Dragón, y entonces, un grito de
rabia emanó de mi boca, aumentando así el poder de mi ataque.
Al principio no parecía afectarle en absoluto, pero cuando aumenté la fuerza, comenzó a notarlo.
De pronto, se estiró, y rugió igual de fuerte que antes.
Tras terminar, cayó al suelo de nuevo, y me miró fijamente.
Acto seguido, se lanzó contra mí.
Sus cuatro patas se movían ágilmente hacia mí, y de una forma
increíblemente feroz, pero había logrado mi objetivo, apartarlo del
deslizador.
- ¡Así me gusta! - Le grité, con una sonrisa en la cara.
Me eché hacia atrás, esperando el momento adecuado para realizar mi acción contra aquella bestia.
Cada vez corría más y más, y salvaba la distancia que había entre él y yo más rápidamente.
Cuando ví que estaba a pocos metros de mí, fui a realizar la acción de saltar a su lomo, pero se me adelantó.
Saltó ferozmente hacia arriba, impidiéndome a mí saltar sobre él.
Aborté mi acción, y intenté correr a un lado, pero estaba demasiado
cerca, y no pude salvar la distancia suficiente, de modo que me tiré al
suelo, y comenzé a arrastrarme hacia la izquierda.
En unos segundos, cayó justo al lado mío de un fuerte golpe, el cual me rebotó en la cabeza.
Se giró, y lanzó una de sus zarpas contra mí.
- ¡Agh! - Grité.
Golpeé los codos contra el suelo
para poder levantarme rápidamente, y, de esa forma, salté hacia un lado
para esquivar su ataque.
Lo falló, y entonces giró la cabeza hacia mí.
- ¡Vamos estúpida bestia, cógeme si eres capaz!
Me miró, y esbozo una cruel y rabiosa cara, como si me entendiera a la perfección.
Sin girar su cuerpo, saltó de nuevo hacia mí, pero esta vez era yo el que tenía la ventaja... o no.
Me preparé, y cuando lo ví conveniente, salté hacia mi derecha para
esquivar su ataque, pero no sabía como, él se me adelantó de nuevo... me
leyó el pensamiento.
A medio camino, detuvo su ataque, y se giró contra mí.
De un zarpazo, me lanzó varios metros hacia atrás hasta estrellarme con una afilada roca.
- ¡Ahg, hijo de puta! - Grité.
Apoyé las manos en la roca para levantarme, pero flaqueé y volví a caer al suelo.
Miré mis brazos, y estaban magullados por el golpe.
De nuevo, hize fuerza para levantarme, y lo conseguí.
Notaba algo que me molestaba en la barbilla y por toda la cara, así que
llevé mi mano derecha para averiguar que era, y, cuando regresé mi mano
lejos de mi cara, observé lo que era.
Estaba completamente lleno de sangre, mi cara estaba totalmente arañada y rajada por el zarpazo de aquel bicho.
- Maldito cabrón... - Susurré.
Comenzé a caminar hacia delante, increiblemente furioso por aquello.
- Ahora si que vas a morir... o... no lo dudes, vas a morir... - Susurré, como si me escuchara y entendiera.
De nuevo, un rugido inundó el lugar, pero no me afectó en absoluto.
Continué caminando hacia aquella bestia al mismo ritmo.
- Veo que no te gustó lo de antes, ¿eh? ¡Pues te vas a joder! - Grité.
Mientras caminaba, llevaba ambas manos junto a la cintura, y entonces, comenzaron a iluminarse.
Empezaron a ser rodeadas por una cegadora luz azul, y con ellas, ese efecto comenzó a expandirse a mis brazos.
Llevaba la mirada cabizbaja, y llena de ira, mientras me acercaba al Dragón.
Mi respiración, poco a poco, comenzó a volverse de nuevo rápida y acelerada.
- ¡Dí adiós! - Le grité nuevamente.
Acto seguido, elevé ambos brazos, y de ellos, unos poderosos rayos de la fuerza salieron directamente contra el Dragón Krayt.
En un instante, le rodeó por completo, y atravesó su espesa capa de piel.
Elevó violentamente su cabeza, y rugió ferozmente, de dolor y de ira a la vez.
- ¡Sufre asqueroso mamón!
A pesar del dolor y fatiga que estaba
sufriendo, consigió bajar la mirada hacia mí, y, en los ojos, se le
notaba la gran ira que estaba creciendo en él contra mí... debía matarle
sino quería que él me lo hiziera antes a mí.
Un nuevo grito de ira emanó de mí, esta vez más fuerte que el anterior.
Notaba que me quedaba sin voz debido a aquello, pero mi rabia era demasiado grande como para detenerme.
El Dragón zarandeaba su cabeza, intentando librarse de mi ataque, sin poder conseguirlo.
Poco a poco, comenzaba a notarme más y más cansado.
Aquel ataque que le lanzaba era poderoso, pero me consumía poco a poco, y no quería que lo hiziera del todo.
Detuve mi ataque en seco, y caí de rodillas al suelo, agotado por el esfuerzo.
Bajé la cabeza, y miré la arena de aquel lugar.
Intentaba recuperar aire para poder levantarme, pero me costaba.
Elevé nimiamente mi mirada hacia el Dragón, y le observé atentamente.
Me miraba con desprecio y con ira, pero no podía atacarme.
Parecía totalemente estable, como si mi ataque no hubiera influido en él, pero yo notaba lo contrario.
Le notaba débil, bastante débil... ya había perdido mucha energía, y ese era mi momento, antes de que se recuperara.
Elevé una rodilla e intenté levantarme del todo, pero me costaba muchísimo, aunque lo conseguí.
- ¡Ha llegado tu hora, maldita bestia!
Volví a limpiarme la sangre que emanaba de mi nariz y de los arañazos que tenía por toda la cara, y aumente mi poder.
Cerré mis ojos, y me concentré.
Comenzé a expandir los midiclorianos por todo mi cuerpo y entonces, de pronto, salí lanzado contra el Dragón.
Mediante la fuerza, aumenté mi velocidad, y comenzé a correr hacia aquella bestia.
Me observaba, incapaz de poder hacer nada en ese momento.
Rápidamente, mediante la Fuerza, recuperé mi Sable Láser del cinturón,
lo prendí, y, con todas las fuerzas que aún me quedaban, salté hacia el
lomo de aquel gran Dragón.
Esta vez, conseguí caer sobre él, e intenté incrustar mi Sable en su dura piel, pero fuel inútil.
- Mierda... si quiero acabar con él y robarle las perlas tendré que hacerle daño de verdad...
Comenzé a correr por toda su espalda, dirigiéndome hacia su cabeza.
Al llegar al cuello, salté y me agarré a uno de los cuernos que tenía.
Él ya me notó, y entonces comenzó a zarandear la cabeza.
- ¡Estate quieto maldita sea! - Grité furioso.
No podía moverme de allí, tenía
que mantenerme bien agarrado o saldría lanzado por los aires, pero nada,
no se paraba, era inútil, así que tendría que actuar yo primero.
- ¡Ahora verás lo que es dolor, maldita bestia, vas a morir!
Me incliné, aún agarrado al cuerno, y, de un gran salto, atravesé toda su cabeza, y acabé en su cara.
Me agarré a un pequeño cuerno que tenía al inicio del rostro, y me sostuve ahí.
Giré mi Sable Láser en el aire, y le atrevesé uno de sus ojos.
En ese momento, debido al dolor que le inflingí, elevó la mitad de su
cuerpo, y entonces fue cuando rugió más fuerte que nunca, y de lo que
nunca antes había escuchado.
Debido a la gran fuerza que estaba haciendo la bestia en ese momento, me
solté del cuerno, y comenzé a caer hacia atrás, es decir, a recorrer su
cabeza de nuevo.
Mientras iba por el aire, me giré para ver lo que había tras de mí, y
adonde podía agarrarme, y entonces, observé mi salvación y la vez mi
objetivo.
Cogí el Sable Láser con las dos manos, y con todas mis fuerzas lo incrusté en una de las brillantes mollejas del Dragón Krayt.
- ¡Sí, aquí está! - Dije, eufórico.
Llevé mi mano izquierda a mi cinturón, para extraer otro Sable, pero no lo conseguí.
Agarré el Sable, pero debido al zarandeo que me provocó el Dragón, se me
cayó al suelo, y entonces, el Sable que me sujetaba a aquella bestia se
salió de su lugar y comente a caer de nuevo.
Ahora estaba cayendo por la espalda, y no tenía a donde agarrarme.
En unos segundos, recorrí todo su cuerpo, y acabé en la cola.
Al observar una escama salida, conseguí agarrarme a ella, y ahí me sostuve.
Pero me dí cuenta de que allí era mucho peor el movimiento.
Clavé mi Sable en la cola, lo que le produjo más dolor, pero conseguí sujetarme mejor que la anterior vez.
Cuando le produje ese otro corte, elevó su cola hacia arriba, y mi Sable
se apagó, haciendo que saliera lanzado hacia el frente de nuevo.
Intenté agarrarme a uno de los cuernos de la cabeza, pero no los
alcanzé, y entonces, atravesé toda su cabeza y caí al suelo, delante de
él.
De pronto, la gran bestia detuvo su zarandeo, y me miró furioso... ahora
yo estaba a su merced, y no iba a desaprovechar el momento.
Mostró sus dientes enrabiado, y lanzó su cabeza contra mí, abriendo la boca de par en par para intentar devorarme.
Intenté levantarme, pero no lo conseguí, me había dañado la pierna derecha al caer.
Ya estaba a pocos metros de mí cuando, observando su boca atentamente, me dí cuenta de esa debilidad.
Prendí mi Sable Láser, y cuando ya estaba justo enfrente mío, lo elevé y
corté una de las uniones que había en su boca, entre la mandíbula
superior y la inferior.
Me agarré a un cuerno que tenía por la parte superior de la boca, y me impulsé gracias a él.
Observé el ojo que le había dañado, y estaba casi vizco, pero aún podía ver por él.
- Ahora verás, maldita bestia...
Salté hacia el mismo ojo, y denuevo, incrusté mi Sable en él.
Al instante, me giré, y nuevo, incrusté mi Sable Láser en su otro ojo.
Eso le produjo un dolor increíblemente grande, y debido a la fuerza que hizo al elevar su cabeza, caí de nuevo al suelo.
Al terminar de elevarse, volvió a mirarme, y aún más furioso que antes, lanzó de nuevo su cabeza contra mí.
Ya no sabía que hacer, tenía que acabar con él cuanto antes, pero no sabía como.
Comenzé a mirar a mis lados, para buscar algo, y entonces, observé mi otro Sable Láser a unos metros de distancia.
Con una dura expresión de ira, miré de nuevo al Dragón, y hallé la solución.
- ¡Ha llegado la hora de rematarte! - Grité.
Acto seguido, atraí el Sable Láser que estaba en el suelo, lo Prendí, y salté directamente hacia la cabeza de la bestia.
Ondeé ambos Sables, y comenzé a girarme sobre mí mismo para aumentar mi fuerza de impacto.
Ya estaba a escasos metros del rostro del Dragón cuando, en el aire, me giré violentamente, y caí de pie sobre el morri de éste.
Grité ferozmente, y elevé mis Sables Láser.
Tras eso, lo ondeé, y lanzé el ataque con los dos Sables juntos.
Ambos sables se incrustaron en el morro de la bestia, inflingiéndole un tremendo dolor.
De pronto, elevó su cabeza violentamente, y me lanzó hacia la parte superior de ésta.
Sin separar los Sables de la cabeza, salí lanzado hacia atrás.
Los Sables le desgarraron la cara, entera y totalmente.
Tras llegar al final de su cabeza, donde la piel comenzaba a
endurecerse, saqué los Sables y salté hacia atrás, cayendo junto a las
mollejas de la bestia.
Esta vez no emitió ningún rugido... ningún movimiento violento... nada... solo un bufido.
Acto seguido, noté como descendía rápidamente, y de pronto, un fuerte
golpe me hizo caerme de aquella bestia, y caí al suelo, aunque ya estaba
cerca.
Me levanté, y miré detrás mía.
El Dragón Krayt estaba ya, muerto y sin vida, tirado en el suelo.
- ¡Al fin, AL FIN! - Grité, más eufórico que antes incluso.
Salté al cuello de la bestia, y lo recorrí con la mirada.
De nuevo, salté hacia la cabeza de la bestia, y observé las mollejas que allí se hallaban.
- Será mejor que le robe la perla ahora, antes de que desaparezca tras la muerte del Dragón... - Susurré.
Caminé lentamente hacia la molleja que brillaba intensamente.
Comenzé a girar los Sables rápidamente, y, cuando ví como hacer el
corte, los lanzé contra la molleja, cortándola y dejando a la vista lo
que ocultaba.
Rápidamente, apagué mis Sables Láser, y los colgué en mi cinturón.
Elevé mis brazos, y, mediante la Fuerza, hize levitar aquella perfecta esfera, que brillaba de tal forma.
La elevé, y la coloqué ante mí.
- Al fin... ya es mía...
Caí
al suelo, aún haciendo levitar la perla, y, debido al cansancio, y a la
vez alivio, caí de rodillas al suelo, observando hipnotizado el objeto.
- Al fin es mía la Perla Krayt... - Dije, esbozando una sonrisa de satisfacción.
------------------------------------------------------------------
Obtengo:
- Una Perla Krayt.
(He de aclarar: La escena en la que mato al dragón es un tanto violenta y
''dura'' xD, debido a que lo hize con prisas y demás, pero creo que lo hize bien.
Igualmente también quiero aclarar que este roleo es para obtener, principalmente, dicha Perla, y que el roleo no acaba aquí, así que también me gustaría que tuviera eso en cuenta a la hora de legalizarlo / no legalizarlo).
Darth Tairon- Mensajes : 2341
Fecha de inscripción : 23/08/2011
Edad : 28
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Lo que he leído por ahora está genial, después continúo.
