[ROLEO DE YUUZHAN'TAR + OBTENCIÓN] - Hazañas de los Lah.
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[ROLEO DE YUUZHAN'TAR + OBTENCIÓN] - Hazañas de los Lah.
CAPÍTULO I - Inconformidades.
___________
Me encontraba sentado en los jardines de Yuuzhan'Tar, pensando en quién iba a ser yo en un futuro no muy lejano. De repente, se acercó mi padre, Czulkang Lah. Se notaba en su rostro la satisfacción de verme, puesto que por ser un Maestro de Guerra pasaba la mayor parte de su tiempo en las grandes invasiones Yuuzhan Vong.
Se acercó a mi, y me miró fijamente a los ojos. Yo también lo vi, pero no me alegraba de verlo.
- ¿Qué tienes, hijo mío? - Me dijo mi padre algo preocupado.
- No tengo nada, déjeme en paz. - Dije yo con algo de furia.
Me levanté y corrí hacia otro lugar para que mi padre no me molestara y me dejara pensar cómodamente. Después de largas horas de estar caminando y pensando, llegué a la entrada del Dominio Lah. Cuando llegué al interior del templo, me percaté de que los guerreros yuuzhan vong platicaban sobre mi padre.
- ¿Te enteraste de las grandes hazañas del gran maestro Czulkang?
- Sí. ¡Me dijeron que había aniquilado a cientos de infieles sin recibir un solo golpe!
Mientras los guerreros seguían charlando sobre mi padre, mi furia aumentaba cada vez más y más. No me importaron sus palabras y seguí caminando. Me adentré al dominio, llegando así al templo de los guerreros. Me asombré de la disciplina que estos tenían, todos obedecían a las órdenes que el Sub-Comandante les daba. Observé que el Sub-Comandante era un aprendíz de mi padre; ésto me ocasionó más furia aún.
- Algún día, padre.. - Pensé.
Yo era Sub-Alterno en es entonces. Toqué el hombro derecho del Sub-Comandante, desenrosqué mi anfibastón y le aplané la cola. Miré con odio al Sub-Comandante y lo reté a un duelo a muerte. Si yo ganaba, me quedaba con su rango; si él me ganaba, seguramente obtendría aún más respeto de lo que ya tenía. Me volteó a ver, y aceptó el reto con confianza.
Al empezar el combate, ambos nos dimos las manos y dimos un gran grito de guerra. Nos acercamos a toda velocidad hasta estar uno frente al otro, me lanzó varios cortes intentando cortarme la cabeza. Por ser hijo de un Maestro de Guerra, yo tenía mejores habilidades que un yuuzhan vong común y corriente, por lo tanto evadía sus cortes sin dificultad.
- ¿Te has cansado? - Dije yo riéndome.
- ¡Jamás!
Dio unos cuantos pasos atrás, y comenzó a lanzarme bichos de impacto. Yo me defendía sin problema alguno con el campo lupem. Rodé y me acerqué en diagonal al Sub-Comandante, le di una serie de golpes en la cabeza para hacerlo enojar. Sin darse cuenta de que mi anfibastón estaba cerca de su cabeza, giró. Mi arma quedó clavada en su nuca, al desclavarlo el Sub-Alterno cayó al suelo y murió desangrado. Me agaché hacia el cadáver en el suelo, le quité la Armadura de Cangrejo Vonduun y me la puse. En ese momento, los guerreros me observaron con miedo y admiración. Les devolví la mirada a todos los guerreros a mi alrededor y les dije.
- ¿Alguien más quiere morir hoy?
Rápidamente los guerreros me hicieron una reverencia. Desde ese día, los yuuzhan vong tuvieron más respeto hacia mi persona.
Caminé hacia el exterior del Dominio Lah donde me encontré a mi padre emocionado por mi ascenso de rango, me dio un abrazo y lo alejé de mí. Monté un Voxyn que estaba al lado de la entrada y tomé una ruta hacia el Dominio Jamaane. En el camino al Dominio miré a mi alrededor, observé la abundante flora del planeta. Los radiantes rayos solares eran hermosos, alumbraban toda la selva. Los lagos eran de agua cristalina y el clima era perfecto.
Llegué a una enorme muralla con una puerta gigantesca, al mirar a los guardias me di cuenta que era el Dominio Jamaane.
- ¿Quién es usted? - Me dijo un guardia mientras desenroscaba su arma.
- Tsavong Lah
- ¿Lah?, ¿hijo de Czulkang Lah? - Dijo con algo de asombro.
- Así es.
- Vaya, vaya. Qué personaje hemos recibido. - Dijo mientras la gran puerta se abría lentamente.
Ignoré su comentario, me bajé del Voxyn y caminé hacia adentro del Dominio. Todo estaba limpio y reluciente, muy diferente al Dominio donde yo fui criado. Me dirigí hacia el templo del Sumo Señor Shimrra Jamaane, me adentré hasta estar en la puerta de su habitación. Toqué la puerta, y salió el Gran Señor. Le hice una reverencia y pedí permiso para pasar, cosa que me dio con gran gusto.
- ¿A qué se debe su visita, joven Tsavong?
- ¿Qué le digo, qué le digo? - Me dije a mí mismo.
- Se trata de mi padre... pienso que no puede con la gran responsabilidad que se le ha otorgado.
- Ya veo. Tendré vigilado a tu padre.
- Gracias.
Le hice una reverencia, y me retiré de su habitación con un gusto enorme. Claro, no podía demostrarlo.
Salí del dominio, monté el Voxyn y fijé mi rumbo hacia el Dominio Lah nuevamente. Cuando llegué, mi padre me esperaba preocupado. Me bajó del Voxyn agresivamente, y me dijo.
- He de irme a una guerra, volveré en unos días.
Corrió a gran velocidad y varios guerreros corrieron detrás de él. Un Comandante se quedó en el dominio por órdenes de mi padre. Por ser el rango más alto del dominio en ese momento, el comandante estaba a cargo del dominio mientras mi padre llegaba.
A la mañana siguiente me levanté muy temprano y fui a entrenar con el comandante. En realidad quería ver sus debilidades. Mientras entrenábamos analizaba todos sus movimientos, me di cuenta que era lento para defenderse de los cortes, principalmente para esquivar el corte rápido.
Al terminar el entrenamiento, le dí las gracias al comandante. Me dirigí al templo de los guerreros y entrené muy duro por largas horas. Perfeccioné mis cortes, obvio, el corte rápido lo entrené más que los demás. Mientras el Comandante comía de un recipiente lleno de I'fii, desenrosqué mi anfibastón, le aplané la cola y reté al Comandante a un duelo a muerte por rango. Al igual que el Sub-Comandante que había asesinado anteriormente, aceptó con una confianza enorme.
- No sabes lo que te espera..
Antes de comenzar, el Comandante me preguntó qué ganaría él si me mataba. Le contesté que ganaría el respeto de muchos guerreros. Con eso le bastó y dejó de comer. Desenroscó su Tsaisi y le aplanó la cola. Tomamos posiciones y empezamos a luchar. Él me lanzaba una variedad de ataques, de los cuales evadía la mayor parte de ellos, mientras que los otros me daban y me causaban heridas. Toqué mis heridas, miré mi mano ensangrentada y di un grito de guerra. Corrí hacia el comandante y le lancé unos cuantos ataques; evadía todo sin problema alguno, me sentía sumamente débil.
