Delirios de Grandeza; ir por la lana y salir trasquilado [Roleo de Ygziir]

Una misión, la esperanza de acabar con el sufrimiento finalmente...
Un solo viaje, con o sin regreso. Un solo sueño, el de acabar con la oscuridad. Pero sueño era solamente.

El día que partí, todo iba a mi favor, no había recuentos ni nada que fuera a gastar mi tiempo. Iba al grano, a acabar lo que hace milenios nuestros antecesores habían iniciado. Iba a dar mi vida por el único objetivo que ahora tenido. Devolver la luz. Traer esperanza... El resultado se resume en una famosa frase...


Delirios de Grandeza.


--------- 48 horas antes -----------

- Maestro Shan, hay mucha actividad en --- - Me comunicó uno de los centinelas que abordaba la nave conjunto conmigo - ¿Quiere que vayamos? -

Sólo asentí, sabía que este era un momento en el que debía concentrarme. Podía morir, si no iba bien concentrado.

- DX72 Fija rumbo hacia Kesh - Agregó el centinela - Nos avisas cuando estemos cerca

El soldado alzó una mano indicándonos que estaba en eso. Ya no podía volver, pero...
No tenía miedo, menos intriga. No sentía nada, estaba calmado. El lado oscuro nublaba mi visión del lugar.

El centinela era un joven recién ascendido, pero muy habilidoso y excelente en lo que hacía. Siempre estaba dispuesto, por eso lo había elegido para la misión. Él ya me había ayudado antes, pero jamás lo había metido en un lío como este. Kesh era un planeta peligroso, y el no tenía idea a lo que yo me enfrentaría. No tomó más que unos segundos antes de que el piloto indicó que entraríamos al hiperespacio. Nos amarramos, listos para salir en algo que nadie de nosotros conocía. En un mundo perdido.

- Sobrevolamos Kesh señor - Aclaró el soldado al llegar

No tomó más que unos segundos antes de que él dijera esto, nisiquiera quince segundos. Fue casi inmediato. Me levanté de mi asiento y le indiqué las coordenadas al soldado, quien no demoró en llevarnos a dicho lugar. Claramente, la actividad de la fuerza provenía de donde hace cientos de años, había caido una nave sith. Ahí empezaría mi búsqueda de lo desconocido. ¿Tendría que lidiar con los keshiri? ¿Estos siquiera existían?

Ambas preguntas irrumpieron mi silencio mental. No les di importancia y al aterrizar indiqué a ambos

- 24 horas - Me pausé para colocar mis sables en mi cinturón - si no vuelvo para entonces, lárguense, no me busquen -

- Pe... - Intentó decir el joven antes de que le callase.
- Pero nada, es una orden - Repliqué.

Él asintió y procedió a su consola, con la cual rastrearía mi señal.

Pisé la arena, espesa y vieja. Con experiencia, miles de historias que contar. Sangre, entrenamientos, luchas territoriales... Los kashiri eran una tribu perdida de los sith, la cual les rendía culto haciéndolos ver como seres superiores, seres del cielo. Esperaba no toparme con ninguno, ya que si lo hacía, desataría poco más que una riña, y le causaría peligro a quienes me acompañaron. Subí una de las montañas, me tomó alrededor de 30 minutos a mi máximo esfuerzo y paré para descansar, ya en la cima. Para mi sorpresa, la vista era más que arena y rocas. Una especie de estructura donde se suponía que estaba la nave caída. Tomé una de las ramas nutritivas que llevaba en mi maleta y la coloqué en mi boca. Cerré la misma y la coloqué en mi hombro. Mi cristal lo saqué de dónde lo tenía y lo coloqué en mi cuello, guindándolo de la correa que lo sostenía a mi cuello. Este guiaría mi camino, según los libros que tenía sobre el mismo. Bajé la colina, surrándome en la arena para llegar con más velocidad. Y alcancé la entrada, sin ningún percance. Me adentré en lo que parecían unas mazamorras, donde el lado oscuro estaba inundándose.

Unos murmuros y el eco de mis pasos fue todo lo que escuché. La respiración de alguien además de la mia...

- Bienvenido, viajero - Recitó una voz, no tenebrosa, calmada, sabia...

Seguí buscando la voz por los cuartos, me asomé entre los pilares

- ¿Qué hace aquí un Jedi? - Volvió a decir la voz, sin amenazarme todavía.

Sabía que se trataba de alguien más que un sith común.
Seguí buscándolo entre los cuartos

- Pero, no eres un Jedi ordinario, o me equivoco... - Me preguntó esta vez.

No le respondí, los nervios inundaban mi cabeza, quería encontrarlo y acabar con lo que había venido a buscar.

- Eresse Shan, veo... Heredero de la sangre de uno de los más grandes lores del Sith... - Pausó un momento

Finalmente llegué a una habitación, inundada por niebla, asemejando un cuarto frío. Esta se tornó más oscura y pesada. Logré divisar en lo alto del cuarto una figura. Fuerte, con un casco, alta.
El sable láser que flotaba desarmado frente a él se armó de inmediato.

- Seré piadoso - Dijo levantándose, imponiendo su presencia - Despídete de ti mismo, Shan - Terminó su tenebrosa frase

God Job, very good.

PD: Faith espero que tengas en cuenta mis nuevos consejos ^^.