[Novela] El Tratado de Rhen Var

por Darth Tairon Vie Mar 16, 2012 6:12 pm

Aclaraciones antes de comenzar:
Bien, haré varias aclaraciones.

Spoiler:

Prólogo.

Con un leve alboroto, alguien al que no daré importancia irrumpió en la sala bastante alterado.
Con la mirada, buscó a una persona de entre las doce que se hallaban en aquella habitación.
- Mi Darth... - Pronunció, finalmente, al encontrar a quién buscaba.
- ¿Qué ocurre? - Preguntó el susodicho... Darth.
- ¡Ya está, el crío ha nacido! - Dijo, con la respiración entrecortada, la primera persona.
- ¿Y la madre?
- Ha muerto en el parto... - Finalizó.
- Bien, retírate, pues.
- Sí, mi Darth.

La sala volvió a quedar cerrada, y en ella, un tenso silencio inundó la habitación.
- Bien, puesto que ya ha nacido, ha llegado la hora de empezar a crear el círculo... el círculo que liberará a la Galaxia. - Rompió el silencio, el que se hacía llamar "Darth".
- De acuerdo, Darth, usted llevará al niño con sus tíos, en Corelia. Ellos lo criarán. Es nuestra única esperanza... él...
- Bien, así haré pues.

A lo lejos, en una pequeña llanura, con varias casas repartidas por ésta, se observaba una oscura sombra avanzando por allí.
Daba un toque tenebroso, siendo unas llanuras verdosas y frondosas, y que en medio de ellas, un oscuro ser, cubierto por negras túnicas, y con el rostro cubierto, caminara con tal tranquilidad por allí.
Se denotaba como dicho ser se dirigía a un lugar en particular, una pequeña casita rural.
Una joven pareja esperaba, en el umbral de la puerta, a la llegada de aquel ser tenebroso.
Por fin, el ser alcanzó la puerta, y observó fijamente a la bella pareja.
Ambos eran, o al menos parecían, una pareja de recién casados, muy felices, y que a cada momento se miraban entre ellos, con una leve sonrisa.
Cuando aquel oscuro ser se plantó frente a la pareja, les miró con unos ojos turbados, sin ninguna muestra de sus sentimientos, y fue entonces, cuando, entre los brazos, se le denotó un bulto.
Un bulto tapado entre blancas mantas gemía entre los brazos de aquella persona.
En ese momento, éste extendió sus brazos con sumo cuidado, y entregó el bulto a la pareja.
El hombre se adelantó, y tomó con muchísimo cuidado aquel montón de mantas.
Retrocedió, y se acercó a su esposa, y entonces, destapó por arriba ese bulto.
Una joven carita apareció, angustiada y con sollozos. La pareja se quedó mirando con una gran sonrisa al crío.
Sin mediar una sola palabra, la pareja miró por última vez a aquella tenebrosa persona que les trajo al niño, y le dedicó una sonrisa. Al ver la feliz cara de la pareja, el que se hacía llamar Darth, devolvió la sonrisa, y luego, sin cruzar palabra, se retiró.
La pareja ingresó en la casa, dejando atrás todo, y dando lugar al futuro... al futuro de la Galaxia.

Capítulo Uno
Primera Parte

- ¡Nathan! ¡Nathan, despierta!
- Ahg... - Dije, somñoliento, mientras me restregaba los ojos para aclarármelos.
- ¡Vamos Nate, tienes que ir a comprar los recambios a Corona, ve ahora o se te hará tarde!
- Vamos... tío Land, déjame un momento más...
- ¡Nathan, vamos!
- Vale, voy... - Acabé desistiendo.

De un salto, me levanté, me puse los pantalones, y salí al pasillo.
La fuerte luz del día que entraba a la casa por el ventanal, me impactaron en los ojos, cegándome momentáneamente.
Me acerqué a la cocina, y allí encontré a mi tío.
- Tío, ¿por qué no vas tu, en vez de despertarme a mí?
- Nate, no seas vago, ayer me dijiste que irías...
- Sí, ya que remedio me queda... - Dije, rascándome la nuca mientras reía levemente.
- Este chico acabará conmigo... - Se dirigió a mi tía.

Diez minutos más tarde, vestido, tomé el deslizador del aparcamiento de la casa, y salí de ella.
Rápidamente, atravesando grandes llanuras boscosas, conseguí ver una gran torre que se alzaba desde Corona, la capital de Corelia.
Me conocía de memoria aquel camino, aquellos bosques... pero lo que nunca pude imaginar es lo que me ocurriría más adelante.
De pronto, escuché un disparo restallando contra la chapa del deslizador. Éste empezó a detenerse, supongo que debido a dicho disparo.
De pronto, de detrás de unos árboles, aparecieron aproximadamente seis tipos, vestidos de una forma muy llamativa y extraña.
- ¡Danos lo que lleves, chaval! - Me gritó uno de ellos.

