[Roleo] Tres corazones
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Sharet Giett
Lezalit
Jensaarai
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[Roleo] Tres corazones
Prólogo ☪
La lluvia caía estrepitosamente sobre la ciudad, y los truenos iluminaban las oscuras calles de aquella necrópolis rota con el paso de los años. Una figura, diminuta en la distancia, se movía en completo silencio, con las manos pegadas al cuerpo bajo su túnica. Se deslizaba con los ojos cerrados por la molestia que le suponían las gotas de agua al venir de frente. Detrás de él, se podían apreciar edificaciones levemente destruidas recientemente, que todavía levantaban el poco polvo que la humedad permitía, y unos pocos cuerpos permanecían ahí, tendidos en el suelo. Algunos de los cuerpos aún se movían, mostrando alguna extremidad arrancada seguida de un charco de sangre. Su camino se marcaba completamente recto, sin curvas ni más obstáculos que los pequeños baches y salientes de la calle. Extrañas criaturas, todas deformes, corrían de un lado para otro a través de los callejones y los edificios, gritando, rugiendo y gruñendo, buscando cualquier signo de vida. La luna estaba cubierta por un inmenso nubarrón que había aparecido de la nada, cegando parte del planeta, siendo los truenos de la tormenta la única fuente de luz. La figura se detuvo en un cruce que se dividía en cuatro caminos. Por primera vez en un rato, abrió los ojos y levantó parte de su capucha, dejando ver frente a él sus ojos, unos ojos de un verde intenso, y paseó la vista a su alrededor, hasta que se detuvo en un punto fijo que hacía esquina entre el inicio de dos caminos. Permaneció completamente inmóvil, observando ese punto sin parpadear, hasta que finalmente llegó: un trueno iluminó la ciudad entera, y él vio justo lo que buscaba: un matorral muerto, semiaplastado por la fuerza de la lluvia. Pero se distinguía algo sobre él. Caminó en dirección al matorral y observó una flor en perfecto estado, una flor morada, perfectamente alzada sobre las plantas muertas a sus pies. Pasó por encima de ella, aplastándola, saliéndose del camino adoquinado para entrar en lo que parecía un pequeño parque. Sus pisadas dejaron de ser silenciosas al aplastar la húmeda hierba muerta, que crujía y se rompía bajo sus botas. Ahora se movía sorteando árboles muertos, y la luz de los truenos ya no le iluminaba. Una pequeña edificación, más bien una casita se alzaba entre los árboles, en una explanada. Salió a la vista y quedó observándola; su puerta arrancada de cuajo, sus ventanas destruidas, su techo semiderruido.. los signos de violencia habían tatuado ese lugar. Sin embargo no se dirigió a puerta, sino que dio un rodeo hasta llegar a la parte trasera de la casa. Allí, había una pequeña entrada, sellada por una puerta y un candado que destacaba por su tamaño. Alzó su mano y la deslizó por encima del candado, el cual automáticamente se abrió con un chasquido. Tomó el borde de la puerta y de un tirón, fue abriéndola, arrancando la hiedra muerta que había quedado pegada a la madera. Frente a él, se encontraba una escalera que se perdía en la oscuridad hacia abajo. Respiró con fuerza, tomando el aire fresco de la noche, y se encaminó hacia abajo. Antes de sumirse en el interior de la casa, aún se escuchaban los gritos de dolor de las criaturas que rondaban la ciudad. Los escalones crujían bajo sus pies, siendo este el único ruido del lugar. Al llegar abajo, de nuevo se encontraba sumamente a oscuras. Sacó la mano de bajo su túnica, y una esfera de fuego se materializó en su palma, quedando levitando en el aire sobre su cabeza. Paseó la vista por la estancia, completamente iluminada, hasta encontrar lo que buscaba: ese libro viejo, sumamente desgastado, con moho se encontraba solitario en una mesa, junto a una estantería que él mismo había dejado ahí años atrás. Se acercó hacia el libro, sopló sobre él para quitarle el polvo, y lo abrió por una página marcada por una cinta roja.
