[Dromund Kaas] La luna sangrienta. [Relan]

por Lilith Sáb Nov 30, 2013 4:10 am

EL REGRESO DE LA LUNA DE SANGRE

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Una figura esbelta de largos cabellos rubios platinados que caían cual cascada en su pálida espalda observaba las estrellas tan de cerca desde aquella cámara en el planeta conocido como Dromund Kaas. Había pasado poco desde su regreso, después de aquellos viajes para tomar uno de los poderes mas grandes del universo mismo; el conocimiento. Su ropa ajustada se amoldó perfectamente a su cuerpo, mientras su mirada carmesí se posó en el cielo estrellado nuevamente. Las puertas se abrieron detrás de ella dejando ver la figura de un hombre de gran tamaño y con los brazos cruzados, su porte era algo severo y su semblante reflejaba liderazgo nato. No tuvo que emitir palabras, el Lord Sith el cual también acababa de llegar de enormes distancias simplemente se limitó a esperar fuera a la rubia, la cual salió y lo miró con serenidad.

¿Se ha adaptado ya, Lord Zekk? - Dijo la mujer con un tono taimado y delicado como acostumbraba.

El hombre se limitó a asentir y a dejar paso a la joven causando una pequeña sonrisa en su porcelanado rostro. Se adelantó en algunos pasos mientras el Lord la seguía de cerca, al parecer habían llegado algunas visitas las cuales realmente la mismísima Orden Sith deseaba que su visita fuese eterna. Uno de los Caballeros Sith indicó a los demás que miraran al frente, un moreno de brazos fuertes y mirada instigadora con dotes crecientes de líder. Todos los rangos Medio del templo siguieron ésta orden, donde dos figuras que emanaban un enorme poder se presentaron agraciados por la mismísima oscuridad.Uno de ellos levantó ambas manos, mientras los caballeros y damas se arrodillaron ante él en señal de respeto mientras los avanzados reverenciaron ante la venida de aquel Darth, conocido como Veek Tainted que acababa de arrivar al planeta después de su ausencia, lo cual implicaba que la orden recobraría poco a poco la fuerza que había perdido con el tiempo. El Emperador pasó entre cada uno de los Sith que recibían al Darth para darle la bienvenida, mientras que la segunda sombra se acercó hacia aquella rubia, Lilith. Colocó una de sus manos sobre su hombro y luego asintió de forma leve, se trataba de Vecktus Vermogen, su antiguo maestro de gran habilidades en la lucha cuya alumna poseía una gran afinidad para la magia sith y sus secretos; algo realmente extraño en el caso de un maestro y aprendiz, quizás uno de los pocos donde el aprendiz solo toma ciertas cosas de su maestro en la mínima expresión, transformando sus enseñanzas en un catalizador de un verdadero poder y propio talento.

Bienvenido, maestro. - Musitó la sabia Sith frente a su maestro mientras éste asintió de forma grata.

Ambos Sith entraron al gran templo seguidos por los demás, donde los demás Lores los recibieron amenamente. Cada una de las piezas comenzaba a tomar su lugar, al igual que la llegada de nuevas grandes promesas como el descendiente de la dinastía de luchadores Logeish, o la joven de grandes puertas del destino; Aphrodite. Por otro lado, mientras la llegada de aquellas figuras abrió nuevas puertas, el trabajo en búsqueda del poder no cesó de ninguna manera. En los recónditos lugares de la academia, en una de las cámaras de entrenamiento se encontraban un total de cuatro mujeres; el lugar era bastante grande y sin demasiada luz.

[Dromund Kaas] La luna sangrienta. [Relan] Dark_Council_Chamber01

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Detrás de la cámara se encontraba el Lord Zekk junto al maestro Dovimet, el Lord Nihilus, el Lord Irek, el Caballero Hannibal y otra serie de Sith pertenecientes a la orden observando el suceso. En la cámara de entrenamiento estaban las Damas Darys & Madeline, junto a la Adepta Aphrodite y Regina. Un halo de luz violeta se manifestó entre ellas dejando ver a la Sabia Lilith entre ellas, luciendo un atuendo provocativo ajustado mientras encendió su sable sin antes mandarlas a volar de una onda generada por la fuerza, tomándolas a las cuatro por sorpresa. Se ubicó frente a ellas mientras sonrió, causando que las Damas deslizaran sus sables y los encendieran. Las dos Adeptas se ubicaron atrás, mientras ambas Damas se coordinaron creando un par de torbellinos generados por la fuerza misma, los cuales fueron rechazados por la Sabia.

Impresionante.. - Musitó la Adepta Aphrodite algo distraida, mientas gracias a la inercia la sabia se colocó detrás de ella mandándola a volar de una onda de la fuerza.

La Dama Darys se movió con velocidad reaccionando y atajando a la pequeña adepta en el aire, mientras la Dama Madeline se acercó a generar rápidos cortes para obligar a retroceder a la rubia pero la misma atrajo el sable de la Dama desarmándola con velocidad. La Adepta Regina generó una pequeña esfera creada por la fuerza y la expulsó hacia la Sabia mientras ésta la desvió hacia la Dama Darys, donde la adepta Aphrodite aprovechó para generar una onda de la fuerza haciendo retroceder un poco a la Sabia, mas sin embargo en ese momento de distracción; las cuatro fueron sumidas en una ilusión de un momento a otro, veían todo a oscuras a excepción de una luz rojiza en forma circular semejante a una luna. Las cuatro se distrajeron en la ilusión mientras la Sabia bajó su sable terminando con la batalla, haciendo una reverencia a sus cuatro alumnas. Algunas de ellas quedaron desconcertadas, sin embargo la Dama Darys, la cual conocía desde principios a la sabia comprendió el significado de esa luna. El Lord Irek y el Lord Zekk pudieron descifrar rápidamente la ilusión al notarla en las mentes de las jóvenes, reconociendo también el significado de aquel símbolo.

Sí, la luna de sangre ha regresado.. Y yo misma me encargaré de transformarlas en grandes y poderosas Sith. - Dijo la Sabia con una sonrisa en el rostro, mientras los hombres que se encontraban observándolas asintieron con brevedad.

La Sabia caminó contoneándose mientras sostenía su sable detrás de ella, siendo seguida por las cuatro jóvenes que cada día se hacían mas fuertes en las manos del lado oscuro.

[Dromund Kaas] La luna sangrienta. [Relan] Sith-Ladies

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Peligrosa, sí. - Dijo el Caballero Hannibal sonriendo entre dientes mientras el Lord asintió siendo seguido por los demás a la zona de entrenamiento.

Aún tiene mucho que aprender, pero sí. Sin embargo, es momento de que nosotros también entrenemos. - Completó el Lord Zekk en ese momento mientras que el Lord Irek se encargó de preparar las áreas de entrenamiento para aquellos formidables guerreros del lado oscuro, donde derrocharían sus capacidades para superarlas como se acostumbraba.

El poder no es un deseo, es una realidad; y solo la ambición es capaz de atraerlo lo suficiente para trabajar por él. Un Sith posee muchos componentes, y sean femeninos o masculinos comparten esa ambición en común, la llegada de la luna de sangre solo es una pequeña prueba de ello; y junto a ella grandes figuras que forman bloques muy importantes en el amplio mundo de la oscuridad; y eso es solo un comienzo.