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[Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron]

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Mensaje por Defiance Dom Dic 30, 2012 12:06 am

Me gustaría aclarar una cosa antes de empezar. Realmente este roleo es la continuación de este : http://www.habbowars.com/t19651-roleo-de-artus-prime-negocios-xcer
Al final, el muchacho decide encontrar los otros tomos para conocer más sobre Denubis y sobre su familia. Pero me surgió un problema. Planteé un roleo de tal modo que sí o sí, necesitaba que el narrador fuese omnisciente, y en ese roleo el muchacho termina por contar la historia en primera persona. Además, eso es como una pequeña introducción a este roleo que realmente será el que cuente toda la historia. Lo otro iba a ser un roleo completo pero que se convirtió en algo así como un prólogo por distintos acontecimientos. Espero que este también sea de su agrado. Sin más, comienzo.


Capítulo I

El chico salió lentamente del despacho de su maestro. Cerró la puerta después de salir como tenía por costumbre. Kaihn siempre había sido respetuoso con él. Acataba todas y cada una de las órdenes que él le imponía sin rechistar. No era un chico demasiado hablador. Lo único que tenía su mente apartada de sus estudios y de su aprendizaje era la misteriosa historia de su familia. Aunque realmente eso no era lo único. Su maestro sabía de sobra que había algún elemento externo que le distraía, y desde luego no le gustaba. Algunas noches se iba y tardaba horas en volver. El viejo le permitía a Kaihn el lujo de pensar que no era descubierto en todas y cada una de sus salidas, pero sólo lo hacía para saber hasta dónde era capaz de llegar el muchacho.

Muchas tardes se pararon a hablar. Pero él tenía un buen cerebro y un gran ingenio, era difícil sacarle algo. Su maestro sabía tenía un gran potencial dentro y quería conducir al joven por lo que él consideraba el buen camino.

Un día, Leazar le pidió a Kaihn que se colase en un festejo organizado por un joven político, aspirante al puesto de Gobernador. A pesar de tener sólo 16 años había demostrado tener gran habilidad con el sable láser, y sobre todo para pasar desapercibido. La esperanza del maestro era que el muchacho lograse interceptar una carta con información muy valiosa.

El muchacho llegó hasta el gran edificio. Se ocultó entre los árboles del bosque que lo rodeaban, intentando encontrar una entrada discreta. En la gran puerta principal había demasiada seguridad. Sabía que podía eliminar a ambos guardias, pero eso era llamar demasiado la atención puesto que en la ventana de arriba cada cierto tiempo otro hombre se asomaba para comprobar que seguían en pie. Había que buscar otro lugar. En la fachada de atrás, la mayoría de las luces estaban apagadas y parecía un buen lugar. La pared tenía varios salientes por lo que no le resultaría difícil agarrarse ahí. Saltó alto, hasta el segundo piso, aproximadamente unos 10 metros. Se agarró al marco que sobresalía del ventanal, y apoyo sus pies en la base de una pequeña figura que había de decoración en la pared. Extendió su mano hacia la ventana, y ésta lentamente se abrió sin hacer el más mínimo ruido. Luego, no tuvo más que introducirse dentro por el gran espacio que le brindaba la arquitectura del tragaluz. Una vez cayó dentro, cerró el cristal tras de sí.
A Kaihn le encantaba dejar las cosas tal y como las había dejado. Le gustaba el orden, y sobre todo no dejar pistas.
Agarró el pomo de la puerta de la gran estancia y lo giró cuidadosamente. La abrió lo suficiente para poder asomar un poco la cabeza y mirar. Ante él se extendía un pasillo largo que llegaba a su fin en unas amplias escaleras, que a juzgar por el bullicio que escuchó dedujo que daría al salón de bailes. Salió de la sala cerrando la puerta. Avanzó lentamente hacia el fin del pasillo. Todo el mundo se encontraba bailando, de juerga. Miró a su alrededor, con asco.
Odiaba aquellas situaciones de alegría sustentada por el dinero o por un poder no legítimo. Lo peor de todo, es que aquel sucio candidato a gobernador bailaba y se divertía con sus numerosas mujeres mientras que en aquel mismo salón ya había encontrado a dos tipos que intentaban asesinarle. Pero Kaihn no había ido allí para matarle a él. Había ido allí con una misión clara. Se retiró la capucha, dejando ver su rostro joven. Su pelo moreno tapaba parte de su frente, y sus ojos ambarinos parecían examinar cada paso que daba cada persona del lugar. Cuando se adentró entre los hombres y las mujeres que reían y se divertían algunos y algunas se le quedaban mirando raro, pero nadie hacía nada por sacarle de allí para que dejase de incomodar. Muy posiblemente por miedo. Kaihn pasó entre la gente, y al fin encontró lo que buscaba. Entró al salón de baile un tipo bien vestido, escoltado por dos grandullones idénticos el uno al otro y que vestían túnicas negras como el cielo nocturno. El tipo, en cambio, mostraba ropajes muy bien cuidados y tratados, y muy probablemente comprados específicamente para aquella fiesta. Su pelo largo y gris caía hacia atrás en perfectas líneas, dejando ver un rostro marcado por la edad y un gran mostacho. En su mano derecha, el valioso sobre que debía de tomar antes de que alguien lo sacase de allí. El chico no había ido allí sin un plan, pero nada más entrar en el lugar sabía que lo único que debía de hacer era apoyarse en una pared y esperar. Y eso fue lo que hizo. Se apoyó en una de las columnas que hacía de viga, cruzándose de brazos. Los dos asesinos camuflados entre el personal no tardaron en entrar en acción, del mismo modo que los guardias y los tipos grandullones tampoco lo hicieron. Uno de los criminales saltó con su sable rojo hacia el, quizá, futuro gobernador, pero éste fue interceptado por corte un profundo y mortal en el costado. La gente empezó a chillar y a correr. En apenas unos segundos se formó el caos. Kaihn no quitaba la vista del hombre de la carta, el cual salió corriendo rápidamente hacia fuera como todo el mundo. Era el momento de intervenir. Se colocó su capucha y salió corriendo detrás de él. El chico se deslizaba cuidadosamente entre la gente para que así el tipo no pensase que le seguía. Una vez salió del edificio, Kaihn lo tuvo más fácil siguiéndole escondido entre los árboles.

