[Roleo de Arkania] Esencias

por Darth Plagueis Lun Jul 29, 2013 4:50 am

Esencias
Capítulo primero

Años atrás:

La multitud de naves aterrizó con suavidad sobre la superficie de tierra, levantando una densa nube de polvo que terminó por envolver la estancia. La luz proveniente del estrellado cielo se reflejaba elegantemente en todo el aparataje metálico apostado allí. Un suave sonido acompaño el abrir de unas compuertas, de las cuales emergieron en sumo silencio siluetas invadidas por oscuridad, dueñas de la noche. Tambaleándose, pareciendo desaparecer y aparecer al instante, se movieron lentamente hasta organizarse en una perfecta fila. Desde una nave que se había mantenido cerrada, emergió una silueta aún más oscura, aún más poderosa, donde dos puntos amarillos se encendieron a la altura de lo que suponían ser sus ojos. Se encaminó por delante del grupo de ordenadas sombras que poco a poco comenzaron a definir su figura como los sith que eran. Un zumbido invadió sus mentes hasta que, lentamente, la ronca voz de Lord Gevura terminó entenderse entre susurros. Ya saben las indicaciones, cumplid con lo acordado y todo transcurrirá perfecto... Apenas hubo finalizado sus escuetas palabras, el silencio volvió a la escena, la oscuridad se replegó.

Focos de fuego emergían en diversos puntos del lugar. Las pequeñas casas, construidas en su totalidad de material ligero ardían ante la impotencia de los que alguna vez fueron sus moradores, quienes caían inertes al suelo, exiguos de salvación alguna. No dejen a nadie con vida. Un grupo considerable de Guerreros se abrían paso hasta entrar en aquellos hogares a medio destruir que aún alojaban a quienes luchaban arraigados intentando mantenerse con vida. El destacado acólito, se adelantó de su escuadrón, frunciendo golpeado el ceño en repetidas ocasiones, apretando los dientes. Algo lo hacía sentir incómodo, quizás perturbado. Sintió la necesidad de un estímulo importante, por lo que corrió ignorante a unos restos cercanos. Una imagen cruzó su mente a tal velocidad que le fue imposible reconocer lo que en esta se presentaba. Se detuvo en seco, meditó la situación una vez más para comenzar a correr nuevamente, pero esta vez en otra dirección. Apenas cruzaba bajo el marco de una puerta la imagen repentinamente volvió a su cabeza, esta vez más clara, sintiendo ahora una marca nueva, un llanto. Sin saber si este provenía de su imaginación o si en realidad lo estaba escuchando, se abrió paso entre los escombros cuando la imagen se hizo presente una vez más, pero para quedarse. Una niña se encontraba agachada tras unos escombros, rodeada en cierta parte por el fuego. ¿Qué hacemos con ella? La impresión recorrió su cuerpo para al momento de voltearse, encontrarse de golpe con sus dos compañeros a su lado. Vamos a matarla. Dijo el otro al mismo instante que Xreyt ponía su brazos abiertos hacia los dos Acólitos, impidiéndoles avanzar. No, deténganse. Replicó este último dando un paso al frente, agachándose y extendiendo su mano hacia la pequeña. Esta, lloró aún más fuerte, arrastrándose un poco hacia atrás. A cierta distancia, levantó su mano hacia el frente, apuntando directamente la cara de Xreyt, acompañado de un grito de ira. Una suave repulsión única y exclusivamente creada bajo el uso y canalización de la fuerza de la niña, creó en el rostro del acólito una sonrisa tétrica. Vamos a llevarla. Concluyó levantándose y acomodando sus túnicas. Miró a uno de sus compañeros y le dio una mirada insinuante, para que tomara a la menor. Este, respondió con un sutil movimiento, tomando a la niña y tapándole la boca para que dejase de llorar. Tu te harás responsable de ella... Replicó finalmente mientras Xreyt salía sonriente de la estancia.

A la distancia asimiló las naves ya listas para partir y abajo de estas al Guardián Sherz, quien apenas denotó la figura del Acólito hizo alardes de la pronta partida. Apúrense o se quedarán aquí. Escuchó Xreyt mientras veía la reducción de la aldea a tan solo cenizas. Marchó hasta su nave, montándose en esta y elevándose luego a aquel cielo tornado de un infinito color negro.