Saix- Mensajes : 3966
Fecha de inscripción : 25/08/2011
Edad : 27
Localización : Undefined
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Yo soy él que te insisto que lo sigas jajaja.
Men siempre me han gustado tus roleos, y tienes que obtener la perla Krayt xd.
Excelente roleo Tairon, sigue así, espero otra parte
ES UNA ORDEN.
Men siempre me han gustado tus roleos, y tienes que obtener la perla Krayt xd.
Excelente roleo Tairon, sigue así, espero otra parte
ES UNA ORDEN.
:)- Mensajes : 1324
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Muy bueno me ha encantado como una rosa al parrón.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Por fin encontre algo que sea valido, tienes algunos errores en la obtención pero son basura con tan buena historia, tan solo de demostrar las actitudes de tu personajes. Las arduas continuaciones donde explicabas cada cosa, de verdad Tairon hoy me siento realizado ( Okey no e,e ) OBTENCION VALIDA , espero como dijiste continues el roleo...
OJALA QUE WILLIYE MIRE ESTE ROLEO Y ENTIENDA PORQUE SU ROLEO ES INVALIDO.
OJALA QUE WILLIYE MIRE ESTE ROLEO Y ENTIENDA PORQUE SU ROLEO ES INVALIDO.
Ulic Giett- Mensajes : 923
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 30
Localización : Bogota D.C
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Muy buen roleo, espero que continues asi
Keldorn Gres- Mensajes : 795
Fecha de inscripción : 20/08/2011
Edad : 27
Localización : Tarragona
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Ulic Giett Sunrider escribió:Por fin encontre algo que sea valido, tienes algunos errores en la obtención pero son basura con tan buena historia, tan solo de demostrar las actitudes de tu personajes. Las arduas continuaciones donde explicabas cada cosa, de verdad Tairon hoy me siento realizado ( Okey no e,e ) OBTENCION VALIDA , espero como dijiste continues el roleo...
OJALA QUE WILLIYE MIRE ESTE ROLEO Y ENTIENDA PORQUE SU ROLEO ES INVALIDO.
Ficha Actualizada.
Keldorn Gres- Mensajes : 795
Fecha de inscripción : 20/08/2011
Edad : 27
Localización : Tarragona
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Fantástico como siempre, ya tenía ganas que hacía tiempo que no publicabas jeje. Espero la continuación.
P.D: Hector de nuevo con el doble-post, simplemente edita tus mensajes.
P.D: Hector de nuevo con el doble-post, simplemente edita tus mensajes.
Davisto- Mensajes : 719
Fecha de inscripción : 01/09/2011
Welfarest- Mensajes : 949
Fecha de inscripción : 20/08/2011
Edad : 30
Localización : Primus Goluud; Academia Sith
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Aviso: Cambiaré algunas formas del texto (color del diálogo - narración, tamaño de letra)).
(Siento, a la vez, la tardanza en colgar este capítulo, estuve con examenes y demás).
Capítulo Siete - La ciudadela, al fin.
Mi respiración estaba muy alterada, y bastante rápida, debido al cansancio.
Aún me encontraba de rodillas, junto al cadáver del Dragón, y sujetando al porta-cristales que llevaba la Perla Krayt.
Ya había oscurecido, y el frío arreciaba de forma intensa.
Aún con la respiración entrecortada, me levanté, a duras penas.
Casi arrastrando los brazos, mientras sujetaba el Porta-cristales, me dirigí al deslizador, el cual, por fortuna, estaba intacto.
Llegué a él, y dejé, en los asientos traseros, el porta-cristales.
Lo aseguró con una correa, y me dirigí al asiento delantero.
Tomé los controles del mando, y prendí los motores.
Permanecí quieto, sin hacer funcionar aquel vehículo.
Eché la cabeza hacia atrás, apoyándolo en el reposacabezas.
Miré las estrellas de aquel bello cielo, y las dos lunas de Tatooine.
Suspiré, y cerré los ojos.
Había conseguido matar a aquel dragón, pero de alguna forma, me había decaído... estaba debilitado, y dudaba poder enfrentarme a tantos enemigos juntos.
El cansancio recorría mi cuerpo como la lluvía, mi consciencia comenzó a desvanecerse, comenzando a quedarme dormido, a pesar del inmenso frío del planeta.
De pronto, un incesante pitido me hizo volver en sí, y miré al asiento de mi lado, y lo palpé con las manos.
Agarré mi comunicador, y comprobé que era eso lo que sonaba.
Permití la conexión, y atendí.
- Tairon... ¿estás ahí Tairon? Guardián, responda... - Se escuchó, tras el transmisor.
- Sí... - Dije débilmente - Aquí Tairon... ¿quién... quién es?
- Tairon, ¿qué te ocurre? Te noto apagado.
- ¿Quién es? - Repetí, con más fuerza esta vez.
- Soy yo, Gevura.
Me alteré, y me incorporé enteramente.
- Sa... saludos mi Darth.
- Tairon, ¿qué te ha ocurrido?
- Mi Darth... estoy débil, acabo de matar a un Dragón Krayt, pero estoy muy debilitado... no sé si podré.
- ¡Podrás! ¡Es una orden! ¡Tienes que matar al traidor!
- Sí mi Darth... así... así haré.
Comenzé a marearme, la cabeza me daba muchísimas vueltas, y estaba desconcertado.
- Tienes dos días.
- ¡¿Dos días?! Usted me dijo cuatro, y ya pasó uno, por tanto aún me quedaría tres días.
- Se adelantó, ya conocen de tu presencia en Tatooine, y la muerte de uno de tus antiguos allegados Jedis... ahora saben que vas enserio, y te temen.
- Pero mi Darth.
- Tairon, atiéndeme. Ahora es tu oportunidad... los Jedis te temen, ahora conocen tu verdadero ser... tu verdadero poder, saben que no te ablandarás, y que podrás con ellos... sus tropas se han multiplicado, pero están esparcidos por el desierto... si llegas a salvo a la ciudad, lo habrás conseguido.
- Pero mi Darth... son demasiados, yo solo...
- ¡Podrás! Recuerda esto: el último día, el día en el que, seguramente, acabarás con la vida del traidor, ordas de Sith aparecerán en Tatooine, para bloquear la huida Jedi.
- ¡¿Qué?!
- No estarás solo. La Orden Sith irá a Tatooine, es la hora, ahora acabaremos con la Orden Jedi, y tu eres el pilar, si tu fallas...
- Pero...
- ¡Si tu fallas, el traidor escapará, y la Orden se retirará antes de tiempo, sin dejarnos espacio para hacer el bloqueo!
- ¿Un bloqueo?
- Rodearemos el Planeta, será una masacre.
- Y yo estaré entre los masacrados... estaré en el centro... - Dije, desganado.
La conversación se detuvo durante unos segundos, tras decir eso, hasta que al final...
- Tu cumple la misión.
Se cortó la comunicación, y, de nuevo, quedé allí, en medio del desierto, tirado.
Pasaron los minutos, seguramente una hora, no lo conté.
Me quedé allí, mirando el cielo, sin reaccionar.
Mi respiración se volvió normal, tranquila...
Todo estaba en calma.
- Será mejor ponerme en marcha... ya es tarde... - Susurré.
Tomé los mandos del deslizador, y comenzé a atravesar de nuevo aquel árido paraje.
El frío arreciaba muchísimo, pero esa no era preocupación alguna comparado con todo aquel problema en el que estaba metido.
El viento me daba directamente en la cara.
Me llevaba hacia atrás mi rojizo pelo, debido a que se me cruzaba por los ojos.
Desde el deslizador, escuchaba el motor del vehículo atravesar aquellos parajes, a la vez que observaba, lo poco que se veía, debido a la oscuridad, que había enfrente de mí.
Todo era igual, parecía que no avanzaba en absoluto, pero estaba equivocado.
Un destello en la oscura noche me llamó la atención.
Deceleré poco a poco hasta detenerme del todo, y tomé los binoculares.
Intenté ver que había sido aquella pequeña anomalía.
Miré a todos lados, pero nada, hasta que al final, logré ver algo extraño.
Unas formas, a lo lejos, se movían.
Eran dos o tres, y caminaban lentamente.
- Que es eso... - Susurré.
Aumenté la visión del binocular, acercándola a aquellas figuras.
- No puede ser... ¡Soldados Clon!
En ese momento, recordé las palabras de Darth Gevura... había tropas de la Orden Jedi exparcidas por todo el desierto.
Una anómala sonrisa se adecuó en mi cara al ver aquellos clones.
- Un poco de diversión para reponerme...
Apagué los focos del deslizador, y salté fuera.
Tomé rápidamente un Sable Láser, y lo prendí.
Lo elevé hacia arriba, para que fuera aún más visible.
No apartaba la mirada de aquellas figuras, para no perderlas de vista.
De pronto, observé como se agitaron más de lo normal, y eso es lo que yo pretendía...
Ondeé mi Sable Láser, y entonces, con las Fuerzas que gané en el camino, utilizé la velocidad de la Fuerza para acercarme a ellos.
En cuestión de segundos estaba frente a aquellos Soldados.
Como bien predije, eran tres exactamente.
Al llegar frente a ellos, observé como me miraron, atemorizados.
- Sí, ese es... - Dijo, uno de ellos, pero no a sus compañeros... sino a un comnicador que tenía en el hombro derecho.
- Perfecto... - Susurré.
Fruncí el ceño, y elevé el labio superior, mostrando una expresión de ira.
Un poderoso grito emanó de mí, y entonces, salté sobre los Soldados.
Caí sobre el primero, cortando su fusil en dos.
Rápidamente me giré, y le separé la cabeza de los hombros.
Los otros dos, comenzaron a dispararme, pero de poco les valió.
Salté hacia atrás, y caí a la espalda de otro Soldado.
Le ensarté con mi Espada Láser.
Tras eso, mediante un elegante giro, saqué mi arma láser de su cuerpo y la ondeé muy pegada a mí.
Solo quedaba uno, el cual me miraba con temor.
Tiró su casco por los suelos, y, temblando, me apuntó a la cabeza con su arma.
- No... no des ni un paso más, o abriré fuego...
- ¡Vamos! ¡Dispárame!
Sus dientes comenzaron a entrechocharse, debido al temblor que estaba sufriendo todo su cuerpo, el cual le tenía paralizado, por el miedo.
- He... he avi... he avisado a los Jedi... vienen hacia aquí... te cogerán y te... te matarán, así que mejor... entre... entre.. entregáte...
- Jajajajajaja, ¿tienes miedo?. Uhm... así que vendrán aquí, ¿no? Pues muy bien, así yo podré ir a la ciudad sin que me impidan el paso.
- ¡¿Cómo?!
- ¡Ahora caes en ese error, eh imbécil!
Tras decir esas últimas palabras, salté ferozmente hacia él, me planté enfrente suya, y, con la mano derecha, la cual sujetaba el Sable Láser, la acerqué a su estómago, e incrusté mi Sable ahí.
Pegé todo mi cuerpo al Soldado, haciendo más profundo, mortal y doloroso, mi ataque.
Emitió un pequeño gemido, y luego, tras apartarme yo, cayó de rodillas, y falleció en el acto.
Permanecí varios minutos mirando a los tres caídos, sonriendo por aquello, hasta que de repente, una fuerte luz me deslumbró por el rabillo del ojo.
- Ya están aquí... - Susurré.
Apagué mi Sable Láser, y corrí hacia mi deslizador de nuevo.
Me monté en él, y sin prender las luces, lo hize moverse por aquellas dunas.
Rodeé los deslizadores, que parecían de más Soldados o Jedi, y continué mi camino.
Pensé que aquello se me haría mucho más largo, pero no fue así.
No pasaría ni media hora desde que volví a emprender mi viaje cuando, al fin, observé una ciudad ante mí.
- Al fin... ¡ahí está!
Exaltado, aumenté la velocidad del deslizador, y entré en la ciudad.
Cuatro soldados clon guardaban las entradas a éstas, pero no me preocupé por ellos.
Era un control, e iban mirando vehículo por vehículo.
Después de unos minutos de espera, se acercaron al mío, y me miraron atentamente.
Uno, el que tenía quitado el casco, frunció el ceño mientras me miraba, y llamó con un gesto a otros dos compañeros suyos.
- Identificación, por favor. - Me ordenó.
- ¿Perdonde? - Le dije.
- Identifíquese, señor.
- ¿Por qué? - Dije, arrogantemente.
- Es una orden señor, identifíquese.
Bajé mi cara, y esbozé tímidamente una sonrisa.
Elevé mi mano izquierda, e hize unos gestos.
- No necesita mi identificación - Dije, casi susurrando.
- No necesito su identificación - Repitió, el Soldado.
- Puedo pasar y recorrer todos los parajes de la ciudad que desee. - Volví a decir.
- Puede pasar y recorrer todos los parajes de la ciudad que desee. - Repitió.
- Adelante - Dije, finalmente.
- Adelante. - Tradució el Soldado, mientras me hacía señas para que pasara.
Aumenté débilmente la velocidad, y comenzé a recorrer la ciudad, buscando un lugar donde alojarme.
Mis ojos se iban a todos lados, a todos los carteles, pero nada... la ciudad estaba apagada, solo estaban las luces de las farolas.
De pronto, mientras recorría aquel lugar, observé un cartel, el cual anunciaba un hospedaje.
Disminuí la velocidad, y me detuve frente a la puerta.
Salí del deslizador, y observé al guarda que había en la puerta.
- Deseo hospedarme aquí... - Dije, fríamente.
- ¿Y a mí que me cuentas?
- ¿Disculpe?
- ¿Eres tonto, o sordo? - Me dijo arrogantemente.
Segundos después de decirme eso, comenzó a elevarse y se llevó las manos al cuello, debido a la asfixia que estaba sufriendo.
- ¿Podría repetirme lo que me dijo? - Le dije, con una fría sonrisa en mi cara.
- A... adelante, es ahí... - Me señaló, difícilmente, dentro del lugar.
Le lanzé contra la pared, quedando así incosciente.
- Gracias... - Le dije, como si me escuchara.