Después de un par de minutos, el viejo se paró para descansar un poco. Pero poco pudo descansar, porque un cristal rojo atravesó su espalda, arrebatando su vida. Cuando el cuerpo cayó al suelo, no tuvo más que coger la carta y regresar de vuelta a Arkania, donde le esperaba su maestro.

Cuando llegó, le entregó la carta intacta.

-Has cumplido tu misión, Kaihn. Mañana te daré tu regalo.

-Está bien maestro. -dice mientras hace una reverencia- Pero usted sabe que yo hago lo que hago por la permanencia de los Caballeros del Orbe.

-Ay... joven. La Orden de Caballeros ya no es lo que era. Ahora somos pocos. Somos perseguidos... los que quedamos estamos ocultos y dispersos. Gente como tú, jóvenes precursores de la filosofía de los antiguos caballeros sois la verdadera permanencia de la Orden. Ahora, retírate a tus quehaceres, estoy seguro de que tienes algún plan.

-Lo cierto es que sí tenía uno, pero...

-Tranquilo. Ve, has hecho un buen trabajo, te mereces momentos de ocio.

Kahin sonrió y salió de la estancia, reverenciando de nuevo a su maestro. No se preocupó tan sólo de cambiarse de túnica y ponerse una más informal. Simplemente salió de la pequeña y antigua torre en la que vivían ambos. Leazar no iba a permitir que su aprendiz lo engañase de nuevo. Quería saber qué era eso que provocaba sus salidas, así que mandó a un robot espía con el chico.


Lo que vería después, desataría la ira del maestro.

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Mensaje por Invitado Dom Dic 30, 2012 2:27 am

Esperando el segundo capítulo.

Saludos.

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Mensaje por Blackhall Dom Dic 30, 2012 10:05 pm

Buen capitulo man , ya ! que venga el capitulo 2 Very Happy
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Mensaje por Khosham Dom Dic 30, 2012 10:13 pm

Olé. Olé. Ole. Me quito el sombrero, que dominio de redactación.

Impresionante Musnus. A ver cuando llega el capitulo 2.
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[Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron] Empty Re: [Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron]

Mensaje por Satella Dom Dic 30, 2012 10:44 pm

Interesante roleo.
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Mensaje por Hannibal Dom Dic 30, 2012 11:21 pm

Bien hecho hermanita.
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Mensaje por Defiance Mar Ene 01, 2013 6:24 pm

Capítulo II


Kaihn salió de la pequeña torre. Una vez fuera, levantó la cabeza como tenía de costumbre, esperando ver a su maestro mirándole. Pero no fue así. Vaciló un momento. El chico miró en todas direcciones y después salió corriendo hacia el bosque nevado.
Después de aproximadamente dos minutos de carrera llegó hasta una casa bien apañada, perfecta para una familia numerosa. En apariencia era el hogar de alguien importante, o al menos con dinero. Se paró a unos dos metros de la valla que separaba el exterior del jardín, esperando. La puerta de la casa se abrió, y de ella salió una chica. Una chica que aparentaba la misma edad que Kaihn. Era pálida, y sus pupilas completamente blancas, propias de la raza Arkaniana, miraban al chico acompañadas de una sonrisa amplia. Abrió la puerta de la valla y se acercó a él, caminando.