Me atacó nuevamente, y pasó lo mismo que antes; me dio unos cuantos ataques y sangraba cada vez más. En el instante que caí al suelo debilitado, me acordé de la debilidad del Comandante. Me levanté con mis últimas fuerzas y comencé a darle cortes rápidos. Su capacidad para evadirlos era muy mala, por lo tanto murió a causa de recibir muchos cortes rápidos. Caí de rodillas en el suelo, sujeté su tsaisi y lo enrosqué en mi brazo derecho. Un moldeador pasó cerca de mi para mi suerte, observó mis heridas y las cicatrizó. Me ayudó a levantarse y me llevó a su hogar, cuando llegué a su casa quedé inconsciente.
Al despertar, no sabía dónde estaba y me sentía confundido. El Moldeador se acercó a mí y me alimentó.
- ¿Dónde estoy?
- En mi hogar.
- ¿Quién es usted?
- Eso no importa, descanse.
Seguí durmiendo. Una semana después desperté, mi padre se encontraba sentado al lado de donde yo estaba dormido. Lo miré, y me levanté. Me acerqué a la puerta y me encontré al moldeador. Le dí las gracias por su ayuda, y me dirigí al Dominio Lah. Mientras corría hacia la entrada, me acordé de mi ascenso. Escuché unos ruidos extraños, miré hacia arriba y la bionave de mi padre volaba hacia el Dominio Lah. Cuando yo llegué al dominio, mi padre ya me estaba esperando en la entrada.
- ¿Son ciertos los rumores? - Dijo mi padre.
- ¿Qué rumores?
- ¿Eres Comandante?
Lo miré a los ojos, y le afirmé su pregunta con la cabeza. Se asombró y me dio el rango de Comandante Supremo. Me sentí confundido, nunca pensé que mi padre me fuera a ascender de rango; nunca lo había hecho anteriormente. Fuimos hacia adentro de nuestro hogar, cenamos y fuimos a dormir. Mientras dormía tuve un sueño muy extraño, donde me veía yo liderando la invasión de los yuuzhan vong, y mandaba a encerrar a mi padre en nuestro dominio. Cuando desperté tuve una extraña sensación de felicidad y curiosidad. Mi padre ya se había despertado, fui hacia afuera de nuestro hogar y ahí se encontraba él. Se fue caminando hacia el templo de los guerreros para entrenarlos a todos. Iba a hacer un torneo para ver aumentar o disminuir rangos. Seguí a mi padre, y le dije que quería participar en el torneo. Mi padre muy orgulloso, me contestó que podía participar en el torneo.
Al llegar al templo de los guerreros, mi padre dijo lo que iba a hacer y los guerreros se formaron en 2 grandes filas. Al cabo de un rato, hubo 3 aumentos de rango y nadie bajó de rango.
Cuando terminaron de luchar todos los guerreros, desenrosqué la Tsaisi que había robado del Comandante y le aplané la cola. Me acerqué a mi padre y comenzamos a charlar.
- Padre. Ha llegado la hora de tomar lo que es mío.
- ¿Es tuyo? ¿a qué te refieres?
- ¿No se ha dado cuenta, padre?. Me refiero a su rango, eso es mío; me pertenece. Por lo tanto, le reto a un combate por su rango; no a muerte, solo por el rango.
Mi padre muy confundido, tardó en contestarme unos cuantos segundos.
- Si eso es lo que quieres...
Desenroscó su Tsaisi y le aplanó la cola. Nos posicionamos, yo di un grito de guerra con mucho resentimiento, y mi padre rezó a los dioses. Corrí rápidamente hacia él y empecé a darle una serie de cortes distintos y a lanzarle bichos de impacto y blast bugs. Él solamente defendía lo que yo lanzaba, no me quería atacar. Le clavé en la Tsaisi en la pierna derecha, posteriormente le corte la pierna izquierda. Cayó al suelo, y se el combate se acabó. Después de eso, yo era el nuevo Maestro de Guerra del Dominio Lah. Ordené a los moldeadores que cicatrizaran a mi padre y le pusieran una pierna nueva. También les dije que se lo llevaran lejos del dominio.
Con el poder en mis manos me volví una persona bélica, no me importaban los demás.
Dos días después de asumir el poder de maestro de guerra, decidí empezar una invasión por toda la galaxia. Saqué un Villip y establecí comunicación con el Sumo Señor.
- ¡Déme una batalla decisiva, Supremo! ¡Que la sangre de los infieles llene los espacios entre las estrellas!
- Tiene permiso de realizar una invasión.
La mundonave del Dominio Lah, acababa de estacionarse en la órbita de Yuuzhan'Tar. Ordené a todos los guerreros que entraran en sus bionaves y entraran a la mundonave. Todos me obedecieron sin cuestionar mis órdenes. Corrí hacia mi bionave, y ascendí hasta el hangar de la inmensa mundonave. Aterricé y bajé de la bionave, en el hangar se encontraban cientos de miles de guerreros esperando mis órdenes.
Mi padre estaba encerrado en una celda custodiada por un Pretor Yuuzhan Vong. Observó al cielo y vio la inmensa mundonave, desde ese momento su único deseo era el de comandar una flota de los yuuzhan vong para recordar su época de oro.
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CAPÍTULO II - Invasión.
Zarpamos rumbo a Ithor, primero ordené que lanzaran dweebits a la órbita del planeta. Al entrar en el planeta, los dweebits se reproducieron rápidamente produciendo una cantidad inmensa de dióxido de carbono, metano y azufre. Destruyendo la atmósfera y aniquilando a toda la vida salvaje de ese planeta. Después di la orden de descender y aniquilar a toda raza que no fuéramos nosotros.
Los guerreros descendieron a la superficie del planeta y asesinaron a todos los seres de ese planeta. Después de varios meses de conquista, el planeta finalmente era de nosotros. Descendí y aterricé después ya que el planeta era nuestro. Me adentré en las selvas secas de este planeta y me encontré con 3 Ithorianos de edad joven. Ordené a unos guerreros que los llevaran a la mundonave y los esclavizaran. Luego de ésto, se me ocurrió que era mejor esclavizar unos cuantos seres que aniquilarlos a todos.
Seguí caminando por las selvas secas, al cabo de un rato de caminar me topé con un árbol hermoso. Lo observé, saqué mi villip y establecí comunicación con un sacerdote.
- Dígame qué árbol es éste.
- Árbol Bafforr, señor.
Guardé mi villip y ordené que trajeran respiradores de fuego para incendiar todos los árboles bafforr que quedaran en el planeta. Volví a mi bionave, y ascendí hacia el hangar de la mundonave. Regresamos a Yuuzhan'Tar y todos los guerreros bajaron a la superficie muy emocionados por la gran victoria. Yo me fui directamente a la celda donde se encontraba mi padre. Cuando llegué, mi padre se veía viejo y descuidado porque en el transcurso del tiempo no había salido de su celda. Le dije al pretor que abriera la celda y dejara salir a mi padre. Mientras mi padre se levantaba, le ofrecí mi mano para que se apoyara, la sujetó y se levantó con más facilidad.
- Padre. Hemos conquistado Ithor.
- ¿Ithor? Vaya, nunca hubiera pensado en conquistar planetas. Veo que eres un buen táctico.
- Procuro serlo.
Mi padre me sonrió, a pesar de todo lo que le había hecho no me odiaba. Me sorprendió su actitud de respeto hacia mi.
- Padre.. he venido a informarle que tiene mi permiso para liderar la gran flota e ir en la conquista del planeta que usted quiera.
- ¿Enserio? Es lo mejor que haz hecho por mí, hijo mío.
Caminamos hacia el dominio lah, mientras le contaba las cosas que había hecho durante todos estos meses. Cuando llegamos al Dominio, los Ithorianos estaban ayudando a los moldeadores en sus experimentos. Nos acercamos a los Ithorianos y observamos su rara cabeza en forma de martillo.
