[Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
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[Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Savryc Orvius, Vrek Viciouss y Sobek Gres, formaban un círculo, ocultos en la inmensidad del bosque de Achillea, distantes a su Templo. La noche se cierte sobre el planeta, y la inmensidad de los árboles bloquean la luz entrante. Unicamente están alumbrados por una fogata que arde entre ellos. El silencio se cierne sobre el lugar. Sobek lleva una túnica marrón oscuro, y su habitual mascarilla. Observa el vacío a través del fuego. Vrek, más arapiento que nunca, muestra ahora sus ojos biónicos. Observa fijamente a su hijo, y su pensamiento es un misterio hasta para Sobek. Savryc, el más joven de los tres, observa dudoso salteadamente a su Maestro y a su padre. Pese a tratar de ocultarlo, relajándose, está bastante nervioso.
Entonces, Vrek alzó la cabeza, sin dejar de mirar a Savryc, el cual pasó a quedarse mirándole. Te preguntarás Savryc, qué hacemos aquí... Dentro del nerviosismo, Savryc no era capaz de ocultar su curiosidad. Fue a preguntárselo a su padre, pero él se adelantó: Sobek se va a asegurar de que estás preparado para ostentar el rango de Caballero, hijo. Savryc miró como ofendido a Sobek. Fue a hablarle, pero su maestro también se le adelantó: Sé que estás preparado Savryc, pero tu padre ha insistido, y yo no le voy a contradecir. De repente se levantó, y comenzó a caminar despacio alrededor de la hogera, hablando tranquilamente, sin reparar en el ambiente, pudiendo haberse tropezado. Te encargaré tres misiones, que servirán de pruebas para comprobar si estás capacitado para ser un Caballero Jedi. Sólo entonces, si lograr sobrevivir a las pruebas, estaremos seguros al cien por cien de que estás listo.
"¿Sobrevivir?" Savryc se preguntaba qué pruebas serían tan peligrosas como para poner la vida de un padawan en peligro.
Mañana al alba irás a la plataforma de aterrizaje. Entonces te informaré de cual es tu misión. Complétala, y habrás superado tu primera prueba...
Casi al instante, desapareció. Se dio cuenta entonces de que su padre no estaba.
No era capaz de ocultar su miedo, pero debía estar frío para aquellas duras pruebas que podían costarle la vida, pero el miedo iba a ser su mayor obtáculo.
Entonces, Vrek alzó la cabeza, sin dejar de mirar a Savryc, el cual pasó a quedarse mirándole. Te preguntarás Savryc, qué hacemos aquí... Dentro del nerviosismo, Savryc no era capaz de ocultar su curiosidad. Fue a preguntárselo a su padre, pero él se adelantó: Sobek se va a asegurar de que estás preparado para ostentar el rango de Caballero, hijo. Savryc miró como ofendido a Sobek. Fue a hablarle, pero su maestro también se le adelantó: Sé que estás preparado Savryc, pero tu padre ha insistido, y yo no le voy a contradecir. De repente se levantó, y comenzó a caminar despacio alrededor de la hogera, hablando tranquilamente, sin reparar en el ambiente, pudiendo haberse tropezado. Te encargaré tres misiones, que servirán de pruebas para comprobar si estás capacitado para ser un Caballero Jedi. Sólo entonces, si lograr sobrevivir a las pruebas, estaremos seguros al cien por cien de que estás listo.
"¿Sobrevivir?" Savryc se preguntaba qué pruebas serían tan peligrosas como para poner la vida de un padawan en peligro.
Mañana al alba irás a la plataforma de aterrizaje. Entonces te informaré de cual es tu misión. Complétala, y habrás superado tu primera prueba...
Casi al instante, desapareció. Se dio cuenta entonces de que su padre no estaba.
No era capaz de ocultar su miedo, pero debía estar frío para aquellas duras pruebas que podían costarle la vida, pero el miedo iba a ser su mayor obtáculo.
Última edición por Jensaarai el Sáb Sep 24, 2011 10:52 pm, editado 3 veces
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Bonito el roleo, felicidades.
Espero las otras partes, jeje..
Espero las otras partes, jeje..
Horus- Mensajes : 1399
Fecha de inscripción : 22/08/2011
Edad : 29
Localización : Venezuela
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
PRIMERA PRUEBA: LA CRIATURA ENTRE LAS SOMBRAS
Savryc está en la plataforma de aterrizaje, junto a su nave. Sobek camina hacia él, y se sitúa frente a él. El aire se palpa en el ambiente. Savryc está asustado, pues posiblemente estaba en el día de su muerte.
Sobek miraba a su Padawan. Seguramente, tenía plena confianza en él, pero unas pruebas donde se jugaba la vida eran preocupantes. Savryc esperaba a que su Maestro articulara palabra. Pero éste no dijo nada. Lo único que hizo fue acercarse a Savryc. Repentinamente, colocó su mano sobre su Padawan. Savryc sintió esa fuerza atronadora en su hombro, y de repente, todo se volvió oscuro. No escuchaba nada, solo un constante zumbido. Y así pasaron unos segundos, cuando de repente, el zumbido cesó, y de repente, cayó al suelo.
Se levantó, y se sacudió el polvo de su túnica. Se sorprendió de haberlo hecho, pues la plataforma de Achillea era bastante limpia. Se dio cuenta entonces de que ya no estaba en la plataforma. Ni siquiera estaba en Achillea. Mirando a su alrededor, vio que estaba en un páramo desierto. No se oía ni un alma, ni se veía el menor indicio de vida.
Se giró a su maestro, dudoso y le preguntó: ¿Dónde me has traído? Sobek retrocedió unos pasos, diciendo: Estamos en Vanqor. Este es el planeta de origen de una sinuosa criatura conocida como Gundark. Es una bestia MUY peligrosa Savryc. Debes enfrentarte a una de ellas, y matarla. Y sin más palabra, desapareció.
Savryc se quedó allí, mirando al vacío. De repente, se escuchó un tremendo rugido detrás de él. Asustado se giró de golpe, y pudo contemplar la entrada a una cueva, sin ser capaz de ver más allá de su interior. Llevó su mano derecha hacia su cinturón, dispuesto a coger al sable láser, pero su mano se cerró en el aire. Palpó su cinturón y asustado lo miró; estaba vacío. Sus tres sables ya no estaban ahí. También notó sus brazos más ligeros. Se dio cuenta de que las Espadas del Kaos habían desaparecido de sus antebrazos. Asustado, volvió a mirar a la cueva. De repente, una voz sonó en su mente. Deberás valerte únicamente de lo que sabes hacer, sin la ayuda de ningún objeto. Reconoció la voz de su padre en su mente.
Unos potentes pasos sonaron, seguidos de un toqueteo constante. Éstos cada vez sonaban cada vez más fuertes y constantes. Entonces salió de la cueva: Era una maldita bestia roja, que caminaba sobre un par de patas acabadas en punta. Tenía dos brazos diminutos en el costado, y otros dos enormes brazos que comenzaban en los hombros y terminaban en unas intimidantes garras más grandes que la cabeza de Savryc. Ahora sí que temía por su vida. Mediante la fuerza, concentró los midiclorianos del cristal Ceiphied en su pecho, pero no logro nada. Llevó la mano a su pecho, palpando el lugar donde debería estar el cristal Ceiphied, pero ahí no había nada. Pensó para sus adentros: ¡ MALDITA SEA !
Echó a correr, que fue lo primero que se le ocurrió. El Gundark, emitiendo un terrible rugido salió corriendo detrás de él. Girando la cabeza, vio que la criatura era más rápida que él. Corrió con más fuerza, pero el Gundark corría más, a pesar de su pesado cuerpo y sus delgadas patas. Y así pasaron unos treitna segundos, y el Gundark estaba a un metro de Savryc. Estiró entonces su brazo hacia él, dispuesto a agarrarlo, pero Savryc, viéndolo, dio un salto mientras se giraba en el aire. Entonces lo empujó mediante la fuerza, pero tan solo logró hacerlo retroceder, cuando él quería derribarlo. Al caer, rodó hacia atrás y se incorporó. Con otro rugido, el Gundark se abalanzó sobre él, y al medio metro, alzó trepidante su garra derecha hacia el pecho de Savryc.
Pero éste rodó hacia su izquierda, y situándose junto al bicho, le pateó su pata derecha con todas sus fuerzas. Sólo consiguió hacerse daño, y el Gundark emitió algo parecido a una risa. Con la garra derecha de su costado, agarró a Savryc del hombró y lo levantó en peso, poniéndolo pegado a su estómago. Rápidamente, lo cogió con su otro brazo que salía de su costado, y lo mantuvo firme en el aire. Ahora más que nunca, deseaba tener cuatro brazos en la espalda como su padre para librarse de esa peligrosa situación. Con este pensamiento, la voz de su padre volvió a resonar en su mente: Vamos hijo mío, no le des la oportunidad de hacerte daño. Libérate.
Entonces el Gundark situó sus dos garras en la cabeza de Savryc, y apretó, sin clavarle las uñas. Entonces sintió el dolor más intenso de toda su vida. Tenía que liberarse de ahí, pero su fuerza no podía compararse con la tremenda fuerza de la bestia. Entonces formó una bola de fuego del tamaño de un puño y la envió con su mente usando la fuerza a la cara del Gundark. Ésta le impactó directamente entre los ojos. Emitiendo un grito de dolor, retrocedió, y se llevó las garras a la cara. Entonces Savryc le propinó una patada en el estómago, que no estaba protegido contra los golpes. Por acto reflejo, soltó a Savryc, y lo dejó caer. Savryc, tras caer de rodilals se incorporó, y retrocedió. Justo cuando él se paró, el Gundark se apartó las garras de la cara, mostrando una terrible quemadura en la cara. Miró lleno de ira a Savryc.
Savryc formó ahora una bola de fuego con su mano derecha, y juntó así su mano izquierda. Separándolas, se formó una especie de "correa" de fuego. La manejó, haciéndola serpentear, esperando el momento, pues sabía lo que iba a hacer el Gundark. Llegó el esperado momento: el Gundark rugió con muchísima fuerza, y aprovechando que abrió la boca, Savryc dominó la corriente de fuego para que avanzara hacia él. Mediante la fuerza, hizo que la corriente de fuego se colara por su boca, cruzando su garganta. El Gundark cerró la boca de golpe al notar el fuego abrasador en la garganta, y comenzó a toser y a gruñir de dolor. Era el momento.
Mediante la fuerza, elevó las rocas que le rodeaban. No eran muy grandes, pero sí había un buen montón haciendo bulto no muy lejos. Comenzó a lanzárselas mediante la fuerza a la cabeza del Gundark, que se giraba de dolor, recibiendo los impactos. Las rocas se acabaron, y se mostró una roca que acababa en punta, lo bastante grande como para simular media hoja de espada. Con una mano levitó esa roca tan especial, y con la otra ayudó a incorporarse al Gundark, que se levantaba con mucho esfuerzo debido al dolor.
Una vez tuvo a tiro su estómago, lanzó mediante la fuerza la piedra de punta al estómago. Ésta se clavó hasta el fondo en su estómago, y se quedó encajada en él.