Se abrazaron.

-Hola, Karya...

-Kaihn...-dice ella mientras acaricia el rostro del muchacho con su mano- Me alegra verte, estaba preocupada por ti. Te vas a esas misiones... y yo me quedo aquí sin saber si te ha sucedido algo.

-El Maestro tampoco me manda misiones muy... arriesgadas. Casi siempre estas misiones ponen en jaque mi ingenio, mi capacidad para pensar rápido y encontrar soluciones. Pero de momento no se arriesga a que puedan asesinarme.


Vacilaron un momento, y después Kaihn prosiguió hablando.

-¿Quieres que vayamos a la antigua mina?

Karya asintió, y ambos emprendieron la caminata. Por detrás sonó una voz fuerte.

-¡Karya, no te atrevas a llegar tarde!

Keenth. El padre de Karya. El tipo más odioso que se pueda conocer. Un arkaniano típico que dedica su vida a la ciencia. A comerciar con productos y sobre todo a la excavación y explotación de minas. Keenth es conocido en todo el planeta por su sarcasmo ácido y su misantropía. A pesar de esto, nadie se atreve a decirle nada, puesto que tiene a dos cazarrecompensas sin demasiados escrúpulos a sueldo. Y ya los ha usado alguna vez. Un tipo avaricioso, capaz incluso de vender a su familia por dinero. Todo lo contrario que la madre.
La madre de Karya era una mujer sorprendente. Le gustaba sonreír y recibir a la gente en su casa con los brazos abiertos.
Y bueno, su hermano... la viva imagen de su padre.

Los chicos continuaron la caminata, mientras que hablaban de lo que sea. Ellos no querían hablar, querían estar el uno con el otro, pero hablar era una buena excusa para no sentirse incómodos. Llegaron a la mina, y se sentaron en una zona elevada para poder apreciar todo el paisaje. El chico dio un suspiro y agachó su cabeza.

-Kaihn... ¿qué te sucede?-dice ella mientras que toma la mano del joven-

-Es que... tengo miedo.

-Oh, no lo tengas. Yo estaré aquí contigo para ayudarte a superar ese miedo...

-Pero Karya... es muy difícil. Me enfrento a un poderoso enemigo.

-Bueno, Kaihn. Entonces, simplemente sé agua.

-¿A qué te refieres con eso?

-A veces, resistirse significa ser destruido, por eso en estas situaciones es mejor hacer como el agua... fluir entre tus obstáculos. Ahí es donde reside su poder. Ni el más poderoso de los sables podría dejar una cicatriz en su superficie.

-El enemigo al que me enfrento no es físico. No puedo atacarle con mi sable. Él vive dentro de mí, y puede destruirme o hacerme sentir feliz. O incluso puede que todo a la vez.

Las caras de los muchachos se juntaron tanto que casi llegaron a estar pegadas. De repente, algo se movió en los arbustos de atrás. Ambos giraron la cabeza y se percataron de la presencia de un robot no muy grande, el cual salió corriendo al advertir que había sido descubierto. Kaihn suspiró de nuevo.

-Tengo... tengo que irme.-dice ella mientras se pone de pie-

-Está bien. Te acompañaré.



. . .

El robot entró por la ventana del estudio. Leazar levantó su cabeza y sonrió bajo su barba.

-Perfecto pequeño, espero que me traigas información.

El robot se inclinó un poco, y proyectó sobre la mesa la última escena que habían vivido los muchachos, junto antes de que le descubrieran. El maestro se quedó mirando la escena, sin habla, que se repetía una y otra vez. Luego, lleno de ira, golpeó la mesa con el puño cerrado, tan fuerte que el robot cayó al suelo.

-Maldita sea... no puede ser. Está cometiendo un error... habrá que enmendarlo entonces.

Segundos después, Kaihn entró a la torre y lo primero que hizo fue dirigirse al despacho de su maestro y saludarle con una reverencia.

-Saludos, Maestro.

El viejo tardó un poco en reaccionar. Seguía mirando donde hasta hace apenas un instante se había proyectado la información que le traía el robot. Después, giró su silla lentamente, y miró a su Aprendiz.

-Saludos, Aprendiz. Puedes irte a dormir.

-De acuerdo, Maestro. -realiza otra reverencia y sale de la estancia cerrando la puerta-



Leazar se quedó hasta altas horas de la noche pensando. Tenía que hacer algo... esa chica había indagado en la vida de su Aprendiz y le estaba desviando de su trayectoria.

