[Roleo de Taris] El Viaje jamas contado

Taris, mi actual planeta, un lugar muy hermoso para vivir y mas aun para poder prepararme en mi camino como un jedi, para remontarme a los tiempos anteriores debía comenzar por el lugar donde nací y me crié, este lugar era un planeta no muy lejano llamado Endor, en este planeta mi camino como un seguidor de la luz comenzó, a un lado de mi maestro todo se veía claro y la oscuridad se apartaba pero apartado de el, recordaba la pena sufrida por mi hermano, el tiempo en el cual convivíamos y el tiempo en el cual se exilio convirtiéndose en un seguidor de la fuerza oscura, mi maestro quería que yo como persona pudiera tratar solo contra las fuerzas oscuras, fue por eso que el me encargo un trabajo especial.
La fuerza era lo que guía a un jedi, las palabras de mi maestro siempre eran recibidas por mi con un muy buen agrado, aun que yo sabia que lo que se avecinaba no era nada sencillo, mi camino estaba escrito y junto a la fuerza podía lograr lo imposible.








En la plataforma aguardaba la nave que usaría y un centinela encargado de explicarme lo que haría, las instrucciones eran precisas enviadas a mi por el, explorar el antiguo templo de Carida, un lugar en donde mi camino como jedi había transcurrido también. El planeta desolado aguardaba una presencia de fuerza en el, ¿A caso la oscuridad se había apoderado de cierto lugar? o era solo la imaginación y el aire que sucumbía por mi cuerpo provocan dome escalofríos al oír la palabra "Carida". La fuerza me guiaría si algo sucedía mal, pero jamas debía de apartarme de esta y olvidar la, ya que seria mi sexto sentido, arribando a la galaxia tras los preparativos, las coordenadas marcadas por mi hizo que comience mi travesía, sin saber mi destino, si volvería a Taris nuevamente, simplemente me deje llevar por lo que mas creo.






Llegar tras los días de viaje al sistema Carida, donde se encontraba el destino, se sentía extraño, como si algo allí ocurriese, era posible que algunas personas hayan habitado el planeta donde anteriormente se encontraba el Templo jedi, ya que por esos sectores se encontraba la ruta de comercio Perlemiana. El reflejo de Caridan cual era el sol de Carida reflejaba sobre la nave, dándome problemas para la visión. El momento de descenso había llegado y mi nave bajaba a la atmósfera "la cual todavía era respirable".

El descenso al planeta fue algo turbio, tratando de controlar el electromagnetismo que había y que no era usual de el planeta mi nave bajo algo dañada, se podría decir que una de las turbinas estaba dañada, pero eso no me detendría, ahora con mas razón debía buscar un repuesto para la nave. Mi camino comenzaba ahí, de lo que hablaba mi maestro, el comienzo de una vida independiente en la cual yo podría manejar mis circunstancias.
Lo primero llamativo sobre el planeta fue que la plataforma estaba destruida, en dicho caso tuve que descender en la espesa jungla, escondiendo mi nave dañada, me llamo la atención cuando me acerque a la civilización, ver esta vacía, en algunos casos los edificios rasgados, como si no estuviesen habitados durante cientos de años.





Seguía caminando por los caminos que anteriormente transitaba con mis compañeros, no me detuve, ni al observar los cadáveres desconocidos, supuse que estos cadáveres no eran muy antiguos y que debía estar previsto de todo. La fuerza era intensa en el lugar, un poder oscuro se acercaba a donde estaba yo, creer en la fuerza era lo que me mantenía de pie. Un murmullo se oía detrás de mi, una fuerza intensa se aproximaba detrás de mi, su aspecto era desconocido para mi, pero sabia que esto no iba para lo que podría llamarse tranquilidad.





¿Quien era este sujeto que se escondía entre las sombras? no lo sabia, solo sabia que su apariencia me hacia temblar, su mirada fija de odio y sangre mirándome provocaba en mi una extraña sensación, jamas había visto algo así. Mi cuerpo estaba fijo en su lugar, arrodillado por la vista de esos ojos sedientos de sangre, ¿A caso era un mercenario? no lo sabia, estaba pasmado en el suelo de rodillas mientras este se me acercaba, su cuerpo ensangrentado de la sangre de otros era algo diabólico, era mi fin, solo un milagro podría salvarme ya que mi cuerpo no se movía, el dolor tan intenso de un láser atravesándote era lo que menos quería sentir. Por unos segundos  mi cuerpo reacciono atacándolo, pero con facilidad me desarmo, ya me tenia en sus manos, con su sable en mi cuello. Estaba decidido, no moriría ahí, una batalla se avecinaba, tras segundos cortos lo que se avecinaba se hacia realidad.