alma se vuelve enteramente oscura
sentir amor siquiera
consumidora que existen en los tres planetas
sentir amor siquiera
consumidora que existen en los tres planetas
La página estaba desgastada, pero igualmente se distinguían bastantes frases que no habían sido escritas por una máquina, sino por el puño y letra de una persona, años atrás. De nuevo, alzó su mano, esta vez más despacio, sobre la página del libro. Poco a poco, la roña y el polvo contenido comenzaron a desaparecer, hasta que toda la lectura se volvió legible. Sus ojos se movían deprisa de un lado a otro sobre la página. Lo que tanto había buscado, ese paso final, al fin se encontraba ahí, ante él. Lo cerró con fuerza y lo guardó bajo su túnica, cubriéndolo con su brazo izquierdo, encaminándose ahora hacia la escalera a paso ligero, mientras la bola de fuego se consumía en una masa de humo que poco a poco iba desapareciendo.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo] Tres corazones
parece novela de televen
Lezalit- Mensajes : 1009
Fecha de inscripción : 22/08/2011
Re: [Roleo] Tres corazones
Mylo Xyloto escribió:parece novela de televen
si eres falta de respeto querrás decir venevisión
Sharet Giett- Mensajes : 1649
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 25
Localización : Venezuela
Re: [Roleo] Tres corazones
Que libro más raro e_e Espero la continuación, si hay, que supongo que sí.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo] Tres corazones
Abstracte escribió:Que libro más raro e_e Espero la continuación, si hay, que supongo que sí.
Lo del libro parecía escrito por Yoda jajaja
Buen roleo
Darth Plagueis- Mensajes : 1410
Fecha de inscripción : 05/02/2012
Re: [Roleo] Tres corazones
Mmmm... yo ya sé como terminará esto... pero vamos viendo que tal irá... te evaluaré aunque no sea ningún LDR...
Darth Veek Tainted- Mensajes : 2233
Fecha de inscripción : 31/10/2011
Localización : Alpirsbach
Re: [Roleo] Tres corazones
I - La Cueva del Mal
Una nave hizo presencia en el cielo grisaceo, rasgando las nubes y rompiendo la atmósfera húmeda y siniestra que reinaba en el ambiente. Una especie de caza Jedi, magullada y estropeada por el paso de los años, pero que no parecía estar impedida para navegar. Avanzaba recto, pero descendiendo muy lentamente, como si estuviese persiguiendo otra nave. El piloto mantenía la vista fija al frente, perdida más allá de los árboles, sobre aquel ambiente triste y deprimente. Se mantenía en pleno estado de concentración, avanzando deprisa en el cielo, sin un objetivo fijo, mientras la superficie bajo él cambiaba muy levemente, siendo siempre árboles y pantanos. Hasta que finalmente rompió su concentración, parpadeando por primera vez en varios minutos e iniciando un descenso más picado, casi rozando los árboles. Hasta que divisó una zona despejada por un pantano, a la cual se dirigió, aterrizando en su orilla. Al abrir la cabina, se puso de pie en la cabina, y respiró el gélido ambiente del lugar, algo desagradable a la vista. Bajó de la nave, hundiendo sus pies en el húmedo suelo, y paseó la vista por el lugar, fijando antes su mirada en el pantano. Pero su objetivo no estaba por allí, de modo que se giró y empezó a caminar en dirección contraria, internándose entre los árboles. Percibía vida, percibía la Fuerza más allá, y en más de una forma, algo que no esperaba, de modo que llevó una mano a su espalda, y tomó el mango de una espada, una espada de hoja semitransparente, que reflejaba sombras en consonancia a los tonos verdosos y grisáceos de la zona. Después de haber cruzado árboles y ciénagas, encontró, al fin, lo que estaba buscando.
Una especie de árbol formado por decenas de lianas, ramas enormes y raíces sobresalía y desentonaba, en comparación con el resto de los árboles, que sin duda estaban en mejor estado, aunque en cercanía a este, no se encontraban precisamente sanos. Abajo, entre las raíces, se distinguía una gran apertura por la que fácilmente cabría un ser humano. Todo estaba oscuro, desde fuera no se podía distinguir absolutamente nada. Estaba dispuesto a entrar, pero una vibración continua estaba llamando su atención a su derecha, golpeándole continuamente el oído. Muy despacio, fue girando la cabeza, hasta visualizar el más pequeño de los dos focos de energía. Era una pequeña forma translúcida, tan borrosa que era casi imposible precisar qué era. Le llegaba aproximadamente por el pecho, y los únicos rasgos que diferenciaba eran unos grandes ojos y una chepa, aunque había algo más: un bulto donde estaría el pecho, que parecía tomar la forma de una cabeza humana. Una voz comenzó a resonar en su mente, mientras esos dos ojos mantenían el contacto establecido con los suyos.
Sabes bien que la oscuridad toma muchas formas, pero no todas son controlables. Si entras ahí, no acabarás bien. La sangre de la penumbra fue derramada en este lugar, y esa penumbra era naciente de una criatura sabia, pero extremadamente cruel y terrible. Si te atreves a profundizar en los secretos de esa cueva, habrás cavado tu propia tumba, como tantos sith han hecho ya en la búsqueda del poder. Regresa..