2 semanas después de haber regresado de la victoriosa batalla, pedí permiso a Shimrra Jamaane para realizar otra invasión.
Ordené a los guerreros que fueran a la mundonave, esta vez traje conmigo moldeadores para que me ayudaran a vongformar planetas. Y un sacerdote para que me informara de cosas que no conocía. Todos fuimos a nuestras bionaves y ascendimos al hangar de la mundonave, cuando aterrizamos y salimos de las bionaves, mi padre dio un gran grito de guerra.
- ¡IREMOS POR DANTOOINE!
Todos los yuuzhan vong que estábamos presentes contestamos su anuncio con otro grito de guerra. La mundonave fijó su rumbo hacia Dantooine. Mientras llegábamos a nuestro destino, ordené a los guerreros que entrenaran sus habilidades para no ser presa fácil de los Jeedais. Pasaron días antes de llegar a Dantooine, pero finalmente arribamos. Ésta vez mi padre dio las órdenes de cómo atacar el planeta, él no usó los dweebits para hacer tóxica la atmósfera.
Ordenó que todos los guerreros yuuzhan vong descendieran primero a la superficie, con ellos bajé yo. Luego de que bajamos, bajaron los moldeadores. Después de una larga guerra, finalmente logramos destruir el templo jeedai y unos cuántos jeedai lograron escapar de nuestras manos en sus escorias voladoras. Ordené a dos guerreros que me acompañaran al interior del templo jeedai. Cuando llegamos, observamos centenas de cadáveres de yuuzhan vong y jeedai. En el suelo miré un sable y lo sujeté, jamás había tomado un sable como éste en mi vida. Lo encendí, vi su color azul y posteriormente lo apagué para después lanzarlo con toda mi fuerza lejos de mi vista.
Salimos del templo, y caminamos hacia un lago muy grande. El lago tenía el agua de color verde azulado, era un color hermoso. Entré a nadar un poco en el lago para relajarme, nunca había tenido tiempo libre en meses...
Mi padre descendió a la superficie pero aterrizó en un lugar lejano donde estábamos los yuuzhan vong, al otro lado del planeta. Cuando se bajó de su bionave recibió un disparo en su pecho, por suerte tenía su armadura de cangrejo vonduun y el disparo no le hizo nada. Volteó a ver a todas las direcciones y no veía nada. Luego recibió otro disparo y tampoco le afectó en absoluto, pero esta vez logró ver de dónde provenía el disparo. Corrió al lugar de donde venía el disparo y se encontró con el general Wedge Antilles. Duraron horas combatiendo mientras yo lo buscaba junto con un grupo de guerreros que me ayudaban a buscarlo.
- ¿No lo han visto? ¡Búsquenlo por todas partes! - Decía yo preocupado.
Cuando encontré a mi padre, solo tenía un bastón como arma y ambos estaban agotados, Wedge disparó a las piernas y brazos de mi padre, malherido cayó en el suelo. Corrí hacia él y lo levanté en mi lomo, los guerreros que venían conmigo comenzaron a lanzarle blast bug y bichos de impacto, pero todo lo que lanzaron falló debido a que Wedge subió a su nave a toda velocidad y despegó. Miré a mi padre, estaba a punto de morir.
- Hi..hij..hijo..
- ¡Dime padre! - Decía yo de una manera triste y furiosa al mismo tiempo.
- Gra..ci..as por da..darme e..sta opo..tuni..dad.
En ese momento, mi padre dejó de respirar y falleció. Hice el grito de guerra más furioso que jamás había hecho en toda mi vida, le quité la armadura de cangrejo vonduun y la deje en el suelo. Sujeté su bastón y lo sostuve con fuerza, le quité la túnica que traía y me la puse.
Desde ese entonces, juré asesinar a los herejes que acabaron con la vida de mi padre.
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Obtengo:
+ Anfibastón de Czulkang Lah.
*Edité los objetos que obtengo.
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Me encontraba sentado en los jardines de Yuuzhan'Tar, pensando en quién iba a ser yo en un futuro no muy lejano. De repente, se acercó mi padre, Czulkang Lah. Se notaba en su rostro la satisfacción de verme, puesto que por ser un Maestro de Guerra pasaba la mayor parte de su tiempo en las grandes invasiones Yuuzhan Vong.
Se acercó a mi, y me miró fijamente a los ojos. Yo también lo vi, pero no me alegraba de verlo.
- ¿Qué tienes, hijo mío? - Me dijo mi padre algo preocupado.
- No tengo nada, déjeme en paz. - Dije yo con algo de furia.
Me levanté y corrí hacia otro lugar para que mi padre no me molestara y me dejara pensar cómodamente. Después de largas horas de estar caminando y pensando, llegué a la entrada del Dominio Lah. Cuando llegué al interior del templo, me percaté de que los guerreros yuuzhan vong platicaban sobre mi padre.
- ¿Te enteraste de las grandes hazañas del gran maestro Czulkang?
- Sí. ¡Me dijeron que había aniquilado a cientos de infieles sin recibir un solo golpe!
Mientras los guerreros seguían charlando sobre mi padre, mi furia aumentaba cada vez más y más. No me importaron sus palabras y seguí caminando. Me adentré al dominio, llegando así al templo de los guerreros. Me asombré de la disciplina que estos tenían, todos obedecían a las órdenes que el Sub-Comandante les daba. Observé que el Sub-Comandante era un aprendíz de mi padre; ésto me ocasionó más furia aún.
- Algún día, padre.. - Pensé.
Yo era Sub-Alterno en es entonces. Toqué el hombro derecho del Sub-Comandante, desenrosqué mi anfibastón y le aplané la cola. Miré con odio al Sub-Comandante y lo reté a un duelo a muerte. Si yo ganaba, me quedaba con su rango; si él me ganaba, seguramente obtendría aún más respeto de lo que ya tenía. Me volteó a ver, y aceptó el reto con confianza.
Al empezar el combate, ambos nos dimos las manos y dimos un gran grito de guerra. Nos acercamos a toda velocidad hasta estar uno frente al otro, me lanzó varios cortes intentando cortarme la cabeza. Por ser hijo de un Maestro de Guerra, yo tenía mejores habilidades que un yuuzhan vong común y corriente, por lo tanto evadía sus cortes sin dificultad.
- ¿Te has cansado? - Dije yo riéndome.
- ¡Jamás!
Dio unos cuantos pasos atrás, y comenzó a lanzarme bichos de impacto. Yo me defendía sin problema alguno con el campo lupem. Rodé y me acerqué en diagonal al Sub-Comandante, le di una serie de golpes en la cabeza para hacerlo enojar. Sin darse cuenta de que mi anfibastón estaba cerca de su cabeza, giró. Mi arma quedó clavada en su nuca, al desclavarlo el Sub-Alterno cayó al suelo y murió desangrado. Me agaché hacia el cadáver en el suelo, le quité la Armadura de Cangrejo Vonduun y me la puse. En ese momento, los guerreros me observaron con miedo y admiración. Les devolví la mirada a todos los guerreros a mi alrededor y les dije.
- ¿Alguien más quiere morir hoy?
Rápidamente los guerreros me hicieron una reverencia. Desde ese día, los yuuzhan vong tuvieron más respeto hacia mi persona.
Caminé hacia el exterior del Dominio Lah donde me encontré a mi padre emocionado por mi ascenso de rango, me dio un abrazo y lo alejé de mí. Monté un Voxyn que estaba al lado de la entrada y tomé una ruta hacia el Dominio Jamaane. En el camino al Dominio miré a mi alrededor, observé la abundante flora del planeta. Los radiantes rayos solares eran hermosos, alumbraban toda la selva. Los lagos eran de agua cristalina y el clima era perfecto.
