[ROLEO] Putrefakt [Votación]

por Invitado Sáb Jul 06, 2013 1:00 am

Desde un mundo inhóspito, asolado por el lado oscuro de la fuerza, la muerte en su máxima y más pura esencia como en el temor, ciertamente aquel temor que infunde este oscuro mundo a todos sus intrépidos visitantes, la putrefacción crece como flores en un jardín de cuidado, él se sienta y observa desde dicho mundo buscando la perfección de la fuerza, el equilibrio que debe dar el lado oscuro a la galaxia y el poder como su progreso a la eternidad. La presencia de este fiero y vil nigromante es el más grande temor para la luz, a su paso esta se oscurece y dicha oscuridad consume los fértiles campos como la presencia de la energía lumínica en tales pastos. Pronto el equilibrio dejaría de existir y él junto a las sombras encapucharían al mundo en el vórtice de la negrura, grata y magnánima para todos sus seguidores. El nigromante sentado en su esfera de meditación, viendo allí los cubículos más recónditos de la galaxia y observando en su premonición un objeto que rompería los esquemas del poder y que le aportaría una curiosa habilidad exquisitamente necesaria para todos sus propósitos, manchado en tal deseo se propone la inquebrantable búsqueda del aclamado objeto, omitió prepararse para la búsqueda, pues sabía lo que debía hacer y nada podía pararle, era un sujeto decidido y de gran poder, pues nunca antes nadie se tomó el honor de retarlo o de darle frente, cuando asolaba los pueblos de la república se hacía notable su gran odio, su personificada ira y su indudable rencor como el temor y el terror que sentían los individuos anexos a tal sociedad invadida por la gula del lado oscuro de la fuerza. Caminó entre los confines de ese mundo donde residía, desconocido para muchos y también para otros considerado el averno o vulgarmente el infierno, no había energía que iluminara tal negrura pues nunca podría existir ahí. Atónito se encontraba él entre gran oscuridad, inquietante y aislado en la crudeza de la soledad pero este ambiente sería el enfoque a su poder y el aspecto que permitió su surgimiento como su renacimiento y su parada en la vida. Más allá de la realidad, este individuo era un mito como un temor para muchos de los seguidores de la fuerza y sin mencionar a los seguidores del lado oscuro de la fuerza, más le temían muchos de sus cultistas que los guardianes de la paz, era considerado un semi-dios como también un dios por sus allegados, pero su estatuto de deidad era un misterio, se le vio a lo largo de la historia asediando pueblos, esclavizando civilizaciones y alzando a los muertos a su favor.

De ojos carmesí, piel completamente putrefacta y marcada por la muerte como por la eternidad, sus características podían infundir miedo a cualquiera. Se volvió una leyenda viva entre muchos en la galaxia, considerado un culto de herejía por muchos de los Sith que rigen la galaxia y por los Jedi un tabú, una prohibición o una leyenda de fogata. El nigromante dio su presencia a Jedi oscuros, bandidos, carroñeros y acólitos que abandonaron sus raíces por la codicia y la gula; él les daría un asilo, les daría el poder, la enseñanza, la sabiduría y las riquezas si estos la deseaban pero ellos tendrían que darle su alma, su fidelidad y estarían atados a él hasta que solo fueran tristes y olvidados espíritus. La búsqueda de la perfección ha sido su cometido desde tiempos memorables para él, ha ido buscando la fortaleza en cada uno de los artefactos más oscuros y llenos de secretos, pues era más que una labor para el fiero nigromante. Más que listo, era hora de acechar los pueblos en busca de su preciado artefacto; se desconoce que es dicho artefacto, pero pronto se sabría, era de origen natural y sus características eran grandiosas, expresadas únicamente en la perfección del arte de la guerra y del esgrima pero claramente este no sería el único artefacto al que dedicaría su gran travesía y expresaría todos sus deseos de inquieta búsqueda. Salió por un pasadizo, un peculiar acceso bañado en piedra tosca y marcas rúnicas de origen puro entre los Sith, sin compañía y sólo con un pequeño saco colgado de su espalda, sus túnicas negras y adentrándose en su nave de manufacturación personal, no se sabía el modelo pero era una sonda de combate que data a la antigua república, encendió su nave y se elevó hasta el cielo, saliendo de la cruenta y oscura pero poco estrellada atmósfera donde irónicamente desapareció en un campo de invisibilidad y se perdió repentinamente. Su objetivo era Ryloth, marcado en su radar y también entre sus pensamientos; allí encontraría dichos secretos, pero no sería la única ruta que este sujeto tomaría, tenía en cuenta que debía tomar otras rutas y que nada ahora se lo impediría. La nave entró al hiperespacio y su nave en cuestión de segundos ya había entrado a la atmósfera de Ryloth, el planeta rojizo, lleno de vegetación y de personas muy desconocidas con también diversos secretos, sin embargo, es ahí donde encontraría lo que codiciaba con el alma.