Entré, y me dirigí a un tipo que leía una revista.
Iba desaliñado, y llevaba las ropas raídas.
- Busco un hospedaje, tranquilo y sin líos.
- Estamos completos... - Dijo, sin apartar la mirada de la revista.
- Busco un hospedaje... - Repetí, esta vez más bajo.
- Le he dicho que... - Se levantó para hablarme en la cara, pero observó mis pintas.
- Cla... claro, ahora mismo le doy una habitación - Dijo, mirándome profundamente.
- También deseo estacionar ese deslizador de ahí fuera - Dije, señalándolo.
- Claro, señor, sin problema. Su habitación será la quince.
Lanzé las llaves al mostrador, y me dirigí a las escaleras.
- Y por cierto, como mañana me despierte y me falte algo... - Le miré de reojo - No le aconsejo que esté aquí para presenciarlo, ¿entendido?
- S...s.... sí, cla... claro señor, descuide.
Subí las escaleras, y me dirigí a la habitación señalada.
Entré, y observé el pésimo estado del cuarto.
- Por lo menos aquí no me encontraran...
Sin deshacerme de mis ropajes ni nada, solo de mi cinturón y de las túnicas, me tumbé sobre la desastrosa cama, y, nada más cerrar los ojos, me dormí.
CONTINUARÁ.
------------------------------------------------------------
OFF:
En este capítulo no obtendré nada, pero quiero revivir una obtención hace como dos capitulos:
- Obtengo un binocular.
Un saludo.
(Siento, a la vez, la tardanza en colgar este capítulo, estuve con examenes y demás).
Capítulo Siete - La ciudadela, al fin.
Mi respiración estaba muy alterada, y bastante rápida, debido al cansancio.
Aún me encontraba de rodillas, junto al cadáver del Dragón, y sujetando al porta-cristales que llevaba la Perla Krayt.
Ya había oscurecido, y el frío arreciaba de forma intensa.
Aún con la respiración entrecortada, me levanté, a duras penas.
Casi arrastrando los brazos, mientras sujetaba el Porta-cristales, me dirigí al deslizador, el cual, por fortuna, estaba intacto.
Llegué a él, y dejé, en los asientos traseros, el porta-cristales.
Lo aseguró con una correa, y me dirigí al asiento delantero.
Tomé los controles del mando, y prendí los motores.
Permanecí quieto, sin hacer funcionar aquel vehículo.
Eché la cabeza hacia atrás, apoyándolo en el reposacabezas.
Miré las estrellas de aquel bello cielo, y las dos lunas de Tatooine.
Suspiré, y cerré los ojos.
Había conseguido matar a aquel dragón, pero de alguna forma, me había decaído... estaba debilitado, y dudaba poder enfrentarme a tantos enemigos juntos.
El cansancio recorría mi cuerpo como la lluvía, mi consciencia comenzó a desvanecerse, comenzando a quedarme dormido, a pesar del inmenso frío del planeta.
De pronto, un incesante pitido me hizo volver en sí, y miré al asiento de mi lado, y lo palpé con las manos.
Agarré mi comunicador, y comprobé que era eso lo que sonaba.
Permití la conexión, y atendí.
- Tairon... ¿estás ahí Tairon? Guardián, responda... - Se escuchó, tras el transmisor.
- Sí... - Dije débilmente - Aquí Tairon... ¿quién... quién es?
- Tairon, ¿qué te ocurre? Te noto apagado.
- ¿Quién es? - Repetí, con más fuerza esta vez.
- Soy yo, Gevura.
Me alteré, y me incorporé enteramente.
- Sa... saludos mi Darth.
- Tairon, ¿qué te ha ocurrido?
- Mi Darth... estoy débil, acabo de matar a un Dragón Krayt, pero estoy muy debilitado... no sé si podré.
- ¡Podrás! ¡Es una orden! ¡Tienes que matar al traidor!
- Sí mi Darth... así... así haré.
Comenzé a marearme, la cabeza me daba muchísimas vueltas, y estaba desconcertado.
- Tienes dos días.
- ¡¿Dos días?! Usted me dijo cuatro, y ya pasó uno, por tanto aún me quedaría tres días.
- Se adelantó, ya conocen de tu presencia en Tatooine, y la muerte de uno de tus antiguos allegados Jedis... ahora saben que vas enserio, y te temen.
- Pero mi Darth.
- Tairon, atiéndeme. Ahora es tu oportunidad... los Jedis te temen, ahora conocen tu verdadero ser... tu verdadero poder, saben que no te ablandarás, y que podrás con ellos... sus tropas se han multiplicado, pero están esparcidos por el desierto... si llegas a salvo a la ciudad, lo habrás conseguido.
- Pero mi Darth... son demasiados, yo solo...
- ¡Podrás! Recuerda esto: el último día, el día en el que, seguramente, acabarás con la vida del traidor, ordas de Sith aparecerán en Tatooine, para bloquear la huida Jedi.
- ¡¿Qué?!
- No estarás solo. La Orden Sith irá a Tatooine, es la hora, ahora acabaremos con la Orden Jedi, y tu eres el pilar, si tu fallas...
- Pero...
- ¡Si tu fallas, el traidor escapará, y la Orden se retirará antes de tiempo, sin dejarnos espacio para hacer el bloqueo!
- ¿Un bloqueo?
- Rodearemos el Planeta, será una masacre.
- Y yo estaré entre los masacrados... estaré en el centro... - Dije, desganado.
La conversación se detuvo durante unos segundos, tras decir eso, hasta que al final...
- Tu cumple la misión.
Se cortó la comunicación, y, de nuevo, quedé allí, en medio del desierto, tirado.
Pasaron los minutos, seguramente una hora, no lo conté.
Me quedé allí, mirando el cielo, sin reaccionar.
Mi respiración se volvió normal, tranquila...
Todo estaba en calma.
- Será mejor ponerme en marcha... ya es tarde... - Susurré.
Tomé los mandos del deslizador, y comenzé a atravesar de nuevo aquel árido paraje.
El frío arreciaba muchísimo, pero esa no era preocupación alguna comparado con todo aquel problema en el que estaba metido.
El viento me daba directamente en la cara.
Me llevaba hacia atrás mi rojizo pelo, debido a que se me cruzaba por los ojos.
Desde el deslizador, escuchaba el motor del vehículo atravesar aquellos parajes, a la vez que observaba, lo poco que se veía, debido a la oscuridad, que había enfrente de mí.
Todo era igual, parecía que no avanzaba en absoluto, pero estaba equivocado.
Un destello en la oscura noche me llamó la atención.
Deceleré poco a poco hasta detenerme del todo, y tomé los binoculares.
Intenté ver que había sido aquella pequeña anomalía.
Miré a todos lados, pero nada, hasta que al final, logré ver algo extraño.
Unas formas, a lo lejos, se movían.
Eran dos o tres, y caminaban lentamente.
- Que es eso... - Susurré.
Aumenté la visión del binocular, acercándola a aquellas figuras.
- No puede ser... ¡Soldados Clon!
En ese momento, recordé las palabras de Darth Gevura... había tropas de la Orden Jedi exparcidas por todo el desierto.
Una anómala sonrisa se adecuó en mi cara al ver aquellos clones.
- Un poco de diversión para reponerme...
Apagué los focos del deslizador, y salté fuera.
Tomé rápidamente un Sable Láser, y lo prendí.
Lo elevé hacia arriba, para que fuera aún más visible.
No apartaba la mirada de aquellas figuras, para no perderlas de vista.
De pronto, observé como se agitaron más de lo normal, y eso es lo que yo pretendía...
Ondeé mi Sable Láser, y entonces, con las Fuerzas que gané en el camino, utilizé la velocidad de la Fuerza para acercarme a ellos.
En cuestión de segundos estaba frente a aquellos Soldados.
Como bien predije, eran tres exactamente.
Al llegar frente a ellos, observé como me miraron, atemorizados.
- Sí, ese es... - Dijo, uno de ellos, pero no a sus compañeros... sino a un comnicador que tenía en el hombro derecho.
- Perfecto... - Susurré.
Fruncí el ceño, y elevé el labio superior, mostrando una expresión de ira.
Un poderoso grito emanó de mí, y entonces, salté sobre los Soldados.
Caí sobre el primero, cortando su fusil en dos.
Rápidamente me giré, y le separé la cabeza de los hombros.
Los otros dos, comenzaron a dispararme, pero de poco les valió.
Salté hacia atrás, y caí a la espalda de otro Soldado.
Le ensarté con mi Espada Láser.
Tras eso, mediante un elegante giro, saqué mi arma láser de su cuerpo y la ondeé muy pegada a mí.
Solo quedaba uno, el cual me miraba con temor.
Tiró su casco por los suelos, y, temblando, me apuntó a la cabeza con su arma.
- No... no des ni un paso más, o abriré fuego...
- ¡Vamos! ¡Dispárame!
Sus dientes comenzaron a entrechocharse, debido al temblor que estaba sufriendo todo su cuerpo, el cual le tenía paralizado, por el miedo.
- He... he avi... he avisado a los Jedi... vienen hacia aquí... te cogerán y te... te matarán, así que mejor... entre... entre.. entregáte...
- Jajajajajaja, ¿tienes miedo?. Uhm... así que vendrán aquí, ¿no? Pues muy bien, así yo podré ir a la ciudad sin que me impidan el paso.
- ¡¿Cómo?!
- ¡Ahora caes en ese error, eh imbécil!
Tras decir esas últimas palabras, salté ferozmente hacia él, me planté enfrente suya, y, con la mano derecha, la cual sujetaba el Sable Láser, la acerqué a su estómago, e incrusté mi Sable ahí.
Pegé todo mi cuerpo al Soldado, haciendo más profundo, mortal y doloroso, mi ataque.
Emitió un pequeño gemido, y luego, tras apartarme yo, cayó de rodillas, y falleció en el acto.
Permanecí varios minutos mirando a los tres caídos, sonriendo por aquello, hasta que de repente, una fuerte luz me deslumbró por el rabillo del ojo.
- Ya están aquí... - Susurré.
Apagué mi Sable Láser, y corrí hacia mi deslizador de nuevo.
Me monté en él, y sin prender las luces, lo hize moverse por aquellas dunas.
Rodeé los deslizadores, que parecían de más Soldados o Jedi, y continué mi camino.
Pensé que aquello se me haría mucho más largo, pero no fue así.
No pasaría ni media hora desde que volví a emprender mi viaje cuando, al fin, observé una ciudad ante mí.
- Al fin... ¡ahí está!
Exaltado, aumenté la velocidad del deslizador, y entré en la ciudad.
Cuatro soldados clon guardaban las entradas a éstas, pero no me preocupé por ellos.
Era un control, e iban mirando vehículo por vehículo.
Después de unos minutos de espera, se acercaron al mío, y me miraron atentamente.
Uno, el que tenía quitado el casco, frunció el ceño mientras me miraba, y llamó con un gesto a otros dos compañeros suyos.
- Identificación, por favor. - Me ordenó.
- ¿Perdonde? - Le dije.
- Identifíquese, señor.
- ¿Por qué? - Dije, arrogantemente.
- Es una orden señor, identifíquese.
Bajé mi cara, y esbozé tímidamente una sonrisa.
Elevé mi mano izquierda, e hize unos gestos.
- No necesita mi identificación - Dije, casi susurrando.
- No necesito su identificación - Repitió, el Soldado.
- Puedo pasar y recorrer todos los parajes de la ciudad que desee. - Volví a decir.
- Puede pasar y recorrer todos los parajes de la ciudad que desee. - Repitió.
- Adelante - Dije, finalmente.
- Adelante. - Tradució el Soldado, mientras me hacía señas para que pasara.
Aumenté débilmente la velocidad, y comenzé a recorrer la ciudad, buscando un lugar donde alojarme.
Mis ojos se iban a todos lados, a todos los carteles, pero nada... la ciudad estaba apagada, solo estaban las luces de las farolas.
De pronto, mientras recorría aquel lugar, observé un cartel, el cual anunciaba un hospedaje.
Disminuí la velocidad, y me detuve frente a la puerta.
Salí del deslizador, y observé al guarda que había en la puerta.
- Deseo hospedarme aquí... - Dije, fríamente.
- ¿Y a mí que me cuentas?
- ¿Disculpe?
- ¿Eres tonto, o sordo? - Me dijo arrogantemente.
Segundos después de decirme eso, comenzó a elevarse y se llevó las manos al cuello, debido a la asfixia que estaba sufriendo.
- ¿Podría repetirme lo que me dijo? - Le dije, con una fría sonrisa en mi cara.
- A... adelante, es ahí... - Me señaló, difícilmente, dentro del lugar.
Le lanzé contra la pared, quedando así incosciente.
- Gracias... - Le dije, como si me escuchara.
Entré, y me dirigí a un tipo que leía una revista.
Iba desaliñado, y llevaba las ropas raídas.
- Busco un hospedaje, tranquilo y sin líos.
- Estamos completos... - Dijo, sin apartar la mirada de la revista.
- Busco un hospedaje... - Repetí, esta vez más bajo.
- Le he dicho que... - Se levantó para hablarme en la cara, pero observó mis pintas.
- Cla... claro, ahora mismo le doy una habitación - Dijo, mirándome profundamente.
- También deseo estacionar ese deslizador de ahí fuera - Dije, señalándolo.
- Claro, señor, sin problema. Su habitación será la quince.
Lanzé las llaves al mostrador, y me dirigí a las escaleras.
- Y por cierto, como mañana me despierte y me falte algo... - Le miré de reojo - No le aconsejo que esté aquí para presenciarlo, ¿entendido?
- S...s.... sí, cla... claro señor, descuide.
Subí las escaleras, y me dirigí a la habitación señalada.
Entré, y observé el pésimo estado del cuarto.
- Por lo menos aquí no me encontraran...
Sin deshacerme de mis ropajes ni nada, solo de mi cinturón y de las túnicas, me tumbé sobre la desastrosa cama, y, nada más cerrar los ojos, me dormí.
CONTINUARÁ.