El Gundark miró la roca, como sorprendido. De golpe, cayó de cara al suelo.
Savryc se acercó aún extasiado. Cayó de rodillas frente a él, pues los esfuerzos que había llevado a cabo lo habían agotado. El Gundark aún estaba vivo, pero sentenciado. Entre el fuego, los golpes y la estocada, si vida llegaría a su fin. Entonces, Savryc vio que varios Gundarks más se acercaban por todas las direcciones. Unos tan grandes como el recién muerto, y otros aún más grandes y con peor pinta. Éstos miraban a Savryc furiosos, y se acercaban amenazantes. Sin embargo, dos figuras aparecieron de golpe, una detrás de de Savryc, oculta bajo unos ropajes oscuros y arapientos, y otra más desvestida, detrás del Gundark moribundo.
Su padre, que estaba detrás de él, le dijo mientras desplegaba las torretas de los hombros: No esperarías que fuéramos a dejarte morir, ¿verdad? Y Sobek, que estaba al otro lado, alzó sus manos, diciendo: Mira el lado bueno, has superado tu primera prueba. De repente, con unos ruidos atronadores, de las torretas de los hombros de Vrek emergieron unos disparos azules que impactaron en los cuerpos del semicírculo frontal de Gundarks, que comenzaron a caer. Los disparos los atravesaban completamente. Los que estaban frente a Sobek se congelaron por completo, y seguidamente, se hicieron añicos.
Una vez exterminados los Gundarks, Sobek se acercó a Savryc, que estaba al borde del colapso. Lo levantó del suelo, y le colocó la mano izquierda en su frente. De repente, a Savryc se le cerraron los ojos, y quedó completamente dormido, escuchando antes: Debes descansar...
Savryc está en la plataforma de aterrizaje, junto a su nave. Sobek camina hacia él, y se sitúa frente a él. El aire se palpa en el ambiente. Savryc está asustado, pues posiblemente estaba en el día de su muerte.
Sobek miraba a su Padawan. Seguramente, tenía plena confianza en él, pero unas pruebas donde se jugaba la vida eran preocupantes. Savryc esperaba a que su Maestro articulara palabra. Pero éste no dijo nada. Lo único que hizo fue acercarse a Savryc. Repentinamente, colocó su mano sobre su Padawan. Savryc sintió esa fuerza atronadora en su hombro, y de repente, todo se volvió oscuro. No escuchaba nada, solo un constante zumbido. Y así pasaron unos segundos, cuando de repente, el zumbido cesó, y de repente, cayó al suelo.
Se levantó, y se sacudió el polvo de su túnica. Se sorprendió de haberlo hecho, pues la plataforma de Achillea era bastante limpia. Se dio cuenta entonces de que ya no estaba en la plataforma. Ni siquiera estaba en Achillea. Mirando a su alrededor, vio que estaba en un páramo desierto. No se oía ni un alma, ni se veía el menor indicio de vida.
Se giró a su maestro, dudoso y le preguntó: ¿Dónde me has traído? Sobek retrocedió unos pasos, diciendo: Estamos en Vanqor. Este es el planeta de origen de una sinuosa criatura conocida como Gundark. Es una bestia MUY peligrosa Savryc. Debes enfrentarte a una de ellas, y matarla. Y sin más palabra, desapareció.
Savryc se quedó allí, mirando al vacío. De repente, se escuchó un tremendo rugido detrás de él. Asustado se giró de golpe, y pudo contemplar la entrada a una cueva, sin ser capaz de ver más allá de su interior. Llevó su mano derecha hacia su cinturón, dispuesto a coger al sable láser, pero su mano se cerró en el aire. Palpó su cinturón y asustado lo miró; estaba vacío. Sus tres sables ya no estaban ahí. También notó sus brazos más ligeros. Se dio cuenta de que las Espadas del Kaos habían desaparecido de sus antebrazos. Asustado, volvió a mirar a la cueva. De repente, una voz sonó en su mente. Deberás valerte únicamente de lo que sabes hacer, sin la ayuda de ningún objeto. Reconoció la voz de su padre en su mente.
Unos potentes pasos sonaron, seguidos de un toqueteo constante. Éstos cada vez sonaban cada vez más fuertes y constantes. Entonces salió de la cueva: Era una maldita bestia roja, que caminaba sobre un par de patas acabadas en punta. Tenía dos brazos diminutos en el costado, y otros dos enormes brazos que comenzaban en los hombros y terminaban en unas intimidantes garras más grandes que la cabeza de Savryc. Ahora sí que temía por su vida. Mediante la fuerza, concentró los midiclorianos del cristal Ceiphied en su pecho, pero no logro nada. Llevó la mano a su pecho, palpando el lugar donde debería estar el cristal Ceiphied, pero ahí no había nada. Pensó para sus adentros: ¡ MALDITA SEA !
Echó a correr, que fue lo primero que se le ocurrió. El Gundark, emitiendo un terrible rugido salió corriendo detrás de él. Girando la cabeza, vio que la criatura era más rápida que él. Corrió con más fuerza, pero el Gundark corría más, a pesar de su pesado cuerpo y sus delgadas patas. Y así pasaron unos treitna segundos, y el Gundark estaba a un metro de Savryc. Estiró entonces su brazo hacia él, dispuesto a agarrarlo, pero Savryc, viéndolo, dio un salto mientras se giraba en el aire. Entonces lo empujó mediante la fuerza, pero tan solo logró hacerlo retroceder, cuando él quería derribarlo. Al caer, rodó hacia atrás y se incorporó. Con otro rugido, el Gundark se abalanzó sobre él, y al medio metro, alzó trepidante su garra derecha hacia el pecho de Savryc.
Pero éste rodó hacia su izquierda, y situándose junto al bicho, le pateó su pata derecha con todas sus fuerzas. Sólo consiguió hacerse daño, y el Gundark emitió algo parecido a una risa. Con la garra derecha de su costado, agarró a Savryc del hombró y lo levantó en peso, poniéndolo pegado a su estómago. Rápidamente, lo cogió con su otro brazo que salía de su costado, y lo mantuvo firme en el aire. Ahora más que nunca, deseaba tener cuatro brazos en la espalda como su padre para librarse de esa peligrosa situación. Con este pensamiento, la voz de su padre volvió a resonar en su mente: Vamos hijo mío, no le des la oportunidad de hacerte daño. Libérate.
Entonces el Gundark situó sus dos garras en la cabeza de Savryc, y apretó, sin clavarle las uñas. Entonces sintió el dolor más intenso de toda su vida. Tenía que liberarse de ahí, pero su fuerza no podía compararse con la tremenda fuerza de la bestia. Entonces formó una bola de fuego del tamaño de un puño y la envió con su mente usando la fuerza a la cara del Gundark. Ésta le impactó directamente entre los ojos. Emitiendo un grito de dolor, retrocedió, y se llevó las garras a la cara. Entonces Savryc le propinó una patada en el estómago, que no estaba protegido contra los golpes. Por acto reflejo, soltó a Savryc, y lo dejó caer. Savryc, tras caer de rodilals se incorporó, y retrocedió. Justo cuando él se paró, el Gundark se apartó las garras de la cara, mostrando una terrible quemadura en la cara. Miró lleno de ira a Savryc.
Savryc formó ahora una bola de fuego con su mano derecha, y juntó así su mano izquierda. Separándolas, se formó una especie de "correa" de fuego. La manejó, haciéndola serpentear, esperando el momento, pues sabía lo que iba a hacer el Gundark. Llegó el esperado momento: el Gundark rugió con muchísima fuerza, y aprovechando que abrió la boca, Savryc dominó la corriente de fuego para que avanzara hacia él. Mediante la fuerza, hizo que la corriente de fuego se colara por su boca, cruzando su garganta. El Gundark cerró la boca de golpe al notar el fuego abrasador en la garganta, y comenzó a toser y a gruñir de dolor. Era el momento.
Mediante la fuerza, elevó las rocas que le rodeaban. No eran muy grandes, pero sí había un buen montón haciendo bulto no muy lejos. Comenzó a lanzárselas mediante la fuerza a la cabeza del Gundark, que se giraba de dolor, recibiendo los impactos. Las rocas se acabaron, y se mostró una roca que acababa en punta, lo bastante grande como para simular media hoja de espada. Con una mano levitó esa roca tan especial, y con la otra ayudó a incorporarse al Gundark, que se levantaba con mucho esfuerzo debido al dolor.
Una vez tuvo a tiro su estómago, lanzó mediante la fuerza la piedra de punta al estómago. Ésta se clavó hasta el fondo en su estómago, y se quedó encajada en él.
El Gundark miró la roca, como sorprendido. De golpe, cayó de cara al suelo.
Savryc se acercó aún extasiado. Cayó de rodillas frente a él, pues los esfuerzos que había llevado a cabo lo habían agotado. El Gundark aún estaba vivo, pero sentenciado. Entre el fuego, los golpes y la estocada, si vida llegaría a su fin. Entonces, Savryc vio que varios Gundarks más se acercaban por todas las direcciones. Unos tan grandes como el recién muerto, y otros aún más grandes y con peor pinta. Éstos miraban a Savryc furiosos, y se acercaban amenazantes. Sin embargo, dos figuras aparecieron de golpe, una detrás de de Savryc, oculta bajo unos ropajes oscuros y arapientos, y otra más desvestida, detrás del Gundark moribundo.
Su padre, que estaba detrás de él, le dijo mientras desplegaba las torretas de los hombros: No esperarías que fuéramos a dejarte morir, ¿verdad? Y Sobek, que estaba al otro lado, alzó sus manos, diciendo: Mira el lado bueno, has superado tu primera prueba. De repente, con unos ruidos atronadores, de las torretas de los hombros de Vrek emergieron unos disparos azules que impactaron en los cuerpos del semicírculo frontal de Gundarks, que comenzaron a caer. Los disparos los atravesaban completamente. Los que estaban frente a Sobek se congelaron por completo, y seguidamente, se hicieron añicos.
Una vez exterminados los Gundarks, Sobek se acercó a Savryc, que estaba al borde del colapso. Lo levantó del suelo, y le colocó la mano izquierda en su frente. De repente, a Savryc se le cerraron los ojos, y quedó completamente dormido, escuchando antes: Debes descansar...
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Me gusta el titulo que agregaste.^^
¡Me gusto!.
¡Me gusto!.
Ulic Giett- Mensajes : 923
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 30
Localización : Bogota D.C
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Muy bueno, aunque eso de exterminar a los animales... no es muy jedi, pero de todos modos, es muy bueno, espero la continuación de las otras 2 pruebas.
Invitat- Invitado
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
SEGUNDA PRUEBA: EL PLANETA DE LOS MUERTOS
Savryc espera a su maestro sobre la plataforma, en su caza. Voed está con él, mirando al vacío. Sobek se retrasa. La paciencia de Savryc va llegando a su límite, pues podría estar entrenando, pero está él solo con Voed. A lo lejos, se ve a Sobek, caminando hacia la plataforma. Selkris Tankard va caminando a su lado, hablando con él.