-La mataré, si es necesario.-pensó el maestro-


A un kilómetro de allí aproximadamente, un escalofrío recorre todo el cuerpo de Karya, obligándola a despertar de su sueño. Instintivamente, la chica mira por la venta en dirección a la torre. Ahora sentía la misma sensación que cuando Kaihn se iba a una de sus misiones. Esa sensación de pánico.

-Kaihn...-dice en un susurro-

Continuará


Me gustaría hacer una mención. La frase que dice Karya sobre el agua no es mía, es de Paulo Coelho. La escribe en su libro " Manual del guerrero de la luz ". Libro que por cierto, recomiendo a todos.

Un saludo, espero que les guste.

PD: Sé que es corto pero lo hice y sin querer cerré la página... xD. Y era bastante más largo. Después, al repetirlo, me he dado cuenta de que hay cosas que podía (y algunas que debía) suprimir o dejarlas para el próximo capítulo que es donde ya hay bastante más movimiento.
Quizá todos se esperen el típico final en el que el chico salva a la chica, pero no será para nada así. Si estas dos primeras partes os han gustado leeros los próximos capítulos.



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[Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron] Empty Re: [Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron]

Mensaje por Invitado Mar Ene 01, 2013 8:09 pm

Tranquilo, respecto a lo último a mi también me ha pasado. Lo de Paulo Coelho fue un bonito y excelente detalle.

Un saludo, esperando los demás capítulos.

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[Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron] Empty Re: [Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron]

Mensaje por Defiance Miér Ene 09, 2013 8:13 pm

Capítulo III


El sol apareció tímidamente sobre los nevados paisajes de Arkania. En la torre, los ojos de Kaihn se abrieron lentamente, todavía no adaptados a la tenue luz que entraba por una pequeña ventana. Tras un par de minutos de reposo paciente, se puso en pie colocándose una túnica fina de color gris oscuro por encima. Después, se fue a saludar a su maestro.

Como siempre, estaba en su despacho. Siempre mirando esos libros... siempre escribiendo. Nunca le permitía saber qué era exactamente lo que había ahí. De hecho, ni si quiera sabía si el viejo dormía... más que nada porque nunca le había visto hacerlo. Era el último en acostarse y el primero en levantarse, con diferencia. A menudo escuchaba golpes ahí arriba, pero jamás se atrevió a subir y preguntar, o simplemente a mirar.


-Saludos, Maestro...-dice el muchacho pasando con la cabeza agachada-

-Hola, joven. Siéntate, quiero decirte una cosa.


Kaihn retiró una vieja silla que se encontraba pegada a la pared, y la arrastró hasta colocarla ante el gran escritorio de Leazar. Se sentó y su maestro empezó a hablar.

-Ayer por casualidad me encontraba paseando y te vi con esa chica... con la Arkaniana.

Kaihn sintió un miedo increíble por dentro. Su pecho de repente se convirtió en un agujero oscuro, que sólo absorbía miedo y dolor.

-Y me gustaría que me la presentases formalmente.

Y de repente, todo cambia. Kaihn ahora se siente feliz. Lo que esperaba es que Leazar le obligase a no verla jamás... pero en cambio, estaba dispuesto a conocerla. Perfecto. En un futuro podría dejar aquella casa donde no la muestran más que desprecio e irse a vivir con ellos dos a la antigua torre. El chico estaba seguro de que allí encontraría mejor vida.

-B-Bien... pues hoy la invitaré a venir... para que puedas conocerla.

-Perfecto.-dice el maestro con una sonrisa- Tendré que acicalarme las barbas...

Kaihn sonrió, y poco después salió del despacho. Esperó un par de horas, y más entrada la mañana se dirigió a casa de Karya para anunciarle la petición de su maestro. Ella, contenta, accedió a ir, así que por la noche ambos fueron a la vieja torre, lo mejor vestidos que pudieron y se presentaron en el despacho del maestro.

-Maestro... aquí traigo a Karya-dice Kaihn con una sonrisa-

-Saludos...-dice la voz dulce de la muchacha, un tanto intimidada-

-Vaya vaya vaya... así que esta es la dama que tiene tan alocada la cabeza de mi joven aprendiz...-dice el maestro, terminando con una corta sonrisa-

Ambos muchachos sonríen y se ríen a la vez.

-Kaihn... me gustaría hablar a solas con ella. Quiero organizar un par de cosas.

-Claro maestro.-dice el chico sonriente, mientras que sale de la sala-

-Adelante, siéntate.-dice mientras le ofrece una bebida de un color verde claro, muy agradable y con un buen aroma-

La chica toma la bebida con la mano, y sentándose la deja sobre la mesa.

