[Roleo de Ygziir] Shedao Steng
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-Shari
Shrek
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[Roleo de Ygziir] Shedao Steng
CAPÍTULO I
Sin amistades, sin compañía, sin nombre. Uno más de la multitud, otro guerrero sin importancia en una guerra donde millones como yo perecerán sin que nadie los conozca o recuerde. Tan sólo unos cuantos sobrevivirán, tan sólo uno alcanzará la gloria máxima para su pueblo.
¿Mi nombre? nunca se me fue adjudicado ninguno, pero si una labor: la de matar enemigos. Como miembro de la casta guerrera Yuuzhan Vong fui enviado a la guerra para limpiar la galaxia de seres impuros. Y así fue como comenzó todo.
Hace 2 años, en Coruscant
- ¡¡Do'-ro'ik vong pratte!!
Las tropas Yuuzhan Vong se lanzaron al ataque contra los jedi y toda la resistencia republicana al unísono. Las defensas de la capital eran fuertes, divisiones y divisiones de soldados armados con blasters eran capitaneados por caballeros jedi bien entrenados. Por otro lado, los invasores eran comandados por el Maesto de guerra Tsavong Lah, un antiguo Yuuzhan Vong reconocido por todos sus guerreros como uno de los mejores luchadores, si no el mejor.
Ambos bandos estaban equilibrados con respecto a su rival, por lo que la batalla no se decantaba por nadie en especial. Aun así, los defensores iban retrocediendo por momentos, hasta llegar al templo jedi, donde quedaban las mas numerosas tropas de retaguardia. De las espaldas de los soldados aparecieron docenas de jedi, desde jovenes padawans hasta los mas viejos maestros de la orden. Tsavong Lah decapitó a un anciano maestro entre gritos y arrojó la cabeza contra un joven padawan, lo que hizo que sus tropas lucharan con aún mas furor. A pesar del coraje mostrado por las tropas de avanzada de los Yuuzhan Vong poco a poco iban disminuyendo en número, sintiéndose impotentes contra los republicanos, hasta tal punto donde quedaban poco mas de cincuenta guerreros en ese sector contra la mitad de soldados republicanos y casi el doble de jedi.
Tras ver el panorama que se cernía ante mi, eché a correr en dirección contraria a la lucha. Todos me miraron con desprecio, incluso alguno intentó matarme, pero Tsavong Lah había planificado todo esto, por lo que animó a sus tropas a seguir luchando y que hicieran caso omiso de mi partida.
Corrí hasta llegar a las bionaves y me adentré en la insignia de Tsavong Lah, abriéndome paso por todas las salas hasta llegar a unas grandes jaulas, donde insectos amorfos dormían. Por otro lado, los guerreros caían por montones contra los jedi, que habían sufrido pocas bajas, sin contar a los soldados republicanos, de los que ya no quedaba ninguno con vida en la zona. Tan sólo un grupo reducido de menos de una decena de yuuzhan vongs quedaba luchando, siguiendo a su Maestro de Guerra, que aún quedaba con vida, embadurnado con la sangre de sus rivales. Por un momento se sintieron rodeados, hasta que una hoz atravesó desde la espalda a un jedi, saliendo la hoja curvada por su pecho. Veinte Vagh Rodiek conmigo a la cabeza habían aparecido por la espalda.
Con mi anfibastón rodee la cabeza de un maestro y este lo mordió en el cuello, inyectándole un veneno letal que lo hizo caer al suelo sin vida. Me abrí paso hasta Tsavong matando a todo lo que se interponía en mi camino, dejando que los Vagh Rodiek hicieran el resto del trabajo. Para cuando llegué a donde este, tan sólo quedaba un anciano jedi con vida. Con mi anfibaston lo comencé a estrangular, para cuando afloje lo comencé a arrastrar por el suelo.
Al mirar al horizonte un gran mundonave eclipsaba las lunas de Coruscant. Desde este descendieron varias bionaves aterrizando cerca de nosotros. Tsavong me hizo una señal para que lo siguiera y comenzamos a caminar hasta donde aterrizaron, con el maestro jedi aún siendo sujetado por mi arma como si de una correa se tratase. Al llegar, varios asesinos yuuzhan vong bajaron, seguido por un séquito de moldeadores que miraron orgullosos a los Vagh Rodiek que habían luchado. Detrás de estos, para sorpresa de todo llegó el Sumo Señor Yu'Shaa.