Selkris se para, despidiéndose de Sobek, y con un gesto de mano se despide de Savryc. Savryc imita el movimiento, despidiéndose mientras Sobek sube a la plataforma. Tras llegar frente a él, le dijo. Voed no te acompañará. Voed emitió un gruñido a modo de queja, ofendido, y se situó junto a Sobek, mirando apenado a Savryc. Irás a estas coordenadas. Y mientras le decía éso, le entregó otra nota. Dentro, escritas estarían las coordenadas. Llegarás a un planeta conocido actualmente como Necrópolis, y aterrizarás en una plataforma particular. Varios kilómetros al este hay un cementerio, deberás llegar a él. En el mismo cementerio hay un portal suspendido en el aire. Crúzalo, y habrás superado tu prueba. Te lo aviso, no puedes recurrir a tu dragón, ni a la nave, deberás empezar desde la plataforma. Y te lo aviso... tendrás tres horas para llegar al portal. Pasado ese tiempo se cerrará el portal, y quedarás en el planeta. Tendrás que volver a hacer el camino de vuelta, y por si fuera poco, no pasarás la prueba. Y te aviso... en ese planeta hay una criatura originaria de allí, que no dudará en devorarte si tiene la oportunidad. Pero esta vez podrás llevar tus armas.
Y echo a caminar, alejándose de él, con Voed a su lado. Savryc sin dudarlo saltó a la nave, cerró la cabina y se abrochó el cinturón. Encendió los motores, y encendió el panel de control. Comenzó a ascender, cada vez más rápido, observando a Sobek alejándose. Y un poco más lejos, bajo un árbol, estaba su padre. O éso le pareció, porque cuando se centró, ya no estaba. Salió de la atmósfera tras la lenta ascensión, en la que buscó a su padre con la mirada. Una vez en el espacio, encendió el sistema de navegación e introdujo las coordenadas. La nave entró en el hiperespacio, y tardó más de lo normal en salir. Cuando salió del hiperespacio, quedó frente a un planeta. Éste planeta, desde las alturas se veía con unos colores grisáceos, dominado por una extensa niebla. Desde lejos, el planeta daba miedo. Ahora entendía lo de "Necrópolis"
Tras internarse en la atmósfera, aterrizo con suavidad en la plataforma del planeta.
Desde luego, el planeta era tal como había pensado nada más verlo desde fuera. La niebla predominaba en la atmósfera, por lo que no era muy posible ver muy lejos. Dentro de lo que podía ver, no habían rocas, ni plantas, ni seres viviso. Nisiquiera había otra nave en la plataforma, que por cierto estaba bastante agrietada. Mediante la fuerza abrió la cabina de la nave, de la cual apagó todos los sistemas, y con cuidado bajó de ésta. Desde fuera de la nave no se veía mucho más. Saltó de nuevo a la nave, y agarrándose al filo de la cabina, observío la brújula interna, que señalaba al norte.
De otro salto, bajó de la nave, y mediante la fuerza cerró la cabina. Bajó de la plataforma por un salto, debido a los escalones destrozados. Tras llegar al suelo, echó a caminar hacia el este.
Por el camino vio bien poco. Alguna roca agrietada, y alguna planta marchita. De hecho por el camino se aburrió, pues no había nada interesante. Pero hubo el momento en el que se asustó. En la lejanía, había una sombra. Se reconocía fácilmente que era una persona. Pero no se movía, y Savryc empezaba a ponerse nervioso. Comenzó a acercarsel entamente, y gritó: ¿¿¡ Hola !?? Pero nadie le respondió. Savryc echó a caminar más rápidamente, y se llevó una mano al sable láser. Lo mantuvo apagado, pero bien sujeto, esperando a que esa persona reaccionara bruscamente ante él. Pero este ni se movió, así que Savryc comenzó a caminar, casi a correr del acelerón que pegó. Sacó su sable láser y salió corriendo hacia él debido al nerviosismo. Y cuando llegó, se llevó una sorpresa. No era una persona lo que había ahí, o al menos, no lo era ahora. Era un esqueleto que estaba de pie, con los brazos hacia abajo. Sus ropajes estaban rotos, y más arapientos que las túnicas de su padre.
Pero habia algo raro, ¿cómo era capaz de mantenerse de pie? Fue directo a ponerse al lado del esqueleto, y vio que estaba atado a un cartel. Prendió el sable láser, y con un rápido movimiento cortó las cuerdas que lo sujetaban al cartel. El esqueleto se precipitó sobre el suelo, y se dividió en distintas partes rotas. El cartel estaba sucio, lleno de polvo, por lo que era imposible leerlo. Savryc lo sacudió con la mano derecha, agitando una gran de polvo, dejando el texto visible, aunque bastante sucio. En el cartel se leía:
La Ciudad Cadavérica. A Savryc le sorprendió esto. ¿Había una ciudad entre el camino marcado por su maestro? Siguió caminando, un pelín incómodo por esa "noticia".
Siguió caminando, esperanzado por ver ese maldito cementerio en la lejanía, pero frente a él no había nada, solo niebla.
Tras casi una hora caminando, llegó a ver algo. En la lejanía, se podían apreciar edificios. Savryc comenzó a correr mediante la fuerza con todas sus fuerzas, y a los pocos segundos llegó a una entrada. Pero no era un cementerio, era una ciudad. Esa debía ser la Ciudad Cadavérica. Savryc se internó con rapidez en ella. ¿Estaría el cementerio en la ciudad, o simplemente era un lugar que estaba entre la plataforma y el cementerio? Caminó despacio, observando a su alrededor. No se veía un alma, y muchos edificios estaban agrietados, algunos incluso destruidos en su mayor parte.
Giró la mirada hacia atrás, pero tampoco había nada interesante. Siguió caminando, y algo le llamó la atención: otro cadáver. Savryc se agachó a observarlo. Muchos huesos estaban seccionados, y la ropa tenía bastantes agujeros. Observó a su alrededor, y vio otro cadáver, al cual avanzó corriendo. Éste también estaba igual que el anterior. Vio que estaba rodeado de cadáveres, y se asusto. A su izquierda, había una zona que se extendía a más de diez metros, plagada de agujeros en el suelo.
De repente comenzó a sonar un ruido rugoso. Savryc contempló atento a su alrededor, pero nada se movía en el lugar. Llevó la mano a su sable láser, y lo alzó, colocándolo en posición horizontal. Lo prendió rápidamente al notar intensificado el ruido. Algo se estaba acercando hacia él, y contaba con el factor sorpresa. De repente, algo se movió en su izquierda. Savryc vio algo alargado saltando hacia él, y por acto reflejo lanzó un rápido corte hacia lo que fuera que fuese aquello que se le echaba encima. El ruido era ahora más intenso, pero Savryc estaba centrado en lo que cayó a sus pies. Era una serpiente, que ahora se agitaba en el suelo, cortada en dos. Savryc vio que su boca era circular, plagada de dientes. Ahora entendí como habían muerto los habitantes que ahora eran cadáveres.
De repente, comenzaron a emerger de detrás de él con intensísimos ruidos más serpientes como esa. Savryc se quedó sorprendido por esa inmensidad de serpientes que saltaba sobre él. Savryc saltó mediante la fuerza hacia atrás, y comenzó a concentrar el poder del Cristal Ceiphied, que colgaba de su cuello, y mediante la fuerza levitó a las serpientes. Éstas se retorcían en el aire, paralizadas. Pero de repente, del mismo sitio comenzaron a emerger más serpientes, que superaban en número a las que estaban suspendidas en el aire. Savryc las dejó caer y echó a correr. Corrió un buen rato sin mirar, y apenas oía nada. Se giró y vio asustado como lo perseguían en silencio. De repente, a ambos lados de él comenzaron a emerger más serpientes con estridentes chillidos. Savryc concentró el poder del Ceiphied en sus pies y corrió rápidamente en dirección contraria, esquivando por poco la ola de serpientes.
A sus lados ,según avanzaba emergían más serpientes, formando un pasillo que se iba cerrando tras de él. Por instinto, dio un salto, y giró en el aire. Formo una esfera de fuego entre sus manos, y se ayudó del Cristal Ceiphied para aumentar su tamaño, haciendo que se transformara en una esfera de un radio de dos metros. Savryc la lanzó aún en el aire, impactando justo frente a las serpientes que se abalanzaban sobre él. Se formó una gran explosión de fuego, que formó una gran humadera. Por un instante, nada se movió. Savryc esperanzado apagó el sable láser, y se lo colgó en el cinturón.
Pero de repente, del suelo, justo enfrente de la humadera emergieron más serpientes. Éstas botaban en el suelo hacia él. Una vez más echó a correr en dirección contraria.
Tras llegar a una especie de plaza, concentró todo el poder que pudo del cristal Ceiphied en sus pies, y avanzó a una velocidad que ni él era capaz de controlar.
Avanzó de forma tan potente, que tropezó con algo que le impactó en las rodillas. Cayó violentamente, y rodó por el suelo. Se levantó fastidiando, pensando que algo se le había cruzado. Sorprendido, vio que era una tumba, y no era la única. Levantándose, pudo comprobar que estaba rodeado de tumbas. Había llegado al cementerio sin proponérselo. ¿El cementerio estaba en la ciudad? Por un momento había olvidado a las serpientes, que ya empezaban a alcanzarle con rápidos saltos. Echó a correr de nuevo, pero esta vez no eran tan rápido, pues las rodillas le sangraban por el tremendo impacto (no se dio cuenta, pero la tumba se había partido). Las serpientes le alcanzaban poco a poco, acortando distancia. Savryc comenzaba a asustarle, pues al final iba a acabar devorado por unos bichejos devora huesos.
Y de repente, lo vio. El portal creado por Sobek brillaba con un intenso color morado entre dos grandes tumbas. Savryc comenzó a correr con todas sus fuerzas, que ya no eran muchas hacia el portal. Pero las serpientes se le acercaban, y acortaban cada vez más las distancias. A Savryc le quedaban diez metros para alcanzar el portal, y las serpientes estaban tan solo a tres de él. Con un último esfuerzo, dio un gran arranque para cruzar los diez metros en nada, pero las serpientes también dieron un arranque. A un solo metro del portal, y las serpientes a apenas unos centímetros, dio un último salto hacia el portal. Era todo o nada, si no lo cruzaba estaría muerto. Pero logró cruzarlo en posición horizontal. Las serpientes casi rozaron sus pies, pero Savryc cruzó el portal, el cual se cerró detrás de él.
Cayó sobre un suelo blando. De repente, comenzó a oir voces de sorpresa, y pasos que avanzaban hacia él. Abrió los ojos y reconoció el templo de Achillea. Solo reconoció a Sobek y a Selkris, que avanzaban a él, justo antes de desmayarse por el dolor y el cansancio. Superó con muchas dificultades su segunda prueba, pero había valido la pena. Le quedaba una única prueba. Entonces, estaría listo para convertirse en Caballero Jedi.
Savryc espera a su maestro sobre la plataforma, en su caza. Voed está con él, mirando al vacío. Sobek se retrasa. La paciencia de Savryc va llegando a su límite, pues podría estar entrenando, pero está él solo con Voed. A lo lejos, se ve a Sobek, caminando hacia la plataforma. Selkris Tankard va caminando a su lado, hablando con él.