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Fue un largo periodo de tiempo el que consiguió mantenerla oculta, entrenándola a diario y dándole clases seguido, pero no pudo ser mucho más. Un día fue convocado por el Lord Gevura a la sala del Consejo de la Cámara Oscura. A la llegada del acólito se encendieron las luces de la habitación. Al fondo de la sala, una circular mesa central se encendió al instante apareciendo como un holograma en este el Lord de los Sith. Has hecho un buen trabajo, te he observado durante este largo periodo y la chica ha logrado avances, terminaste por demostrar lo que queríamos ver de ti. Tratando de disimularlo sin mucho efecto, Xreyt abrió los ojos y comenzó a sudar frío. Felicidades, Caballero Se escucho al unísono desde diversos puntos de la sala al mismo tiempo en que los sillones apostados a los costados de la habitación se volteaban dejando a la vista a los miembros del Consejo. Xreyt mantuvo la cabeza agachada, ocultando el asombro que recorría su cuerpo; ¿Caballero?, pensó. Pronto será la ceremonia por tu ascenso, felicitaciones. Ah, sí. ¿Cómo se llama la chica? Ya no es necesario que la ocultes... Un estruendoso suspiro terminó por relajar al ahora Caballero. Aymerr... Perfecto, ahora retírese. Luego de una inclinación de cabeza, Xreyt se retiró. Gracias.

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Consejo de Arkania.

[...]

Presente:

- Prepara tu sable láser. - Le dije sin voltearme.
- Aquí lo tengo. - Dijo mostrándolo en su mano.

Se nos había encargado una misión a mi y al Lord Tairon, pero Aymerr insistió en venir con nosotros. La cámara decidió que sería una oportunidad para que esta pusiera en práctica todos los conocimientos adquiridos durante su entrenamiento como mi Aprendiza. El Lord la apoyó, aunque aún ambos manteníamos cierto recelo por su participación en la misión. Nuestros vigías exteriores de la academia, habían realizado avistamientos de un constate movimiento muy poco común en zonas cercanas a la academia. Nuestro deber era investigar la zona y realizar un informe acerca de nuestro trabajo, además de mantener constantemente informada de nuestra actividad a la Cámara Oscura los días que nos mantuviésemos fuera del templo. Hicimos una serie de preparativos antes de partir ordenados por el mismo Lord, para poder emprender el viaje con todo lo necesario. Al día siguiente iniciamos el descenso de la montaña en la que la academia se apostaba. A las afueras de esta, en las murallas de la fortaleza los guardianes nos despidieron con poco interés, común en ellos. Tardamos casi dos horas en llegar a las faldas de la zona montañosa, para comenzar a caminar en aquella planicie infinita de nieve.

- No se separen de mi o se perderán en esta eterna blancura.

Nos encontrábamos relativamente cerca de la academia, aún nos era posible ver perfectamente aquella enorme construcción alzada casi tocando el cielo. Comenzamos a caminar en una linea recta, uno detrás del otro. Encabezando el grupo caminaba el Lord, detrás de él Aymerr mientras que yo cuidaba la retaguardia. El tiempo pasó rápido, en cosa de horas habíamos atravesado el enorme desierto nevado y ahora nos encontrábamos en una zona de enormes rocas proliferantes que creaban pequeños montes. El cielo se tornaba de un tono marrón que apaciguaba las ganas de continuar marchando. El Lord tomó la decisión de descansar en una pequeña cueva oculta entre rocas. En efecto era preferible que repusiéramos energías. Hicimos turnos para hacer guardia durante la noche. El mío fue el último, cuando ya casi amanecía. Tomé posición en una zona algo elevada para así poder tener un espectro de visión más amplio del entorno. Parecía todo correr normal, perdiendo la concentración de mi trabajo a momentos por la falta de emoción de este. Mis ojos se entrecerraban del aburrimiento hasta que una tenue luz a la distancia me hizo abrirlos de par en par. Dicho foco lumínico parecía provenir desde el fondo de la tierra, iluminando desde esta hacia arriba. Salté desde la roca que me mantenía elevado para regresar a la cueva refugio. Al entrar en esta, el Lord se encontraba despierto, ajustándose su túnica y preparando su equipaje.

- ¿Ya lo notaste? - Dijo este antes de siquiera verme.
- Mm... Sí - Dije algo confundido
- Esas luces, las percibí durante mi turno de guardia, pero creí estar alucinando...
- Pues, no. Están ahí. - Dije interrumpiéndole
- Despierta a la chica, no quiero retrasos - Dijo con un leve tono de prepotencia en su voz.
- Ya me despertaron - Dijo Aymerr levantándose rápidamente con el rostro serio.