Tsavong se arrodilló e imité su movimiento agachando mi cabeza y mi cuerpo. Este con su mano tocó mi nuca y siguió caminando hasta donde estaba el único defensor vivo. Yu'Shaa acarició la cabeza de mi anfibaston y este soltó el cuello del viejo para que ahora lo rodeara la mano del Supremo Soberano. Poco a poco apretó su cuello hasta que con una fuerza increíble lo lanzó hasta los moldeadores para que estos hicieran mas tarde su trabajo. Yu'Shaa volvió a mirarme e hizo un gesto para que nos levantaramos ambos.
- Ha sido una gran victoria, Tsavong Lah.
- El mérito no es mio Supremo Soberano, es de él
- Vaya vaya -Dijo Yu'Shaa al mirarme- ¿Como es tu nombre?
CAPÍTULO II
Shedao.
Ygziir, 3 años después
Me encontraba a las puertas del gran santuario de Ygziir, un edificio que rendía culto a Yun'Yammka, un dios, mi dios. Hacía ya tiempo desde aquella batalla, en la que Yu'Shaa me había criado como a su propio hijo, cosa que me había impulsado dentro de la sociedad Yuuzhan Vong. Mi vida había cambiado completamente, pasé de ser un peón mas a uno de los mas temibles seres de mi raza, y no era para menos, ya que bajo mi mando los fieles guerreros que me acompañaban habían tomado posesión de innumerables mundos y sistemas. Poseía todo aquello que siempre había anhelado... honor, deber, devoción, poder, y sobre todo, un nombre.
Al entrar al santuario varios guardianes se arrodillaban a mi paso en señal de respeto. Mi ego se había visto incrementado a tal punto en el que creía ser inmortal, llegar a pocos pasos de los dioses, pero al fin y al cabo, nadie se podía comparar a esos seres inmortales, esa arrogancia era la perdición de cualquier persona. Haciendo caso omiso de las reverencias crucé el gran pasillo hasta llegar a la estatua de Yun'Yammka, donde me esperaban mis compañeros de la Élite, los mas poderosos de nuestra raza. Hice una pequeña inclinación con la cabeza al ver a mi padre adoptivo, Yu'Shaa y miré a Rashker Jamaane, un viejo amigo.
- Bien, ahora que ha llegado Shedao... -Dijo mirandome- podemos comenzar. Nuestro poder se ha visto incrementado, poco a poco estamos limpiando esta galaxia impura de seres insignificantes, Yun'Yammka está orgulloso de nosotros. Pero no os he reunido aqui para hablarlos de eso. Tengo una noticia para ustedes, alguien ha vuelto después de tanto tiempo...
Antes de que pudiera acabar de hablar, de detrás de la grandiosa estatua apareció una figura que había visto antes, aquella persona que me otorgó el cargo de guerrero y que yo tanto admiraba. Dio varios pasos y se colocó delante de Rashker mirandome fijamente.
- Mucho tiempo ha pasado -Dijo al quitar la vista de mi, esbozando una pequeña sonrisa que pasó desapercibida por todos, menos por mi- veo que habéis echo un buen trabajo, me enorgullece
- Quett.. mucho tiempo ha pasado -Se le escuchó decir a Yu'shaa por lo bajo- Me alegro de verte
Era ella, Quett Steng. La última vez que la había visto era la Suprema Soberana cuando nos localizabamos en Zonama Sekot. Millones de recuerdos se agolparon en mi mente, fueron tiempos dificiles para los Yuuzhan Vong. Nunca se había fijado en mi, y es normal, ni siquiera yo me apreciaba a mi mismo en aquellos tiempos, habían millones como yo. Pero esos tiempos acabaron, ahora era un grande entre los mios, alguien a quien seguir, alguien a quien temer.
- Si me disculpan.. -Dije al salir de mis pensamientos- Tengo una batalla que luchar
Nadie pudo decir palabra cuando ya había abandonado la estancia. Recorri el pasillo por donde entré y al salir del santuario una bionave me esperaba para volver a Tython, donde estaba comandando una avanzada para que pudiera llegar el grueso del gran ejército. Al subir a la nave tomé asiento en el puesto de mando y nos adentramos en el hiperespacio. Esa mujer seguía dentro de mi cabeza, y no sabía por qué... tenía algo, algo que.. ¿me gustaba?. No podía ser, almenos de eso intenté convencerme, mi existencia estaba creada unicamente para combatir y destruir, que era lo que había
dedicado toda mi vida.