Llegué a una enorme muralla con una puerta gigantesca, al mirar a los guardias me di cuenta que era el Dominio Jamaane.
- ¿Quién es usted? - Me dijo un guardia mientras desenroscaba su arma.
- Tsavong Lah
- ¿Lah?, ¿hijo de Czulkang Lah? - Dijo con algo de asombro.
- Así es.
- Vaya, vaya. Qué personaje hemos recibido. - Dijo mientras la gran puerta se abría lentamente.
Ignoré su comentario, me bajé del Voxyn y caminé hacia adentro del Dominio. Todo estaba limpio y reluciente, muy diferente al Dominio donde yo fui criado. Me dirigí hacia el templo del Sumo Señor Shimrra Jamaane, me adentré hasta estar en la puerta de su habitación. Toqué la puerta, y salió el Gran Señor. Le hice una reverencia y pedí permiso para pasar, cosa que me dio con gran gusto.
- ¿A qué se debe su visita, joven Tsavong?
- ¿Qué le digo, qué le digo? - Me dije a mí mismo.
- Se trata de mi padre... pienso que no puede con la gran responsabilidad que se le ha otorgado.
- Ya veo. Tendré vigilado a tu padre.
- Gracias.
Le hice una reverencia, y me retiré de su habitación con un gusto enorme. Claro, no podía demostrarlo.
Salí del dominio, monté el Voxyn y fijé mi rumbo hacia el Dominio Lah nuevamente. Cuando llegué, mi padre me esperaba preocupado. Me bajó del Voxyn agresivamente, y me dijo.
- He de irme a una guerra, volveré en unos días.
Corrió a gran velocidad y varios guerreros corrieron detrás de él. Un Comandante se quedó en el dominio por órdenes de mi padre. Por ser el rango más alto del dominio en ese momento, el comandante estaba a cargo del dominio mientras mi padre llegaba.
A la mañana siguiente me levanté muy temprano y fui a entrenar con el comandante. En realidad quería ver sus debilidades. Mientras entrenábamos analizaba todos sus movimientos, me di cuenta que era lento para defenderse de los cortes, principalmente para esquivar el corte rápido.
Al terminar el entrenamiento, le dí las gracias al comandante. Me dirigí al templo de los guerreros y entrené muy duro por largas horas. Perfeccioné mis cortes, obvio, el corte rápido lo entrené más que los demás. Mientras el Comandante comía de un recipiente lleno de I'fii, desenrosqué mi anfibastón, le aplané la cola y reté al Comandante a un duelo a muerte por rango. Al igual que el Sub-Comandante que había asesinado anteriormente, aceptó con una confianza enorme.
- No sabes lo que te espera..
Antes de comenzar, el Comandante me preguntó qué ganaría él si me mataba. Le contesté que ganaría el respeto de muchos guerreros. Con eso le bastó y dejó de comer. Desenroscó su Tsaisi y le aplanó la cola. Tomamos posiciones y empezamos a luchar. Él me lanzaba una variedad de ataques, de los cuales evadía la mayor parte de ellos, mientras que los otros me daban y me causaban heridas. Toqué mis heridas, miré mi mano ensangrentada y di un grito de guerra. Corrí hacia el comandante y le lancé unos cuantos ataques; evadía todo sin problema alguno, me sentía sumamente débil.
Me atacó nuevamente, y pasó lo mismo que antes; me dio unos cuantos ataques y sangraba cada vez más. En el instante que caí al suelo debilitado, me acordé de la debilidad del Comandante. Me levanté con mis últimas fuerzas y comencé a darle cortes rápidos. Su capacidad para evadirlos era muy mala, por lo tanto murió a causa de recibir muchos cortes rápidos. Caí de rodillas en el suelo, sujeté su tsaisi y lo enrosqué en mi brazo derecho. Un moldeador pasó cerca de mi para mi suerte, observó mis heridas y las cicatrizó. Me ayudó a levantarse y me llevó a su hogar, cuando llegué a su casa quedé inconsciente.
Al despertar, no sabía dónde estaba y me sentía confundido. El Moldeador se acercó a mí y me alimentó.
- ¿Dónde estoy?
- En mi hogar.
- ¿Quién es usted?
- Eso no importa, descanse.
Seguí durmiendo. Una semana después desperté, mi padre se encontraba sentado al lado de donde yo estaba dormido. Lo miré, y me levanté. Me acerqué a la puerta y me encontré al moldeador. Le dí las gracias por su ayuda, y me dirigí al Dominio Lah. Mientras corría hacia la entrada, me acordé de mi ascenso. Escuché unos ruidos extraños, miré hacia arriba y la bionave de mi padre volaba hacia el Dominio Lah. Cuando yo llegué al dominio, mi padre ya me estaba esperando en la entrada.
- ¿Son ciertos los rumores? - Dijo mi padre.
- ¿Qué rumores?
- ¿Eres Comandante?
Lo miré a los ojos, y le afirmé su pregunta con la cabeza. Se asombró y me dio el rango de Comandante Supremo. Me sentí confundido, nunca pensé que mi padre me fuera a ascender de rango; nunca lo había hecho anteriormente. Fuimos hacia adentro de nuestro hogar, cenamos y fuimos a dormir. Mientras dormía tuve un sueño muy extraño, donde me veía yo liderando la invasión de los yuuzhan vong, y mandaba a encerrar a mi padre en nuestro dominio. Cuando desperté tuve una extraña sensación de felicidad y curiosidad. Mi padre ya se había despertado, fui hacia afuera de nuestro hogar y ahí se encontraba él. Se fue caminando hacia el templo de los guerreros para entrenarlos a todos. Iba a hacer un torneo para ver aumentar o disminuir rangos. Seguí a mi padre, y le dije que quería participar en el torneo. Mi padre muy orgulloso, me contestó que podía participar en el torneo.
Al llegar al templo de los guerreros, mi padre dijo lo que iba a hacer y los guerreros se formaron en 2 grandes filas. Al cabo de un rato, hubo 3 aumentos de rango y nadie bajó de rango.
Cuando terminaron de luchar todos los guerreros, desenrosqué la Tsaisi que había robado del Comandante y le aplané la cola. Me acerqué a mi padre y comenzamos a charlar.
- Padre. Ha llegado la hora de tomar lo que es mío.
- ¿Es tuyo? ¿a qué te refieres?
- ¿No se ha dado cuenta, padre?. Me refiero a su rango, eso es mío; me pertenece. Por lo tanto, le reto a un combate por su rango; no a muerte, solo por el rango.
Mi padre muy confundido, tardó en contestarme unos cuantos segundos.
- Si eso es lo que quieres...
Desenroscó su Tsaisi y le aplanó la cola. Nos posicionamos, yo di un grito de guerra con mucho resentimiento, y mi padre rezó a los dioses. Corrí rápidamente hacia él y empecé a darle una serie de cortes distintos y a lanzarle bichos de impacto y blast bugs. Él solamente defendía lo que yo lanzaba, no me quería atacar. Le clavé en la Tsaisi en la pierna derecha, posteriormente le corte la pierna izquierda. Cayó al suelo, y se el combate se acabó. Después de eso, yo era el nuevo Maestro de Guerra del Dominio Lah. Ordené a los moldeadores que cicatrizaran a mi padre y le pusieran una pierna nueva. También les dije que se lo llevaran lejos del dominio.
Con el poder en mis manos me volví una persona bélica, no me importaban los demás.
Dos días después de asumir el poder de maestro de guerra, decidí empezar una invasión por toda la galaxia. Saqué un Villip y establecí comunicación con el Sumo Señor.
- ¡Déme una batalla decisiva, Supremo! ¡Que la sangre de los infieles llene los espacios entre las estrellas!