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OFF:
En este capítulo no obtendré nada, pero quiero revivir una obtención hace como dos capitulos:
- Obtengo un binocular.
Un saludo.
Darth Tairon- Mensajes : 2341
Fecha de inscripción : 23/08/2011
Edad : 28
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Buen roleo Tairon un saludo y primera firma jejeje espero el siguiente...
Tenium.- Mensajes : 1147
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Muy bueno tairon.. solamente qué me tincas qué eres un poco homosexual en tus roleos..
Invitado- Invitado
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Muy bueno como siempre, espero la continuación.
Davisto- Mensajes : 719
Fecha de inscripción : 01/09/2011
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Buen roleo tairon me gusta mucho tu forma de narrar.
¿Que haces mencionando mi nombre?
Yo roleo como me de la gana deja de decir tonterias si me confundi me confundi no soy perfecto como usted listillo.
Por fin encontre algo que sea valido, tienes algunos errores en la obtención pero son basura con tan buena historia, tan solo de demostrar las actitudes de tu personajes. Las arduas continuaciones donde explicabas cada cosa, de verdad Tairon hoy me siento realizado ( Okey no e,e ) OBTENCION VALIDA , espero como dijiste continues el roleo...
OJALA QUE WILLIYE MIRE ESTE ROLEO Y ENTIENDA PORQUE SU ROLEO ES INVALIDO.
¿Que haces mencionando mi nombre?
Yo roleo como me de la gana deja de decir tonterias si me confundi me confundi no soy perfecto como usted listillo.
wiliye- Mensajes : 3113
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Ya tienes dicho binocular, nada que legalizar.
Ulic Giett- Mensajes : 923
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 30
Localización : Bogota D.C
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Capítulo Ocho - Maestro...
Continuos y molestos pitidos, hizieron estragos en mí.
Me levanté lentamente, me incorporé, y me senté en la cama donde había descansado la noche anterior.
Ese incesante pitido aún continuaba, pero lo estaba ignorando.
Llevé mis manos a la cabeza, cuando aún estaba somñoliento.
Miré a mis lados, para reubicarme.
- ¡Dios, pero qué es ese ruido! - Dije, tras darme cuenta de que no cesaba el pitido.
Miré en el lugar donde se encontraban mis túnicas.
Comenzé a levantarlas y a palpar las cosas.
De pronto, el ruido se hizo más fuerte, debido a que fue destapado.
Agarré el comunicador, y observé que era la fuente de aquel malestar.
Permití la conexión, y escuché atentamente.
- Guardián, Guardián, ¿se encuentra?
- ¿Si? ¿Quién es?
- Soy Gevura, Tairon.
- Oh. Saludos, Darth Gevura.
- Tairon, ¿dónde estás?
- En un hostal... me acabo de levantar, me hospedé aquí.
- ¡Sal de ahí, ya!
- ¡¿Qué ocurre?!
- Han averiguado tu paradero, según me informan, la Orden Jedi está rodeando el edificio.
Me levanté de la cama, y me dirigí a la única ventana de la habitación.
Con cuidado, aparté levemente la cortina, y miré fuera.
Así era, había decenas de Soldados clon rodeando el edificio.
- Sí Darth Gevura, estoy rodeado... pero podré escapar, y esconderme hasta mañana.
- Tairon, tengo otra noticia para tí.
- ¿Si?
- Nedeth saldrá hoy, al atardecer...
- ¡¿Cómo?! ¡Usted me dijo que se iba mañana!
- Sí, pero según sé, ellos creían que te capturarían a la noche, pero no te encontraron hasta hace poco. Por temor a que escaparas de las fuerzas clon, la Orden Jedi adelantó el traslado de Nedeth a esta tarde, ¡Ve y mátalo, rápido!
- Pero mi Darth...
- ¡No me puedes fallar, has llegado muy lejos...!
Se comenzaron a escuchar pasos por el pasillo.
Las puertas contiguas a mi habitación caían de un golpe, una por una.
- ¡Estás muy lejo para fallar, acaba con Nedeth, mátale, y nosotros haremos el resto!
Nervioso, lanzé el trasmisor hacia una pared, y, mediante la Fuerza, atraje mis túnicas y me las puse.
Agarré dos Sables Láser de mi cinturón, y los prendí.
- Vamos allá...
Esperé unos segundos, frente a la puerta.
Los escándalos de los clones se oían cada vez más cerca hasta que, de pronto, muy cerca se escucharon unas voces.
- Por eliminación es aquí... debe estar aquí... - Se escuchó, tras la puerta. - ¡Derribad la puerta!
De pronto, la puerta fue lanzada hacia dentro, y los Soldados apuntaron hacia el interior, sin abrir fuego, debido a que no vieron nada.
Les observé atentamente.
Estaban confusos, hasta que uno de ellos se dio cuenta.
- ¡Arriba, en el techo!.
Acto seguido me solté, y caí al suelo.
Me lanzé directamente contra ellos, y comenzó la matanza.
Ensarté a un Soldado con mi Sable Láser, mientras que con el otro desvié un disparo.
Salté por encima del Soldado fallecido, y caí en el umbral de la puerta.
Rodé hacia la derecha, y le corté la cabeza a otro Soldado.
Comenzé a desviar disparos, provenientes de los Soldados restantes.
- ¡Acabad con él, matadlo! - Se oía.
Cada vez venían más refuerzos, y me costaba más.
- Tengo que salir de aquí... - Susurré.
- ¡¿Pero que ocurre, diez Soldados no pueden con un Sith?! - Se escuchó detrás de las tropas.
- Señor, el pasillo anula nuestro número, y nadie se atreve a entablarle cara. - Respondió, otro.
- ¡Alto el fuego! - Resonó en todo el pasillo.
De inmediato, el fuego se detuvo.
Ondeé mis Sables Láser, y los llevé hacia atrás.
Las tropas comenzaron a dejar un hueco, y, en ese mismo hueco, apareció un sujeto extraño entre tanto Soldado... era evidentemente un Jedi.
- Así que tu eres el Guardián Sith que tanto alvoroto ha causado últimamente, eh... - Dijo.
- Y tu supongo que serás el mamón que me detendrá, ¿no? - Le dije, fríamente.
- Seguramente...
Rápidamente, tomó un Sable Láser, y se lanzó contra mí.
Bloqueé su ataque, y salté hacia atrás.
Observé como comenzó a correr hacia mí, elevando su Sable Láser.
Me lanzé hacia él, de igual forma, y entrechocamos nuestros Sables Láser.
Sin esperar un segundo más, elevé mi rodilla derecha, y le golpeé en el estómago, me aparté, y me giré, de manera que acabé detrás suya.
Elevé mi Sable Láser, y, con toda mi ira, se lo clavé en la espalda.
Un grito de dolor emanó de él, y rápidamente volví a saltar por encima suya.
Apagué uno de mis Sables, y lo colgué en mi cinturón.
Le agarré del cuello, y, aunque ya estaba muerto, comenzé a estrangularle, sin apartar la mirada de los Soldados, los cuales miraban incrédulos aquella nimia batalla.
- ¡Fuego! - Se escuchó, tras los Soldados.
De inmediato, lanzé el cadáver del Jedi hacia los Soldados, y lanzé mi Sable Láser a la débil estructura del techo del pasillo.
Elevé mis brazos, y a la vez que atraje de nuevo mi arma láser, provoqué la derrumbación del techo, bloqueando el pasillo.
Apagué el Sable Láser restante, y lo guarde entre mis túnicas.
Comenzé a caminar, tranquilamente, en dirección contraria al derrumbe.
Acerqué mi mano izquierda a mi cara, y observé lo que le había robado al Jedi.
Era pequeño panel de información.
Lo prendí, y se proyectó la estructura interna de un edificio.
- ¿Qué es esto? - Susurré.
Comenzé a analizarlo con la mirada hasta que, miré la parte superior, y leí algo que me aclaró todo.
Ponía: ''Edificio de administración, Zona B''.
- ¡Aquí! Aquí se encuentra ese bastardo traidor.
Comenzé a correr por el trecho del pasillo que quedaba, hasta que me encontré con otra ventana, al final de éste.
Sin mirar através de ella, percibí que allí no había peligro... las tropas Clon todavía no habían entrado en la parte trasera del edificio.
Atravesé la ventana, cubriéndome la cara, y caí al suelo.
Miré a mis lados, para asegurarme de que no había nadie, y así era.
Salté una valla que había justo enfrente, y caí entre matorrales.
Comenzé a caminar, agachado, mientras me ocultaba entre los matojos.
A cada instante se observaban Soldados Clon corriendo por la acera, y llegando al edificio donde me hospedé, pero no había rastro de Jedis.
- Maldita sea... seguramente todos los Jedis están guardando al traidor... - Dije, con una expresión de asco en la cara.
Mientras permanecía escondido, observé a un Soldado con un uniforme diferente, pero lo que más me interesaba esque iba solo.
Observé que nadie miraba en ese momento, y entonces, en cuestión de segundos, me abalanzé contra el Clon, y, mediante mi brazo derecho, le rodeé el cuello, y con un ágil movimiento, se lo partí, dejándole sin vida en ese momento.
Agarrando aún el cuerpo inerte del Soldado, lo arrastré a los matojos.
- Bien, esta es mi única oportunidad de salir de aquí.
Rápidamente, me quité mis túnicas, permaneciendo con mis ropajes y armadura, y le quité el uniforme al Soldado.
Dificultosamente, debido a que nunca había usado algo de tal distinción, me coloqué el uniforme, y por último, me coloqué y ajusté el casco.
Me aseguré de nuevo que no venía nadie, y salí de los matorrales.
Agarré el fusil del Clon, y comenzé a caminar tranquilamente, de nuevo hacia el edificio.
Tras unos minutos, alcanzé de nuevo el lugar donde me hospedé, giré una esquina, y miré en la entrada principal.
Estaba totalmente rodeada por tropas.
- Bien... ni un Jedi a la vista, así no podrán detectarme... - Susurré.
Caminé hacia unos deslizadores estacionados, los cuales estaban custodiados por Soldados Clon.
En cuanto me acerqué, los Soldados se apartaron, se pusieron frente a mí, y llevaron su mano a la frente.
- Saludos, Teniente.
- Sa... Saludos... - Dije, confuso.
Miré de reojo mi uniforme, y tenía unas extrañas líneas azules por los hombros.
- ¿Cómo va, Teniente, atraparon al Sith? - Se dirigió a mí, uno de los Soldados.
- Esto... no lo sé, no me encargo de eso... pero necesito volver al edificio de administraión donde está el trai... el Jedi ese que tanto protegen.
- Pero señor, el Cónsul Khan dijo que las tropas permanecieran aquí...
- ¡Pero es una urgencia, tengo que ir allí, dejenme el acceso al deslizador!
- ¡Sí, señor! ¿Informamos de su regreso al Cónsul?
- ¡No! Ya le informaré yo.
Los Soldados se apartaron, y me dejaron acceso a uno de los deslizadores.
Me monté en él rápidamente, prendí los motores, y decidí ir directamente contra el traidor, apesar de la guardia personal que tendría.
- ¡Soldado! - Le grité al de antes - ¿Por dónde quedaba el edificio administrativo? No lo recuerdo.
- Por allí señor - Me señaló al frente -, todo recto, luego giré a la derecha, y luego a la izquierda. Siga recto hasta encontrar los Centinelas guardando el edificio.
- De acuerdo.
Aumenté la velocidad, y seguí las indicaciones del Clon.
Agité mi cabeza, y, debido al sopor al cual no estaba acostumbrado, me quité el casco, dejando ver mi rostro.
- Dios, no aguanto más esta mierda...!
Detuve el deslizador, y, sin salir de él, me retiré el uniforme clon, y lo tiré al suelo.
Me volví a sentar, y aumenté la velocidad de nuevo.
Tras aproxidamente, unos diez o veinte minutos, debido a la lejanía del recorrido, aunque parecía muchísimo más corto debido a la escasa explicación del Soldado, llegué frente a un edificio, más o menos mediano, el cual estaba custodiado por dos Centinelas.
Detuve el deslizar, y salté fuera.
Comenzé a caminar, con paso firme, mientras mostraba mis Sables Láser y mi rostro, hacia la puerta, y hacia los Centinelas.
- Lo sentimos señor, no se puede entrar... - Dijo uno de los Centinelas, mirándome atentamente.
- Creo... que se equivoca... - Le dije, fríamente.
- ¡Cuidado! - Gritó.
Ambos Centinelas saltaron a sus respectivos lados, tomaron sus Sables Láser, y lo prendieron.
Sin esperar, saltaron hacia mí ferozmente.
Tomé dos Sables Láser, los prendí, y salté hacia atrás, esquivando sus ataques.
Ondeé mis Sables, y esta vez, fui yo el que se abalanzó contra ellos.
Bloquearon mi golpe, y empezamos una dura pelea.
Eran bastante fuertes, resistían duramente mis golpes, hasta que de pronto, salté por detrás de ellos y, mediante la Fuerza, empujé a uno contra el suelo.
Volví a saltar por encima del otro, y entrechoqué mi Sable Láser con el suyo.
Aparté mi Sable Láser, y, mediante la culata del Sable, golpeé en la cabeza a mi rival.
Me giré sobre mí mismo, y lo clavé en el pecho del Jedi.
Un ahogado grito de dolor emanó de él, y, acto seguido, cayó sin vida en el suelo.
Me giré para el otro Jedi.
Apagué ambos Sables, y los colgué en mi cinturón.
Atrajé su Sable Láser, sin que pudiera impedirlo.
Lo agarré, y lo lanzé con mucha fuerza hacia el suelo, rompiéndolo.
Elevé mi brazo derecho, y el cuello de mi enemigo comenzó a estrecharse, y a impedir la respiración del Centinela.
Comenzó a intentar respirar, pero le costaba muchísimo.
Sus ojos empezaron a tornarse blancos, debido a la falta de oxígeno hasta que, de pronto, su cuello cedió y sus ojos se cerraron, a la vez que su aura se desvanecía poco a poco.