Al salir del hiperespacio me encontré todo como lo había dejado. Restos de naves ondeaban por la atmósfera del planeta, caos y destrucción por doquier. Aterrizamos en la superficie escoltados por dos pequeñas bionaves. Al salir un grupo de guerreros me esperaban, y, entre ellos, Tsavong Lah.
- Mucho tiempo ha pasado Tsavong, no sabía que estabas aqui
- Yo tampoco sabía que iba a venir -Respondió riendose- pero donde hallan enemigos estará mi anfibastón
No pudimos acabar la conversación cuando varios soldados republicanos saltaron de entre los edificios destruidos. Llegué a contar una docena, así que no sería ninguna molesta al haber varias divisiones de fieros guerreros experimentados a mi alrededor... incluso yo sólo podría haber acabado con sus vidas en un abrir y cerrar de ojos. Negué con la cabeza al ver como, en cuestión de segundos, las centenas de guerreros reducieron a cenizas a aquellos insensatos. En el fondo los comprendía, luchaban por su vida, por su pueblo, por sus seres ueridos... y una vez más, a mi mente llegó la imagen de Quett. Alterado, pisé el craneo de uno de los muertos y alcé mi arma en dirección a las trincheras enemigas.
Encabezando el ataque salté hacia estas y tomé por el cuello a un joven soldado, no tendría mas de dieciocho años, era tan sólo un niño, pero era un ser impuro,
no merecía la vida. Estrujé su cuello acabando con su vida y a mis espaldas mis soldados tomaban posiciones a la cabeza de Tsavong, limpiando las barricadas de enemigos. Mientras miraba el avance, un disparo impactó en mi pierna. Me arrodillé en el suelo y toqué la herida con mi mano libre. Al llevarmela a la boca pasé mi lengua por los dedos sangrientos y me levanté riendo. Al darme la vuelta otro soldado había dado muerte a mi atacante. Varios de mis subordinados me miraron asombrados, era la primera vez que sangraba en batalla. Levanté mi mano sangrienta y grité "¡Yun'Yammka!". Todos corearon el nombre de nuestro dios asesino después de mis palabras, ningúna resistencia quedaba en el lugar. Caminé cojeando hasta el puesto de mando republicano, ya destruido, y lancé todos los mapas y figuras
que simulaban ser las tropas al suelo.
- Llamaré a alguien para que cure esa herida señor
- ¿Te crees que soy un avergonzado que necesita ayuda? -Dije momentos antes de empujarlo, viendolo caer contra el suelo- Largo de mi vista.
- Pues a mi me parece que si la necesitas
Otra vez aquella voz, aquella persona. La figura femenina de Quett emergió entre los demás soldados, que miraban sorprendidos la escena. Mirandome a los ojos tomó mi
pierna de una forma brusca y, sin pudor alguno, apretó una vara con venogel en llamas que traía consigo. Después de que esta la quitara, al oler la carne quemada, me puse
en pie y comencé a dar ordenes al ejército para que se posicionara. Al mirar a Quett para pedir explicaciones esta pasó su mano por mi cara, acariciandola.
- Ya no eres aquel patético intento de guerrero, has crecido
- No sé si darte las gracias por eso, pero en todo caso no lo haré. Soy uno de los mejores, no hay forma de vencerme.
- Si la hay... pero no la conoces. Subestimas el arma de una mujer.
Y, ante la atenta mirada de las lunas de Tython Quett besó a Shedao.
- Spoiler:
Sin amistades, sin compañía, sin nombre. Uno más de la multitud, otro guerrero sin importancia en una guerra donde millones como yo perecerán sin que nadie los conozca o recuerde. Tan sólo unos cuantos sobrevivirán, tan sólo uno alcanzará la gloria máxima para su pueblo.
¿Mi nombre? nunca se me fue adjudicado ninguno, pero si una labor: la de matar enemigos. Como miembro de la casta guerrera Yuuzhan Vong fui enviado a la guerra para limpiar la galaxia de seres impuros. Y así fue como comenzó todo.
Hace 2 años, en Coruscant
- ¡¡Do'-ro'ik vong pratte!!
Las tropas Yuuzhan Vong se lanzaron al ataque contra los jedi y toda la resistencia republicana al unísono. Las defensas de la capital eran fuertes, divisiones y divisiones de soldados armados con blasters eran capitaneados por caballeros jedi bien entrenados. Por otro lado, los invasores eran comandados por el Maesto de guerra Tsavong Lah, un antiguo Yuuzhan Vong reconocido por todos sus guerreros como uno de los mejores luchadores, si no el mejor.