- Tiene permiso de realizar una invasión.
La mundonave del Dominio Lah, acababa de estacionarse en la órbita de Yuuzhan'Tar. Ordené a todos los guerreros que entraran en sus bionaves y entraran a la mundonave. Todos me obedecieron sin cuestionar mis órdenes. Corrí hacia mi bionave, y ascendí hasta el hangar de la inmensa mundonave. Aterricé y bajé de la bionave, en el hangar se encontraban cientos de miles de guerreros esperando mis órdenes.
Mi padre estaba encerrado en una celda custodiada por un Pretor Yuuzhan Vong. Observó al cielo y vio la inmensa mundonave, desde ese momento su único deseo era el de comandar una flota de los yuuzhan vong para recordar su época de oro.
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CAPÍTULO II - Invasión.
Zarpamos rumbo a Ithor, primero ordené que lanzaran dweebits a la órbita del planeta. Al entrar en el planeta, los dweebits se reproducieron rápidamente produciendo una cantidad inmensa de dióxido de carbono, metano y azufre. Destruyendo la atmósfera y aniquilando a toda la vida salvaje de ese planeta. Después di la orden de descender y aniquilar a toda raza que no fuéramos nosotros.
Los guerreros descendieron a la superficie del planeta y asesinaron a todos los seres de ese planeta. Después de varios meses de conquista, el planeta finalmente era de nosotros. Descendí y aterricé después ya que el planeta era nuestro. Me adentré en las selvas secas de este planeta y me encontré con 3 Ithorianos de edad joven. Ordené a unos guerreros que los llevaran a la mundonave y los esclavizaran. Luego de ésto, se me ocurrió que era mejor esclavizar unos cuantos seres que aniquilarlos a todos.
Seguí caminando por las selvas secas, al cabo de un rato de caminar me topé con un árbol hermoso. Lo observé, saqué mi villip y establecí comunicación con un sacerdote.
- Dígame qué árbol es éste.
- Árbol Bafforr, señor.
Guardé mi villip y ordené que trajeran respiradores de fuego para incendiar todos los árboles bafforr que quedaran en el planeta. Volví a mi bionave, y ascendí hacia el hangar de la mundonave. Regresamos a Yuuzhan'Tar y todos los guerreros bajaron a la superficie muy emocionados por la gran victoria. Yo me fui directamente a la celda donde se encontraba mi padre. Cuando llegué, mi padre se veía viejo y descuidado porque en el transcurso del tiempo no había salido de su celda. Le dije al pretor que abriera la celda y dejara salir a mi padre. Mientras mi padre se levantaba, le ofrecí mi mano para que se apoyara, la sujetó y se levantó con más facilidad.
- Padre. Hemos conquistado Ithor.
- ¿Ithor? Vaya, nunca hubiera pensado en conquistar planetas. Veo que eres un buen táctico.
- Procuro serlo.
Mi padre me sonrió, a pesar de todo lo que le había hecho no me odiaba. Me sorprendió su actitud de respeto hacia mi.
- Padre.. he venido a informarle que tiene mi permiso para liderar la gran flota e ir en la conquista del planeta que usted quiera.
- ¿Enserio? Es lo mejor que haz hecho por mí, hijo mío.
Caminamos hacia el dominio lah, mientras le contaba las cosas que había hecho durante todos estos meses. Cuando llegamos al Dominio, los Ithorianos estaban ayudando a los moldeadores en sus experimentos. Nos acercamos a los Ithorianos y observamos su rara cabeza en forma de martillo.
2 semanas después de haber regresado de la victoriosa batalla, pedí permiso a Shimrra Jamaane para realizar otra invasión.
Ordené a los guerreros que fueran a la mundonave, esta vez traje conmigo moldeadores para que me ayudaran a vongformar planetas. Y un sacerdote para que me informara de cosas que no conocía. Todos fuimos a nuestras bionaves y ascendimos al hangar de la mundonave, cuando aterrizamos y salimos de las bionaves, mi padre dio un gran grito de guerra.
- ¡IREMOS POR DANTOOINE!
Todos los yuuzhan vong que estábamos presentes contestamos su anuncio con otro grito de guerra. La mundonave fijó su rumbo hacia Dantooine. Mientras llegábamos a nuestro destino, ordené a los guerreros que entrenaran sus habilidades para no ser presa fácil de los Jeedais. Pasaron días antes de llegar a Dantooine, pero finalmente arribamos. Ésta vez mi padre dio las órdenes de cómo atacar el planeta, él no usó los dweebits para hacer tóxica la atmósfera.
Ordenó que todos los guerreros yuuzhan vong descendieran primero a la superficie, con ellos bajé yo. Luego de que bajamos, bajaron los moldeadores. Después de una larga guerra, finalmente logramos destruir el templo jeedai y unos cuántos jeedai lograron escapar de nuestras manos en sus escorias voladoras. Ordené a dos guerreros que me acompañaran al interior del templo jeedai. Cuando llegamos, observamos centenas de cadáveres de yuuzhan vong y jeedai. En el suelo miré un sable y lo sujeté, jamás había tomado un sable como éste en mi vida. Lo encendí, vi su color azul y posteriormente lo apagué para después lanzarlo con toda mi fuerza lejos de mi vista.
Salimos del templo, y caminamos hacia un lago muy grande. El lago tenía el agua de color verde azulado, era un color hermoso. Entré a nadar un poco en el lago para relajarme, nunca había tenido tiempo libre en meses...
Mi padre descendió a la superficie pero aterrizó en un lugar lejano donde estábamos los yuuzhan vong, al otro lado del planeta. Cuando se bajó de su bionave recibió un disparo en su pecho, por suerte tenía su armadura de cangrejo vonduun y el disparo no le hizo nada. Volteó a ver a todas las direcciones y no veía nada. Luego recibió otro disparo y tampoco le afectó en absoluto, pero esta vez logró ver de dónde provenía el disparo. Corrió al lugar de donde venía el disparo y se encontró con el general Wedge Antilles. Duraron horas combatiendo mientras yo lo buscaba junto con un grupo de guerreros que me ayudaban a buscarlo.
- ¿No lo han visto? ¡Búsquenlo por todas partes! - Decía yo preocupado.
Cuando encontré a mi padre, solo tenía un bastón como arma y ambos estaban agotados, Wedge disparó a las piernas y brazos de mi padre, malherido cayó en el suelo. Corrí hacia él y lo levanté en mi lomo, los guerreros que venían conmigo comenzaron a lanzarle blast bug y bichos de impacto, pero todo lo que lanzaron falló debido a que Wedge subió a su nave a toda velocidad y despegó. Miré a mi padre, estaba a punto de morir.
- Hi..hij..hijo..
- ¡Dime padre! - Decía yo de una manera triste y furiosa al mismo tiempo.
- Gra..ci..as por da..darme e..sta opo..tuni..dad.
En ese momento, mi padre dejó de respirar y falleció. Hice el grito de guerra más furioso que jamás había hecho en toda mi vida, le quité la armadura de cangrejo vonduun y la deje en el suelo. Sujeté su bastón y lo sostuve con fuerza, le quité la túnica que traía y me la puse.
Desde ese entonces, juré asesinar a los herejes que acabaron con la vida de mi padre.
CONTINUARÁ...
_________
Obtengo:
+ Anfibastón de Czulkang Lah.
*Edité los objetos que obtengo.
Última edición por Tsavong Lah. el Dom Oct 09, 2011 3:32 am, editado 5 veces
Invitado- Invitado
Re: [ROLEO DE YUUZHAN'TAR + OBTENCIÓN] - Hazañas de los Lah.