Ya habían pasado varios minutos desde que su nave aterrizó en esa zona selvática, no tenía un mapa por el cuál guiarse ni tampoco tecnología avanzada o de punta; pero contaba con sus visiones, una habilidad de gran renombre entre los profetas del lado oscuro de la fuerza, él controlaba las visiones en todos los aspectos y de todas las formas. Se movilizó entre esa extensa jungla, densa sobre todas las cosas y de rara vegetación. A nada temía, era otro simple lugar que podía saquear y pasarle por encima a todas sus reglas y a su misma ambientación, mediante su visión de la fuerza observaba a los lados los movimientos de la fauna salvaje y por una parte evitaba toparse con ellos, nunca por miedo sino por ir más rápido y sin excesos de combate. El brujo sabía que ese lugar estaría custodiado por unos seres que ya venía conociendo desde hace mucho tiempo, unos saboteadores sin escrúpulos y regidos por la Orden Jedi, las Sombras Jedi, eran excelentes centinelas con gran control de la fuerza y que seguramente ya le estaban siguiendo desde hace bastante rato, es imposible quitarse tales sujetos de encima, siempre serán una amenaza hasta para el más fuerte. Sus huellas se marcaban en el barro y el sonido del viento era inquietante, se concentraba cada vez más la neblina entre los ásperos y cerrados polos selváticos de Ryloth. El sudor bajaba por los poros del nigromante y su piel se llenaba de estrías por las condiciones de dicho lugar, se movía lentamente atrapado por su instinto, su visión era muy diferente a la de un sensible a la fuerza cualquiera, él podía ver los espíritus y las criaturas del otro mundo que ahí yacían, todas se quedaban mirando fijamente al nigromante con recelo, otros con una sonrisa y algunos con gran intriga, eran espectadores de los vivos y podían sentir la fuerza en su más pura esencia. Pudo salir de la gran selva con una gran sonrisa en su rostro, allí divisó una gran estructura natural de piedra, un túmulo con una catarata que dejaba caer su agua cristalina sobre dicha cueva. Era ese lugar el que el nigromante había visto en sus premoniciones, ahí se adentraría. Echó la vista a los interiores, se mojó en la interminable agua sagrada y entró en la cueva, viéndose solamente sus rojizos ojos y escuchándose nada más que absoluto silencio, un lugar callado y seguramente sagrado.