Ambos bandos estaban equilibrados con respecto a su rival, por lo que la batalla no se decantaba por nadie en especial. Aun así, los defensores iban retrocediendo por momentos, hasta llegar al templo jedi, donde quedaban las mas numerosas tropas de retaguardia. De las espaldas de los soldados aparecieron docenas de jedi, desde jovenes padawans hasta los mas viejos maestros de la orden. Tsavong Lah decapitó a un anciano maestro entre gritos y arrojó la cabeza contra un joven padawan, lo que hizo que sus tropas lucharan con aún mas furor. A pesar del coraje mostrado por las tropas de avanzada de los Yuuzhan Vong poco a poco iban disminuyendo en número, sintiéndose impotentes contra los republicanos, hasta tal punto donde quedaban poco mas de cincuenta guerreros en ese sector contra la mitad de soldados republicanos y casi el doble de jedi.
Tras ver el panorama que se cernía ante mi, eché a correr en dirección contraria a la lucha. Todos me miraron con desprecio, incluso alguno intentó matarme, pero Tsavong Lah había planificado todo esto, por lo que animó a sus tropas a seguir luchando y que hicieran caso omiso de mi partida.
Corrí hasta llegar a las bionaves y me adentré en la insignia de Tsavong Lah, abriéndome paso por todas las salas hasta llegar a unas grandes jaulas, donde insectos amorfos dormían. Por otro lado, los guerreros caían por montones contra los jedi, que habían sufrido pocas bajas, sin contar a los soldados republicanos, de los que ya no quedaba ninguno con vida en la zona. Tan sólo un grupo reducido de menos de una decena de yuuzhan vongs quedaba luchando, siguiendo a su Maestro de Guerra, que aún quedaba con vida, embadurnado con la sangre de sus rivales. Por un momento se sintieron rodeados, hasta que una hoz atravesó desde la espalda a un jedi, saliendo la hoja curvada por su pecho. Veinte Vagh Rodiek conmigo a la cabeza habían aparecido por la espalda.
- Spoiler:
- Vagh Rodiek
Con mi anfibastón rodee la cabeza de un maestro y este lo mordió en el cuello, inyectándole un veneno letal que lo hizo caer al suelo sin vida. Me abrí paso hasta Tsavong matando a todo lo que se interponía en mi camino, dejando que los Vagh Rodiek hicieran el resto del trabajo. Para cuando llegué a donde este, tan sólo quedaba un anciano jedi con vida. Con mi anfibaston lo comencé a estrangular, para cuando afloje lo comencé a arrastrar por el suelo.
Al mirar al horizonte un gran mundonave eclipsaba las lunas de Coruscant. Desde este descendieron varias bionaves aterrizando cerca de nosotros. Tsavong me hizo una señal para que lo siguiera y comenzamos a caminar hasta donde aterrizaron, con el maestro jedi aún siendo sujetado por mi arma como si de una correa se tratase. Al llegar, varios asesinos yuuzhan vong bajaron, seguido por un séquito de moldeadores que miraron orgullosos a los Vagh Rodiek que habían luchado. Detrás de estos, para sorpresa de todo llegó el Sumo Señor Yu'Shaa.
Tsavong se arrodilló e imité su movimiento agachando mi cabeza y mi cuerpo. Este con su mano tocó mi nuca y siguió caminando hasta donde estaba el único defensor vivo. Yu'Shaa acarició la cabeza de mi anfibaston y este soltó el cuello del viejo para que ahora lo rodeara la mano del Supremo Soberano. Poco a poco apretó su cuello hasta que con una fuerza increíble lo lanzó hasta los moldeadores para que estos hicieran mas tarde su trabajo. Yu'Shaa volvió a mirarme e hizo un gesto para que nos levantaramos ambos.
- Ha sido una gran victoria, Tsavong Lah.
- El mérito no es mio Supremo Soberano, es de él
- Vaya vaya -Dijo Yu'Shaa al mirarme- ¿Como es tu nombre?
CAPÍTULO II
Shedao.