Me a encantado ... Padre. Espero el siguiente capitulo (Si es que lo hay)
Saix- Mensajes : 3966
Fecha de inscripción : 25/08/2011
Edad : 27
Localización : Undefined
Re: [ROLEO DE YUUZHAN'TAR + OBTENCIÓN] - Hazañas de los Lah.
Mmm, hermanito, bastante bien la verdad a ver cuando me sacas
Nysrogh- Mensajes : 1953
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 30
Re: [ROLEO DE YUUZHAN'TAR + OBTENCIÓN] - Hazañas de los Lah.
*Llorar*
Enhorabuena Cesar , sabia que los harias de largos como los mios tal como te aconsejé , me gustó leerlo aunque me mareó un poco el color naranja combinado con el blanco..
Krayben Fett- Mensajes : 3874
Fecha de inscripción : 22/08/2011
Edad : 28
Re: [ROLEO DE YUUZHAN'TAR + OBTENCIÓN] - Hazañas de los Lah.
Snif, snif, que historia *Llorar de emoción*
Los Lah son bien grandes, xddd
¿Y Zhaka Lah, donde actua? :C
Los Lah son bien grandes, xddd
¿Y Zhaka Lah, donde actua? :C
Invitado- Invitado
Re: [ROLEO DE YUUZHAN'TAR + OBTENCIÓN] - Hazañas de los Lah.
CAPÍTULO III. - Acaba una vida, empieza otra.
_________
Muchas décadas después del trágico suceso que había vivido, decidí irme a vivir al planeta llamado Zonama Zekot. Junto conmigo me llevé varios moldeadores y esclavos para que me ayudaran a construir un nuevo Dominio Lah en ese lejano planeta. Cientos de esclavos me acompañaron, y 2 Moldeadores también. Mientras construían el dominio, regresé a Yuuzhan'tar para enterarme de lo que pasaba con los Yuuzhan Vong. Cuando llegué al planeta, me percaté de que el Dominio Jamaane estaba en ruinas. Muy asombrado por lo que había visto, desenrosqué mi anfibastón y le aplané la cola, entré por la gran entrada y observé que la puerta estaba hecha añicos. Seguí en mi camino hasta llegar al templo del sumo señor, donde me encontré con Shimrra Jamaane ensangrentado y en el suelo. Lo ayudé a levantarse.
- Shimrra, ¿qué ha pasado?
- Jeedai.. - Dijo sin aliento justo antes de fallecer.
Levante a Shimrra sobre mi lomo, lo llevé a su habitación y lo acosté en su cama. Salí de la habitación y corrí hacia el templo de los sacerdotes en busca de un sacerdote que hiciera un ritual para la muerte de Shimrra Jamaane. Al entrar al templo sacerdotal me encontré con solamente un sacerdote que estaba rezándole a los dioses. Le informé de lo que había pasado con Shimrra y dejó de rezar. Corrimos hasta llegar al Dominio Jamaane, entramos a la habitación de Shimrra y estaba un joven guerrero llorando al lado de la cama. Hice a un lado al joven, el Sacerdote levantó el cuerpo de Shimrra y lo preparó para el ritual. Me acerqué al joven nuevamente, y lo miré a los ojos; sus ojos eran idénticos a los ojos de Shimrra Jamaane.
- Te pareces mucho a Shimrra.
- Era mi padre...
Las palabras del joven guerrero me dejaron atónito. Lo volví a observar bien, volteé a ver el cadáver de Shimrra y en efecto eran idénticos. Tenían la misma mirada tranquila, el mismo color gris de piel. Le pregunté su nombre, y me dijo que se llamaba Netter Jamaane. Luego de que me dijera su nombre, le aclaré cómo estaban las jerarquías. Le expliqué que por ser hijo del Sumo Señor, él era el heredero al trono; por lo tanto tras la muerte de Shimrra, Netter era el nuevo sumo señor y el líder del Dominio Jamaane.
Pasaron los meses, y Netter resultó ser un líder aún mejor que el pasado. Yuuzhan'tar estaba en su máximo esplendor. Hubo un tiempo en el que me sentía sumamente solo, porque no había ningún ser querido. Decidí tener hijos, fui a visitar una mina de la casta de los trabajadores y le dije al comandante que estaba al mando en ese momento que me diera a la esclava más hermosa, cosa que hizo. Una esclava hermosa llamada se acercó a mí, era tan bella que me quedé sin palabras en el momento que ella se acercó a mi persona.
- Demasiado hermosa para ser esclava.
Le di un beso en la mano derecha, y en su rostro se notaba la vergüenza que ella tenía. Con el tiempo, yo mismo entrené a la esclava y se volvió una feroz guerrera. Cuando fue ascendida al rango de Sub-Comandante le regalé un Voxyn y 10 bolsas repletas de I'fii para recompensarla por su nuevo ascenso. Años después de eso, hablé con el sacerdote que hizo el ritual de Shimrra sobre la bellísima guerrera. Le hablé tanto de ella que me dio la idea de pedirle matrimonio, cosa que hice al día siguiente.
Luego de pedirle matrimonio nos fuimos a Zonama Zekot para ver cómo estaba quedando el Dominio Lah. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que el dominio estaba terminado, era inmenso. Entramos a la habitación por unas horas y salimos a la hora de la boda. Terminó el ritual de unión y volvimos a mi habitación.
- Deberíamos de tener hijos. - Le dije.
- ¡Me gusta la idea!
A la mañana siguiente, fuimos de caza a las selvas de Zonama Zekot y nos encontramos con una pareja de anfibastones macho y hembra. Fue un espectáculo asombroso, se movían por todos lados y danzaban; se amaban al igual que mi esposa y yo. Duramos horas viendo el espectáculo y se nos olvidó a lo que íbamos. Regresamos a el dominio, y entramos a mi habitación. Cuando despertamos me dio una de las mejores noticias que había escuchado en toda mi vida; estaba embarazada. En ese momento, mi pasión por las guerras había disminuido de una manera drástica, no me gustaba ir a las guerras por miedo a morir y no ver el nacimiento de mi hijo. Por lo tanto, Netter Jamaane decidió darme un descanso y dejé de ir a las guerras por un largo tiempo, mientras mi hijo nacía. Durante ese lapso de tiempo, me dediqué a entrenar a los guerreros yuuzhan vong de cualquier dominio; pero principalmente del Dominio Lah.
Un año después nació mi primer hijo, Keendo Lah. Era un insignificante ser diminuto, pero prefería ese pequeñísimo ser que cualquier otra cosa en el universo entero. Mientras crecía yo lo entrenaba a diario para que se volviera un fiel guerrero como yo, pero cuando tenía 15 años y debía decidir qué casta ser, prefirió ser un Novicio Yuuzhan Vong; eso me desagradó un poco, porque yo esperaba que fuera un gran guerrero y me reemplazara cuando yo muriera o estuviera muy viejo como para participar en una invasión.
Unos cuantos años después, Keendo fue ascendido al rango de Sumo Sacerdote.
- ¡Mucha felicidades hijo!
- Gracias padre. Me han dicho que volverás a las guerras.
- Así es hijo, mi tiempo de descanso se ha acabado porque ya eres un adulto y puedes cuidarte solo.
Me alejé de mi hijo y fui corrí hasta llegar a mi Yorik-trema. Junto conmigo los cientos de miles de guerreros que me había acompañado en la invasión pasada me acompañaron de nuevo, todos estaban dispuestos a dar su vida por defender el honor de los yuuzhan vong como conquistadores y como Shimrra Jamaane estaba muerto, tenían un odio brutalmente inmenso hacia los herejes Jeedai que lo habían matado cuando todos estaban dormidos.