-Sé que tú has sucumbido a lo que sientes hacia Kaihn... puedo notarlo en tu mirada. La pregunta es, ¿ha sucumbido él también?

-Bueno...-dice mientras que da un sorbo a su bebida y la deja sobre la mesa- Parece que duda. Yo sé que él tiene miedo... ambos lo tenemos. Pero todavía somos jóvenes, nos queda mucho por vivir.


Un escalofrío placentero recorre todo el cuerpo del maestro cuando la chica menciona eso de " nos queda mucho por vivir "... y no puede evitar una sonrisa, que disimula continuando la conversación.

-Bien... pues entonces tendré que pedirte algo, antes de que sea demasiado tarde. Tienes que irte de su vida. Alejarte. Marcharte y simplemente... no volver.

-¡¿Qué?!-dice ella levantándose de su silla- No me puede pedir eso, Leazar. Con el debido respeto... usted no es quién para decidir sobre mí y mis decisiones. ¡No dejaré de lado a Kaihn por más que a usted se le antoje!

-Me imaginé que dirías eso. Pero es que él... enamorado, no me sirve de nada, ¿entiendes? Puede fracasar en sus misiones, y ese riesgo no estoy dispuesto a correrlo. Enamorado no me serviría para nada, Karya.

-No... ni por esas pienso hacerlo.

-Bueno...-el maestro sonríe perversamente- veo que le quieres mucho. Así que... vete.


Karya dudó un momento. Vete, sin más. En el fondo estaba deseando salir de allí, así que sin contemplaciones se dispuso a salir del despacho del maestro cuando notó un terrible ardor en el estómago. Ese ardor parecía introducirse en sus venas, y poco a poco notó como perdía la vista y como su cabeza le daba vueltas...

La chica cayó muerta instantes después. Leazar se puso de pie, mirando la taza envenenada que le había ofrecido a Karya, conservando la malévola sonrisa.
Tomó un bláster que tenía por ahí, de alguna antigua batalla, y disparó un par de veces contra el cuerpo de Karya. Después, prendió su sable y le propinó varios cortes, ninguno de ellos mortal. El cuerpo muerto de la chica comenzó a sangrar. Leazar lo arrastró hacia la ventana. La abrió, y lo dejó caer desde los 20 metros de altura. El cuerpo, antes de golpearse contra el suelo se quedó levitando por acción del maestro. Después, éste saltó hacia abajo. Tomó el cuerpo de la chica en brazos, y lo echó en su nave. Se montó, y cerró las compuertas del asiento de Karya, para que no pudiese ser vista. Se dirigió a la entrada principal de la torre, donde se encontraba Kaihn. El maestro abrió el cristal.

-Kaihn, voy a llevar a Karya a su casa. Se ha hecho tarde, y me ha pedido que la lleve rápido antes de que la echen en falta.

-¡De acuerdo!-dijo el chico, sonriente-


Antes de llegar a casa de los Arkanianos, Leazar estrelló su nave contra una roca. Salió de ésta, y empezó a movilizar rocas hacia ella para romperla. Más tarde, sacó el cuerpo de Karya y lo dejo en el suelo. Él, se hizo varios cortes en cuerpo y túnica, y se dio un par de golpes en la cara.

Dolorido, el viejo caminó como pudo hasta la torre, donde Kaihn, asustado, salió corriendo hacia él.

-¡Maestro! ¡¿Qué ha pasado?!

-Kaihn... los cazarrecompensas... dispararon contra mi nave y la derribaron...

El chico miró hacia todos los lados, desesperado.

-¿Y Karya? ¡¿Dónde está?!

El maestro agachó su cabeza, doliéndose de sus heridas y Kaihn entendió perfectamente el mensaje.

-¡¡NO!! ¡¡NO PUEDE SER!! ¡¿POR QUÉ?!

-Sospecho que pensaron que ella nos filtraba algún tipo de información... por lo que escuché mencionar al Arkaniano.

-Su padre... ¡¿qué dijo?!

-Dijo que tenía que pagar por haberles traicionado...


El maestro podía notar una fuerte influencia que salía del cuerpo del muchacho, y agachó para evitar ser visto al esbozar aquella malvada sonrisa.

-Creo que ya sabes lo que tienes que hacer...-dice el viejo levantando la cabeza-

Kaihn dejó el herido cuerpo de Leazar en el suelo y se dirigió hacia la morada de Karya, donde encontró su cuerpo. Al ver eso, unos rayos empezaron a brotar de sus brazos... y rompiendo la valla, penetró en la casa de la familia Arkaniana.

. . .