Rápidamente, y de forma disimulada, oculté la bolsa con el dinero que llevaba en el bolsillo trasero.
- ¡Eh, ¿qué has escondido ahí?!
- Ehm... esto... nada... - Dije, muy nervioso.

De pronto, cuatro de aquellos bandidos se me acercaron rápidamente.
Mi corazón palpitaba a un ritmo increíble, creía que iba a morir no por sus armas, sino por un infarto, pero de pronto... un golpe seco, desconociendo la proveniencia de éste, me dejó sin sentido, y noté como mi cuerpo se desvanecía el suelo.

[···]

Abrí los ojos, con un tremendo dolor de cabeza. Me incorporé, con ayuda de los codos, y me senté el suelo.
Mire a ambos lados y... ya no estaban aquellos delincuentes.
Me apoyé en el deslizador, y me levanté.
- Oh... mierda... - Susurre, debido al dolor de cabeza.
- Chaval, ¿estás bien? - Se escuchó, tras de mí.

Me giré, y observé a un ser tapado con oscuras túnicas, y con el rostro oculto
- ¡Mierda! - Grité, asustado. - Qui... ¿Quién eres?... - Dije, aún más temeroso que antes.
- Tu... Tu eres Nathan, ¿no? - Me preguntó, mostrando los ojos y la boca.
- Esto... Sí... ¿cómo lo sabes?

Aquel extraño ser comenzó a reir con una débil carcajada, luego paró, y me miró.

Segunda Parte

- Toma asiento, Nathan. - Me ofreció aquel extraño tipo.

Era, para mí, un extraño ser. Vestía unas túnicas arcaicas, totalmente rasgadas y rotas.
Iba bastante desaliñado, excepto por la cara.
Tenía un rostro fino y cortés, y un fuerte pelo, a pesar de su aparente elevada edad.
- Como... ¿cómo sabe mi nombre? - Pregunté, indeciso y asustado.
- Oh, Nathan... yo sé más de ti de lo que crees.
- ¿Qué?

Marcó una débil sonrisa en su cara
- Que... ¿qué ha pasado con los bandidos que me atacaron? - Pregunté, intentando cambiar la conversación.
- Bah, eran meros ladronzuelos. Me vieron aparecer y se largaron.
- Gr.. gracias entonces...
- No tienes por qué dármelas.

El silenció me fulminó. No sabía que hacer ni qué decir, y tampoco sabía quién era aquella extraña persona.
En cambio, él, me miraba con unos ojos de adulación, analizándome profundamente.
- Eres igualito a tu padre... - Susurró.
- ¿Qué? - Pregunté, haciendo como si no hubiera oído aquello.
- ¿Quieres algo de beber?
- Esto... no, gracias... creo que debería irme...

Me levanté. Observé que tras mi acto, el anciano bajó la cabeza, y luego, la elevó y me miró de nuevo, con aquellos mismos ojos.
- Nathan... - Rompió el silencio - Nathan, observo en tus ojos el fragor de la batalla... tu cara y tus ojos me hacen recordar aquellos viejos tiempos de guerra.
- ¿Guerra? - Pregunté, intrigado.
- Sí.
- Par... ¿participó usted en las Guerras Imperiales?
- Sí, así es. Yo fui uno de los líderes de la Escuadra Fantasma... o como fue mayormente conocido, la Flota Fantasma.
- ¡¿Qué?! - Dije, incrédulo - ¡¿Era usted miembro de la Flota Fantasma?!
- Sí. - Dijo, con una leve sonrisa.

De nuevo llegó el silencio a la sala.
- Y no solo eso - Dijo, mientras se levantaba. - Yo luché, codo con codo, junto a tu padre. Yo le adiestré y estuve bajo sus órdenes más tarde