Le solté, y su cuerpo, inerte ya, cayó al suelo.
Me giré de nuevo, y me dirigí a la puerta que era guardada por esos dos Centinelas, los cuales ya no estaban para ver como su respectiva misión, fracasaba totalmente.
Me acerqué a la puerta, y coloqué suavemente mi mano derecha sobre ella.
De pronto, ésta salió lanzada hacia el interior.
Salté hacia el interior, preparado para cualquier ataque, pero en cambio... nada... no había nadie...
Aunque realmente, no era así, si había una persona.
No la ví hasta que comenzó a caminar hacia mí.
Tomé un Sable Láser, y lo prendí.
Se denotaba que era un Jedi, debido a sus ropajes marrones.
Tenía el rostro cubierto, y no conseguía vérselo.
- Otro Jedi... más diversión... - Dije, sonriendo fríamente.
- Has cambiado mucho... muchísimo diría yo... desde la última vez que te ví. - Dijo el extraño Jedi.
- ¡¿Qué?! ¡¿Quién eres?!
- Eres tan poderoso... pero no eres capaz de averiguar quién soy...
En ese momento, no sabía por qué, me puse nervioso, y comenzé a mirarle, examinándole a fondo.
- ¡¿Quién eres, maldita sea?!
- La última vez que nos vimos... sí... lo recuerdo... fue aquella noche, aquella fría noche.
Yo acaba de salir de mis aposentos, y me dirigí al salón principal de Myrkr...
- Myrkr... no puede ser... - Susurré.
- ... y te encontré allí, encontré a un joven con túnicas marrones, y con un pelo de un color rojo fuerte... - continuó - viniste a hablar conmigo, muy preocupado... y yo comenzé a preocuparme también.
- No puede ser... no puede ser él... - Volví a susurrar.
- Me hablaste de tu disgusto con la Orden... con Ossus... con todo, menos con Myrkr... pero aún así... me dijistes que te ibas, y así hizistes... no te volví a ver desde entonces...
- Maestro... - Susurré.
- Has crecido mucho... noto una presencia increíblemente grande en tí... un inmenso poder... el Reverso Oscuro te ha cambiado, Silic, te ha cambiado por completo.
Agaché mi cabeza.
- No me llamo Silic... - Susurré.
- Sabes que sí, apesar del nombre que te pusieran...
Elevé mi cabeza, para mirarle, debido a que estaba haciendo un ademán, pero esta vez no con sus piernas, sino con sus manos.
Se comenzó a retirar la capucha lentamente, mostrando su rostro.
Así era, era él.
- Maestro Eek... - Susurré.
Rápidamente, tomó su Sable Láser, y lo prendió.
- Si quieres llegar a tu objetivo... tendrás que pasar por encima de mi cadáver... igual que hizistes con tu amigo...
- No puedo hacerlo... no puedo hacerle daño, Maestro...
- ¡¿Ahora me vienes con esas?! ¡Tu me traicionastes, y ahora vienes con esas!
- ¡Yo no te traicioné... los Jedis me traicionaron a mí, date cuenta!
- Estás cegado Sílic... y no dejaré que vayas a por quien buscas...
Me miró, buscando una inocente mirada en mí, pero cuando no la encontró...
- ...Tendrás que matarme. - Terminó.
Continuará...
-------------------------------------------------------------------------
No obtengo nada en este capítulo.
Continuos y molestos pitidos, hizieron estragos en mí.
Me levanté lentamente, me incorporé, y me senté en la cama donde había descansado la noche anterior.
Ese incesante pitido aún continuaba, pero lo estaba ignorando.
Llevé mis manos a la cabeza, cuando aún estaba somñoliento.
Miré a mis lados, para reubicarme.
- ¡Dios, pero qué es ese ruido! - Dije, tras darme cuenta de que no cesaba el pitido.
Miré en el lugar donde se encontraban mis túnicas.
Comenzé a levantarlas y a palpar las cosas.
De pronto, el ruido se hizo más fuerte, debido a que fue destapado.
Agarré el comunicador, y observé que era la fuente de aquel malestar.
Permití la conexión, y escuché atentamente.
- Guardián, Guardián, ¿se encuentra?
- ¿Si? ¿Quién es?
- Soy Gevura, Tairon.
- Oh. Saludos, Darth Gevura.
- Tairon, ¿dónde estás?
- En un hostal... me acabo de levantar, me hospedé aquí.
- ¡Sal de ahí, ya!
- ¡¿Qué ocurre?!
- Han averiguado tu paradero, según me informan, la Orden Jedi está rodeando el edificio.
Me levanté de la cama, y me dirigí a la única ventana de la habitación.
Con cuidado, aparté levemente la cortina, y miré fuera.
Así era, había decenas de Soldados clon rodeando el edificio.
- Sí Darth Gevura, estoy rodeado... pero podré escapar, y esconderme hasta mañana.
- Tairon, tengo otra noticia para tí.
- ¿Si?
- Nedeth saldrá hoy, al atardecer...
- ¡¿Cómo?! ¡Usted me dijo que se iba mañana!
- Sí, pero según sé, ellos creían que te capturarían a la noche, pero no te encontraron hasta hace poco. Por temor a que escaparas de las fuerzas clon, la Orden Jedi adelantó el traslado de Nedeth a esta tarde, ¡Ve y mátalo, rápido!
- Pero mi Darth...
- ¡No me puedes fallar, has llegado muy lejos...!
Se comenzaron a escuchar pasos por el pasillo.
Las puertas contiguas a mi habitación caían de un golpe, una por una.
- ¡Estás muy lejo para fallar, acaba con Nedeth, mátale, y nosotros haremos el resto!
Nervioso, lanzé el trasmisor hacia una pared, y, mediante la Fuerza, atraje mis túnicas y me las puse.
Agarré dos Sables Láser de mi cinturón, y los prendí.
- Vamos allá...
Esperé unos segundos, frente a la puerta.
Los escándalos de los clones se oían cada vez más cerca hasta que, de pronto, muy cerca se escucharon unas voces.
- Por eliminación es aquí... debe estar aquí... - Se escuchó, tras la puerta. - ¡Derribad la puerta!
De pronto, la puerta fue lanzada hacia dentro, y los Soldados apuntaron hacia el interior, sin abrir fuego, debido a que no vieron nada.
Les observé atentamente.
Estaban confusos, hasta que uno de ellos se dio cuenta.
- ¡Arriba, en el techo!.
Acto seguido me solté, y caí al suelo.
Me lanzé directamente contra ellos, y comenzó la matanza.
Ensarté a un Soldado con mi Sable Láser, mientras que con el otro desvié un disparo.
Salté por encima del Soldado fallecido, y caí en el umbral de la puerta.
Rodé hacia la derecha, y le corté la cabeza a otro Soldado.
Comenzé a desviar disparos, provenientes de los Soldados restantes.
- ¡Acabad con él, matadlo! - Se oía.
Cada vez venían más refuerzos, y me costaba más.
- Tengo que salir de aquí... - Susurré.
- ¡¿Pero que ocurre, diez Soldados no pueden con un Sith?! - Se escuchó detrás de las tropas.
- Señor, el pasillo anula nuestro número, y nadie se atreve a entablarle cara. - Respondió, otro.
- ¡Alto el fuego! - Resonó en todo el pasillo.
De inmediato, el fuego se detuvo.
Ondeé mis Sables Láser, y los llevé hacia atrás.
Las tropas comenzaron a dejar un hueco, y, en ese mismo hueco, apareció un sujeto extraño entre tanto Soldado... era evidentemente un Jedi.
- Así que tu eres el Guardián Sith que tanto alvoroto ha causado últimamente, eh... - Dijo.
- Y tu supongo que serás el mamón que me detendrá, ¿no? - Le dije, fríamente.
- Seguramente...
Rápidamente, tomó un Sable Láser, y se lanzó contra mí.
Bloqueé su ataque, y salté hacia atrás.
Observé como comenzó a correr hacia mí, elevando su Sable Láser.
Me lanzé hacia él, de igual forma, y entrechocamos nuestros Sables Láser.
Sin esperar un segundo más, elevé mi rodilla derecha, y le golpeé en el estómago, me aparté, y me giré, de manera que acabé detrás suya.
Elevé mi Sable Láser, y, con toda mi ira, se lo clavé en la espalda.
Un grito de dolor emanó de él, y rápidamente volví a saltar por encima suya.
Apagué uno de mis Sables, y lo colgué en mi cinturón.
Le agarré del cuello, y, aunque ya estaba muerto, comenzé a estrangularle, sin apartar la mirada de los Soldados, los cuales miraban incrédulos aquella nimia batalla.
- ¡Fuego! - Se escuchó, tras los Soldados.
De inmediato, lanzé el cadáver del Jedi hacia los Soldados, y lanzé mi Sable Láser a la débil estructura del techo del pasillo.
Elevé mis brazos, y a la vez que atraje de nuevo mi arma láser, provoqué la derrumbación del techo, bloqueando el pasillo.
Apagué el Sable Láser restante, y lo guarde entre mis túnicas.
Comenzé a caminar, tranquilamente, en dirección contraria al derrumbe.
Acerqué mi mano izquierda a mi cara, y observé lo que le había robado al Jedi.
Era pequeño panel de información.
Lo prendí, y se proyectó la estructura interna de un edificio.
- ¿Qué es esto? - Susurré.
Comenzé a analizarlo con la mirada hasta que, miré la parte superior, y leí algo que me aclaró todo.
Ponía: ''Edificio de administración, Zona B''.
- ¡Aquí! Aquí se encuentra ese bastardo traidor.
Comenzé a correr por el trecho del pasillo que quedaba, hasta que me encontré con otra ventana, al final de éste.
Sin mirar através de ella, percibí que allí no había peligro... las tropas Clon todavía no habían entrado en la parte trasera del edificio.
Atravesé la ventana, cubriéndome la cara, y caí al suelo.
Miré a mis lados, para asegurarme de que no había nadie, y así era.
Salté una valla que había justo enfrente, y caí entre matorrales.
Comenzé a caminar, agachado, mientras me ocultaba entre los matojos.
A cada instante se observaban Soldados Clon corriendo por la acera, y llegando al edificio donde me hospedé, pero no había rastro de Jedis.
- Maldita sea... seguramente todos los Jedis están guardando al traidor... - Dije, con una expresión de asco en la cara.
Mientras permanecía escondido, observé a un Soldado con un uniforme diferente, pero lo que más me interesaba esque iba solo.
Observé que nadie miraba en ese momento, y entonces, en cuestión de segundos, me abalanzé contra el Clon, y, mediante mi brazo derecho, le rodeé el cuello, y con un ágil movimiento, se lo partí, dejándole sin vida en ese momento.
Agarrando aún el cuerpo inerte del Soldado, lo arrastré a los matojos.
- Bien, esta es mi única oportunidad de salir de aquí.
Rápidamente, me quité mis túnicas, permaneciendo con mis ropajes y armadura, y le quité el uniforme al Soldado.
Dificultosamente, debido a que nunca había usado algo de tal distinción, me coloqué el uniforme, y por último, me coloqué y ajusté el casco.
Me aseguré de nuevo que no venía nadie, y salí de los matorrales.
Agarré el fusil del Clon, y comenzé a caminar tranquilamente, de nuevo hacia el edificio.
Tras unos minutos, alcanzé de nuevo el lugar donde me hospedé, giré una esquina, y miré en la entrada principal.
Estaba totalmente rodeada por tropas.
- Bien... ni un Jedi a la vista, así no podrán detectarme... - Susurré.
Caminé hacia unos deslizadores estacionados, los cuales estaban custodiados por Soldados Clon.
En cuanto me acerqué, los Soldados se apartaron, se pusieron frente a mí, y llevaron su mano a la frente.
- Saludos, Teniente.
- Sa... Saludos... - Dije, confuso.
Miré de reojo mi uniforme, y tenía unas extrañas líneas azules por los hombros.
- ¿Cómo va, Teniente, atraparon al Sith? - Se dirigió a mí, uno de los Soldados.
- Esto... no lo sé, no me encargo de eso... pero necesito volver al edificio de administraión donde está el trai... el Jedi ese que tanto protegen.
- Pero señor, el Cónsul Khan dijo que las tropas permanecieran aquí...
- ¡Pero es una urgencia, tengo que ir allí, dejenme el acceso al deslizador!
- ¡Sí, señor! ¿Informamos de su regreso al Cónsul?
- ¡No! Ya le informaré yo.
Los Soldados se apartaron, y me dejaron acceso a uno de los deslizadores.
Me monté en él rápidamente, prendí los motores, y decidí ir directamente contra el traidor, apesar de la guardia personal que tendría.
- ¡Soldado! - Le grité al de antes - ¿Por dónde quedaba el edificio administrativo? No lo recuerdo.
- Por allí señor - Me señaló al frente -, todo recto, luego giré a la derecha, y luego a la izquierda. Siga recto hasta encontrar los Centinelas guardando el edificio.
- De acuerdo.
Aumenté la velocidad, y seguí las indicaciones del Clon.
Agité mi cabeza, y, debido al sopor al cual no estaba acostumbrado, me quité el casco, dejando ver mi rostro.
- Dios, no aguanto más esta mierda...!
Detuve el deslizador, y, sin salir de él, me retiré el uniforme clon, y lo tiré al suelo.
Me volví a sentar, y aumenté la velocidad de nuevo.
Tras aproxidamente, unos diez o veinte minutos, debido a la lejanía del recorrido, aunque parecía muchísimo más corto debido a la escasa explicación del Soldado, llegué frente a un edificio, más o menos mediano, el cual estaba custodiado por dos Centinelas.
Detuve el deslizar, y salté fuera.
Comenzé a caminar, con paso firme, mientras mostraba mis Sables Láser y mi rostro, hacia la puerta, y hacia los Centinelas.
- Lo sentimos señor, no se puede entrar... - Dijo uno de los Centinelas, mirándome atentamente.
- Creo... que se equivoca... - Le dije, fríamente.