Todo estaba destruido. Las ruinas de lo que antes era una bonita casa ardían, y escombros, cristales y cadáveres hacían de aquel terrible paisaje un cementerio improvisado. Keenth, sus cazarrecompensas y su hijo estaban muertos. La casa destruida... y la mujer con una fuerte herida en el estómago.

Kaihn se acercó a ella, haciendo sonar los escombros y cristales al pisarlos. La arkaniana pudo ver en aquellos ojos, ahora completamente rojos, la ira de los Sith personificada.

No podía hablar. Estaba muy cansada, y apenas podía respirar. El muchacho se puso de pie, frente al cuerpo yacente de ella, en el suelo, con la cabeza levantada y mirándole.


-La matasteis...

La Arkaniana no entendía nada. Pero antes de que pudiese si quiera mover la mano para pedirle al joven una tregua, unos rayos de color rojo ya estaban rodeando su cuerpo, quemándola de gravedad y arrebatándole la vida muy lentamente...

El chico, después de haber destruido todo lo que se había ante puesto a él, salió de lo que antes era la casa. Se acercó al cuerpo inerte de la muchacha... y se tumbó junto a él, deseando no despertar jamás.

. . .

Un hombre encapuchado se encontraba de rodillas con la cabeza agachada, sobre lo que parecía ser una tumba. Una lápida de piedra, de al menos medio metro se postraba frente a él, serena e impertérrita.

Una sombra se acerco al hombre por detrás, y con una voz fría comentó:


-Hoy es el octavo aniversario de su muerte, Kaihn. Y todavía sigues aquí, llorándole a una esencia que no te pertenece.

El encapuchado se ofendió un poco, pero se reprimió y se limitó a contestar.

-Quizás usted no lo entienda, maestro. Pero la quería, y aunque su esencia no será mía jamás sí que puedo recordarle que todavía la llevo dentro de mí.

Kaihn se quedó allí dos horas más. Leazar no aguantó ni 5 minutos, y se largó.


Su Aprendiz desde la muerte de su querida... lo que fuese, no había sido el mismo. Ya no hablaba. Ya no se relacionaba. Se había convertido en un tipo realmente peligroso... y eso le encantaba. Su plan había salido a pedir de boca.

Pasadas las dos horas, el muchacho se puso en pie y se encaminó al viejo bosque cercano, para dar una vuelta. Por allí solían pasear... pero ya no había más paseos. Llevaba ocho años sin paseos... pero aquel en concreto, sí sería digno de recordar.


El holograma se apaga lentamente.


Continuará. Espero que os haya gustado.
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Mensaje por Defiance Sáb Ene 12, 2013 10:46 am

UP.
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[Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron] Empty Re: [Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron]

Mensaje por Vúllix Sáb Ene 12, 2013 10:58 am

Dios mío, tienes un don para ésto en serio, relatas cada acontecimiento de una manera impresionante, mis más sinceras enhorabuenas pero también he de decir que un sable láser no puede hacer que la sangre fluya por el exterior ya que tras recibir el corte el láser funciona de ''tapón''.
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[Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron] Empty Re: [Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron]

Mensaje por Defiance Dom Ene 13, 2013 4:43 pm

Sí, eso lo sé. Bueno, una errata. Supongo que es algo que no pensé así.
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[Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron] Empty Re: [Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron]

Mensaje por Relan Dom Ene 13, 2013 10:50 pm

Domivet escribió:UP.
Calma, los UP en roleos escritos en que tu mismo narras historias tuyas o de terceros no necesitan estas dos letras, aquí en un roleo sin obtención lo importante son los buenos comentarios y buenas criticas de parte de todos los usuarios de esta comunidad, que de mi parte te felicito por esta historia y tu esfuerzo.

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[Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron] Empty Re: [Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron]

Mensaje por Defiance Miér Ene 16, 2013 5:35 pm

Relan escribió:
Domivet escribió:UP.
Calma, los UP en roleos escritos en que tu mismo narras historias tuyas o de terceros no necesitan estas dos letras, aquí en un roleo sin obtención lo importante son los buenos comentarios y buenas criticas de parte de todos los usuarios de esta comunidad, que de mi parte te felicito por esta historia y tu esfuerzo.


Ah, disculpa. No sabía eso.

Bueno, pues gracias. Quizá siga con este roleo, o empiece con otro que llevo pensando ya un par de semanas. Mejor estructurado que éste, que ha sido bastante improvisado.
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[Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron] Empty Re: [Roleo de Artus Prime] Juego de dos [Ergeron]

Mensaje por Defiance Jue Ene 31, 2013 11:42 pm

Retomo este roleo que dejé hace tiempo. No por falta de ideas. Ideas tenía varias pero digamos que ninguna de ellas me convencía al 100 %. Así que después de ya bastante tiempo para pensar, crearme mis historias y también haber hecho otros roleos, continúo con éste que gustó a la gente.