Llegamos al hangar de la mundo-nave y nos dirigimos hacia el planeta de Coruscant.
Después de una semana de viaje, finalmente llegamos a la órbita de Coruscant. La República no tardó en mandar miles de escorias voladoras para aniquilarnos, pero sus esfuerzos eran inútiles. Destruimos todas y cada una de las naves que ellos nos mandaron. Luego de ésto, ordené que lanzaran Dweebits a la atmósfera, y al igual que lo habíamos hecho en el planeta de Ithor, la atmósfera se tornó llena de dióxido de carbono, metano y azufre. Por lo tanto, unos cientos de seres que vivían en el planeta murieron por falta de oxígeno y esto nos facilitó un poco el ataque hacia este planeta lleno de escoria.
Los guerreros yuuzhan vong descendieron hasta aterrizar en las plataformas flotantes de Coruscant. Salieron de sus naves y fueron rápidamente hacia el Templo Jeedai que se encontraba en ese planeta. Cuando asesinaron a todos los Jeedai que estaban, llegó una horda inmensa de cloones a la órbita del planeta, la nave más grande de ellos no era nada comparada con las dimensiones de la mundo-nave. Nos dispararon con todo lo que tenían y lograron matar 20 mil guerreros; ésto me causó una furia muy grande. Recordé que los Jeedai habían acabado con la vida de mi padre y me puse aún más furioso. Ordené que usaran un Dovin Basal para dispararles con todo a los cloones. Les dimos con todo nuestro armamento, y asesinamos a los cloones sin dificultad alguna. Una hora después, un crucero estelar de los cloones que venía de otra guerra y por accidente se detuvo cerca de nosotros, trató de
dispararnos pero su munición se había agotado. Ordené que los yuuzhan vong salieran de la mundo-nave y entraran al crucero por el hangar. Los Guerreros fueron a sus bionaves y aumentaron su velocidad para llegar al hangar del crucero antes de que éste cerrara. Una vez adentro, los cloones trataron de destruirlos con disparos de bláster, pero como los yuuzhan siempre traemos nuestra armadura de cangrejo vonduun los disparos no les hicieron ni consquilla a los poderosos guerreros.
Caminé hacia el hangar de la mundo-nave, monté un Yorik-trema y descendí a Coruscant. Cuando aterricé ordené que destruyeran los grandes rascacielos, me dirigí hasta el templo Jeedai y vi un sable idéntico al que había visto en Dantooine, lo sujeté y lo guardé en mi túnica, tenía planeado llevarlo a los moldeadores para que analizaran la tecnología de los Jeedai y la mejoraran con biotecnología. Seguí caminando por el Templo Jeedai y me encontré con una débil mujer, Leia Organa Solo.
- No vivimos al lado de la impureza. Tu civilización está construida con abominaciones. Tu galaxia está contaminada. Hemos venido a limpiarla, para que otros además de nuestra casta de guerreros la puedan ocupar y vivir aquí limpiamente. Es nuestro destino, según el Supremo Soberano Shimrra y los sacerdotes.
Le perdoné la vida y volví al Yorik-Trema, y ascendí hasta la mundo-nave. Cuando la conquista de Coruscant terminó, volvimos a Yuuzhan'tar. En el camino a Yuuzhan'tar, fui al hangar y me subí a una bionave para ir al Dominio Lah de Zonama Zekot. Al llegar, mi hijo Keendo estaba haciendo un ritual a Netter Jamaane, que había decidido darnos una visita inesperada. Saludé a todos, y le hice una reverencia al Sumo Señor.
- Netter. Hemos conquistado Coruscant.
- ¡Qué agradable noticia! Espera mis órdenes para la siguiente invasión.
OFF:
No se me ocurrió qué más ponerle, sorry bye.
_________
Muchas décadas después del trágico suceso que había vivido, decidí irme a vivir al planeta llamado Zonama Zekot. Junto conmigo me llevé varios moldeadores y esclavos para que me ayudaran a construir un nuevo Dominio Lah en ese lejano planeta. Cientos de esclavos me acompañaron, y 2 Moldeadores también. Mientras construían el dominio, regresé a Yuuzhan'tar para enterarme de lo que pasaba con los Yuuzhan Vong. Cuando llegué al planeta, me percaté de que el Dominio Jamaane estaba en ruinas. Muy asombrado por lo que había visto, desenrosqué mi anfibastón y le aplané la cola, entré por la gran entrada y observé que la puerta estaba hecha añicos. Seguí en mi camino hasta llegar al templo del sumo señor, donde me encontré con Shimrra Jamaane ensangrentado y en el suelo. Lo ayudé a levantarse.
- Shimrra, ¿qué ha pasado?
- Jeedai.. - Dijo sin aliento justo antes de fallecer.
Levante a Shimrra sobre mi lomo, lo llevé a su habitación y lo acosté en su cama. Salí de la habitación y corrí hacia el templo de los sacerdotes en busca de un sacerdote que hiciera un ritual para la muerte de Shimrra Jamaane. Al entrar al templo sacerdotal me encontré con solamente un sacerdote que estaba rezándole a los dioses. Le informé de lo que había pasado con Shimrra y dejó de rezar. Corrimos hasta llegar al Dominio Jamaane, entramos a la habitación de Shimrra y estaba un joven guerrero llorando al lado de la cama. Hice a un lado al joven, el Sacerdote levantó el cuerpo de Shimrra y lo preparó para el ritual. Me acerqué al joven nuevamente, y lo miré a los ojos; sus ojos eran idénticos a los ojos de Shimrra Jamaane.
- Te pareces mucho a Shimrra.
- Era mi padre...
Las palabras del joven guerrero me dejaron atónito. Lo volví a observar bien, volteé a ver el cadáver de Shimrra y en efecto eran idénticos. Tenían la misma mirada tranquila, el mismo color gris de piel. Le pregunté su nombre, y me dijo que se llamaba Netter Jamaane. Luego de que me dijera su nombre, le aclaré cómo estaban las jerarquías. Le expliqué que por ser hijo del Sumo Señor, él era el heredero al trono; por lo tanto tras la muerte de Shimrra, Netter era el nuevo sumo señor y el líder del Dominio Jamaane.
Pasaron los meses, y Netter resultó ser un líder aún mejor que el pasado. Yuuzhan'tar estaba en su máximo esplendor. Hubo un tiempo en el que me sentía sumamente solo, porque no había ningún ser querido. Decidí tener hijos, fui a visitar una mina de la casta de los trabajadores y le dije al comandante que estaba al mando en ese momento que me diera a la esclava más hermosa, cosa que hizo. Una esclava hermosa llamada se acercó a mí, era tan bella que me quedé sin palabras en el momento que ella se acercó a mi persona.
- Demasiado hermosa para ser esclava.
Le di un beso en la mano derecha, y en su rostro se notaba la vergüenza que ella tenía. Con el tiempo, yo mismo entrené a la esclava y se volvió una feroz guerrera. Cuando fue ascendida al rango de Sub-Comandante le regalé un Voxyn y 10 bolsas repletas de I'fii para recompensarla por su nuevo ascenso. Años después de eso, hablé con el sacerdote que hizo el ritual de Shimrra sobre la bellísima guerrera. Le hablé tanto de ella que me dio la idea de pedirle matrimonio, cosa que hice al día siguiente.
Luego de pedirle matrimonio nos fuimos a Zonama Zekot para ver cómo estaba quedando el Dominio Lah. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que el dominio estaba terminado, era inmenso. Entramos a la habitación por unas horas y salimos a la hora de la boda. Terminó el ritual de unión y volvimos a mi habitación.
- Deberíamos de tener hijos. - Le dije.
- ¡Me gusta la idea!