- ¡Cuidado! - Gritó.
Ambos Centinelas saltaron a sus respectivos lados, tomaron sus Sables Láser, y lo prendieron.
Sin esperar, saltaron hacia mí ferozmente.
Tomé dos Sables Láser, los prendí, y salté hacia atrás, esquivando sus ataques.
Ondeé mis Sables, y esta vez, fui yo el que se abalanzó contra ellos.
Bloquearon mi golpe, y empezamos una dura pelea.
Eran bastante fuertes, resistían duramente mis golpes, hasta que de pronto, salté por detrás de ellos y, mediante la Fuerza, empujé a uno contra el suelo.
Volví a saltar por encima del otro, y entrechoqué mi Sable Láser con el suyo.
Aparté mi Sable Láser, y, mediante la culata del Sable, golpeé en la cabeza a mi rival.
Me giré sobre mí mismo, y lo clavé en el pecho del Jedi.
Un ahogado grito de dolor emanó de él, y, acto seguido, cayó sin vida en el suelo.
Me giré para el otro Jedi.
Apagué ambos Sables, y los colgué en mi cinturón.
Atrajé su Sable Láser, sin que pudiera impedirlo.
Lo agarré, y lo lanzé con mucha fuerza hacia el suelo, rompiéndolo.
Elevé mi brazo derecho, y el cuello de mi enemigo comenzó a estrecharse, y a impedir la respiración del Centinela.
Comenzó a intentar respirar, pero le costaba muchísimo.
Sus ojos empezaron a tornarse blancos, debido a la falta de oxígeno hasta que, de pronto, su cuello cedió y sus ojos se cerraron, a la vez que su aura se desvanecía poco a poco.
Le solté, y su cuerpo, inerte ya, cayó al suelo.
Me giré de nuevo, y me dirigí a la puerta que era guardada por esos dos Centinelas, los cuales ya no estaban para ver como su respectiva misión, fracasaba totalmente.
Me acerqué a la puerta, y coloqué suavemente mi mano derecha sobre ella.
De pronto, ésta salió lanzada hacia el interior.
Salté hacia el interior, preparado para cualquier ataque, pero en cambio... nada... no había nadie...
Aunque realmente, no era así, si había una persona.
No la ví hasta que comenzó a caminar hacia mí.
Tomé un Sable Láser, y lo prendí.
Se denotaba que era un Jedi, debido a sus ropajes marrones.
Tenía el rostro cubierto, y no conseguía vérselo.
- Otro Jedi... más diversión... - Dije, sonriendo fríamente.
- Has cambiado mucho... muchísimo diría yo... desde la última vez que te ví. - Dijo el extraño Jedi.
- ¡¿Qué?! ¡¿Quién eres?!
- Eres tan poderoso... pero no eres capaz de averiguar quién soy...
En ese momento, no sabía por qué, me puse nervioso, y comenzé a mirarle, examinándole a fondo.
- ¡¿Quién eres, maldita sea?!
- La última vez que nos vimos... sí... lo recuerdo... fue aquella noche, aquella fría noche.
Yo acaba de salir de mis aposentos, y me dirigí al salón principal de Myrkr...
- Myrkr... no puede ser... - Susurré.
- ... y te encontré allí, encontré a un joven con túnicas marrones, y con un pelo de un color rojo fuerte... - continuó - viniste a hablar conmigo, muy preocupado... y yo comenzé a preocuparme también.
- No puede ser... no puede ser él... - Volví a susurrar.
- Me hablaste de tu disgusto con la Orden... con Ossus... con todo, menos con Myrkr... pero aún así... me dijistes que te ibas, y así hizistes... no te volví a ver desde entonces...
- Maestro... - Susurré.
- Has crecido mucho... noto una presencia increíblemente grande en tí... un inmenso poder... el Reverso Oscuro te ha cambiado, Silic, te ha cambiado por completo.
Agaché mi cabeza.
- No me llamo Silic... - Susurré.
- Sabes que sí, apesar del nombre que te pusieran...
Elevé mi cabeza, para mirarle, debido a que estaba haciendo un ademán, pero esta vez no con sus piernas, sino con sus manos.
Se comenzó a retirar la capucha lentamente, mostrando su rostro.
Así era, era él.
- Maestro Eek... - Susurré.
Rápidamente, tomó su Sable Láser, y lo prendió.
- Si quieres llegar a tu objetivo... tendrás que pasar por encima de mi cadáver... igual que hizistes con tu amigo...
- No puedo hacerlo... no puedo hacerle daño, Maestro...
- ¡¿Ahora me vienes con esas?! ¡Tu me traicionastes, y ahora vienes con esas!
- ¡Yo no te traicioné... los Jedis me traicionaron a mí, date cuenta!
- Estás cegado Sílic... y no dejaré que vayas a por quien buscas...
Me miró, buscando una inocente mirada en mí, pero cuando no la encontró...
- ...Tendrás que matarme. - Terminó.
Continuará...
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No obtengo nada en este capítulo.
Darth Tairon- Mensajes : 2341
Fecha de inscripción : 23/08/2011
Edad : 28
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Relatas como una niña en un parron.. Me imaginas a la autora de Harry Potter.. Bien emocional, aventurera, extravagante y incluso mágico..
en eso esta bién pero sigo pensando qué eres homosexual la forma como relatas tu roleo.
en eso esta bién pero sigo pensando qué eres homosexual la forma como relatas tu roleo.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
He mirado por encima y parece interesante.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo Yavin IV + Obtenciones] Encuentros del Pasado. (Revisado)
Capítulo Nueve - La Caída del Traidor.
(Penúltimo Capítulo).
El ambiente cada vez era más tenso entre nosotros dos.
Él sabía que mi poder llegaba a límites que no podría sobrepasar, y que
si yo hubiera querido, podría haber acabado con él rápidamente... pero a
su vez, él también conocía de mi afecto hacia quien una vez fue mi
mejor Maestro Jedi, y lo estaba usando contra mí.
- Esmic, apártate, no quiero hacerte daño...
solo vengo a cumplir mi misión, y es cortarle la cabeza al bastardo que
nos traicionó... - Le dije, tomando mi Sable Láser, y girándolo.
- Entonces... por esa misma regla, yo debería matarte a tí, ¿verdad? - Me dijo, arrogantemente.
- Yo no soy un traidor... - Le dije, con tranquilidad -, sabes que fueron los Jedi los que me traicionaron a mí.
- Yo no te traicioné.
- Pero los demás sí.
- ¿Y? Podías apoyarte en mí... yo podía ayudarte...
- Ya es tarde, Maestro... ahora soy un ser oscuro... un Guardián Sith.
- No... eso es lo que tu crees, y lo que ese Darth Sith tuyo te ha echo
creer, pero tu no eres así, Sílic... tu eres una buena persona, no
encajas con los Sith.
- Ahora mi familia está allí, en Yavin... y no les defraudaré...
- Me has defraudado a mí, ¿eso no importa?
- ¡Basta ya! ¡Para de hacer eso! - Le grité, furioso.
- ¿El qué?
- Confundirme... hacerme quedar mal... dejarme como el malo.
- ¡Esque eres el malo!
- ¡No! No es verdad...
Comenzó a caminar lentamente hacia mí, pocos metros, pero se detuvo a una distancia considerable de mi persona.
- Sílic... te daré una oportunidad...
vuelve conmigo... yo te adiestraré, te volveré a enseñar todo, volverás a
ser un Jedi... serás bien recibido.
- Maestro... - Le dije, casi desganado.
- ¿Si? - Dijo, intentando no expresar sus sentimientos, los cuales eran errados.
- Lo siento... - Susurré.
Elevé mi brazo derecho, el cual estaba
libre, y le arrebaté su Sable Láser de las manos, acto seguido, salté
hacia él, deteniéndome justo delante de su rostro.
Lanzé su Sable Láser por el suelo, y elevé de nuevo el brazo derecho, realizando un ademán de golpearle.
Extrañamente, una leve sonrisa se dibujó en su rostro, y después, mi
mano estalló en su cara, y lo lanzó contra la pared, haciendo que
quedara incosciente.
Comenzé a caminar lentamente hacia el ascensor, para subir al último
piso, donde se hallaba mi objetivo... pero aún así, me reconcomía la
consciencia, pensando en esa última sonrisa.
De pronto, noté algo que en años, en muchos años atrás, nunca había notado en mi rostro.
Una lágrima.
Una lágrima recorrió mi cara, hasta llegar al cuello, y de ahí, se precipitó al vacío...
Eso era lo que le produjo satisfacción a mi antiguo Maestro.
Antes de entrar en la cabina del ascensor, miré hacia atrás, y observé a Esmic, tirado en el suelo, e incosciente.
- Que la Fuerza te acompañe... - Susurré.
Entré en la cabina, y ajusté los páramos para que subiera al último piso.
Suspiré profundamente, intentando olvidar aquello que había sucedido.
Cada piso que subía aquel cacharro estaba más nervioso... durante todo
el trayecto... desde que mi caza se precipitó a las llanuras más lejanas
y perdidas de Tatooine, hasta aquella ciudad, había pensado en todo,
menos en como cumpliría mi misión, y como arrebataría la vida a uno que,
no hace mucho tiempo, fue uno de mis grandes amigos, aliado, y
compañero fiel... ¿cómo?...
Después de, aproximadamente, uno o dos minutos, aunque para mí fueron
eternos, la cabina del ascensor se detuvo, y marcó la décima planta...
la última, y asilo temporal de mi objetivo.
Volví a suspirar, y tomé dos Sables Láser.
Prendí ambos, y, de una fuerte patada, derribé las puertas del ascensor.
Como había previsto, dos nimios obstáculos se encontraban esperándome.
Rápidamente, abandoné la cabina, y salté hacia ellos.
Me planté en su espalda, y primero acabé con uno de ellos, rodeando su
cuello con mi brazo, y luego, con un corte limpio y seco, degollándole.
Sin esperar un segundo más, rodé hacia el otro enemigo.
Me planté delante de él, y corté en dos su blaster, luego, su cuello sufrió el mismo trágico destino.
Su cuerpo inerte cayó al suelo, a mis pies...
Ambos eran Soldados Clon.
De una pequeña patada aparté la cabeza descolgada del resto del cuerpo
de mi camino, y me planté frente a la puerta, la cual guardaba el
interior, donde se hallaba mi presa.
La analizé profundamente, buscando una manera insospechada por mi rival de entrar, pero me dí cuenta de que estaba sellada.
- Bien... - Susurré.
Apagué uno de mis Sables Láser, y lo colgué en mi cinturón.
Luego, me eché hacia atrás, dejando espacio, y ondeé mi Sable restante.
De una feroz estocada, introduje la hoja del Sable en la parte central
de la puerta, y me eché hacia delante, haciendo más presión.
Cerré mis ojos, y me concentré fuertemente.
Empezé a utilizar la Fuerza para producir el suficiente calor en la puerta, que ésta cediera ante mí.
Cuando lo ví preciso, abrí mis ojos, y saqué el Sable de allí, me eché
hacia atrás, y de una violenta patada lanzé la puerta abajo.
Entré en la habitación, y allí, postrado, e incrédulo al ver aquello, se encontraba mi objetivo, el antiguo Maestro Sith.
Aún portaba sus ropajes Sith, e intentó ocultar su temor hacia mí con palabras necias.
- Vaya Tairon... increíble que
hayas llegado tan lejos... mandé deshabilitar tu caza, y que así te
perdieras por las dunas... mandé a un antiguo compañero tuyo, y aún así
le matastes, mandé que te buscaran por toda la ciudad, y te
arrestaran... y aún así escapastes... ¿te has dado cuenta de lo que has
hecho?
- ¿De qué estupideces hablas, Nedeth?
- De todo lo que has hecho... has desafiado a la Orden Jedi, y la has
vencido, solo para llegar hasta mí, y así cumplir la misión de Gevura...
- Era mi misión, y moriré antes de fallarla.
- ¿Sabes lo que me da más pena? Que después de que hayas llegado tan lejos como has llegado, fracases...
- ¿Fallar?
- Te mataré Tairon, sabes que siempre fui más fuerte que tu, a pesar de nuestras distintas ramas.
- ¿Tu crees Nedeth? - Le dije, arrogante.
- Probémoslo.
Rápidamente, tomó un Sable Láser, y lo prendió.
Su hoja era de un extraño color hacia él, azul.
- Vaya, veo que los Jedis te han dado juguetito nuevo, ¿eh?
- Claro, importado de la Orden, especialmente para acabar con vidas de Guardianes Sith.
- Estúpido... - Susurré.
De un rápido salto, me planté ante él, y le hize creer que ese era mi primero ataque, mas erró en su defensa.
Volví a saltar atrás suya, y entonces es cuando realizé mi primera estocada.
Consiguió esquivarla sin dificultad, rodando por el suelo.
En un segundo se incorporó, y se lanzó contra mí.
Comenzó a lanzarme cortes por todos lados, increíblemente rápidos, pero no suficientes.
Empezé a bloquar todos su ataques, con una gran facilidad, hasta que de
pronto, gracias a una fuerte patada que le asesté, se detuvo en sus
ataques, y retrocedió.
- ¿Eso es lo único que sabes hacer, asqueroso traidor?
- Solo estoy empezando, mi querido amigo.
De nuevo, se lanzó contra mí, esta vez de un salto, pero errado.
Me eché hacia delante un poco, lo suficiente para colocarme justo debajo de él, antes de que cayera.
Elevé mi brazo izquierdo, cerré el puño, y le golpeé en el estómago, y
sin esperar a que terminara de caer, abrí el puño, y lo posé entero
sobre su pecho.
Acto seguido, mi antiguo compañero salió lanzado contra el techo, y luego cayó brutalmente en el suelo.
Un gemido de dolor proveniente de él se hizo denotar en mis oídos.
- Vaya, vaya... tanta palabrería y luego... mírate, ni me has tocado.
- ¡Maldito seas! - Gritó, a la vez que se levantaba, sin que yo me lo esperara.
