[Roleo] Un nuevo mandaloriano.
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[Roleo] Un nuevo mandaloriano.
por Defiance Vie Feb 08, 2013 6:33 pm
Recuerdo perfectamente aquella época. Déjame que te la cuente, hijo mío.
Me encontraba yo supervisando un entrenamiento de los Reclutas con sus primeras armas de tiro, cuando Azzanon Kan se presentó en la sala. Con ese postre elegante y erguido, hizo a todos los jóvenes girarse y saludarle. Sonreí. Sabía perfectamente la sensación de emanar respeto sólo por llevar una insignia. Todos aquellos reclutas, no en vano le respetaban, pero lo hacían por un código. Por esa insignia que Azzanon llevaba en su pecho. Pero ninguno de ellos sabe ni sabrá la cantidad de hazañas, el sufrimiento y los sacrificios que ha tenido que hacer ese hombre para poder vestirse así. Pero bueno, eso es otra historia.
Azzanon parecía serio. Quizá más de lo normal. Me llevó hasta el consejo, donde se encontraban los Royal Guard, siempre impertérritos.
-Consejero... nuestros aliados se están debilitando. El Imperio pasa por un momento crítico, y los Mandalorianos están cerca de desaparecer como entidad. Y no podemos permitirlo, son un gran apoyo. Es por eso que he hablado seriamente con Kredent Fett, su Manda'yaim, y hemos llegado a un acuerdo. Te unirás a ellos temporalmente. Al menos hasta que recuperen esa potencia militar que tenían antes. Sólo serán unos meses.
Asentí, aunque ni mucho menos estaba seguro de lo que iba a hacer. Mi misión, de momento, era ir a Dxun, el planeta donde se encontraban asentados los Mandalorianos para... mi ' presentación oficial ' ante todos.
Kredent me recibió nada más llegar. Portaba algo entre sus manos.
-Bueno, Consejero. Lo primero, y hablo en nombre de todos los Mandalorianos, gracias por su apoyo. A usted y a la Estrella de la Muerte.
-No me deis las gracias por nada. No está mal cambiar de aires de vez en cuando... ¿no?
Agarré con mis dos manos ese paquete pesado que traía Kredent. Era mi nueva armadura. Oscura, bastante elegante. Una armadura de buen gusto, no cabe duda. Aunque no estaba acostumbrado a su tacto, no tardé en adaptarme a las nuevas posibilidades que me brindaban las armas Mandalorianas y sus métodos de combate. Sería otra etapa de mi vida. Como tal, yo no era un Mandaloriano realmente... sólo era algo así como un apoyo.
Llegué hasta la base, siguiendo de cerca a Kredent, quien rápidamente se perdió de nuevo entre las interminables instalaciones mandalorianas del planeta. Y yo, detrás de mi casco, observa la vida de los mandalorianos. No era muy diferente a la nuestra. Entrenamientos, simulacros...
Supongo que así es la guerra. Debes de estar preparado para luchar, no para morir. Aunque algunos no estarán de acuerdo con esto que te digo, el miedo a la muerte ha impulsado a muchos hombres a hacer cosas que jamás harían en un estado de paz interior. El miedo a la muerte es algo... muy diferente a cualquier otro miedo. El miedo psicológico empieza en tu cerebro y termina en tu cerebro. El miedo a la muerte empieza en tu alma, la consume... y termina por dañarte físicamente si no se sabe sacar provecho de ello.
Pero bueno, dejando a un lado mis experiencias personales con el miedo, te seguiré contando la historia.
Varios de los mandalorianos se reunieron en torno a mí. Me miraban extrañados. Ni si quiera mi armadura era parecida a la suya.
-¿Quién eres tú? No te he visto antes por aquí.
-Ninguno de vosotros lo ha hecho.
-Pareces forastero... ¿qué quieres?
-¿Yo? Querer no quiero nada. Simplemente estoy aquí, no creo que quieras saber nada más de momento. Ya sabrás quién soy.
-¿Y qué traes a nuestro pueblo?
-Traigo lo que me han pedido que traiga. Nada más.
El Mandaloriano inmediatamente descolgó su arma y me apuntó a la cabeza. Se alteran muy fácilmente. Me giré lentamente hacia él, y sonreí un poco.
-¿De verdad piensas que vas a matarme con eso?