Luz contra oscuridad era lo que se marcaba en este combate, un resplandor aun caótico llegaba a mis ojos a través de este sujeto desconocido, un paso en falso, un mal movimiento fue lo que me llevo a caer rendido al suelo, la herida no era de extrema gravedad pero el corte echo en mi pecho (Que apenas me roso) me dejo fuera del combate. La ultima figura que vi de este fue su resplandor de oscuridad yéndose, mis gritos de dolor alteraban el orden de la fuerza que me rodeaba, no había que hacer mas que dejarme ir.

Mi corazón se estremecía, este latía rápidamente tras mi dolor agudo en el pecho, apenas podía moverme pero mis gritos aun se oían llamando al sujeto desconocido, la ignorancia era lo que mas se notaba en ese momento, no se dio ni vuelta para ver como sufría el joven jedi cual pensaba que sus días tenían números. El momento había llegado y Musjard, el joven jedi, caía inconscientemente por ese dolor del pecho pero en los últimos momentos de conciencia logro ver a una figura borrosa, distinta a la del desconocido.

Despertarse en un lugar desconocido, sin saber que sucedió o que sucedía en ese exacto momento, las vendas que cubrían su cuerpo, tapando su herida, todo le preocupaba al jedi, menos el echo de estar vivo, recordó lo que su maestro le decía, sobre no dejarse guiar por la muerte y el dolor si no por la luz. Logro recuperar su conciencia normal pero a medias, recostado sobre una camilla en un lugar sucio y destrozado, la voz de la persona que me salvo me despertó del todo.
Una persona desconocida como la otra, esta ves se trataba de un republicano que había caído ahí junto a su tripulación, me contó sobre el sujeto desconocido, era un preso que trasladaban de una prisión abandonada, me dijo que era un Sith de alta clasificación y que era de sumo peligro. El sujeto que me salvo era un soldado cual había perdido a toda su tripulación ya que fueron asesinados por el sith.





Los días pasaron, lluvias y tormentas, cosas fuera de lo normal llegaron a mi como dato del republicano, su misión era la de transportar al sujeto a Coruscant donde seria asesinado por sus actos viles, la fuerza me reponía y con los días ya podía caminar. El sujeto me oía sobre lo que me sucedió y mi misión de investigar Carida, aporto algunos materiales útiles para que pueda arreglar mi nave lo que me tardaría unos días mas, los días siguieron pasando.
Mi nave estaba como nueva y yo preparado para partir, esa figura oscura no se iba de mi mente, me seguía atormentando y no sabia como remediarlo, se decía que los ojos de ese sujeto conceden un temor inexplicable a las personas que los veían, mucha gente se volvía loco por esto y su vida terminaba en el instante que no lo resistían mas.

En un momento del día, se aproximaba según sus recuerdos borrosos al día seis en el planeta, explorando la zona con el republicano armado, un ruido desesperante sucumbía por la zona, el temor de las dos personas surgieron, la del republicano por su lejanía a la fuerza y la del jedi por su temor a esos ojos que vieron la muerte, en momentos recordando lo que le decía su maestro el joven jedi recobro la paz y tranquilidad que faltaba en su cuerpo. El republicano había muerto, después de tanto tiempo en ese planeta con una persona buscándolo, una criatura lo despedazo por la espalda.





El jedi ya armado con su sable plateado se movió escondiéndose, pero la criatura ya estaba muerta, el desconocido ya no desconocido para Musjard lo había asesinado, un enfrentamiento surgido por Musjard llevo a una batalla épica, la cual termino nuevamente con el jedi en el suelo, esta ves sin daño alguno. Un movimiento desafortunado para el jedi acabo con su mano izquierda, contándosela por un simple ataque de parte del sith. Este desapareció ignorando los gritos del jedi por segunda ves.





Musjard en su nave con la mano vendada y ensangrentada, algo dormido con suerte logro despegar, viendo a un lado en el suelo al sith que tanto le había dañado, ¿Quien era en realidad? era la intriga que mas llegaba a Musjard.
Las turbulencias nuevamente sucedieron por el electromagnetismo de la atmósfera, pero logro salir de este rumbo a Taris.





Las atenciones medicas del joven jedi fueron apresuradas y su mano fue reemplazada por una mano robotica, sus heridas fueron sanadas por especialistas y al fin de todo, la fuerza estuvo de su lado aun que no se haya notado, su maestro le explico cuando estaba en su camilla que no hubiese sido nada fácil haya pasado lo que haya pasado, el joven jedi comprendió que nadie podría ayudarlo en caso de algo así y que solo podía fiar en la fuerza de la luz, ya que fue la que actuó ante las circunstancias.

Fin