Rápidamente elevó su puño, y un fuerte golpé restalló en mi cara.
Me volteé violentamente hacia atrás, y aprovechó eso para golpearme de
nuevo, no sé con que, en la espalda, y así tirarme al suelo.
- ¿Te ha gustado? ¿Qué te ha parecido?
- ¡Tu perdición!
Salté hacia atrás, y me coloqué en su espalda.
Rápidamente, llevé mi brazo a su cuello, y lo sujeté por ahí.
Usando su fuerza, lo tiré al suelo, acabando yo encima de él.
Le liberé de la llave, y le golpeé con el puño en la cara.
De nuevo, me volví a levantar, y, mediante la Fuerza, comenzé a elevarlo.
- Vamos a ver que te parece esto...
Con toda
mi ira, lo lanzé contra la pared brutalmente, pero consiguió amortiguar
levemente el golpe, evitando así quedar incosciente.
Sentado en el suelo, apoyado en la pared, me miró con una gran cara de
odio, mientras se limpiaba la sangre que le brotaba a borbotones de la
nariz y la boca.
- Tu lo has querido... - Dijo, mientras movía la cabeza de una lado a otro, exaltando así sus palabras.
De pronto, elevó su Sable Láser, y comenzó a caminar rápidamente hacia mí, a la vez que vociferaba un gran alarido de rabia.
- Que imbécil eres... - Susurré.
Preveí su ataque, pero aún así, él se me adelantó.
Me lanzé contra él, y debido al espacio que habia entre su espada y el
resto de su cuerpo, intenté acertarle en el pecho con mi Sable, pero él
ya lo visualizó.
Rápidamente saltó por encima de mí, creyendo que así podría acabar
conmigo, por la espalda... lo que él no sabía esque yo era más listo... y
más poderoso.
Rápidamente elevé mi Sable Láser, y con un corte limpio le desgarré el pecho y el estómago.
Tras eso, cayó al suelo, extremadamente dañado por mi golpe.
- Me has subestimado, Nedeth... lo has hecho, y ahora has caído ante mi poder.
- Maldito seas... ¡Maldito seas! - Me gritó, con las fuerzas que le quedaban.
Me incliné hacia él, y le miré a los ojos profundamente.
Negé con mi cabeza, mostrando mi decepción hacia aquel traidor.
- Tienes lo que te mereces... creistes
que podías escapar del Imperio Galáctico, y refugiarte con tus amigos,
los Jedi, pero ahora has comprobado como no ha sido así...
- Me... me... me da igual... tu estás muerto... el planeta está
rodeado... no podrás esca... no podrás esca... esca... - dio un último
suspiro - no podrás escapar... - Y su corazón se detuvo, al igual que
todas sus funciones corporales.
Apagué mi Sable Láser, y lo colgué en el cinturón.
Dirigí mi mano derecha hacia su cuello, y alcanzé un preciado objeto que había en él.
Lo sostuve con la mano, y lo analizé.
- Ya no necesitarás esto...
De un tirón, le arrebaté el medallón, el cual tenía grabado un símbolo Sith, y representaba la Orden Sith y al Imperio.
Me levanté, y miré el cadáver del que un día, fue un gran amigo y compañero.
Comenzé a caminar hacia la puerta cuando, un pitido ya conocido me detuvo.
Me percaté rápidamente de que era un comunicador, pero el mío no podía
ser... estaba destruido en la habitación donde me hospedé.
Miré hacia atrás, y observé el cadáver de mi objetivo.
Aún conservaba el comunicador de Yavin.
Me acerqué a él, y lo tomé.
Acepté la comunicación, y permanecí a la espera.
- ¿Quién se encuentra ahí? ¿Eres tú, asqueroso traidor?
- ¿Mi Darth?
- ¿Tairon?
- Sí, mi Darth.
- ¡Excelente! ¿Le has matado?
Agarré el comunicador, y me levanté de nuevo.
- Tengo su cuerpo, ya inerte, a mis pies, mi Darth... he cumplido la misión.
- ¡Increíble! ¡Bien hecho, Guardián!
- Pero ahora...
- Sí, a eso voy, Tairon... lo siento mucho, pero no podr... - De pronto,
se cortó la comunicación, y volvió a aparecer - ir... por... estaremos
allí...
- ¿Mi Darth? No le oigo, ¿qué ocurre?
Finalmente, la comunicación se cerró.
Las últimas palabras que entendí esque no podría estar allí... era mi
final... había completado mi misión, pero ese era mi final... mi último
día con vida, y ya lo había comprendido... no habría forma humana de
escapar de la Orden Jedi, yo solo...
Me giré, decepcionado, hacia la puerta... pero algo había cambiado.
Sobre un bordillo, junto al quizio de la puerta, se encontraba alguien con el que ya me había cruzado no hace demasiado... y también alguien que fue uno de mis mejores amigos, compañeros y aliados en otros tiempos...
- Khan... - Susurré - Has vuelto...
- Silic... - Dijo, mientras se incorporaba -, veo... veo que has logrado tu objetivo, has matado a tu amigo...
- No era mi amigo.
- ¿Ah, no?
- No.
- Entonces supongo que a mí, me matarás también, ¿no?
- Khan, te dejé libre... te dí una oportunidad y has regresado..., ¿por qué?
- ¿Por qué? Sencillo... cuando me encontraba liderando las tropas Clon en el edificio donde dormistes... me informaron de que nos flanqueastes, y que ya estabas aquí...
como líder de la legión clon destinada aquí, es mi deber venir aquí, y detenerte...
- ¿Crees que puedes?
- Quizás no, siento mucho poder en tí, y si has conseguido lograr llegar hasta aquí, después de tantos obstáculos... seguramente yo no seré nada para tí...
- Piensas bien...
- Pero tranquilo... si yo no te detengo, ahí fuera te esperan cientos de Caballeros Jedi, y miles de tropas Clon... si puedes con ellas, serás libre... - Dijo, irónicamente.
Fruncí el ceño, cabreado por aquellas palabras... ya que era la realidad.
Khan tomó su Sable Láser, lo prendió, y comenzó a caminar hacia mí.
Se paró a poca distancia, y me miró atentamente.
- Si quieres continuar tu camino... antes tendrás que matarme. - Terminó.
- Que así sea, Khan, que así sea.
Rápidamente tomé uno de mis Sables Láser, y lo prendí.
De un potente salto, me planté a la espalda del Cónsul Jedi, e intenté asestarle un golpe, pero lo bloqueó elegantemente.
Rodó hacia atrás, y ondeó su Sable Láser.
Esperaba paciente, sin atacar... solo defendía, y eso me irritaba.
Emití un gran alarido, y me abalanzé de nuevo contra él.
Esta vez le ataqué directamente, y fue entonces cuando comenzamos un duelo de espadas en toda regla.
Todo se fue convirtiendo en un gran duelo, un duelo que nunca antes había tenido.
Transcurrieron como cinco o diez minutos, y aquello no se acababa.
De vez en cuando, alguno de los dos conseguía alguna ventaja... pero luego nos igualábamos, era increíble...
- Increíble Khan... nunca me ví envuelto en algo así... eres muy fuerte, más de lo que pensé - Le dije, casi sin respiración.
- Lo mismo digo Sílic, has mejorado mucho... muchísimo, te has convertido en un ser muy poderoso... el Reverso Tenebroso te ha consumido... pero no del todo... sé que aún hay luz en tí.
- No te iguales a Esmic... ¡no soy un Jedi, ahora soy un ser oscuro por completo, y acabaré contigo!
De pronto, elevé a lo máximo mi Sable Láser, y con toda mi ira y toda mi fuerza, le asesté un gran golpe.
Intentó bloquear mi ataque, pero lo hize con demasiada fiereza, y él ya estaba cansado, así que cedió.
Cayó al suelo, y su Sable se apagó.
Volví a elever mi Sable, y le miré fijamente.
- Vamos... ya me has vencido... remátame...
No sabía por qué, pero no podía hacerlo... había pasado muchas cosas con él, y fue una de las mejores personas que conocí... no podía hacerle aquello.
- No puedo... - Susurré.
- Lo sabía... - Susurró contiguamente, él.
Me eché hacia atrás, aún sujetando mi Sable Láser.
Bajé mi cabeza, avergonzado por aquello.
Observé, por el rabillo del ojo, como Khan se levantaba, y tomaba su Sable.
Mientras, el mío se apagó, y cayó al suelo, debido a mi debilidad.
- No puede ser... ¿qué me pasa? - Volví a susurrar.
- Tu lado luminoso comienza a aflorar en tí... era cuestión de tiempo... - Me dijo.
No supe por qué, pero durante unos segundos, le creí... creí que tenía razón, pero no, no fue así.
Recordé aquellos momentos de sufrimiento que me hizieron pasar los Jedi, aquellas burlas, todo aquello... y luego todo el poder que había conseguido en la Orden Sith... respeto, fuerza, poder...
Exhalé ferozmente, y entonces, elevé mis brazos, y, mediante la Fuerza, lanzé por los aires a Khan.
Salió disparado contra la pared, y se estrelló.
Sus ojos se cerraron, pero no sabía si el golpe había sido mortal... o simplemente estaba incosciente.
Me acerqué a él, y, con los dedos índice y anular, los coloqué sobre su cuello y... sí, aún respiraba, estaba incosciente.
Me levanté, y atrajé mi Sable Láser.
Lo prendí, y lo elevé.
Le miré con rabia... le iba a asestar el golpe de gracia... pero no.
Lo apagué, y lo colgué en mi armadura.
- Debo salir de aquí... cuanto antes... - Susurré.
Intentaba no exteriorizarlo, pero interiormente sabía que estaba perdido, y que ese sería mi final...
-----------------------------------------------------------
Obtengo:
- Un Medallón Sith.
(Penúltimo Capítulo).
El ambiente cada vez era más tenso entre nosotros dos.
Él sabía que mi poder llegaba a límites que no podría sobrepasar, y que
si yo hubiera querido, podría haber acabado con él rápidamente... pero a
su vez, él también conocía de mi afecto hacia quien una vez fue mi
mejor Maestro Jedi, y lo estaba usando contra mí.
- Esmic, apártate, no quiero hacerte daño...
solo vengo a cumplir mi misión, y es cortarle la cabeza al bastardo que
nos traicionó... - Le dije, tomando mi Sable Láser, y girándolo.
- Entonces... por esa misma regla, yo debería matarte a tí, ¿verdad? - Me dijo, arrogantemente.
- Yo no soy un traidor... - Le dije, con tranquilidad -, sabes que fueron los Jedi los que me traicionaron a mí.
- Yo no te traicioné.
- Pero los demás sí.
- ¿Y? Podías apoyarte en mí... yo podía ayudarte...
- Ya es tarde, Maestro... ahora soy un ser oscuro... un Guardián Sith.
- No... eso es lo que tu crees, y lo que ese Darth Sith tuyo te ha echo
creer, pero tu no eres así, Sílic... tu eres una buena persona, no
encajas con los Sith.
- Ahora mi familia está allí, en Yavin... y no les defraudaré...
- Me has defraudado a mí, ¿eso no importa?
- ¡Basta ya! ¡Para de hacer eso! - Le grité, furioso.
- ¿El qué?
- Confundirme... hacerme quedar mal... dejarme como el malo.
- ¡Esque eres el malo!
- ¡No! No es verdad...
Comenzó a caminar lentamente hacia mí, pocos metros, pero se detuvo a una distancia considerable de mi persona.
- Sílic... te daré una oportunidad...
vuelve conmigo... yo te adiestraré, te volveré a enseñar todo, volverás a
ser un Jedi... serás bien recibido.
- Maestro... - Le dije, casi desganado.
- ¿Si? - Dijo, intentando no expresar sus sentimientos, los cuales eran errados.
- Lo siento... - Susurré.
Elevé mi brazo derecho, el cual estaba
libre, y le arrebaté su Sable Láser de las manos, acto seguido, salté
hacia él, deteniéndome justo delante de su rostro.
Lanzé su Sable Láser por el suelo, y elevé de nuevo el brazo derecho, realizando un ademán de golpearle.
Extrañamente, una leve sonrisa se dibujó en su rostro, y después, mi
mano estalló en su cara, y lo lanzó contra la pared, haciendo que
quedara incosciente.
Comenzé a caminar lentamente hacia el ascensor, para subir al último
piso, donde se hallaba mi objetivo... pero aún así, me reconcomía la
consciencia, pensando en esa última sonrisa.
De pronto, noté algo que en años, en muchos años atrás, nunca había notado en mi rostro.
Una lágrima.
Una lágrima recorrió mi cara, hasta llegar al cuello, y de ahí, se precipitó al vacío...
Eso era lo que le produjo satisfacción a mi antiguo Maestro.
Antes de entrar en la cabina del ascensor, miré hacia atrás, y observé a Esmic, tirado en el suelo, e incosciente.
- Que la Fuerza te acompañe... - Susurré.
Entré en la cabina, y ajusté los páramos para que subiera al último piso.
Suspiré profundamente, intentando olvidar aquello que había sucedido.
Cada piso que subía aquel cacharro estaba más nervioso... durante todo
el trayecto... desde que mi caza se precipitó a las llanuras más lejanas
y perdidas de Tatooine, hasta aquella ciudad, había pensado en todo,
menos en como cumpliría mi misión, y como arrebataría la vida a uno que,
no hace mucho tiempo, fue uno de mis grandes amigos, aliado, y
compañero fiel... ¿cómo?...
Después de, aproximadamente, uno o dos minutos, aunque para mí fueron
eternos, la cabina del ascensor se detuvo, y marcó la décima planta...
la última, y asilo temporal de mi objetivo.
Volví a suspirar, y tomé dos Sables Láser.
Prendí ambos, y, de una fuerte patada, derribé las puertas del ascensor.
Como había previsto, dos nimios obstáculos se encontraban esperándome.
Rápidamente, abandoné la cabina, y salté hacia ellos.