En minutos ya estábamos preparados para partir nuevamente, guiados por aquellas luces aún lejanas. Comenzamos a caminar a una velocidad constante, denotando el apuro de Aymerr quien cada vez que podía aceleraba el paso adelantándose del grupo para luego mirarnos con ironía intentando que nosotros también acelerásemos el caminar. Estaba demostrando un interés peculiar, que solo me causaba más recelo. Esperaba que dicho entusiasmo no interviniese en la futura conclusión de nuestra misión. Terminó por amanecer, el cielo negro empezó a perder oscuridad hasta tornarse de un celestre grisáceo dando inicio al día. Las ya no tan lejanas luces desaparecieron progresivamente, dejándonos como único dato el tener que continuar caminando en linea recta. Eso hicimos hasta dar con una enorme grieta que parecía dividir la tierra en dos. Me adelanté del grupo, acercándome a la orilla de esta, divisando hacia el interior del enorme agujero. Desde ahí, era posible ver como la caverna que había muy en el fondo de la grieta estaba siendo usada como guarida, aunque desde esa altura, no era posible reconocer mucho más. Con el Lord, convenimos en bajar, conseguir información y si era necesario, asesinar a todos ahí. Como no existía un medio aparente para bajar debimos descender lentamente por la pared rocosa de la grieta incrustando a momentos la hoja de nuestro sable láser en la corteza de piedra para mermar nuestro esfuerzo. Repitiendo dicho acto una serie de veces conseguimos llegar a una zona dividida del resto de la caverna, creada posiblemente producto de la erosión. Al otro lado de la pared que nos mantenía aislados fue posible oír una voz humana levemente mecanizada. Tairon se acercó sigilosamente hasta su posición quedando a menos de un metro del desconocido que indicaba por su radio-comunicador que todo estaba en orden. Nos mantuvimos expectantes los segundos en que el Lord se mantuvo alejado en espera de su pronta información. Mandalorianos, eran dos, resguardando una enorme puerta de acero oxidado que limitaba la entrada a la caverna. Interesante, sería entretenido. Ya teníamos un dato, pero nada más que un dato básico, aún necesitábamos más. Las órdenes del superior hacían referencia a asesinar a uno de los guardianes de la puerta y obligar al otro a entregarnos la mayor cantidad de información posible para finalmente también quitarle la vida. Me escondí tras una roca para a la cuenta de tres, salir con el sable alzado directo a la cabeza de uno de los mandalorianos. Quizás me adelanté un poco porque antes de que Tairon iniciase su ataque al otro mandaloriano este ya se había elevado unos cuantos metros dando uso al Jet Pack que portaba en su espalda. En un acto reflejo el Lord expulsó potentes rayos desde su mano derecha que impactaron en el blanco justo cuando este terminaba de comunicar a sus aliados que había problemas en la entrada principal. El potente ataque del Sith derribó inmediatamente el cuerpo del mandaloriano dejándolo petrificado en el suelo. Me levanté inmediatamente retirando la hoja del sable incrustada en el casco y por consiguiente la cabeza del hombre muerto a mis pies, para luego voltearme y ver justo el momento en que Aymerr, en mitad de un salto con el sable perpendicular al suelo intentando propinarle el golpe de gracia al recién derribado por Tairon, salía eyectada por los aires impactando de golpe contra la enorme puerta, expulsada mediante el uso de la fuerza del Lord.

- ¡No te acerques! ¡Sabía que no debías haber venido! - Gritó lleno de ira el Lord Tairon.

La chica inconsciente en el suelo no presentó respuesta alguna ante las duras palabras del Lord, menos cuando un grupo de potentemente armados mandalorianos hizo presencia en la estancia disparándonos de manera despiadada, pudiendo apenas con el Lord, esquivar sus ataques y escabullirnos entre unas rocas. En un rápido movimiento, uno de los enmascarados, cargó en su hombro el cuerpo inerte de Aymerr para casi instantáneamente cruzar la gran puerta que luego se cerró con un potente estruendo.

Grupo de Mandalorianos

- ¿Qué esperamos? ¡Debemos rescatarla! - Grite con exasperación
- Evidentemente no lo haremos - Respondió Tairon sereno.

Continuará...

OOC:

por Darth Tairon Lun Jul 29, 2013 6:38 pm

Buen roleo Xreyt, me gusta bastante tu forma de narrar. Te aconsejo que uses otros colores más claros, tuve que remarcar el texto para poder leerlo.

PD: Inerte significa sin vida. "Cuerpo inerte" sería un cadáver, no alguien inconsciente xD.
PD2: Uff que re malote me pones.

por Vozher Lun Jul 29, 2013 7:51 pm

Hombre, buenísimo. Nada que decirte porque en mi opinión está muy bueno. Espero la segunda parte.

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