Aquella sombra, apenas hubo terminado de hablar dentro de él, se dio la vuelta y comenzó a alejarse, mientras se consumía rápidamente hasta desaparecer. Impasible, volvió a fijar la mirada en la entrada de la cueva y se situó justo en la entrada, apartando una liana que quedaba justo en medio. Cruzó la entrada y descendió un par de metros por la bajada, hasta encontrarse ante lo que a simple vista parecía un laberinto envuelto en niebla. No percibía señales de peligro, de modo que tomó aire y avanzó despacio, atento a las paredes, que estaban cubiertas por redes de telarañas y más lianas, de modo que detrás de estas podría haber cualquier cosa. Según avanzaba, el oxígeno comenzaba a escasear, y sin que él se diera cuenta, la hoja de la espada se iba tornando cada vez más oscura, tomando un ligero tinte gris que iba incrementándose. No se detuvo en incontables minutos, hasta que escuchó el sonido de una rama quebrándose, sin duda bajo la pisada de alguien. Se detuvo en ese mismo instante, asiendo firmemente el arma pero sin espectativas de usarla. En ese momento se percató de que se encontraba en una encrucijada de tres caminos, y no sabía de dónde había venido aquel sonido. Bajó la mirada un instante, visualizando en su mente tres figuras blancas, acercándose cada una por un camino. Levantó la vista, y vio a pocos metros, surgiendo de la niebla, a la primera figura. Las otras dos, a su espalda y su costado aparecieron casi a la vez. Eran tres hombres, con los mismos ropajes reales pero con distintos rostros. Además, cada uno tenía algo distinto. Un corazón en el pecho de cada uno, de un negro intenso. Aquel que tenía frente a él, mientras bombeaba producía un líquido verdoso que salía de la carne y caía a sus pies. El que se encontraba a su costado en cambio, producía arena, mientras que el que tenía a su espalda, bombeaba nieve, la cual se derretía velozmente. No sabía a cual dirigirse, ni mucho menos qué hacer, de modo que se mantuvo en silencio, mirándolos alternativamente hasta que aquel que bombeaba el líquido verde habló. Al final has venido.. Otros vinieron aquí antes que tú, pero muy pocos en búsqueda de tu mismo objetivo.. y muchos menos sobrevivieron. Arqueó una ceja al oír las palabras del emperador, pero decidió mantenerse en silencio, pues no parecía haber terminado. Mientras hablaba, fue echándose a un lado hasta dejar el camino que obstruía al descubierto. La niebla frente a él desapareció, y una nube negra pudo visualizarse a la mitad de la senda. Aquel emperador de corazón negro sonreía con malicia. Éso que ves sólo es el comienzo, más allá de la vista se encuentra uno de los tres grandes núcleos. Pero a ti te interesa este concretamente.. y es todo para ti. Esta vez cerró los ojos para concentrarse mejor. Había algo ahí delante, sin duda, pero se sentía incapaz de definirlo, pues nunca había percibido nada semejante. Sólo era capaz de asociar una palabra a aquella masa indescriptible: latido. Se echó a un lado hacia la pared, tomando aquellas lianas firmemente sujetas y las apartó con ambas manos con fuerza. Escuchó gritos a su espalda, más de tres sin duda, pero no se dio la vuelta para comprobar quiénes eran, simplemente se inclinó hacia adelante.. y cayó.
Un grito de dolor lo puso en alerta, haciéndole abrir los ojos por acto reflejo y poniéndose en pie. Su mano izquierda se envolvió en rayos mientras él miraba a su alrededor, ubicando la procedencia del grito. Buscó su espada, pero no la encontró en varios metros a la redonda. Los rayos se consumieron deprisa, mientras él se relajaba. Lo siguiente que escuchó fue el sonido de la carne siendo desgarrada por el frío acero, en la misma dirección que aquel grito que resonó. Pero antes de ponerse en marcha, echó un vistazo a su alrededor, pues lo poco que había visto no encajaba para nada con el contenido de una cueva: huesos de enormes criaturas emergían del agua, algunos aplastados o quebrados pero otros enteros y admirables. Habían restos de naves, motores y alas; la única nave completa era una X-Wing medio sumergida, atrapada en un pantano. Inclusive tenía sobre él un cielo gris y azul, además de unos fugaces tonos anaranjados que sin duda debían nacer de un sol. Medio aturdido por la caída y por el extraño paraje en el que se encontraba, inició la marcha, adentrándose en el agua, acabando hundido hasta el abdomen, pero sin dejar de avanzar. Bajo sus pies notaba vibraciones, y podía escuchar gruñidos en la distancia, y unos alarmantes no muy lejos, ubicables a muy pocos metros. Aceleró el paso, y no se detuvo en ningún momento, salvo en una ocasión por la sobrecogedora