Ygziir, 3 años después
Me encontraba a las puertas del gran santuario de Ygziir, un edificio que rendía culto a Yun'Yammka, un dios, mi dios. Hacía ya tiempo desde aquella batalla, en la que Yu'Shaa me había criado como a su propio hijo, cosa que me había impulsado dentro de la sociedad Yuuzhan Vong. Mi vida había cambiado completamente, pasé de ser un peón mas a uno de los mas temibles seres de mi raza, y no era para menos, ya que bajo mi mando los fieles guerreros que me acompañaban habían tomado posesión de innumerables mundos y sistemas. Poseía todo aquello que siempre había anhelado... honor, deber, devoción, poder, y sobre todo, un nombre.
Al entrar al santuario varios guardianes se arrodillaban a mi paso en señal de respeto. Mi ego se había visto incrementado a tal punto en el que creía ser inmortal, llegar a pocos pasos de los dioses, pero al fin y al cabo, nadie se podía comparar a esos seres inmortales, esa arrogancia era la perdición de cualquier persona. Haciendo caso omiso de las reverencias crucé el gran pasillo hasta llegar a la estatua de Yun'Yammka, donde me esperaban mis compañeros de la Élite, los mas poderosos de nuestra raza. Hice una pequeña inclinación con la cabeza al ver a mi padre adoptivo, Yu'Shaa y miré a Rashker Jamaane, un viejo amigo.
- Bien, ahora que ha llegado Shedao... -Dijo mirandome- podemos comenzar. Nuestro poder se ha visto incrementado, poco a poco estamos limpiando esta galaxia impura de seres insignificantes, Yun'Yammka está orgulloso de nosotros. Pero no os he reunido aqui para hablarlos de eso. Tengo una noticia para ustedes, alguien ha vuelto después de tanto tiempo...
Antes de que pudiera acabar de hablar, de detrás de la grandiosa estatua apareció una figura que había visto antes, aquella persona que me otorgó el cargo de guerrero y que yo tanto admiraba. Dio varios pasos y se colocó delante de Rashker mirandome fijamente.
- Mucho tiempo ha pasado -Dijo al quitar la vista de mi, esbozando una pequeña sonrisa que pasó desapercibida por todos, menos por mi- veo que habéis echo un buen trabajo, me enorgullece
- Quett.. mucho tiempo ha pasado -Se le escuchó decir a Yu'shaa por lo bajo- Me alegro de verte
Era ella, Quett Steng. La última vez que la había visto era la Suprema Soberana cuando nos localizabamos en Zonama Sekot. Millones de recuerdos se agolparon en mi mente, fueron tiempos dificiles para los Yuuzhan Vong. Nunca se había fijado en mi, y es normal, ni siquiera yo me apreciaba a mi mismo en aquellos tiempos, habían millones como yo. Pero esos tiempos acabaron, ahora era un grande entre los mios, alguien a quien seguir, alguien a quien temer.
- Si me disculpan.. -Dije al salir de mis pensamientos- Tengo una batalla que luchar
Nadie pudo decir palabra cuando ya había abandonado la estancia. Recorri el pasillo por donde entré y al salir del santuario una bionave me esperaba para volver a Tython, donde estaba comandando una avanzada para que pudiera llegar el grueso del gran ejército. Al subir a la nave tomé asiento en el puesto de mando y nos adentramos en el hiperespacio. Esa mujer seguía dentro de mi cabeza, y no sabía por qué... tenía algo, algo que.. ¿me gustaba?. No podía ser, almenos de eso intenté convencerme, mi existencia estaba creada unicamente para combatir y destruir, que era lo que había
dedicado toda mi vida.
Al salir del hiperespacio me encontré todo como lo había dejado. Restos de naves ondeaban por la atmósfera del planeta, caos y destrucción por doquier. Aterrizamos en la superficie escoltados por dos pequeñas bionaves. Al salir un grupo de guerreros me esperaban, y, entre ellos, Tsavong Lah.
- Mucho tiempo ha pasado Tsavong, no sabía que estabas aqui
- Yo tampoco sabía que iba a venir -Respondió riendose- pero donde hallan enemigos estará mi anfibastón
No pudimos acabar la conversación cuando varios soldados republicanos saltaron de entre los edificios destruidos. Llegué a contar una docena, así que no sería ninguna molesta al haber varias divisiones de fieros guerreros experimentados a mi alrededor... incluso yo sólo podría haber acabado con sus vidas en un abrir y cerrar de ojos. Negué con la cabeza al ver como, en cuestión de segundos, las centenas de guerreros reducieron a cenizas a aquellos insensatos. En el fondo los comprendía, luchaban por su vida, por su pueblo, por sus seres ueridos... y una vez más, a mi mente llegó la imagen de Quett. Alterado, pisé el craneo de uno de los muertos y alcé mi arma en dirección a las trincheras enemigas.