Me planté en su espalda, y primero acabé con uno de ellos, rodeando su
cuello con mi brazo, y luego, con un corte limpio y seco, degollándole.
Sin esperar un segundo más, rodé hacia el otro enemigo.
Me planté delante de él, y corté en dos su blaster, luego, su cuello sufrió el mismo trágico destino.
Su cuerpo inerte cayó al suelo, a mis pies...
Ambos eran Soldados Clon.
De una pequeña patada aparté la cabeza descolgada del resto del cuerpo
de mi camino, y me planté frente a la puerta, la cual guardaba el
interior, donde se hallaba mi presa.
La analizé profundamente, buscando una manera insospechada por mi rival de entrar, pero me dí cuenta de que estaba sellada.
- Bien... - Susurré.
Apagué uno de mis Sables Láser, y lo colgué en mi cinturón.
Luego, me eché hacia atrás, dejando espacio, y ondeé mi Sable restante.
De una feroz estocada, introduje la hoja del Sable en la parte central
de la puerta, y me eché hacia delante, haciendo más presión.
Cerré mis ojos, y me concentré fuertemente.
Empezé a utilizar la Fuerza para producir el suficiente calor en la puerta, que ésta cediera ante mí.
Cuando lo ví preciso, abrí mis ojos, y saqué el Sable de allí, me eché
hacia atrás, y de una violenta patada lanzé la puerta abajo.
Entré en la habitación, y allí, postrado, e incrédulo al ver aquello, se encontraba mi objetivo, el antiguo Maestro Sith.
Aún portaba sus ropajes Sith, e intentó ocultar su temor hacia mí con palabras necias.
- Vaya Tairon... increíble que
hayas llegado tan lejos... mandé deshabilitar tu caza, y que así te
perdieras por las dunas... mandé a un antiguo compañero tuyo, y aún así
le matastes, mandé que te buscaran por toda la ciudad, y te
arrestaran... y aún así escapastes... ¿te has dado cuenta de lo que has
hecho?
- ¿De qué estupideces hablas, Nedeth?
- De todo lo que has hecho... has desafiado a la Orden Jedi, y la has
vencido, solo para llegar hasta mí, y así cumplir la misión de Gevura...
- Era mi misión, y moriré antes de fallarla.
- ¿Sabes lo que me da más pena? Que después de que hayas llegado tan lejos como has llegado, fracases...
- ¿Fallar?
- Te mataré Tairon, sabes que siempre fui más fuerte que tu, a pesar de nuestras distintas ramas.
- ¿Tu crees Nedeth? - Le dije, arrogante.
- Probémoslo.
Rápidamente, tomó un Sable Láser, y lo prendió.
Su hoja era de un extraño color hacia él, azul.
- Vaya, veo que los Jedis te han dado juguetito nuevo, ¿eh?
- Claro, importado de la Orden, especialmente para acabar con vidas de Guardianes Sith.
- Estúpido... - Susurré.
De un rápido salto, me planté ante él, y le hize creer que ese era mi primero ataque, mas erró en su defensa.
Volví a saltar atrás suya, y entonces es cuando realizé mi primera estocada.
Consiguió esquivarla sin dificultad, rodando por el suelo.
En un segundo se incorporó, y se lanzó contra mí.
Comenzó a lanzarme cortes por todos lados, increíblemente rápidos, pero no suficientes.
Empezé a bloquar todos su ataques, con una gran facilidad, hasta que de
pronto, gracias a una fuerte patada que le asesté, se detuvo en sus
ataques, y retrocedió.
- ¿Eso es lo único que sabes hacer, asqueroso traidor?
- Solo estoy empezando, mi querido amigo.
De nuevo, se lanzó contra mí, esta vez de un salto, pero errado.
Me eché hacia delante un poco, lo suficiente para colocarme justo debajo de él, antes de que cayera.
Elevé mi brazo izquierdo, cerré el puño, y le golpeé en el estómago, y
sin esperar a que terminara de caer, abrí el puño, y lo posé entero
sobre su pecho.
Acto seguido, mi antiguo compañero salió lanzado contra el techo, y luego cayó brutalmente en el suelo.
Un gemido de dolor proveniente de él se hizo denotar en mis oídos.
- Vaya, vaya... tanta palabrería y luego... mírate, ni me has tocado.
- ¡Maldito seas! - Gritó, a la vez que se levantaba, sin que yo me lo esperara.
Rápidamente elevó su puño, y un fuerte golpé restalló en mi cara.
Me volteé violentamente hacia atrás, y aprovechó eso para golpearme de
nuevo, no sé con que, en la espalda, y así tirarme al suelo.
- ¿Te ha gustado? ¿Qué te ha parecido?
- ¡Tu perdición!
Salté hacia atrás, y me coloqué en su espalda.
Rápidamente, llevé mi brazo a su cuello, y lo sujeté por ahí.
Usando su fuerza, lo tiré al suelo, acabando yo encima de él.
Le liberé de la llave, y le golpeé con el puño en la cara.
De nuevo, me volví a levantar, y, mediante la Fuerza, comenzé a elevarlo.
- Vamos a ver que te parece esto...
Con toda
mi ira, lo lanzé contra la pared brutalmente, pero consiguió amortiguar
levemente el golpe, evitando así quedar incosciente.
Sentado en el suelo, apoyado en la pared, me miró con una gran cara de
odio, mientras se limpiaba la sangre que le brotaba a borbotones de la
nariz y la boca.
- Tu lo has querido... - Dijo, mientras movía la cabeza de una lado a otro, exaltando así sus palabras.
De pronto, elevó su Sable Láser, y comenzó a caminar rápidamente hacia mí, a la vez que vociferaba un gran alarido de rabia.
- Que imbécil eres... - Susurré.
Preveí su ataque, pero aún así, él se me adelantó.
Me lanzé contra él, y debido al espacio que habia entre su espada y el
resto de su cuerpo, intenté acertarle en el pecho con mi Sable, pero él
ya lo visualizó.
Rápidamente saltó por encima de mí, creyendo que así podría acabar
conmigo, por la espalda... lo que él no sabía esque yo era más listo... y
más poderoso.
Rápidamente elevé mi Sable Láser, y con un corte limpio le desgarré el pecho y el estómago.
Tras eso, cayó al suelo, extremadamente dañado por mi golpe.
- Me has subestimado, Nedeth... lo has hecho, y ahora has caído ante mi poder.
- Maldito seas... ¡Maldito seas! - Me gritó, con las fuerzas que le quedaban.
Me incliné hacia él, y le miré a los ojos profundamente.
Negé con mi cabeza, mostrando mi decepción hacia aquel traidor.
- Tienes lo que te mereces... creistes
que podías escapar del Imperio Galáctico, y refugiarte con tus amigos,
los Jedi, pero ahora has comprobado como no ha sido así...
- Me... me... me da igual... tu estás muerto... el planeta está
rodeado... no podrás esca... no podrás esca... esca... - dio un último
suspiro - no podrás escapar... - Y su corazón se detuvo, al igual que
todas sus funciones corporales.
Apagué mi Sable Láser, y lo colgué en el cinturón.
Dirigí mi mano derecha hacia su cuello, y alcanzé un preciado objeto que había en él.
Lo sostuve con la mano, y lo analizé.
- Ya no necesitarás esto...
De un tirón, le arrebaté el medallón, el cual tenía grabado un símbolo Sith, y representaba la Orden Sith y al Imperio.
Me levanté, y miré el cadáver del que un día, fue un gran amigo y compañero.
Comenzé a caminar hacia la puerta cuando, un pitido ya conocido me detuvo.
Me percaté rápidamente de que era un comunicador, pero el mío no podía
ser... estaba destruido en la habitación donde me hospedé.
Miré hacia atrás, y observé el cadáver de mi objetivo.
Aún conservaba el comunicador de Yavin.
Me acerqué a él, y lo tomé.
Acepté la comunicación, y permanecí a la espera.
- ¿Quién se encuentra ahí? ¿Eres tú, asqueroso traidor?
- ¿Mi Darth?
- ¿Tairon?
- Sí, mi Darth.
- ¡Excelente! ¿Le has matado?
Agarré el comunicador, y me levanté de nuevo.
- Tengo su cuerpo, ya inerte, a mis pies, mi Darth... he cumplido la misión.
- ¡Increíble! ¡Bien hecho, Guardián!
- Pero ahora...
- Sí, a eso voy, Tairon... lo siento mucho, pero no podr... - De pronto,
se cortó la comunicación, y volvió a aparecer - ir... por... estaremos
allí...
- ¿Mi Darth? No le oigo, ¿qué ocurre?
Finalmente, la comunicación se cerró.
Las últimas palabras que entendí esque no podría estar allí... era mi
final... había completado mi misión, pero ese era mi final... mi último
día con vida, y ya lo había comprendido... no habría forma humana de
escapar de la Orden Jedi, yo solo...
Me giré, decepcionado, hacia la puerta... pero algo había cambiado.
Sobre un bordillo, junto al quizio de la puerta, se encontraba alguien con el que ya me había cruzado no hace demasiado... y también alguien que fue uno de mis mejores amigos, compañeros y aliados en otros tiempos...
- Khan... - Susurré - Has vuelto...
- Silic... - Dijo, mientras se incorporaba -, veo... veo que has logrado tu objetivo, has matado a tu amigo...
- No era mi amigo.
- ¿Ah, no?
- No.
- Entonces supongo que a mí, me matarás también, ¿no?
- Khan, te dejé libre... te dí una oportunidad y has regresado..., ¿por qué?
- ¿Por qué? Sencillo... cuando me encontraba liderando las tropas Clon en el edificio donde dormistes... me informaron de que nos flanqueastes, y que ya estabas aquí...
como líder de la legión clon destinada aquí, es mi deber venir aquí, y detenerte...
- ¿Crees que puedes?
- Quizás no, siento mucho poder en tí, y si has conseguido lograr llegar hasta aquí, después de tantos obstáculos... seguramente yo no seré nada para tí...
- Piensas bien...
- Pero tranquilo... si yo no te detengo, ahí fuera te esperan cientos de Caballeros Jedi, y miles de tropas Clon... si puedes con ellas, serás libre... - Dijo, irónicamente.
Fruncí el ceño, cabreado por aquellas palabras... ya que era la realidad.
Khan tomó su Sable Láser, lo prendió, y comenzó a caminar hacia mí.
Se paró a poca distancia, y me miró atentamente.
- Si quieres continuar tu camino... antes tendrás que matarme. - Terminó.
- Que así sea, Khan, que así sea.
Rápidamente tomé uno de mis Sables Láser, y lo prendí.
De un potente salto, me planté a la espalda del Cónsul Jedi, e intenté asestarle un golpe, pero lo bloqueó elegantemente.
Rodó hacia atrás, y ondeó su Sable Láser.
Esperaba paciente, sin atacar... solo defendía, y eso me irritaba.
Emití un gran alarido, y me abalanzé de nuevo contra él.
Esta vez le ataqué directamente, y fue entonces cuando comenzamos un duelo de espadas en toda regla.
Todo se fue convirtiendo en un gran duelo, un duelo que nunca antes había tenido.
Transcurrieron como cinco o diez minutos, y aquello no se acababa.
De vez en cuando, alguno de los dos conseguía alguna ventaja... pero luego nos igualábamos, era increíble...
- Increíble Khan... nunca me ví envuelto en algo así... eres muy fuerte, más de lo que pensé - Le dije, casi sin respiración.
- Lo mismo digo Sílic, has mejorado mucho... muchísimo, te has convertido en un ser muy poderoso... el Reverso Tenebroso te ha consumido... pero no del todo... sé que aún hay luz en tí.
- No te iguales a Esmic... ¡no soy un Jedi, ahora soy un ser oscuro por completo, y acabaré contigo!
De pronto, elevé a lo máximo mi Sable Láser, y con toda mi ira y toda mi fuerza, le asesté un gran golpe.
Intentó bloquear mi ataque, pero lo hize con demasiada fiereza, y él ya estaba cansado, así que cedió.
Cayó al suelo, y su Sable se apagó.
Volví a elever mi Sable, y le miré fijamente.
- Vamos... ya me has vencido... remátame...
No sabía por qué, pero no podía hacerlo... había pasado muchas cosas con él, y fue una de las mejores personas que conocí... no podía hacerle aquello.
- No puedo... - Susurré.
- Lo sabía... - Susurró contiguamente, él.
Me eché hacia atrás, aún sujetando mi Sable Láser.
Bajé mi cabeza, avergonzado por aquello.
Observé, por el rabillo del ojo, como Khan se levantaba, y tomaba su Sable.
Mientras, el mío se apagó, y cayó al suelo, debido a mi debilidad.
- No puede ser... ¿qué me pasa? - Volví a susurrar.
- Tu lado luminoso comienza a aflorar en tí... era cuestión de tiempo... - Me dijo.
No supe por qué, pero durante unos segundos, le creí... creí que tenía razón, pero no, no fue así.
Recordé aquellos momentos de sufrimiento que me hizieron pasar los Jedi, aquellas burlas, todo aquello... y luego todo el poder que había conseguido en la Orden Sith... respeto, fuerza, poder...
Exhalé ferozmente, y entonces, elevé mis brazos, y, mediante la Fuerza, lanzé por los aires a Khan.
Salió disparado contra la pared, y se estrelló.
Sus ojos se cerraron, pero no sabía si el golpe había sido mortal... o simplemente estaba incosciente.
Me acerqué a él, y, con los dedos índice y anular, los coloqué sobre su cuello y... sí, aún respiraba, estaba incosciente.
Me levanté, y atrajé mi Sable Láser.
Lo prendí, y lo elevé.
Le miré con rabia... le iba a asestar el golpe de gracia... pero no.
Lo apagué, y lo colgué en mi armadura.
- Debo salir de aquí... cuanto antes... - Susurré.
Intentaba no exteriorizarlo, pero interiormente sabía que estaba perdido, y que ese sería mi final...
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Obtengo:
- Un Medallón Sith.
Última edición por Tairon. el Jue Nov 24, 2011 12:28 am, editado 1 vez
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