Esas palabras finales me impactaron de una forma increíble.
- Co... co... ¿Conoció usted a mi padre?
- Sí. Él fue mi aprendiz, hasta que se convirtió en el Almirante de la Flota Fantasma. Entonces yo quedé bajos sus órdenes
- ¡¿Mi padre lideró la Flota Fantasma, enserio?! - Dije, emocionado.
- Así es. Él llevo la Flota a la victoria, y trajo la gloria y la paz a la Galaxia. ¿Nunca lo supiste?
- Mis tíos me dijeron que fue un granjero de estas tierras...
- Tus tíos, como no... siempre tan temerosos.
- Temerosos, ¿de qué?
- De que te convirtieras en tu padre. De que siguieras a los Rebeldes en una loca cruzada por el honor de tu padre.
- A... ¿A los Rebeldes? ¿Hay Rebeldes contra el Imperio?
- No, no son Rebeldes exactamente.
- En... ¿entonces que son?
- El ejército que atenta contra el Imperio Galáctico... sí... ellos no son Rebeldes, no... son los vestigios de la Flota Fantasma... hay un renacer, un nuevo renacer de la Flota.
Un día el Imperio nos derrocó, y mató a tu padre... pero ahora ha llegado el momento de la venganza, el momento más esperado por la antigua Flota, ha llegado la hora de la resurreción de la Flota de la Luz, de la Flota Fantasma...

por .Oryx Vie Mar 16, 2012 6:13 pm

Vaya mierda de Novela Gayron! Como se nota que solo vales para hacer cosas guarras jajaja

Sube el próximo pronto!!

por Nysrogh Vie Mar 16, 2012 6:45 pm

Vaya Tairon, dices que esto iba a ser una mierda, a mí me ha gustado como inició.. me recordó a Luke Skywalker, ehem.. pero está bien, espero que lo sigas.

por Sycrous Vie Mar 16, 2012 10:16 pm

jaja... Normal sige asi gayron ojala me incluyera o algo yo que se jeje

por Teniente Ablydus Vie Mar 16, 2012 10:19 pm

Me ha gustado bastante, me encanta como narras. Ánimo.

por Darth Tairon Sáb Mar 17, 2012 1:09 pm

Capítulo Dos
Primera Parte

Mis ojos, al igual que mi mente, estaban ya en otro mundo. Aquella proposición que me hizo, aquel ser que apenas conocía, era muy llamativa... siempre quise participar en las Guerras, y aún más si eran guerras contra el Imperio... pero en cambio... mis tíos... no les podía defraudar.
Yo quería aceptar lo que aquel hombre me proponía... pero mi sentido común no lo permitía.

Me levanté, y, sin mediar palabra con el viejo, golpeé el marco superior de la puerta de salida, y esperé, por si me decía algo... pero nada.
Justo antes de salir, se pronunció finalmente.
- Nathan. - Me llamó la atención. - Nathan, yo no te voy a obligar a acompañarme, pero no creas que el incidente de antes, los bandidos... y todo lo demás, fue algo fortuito... fue la Fuerza, Nathan. Tienes que venir conmigo, el destino y la Fuerza te deparan ese destino.

Entornando la cabeza, y sin mirarle, le respondí.
- Oiga... yo... yo no creo en la Fuerza, no le rindo culto, y dudo que algún día llegué a hacerlo... - Mentí.
- Nathan... la Fuerza nos ha deparado un destino - Repitió -... el círculo se está cerrando, y hoy es el día en el que empezará todo... - Dijo, finalmente.

Tras aquellas duras palabras, salí de la casa del viejo, y tomé mi deslizador, que estaba junto a ésta.
Observé que ya estaba en perfecto estado, y puse rumbo a mi casa, de nuevo, olvidando el recado que tenía que hacer.
Recordaba constantemente las palabras del anciano... me preguntaba todo el rato ¿hoy es el día que empezará todo? ¿A qué se referirá? ¿Y a qué se referirá con ese círculo?... era muy extraño.
Después de unos quince minutos de viaje, llegué al fin a la casa de mis tíos, pero había algo extraño allí.
Fuera había un par de maletas... no entendía que pasaba.
Salí rápidamente del deslizador, y sin formar escándalo ni ningún ruido, me introducí en la casa, y rebusqué el lugar donde estaría mis tíos.
Finalmente, los hallé en la cocina, discutiendo.
Me escurrí por la pared, y, pegado a ella, escuché atentamente la conversación.
- Vamos Ann, date prisa - Le dijo mi tío.
- ¡Pero... ¿no deberíamos esperar a que llegara el chico para contarle todo tranquilamente?!
- ¡¿Estás loca?! ¡¿Cómo pretendes que le digamos que el Imperio entero le ha localizado, que lleva años buscándole, y que le quiere atrapar? Saldría de aquí corriendo y le cogerían... sería un shock para él...!

Aquellas palabras me desestabilizaron. Caí de rodillas al suelo, con los ojos increíblemente abiertos, de la sorpresa.
- ¡Land, y qué quieres hacer, ocultárselo toda su vida! ¡Estás loco! ¡Debe saberlo... y debe elegir!
- ¡NO! - Gritó mi tío, como nunca antes le oí gritar - ¡No permitiré, por nada del mundo, que se convierta en su padre! ¡Jamás, ¿me oyes? Jamás!
- ¡Land, si es su destino, debe afrontarlo!
- ¡No Ann, no lo entiendes, su destino es estar conmigo, con el ganado, cultivando... no convertirse en un líder de guerra buscado por el Imperio entero!