A la mañana siguiente, fuimos de caza a las selvas de Zonama Zekot y nos encontramos con una pareja de anfibastones macho y hembra. Fue un espectáculo asombroso, se movían por todos lados y danzaban; se amaban al igual que mi esposa y yo. Duramos horas viendo el espectáculo y se nos olvidó a lo que íbamos. Regresamos a el dominio, y entramos a mi habitación. Cuando despertamos me dio una de las mejores noticias que había escuchado en toda mi vida; estaba embarazada. En ese momento, mi pasión por las guerras había disminuido de una manera drástica, no me gustaba ir a las guerras por miedo a morir y no ver el nacimiento de mi hijo. Por lo tanto, Netter Jamaane decidió darme un descanso y dejé de ir a las guerras por un largo tiempo, mientras mi hijo nacía. Durante ese lapso de tiempo, me dediqué a entrenar a los guerreros yuuzhan vong de cualquier dominio; pero principalmente del Dominio Lah.
Un año después nació mi primer hijo, Keendo Lah. Era un insignificante ser diminuto, pero prefería ese pequeñísimo ser que cualquier otra cosa en el universo entero. Mientras crecía yo lo entrenaba a diario para que se volviera un fiel guerrero como yo, pero cuando tenía 15 años y debía decidir qué casta ser, prefirió ser un Novicio Yuuzhan Vong; eso me desagradó un poco, porque yo esperaba que fuera un gran guerrero y me reemplazara cuando yo muriera o estuviera muy viejo como para participar en una invasión.
Unos cuantos años después, Keendo fue ascendido al rango de Sumo Sacerdote.
- ¡Mucha felicidades hijo!
- Gracias padre. Me han dicho que volverás a las guerras.
- Así es hijo, mi tiempo de descanso se ha acabado porque ya eres un adulto y puedes cuidarte solo.
Me alejé de mi hijo y fui corrí hasta llegar a mi Yorik-trema. Junto conmigo los cientos de miles de guerreros que me había acompañado en la invasión pasada me acompañaron de nuevo, todos estaban dispuestos a dar su vida por defender el honor de los yuuzhan vong como conquistadores y como Shimrra Jamaane estaba muerto, tenían un odio brutalmente inmenso hacia los herejes Jeedai que lo habían matado cuando todos estaban dormidos.
Llegamos al hangar de la mundo-nave y nos dirigimos hacia el planeta de Coruscant.
Después de una semana de viaje, finalmente llegamos a la órbita de Coruscant. La República no tardó en mandar miles de escorias voladoras para aniquilarnos, pero sus esfuerzos eran inútiles. Destruimos todas y cada una de las naves que ellos nos mandaron. Luego de ésto, ordené que lanzaran Dweebits a la atmósfera, y al igual que lo habíamos hecho en el planeta de Ithor, la atmósfera se tornó llena de dióxido de carbono, metano y azufre. Por lo tanto, unos cientos de seres que vivían en el planeta murieron por falta de oxígeno y esto nos facilitó un poco el ataque hacia este planeta lleno de escoria.
Los guerreros yuuzhan vong descendieron hasta aterrizar en las plataformas flotantes de Coruscant. Salieron de sus naves y fueron rápidamente hacia el Templo Jeedai que se encontraba en ese planeta. Cuando asesinaron a todos los Jeedai que estaban, llegó una horda inmensa de cloones a la órbita del planeta, la nave más grande de ellos no era nada comparada con las dimensiones de la mundo-nave. Nos dispararon con todo lo que tenían y lograron matar 20 mil guerreros; ésto me causó una furia muy grande. Recordé que los Jeedai habían acabado con la vida de mi padre y me puse aún más furioso. Ordené que usaran un Dovin Basal para dispararles con todo a los cloones. Les dimos con todo nuestro armamento, y asesinamos a los cloones sin dificultad alguna. Una hora después, un crucero estelar de los cloones que venía de otra guerra y por accidente se detuvo cerca de nosotros, trató de
dispararnos pero su munición se había agotado. Ordené que los yuuzhan vong salieran de la mundo-nave y entraran al crucero por el hangar. Los Guerreros fueron a sus bionaves y aumentaron su velocidad para llegar al hangar del crucero antes de que éste cerrara. Una vez adentro, los cloones trataron de destruirlos con disparos de bláster, pero como los yuuzhan siempre traemos nuestra armadura de cangrejo vonduun los disparos no les hicieron ni consquilla a los poderosos guerreros.
Caminé hacia el hangar de la mundo-nave, monté un Yorik-trema y descendí a Coruscant. Cuando aterricé ordené que destruyeran los grandes rascacielos, me dirigí hasta el templo Jeedai y vi un sable idéntico al que había visto en Dantooine, lo sujeté y lo guardé en mi túnica, tenía planeado llevarlo a los moldeadores para que analizaran la tecnología de los Jeedai y la mejoraran con biotecnología. Seguí caminando por el Templo Jeedai y me encontré con una débil mujer, Leia Organa Solo.
- No vivimos al lado de la impureza. Tu civilización está construida con abominaciones. Tu galaxia está contaminada. Hemos venido a limpiarla, para que otros además de nuestra casta de guerreros la puedan ocupar y vivir aquí limpiamente. Es nuestro destino, según el Supremo Soberano Shimrra y los sacerdotes.
Le perdoné la vida y volví al Yorik-Trema, y ascendí hasta la mundo-nave. Cuando la conquista de Coruscant terminó, volvimos a Yuuzhan'tar. En el camino a Yuuzhan'tar, fui al hangar y me subí a una bionave para ir al Dominio Lah de Zonama Zekot. Al llegar, mi hijo Keendo estaba haciendo un ritual a Netter Jamaane, que había decidido darnos una visita inesperada. Saludé a todos, y le hice una reverencia al Sumo Señor.
- Netter. Hemos conquistado Coruscant.
- ¡Qué agradable noticia! Espera mis órdenes para la siguiente invasión.
CONTINUARÁ...
OFF:
No se me ocurrió qué más ponerle, sorry bye.
Invitado- Invitado
Re: [ROLEO DE YUUZHAN'TAR + OBTENCIÓN] - Hazañas de los Lah.
No he encontrado referencias a que ese personaje usara una tunica o tuviera un baston, si tu las tienes, proporcionamelas.
Lo de los esclavos Ithorianos no lo legalizare, es algo puramente de roleo y no es algo que iria en tu ficha.
Lo de los esclavos Ithorianos no lo legalizare, es algo puramente de roleo y no es algo que iria en tu ficha.
Athred- Mensajes : 1693
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Localización : ¯\_(ツ)_/¯
Re: [ROLEO DE YUUZHAN'TAR + OBTENCIÓN] - Hazañas de los Lah.
Athred escribió:No he encontrado referencias a que ese personaje usara una tunica o tuviera un baston, si tu las tienes, proporcionamelas.
Lo de los esclavos Ithorianos no lo legalizare, es algo puramente de roleo y no es algo que iria en tu ficha.
Las pertenencias de Czulkang Lah, la túnica creo que no existe. Pero el bastón me refería a Anfibastón, fue mi error sorry. Ya ves que el Anfibastón se puede usar como bastón, de ahí mi confusión.
Invitado- Invitado
Re: [ROLEO DE YUUZHAN'TAR + OBTENCIÓN] - Hazañas de los Lah.
Obtienes el anfibastón.
Athred- Mensajes : 1693
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Localización : ¯\_(ツ)_/¯
Re: [ROLEO DE YUUZHAN'TAR + OBTENCIÓN] - Hazañas de los Lah.
Buen roleo amigo, me gustaron los 3 capitulos jeje
wiliye- Mensajes : 3113
Fecha de inscripción : 18/08/2011
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