Capítulo IV


Mientras caminaba, miraba cada árbol como si el propio tronco le trajese mil recuerdos. Para Kaihn, esos años sin ella habían sido difíciles. El frío era más frío sin ella. El aire ya no oxigenaba sus pulmones... había palidecido incluso.
Se apoyó en un árbol donde solían ir ambos. Tantos recuerdos... tanto tiempo que, pudiendo haber sido aprovechado, ha sido tirado en vano por el capricho de unos y la demencia de otros.


-¿Por qué todo es tan injusto?-pensó Kaihn-

Nadie podía darle una verdadera respuesta a eso. Hasta entonces, no había obtenido respuestas, sólo consuelos. Pero a él los consuelos no le valían. A pesar de haber asesinado a los culpables de la muerte de su amada, no se había sentido mejor. Quizá él no necesitaba venganza. Quizá él necesitaba otra cosa para sustituir al dolor. Se sentó al pie de un árbol y cerró sus ojos.
Kaihn tras un buen rato de meditación llegó a una conclusión: tenía que salir en busca de algo que llenase más su vida.
Así que, para no perder tiempo, se dirigió hacia la torre donde se encontraría su maestro, como siempre sumido en su lectura y escritura continua.

-Maestro. Necesito hablar con usted.

-¿Qué sucede, muchacho?

-He decidido irme por un tiempo.

-¿Y por qué?

-Por un lado me siento encerrado en este lugar... así que había pensado que no estaría de más buscar vida en otros lugares.

-Hmmm... está bien. Te daré la oportunidad de irte, con una única condición.

-¿Cuál?

-Si te necesito, deberás de estar disponible para mí.

-Acepto.


Kaihn se sintió bien después de saber que su Maestro no había puesto pegas, ni se había cabreado como solía hacer. Un tanto extraño, pero bueno. Había que aprovechar el motivo. Fuese el que fuese.
Acomodó las pertenencias que se quería llevar en su nave, y puso rumbo a Coruscant. Un Sith allí era un tanto extraño, aunque él no era realmente un Sith. Era más bien un tipo solitario a ojos de otros. Así que, para ello, decidió crearse otra identidad. Dejó de lado sus túnicas Sith y sus sables. Quería comprobar si empezando una vida diferente las cosas le irían mejor.

Aterrizó su nave en una plataforma, junto con otras muchas. Para él todo eso era nuevo... desde siempre se había criado en Arkania, al más puro estilo humilde. Conocía otros planetas, otras razas y demás, pero Coruscant tenía algo distinto. Comenzó su viaje caminando por las calles de aquel ajetreado lugar. Cientos de razas y de tipos de robot se paseaban por allí. Pero no sabía a quién debía mirar, ni cómo debía de hacerlo. No sabía nada de aquella gente. Entre esa gran masa, Kaihn no era más que un punto negro. Pero no era tiempo de pararse a pensar en esas cosas. Debía de encontrar un modo de ganar dinero. Y rápido. Entró en una pequeña cantina, que no estaba demasiado lejos de la plataforma de aterrizaje, y además, según los planos que había visto, se encontraba más o menos centrada en la zona que a él le interesaba conocer primero. Así que, empezaría por ahí...

Un tipo que parecía una mezcla entre un Falleen y un humano se encontraba detrás de la barra.

-Disculpe, señor. Soy nuevo por aquí, y estoy un poco perdido. ¿Conoce algún modo de que pueda ganar dinero?

-¿Ganar dinero? Yo podría ofrecerte un empleo como repartidor. Pero no esperes que te pague mucho. Con esa cara de idiota dudo que puedas llegar dos edificios más allá sin perderte.-dijo malhumorado-


Kaihn se contuvo y se rió por dentro. Lo fácil que sería matarlo hacía que su odio se transformase en algo cómico, así que se limitó a sonreír.

-Eh, Nhyrral. Deberías de ser más amable con tus trabajadores, ¿no crees?

Kaihn se giró para ver de dónde procedía esa nueva voz. Sentada a un lado de la estancia había una mujer joven. Quizá un tanto más que Kaihn.

-¡Tú quién eres para decirme nada! Estúpida...

La mujer se empezó a reír y se puso de pie. Se apartó su pelo marrón, que caía por el flequillo sobre su frente y se acercó a Kaihn.

-Necesitamos a alguien que nos ayude a transportar una serie de cosas... objetos en definitiva. Alguien que sea comprometido y que tampoco pretenda enriquecerse de un modo exagerado.

-Creo que soy la persona que necesitáis. Me llamo Kaihn.