De pronto, interrumpiendo la discusión, unos fuertes estruendos abordaron la casa entera.
Parecía como decenas de pequeños transbordadores llegando, y otra decena de deslizadores.
Transcurrieron unos minutos, cuando, de pronto, un fuerte golpe en la puerta la derribó por completo.
Aún de rodillas, me escapé a un pasillo de despensas, y cerré la puerta, dejándola solo entreabierta para observar que pasaba fuera.
Mis tíos salieron de la cocina, y observaron lo que yo, desde esa posición, no podía ver.
- ¿Land y Ann? - Preguntó, alguien con la voz un poco distorsionada.
- S... sí... somos nosotros...

No sabía quién estaba hablando, quién había destruido la puerta... eso me hacía ponerme más y más nervioso.
- ¿Dónde está el chico?
- Que... ¿qué chico?
- ¡Dejense de rodeos, el chaval, su hijo adoptivo... su sobrino, donde está!
- ¡No sabemos de que nos hablan, no tenemos ningún hijo ni ningún sobrino! ¡Lárguense de mi hogar!
- Usted lo ha querido.

De pronto, un disparo, con lo que parecía un bláster, se hizo sonar por toda la casa.
No sabía que había pasado, hasta que, de pronto, oí a mi tío gemir, y luego, caer de rodillas.
Se llevó ambas manos al pecho, intentando esquivar la muerte.
- ¡Señora, dígame donde está el crío si no quiere sufrir las consecuencias de su marido!

Mi tía, haciendo caso omiso de quién fuera el que estaba hablando, se agachó con mi tío, a ayudarle.
Un segundo y un tercer disparo resonaron por toda la sala.
Mi tía cayó, junto a su esposo, en el suelo, muerta ya por un disparo en la cabeza.
Iba a estallar en sollozos, pero no podía permitirme que me descubriesen, mas, de un rápido golpe, aparté la puerta del pasillo, y salí corriendo junto a mi tía.
- ¡Ahí está, es el crío! - Se escucharon, gritos detrás mía.

Me giré, y observé a un Soldado Imperial apuntándome directamente, y tras de él, una veintena de Soldados.
Temblando, me quedé paralizado... no sabía que hacer, ni que decir.
De pronto, noté un tirón de la camisa por el cuello, y me caí sobre mi tío, moribundo.
Observé que él me tenía agarrado, y llevó mi oído a su cara.
- ¡Nathan.... Nath.... Nate... si sales de esta, pro... prométeme...! - Observé que dudaba, mientras miraba a los Imperiales con un gran asco, y luego, a su mujer, ya muerta a balazos en el suelo - ¡Prométeme que te convertirás en tu padre... tu padre no era granjero... era... - Cada vez le costaba más hablar.
- Lo sé, tío, sé de mi padre.
- Nate... ¡Nate... busca a... busca a...!
- ¡¿A quién?!
- ¡Coged al crío! - Se escuchó, de los Imperiales
- ¡Nate, busca a... a Sherz... él fue uno de los Almirantes de la Flota Fantasma, y el que instruyó a tu padre... Busca a Darth Sherz...! - Finalmente, tras pronunciar aquello, cayó sin vida en el suelo.

De pronto, al fallecer mi tío, me soltó la camisa, y caí al suelo de culo.
Me giré, y vi como tres Imperiales, sin quitar la mirilla de sus fusiles de mí, se me acercaban con mucha cautela.
No sabía que hacer, no sabía como escaparía de allí... en ese momento solo pensaba en mis tíos, que estaban muertos en el suelo.
Me levanté, increíblemente irritado, y, sin ser yo el que hizo aquello, enfrenté a los imperiales.
Mi respiración se volvió entre cortada. Fruncí el entrecejo, debido a la rabia que sentía en ese momento.
- Chaval, no cometas ninguna locura... abriremos fuego. - Me aconsejo, uno de los que se me acercaban.

Quería matarles... acabar con ellos, dejarles sin vida... pero me di cuenta de que no podría.
Detrás de aquellos tres Imperiales, observé a otros dos, con lo que parecían tener galones en los hombros y el pecho, quitarse los cascos.
Siempre oí que los Imperiales eran clones, y todos con el mismo rostro... por eso me extrañó que uno de los dos que se quitó el casco, fuera distinto a los demás.
De una manera inconsciente, mis ojos se fueron hacia una salida lateral que tenía la casa.
Pensé que podría llegar... pero eran demasiados... llegarían a darme.
Iba a caer rendido... no sabía por qué, pero me sentía muy débil, mis piernas me fallaban... estaba flaqueando, hasta que de pronto... escuché algo, algo de lo que no sabía su proveniencia... era un voz...
- Nathan... - Retumbó en mí
- Nathan... - Se repitió, lo mismo.
- Nathan, usa la Fuerza y escaparás de ahí... rápido.