imagen de una enorme criatura emergiendo del agua a su izquierda, a varias decenas de metros de él. Parecía un leviatán, pero era más grande y sus huesos estaban más marcados. De algún modo, supo que aquella criatura estaba próxima a la muerte. Al salir del agua, vio en el cielo frente a él, una inmensa mancha oscura, que parecía abarcar varios kilómetros bajo su enorme manto, el cual cubría la vista frente a él, tapando seguramente más ciénagas y más huesos. Y, frente a él, en el suelo y recostado sobre la raíz del único árbol de la zona, había una criatura humanoide, con su espada ensartada en el pecho y un charco de sangre cubriéndolo. El ser lo miraba fijamente, respirando con serias dificultades, y al parecer, sin intención de hablar, de modo que fue él quien habló. - Bpfasshi, dime lo que quiero saber.- La primera palabra nació sola, nisiquiera la conocía de hecho, ni supo nunca como ni por qué la había pronunciado. Pero el ser habló casi al instante, con voz cansada y débil. - Viniste en la búsqueda de uno de los corazones más siniestros de la galaxia. Uno de los tres, aquel que representa la sabiduría, el único foco de información existente actualmente sobre estos fenómenos tan.. tenebrosos..- Lo escuchó hablar atentamente, casi conteniendo la respiración pero evitando moverse. Todo fuese por no desconcentrarlo. - Este corazón representa la cúspide del conocimiento sobre el lado oscuro.. el último punto de entendimiento acerca de la galaxia, sobre la estupidez de los sith y la hipocresía de los jedi, sobre el origen de la galaxia y la misma oscuridad..- Estaba viendo ya como terminaría yéndose por las ramas, de modo que decidió interrumpirle. - Pero, ¿hay más no? Hay otros dos.- La criatura inclinó levemente la cabeza. Las fuerzas empezaban a fallarle. - Sí.. hay otros dos.. Uno de ellos representa el auténtico poder de la destrucción, una potencia capaz de eliminar al más feroz e inteligente de los enemigos. El arma más peligrosa.. Y luego está el otro, el símbolo de la oscuridad..- Comenzó a toser y a escupir sangre, lo cual lo alertó pues no había recibido tanta información como esperaba recibir. Se agachó frente a él, tomándolo de un hombro y acercándolo. - Dónde están los otros dos.- - Interpreta las pistas.. la cueva te ha revelado varias pistas, indirectamente..- Entendiendo, se puso en pie y tomó el mango de su espada, mirando fijamente al moribundo, esperando a ver si decía algo más. - Interprétalas con sabiduría.. La falta de información y el ir a donde no debes podría suponer tu propia destrucción.- Asintiendo, arrancó de cuajo la espada del pecho del moribundo, y creyéndolo muerto, se dio la vuelta. Pero se detuvo al instante, pues para su sorpresa, éste habló una vez más, exhalando un último suspiro. - Ya has negado al mal que se halla aquí.. Nadie puede hacer éso.- Su cabeza cayó a un lado, y fue entonces cuando al fin, se percató de que estaba muerto. Se disponía a salir de allí, pero algo raro estaba sucediendo. Detrás del árbol, aquella eterna oscuridad se había expandido, hasta el punto de casi envolverlo. Ahora sí vio que la hoja de su espada se había tornado completamente negra, y no por la sangre ni por la oscuridad del ambiente: estaba canalizando la energía, y aquella hoja no podía estar más negra. Percibió el peligro viniendo de todas direcciones, pero antes de poder reaccionar, el árbol estalló en llamas, repeliéndolo y casi arrojándolo al agua. Había "algo" en aquella oscuridad perpetua, algo inhumano, innombrable, el auténtico origen de aquella nube que vio en la cueva. Enfundó la espada, alzando la vista, como si esperara ver alguna horrenda criatura naciendo en la noche. Pero según lo estudiado, sólo contaba con una oportunidad, y una de tres elecciones. Pero aquella no era su elección, de modo que por su osadía, sin duda iba a ser engullido por aquel foco de odio sólido y latente. Se dio la vuelta y se vio envuelto en luz pura, saltando y alejándose de la tierra, iniciando el vuelo y alejándose de la masa negra. No supo si le estaba persiguiendo, si le estaba observando.. ni siquiera sabía si aquello podía observar algo. Simplemente voló más allá, envuelto en luz, alejándose de aquella fría noche y de los seres que a sus pies, observaban una estrella fugaz surcando el firmamento.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo] Tres corazones
La narración y descripción soy muy buenas, pero hay cosas de la trama que me parecen raras. A ver como se finaliza.
Kythmnr- Mensajes : 2972
Fecha de inscripción : 15/01/2012
Localización : Desconocido.
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