Selkris se para, despidiéndose de Sobek, y con un gesto de mano se despide de Savryc. Savryc imita el movimiento, despidiéndose mientras Sobek sube a la plataforma. Tras llegar frente a él, le dijo. Voed no te acompañará. Voed emitió un gruñido a modo de queja, ofendido, y se situó junto a Sobek, mirando apenado a Savryc. Irás a estas coordenadas. Y mientras le decía éso, le entregó otra nota. Dentro, escritas estarían las coordenadas. Llegarás a un planeta conocido actualmente como Necrópolis, y aterrizarás en una plataforma particular. Varios kilómetros al este hay un cementerio, deberás llegar a él. En el mismo cementerio hay un portal suspendido en el aire. Crúzalo, y habrás superado tu prueba. Te lo aviso, no puedes recurrir a tu dragón, ni a la nave, deberás empezar desde la plataforma. Y te lo aviso... tendrás tres horas para llegar al portal. Pasado ese tiempo se cerrará el portal, y quedarás en el planeta. Tendrás que volver a hacer el camino de vuelta, y por si fuera poco, no pasarás la prueba. Y te aviso... en ese planeta hay una criatura originaria de allí, que no dudará en devorarte si tiene la oportunidad. Pero esta vez podrás llevar tus armas.
Y echo a caminar, alejándose de él, con Voed a su lado. Savryc sin dudarlo saltó a la nave, cerró la cabina y se abrochó el cinturón. Encendió los motores, y encendió el panel de control. Comenzó a ascender, cada vez más rápido, observando a Sobek alejándose. Y un poco más lejos, bajo un árbol, estaba su padre. O éso le pareció, porque cuando se centró, ya no estaba. Salió de la atmósfera tras la lenta ascensión, en la que buscó a su padre con la mirada. Una vez en el espacio, encendió el sistema de navegación e introdujo las coordenadas. La nave entró en el hiperespacio, y tardó más de lo normal en salir. Cuando salió del hiperespacio, quedó frente a un planeta. Éste planeta, desde las alturas se veía con unos colores grisáceos, dominado por una extensa niebla. Desde lejos, el planeta daba miedo. Ahora entendía lo de "Necrópolis"
Tras internarse en la atmósfera, aterrizo con suavidad en la plataforma del planeta.
Desde luego, el planeta era tal como había pensado nada más verlo desde fuera. La niebla predominaba en la atmósfera, por lo que no era muy posible ver muy lejos. Dentro de lo que podía ver, no habían rocas, ni plantas, ni seres viviso. Nisiquiera había otra nave en la plataforma, que por cierto estaba bastante agrietada. Mediante la fuerza abrió la cabina de la nave, de la cual apagó todos los sistemas, y con cuidado bajó de ésta. Desde fuera de la nave no se veía mucho más. Saltó de nuevo a la nave, y agarrándose al filo de la cabina, observío la brújula interna, que señalaba al norte.
De otro salto, bajó de la nave, y mediante la fuerza cerró la cabina. Bajó de la plataforma por un salto, debido a los escalones destrozados. Tras llegar al suelo, echó a caminar hacia el este.
Por el camino vio bien poco. Alguna roca agrietada, y alguna planta marchita. De hecho por el camino se aburrió, pues no había nada interesante. Pero hubo el momento en el que se asustó. En la lejanía, había una sombra. Se reconocía fácilmente que era una persona. Pero no se movía, y Savryc empezaba a ponerse nervioso. Comenzó a acercarsel entamente, y gritó: ¿¿¡ Hola !?? Pero nadie le respondió. Savryc echó a caminar más rápidamente, y se llevó una mano al sable láser. Lo mantuvo apagado, pero bien sujeto, esperando a que esa persona reaccionara bruscamente ante él. Pero este ni se movió, así que Savryc comenzó a caminar, casi a correr del acelerón que pegó. Sacó su sable láser y salió corriendo hacia él debido al nerviosismo. Y cuando llegó, se llevó una sorpresa. No era una persona lo que había ahí, o al menos, no lo era ahora. Era un esqueleto que estaba de pie, con los brazos hacia abajo. Sus ropajes estaban rotos, y más arapientos que las túnicas de su padre.
Pero habia algo raro, ¿cómo era capaz de mantenerse de pie? Fue directo a ponerse al lado del esqueleto, y vio que estaba atado a un cartel. Prendió el sable láser, y con un rápido movimiento cortó las cuerdas que lo sujetaban al cartel. El esqueleto se precipitó sobre el suelo, y se dividió en distintas partes rotas. El cartel estaba sucio, lleno de polvo, por lo que era imposible leerlo. Savryc lo sacudió con la mano derecha, agitando una gran de polvo, dejando el texto visible, aunque bastante sucio. En el cartel se leía:
La Ciudad Cadavérica. A Savryc le sorprendió esto. ¿Había una ciudad entre el camino marcado por su maestro? Siguió caminando, un pelín incómodo por esa "noticia".
Siguió caminando, esperanzado por ver ese maldito cementerio en la lejanía, pero frente a él no había nada, solo niebla.
Tras casi una hora caminando, llegó a ver algo. En la lejanía, se podían apreciar edificios. Savryc comenzó a correr mediante la fuerza con todas sus fuerzas, y a los pocos segundos llegó a una entrada. Pero no era un cementerio, era una ciudad. Esa debía ser la Ciudad Cadavérica. Savryc se internó con rapidez en ella. ¿Estaría el cementerio en la ciudad, o simplemente era un lugar que estaba entre la plataforma y el cementerio? Caminó despacio, observando a su alrededor. No se veía un alma, y muchos edificios estaban agrietados, algunos incluso destruidos en su mayor parte.
Giró la mirada hacia atrás, pero tampoco había nada interesante. Siguió caminando, y algo le llamó la atención: otro cadáver. Savryc se agachó a observarlo. Muchos huesos estaban seccionados, y la ropa tenía bastantes agujeros. Observó a su alrededor, y vio otro cadáver, al cual avanzó corriendo. Éste también estaba igual que el anterior. Vio que estaba rodeado de cadáveres, y se asusto. A su izquierda, había una zona que se extendía a más de diez metros, plagada de agujeros en el suelo.
De repente comenzó a sonar un ruido rugoso. Savryc contempló atento a su alrededor, pero nada se movía en el lugar. Llevó la mano a su sable láser, y lo alzó, colocándolo en posición horizontal. Lo prendió rápidamente al notar intensificado el ruido. Algo se estaba acercando hacia él, y contaba con el factor sorpresa. De repente, algo se movió en su izquierda. Savryc vio algo alargado saltando hacia él, y por acto reflejo lanzó un rápido corte hacia lo que fuera que fuese aquello que se le echaba encima. El ruido era ahora más intenso, pero Savryc estaba centrado en lo que cayó a sus pies. Era una serpiente, que ahora se agitaba en el suelo, cortada en dos. Savryc vio que su boca era circular, plagada de dientes. Ahora entendí como habían muerto los habitantes que ahora eran cadáveres.
De repente, comenzaron a emerger de detrás de él con intensísimos ruidos más serpientes como esa. Savryc se quedó sorprendido por esa inmensidad de serpientes que saltaba sobre él. Savryc saltó mediante la fuerza hacia atrás, y comenzó a concentrar el poder del Cristal Ceiphied, que colgaba de su cuello, y mediante la fuerza levitó a las serpientes. Éstas se retorcían en el aire, paralizadas. Pero de repente, del mismo sitio comenzaron a emerger más serpientes, que superaban en número a las que estaban suspendidas en el aire. Savryc las dejó caer y echó a correr. Corrió un buen rato sin mirar, y apenas oía nada. Se giró y vio asustado como lo perseguían en silencio. De repente, a ambos lados de él comenzaron a emerger más serpientes con estridentes chillidos. Savryc concentró el poder del Ceiphied en sus pies y corrió rápidamente en dirección contraria, esquivando por poco la ola de serpientes.
A sus lados ,según avanzaba emergían más serpientes, formando un pasillo que se iba cerrando tras de él. Por instinto, dio un salto, y giró en el aire. Formo una esfera de fuego entre sus manos, y se ayudó del Cristal Ceiphied para aumentar su tamaño, haciendo que se transformara en una esfera de un radio de dos metros. Savryc la lanzó aún en el aire, impactando justo frente a las serpientes que se abalanzaban sobre él. Se formó una gran explosión de fuego, que formó una gran humadera. Por un instante, nada se movió. Savryc esperanzado apagó el sable láser, y se lo colgó en el cinturón.
Pero de repente, del suelo, justo enfrente de la humadera emergieron más serpientes. Éstas botaban en el suelo hacia él. Una vez más echó a correr en dirección contraria.
Tras llegar a una especie de plaza, concentró todo el poder que pudo del cristal Ceiphied en sus pies, y avanzó a una velocidad que ni él era capaz de controlar.
Avanzó de forma tan potente, que tropezó con algo que le impactó en las rodillas. Cayó violentamente, y rodó por el suelo. Se levantó fastidiando, pensando que algo se le había cruzado. Sorprendido, vio que era una tumba, y no era la única. Levantándose, pudo comprobar que estaba rodeado de tumbas. Había llegado al cementerio sin proponérselo. ¿El cementerio estaba en la ciudad? Por un momento había olvidado a las serpientes, que ya empezaban a alcanzarle con rápidos saltos. Echó a correr de nuevo, pero esta vez no eran tan rápido, pues las rodillas le sangraban por el tremendo impacto (no se dio cuenta, pero la tumba se había partido). Las serpientes le alcanzaban poco a poco, acortando distancia. Savryc comenzaba a asustarle, pues al final iba a acabar devorado por unos bichejos devora huesos.
Y de repente, lo vio. El portal creado por Sobek brillaba con un intenso color morado entre dos grandes tumbas. Savryc comenzó a correr con todas sus fuerzas, que ya no eran muchas hacia el portal. Pero las serpientes se le acercaban, y acortaban cada vez más las distancias. A Savryc le quedaban diez metros para alcanzar el portal, y las serpientes estaban tan solo a tres de él. Con un último esfuerzo, dio un gran arranque para cruzar los diez metros en nada, pero las serpientes también dieron un arranque. A un solo metro del portal, y las serpientes a apenas unos centímetros, dio un último salto hacia el portal. Era todo o nada, si no lo cruzaba estaría muerto. Pero logró cruzarlo en posición horizontal. Las serpientes casi rozaron sus pies, pero Savryc cruzó el portal, el cual se cerró detrás de él.
Cayó sobre un suelo blando. De repente, comenzó a oir voces de sorpresa, y pasos que avanzaban hacia él. Abrió los ojos y reconoció el templo de Achillea. Solo reconoció a Sobek y a Selkris, que avanzaban a él, justo antes de desmayarse por el dolor y el cansancio. Superó con muchas dificultades su segunda prueba, pero había valido la pena. Le quedaba una única prueba. Entonces, estaría listo para convertirse en Caballero Jedi.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Excelente, mejor no puede estar.
Felicidades.
Felicidades.