Debido a la impresión que me causó aquello, tuve más miedo aún.
No sabía que había sido eso... pero, por instinto propio.... hice caso.
Como si tuvieran dependencia del resto de mi cuerpo, mis piernas salieron corriendo hacia la salida lateral de la casa, y justo en ese momento, empecé a oir disparos, decenas de disparos hacía mí.
Ya veía mi muerte cercana... pero... no... yo continuaba corriendo... en mi cabeza veía aquellos disparos lentos... muy lentos, y de pronto, mi cuerpo giraba inconscientemente, esquivando rápidamente aquellos disparos.
Justo antes de tomar la salida, miré hacia atrás, y observé al Soldado de los galones, el que se quitó el casco y era distinto a los otros, apuntarme con un rifle de precisión.
De un pronto, un sonido seco y rápido me atravesó el brazo izquierdo, lo que casi me desestabiliza, y, a duras penas, logré llegar a la salida.
De un fuerte empujón, derribé la puerta, y caí al suelo, al verdoso suelo de las llanuras de Corelia.
- ¡Vamos Nathan! - Oí.

Miré hacia arriba, y observe como el viejo de antes me agarró y me lanzó a un deslizador.
Tomó los mandos, y salió de allí a una velocidad espeluznante.

Continuará...

por Demagal Sáb Mar 17, 2012 2:20 pm

Muy bueno!

por Tenium. Sáb Mar 17, 2012 2:24 pm

Muy buenas novelas felicidades un saludo

afro

por Horus Sáb Mar 17, 2012 2:29 pm

Vaya, me ha gustado demasiado.. espero que continúes así.
débil tairon.

por Warham Sáb Mar 17, 2012 2:42 pm

MUY BUENA ME ENCANTÓ, SIGUE ASÍ ERES EL MEJOR

por Satella Sáb Mar 17, 2012 5:12 pm

oh, muy interesante.
Sigue asi man

por Lumen Gres Sáb Mar 17, 2012 5:35 pm

"Po-po-po-por que me in-in-in-in-in-sultas Hal-hal-hal-halten¿?"
Las partes en las que tartamudeas me han recordado a algo xDDDDD
PUTA COPIA DE SW IV xDDDDD Esperemos que mejore xD

por Selkris Sáb Mar 17, 2012 5:46 pm

Mmmmm.. Interesante.... study

Si señor

por Darth Tairon Dom Mar 18, 2012 9:48 pm

Lumen Gres escribió:"Po-po-po-por que me in-in-in-in-in-sultas Hal-hal-hal-halten¿?"
Las partes en las que tartamudeas me han recordado a algo xDDDDD
PUTA COPIA DE SW IV xDDDDD Esperemos que mejore xD

Lo sé puto xD, ya aclaré que el comienzo me cuesta bastante.
Apartir del nuevo capítulo que intentaré hacer cuanto antes, ya todo será diferente xD.

por Selkris Lun Mar 19, 2012 2:53 am

Sigo esperando la parte donde aparece selkris y los mata a todos

por Darth Tairon Lun Mar 19, 2012 7:31 pm

Capítulo Dos
Segunda parte

Subí al deslizador de una forma muy arriesgada, mientras éste ya estaba en marcha.
Me agarré y me sujeté como pude, y al fin, conseguí sentarme.
Mi respiración estaba entrecortada, y sentía un gran dolor punzante en el brazo izquierdo.
Apoyé la cabeza sobre uno de los lados del deslizador, y gemí de dolor.
- Vaya, veo que te han dado. No te preocupes, no es grave, iremos a Corona, allí te curarán rápido y... nos iremos. - Me dijo aquel extravagante tipo.
- Nos... ¿nos iremos? ¿A... A dónde? - Pregunté, confuso.
- Nathan, ya nada te ata a estas tierras, ¿no? Debes seguirme... debes seguir tu instinto...
- No... no puedo irme... - Dije, gimiendo débilmente. - Tengo que obedecer a mi tío... tengo que realizar su última voluntad.

Aquel anciano ser me miró con una extraña cara. Sabía de lo que le estaba hablando, mas me preguntó.
- ¿Cuál fue su última voluntad? - Me preguntó.
- Me... me dijo que debía buscar a... a... a un tal... Sherz...
- Vaya... olvidé presentarme... - Dijo, riendo débilmente.