Sus pasos rechinaban por todo el suelo rodeado de agua, el sonido del agua siendo aplastada era armónico, sin duda alguna, pero el lugar estaba muy oscuro y pronto se acercaría a un averno; tan solo la definición de túmulo era un peligro pues encontraría cosas terribles dentro de las cataratas lúgubres, poco a poco iba trazando su camino ya que el túmulo tenía una larga línea de túneles con distintos accesos. Las sombras se extendían más por las cuevas, la piedra se endurecía cada vez más y ya se podía notar que todo estaba estructurado, pues era una especie de necrópolis sagrada; sin embargo esta necrópolis no estaba dedicada al culto pero era un lugar donde se podía sentir el lado oscuro, un peligro como tal y había acceso a la otra dimensión la cuál estaba llena de espíritus, crueles e infames espíritus. Las urnas funerarias estaban ahí en esas bien decoradas catacumbas de pura piedra y oro, seguro aguardaban grandes tesoros ahí que no eran de la importancia del brujo, pero ahí estaba lo que codiciaba y sabía que alguien lo protegía; como dedujo en principio, habían aparecido las Sombras Jedi, los guerreros inquisitivos de la Orden Jedi, aquellos que enviaban a proteger objetos preciados y a destruir artefactos del lado oscuro de la fuerza. Eran tres de ellos, con túnicas negras, sables de doble hoja de colores azules, sus ojos brillaban y sólo se divisaba una sombra arqueada en su rostro, ambos blandían sus espadas con gran velocidad y se movían con destreza inigualable, eran sujetos experimentados en la fuerza. Ni una palabra expresaban, su deber no era hablar, su deber era encargarse de erradicar el lado oscuro de la fuerza en cualquier señal de la galaxia, ese nigromante tenía que morir y era uno de los planteamientos secretos y negros de la Orden Jedi, eliminar a ese sujeto cuya presencia en la galaxia desmentían. Sus sables ya previamente fueron encendidos por obra suya, con tal fuerza lo mantenían empuñado y soltando su ira, empezaron a correr en contra del nigromante; pero nada de esto sería un problema para él, eran insectos en su suela. Desplegó su sable láser, lo encendió y empezó el combate entre los tres Jedi y el Sith, ellos usaban la fuerza con maestría y lanzaban distintos ataques a distancia como esferas de energía y empujones mediante la fuerza, mientras que el nigromante los evitaba con la hoja del sable láser, consumiendo toda la energía que le lanzaban las Sombras Jedi.

La lucha cada vez se volvía más intensa, la habilidad de persuasión y engaño del nigromante era grandiosa; las Sombras Jedi se confundían y terminaban atacándose entre sí gracias a las ilusiones y falsos movimientos, tendrían maestría pero nunca más ingenio que el nigromante, uno de ellos terminó decapitado por la mano de su propio compañero, se reducieron a dos Jedi. Las risas del nigromante hacían soltar la furia de los Jedi poco a poco, sus jugarretas eran muy bruscas y notablemente salvajes, los Jedi se agotaban cada vez más y sus habilidades se hacían escasas. El Sith apagó su sable láser y lo enfundó en su cinturón, de donde lo extrajo de entre sus túnicas, alzó sus manos dejando ver su talismán de gema rojiza, en sus labios se podían ver unas palabras esbozadas en un eterno silencio, las Sombras Jedi no pudieron contenerse, uno de ellos atacó y asesinó a su compañero con el sable láser, controlado por el nigromante y luego su alma fue a parar en el talismán del oscuro Sith. Se sacudió la sangre y acomodó sus túnicas, aplastando los cadáveres de los asesinados Jedi y siguió su travesía, le quedaba poco por encontrar el tesoro de gran apreciación personal, tocaba las paredes de piedra visualizando en su mente las visiones; una especie de corta pesadilla rodeada de muerte y de codicia. Allí finalmente encontró la sala donde vio un gran altar con un artefacto piramidal pero encima de él yacía un cristal de colores rojizos, era lo que él buscaba y lo que los intrépidos Jedi custodiaban fielmente y hasta morir, un cristal Sherunshur, su existencia nunca estuvo fundamentada y muy pocos científicos, estudiosos, filantropos y sabios sabían de la existencia de dicho cristal. Era de un color fuertemente dorado, brillaba como el sol y estaba rodeado de flora cristalina a los lados, la habitación estaba llena de la misma y era el único exponente que posiblemente habría en Ryloth, desconocía la cantidad pero su afinidad a la fuerza era grande y podía sentir las características de este férreo cristal.