Encabezando el ataque salté hacia estas y tomé por el cuello a un joven soldado, no tendría mas de dieciocho años, era tan sólo un niño, pero era un ser impuro,
no merecía la vida. Estrujé su cuello acabando con su vida y a mis espaldas mis soldados tomaban posiciones a la cabeza de Tsavong, limpiando las barricadas de enemigos. Mientras miraba el avance, un disparo impactó en mi pierna. Me arrodillé en el suelo y toqué la herida con mi mano libre. Al llevarmela a la boca pasé mi lengua por los dedos sangrientos y me levanté riendo. Al darme la vuelta otro soldado había dado muerte a mi atacante. Varios de mis subordinados me miraron asombrados, era la primera vez que sangraba en batalla. Levanté mi mano sangrienta y grité "¡Yun'Yammka!". Todos corearon el nombre de nuestro dios asesino después de mis palabras, ningúna resistencia quedaba en el lugar. Caminé cojeando hasta el puesto de mando republicano, ya destruido, y lancé todos los mapas y figuras
que simulaban ser las tropas al suelo.
- Llamaré a alguien para que cure esa herida señor
- ¿Te crees que soy un avergonzado que necesita ayuda? -Dije momentos antes de empujarlo, viendolo caer contra el suelo- Largo de mi vista.
- Pues a mi me parece que si la necesitas
Otra vez aquella voz, aquella persona. La figura femenina de Quett emergió entre los demás soldados, que miraban sorprendidos la escena. Mirandome a los ojos tomó mi
pierna de una forma brusca y, sin pudor alguno, apretó una vara con venogel en llamas que traía consigo. Después de que esta la quitara, al oler la carne quemada, me puse
en pie y comencé a dar ordenes al ejército para que se posicionara. Al mirar a Quett para pedir explicaciones esta pasó su mano por mi cara, acariciandola.
- Ya no eres aquel patético intento de guerrero, has crecido
- No sé si darte las gracias por eso, pero en todo caso no lo haré. Soy uno de los mejores, no hay forma de vencerme.
- Si la hay... pero no la conoces. Subestimas el arma de una mujer.
Y, ante la atenta mirada de las lunas de Tython Quett besó a Shedao.
Última edición por Vodran el Jue Feb 27, 2014 11:06 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Ygziir] Shedao Steng
Buena persona, mejor roleo, espero que esto tenga una continuación viejo, esta bastante interesante.
Shrek- Mensajes : 763
Fecha de inscripción : 05/09/2011
Edad : 94
Localización : Shrek is love, Shrek is life
Re: [Roleo de Ygziir] Shedao Steng
Ai magreo*
UFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF esa quett no se lo piensa dos veces .
Te quedo muy bien my love <3
UFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF esa quett no se lo piensa dos veces .
Te quedo muy bien my love <3
-Shari- Mensajes : 319
Fecha de inscripción : 08/09/2011
Edad : 30
Localización : En Italia con mis amixos ejjrjejre
Re: [Roleo de Ygziir] Shedao Steng
Que bueno ver que los Yuuzhan Vong están en documentar sus aventuras vía foro. Me gustaría que también colaboraran con la sección de MISIONES.
Un saludo.
Un saludo.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Ygziir] Shedao Steng
Buen roleo aunque cursi
Saix- Mensajes : 3966
Fecha de inscripción : 25/08/2011
Edad : 27
Localización : Undefined
Re: [Roleo de Ygziir] Shedao Steng
Rashker Jamaane escribió:Buen roleo aunque cursi
Dizq cursi ufff... es bien bonito sorry
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Ygziir] Shedao Steng
Santa caYuShaa (BadumTs) esta gueno
Trakus- Mensajes : 1609
Fecha de inscripción : 26/03/2012
Localización : ---
Re: [Roleo de Ygziir] Shedao Steng
Muy tierno y cursi tu roleo, se nota que estás enamorado
Krazhen Skirata- Mensajes : 1164
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 29
Localización : SantiagoCity
Re: [Roleo de Ygziir] Shedao Steng
Buen roleo y la próxima me incluyes!!!
Evelio- Mensajes : 1533
Fecha de inscripción : 22/02/2012
Edad : 23
Localización : Caracas-Venezuela
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