[Roleo + Obtención] The Blacksmith.

por Stryfe Sáb Sep 21, 2013 11:57 pm

[Roleo + Obtención] The Blacksmith. Ymqj

La academia de formación Sith ubicada en Yavin IV había cerrado sus puertas. El joven Vulpes Gallagher había sido entrenado allí por un año entero. Le enseñaron distintas técnicas de combate, tanto el uso de la Fuerza como las distintas formas de combate con el sable láser. De alguna manera terminó en el planeta de contrabandistas y astrilleros, Kuat. Se instaló una tienda de campaña en las afueras de la capital del planeta. Cada tanto iba de incursión a la ciudad y allí compraba víveres para subsistir. A pesar de no tener un maestro formal, el joven se intruía por cuetna propia en cuanto al uso de la Fuerza el manejo del sable láser.

En una de las tantas visitas de Vulpes a la capital, conoció un herrero llamado Qgert Wsun. Este trabajaba mayormente en la creación de utensillos y espadas. Podía trabajar casi con cualquier metal existente a que había estado recorriendo distintos planetas aprendiendo sobre estos. Quien un día le ofreció un puesto en su herrería donde aprendería a forjar distintos utensillos e incluso armas. En un principio lo rechazó. Pero tras unos días se percató de las habilidades de herrero le serían útiles en algún momento de su vida. De modo que volvió al pueso de Qgert y aceptó su oferta.

Primero, el joven se encargaba de tareas dáciles como alcanzarle los distintos materiales y herramientas al herrero para ayudarlo en sus tareas. De este modo observaba las acciones del herrero y poco a poco iba aprendiendo con solo ver su trabajo. Por las tardes Qgert le enseñaba sobre los ditintos tipos de metales que podía utilizar para crear armas resistentes a los sables láser. Vulpes prestaba mucha atención al herrero y tomaba nota de td lo que hacía y decía. Estableció una relación muy estrecha con su mentor, llegó a tratarlo como un padre postizo.

Tras varios meses de observación, el joven ya estaba listo para su primera experiencia con la masa. Era una cálida mañana de primavera, Vulpes se despierta a la ora que le había indicado el herrero sin saber que le deparaba ese día. Se dirigió calmado pero a la vez ansioso a la tienda del herrero. Al llega allí notó que el herrero tenía todo preparado, masa, yunque y caldera encendida.

- Ya estás listo para forjar por ti mismo. - dijo Qgert.

- ¿En serio? - preguntó emocionado el joven.

Tomaron ambos unas gafas y un par de guantes especiales y se los colocaron. Qgert le explicó como debía clocar el metal dentro del horno y cómo voltearlo. Tras unos minutos la vara de metal se encontraba al rojo vivo. Lentamente y con cuidado la sacaron y la colocaron sobre el yunque. Comenzó el herrero a darle mazasos mostrándole como hacerlo al joven. Le entregó el mazo a Vulpes quien comenzó a golpear el metal de una forma un poco torpe. Después de golpearlo por un rato largo colocaron el metal en agua para que se terminara de enfriar. Al sacarlo del agua, vieron como había quedado la supuesta daga que el joven Gallagher había forjado. Tenía una leve curva, una borde irregular y terminaba en una punta circular. Luego de ver el resultado Vulpes se desilusionó creía que la había hecho correctamente. Tras darse cuenta de esto, Qgert le dió unas palmadas en el hombro.

- Otro día será, Vulpes. - dijo en un tono aliviador.

- Eso espero... - respondió el joven.

Dejaron la daga sobre la mesa y ambos se despidieron. Vulpes emprendió su vuelta a su tienda de campaña en las afueras de la ciudad. El herrero tomó la daga y la colocó en un estante donde se encontraban sus objetos más preciados. Había llegado a encariñarse con el joven. Uno de los vecinos pasó a avisarle que tomara precaución unos malenates deambulaban por la zona era mejor estar precavidos.Acto seguido, se dirigió a la puerta y decrró todo con la mayor cantidad de candados que pudiera y colocó una barra de metal para trabar la puerta.

A la mañana siguiente, vulpes se despertó temprano y decidió entrenar un poco. Practicó un par de cortes con maniqui que había construido con heno. Estuvo un par de horas entrenando para luego colocarse su túnica, tomar su sable láse y dirigirse hacia la tienda del herrero.