Horus- Mensajes : 1399
Fecha de inscripción : 22/08/2011
Edad : 29
Localización : Venezuela
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Bastante bueno, la verdad. Quizás un poco sanguinario pero bueno xD buen roleo
Invitat- Invitado
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Men que weno, te cundio mi idea xD
Selkris- Mensajes : 1726
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 110
Localización : Murcia
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
TERCERA PRUEBA: EL DESAFÍO DE EXUR KAN (PRIMERA PARTE)
La noche había caído sobre Achillea. Savryc esperaba ansioso su tercera y última prueba, en la que se iba a decidir todo o nada. Estaba un poco asustado, pues en las pruebas anteriores, casi es destrozado por una bestia de cuatro brazos, o bien casi es devorado por unas serpientes subterráneas, ¿qué podía haber peor que éso? Sobek acababa de llegar, y permanecía junto a Savryc.
No había nadie más en la plataforma.
El silencio predominaba en el lugar. Sobek miraba al cielo, sin mediar palabra. De repente, se giró hacia Savryc y le dijo: Tu tercera prueba será peor, más larga y más agotadora que las anteriores, Savryc. Será en una de las lunas de Yavin, Yavin IV.
Savryc se vio bastante sorprendido, pues esa luna ya estaba habitada. y no por buena gente, precisamente. Maestro, esa es la sede de la Esperanza Oscura, no podemos ir allí, los Sith nos acorralarían. A lo que Sobek le contestó con tranquilidad: No te preocupes, yo te protegeré, evitando que seas detectado. Y ahora, caminando en círculos a su alrededor, comenzó a explicarle: Donde irás, será al antiguo asentamiento del Holocrón del actual Señor Oscuro. Primero te internarás en una peligrosa jungla. Esta jungla es muy peligrosa, y hay criaturas en ella, te aviso. Hay un único camino para avanzar en la dirección correcta, vas a tener que descubrirlo si quieres avanzar.
A Savryc le pareció poco, en comparación con las otras dos pruebas, pero se dio cuenta de que Sobek aún no había terminado. Llegarás a través de ese único camino a un templo. Crúzalo, evitando las trampas que hay, que te advierto, son mortales, y encuentra el Salón del Trono. En dicho Salón habrá un pasadizo, encuéntralo y crúzalo para continuar. Luego llegarás a una sala de enormes dimensiones, que simula una gran jungla. La luz en dicha sala es excasa, tendrás que valerte de la piroquinesis, pero con cuidado de no incendiar la sala. Cruzando la sala, encontrarás unas inscripciones, que incluirán un acertijo en sus letras. Descifra el acertijo, y llegarás a un salón un tanto especial. Ahí, en ese salón, estará tu auténtica prueba. Supérala, y estarás listo para ser un Caballero Jedi.
Había predecido mal, pues la prueba era diez veces peor a las otras dos juntas. Se iba a internar en el templo de un Señor Oscuro, en una jungla, y un laberinto, y dios sabía qué más. Sobek avanzó hacia él, y le puso la mano en el hombro. De repente, todo desapareció a su alrededor, quedando sustituido por esa inquietante oscuridad y ese molesto zumbido. Tras unos minutos de incansable agobio, notó el suelo bajo sus pies.
Estaba en un planeta un tanto raro. Sin duda, todo aquello era fauna y agua. Desde su posición, hacia el sur, podía vislumbrar un extenso mar cuyo final no era capaz de alcanzar a ver. Pero había algo más en el planeta, algo que helaba la sangre y paralizaba los músculos. La presencia del Lado Oscuro predominaba esa luna.
Sobek se giró hacia Savryc, para hablarle. Justo en ese momento Savryc vio el bosque que estaba asentado detrás de él. A partir de este bosque comienza tu prueba.Y no te preocupes, pues yo me encargo de que no te localicen los Sith, y si por un casual lo hacen, yo mismo intervendré en tu prueba. Y desapareció. Y ahora más que nunca lo tenía claro: se jugaba la vida en una tremenda prueba que iba a hacer en una luna habitada por los Sith y quién sabe qué más criaturas. Y por si eso era poco, iba a meterse en un templo hecho por el Señor Oscuro. Pero no le quedaba otra, si quería ser un Caballero Jedi. Respiró hondo, y tragando saliva cruzó el linde del bosque. Todo eran árboles y más árboles. Avanzó esquivando los árboles que se le ponían por delante. Conforme iba avanzando iba observando a su alrededor; debía enocntrar un sendero oculto.
Un zumbido resonó en sus oídos. Se paró de golper a observar desde su posición. El zumbido se intensificaba, y de repente, vio algo moviéndose a su izquierda, por el rabillo del ojo. Se ocultó instintivamente tras un árbol cercano, y se asomó para ver que era el origen del zumbido. Una bandada de escarabajos volaban por el lugar. Debían de ser unos cien, por suerte no eran muy grandes, medían 3 cm cada uno, aproximadamente.
Savryc se giró para el otro lado, buscando de nuevo con la mirada el camino. Salió rápidamente de detrás del árbol, y de repente, el zumbido se intensificó. Los escarabajos comenzaron a dar peligrosas sacudidas y se abalanzaron sobre Savryc. Éste instintivamente comenzó a correr sorteando árboles. Los escarabajos eran más rápidos y más hábiles, esquivaban los árboles mejor que Savryc y ganaban más tiempo.
Instintivamente sin dejar de correr, formó una bola de fuego entre sus manos, la cual aplastó y "estiró" sin hacerla desaparecer. Se formó una especie de escudo-membrana en sus manos. Se giró de golpe, y alzando los brazos, colocó el escudo entre el enjambre de escarabajos y él. Los escarabajos lo cruzaron, y cuando lo atravesaron no eran más que cenizas. Savryc, un poco cansado, se giró, y siguió caminando. Ahora estaba más atento, agudizando el oído; no quería encontrarse con esos bichos de nuevo. Caminó y caminó durante horas, dando vueltas y vueltas por el bosque.
Finalmente, y por primera vez, vio un arbusto. Era extraño, un bosque lleno de árboles, y ni un solo arbusto, ¿y ahora de repente encontraba uno? De hecho era un arbusto muy grande. Savryc avanzó hacia él, y lo saltó por encima. Y así casi sin darse cuenta, se situó por primera vez en horas en el camino. Este estaba plagado de más y más arbustos, protegido visualmente por dos filas de árboles. Savryc comenzó a caminar ligeramente a través del sendero. Finalmente, tras unos pocos minutos, llegó al final del sendero, que desembocaba en la entrada a un templo. A ambos lados de la entrada, descansaban dos estatuas de un ser encapuchado, con un sable láser en su cinturón, y los brazos cruzados. A los pies de ambas estatuas habían inscripciones que no supo descifrar. Cruzó entonces la entrada al templo, un poco atemorizado, pero a la vez bastante seguro de sí mismo.
La noche había caído sobre Achillea. Savryc esperaba ansioso su tercera y última prueba, en la que se iba a decidir todo o nada. Estaba un poco asustado, pues en las pruebas anteriores, casi es destrozado por una bestia de cuatro brazos, o bien casi es devorado por unas serpientes subterráneas, ¿qué podía haber peor que éso? Sobek acababa de llegar, y permanecía junto a Savryc.
No había nadie más en la plataforma.
El silencio predominaba en el lugar. Sobek miraba al cielo, sin mediar palabra. De repente, se giró hacia Savryc y le dijo: Tu tercera prueba será peor, más larga y más agotadora que las anteriores, Savryc. Será en una de las lunas de Yavin, Yavin IV.
Savryc se vio bastante sorprendido, pues esa luna ya estaba habitada. y no por buena gente, precisamente. Maestro, esa es la sede de la Esperanza Oscura, no podemos ir allí, los Sith nos acorralarían. A lo que Sobek le contestó con tranquilidad: No te preocupes, yo te protegeré, evitando que seas detectado. Y ahora, caminando en círculos a su alrededor, comenzó a explicarle: Donde irás, será al antiguo asentamiento del Holocrón del actual Señor Oscuro. Primero te internarás en una peligrosa jungla. Esta jungla es muy peligrosa, y hay criaturas en ella, te aviso. Hay un único camino para avanzar en la dirección correcta, vas a tener que descubrirlo si quieres avanzar.
A Savryc le pareció poco, en comparación con las otras dos pruebas, pero se dio cuenta de que Sobek aún no había terminado. Llegarás a través de ese único camino a un templo. Crúzalo, evitando las trampas que hay, que te advierto, son mortales, y encuentra el Salón del Trono. En dicho Salón habrá un pasadizo, encuéntralo y crúzalo para continuar. Luego llegarás a una sala de enormes dimensiones, que simula una gran jungla. La luz en dicha sala es excasa, tendrás que valerte de la piroquinesis, pero con cuidado de no incendiar la sala. Cruzando la sala, encontrarás unas inscripciones, que incluirán un acertijo en sus letras. Descifra el acertijo, y llegarás a un salón un tanto especial. Ahí, en ese salón, estará tu auténtica prueba. Supérala, y estarás listo para ser un Caballero Jedi.
Había predecido mal, pues la prueba era diez veces peor a las otras dos juntas. Se iba a internar en el templo de un Señor Oscuro, en una jungla, y un laberinto, y dios sabía qué más. Sobek avanzó hacia él, y le puso la mano en el hombro. De repente, todo desapareció a su alrededor, quedando sustituido por esa inquietante oscuridad y ese molesto zumbido. Tras unos minutos de incansable agobio, notó el suelo bajo sus pies.
Estaba en un planeta un tanto raro. Sin duda, todo aquello era fauna y agua. Desde su posición, hacia el sur, podía vislumbrar un extenso mar cuyo final no era capaz de alcanzar a ver. Pero había algo más en el planeta, algo que helaba la sangre y paralizaba los músculos. La presencia del Lado Oscuro predominaba esa luna.
Sobek se giró hacia Savryc, para hablarle. Justo en ese momento Savryc vio el bosque que estaba asentado detrás de él. A partir de este bosque comienza tu prueba.Y no te preocupes, pues yo me encargo de que no te localicen los Sith, y si por un casual lo hacen, yo mismo intervendré en tu prueba. Y desapareció. Y ahora más que nunca lo tenía claro: se jugaba la vida en una tremenda prueba que iba a hacer en una luna habitada por los Sith y quién sabe qué más criaturas. Y por si eso era poco, iba a meterse en un templo hecho por el Señor Oscuro. Pero no le quedaba otra, si quería ser un Caballero Jedi. Respiró hondo, y tragando saliva cruzó el linde del bosque. Todo eran árboles y más árboles. Avanzó esquivando los árboles que se le ponían por delante. Conforme iba avanzando iba observando a su alrededor; debía enocntrar un sendero oculto.
Un zumbido resonó en sus oídos. Se paró de golper a observar desde su posición. El zumbido se intensificaba, y de repente, vio algo moviéndose a su izquierda, por el rabillo del ojo. Se ocultó instintivamente tras un árbol cercano, y se asomó para ver que era el origen del zumbido. Una bandada de escarabajos volaban por el lugar. Debían de ser unos cien, por suerte no eran muy grandes, medían 3 cm cada uno, aproximadamente.
