[Roleo de Alderaan] Corazón Blanco

Puede haber muchas maneras de interpretarse lo que vi allá adentro.
Mis relaciones en un punto de mi vida, llegarían a ser mi debilidad, posteriormente.
¿Era aquello algo que debía evitar?
Pasé mucho pensando aquello, quien sabe, todavía no tengo respuesta.
Es algo irrelevante para muchos, pero yo estaba siendo devastado. Podía sentir el lado oscuro cada vez más cerca, y la tentación... No era nada fácil. Todo esto estaba acompañado de golpes, sollozos, lloriqueos, nuevamente golpes, suspiros. No me quedé quieto, estaba impaciente, desconsolado, solo, asustado como cual niño pequeño se ha perdido en un mercado. No sabía a quien creerle, a mis sentimientos, o a las enseñanzas de mis ancestros. No sabía.

Seguí meditando, durante horas, largas pero necesarias horas. Era totalmente incierto que esto estuviera tardandome tanto tiempo. Ninguno de mis aprendices se dignó a entrar, puesto que les había advertido que no lo hicieran, mas no me dejaron solo, estuvieron en constante vigilancia de mi, afuera de la cámara donde me encontraba.
Quedaban pocas horas para llegar a Alderaan, y tomé mi desición final.

Debía cortar aquellos lazos que me amarraban.

Yo pasaría de ser a aquel Jedi carismático, que todos conocían, a una persona callada, fría y sin respuesta, simulando una piedra.
Paf jajaja, eso pensé a primera vista.
Me entregaría como un tontuelo se entrega a una mujer cuando está completamente enamorado, me entregaría por la orden jedi, siendo su esclavo. Viviente de la fuerza, vidente de mi presencia. Todo esto con el vano significado de curar una malsana insistencia proveniente de mi miedo, y mis dudas.
Ser Jedi no es fácil, aunque amenudo, he escuchado que muchos lo dicen.

Fué interrumpido, y enhorabuena que fué interrumpido mi sufrimiento.

Habíamos aterrizado ya en Alderaan.
Todos me esperaban con ansias, apesar de que no fuera alguien de su agrado.

Caminé hasta la salida, aquella plataforma de descenso que sentí tan larga.
Cada paso que daba me alejaba de todo. Cuando finalmente, vi la luz exterior, después de varias semanas de no verla, no fue de mi agrado. Me tapé la cara con mi brazo, siendo impactado por la reluciente luz. Cuando finalmente quite mi brazo, ya había recuperado gran parte de mi capacidad visual, que había sido aturdida por la luz. Todos me saludaban, todos felicitaban a Garek, Larissa y Dayna.

'' Bienvenido, nos alegra que hayas vuelto ''

Frases llenas de hipocresía que llenaban y aturdían mis oídos.


Me retiré y me aleje de todos, para llegar al único lugar que realmente anhelaba. El jardín de meditación. Ahí pasaría porlomenos unas cuantas semanas, meditando, y sólo alimentándome de la fuerza, y todo lo que esta tenía que ofrecerme. Eran medidas drásticas, pero algo en mi debía cambiar. Mi actitud no era ya la de un Jedi, pero no sabía que estaba ocurriendo. Nuevamente, caí en un trance con la fuerza...