Me miró de pronto, y acercó su mano hacia mí.
- Sherz, Darth Sherz Dreval, antiguo Darth y Comandante de la Flota Fantasma.

Le miré, con los ojos desorbitados. Él era la persona que me dijo mi tío... y... encima conoció a mi padre, y luchó junto a él.
En ese momento, comencé a admirar a aquella persona.
Al ver que no le devolví el apretó de manos, la retiró, y la llevo a los mandos.
- Nathan, esto es una decisión tuya, no te voy a obligar... pero sí te diré que te necesito... te necesitamos...
- Lo haré. - Dije, de pronto, interrumpiéndole.
- ¿De veras? ¿Estás seguro?.
- Totalmente... nunca estuve tan seguro de algo. Instrúyame... aprenderé las artes de lucha que sean necesarias para acabar con ese Imperio... vengaré a mis tíos... y a mi padre.
- Bien... así será, Nathan. Yo mismo seré tu maestro... tu mentor. Te enseñaré todo lo que enseñé a tu padre, y más. Te convertirás en un poderoso Sith... en un poderoso Lord Sith.
Juntos derrocaremos al Imperio, no tengas ninguna duda.

Me sentía raro... por una parte estaba increíblemente sorprendido. Eran tantas emociones de golpe... pero por otra... no me atrevía, sería como lanzarse a una muerte segura... tenía miedo.

Observé que aquel anciano comenzó a aumentar la velocidad del deslizador, y entonces, miré hacia atrás.
- ¡¿Qué son esos?!
- ¡Transbordadores Imperiales! - Se vio obligado a gritarme, debido al ruido de los motores del deslizador.
- ¡No podremos escapar, los tenemos encima!
- ¡Tranquilo Nathan! ¡Hoy empieza la rebelión! - Gritó, eufórico.

De pronto, dos Destructores gigantes salieron de la velocidad luz y se plantaron ante nosotros y los transbordadores Imperiales.
- ¡Mierda, ahí vienen más! - Grité.
- ¡Tranquilo chaval, estos son de los nuestros...! - Dijo, echándome una sonrisa.
- ¡¿Qué?! - Dije, sorprendido.

De pronto, justo encima de nosotros, comenzó una batalla aérea. Los dos destructores empezaron a derribar a todos los transbordadores imperiales.
- ¡¡SII!! - Gritó, aún más eufórico el anciano. - ¡¡Chaval, añoraba esto!! ¡¡Esta es tu vida ahora!!

Inconscientemente, reí junto a él. No sabía por qué, pero me gustaba aquello.
Los cañonazos me rompían los oídos, y mi corazón iba a mil por hora. Podíamos morir en cualquier momento, y eso era lo que más emoción me daba.
Era increíble.
Gracias a aquellos dos Destructores, logramos entrar en Corona, estando casi a salvo de los cazas y los transbordadores del Imperio.
- Y ahora... ¿a dónde iremos?
- Tengo a mis contactos esperándome en un mini puerto espacial. Él nos llevará a Tatooine. Allí estaremos seguros hasta que todo se forme.
- Se... ¿Se forme? ¿El qué?
- Verás, Nathan. La antigua Flota Fantasma estaba compuesta por diez mil destructores como los que vistes antes, y otros cientos de cruceros, Imperator's, y demás cruceros de alta gama y de alto potencial. Todas estas naves no fueron destruidas, ni de lejos.
- ¿Qué pasó con ellas? - Le interrumpí.
- Fueron escondidas. Nosotros sabíamos que este momento llegaría, y escondimos las naves.
Ahora mismo se han enviado expediciones de los nuestros a encontrarlas, y ya las han hallado. Mientras tanto, se está construyendo una gran nave-estación espacial sobre la órbita de Rhen Var.
La nave-estación estará resguardada por veinte destructores clase Imperial II, y por cinco Acorazas Estelares Eclipse, los Destructores más poderosos creados hasta el momento. Ni siquiera el actual Impero posee tales naves. - Dijo, riendo.

Spoiler:

- Vaya... - Susurré.
- ¿Y sabes lo mejor? Dentro de unos años, tu liderarás todas esas naves, y más.
- ¿Enserio?
- Totalmente.

[···]

Tras no un muy largo viaje a través de aquellas calles, conseguimos llegar al puerto espacial.
Desde allí, se denotaba como todos los ciudadanos, o la gran mayoría de ellos, estaban pendientes a la batalla que estaba ocurriendo sobre los campos.
La policía de la ciudad estaba desbordada, no sabía que hacer.
En varias ocasiones se veían a una docena de policías corriendo por las calles, desorientados.
- Aprovechemos esta confusión para marcharnos, chaval.