Savryc se giró para el otro lado, buscando de nuevo con la mirada el camino. Salió rápidamente de detrás del árbol, y de repente, el zumbido se intensificó. Los escarabajos comenzaron a dar peligrosas sacudidas y se abalanzaron sobre Savryc. Éste instintivamente comenzó a correr sorteando árboles. Los escarabajos eran más rápidos y más hábiles, esquivaban los árboles mejor que Savryc y ganaban más tiempo.
Instintivamente sin dejar de correr, formó una bola de fuego entre sus manos, la cual aplastó y "estiró" sin hacerla desaparecer. Se formó una especie de escudo-membrana en sus manos. Se giró de golpe, y alzando los brazos, colocó el escudo entre el enjambre de escarabajos y él. Los escarabajos lo cruzaron, y cuando lo atravesaron no eran más que cenizas. Savryc, un poco cansado, se giró, y siguió caminando. Ahora estaba más atento, agudizando el oído; no quería encontrarse con esos bichos de nuevo. Caminó y caminó durante horas, dando vueltas y vueltas por el bosque.
Finalmente, y por primera vez, vio un arbusto. Era extraño, un bosque lleno de árboles, y ni un solo arbusto, ¿y ahora de repente encontraba uno? De hecho era un arbusto muy grande. Savryc avanzó hacia él, y lo saltó por encima. Y así casi sin darse cuenta, se situó por primera vez en horas en el camino. Este estaba plagado de más y más arbustos, protegido visualmente por dos filas de árboles. Savryc comenzó a caminar ligeramente a través del sendero. Finalmente, tras unos pocos minutos, llegó al final del sendero, que desembocaba en la entrada a un templo. A ambos lados de la entrada, descansaban dos estatuas de un ser encapuchado, con un sable láser en su cinturón, y los brazos cruzados. A los pies de ambas estatuas habían inscripciones que no supo descifrar. Cruzó entonces la entrada al templo, un poco atemorizado, pero a la vez bastante seguro de sí mismo.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Excelente, cada vez mejor.
Horus- Mensajes : 1399
Fecha de inscripción : 22/08/2011
Edad : 29
Localización : Venezuela
.Cazzan.- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/08/2011
Edad : 111
Localización : Debajo de una piedra
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Excelente, Jensaarai. Me gustó
Krazhen Skirata- Mensajes : 1164
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 29
Localización : SantiagoCity
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
TERCERA PRUEBA: EL DESAFÍO DE EXUR KAN (SEGUNDA PARTE)
Savryc se hallaba en un amplio vestíbulo. En aquel lugar, predominaba la oscuridad. Habían varios asientos, que en tiempos antiguos habían sido valiosos y brillantes, y que ahora estaban llenos de polvo, y algunos tenían las patas partidas. La luz del exterior, que era lo único que permitía ver el interior del vestíbulo, iluminaba cinco escaleras. Dos de ellas ascendían hacia la derecha, mientras que otras dos ascendían a la izquierda. Y al frente, al fondo del vestíbulo, una gran escalinata, más grande que cualquiera de las otras cuatro ascendía hacia el frente.
Savryc observó el interior del vestíbulo, viendo las innumerables sillas partidas que habían allí. Se fijó sobretodo en la escalinata que quedaba unos cincuenta metros delante suya. Echó a caminar hacia ella, pero apenas había emprendido el camino, algo llamó su atención a su derecha. Vio que era un mensaje en la pared. La curiosidad le pudo, y echó a correr hacia el mensaje. Tras llegar a él, intentó leerlo, pero debido a la oscuridad no pudo leerlo. Alzó su sable láser, lo prendió y alumbrado por la luz, vio que eran varios nombres inscritos en la pared, y debajo, un texto pequeño. Comenzó entonces a leer en voz alta: Kost, Karr, Athred, Jiaasjen. Hoy avanzamos por estos inexorables pasillos, y dejamos huella y constancia de nuestra presencia en este lugar. Hemos venido a por el sable láser Odín, y cuando salgamos, estará en nuestro poder. Tú que lees nuestras palabras plasmadas en la historia, ten cuidado, pues en este lugar, deberás valerte no solo de tu habilidad, tu fuerza, o tu inteligencia. Al final de tu camino, lo más importante será la confianza que tengas en ti mismo, lo que determinará si vives... o mueres.
Savryc no supo lo que significaban esas palabras, y decidió no gastar su tiempo en averiguarlo, así que volvió al camino hacia la gran escalinata, rápidamente, casi corriendo. Tardó dos minutos en llegar a la escalinata, entre saltar sobre los escombros, y sorprendentemente, estaba cansado, algo normal por otra parte. Comenzó a ascender por la escalinata. Los ruidos de sus pasos resonaban en todo el vestíbulo. Por un momento llegó a temer que los Sith de la Esperanza Oscura pudieran llegar a oírlo e ir a buscarlo. Pero se dio cuenta, de que el final de la escalera no estaba en el vestíbulo, no, estaba más arriba, tan alto que debido a la oscuridad no pudo ver el final. Siguió un buen rato caminando, ascendiendo por la escalinata, y al final llegó al final.
Al terminar ese trayecto ascendente, llegó a otra sala, bastante más pequeña que el vestíbulo. Estaba completamente vacía, solo ocupada por unas antorchas ancladas en la pared. Apagó su sable láser, y conforme dio un paso, se escuchó un sonido. Tras el repentino sonido comenzaron a encenderse con estridentes ruidos todas y cada una de las antorchas. La luz repentina hizo daño en los ojos de Savryc, que se vio obligado a taparse los ojos. Cuando te los destapó, vio que al final de la sala, había una especie de trono. Pero este no estaba destrozado, estaba en perfecto estado. Al final de cada reposabrazo, descansaba una calavera. Savryc comenzó a avanzar por la sala, observando a su alrededor, esperando a que saltara cualquier cosa, pues una sala tan vacía no podía ser normal. Sus huellas quedaban marcadas entre el polvo de la sala.
De repente, todo el polvo de la estancia comenzó a elevarse, y a girar alrededor de Savryc con un ruido sordo. El polvo se desplazó, quedando unos tres metros delante de Savryc, formando un tornado completamente recto, que no se movía del lugar ni se torcía. Finalmente, el tornado de polvo se redujo, y tomó una forma humana, sin rostro.
Entras en el Templo de Exur, Lord Sith de Primus Goluud. ¿Has venido en busca del sable Odín, o en busca del la autosuperación? Y seguidamente, comenzó a avanzar hacia Savryc violentamente. A Padawan no le dio tiempo a apartarse, por lo que se cubrió la cara con los brazos, profiriendo un grito. La figura, en vez de rebotar contra él, explotó en una nube de polvo. Savryc comenzó a toser y a correr alejándose de dicha nube. Cuando por fin pudo respirar con total normalidad, abrió los ojos. Entonces, se dio cuenta de que estaba a tan solo medio metro del trono, y seguía vivo, por lo que no habían trampas en la sala. Entonces se dio cuenta de que en el respaldo del trono había una inscripción. A pesar de no estar bloqueada por la suciedad, no podía leerla, pues no estaba en ningún idioma que Savryc conociera. Pero vio que la zona de la escritura estaba como en un bloque. Savryc alzó su mano derecha, la colocó sobre el bloque, y la presionó con fuerza. El bloque entró dentro del respaldo del trono.
De repente, el trono comenzó a vibrar, y sin más se echó a un lado lentamente. Una vez apartado, Savryc vio al descubierto una puerta. La cruzó sin más, internándose en un pasillo. Comenzó a avanzar por el pasillo, que se ocurecía poco a poco. Finalmente, llegó a otra sala. En esta habían varios árboles plantados. Savryc observó el lugar. Los árboles estaban resecos, y la mayoría partidos. Al parecer, el paso del tiempo los había deteriorado. Según veía, en el pasado había resultado ser una especie de laberinto, pero ahora, entre los recobecos de los árboles era capaz de ver más allá. Y sí, pudo ver una puerta, al otro lado de la sala. Mediante la fuerza, saltó sobre uno de los árboles partidos. Los que aún estaban en pie, llegaban hasta el techo. Comenzó a avanzar, cruzando entre árboles partidos, y llegó al otro extremo de la sala. Quedando frente a la puerta, tomó el deteriorado pomo, y se internó en la siguiente sala.
Savryc se hallaba en un amplio vestíbulo. En aquel lugar, predominaba la oscuridad. Habían varios asientos, que en tiempos antiguos habían sido valiosos y brillantes, y que ahora estaban llenos de polvo, y algunos tenían las patas partidas. La luz del exterior, que era lo único que permitía ver el interior del vestíbulo, iluminaba cinco escaleras. Dos de ellas ascendían hacia la derecha, mientras que otras dos ascendían a la izquierda. Y al frente, al fondo del vestíbulo, una gran escalinata, más grande que cualquiera de las otras cuatro ascendía hacia el frente.
Savryc observó el interior del vestíbulo, viendo las innumerables sillas partidas que habían allí. Se fijó sobretodo en la escalinata que quedaba unos cincuenta metros delante suya. Echó a caminar hacia ella, pero apenas había emprendido el camino, algo llamó su atención a su derecha. Vio que era un mensaje en la pared. La curiosidad le pudo, y echó a correr hacia el mensaje. Tras llegar a él, intentó leerlo, pero debido a la oscuridad no pudo leerlo. Alzó su sable láser, lo prendió y alumbrado por la luz, vio que eran varios nombres inscritos en la pared, y debajo, un texto pequeño. Comenzó entonces a leer en voz alta: Kost, Karr, Athred, Jiaasjen. Hoy avanzamos por estos inexorables pasillos, y dejamos huella y constancia de nuestra presencia en este lugar. Hemos venido a por el sable láser Odín, y cuando salgamos, estará en nuestro poder. Tú que lees nuestras palabras plasmadas en la historia, ten cuidado, pues en este lugar, deberás valerte no solo de tu habilidad, tu fuerza, o tu inteligencia. Al final de tu camino, lo más importante será la confianza que tengas en ti mismo, lo que determinará si vives... o mueres.
Savryc no supo lo que significaban esas palabras, y decidió no gastar su tiempo en averiguarlo, así que volvió al camino hacia la gran escalinata, rápidamente, casi corriendo. Tardó dos minutos en llegar a la escalinata, entre saltar sobre los escombros, y sorprendentemente, estaba cansado, algo normal por otra parte. Comenzó a ascender por la escalinata. Los ruidos de sus pasos resonaban en todo el vestíbulo. Por un momento llegó a temer que los Sith de la Esperanza Oscura pudieran llegar a oírlo e ir a buscarlo. Pero se dio cuenta, de que el final de la escalera no estaba en el vestíbulo, no, estaba más arriba, tan alto que debido a la oscuridad no pudo ver el final. Siguió un buen rato caminando, ascendiendo por la escalinata, y al final llegó al final.