El mandaloriano se quedó callado. Y disparó. Esquivé el disparo agachándome, a la par que lanzaba una llamarada contra él. Después, activé el propulsor de la armadura y me elevé hacia él, dejándome caer sobre su cuerpo. Le golpeé con fuerza el casco, echándole un par de metros más atrás. El Mandaloriano disparó de nuevo contra mí. El tipo era bueno... pero sus movimientos eran fácilmente previsibles. Esquivé el disparo girando en el aire, y después, tomando una granada caí al suelo y eché a correr hacia él. Nos enfrentamos en cuerpo a cuerpo. Recuerdo que me intentó golpear con su puño derecho y yo agarré su muñeca... y recuerdo que yo intenté golpearle a él y me agarro a mí la mía. Hubo un momento de forcejeo, pero yo llevaba ahí la ventaja. Dejé que me golpease y me echase hacia atrás, pero olvidaba algo: la granada. Al ser golpeado la dejé caer sobre sus pies. El Mandaloriano se dio cuenta de eso, pero tarde. La granada estalló debajo de él haciéndole caer al suelo varios metros más atrás. Me puse en pie lentamente y sonreí detrás de mi casco.
Estoy seguro, hijo mío, de que has sentido esa sensación tan buena que recorre todo tu cuerpo cuando ganas a tu adversario. Cuando le demuestras tu superioridad. Es realmente gratificante. Observé al mandaloriano ahí, tirado. Se trataba de levantar con dificultad, con ayuda de otros dos, puesto que los demás todavía estaban mirándome perplejos.
Pero no había más que decir, ni hacer. Me marché de allí caminando y ya está.
Viviríamos muchas batallas juntos, hasta que finalmente volví a la Estrella de la Muerte. Pero esa historia, te la contaré otro día.
Me encontraba yo supervisando un entrenamiento de los Reclutas con sus primeras armas de tiro, cuando Azzanon Kan se presentó en la sala. Con ese postre elegante y erguido, hizo a todos los jóvenes girarse y saludarle. Sonreí. Sabía perfectamente la sensación de emanar respeto sólo por llevar una insignia. Todos aquellos reclutas, no en vano le respetaban, pero lo hacían por un código. Por esa insignia que Azzanon llevaba en su pecho. Pero ninguno de ellos sabe ni sabrá la cantidad de hazañas, el sufrimiento y los sacrificios que ha tenido que hacer ese hombre para poder vestirse así. Pero bueno, eso es otra historia.
Azzanon parecía serio. Quizá más de lo normal. Me llevó hasta el consejo, donde se encontraban los Royal Guard, siempre impertérritos.
-Consejero... nuestros aliados se están debilitando. El Imperio pasa por un momento crítico, y los Mandalorianos están cerca de desaparecer como entidad. Y no podemos permitirlo, son un gran apoyo. Es por eso que he hablado seriamente con Kredent Fett, su Manda'yaim, y hemos llegado a un acuerdo. Te unirás a ellos temporalmente. Al menos hasta que recuperen esa potencia militar que tenían antes. Sólo serán unos meses.
Asentí, aunque ni mucho menos estaba seguro de lo que iba a hacer. Mi misión, de momento, era ir a Dxun, el planeta donde se encontraban asentados los Mandalorianos para... mi ' presentación oficial ' ante todos.
Kredent me recibió nada más llegar. Portaba algo entre sus manos.
-Bueno, Consejero. Lo primero, y hablo en nombre de todos los Mandalorianos, gracias por su apoyo. A usted y a la Estrella de la Muerte.
-No me deis las gracias por nada. No está mal cambiar de aires de vez en cuando... ¿no?
Agarré con mis dos manos ese paquete pesado que traía Kredent. Era mi nueva armadura. Oscura, bastante elegante. Una armadura de buen gusto, no cabe duda. Aunque no estaba acostumbrado a su tacto, no tardé en adaptarme a las nuevas posibilidades que me brindaban las armas Mandalorianas y sus métodos de combate. Sería otra etapa de mi vida. Como tal, yo no era un Mandaloriano realmente... sólo era algo así como un apoyo.
Llegué hasta la base, siguiendo de cerca a Kredent, quien rápidamente se perdió de nuevo entre las interminables instalaciones mandalorianas del planeta. Y yo, detrás de mi casco, observa la vida de los mandalorianos. No era muy diferente a la nuestra. Entrenamientos, simulacros...