Entramos en el puerto rápidamente.
- No me llames chaval..., ¿vale anciano? - Dije, riéndome débilmente.
- No me llames anciano, chaval.
- Entendido.

Después de mirarnos una última vez entre risas, alcanzamos a la nave que nos esperaba.
Nunca había visto una nave como aquella, pero era bastante normal. Se denotaba que era una nave de transporte, ya en deshuso seguramente.
- ¿Y este cacharro? No escaparemos de las naves Imperiales con esta chatarra... - Pronuncié al anciano.
- ¡Eh, niñato! - Me golpearon de pronto en la espalda.

Me giré, y observé al responsable de aquello.
- Esta nave es más rápida que cualquier cosa que hayas visto antes.
- No he visto demasiado, así que no te sorprendas.

El extraño tipo empezó a reir de forma descomunal.
- Me cae bien el chaval, ¿Quién es Sherz?
- Vamos May, sabes quién es.
- ¡¿Esta endeble es el hijo del Almirante?!
- Sí. - Dijo el anciano, entre sonrisas.
- Que pena...
- ¡No me subestimes! - Intervine, enrabiado, por fin.
- Uf... vaya, atemorizas...
- ¡Callaos ya! No perdamos más tiempo, vamos, a la nave. - Finalizó el anciano.

Tras aquellas palabras, subimos rápidamente a aquella nave que parecía destartalada... aunque por dentro era otra cosa, era bastante diferente.
De pronto, los motores se prendieron de un fuerte ruido.
Nunca había estado en una nave así. Mi corazón iba increíblemente acelerado.

Continuará.

Spoiler:

por Jessie Cleo Lun Mar 19, 2012 10:55 pm

Lol, tu novela es genial.
Salu2.

por Hakvel Lun Mar 19, 2012 11:45 pm

Me gusta, me gusta:3

por Nihilun Mar Mar 20, 2012 1:34 pm

Exelente gayron exelente Very Happy

por .Oryx Dom Mar 25, 2012 8:31 pm

Selkris escribió:Sigo esperando la parte donde aparece selkris y los mata a todos

Bonitas palabras de un Maestro Yedai si señor xD

por Darth Tairon Lun Mar 26, 2012 4:03 pm

Siento tardar tanta en continuarla, tuve bastantes exámenes y apenas podía hacer mi trabajo de ADV.
Pronto la continuaré, ahora que acabé exámenes.

por Lumen Gres Lun Mar 26, 2012 4:05 pm

Oye maldito, me ha gustado.

Mira mi roleo La Flota de la Fuerza, comenta y veras un verdadero roleo muajajaj xD

por Zanewl Lun Mar 26, 2012 4:11 pm

Esta bueno , encima es largo como una novela

por Teniente Ablydus Lun Mar 26, 2012 4:18 pm

Interesante.

por Darth Tairon Lun Mar 26, 2012 5:14 pm

Capítulo Tres

Primera Parte

Mientras intentaba remediar aquel ambiente gélido con unas estropeadas mantas, miraba por la ventanilla de aquella angosta nave. Aunque el paisaje de la Galaxia siempre era el mismo, era interesante a su vez.
Pensar que estábamos atravesando miles de sistemas y miles de planetas... era... descabellado.
- Nathan, ¿tienes frío?
- Bastante... - Le respondí al anciano, que se sentó a mis pies.
- Ya te acostumbrarás. La Galaxia es fría.

El silencio abordó aquel panorama. Unos escalofríos recorrieron mi cuerpo.
No sabía por qué, mi corazón latía cada vez más fuerte y rápido.
- Oye... viejo... una pregunta... antes, en mi casa... con lo de mis tíos... - Intenté ocultar mi pena -, oí una voz...
- Ajá...
- Una voz que me decía... que usase la Fuerza, que corriera... ¿qué era eso?
- ¿A ti qué te parecía?
- Su voz... era como... como suya... - Dije, mirándole.

Rió apenas, y me volvió a mirar.
- Nathan, la Fuerza es un poder muy intenso... siempre está junto a nosotros, nos une...
- No entiendo nada.
- Nathan, eso era la Fuerza... era yo... unido a la Fuerza...
- Es... difícil de creer... - Respondí secamente.

El viejo se paró un instante, miró hacia arriba, pensativo.
De pronto, el piloto que antes nos recibió apareció por el pasillo, y me lanzó una mirada fugaz.
- ¡Chaval, qué pasa, ¿tienes frío?! - Dijo, riendo.
- Cállate... - Le dije, sin mirarle.
- Chaval, no te me pongas chulo... te cruzaré la cara... - Me dijo, burlándose.
- Espérate a que tenga fuerzas, y ya me contarás, ¿de acuerdo?
- Jajajajaja, el chaval es como su padre, eh Sherz. ¿Sherz?

