[NOVELA] La grandeza de los humildes

CAPITULO I - Heroe inadvertido

El sol entraba por la ventana, el típico y tortuoso día que nadie quiere venir llegar en las condiciones en que se vive actualmente en Coruscant, luego de la toma del planeta por parte del imperio y la recuperación del mismo por parte de la Orden Jedi, Coruscant ha quedado totalmente en pedazos, de las construcciones solo alguna, con suerte, se mantiene en pie, la zona de refugiados está abarrotada de gente, la inseguridad en toda zona se ha visto comprometida, a pesar de los esfuerzos de las fuerzas de seguridad con el mando del Maestro Gios. La economía ha ido aumentando poco a poco, pero los niveles son realmente bajos, Coruscant era una capital del comercio, los pobres trabajadores como yo tienen que luchar por tener un poco de suerte de encontrar un trabajo en donde se gane algo para pasar el día, pero bueno, que mas se puede pedir siendo una persona sin habilidades sobrenaturales como los sensibles, solo toca trabajar y intentar sobrevivir.

Me vestí como todos los días, colocándome la misma ropa vieja de todos los días, cargando el peso de ser Gia, si, ese es mi nombre, ese dia partí muy temprano, pocas personas deambulaban por las calles de los barrios bajos de Coruscant, la mayoría borrachos, viejos veteranos cubriendo sus desgraciados recuerdos con sexo y alcohol, pero también mucha gente trabajadora que se mata la columna para poder llevar el pan a la mesa, no como esos Jedi, que su super habilidad le hace valer mas que las personas normales, dicen protegernos pero a la final solo nos traen desgracia..  O así lo veía yo en su momento..

Casi llegaba a la plaza, la plaza me traía muchos recuerdos porque primero allí jugaba de niño, mas adelante era donde me reunía a jugar con mis colegas.. Allí me reclutaron para servir a la república.. Y ahora allí es donde espero a que un comerciante mediocre o alguien con algo de dinero necesite la ayuda de un joven veterano de guerra, si, quizá suene raro pero serví muy poco tiempo, pero en demasiadas batallas, vi muchas cosas, cosas que si fueran fotos en algún dispositivo, borraría, pero bueno, no es un secreto para nadie la maldad y la poca conciencia que tienen las personas.

Algo me llamó poderosa mente la atención, mientras estaba ahí todo nostálgico, una pelota de plástico chocó contra mis piernas, yo me encontraba arrecostado en una esquina, al mismo tiempo escuché el chillido de un bebe llorar, pero yo no noté presencia de nadie en la plaza.. Camine sigilosamente por entre las sombras y pude notar a un bebe twi'lek en el suelo, al lado su manta y un termo de algún suplemento alimenticio para el, lloraba, debe ser por que tenia la cabeza rota, seguro cayó ¿Pero como, a quien? Caminé un poco mas, de espacio, escuche el forcejeo y luego los gritos de auxilio de una mujer, acto seguido miraba hacia los lados pero no había nadie, pocas personas a esa hora de la madrugada están despiertas, decidí que tenia que actuar..

Me acerque hacia el origen de los gemidos y gritos de auxilio, madre mía, un sujeto con un blaster muy viejo estaba intentando someter a una joven twi'lek en el suelo, la mujer tenia varias marcas de golpes recientes, casi sin fuerzas hacia ruidos buscando que alguien la escuchara, no se rendía, tenia la ropa rasgada, parecía que el sujeto buscaba abusar de ella, no sabía que hacer, mis acciones podían hacer que el sujeto la asesinara o me asesinara a mi.. ¿Donde están los maravillosos Jedi cuando se necesitan?. El hombre golpeó en la cabeza con la cacha del blaster a la mujer en la cabeza, poseía tan poca habilidad manejándolo que se le salió un disparo, el cual impacto contra una de las paredes del callejón donde la tenía escondida, aproveche la distracción para llenarme de fuerzas y lanzarme contra el.

La acerté una patada en la mandíbula que lo hizo perder la cabeza, no literalmente, soltó el blaster y quedó mareado, la mujer lloraba en el suelo, me lancé contra el sujeto y me senté sobre su cintura dejando caer mi peso sobre el, comencé a golpearlo en la cara a puño cerrado, yo poseía unos guantes de cuero duro que hacían que fuera mas cómodo darle golpes, el tipo tenía la cara ensangrentada, yo también, la mujer veía este acto asustada, cuando me dí cuenta de lo que estaba haciendo ya era tarde, el tipo estaba muerto.

La mujer me agradecía con miedo en la cara, pero también entendía, yo lo justificaba, sentí un frenesí al ver a tal desgraciado intentar hacer tal acción, el tipo estaba dispuesto a dejar morir a un bebe y abusar de una madre indefensa solo para satisfacer sus necesidades sexuales, así de podrida esta esta ciudad ¿Y donde estaban los Jedi? Los superheroes que está ciudad necesita solo se concentran en sus problemas, esta ciudad necesita gente dispuesta a salvarla.. Luego de eso corrí a mi casa a limpiarme la cara, y la conciencia, debía meditar sobre lo que pasaría de ahora en adelante, será esta una puerta a una nueva aventura en mi vida?

En el camino a casa sentía que alguien me seguía, tenia un presentimiento de que alguien me atraparía, que me acusarían de asesinato, que caería en una celda rodeada de los mismos gusanos sádicos y llenos de morbo como el tipo que había asesinado, no me arrepentía de nada, mas bien me sentía un héroe, si, un héroe, me recordaba a mis tiempos como rebelde.


Cuando fui reclutado a la fuerza, utilice toda esa rabia reprimida para convertirme en uno de los soldados mas destacados de mi escuadrón, recuerdo noches de muchos disparos y explosiones, viseras y sangre de gente que moría a veces sin querer estar ahí, nadie quiere estar en una guerra claro, pero si lo obligan menos, obligados por una falsa moral de defender lo bueno y lo sano, basura, siempre ha sido así, poder para unos o para otro.

Una noche muy oscura, nos enviaron a un asalto en un poblado nomada en Kashyyyk, poseía una gran sociedad de humanos y humanoides que vivian en armonía con la naturaleza, eran respetados por los Wookies, pero con el transcurso de la guerra los planetas afiliados a rojo o azul sufren ataques del contrario, a veces sin tener nada que ver directamente en el conflicto, mi escuadrón tomó a fuego y metal el campamento, nos sentíamos héroes, solo hubo un Jedi, un cobarde, que sintió miedo en la oscuridad de la batalla, ¡LOS NORMALES FUIMOS LOS QUE SALVAMOS A ESA GENTE, NO EL! ¿Pero quien se lleva el premio y el honor? Claro, nuestro supremo comandante. Esa noche destroce imperiales como ningún otro, mi habilidad al disparar era muy buena, no puedo negarlo, la república entrena muy bien a sus soldados.

Al llegar a casa me dí una ducha, observaba el oscurecer y olvidaba todos los problemas que me afligían, deudas, renta, comida, lujos, no tenía para satisfacer nada de esto, no tenía una estabilidad, si fuera un gran héroe si podría darme todos estos lujos, caminé hacia mi closet, para buscar el otro traje de andar mientras el que usé hoy se secaba, para usarlo mañana, esa era mi rutina, mientras me vestía pude observar una caja, que instantáneamente pude reconocer.. Cuando di la baja en el ejercito, si la baja por inestabilidad mental, guardé aquí mi viejo uniforme, mi blaster insignia y todos los reconocimientos vanos y absurdos que no me darían nada de comer cuando dejara el ejercito. Tendí todo en la cama.. Comencé a llorar..