Al terminar ese trayecto ascendente, llegó a otra sala, bastante más pequeña que el vestíbulo. Estaba completamente vacía, solo ocupada por unas antorchas ancladas en la pared. Apagó su sable láser, y conforme dio un paso, se escuchó un sonido. Tras el repentino sonido comenzaron a encenderse con estridentes ruidos todas y cada una de las antorchas. La luz repentina hizo daño en los ojos de Savryc, que se vio obligado a taparse los ojos. Cuando te los destapó, vio que al final de la sala, había una especie de trono. Pero este no estaba destrozado, estaba en perfecto estado. Al final de cada reposabrazo, descansaba una calavera. Savryc comenzó a avanzar por la sala, observando a su alrededor, esperando a que saltara cualquier cosa, pues una sala tan vacía no podía ser normal. Sus huellas quedaban marcadas entre el polvo de la sala.
De repente, todo el polvo de la estancia comenzó a elevarse, y a girar alrededor de Savryc con un ruido sordo. El polvo se desplazó, quedando unos tres metros delante de Savryc, formando un tornado completamente recto, que no se movía del lugar ni se torcía. Finalmente, el tornado de polvo se redujo, y tomó una forma humana, sin rostro.
Entras en el Templo de Exur, Lord Sith de Primus Goluud. ¿Has venido en busca del sable Odín, o en busca del la autosuperación? Y seguidamente, comenzó a avanzar hacia Savryc violentamente. A Padawan no le dio tiempo a apartarse, por lo que se cubrió la cara con los brazos, profiriendo un grito. La figura, en vez de rebotar contra él, explotó en una nube de polvo. Savryc comenzó a toser y a correr alejándose de dicha nube. Cuando por fin pudo respirar con total normalidad, abrió los ojos. Entonces, se dio cuenta de que estaba a tan solo medio metro del trono, y seguía vivo, por lo que no habían trampas en la sala. Entonces se dio cuenta de que en el respaldo del trono había una inscripción. A pesar de no estar bloqueada por la suciedad, no podía leerla, pues no estaba en ningún idioma que Savryc conociera. Pero vio que la zona de la escritura estaba como en un bloque. Savryc alzó su mano derecha, la colocó sobre el bloque, y la presionó con fuerza. El bloque entró dentro del respaldo del trono.
De repente, el trono comenzó a vibrar, y sin más se echó a un lado lentamente. Una vez apartado, Savryc vio al descubierto una puerta. La cruzó sin más, internándose en un pasillo. Comenzó a avanzar por el pasillo, que se ocurecía poco a poco. Finalmente, llegó a otra sala. En esta habían varios árboles plantados. Savryc observó el lugar. Los árboles estaban resecos, y la mayoría partidos. Al parecer, el paso del tiempo los había deteriorado. Según veía, en el pasado había resultado ser una especie de laberinto, pero ahora, entre los recobecos de los árboles era capaz de ver más allá. Y sí, pudo ver una puerta, al otro lado de la sala. Mediante la fuerza, saltó sobre uno de los árboles partidos. Los que aún estaban en pie, llegaban hasta el techo. Comenzó a avanzar, cruzando entre árboles partidos, y llegó al otro extremo de la sala. Quedando frente a la puerta, tomó el deteriorado pomo, y se internó en la siguiente sala.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
TERCERA PRUEBA: EL DESAFÍO DE EXUR KAN (TERCERA PARTE)
Estaba en una sala llena de espejos. Todos estaban puestos en las paredes de forma que quien quisiera que estuviera allí se viera reflejado por todos los lugares. Había una sensación que asustaba hasta al más intimidante Sith, y al más valiente Jedi. Una sensación tremendamente extraña. Era un reflejo sobre quien estuviera allí, un foco emisor que podía llegar a matarte.
Savryc se asustó al principio, pues se vio reflejado numerosas veces. Acostumbrado a esos reflejos, observó a su alrededor. Únicamente habían espejos y nada más. Pero tenía una extraña sensación, la sensación de estar con alguien, con alguien exactamente igual que él. Mismos sentimientos, mismas emociones, algo raro había en aquella sala. Se paseó por el lugar, y se llevó una mano al sable láser Némesis, a la espera de que cualquier cosa saltara sobre él. Pero no, fijándose tranquilamente, todo estaba en orden, nada se movía, solo él y sus reflejos.
Se quedó quieto, ¿ahora qué iba a hacer? De repente, algo se movió a su lado, y se giró rápidamente, prendiendo el sable. Al principio, no respondió, veía innumerables figuras como él con el mismo sable prendido, todas, excepto una. Ésta figura sin sable avanzaba lentamente hacia él, mientras él no se movía de su sitio. Casi se le sale el corazón del pecho cuando lo vio: una réplica de sí mismo. Esa era la última prueba, luchar contra sí mismo. Pero es que no podía ser así, era exactamente igual que él. Su mirada profunda, a través de las lentes, sus rasgos, su tono pálido, era demasiado real.
De repente, prendió el mismo sable Némesis, y echó a correr hacia Savryc. Incidió un tajo directo que iba directo al pecho de Savryc, pero que este logró bloquear con poco tiempo, a pesar de la impresión. Con las mismas, deslizó un sable verde, Era el mismo Inertia que tenía Savryc en su manga. Manteniendo el Némesis de Savryc inmóvil, alzó el Inertia para atravesar su cabeza, pero Savryc estiró su brazo libre y agarró su mano a pocos centímetros. Llevó un rodillazo al estómago hacia el clon, que pudo esquivarlo con tiempo, y retrocedió dando una voltereta en el aire hacia atrás. Las cosas eran diferentes, el reflejo de Savryc estaba en su mayor plenitud, mientras que Savryc estaba agotado. Llevaba horas en ese planeta, y entre el bosque, y el templo había quedado hecho polvo.
Ondeando ambos sables, comenzó a correr hacia Savryc, y en los tres metros de distancia, saltó. Señaló a Savryc con ambos sables, dispuesto a atravesarlo, pero este retrocedió a tiempo. Seguidamente, tras tocar el suelo, el reflejo avanzó rápidamente hacia Savryc, y alzó el Inertia y descendió l Némesis. Savryc, asustado, dio un salto intermedio hacia el reflejo. Por muy poco esquivó los sables láser, y propinó un cabezazo en el estómago del reflejo. Se había sorprendido, pues lo había hecho sin pensar, y por si fuera poco, había funcionado. Recogió el sable láser que se le había caído, y lo ondeó amenazante. El reflejo se incorporó a gran velocidad, y formó una barrera de fuego ante él. Seguidamente, la barrera ascendió y descendió hacia Savryc, que la esquivó con un salto hacia atrás. Una explosión de fuego cortó el paso entre el reflejo y Savryc.
De repente, el reflejo apareció corriendo con un único sable Inertia a través del fuego. Rápidamente, se inició una batalla con un solo sable. Un tajo rápido del reflejo, que Savryc esquivó poniéndose de lado, y propinó el sable hacia el hombro del reflejo, que esquivó el sable con un movimiento similar. Con las mismas, le propinó un puñetazo en la mano de Savryc, cuyo sable salió volando. Seguidamente, el reflejo golpeó son la misma mano el estómago de Savryc. Por el dolor, se agachó, y el reflejo aprovehó para golpearle un rodillazo en la cabeza. Savryc retrocedió y cayó hacia atrás. Su vista quedó nublada, podía ver a su rival de pie, con el sable láser en su mano, de forma translúcida. Empezó a asustarse; estaba mareado, y le costaba hasta pensar. Necesitaba tiempo. Reclamó poder del cristal Ceiphied, que reaccionó instantaneamente. Mientras tanto, el reflejo alzó el sable, dispuesto a acabar con el Savryc original.
Mediante la fuerza, Savryc creó una implosión, que lanzó por los aires al reflejo. Mientras, Savryc recobró la vista, y se levantó poco a poco. El impulso había alejado el Némesis. Se levantó y miró fijamente al reflejo, que ya estaba de pie. Parecía incansable. Ese "ser" era tan fuerte o más que él. De repente, cayó en una cosa. Esa sensación que había tenido al entrar al templo, se había repetido al entrar en la sala de los espejos. Éso quería decir una cosa: el reflejo era tan fuerte como lo era Savryc cuando se adentró en el templo. Entonces, unas palabras resonaron en su mente, las mismas que había leído al entrar en el templo. Al final de tu camino, lo más importante será la confianza que tengas en ti mismo, lo que determinará si vives... o mueres.
Se levantó, y borró de su mente todo pensamiento negativo. Como si el reflejo supiera lo que se avecinaba, tembló.
Seguidamente, Savryc descolgó las Espadas del Kaos. Las sujetó con fuerza, y describió una "X" en el aire. Concentró los midiclorianos del entorno en las Espadas del Kaos, y formuló el fuego, que hizo que las Espadas quedaran bañadas en llamas. Savryc y reflejo avanzaron uno a por el otro, y se iniciaron en una trifulca tremenda. Los golpes de Savryc ahora hacían retroceder paso a paso al reflejo. Este bloqueaba a duras penas los golpes de las Espadas del Kaos. Finalmente, el reflejo perdió el sable láser Némesis, que voló en el aire. Entonces, Savryc atravesó con las Espadas en llamas el pecho del reflejo, que observó atónito primero las espadas, y después a Savryc a los ojos. A través de las lentes, vio como las pupilas desaparecían de sus ojos, y seguidamente, caía al suelo. Savryc dejó caer las Espadas del Kaos, y también cayó al suelo, inconsciente.
Silencio... Ahora estás en calma... ¿Qué darías por seguir en esta paz? ¿Qué darías por ser completamente invencible, por evitar que nadie pudiera arrebatarte esta paz? No es necesario que luches más, solo es necesario que domines...
Savryc abrió los ojos. Sobek estaba frente a él, observándole. Se trató de incorporar, pero Sobek le frenó mentalmente. Ahora descansa, Savryc. Has realizado un esfuerzo sobrehumano. Savryc miró a su alrededor. Estaba en la enfermería de Achillea. Sus sables láser estaban situados en la mesilla de su derecha. ¿Qué ha pasado... Maestro?
Caíste inconsciente al acabar con esa imitación. Hay poderes que logran cualquier cosa, muchas veces perjudiciales, y otras tantas beneficiosas. Y en otras ocasiones, como esta vez, ambas cosas. Felicidades, estás preparado para llegar a Caballero Jedi, Savryc. Pero antes, deberás superar una última prueba. La Última.
Echó a caminar saliendo de la enfermería, pero al borde de la puerta, justo antes de desaparecer, dijo:
Para convertirte en un Caballero Jedi, deberás derrotarme.
Savryc Orvius Viciouss - Jensaarai
Vrek Viciouss - Jensaarai
Sobek Gres - DarkGaaraGotic
Exur Kan - Exur
Estaba en una sala llena de espejos. Todos estaban puestos en las paredes de forma que quien quisiera que estuviera allí se viera reflejado por todos los lugares. Había una sensación que asustaba hasta al más intimidante Sith, y al más valiente Jedi. Una sensación tremendamente extraña. Era un reflejo sobre quien estuviera allí, un foco emisor que podía llegar a matarte.