El viejo aún estaba pensativo.
- Bueno chaval, y que... - Intentó hablarme de nuevo el piloto, pero el viejo le detuvo.
- ¡May, vuelve a los mandos, déjanos un momento! - Gritó el viejo.

Me miró, e intentó indagar en mí.
Sentí un fuerte escalofrío... como algo malo.
- Tu también lo has sentido, ¿verdad? - Me preguntó, relajádamente.
- ¿El qué?
- Ese presentimiento... el presentimiento de que se avecina algo malo.
- Co... ¿cómo lo sabe?
- Eso no es tu cabeza... ni tu consciencia... es la Fuerza Nathan.
- ¿De qué hablas?
- La Fuerza... - De pronto, desde la sala de mandos, se escuchó un comunicado en toda la nave.
- ¡Hemos llegado, ahí está, el planeta Tatooine, el más árido de esta zona, preparaos para el descenso!

Me asomé, y desde la ventana, un gran planeta, de tonos marrones claros se hizo ver.
- Nathan, lo que te decía es que la Fuerza... - De nuevo, se paró, pero esta vez no fue interrumpido por nada ni por nadie.
- ¿Qué ocurre? ¡¿Qué ocurre?! - Pregunté, exaltado.

De pronto, un fuerte dolor de cabeza, como mil agujas clavándose en ella, pararon mis preguntas.
- ¡Ah, ¿pero qué demonios es eso?! - Bociferé.
- ¡¡AL SUELO!! - Gritó desesperadamente el anciano.

Sin saber que pasaba, tal y como estaba tumbado en un desconchado sofá, me tiré al suelo y me cubrí la cabeza.
De pronto, miles de disparos inundaron el ambiente.
El viejo gritaba algo, pero no lograba a escuchar el qué.
Miles de torretas estaban apuntando directamente a nuestra nave, y habían abierto fuego.
Un incesante rotor me tenía totalmente paralizado, no sabía que hacer.
De pronto, observé como el viejo tomó algo de su cinturón, y, como un suicida, se levantó, y de ese extraño objeto salió un haz brillante de un fuerte color rojo.
El viejo salió corriendo hacia los pasillos, y, medio girado, empezó a mover de forma extraña ese haz.
Observé como, algunos disparos, al impactar en el haz, se reflejaban hacia atrás.
El viejo alcanzó el pasillo, y se puso a salvo.
De pronto, la nave dio un vuelco tremendo, y salí despedido, aún tirado en el suelo, hacia la parte de abajo.
- ¡¡AHG!! - Grité, tras golpearme fuertemente en la cabeza.

Los disparos cesaron, y ahora, un extraño ruido, decenas de pitidos provenientes de la sala de mandos, y el propio ruido que hacia la nave al moverse por la Galaxia con los agujeros de bala, sustituyeron al anterior.
Mi corazón se me iba a salir del pecho, estaba increíblemente nervioso.
Sin pensarlo, me apoyé a la pared, y de un fuerte empujón me lancé hacia la puerta de la nave.
Al estar ésta mirando hacia abajo, me tuve que agarrar al umbral, y de ahí, meterme en la siguiente sala.
De esa, pasé de un salto a la sala de mandos, donde vi al viejo y al piloto.
- Que... ¿qué coño ha sido eso?. - Pregunté, irritado.
- El Imperio nos ha descubierto, saben que te tenemos aquí. - Me respondió el piloto.
- ¡Dios! ¡¿Enserio me quieren matar?! - Dije, desconsolado.
- No lo permitiremos, chaval, tu tranquilo.

- La nave está destruida... - Comentó el viejo - No llegaremos lejos en ella.
- No, en esta no, pero mira eso.

De pronto, un Destructor estelar apareció ante nosotros.
- Aquí crucero Alfa 54, ¿me reciben?
- Sí, necesitamos ayuda urgente, tenemos al chaval.
- Bien, serán atraídos al crucero, apaguen los motores.

De pronto, la nave cayó en picado, y fue captada por el rayo tractor del Crucero.
Desde nuestra nave, se escuchaba la batalla estelar que había entre nuestro Crucero, y las naves enemigas.
En cuestión de un minuto, nos introducimos en el hangar del gran Destructor, y, de un movimiento súbito, me di cuenta de que saltamos de nuevo al hiperespacio.

CONTINUARÁ...

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[Novela] El Tratado de Rhen Var

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