Supongo que así es la guerra. Debes de estar preparado para luchar, no para morir. Aunque algunos no estarán de acuerdo con esto que te digo, el miedo a la muerte ha impulsado a muchos hombres a hacer cosas que jamás harían en un estado de paz interior. El miedo a la muerte es algo... muy diferente a cualquier otro miedo. El miedo psicológico empieza en tu cerebro y termina en tu cerebro. El miedo a la muerte empieza en tu alma, la consume... y termina por dañarte físicamente si no se sabe sacar provecho de ello.
Pero bueno, dejando a un lado mis experiencias personales con el miedo, te seguiré contando la historia.
Varios de los mandalorianos se reunieron en torno a mí. Me miraban extrañados. Ni si quiera mi armadura era parecida a la suya.
-¿Quién eres tú? No te he visto antes por aquí.
-Ninguno de vosotros lo ha hecho.
-Pareces forastero... ¿qué quieres?
-¿Yo? Querer no quiero nada. Simplemente estoy aquí, no creo que quieras saber nada más de momento. Ya sabrás quién soy.
-¿Y qué traes a nuestro pueblo?
-Traigo lo que me han pedido que traiga. Nada más.
El Mandaloriano inmediatamente descolgó su arma y me apuntó a la cabeza. Se alteran muy fácilmente. Me giré lentamente hacia él, y sonreí un poco.
-¿De verdad piensas que vas a matarme con eso?
El mandaloriano se quedó callado. Y disparó. Esquivé el disparo agachándome, a la par que lanzaba una llamarada contra él. Después, activé el propulsor de la armadura y me elevé hacia él, dejándome caer sobre su cuerpo. Le golpeé con fuerza el casco, echándole un par de metros más atrás. El Mandaloriano disparó de nuevo contra mí. El tipo era bueno... pero sus movimientos eran fácilmente previsibles. Esquivé el disparo girando en el aire, y después, tomando una granada caí al suelo y eché a correr hacia él. Nos enfrentamos en cuerpo a cuerpo. Recuerdo que me intentó golpear con su puño derecho y yo agarré su muñeca... y recuerdo que yo intenté golpearle a él y me agarro a mí la mía. Hubo un momento de forcejeo, pero yo llevaba ahí la ventaja. Dejé que me golpease y me echase hacia atrás, pero olvidaba algo: la granada. Al ser golpeado la dejé caer sobre sus pies. El Mandaloriano se dio cuenta de eso, pero tarde. La granada estalló debajo de él haciéndole caer al suelo varios metros más atrás. Me puse en pie lentamente y sonreí detrás de mi casco.
Estoy seguro, hijo mío, de que has sentido esa sensación tan buena que recorre todo tu cuerpo cuando ganas a tu adversario. Cuando le demuestras tu superioridad. Es realmente gratificante. Observé al mandaloriano ahí, tirado. Se trataba de levantar con dificultad, con ayuda de otros dos, puesto que los demás todavía estaban mirándome perplejos.
Pero no había más que decir, ni hacer. Me marché de allí caminando y ya está.
Viviríamos muchas batallas juntos, hasta que finalmente volví a la Estrella de la Muerte. Pero esa historia, te la contaré otro día.
Es corto, lo sé. Pero bueno, es algo así como un roleo para explicar o justificar que pasaré un par de semanas de mandaloriano. No es un cambio de facción porque como ya se ha aclarado, para pasar de mandaloriano a Imperial o viceversa no es necesario el cambio de facción, puesto que no cambio de raza, ni cambian mis propiedades físicas. Sigo siendo humano, sólo que ahora en vez de portar vestimenta imperial, llevo armadura de mandaloriano.
Defiance- Mensajes : 1817
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 27
Re: [Roleo] Un nuevo mandaloriano.
por Aleema Vie Feb 08, 2013 9:44 pm
De un micro tema sabes sacar una buena historia, te felicito Chris.
Aleema- Mensajes : 243
Fecha de inscripción : 14/11/2012
Localización : Canada
Re: [Roleo] Un nuevo mandaloriano.
por Defiance Vie Feb 08, 2013 9:52 pm
Es una mierda pero aceptaré que me pelotees un poco.
Defiance- Mensajes : 1817
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 27
Invitado- Invitado
Re: [Roleo] Un nuevo mandaloriano.
por Tragew Sáb Feb 09, 2013 4:14 pm
Cierro el tema y a ver si evitamos comentarios "spam".
Tragew- Mensajes : 752
Fecha de inscripción : 15/10/2011
Localización : -----------------------------
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