Tenía gran grosor el cristal, el nigromante lo agarró con ambas manos y sentía fuertes quemaduras en sus manos que se adherían como tatuajes; era ahora el dueño legítimo de este potente cristal, recitaba palabras mágicas entre sus labios y que posteriormente las gritaría y harían un fuerte eco en el túmulo y en la eternidad. El cristal se rodeaba de un aura de color rojizo y negro, las manos del nigromante se volvían negras y se destrozaban por las fuertes quemaduras, el dolor era inmenso pero creaba el vínculo con el cristal Sherunshur, empezaba a purificarlo adhiriendo parte de su energía y parte de sus midiclorianos, estaba corrompiendo el cristal y volviéndolo un arma de destrucción masiva. El cristal lanzó un gran destello y quemó la mitad del túmulo, destrozando la flora y las piedras que ahí estaban. El lugar quedó destrozado y el nigromante se protegió gracias al poder del cristal, estaba más que listo y había conseguido su objetivo; se movilizó, dándose la vuelta y con el cristal en ambas manos soltando un brillo similar al sol y rodeado de un fuerte fuego que ya el nigromante no sentía, las quemaduras fueron fuertes y ya su cristal estaba potenciado, listo para usar y ya tenía otro propósito en la vida: la destrucción de esta.

[ROLEO] Putrefakt [Votación] Purificandouncristal_zps369dc015

Nocturnal, Nigromante de Vjun.

Obtención:

por Satella Sáb Jul 06, 2013 1:02 am

Yo lo tomaré obviamente.
Saludos.

____

Edit.
Bueno al ser un cristal limitado deberá abrirse votación.

por Jensaarai Sáb Jul 06, 2013 8:24 pm

Buenas.

Me paso para certificar por favor del nadapoderoso Kaldt, el destructor de mundos, que este cristal existe, y efectivamente se encuentra en Ryloth.

por Satella Miér Jul 17, 2013 3:53 am

Lamento la demora, bueno, según como dijiste tú...

Voto válido.

por Relan Miér Jul 17, 2013 5:39 am

"Durante los tiempos de la Antigua República, era suficiente para vender algunas de estas "rocas" para hacerse rico - que es la cantidad de Jedi trataron de comprar este tipo de cristal. Dado que sólo Twi'leks sabían dónde extraer estas piedras preciosas, su precio se disparó continuamente. Después de la Purga Jedi por el Emperador Palpatine, la utilidad de los cristales Sherunshur quedó en el olvido y su precio se redujo, ya que su objetivo se convirtió en obsoleto. Después de la caída del Imperio y el renovado interés, los precios de estos cristales comenzaron a subir de nuevo. Cada Sherenshur es capaz de generar una cuchilla de extraordinaria resistencia y estabilidad. Los colores van del amarillo al púrpura."

Una de las interesantes frases que encontre sobre el cristal además de tratar de traducir paginas pocalas, entre otras.

Por mi el roleo aclara ciertas cosas (~~al menos te quemaste las manos pajiso~~).
Voto Valido.

por patrialka Miér Jul 17, 2013 5:44 am

La lucha cada vez se volvía más intensa, la habilidad de persuasión y engaño del nigromante era grandiosa; las Sombras Jedi se confundían y terminaban atacándose entre sí gracias a las ilusiones y falsos movimientos, tendrían maestría pero nunca más ingenio que el nigromante

Muy poderoso el Nigromante...

Tenía gran grosor el cristal, el nigromante lo agarró con ambas manos y sentía fuertes quemaduras en sus manos que se adherían como tatuajes; era ahora el dueño legítimo de este potente cristal

El afán de sufrir en los roleos...

Voto válido.

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EDIT DE SATELLA: FELICIDADES, OBTIENES EL CRISTAL, TEDDY.

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