Savryc se asustó al principio, pues se vio reflejado numerosas veces. Acostumbrado a esos reflejos, observó a su alrededor. Únicamente habían espejos y nada más. Pero tenía una extraña sensación, la sensación de estar con alguien, con alguien exactamente igual que él. Mismos sentimientos, mismas emociones, algo raro había en aquella sala. Se paseó por el lugar, y se llevó una mano al sable láser Némesis, a la espera de que cualquier cosa saltara sobre él. Pero no, fijándose tranquilamente, todo estaba en orden, nada se movía, solo él y sus reflejos.
Se quedó quieto, ¿ahora qué iba a hacer? De repente, algo se movió a su lado, y se giró rápidamente, prendiendo el sable. Al principio, no respondió, veía innumerables figuras como él con el mismo sable prendido, todas, excepto una. Ésta figura sin sable avanzaba lentamente hacia él, mientras él no se movía de su sitio. Casi se le sale el corazón del pecho cuando lo vio: una réplica de sí mismo. Esa era la última prueba, luchar contra sí mismo. Pero es que no podía ser así, era exactamente igual que él. Su mirada profunda, a través de las lentes, sus rasgos, su tono pálido, era demasiado real.
De repente, prendió el mismo sable Némesis, y echó a correr hacia Savryc. Incidió un tajo directo que iba directo al pecho de Savryc, pero que este logró bloquear con poco tiempo, a pesar de la impresión. Con las mismas, deslizó un sable verde, Era el mismo Inertia que tenía Savryc en su manga. Manteniendo el Némesis de Savryc inmóvil, alzó el Inertia para atravesar su cabeza, pero Savryc estiró su brazo libre y agarró su mano a pocos centímetros. Llevó un rodillazo al estómago hacia el clon, que pudo esquivarlo con tiempo, y retrocedió dando una voltereta en el aire hacia atrás. Las cosas eran diferentes, el reflejo de Savryc estaba en su mayor plenitud, mientras que Savryc estaba agotado. Llevaba horas en ese planeta, y entre el bosque, y el templo había quedado hecho polvo.
Ondeando ambos sables, comenzó a correr hacia Savryc, y en los tres metros de distancia, saltó. Señaló a Savryc con ambos sables, dispuesto a atravesarlo, pero este retrocedió a tiempo. Seguidamente, tras tocar el suelo, el reflejo avanzó rápidamente hacia Savryc, y alzó el Inertia y descendió l Némesis. Savryc, asustado, dio un salto intermedio hacia el reflejo. Por muy poco esquivó los sables láser, y propinó un cabezazo en el estómago del reflejo. Se había sorprendido, pues lo había hecho sin pensar, y por si fuera poco, había funcionado. Recogió el sable láser que se le había caído, y lo ondeó amenazante. El reflejo se incorporó a gran velocidad, y formó una barrera de fuego ante él. Seguidamente, la barrera ascendió y descendió hacia Savryc, que la esquivó con un salto hacia atrás. Una explosión de fuego cortó el paso entre el reflejo y Savryc.
De repente, el reflejo apareció corriendo con un único sable Inertia a través del fuego. Rápidamente, se inició una batalla con un solo sable. Un tajo rápido del reflejo, que Savryc esquivó poniéndose de lado, y propinó el sable hacia el hombro del reflejo, que esquivó el sable con un movimiento similar. Con las mismas, le propinó un puñetazo en la mano de Savryc, cuyo sable salió volando. Seguidamente, el reflejo golpeó son la misma mano el estómago de Savryc. Por el dolor, se agachó, y el reflejo aprovehó para golpearle un rodillazo en la cabeza. Savryc retrocedió y cayó hacia atrás. Su vista quedó nublada, podía ver a su rival de pie, con el sable láser en su mano, de forma translúcida. Empezó a asustarse; estaba mareado, y le costaba hasta pensar. Necesitaba tiempo. Reclamó poder del cristal Ceiphied, que reaccionó instantaneamente. Mientras tanto, el reflejo alzó el sable, dispuesto a acabar con el Savryc original.
Mediante la fuerza, Savryc creó una implosión, que lanzó por los aires al reflejo. Mientras, Savryc recobró la vista, y se levantó poco a poco. El impulso había alejado el Némesis. Se levantó y miró fijamente al reflejo, que ya estaba de pie. Parecía incansable. Ese "ser" era tan fuerte o más que él. De repente, cayó en una cosa. Esa sensación que había tenido al entrar al templo, se había repetido al entrar en la sala de los espejos. Éso quería decir una cosa: el reflejo era tan fuerte como lo era Savryc cuando se adentró en el templo. Entonces, unas palabras resonaron en su mente, las mismas que había leído al entrar en el templo. Al final de tu camino, lo más importante será la confianza que tengas en ti mismo, lo que determinará si vives... o mueres.
Se levantó, y borró de su mente todo pensamiento negativo. Como si el reflejo supiera lo que se avecinaba, tembló.
Seguidamente, Savryc descolgó las Espadas del Kaos. Las sujetó con fuerza, y describió una "X" en el aire. Concentró los midiclorianos del entorno en las Espadas del Kaos, y formuló el fuego, que hizo que las Espadas quedaran bañadas en llamas. Savryc y reflejo avanzaron uno a por el otro, y se iniciaron en una trifulca tremenda. Los golpes de Savryc ahora hacían retroceder paso a paso al reflejo. Este bloqueaba a duras penas los golpes de las Espadas del Kaos. Finalmente, el reflejo perdió el sable láser Némesis, que voló en el aire. Entonces, Savryc atravesó con las Espadas en llamas el pecho del reflejo, que observó atónito primero las espadas, y después a Savryc a los ojos. A través de las lentes, vio como las pupilas desaparecían de sus ojos, y seguidamente, caía al suelo. Savryc dejó caer las Espadas del Kaos, y también cayó al suelo, inconsciente.
Silencio... Ahora estás en calma... ¿Qué darías por seguir en esta paz? ¿Qué darías por ser completamente invencible, por evitar que nadie pudiera arrebatarte esta paz? No es necesario que luches más, solo es necesario que domines...
Savryc abrió los ojos. Sobek estaba frente a él, observándole. Se trató de incorporar, pero Sobek le frenó mentalmente. Ahora descansa, Savryc. Has realizado un esfuerzo sobrehumano. Savryc miró a su alrededor. Estaba en la enfermería de Achillea. Sus sables láser estaban situados en la mesilla de su derecha. ¿Qué ha pasado... Maestro?
Caíste inconsciente al acabar con esa imitación. Hay poderes que logran cualquier cosa, muchas veces perjudiciales, y otras tantas beneficiosas. Y en otras ocasiones, como esta vez, ambas cosas. Felicidades, estás preparado para llegar a Caballero Jedi, Savryc. Pero antes, deberás superar una última prueba. La Última.
Echó a caminar saliendo de la enfermería, pero al borde de la puerta, justo antes de desaparecer, dijo:
Para convertirte en un Caballero Jedi, deberás derrotarme.
Savryc Orvius Viciouss - Jensaarai
Vrek Viciouss - Jensaarai
Sobek Gres - DarkGaaraGotic
Exur Kan - Exur
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Estupendo roleo, uno de tus mejores.
Sigue así amigo
Sigue así amigo
Tokvz- Mensajes : 2615
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 29
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Bastante interesante y imaginativo, excelente roleo y muy buen redactado. Mi enhorabuena.
Talic- Mensajes : 301
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 28
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Como siempre, buen roleo jensa
Un saludo.
Un saludo.
Dakemth- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Dada la extensión de tu roleo, lo organizaste muy bien y no perdiste el hilo en ningún momento. Me gusto mucho este roleo, espero que no sea el ultimo ni el mejor. Siempre podemos mejorar nuestras historias, aunque a veces sea complicado
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Me gustó, buen roleo sigue con ellos.
Cyux Vermogen- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Gran Roeo, te felicito.
Cortossis.- Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Me gustan las 3 partes
.Cazzan.- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/08/2011
Edad : 111
Localización : Debajo de una piedra
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
La sala de entrenamientos del Templo de Achillea tenía varias quemaduras tanto en sus paredes como en los suelos, así como algunos cortes. Sobek permanecía de pie, como si acabara de levantarse de un largo sueño, completamente descansado. A sus pies, arrodillado, lleno de magulladuras y de sudor, su discípulo Savryc.
Había llegado tan lejos... hasta el final... y ahora en el final había perdido. Su último requisito era derrotar a su Maestro, y no se había acercado a la victoria.
Después de jugarse la vida en más de tres ocasiones en las últimas semanas, había perdido en el desafío menos peligroso de todos. Las Espadas del Kaos temblaban en sus manos, que seguidamente se le cayeron al suelo. Sobek se retiró a hablar con los miembros del Consejo que estaban allí reunidos. Vacilantes comenzaron a hablar en susurros.
Del grupo, al finalizar la conversación, Andrew Kai, uno de los maestros salió de entre los demás maestros. Llevaba en sus manos un cinturón, y una túnica de un color gris. Se acercó a Savryc, y le dijo: Levántate, Caballero Savryc.
Savryc se levantó, extrañado, y a la vez acelerado. No había superado esa prueba, ¿cómo era posible? Andrew, sabiendo lo que pensaba, se le adelantó.
No hacía falta que derrotaras a tu maestro, éso era algo imposible. Con que fueras capaz de hacerle frente era suficiente. Y diciéndole ésto, le hizo entrega del cinturón. Es un Cinturón Jedi. Ahí encontrarás todo tipo de objetos que te pueden servir en una misión. En fin, felicidades Savryc, ahora eres un Caballero Jedi.
Caballero Jedi...
Obtengo: Cinturón Jedi.
Había llegado tan lejos... hasta el final... y ahora en el final había perdido. Su último requisito era derrotar a su Maestro, y no se había acercado a la victoria.
Después de jugarse la vida en más de tres ocasiones en las últimas semanas, había perdido en el desafío menos peligroso de todos. Las Espadas del Kaos temblaban en sus manos, que seguidamente se le cayeron al suelo. Sobek se retiró a hablar con los miembros del Consejo que estaban allí reunidos. Vacilantes comenzaron a hablar en susurros.
Del grupo, al finalizar la conversación, Andrew Kai, uno de los maestros salió de entre los demás maestros. Llevaba en sus manos un cinturón, y una túnica de un color gris. Se acercó a Savryc, y le dijo: Levántate, Caballero Savryc.
Savryc se levantó, extrañado, y a la vez acelerado. No había superado esa prueba, ¿cómo era posible? Andrew, sabiendo lo que pensaba, se le adelantó.
No hacía falta que derrotaras a tu maestro, éso era algo imposible. Con que fueras capaz de hacerle frente era suficiente. Y diciéndole ésto, le hizo entrega del cinturón. Es un Cinturón Jedi. Ahí encontrarás todo tipo de objetos que te pueden servir en una misión. En fin, felicidades Savryc, ahora eres un Caballero Jedi.
Caballero Jedi...
Obtengo: Cinturón Jedi.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Achillea] Las Tres Pruebas [3/3]
Felicitaciones por tu ascenso Jeensa, Obtención Valida, pronto te dejare algunos deberes, J3j3j3j3j3.
Ulic Giett- Mensajes : 923
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 30
Localización : Bogota D.C
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