-Uhm. Kaihn. Bonito nombre, yo soy Yelia.-dijo ella tendiendo su mano-

-Encantado, Yelia.

Kaihn estrechó la mano de la mujer.

Las cosas no iban tan mal como se esperaba. Al menos, tenía trabajo... y eso era lo importante.

-Te dejaré que te hospedes aquí, en el local. Tenemos algunas habitaciones, así que... puedes quedarte.

-¡Pero levántate pronto, gandul! Este trabajo no lo puede hacer cualquiera-berreó el malhumorado híbrido-


Kaihn tomó sus cosas y subió hacia el piso de arriba. Las escaleras parecían un tanto viejas, y el material grisáceo que cubría las paredes estaba bastante desgastado. Llegó hasta un pasillo largo y pequeño en el que había varias puertas. Se quedó parado en seco, como si de repente sus músculos no respondiesen a sus órdenes. Respiró hondo un par de veces, cuando unas voces jóvenes le interrumpieron. Dos muchachas de cerca de 15 años salieron de una de las puertas del pasillo. Cuando vieron a Kaihn se quedaron quietas un momento. La más alta, aunque seguía siendo baja, tenía un parecido bastante grande con Yelia. La otra, más bajita, era una chica rubia de ojos azules que brillaban rebosantes de inocencia.

-¿Quién eres tú?-preguntó la morena-

-Soy... Kaihn.

-Vaya, Kaihn. ¿Qué haces por aquí? Esto no es más que una cantina de poca monta, y tú no pareces un viajero normal.

-Lo cierto es que estoy trabajando para Yelia y para... Nhyrrel. O Nhyrral, no recuerdo cómo se llama.

-Nhyrral.-aclaró la rubia riéndose un poco- Yo soy Luannia, y ésta es Emelyn.

-Aunque puedes llamarme Eme-comentó la morenita con una sonrisa amplia-

-Bueno. Gracias por vuestro recibimiento, Luannia y... Eme. Pero estoy un poco cansado. Necesito echarme un rato a dormir.

Kaihn entró en la puerta más próxima. Las chicas se quedaron quietas hasta que cerró la puerta, y después corrieron escaleras abajo para reunirse con Yelia, como todos los días. La encontraron arreglando un problema que había tenido el híbrido con uno de los focos de luz. Yelia, a pesar de ser una mujer que más bien parecía una persona creada para ser mantenida, era bastante independiente. Una luchadora en definitiva.
Las chicas corrieron hacia ella, entusiasmadas.

-¿Quién es ese chico?-preguntó Luannia, sonriente-

-¡Seguro que te gusta!

-Eh, eh. Chicas, tranquilas...-Yelia sonríe- Sólo ha venido porque necesita trabajo, nada más.

-Ya... claro.


Las tres continuaron bromeando y riéndose por largo rato. Mientras tanto, en aquel cuartucho mal hecho, a Kaihn seguía dándole vueltas la cabeza. Pensaba en mil cosas a la vez y sentía que iba a estallar. Pero entre tanto se dio cuenta de una cosa. Por unos minutos, aunque hayan sido breves, había logrado olvidarse un poco del ruido que había en su alma. Había logrado sofocar esa llama que llevaba tiempo quemándole por dentro. Pero una cosa estaba clara. No iba a apagarla del todo jamás, o si lo hacía, tenía claro que iba a tardar mucho tiempo.

Pasaron los meses. Un día clónico al otro. Siempre la misma rutina. Todo era muy decepcionante para cualquiera que tenga una mente dispuesta a soñar. A Kaihn no le parecía ni bien, ni mal. Se limitaba a cumplir órdenes y a entrenar cuando nadie le miraba, y en lugares secretos. Yelia sospechaba de él. Era un muchacho frío, distante. Y de vez en cuando se iba. Pero era esa personalidad tan indiferente lo que le atraía tanto. Sentía que tenía que saber sobre él. Le picaba la curiosidad... y aunque trabaron algo parecido a una amistad, Kaihn nunca llegó a responder a las preguntas indirectas de Yelia referidas a su pasado o al por qué de sus idas. Esto al muchacho parecía no importarle demasiado. Ni aceptaba abiertamente a la mujer, ni tampoco la rechazaba. Simplemente la toleraba.

Hasta ahora la nueva vida de aquel "ex-Sith" había sido bastante tranquila. Pero el destino no iba a permitir que alguien como él pasase desapercibido tan fácilmente.



Continuará.


Última edición por Psych el Jue Feb 07, 2013 10:22 am, editado 1 vez
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Mensaje por Darth Plagueis Jue Ene 31, 2013 11:48 pm

Está bueno, eh...
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Mensaje por Khosham Jue Ene 31, 2013 11:49 pm

Impresionante, sin palabras. Pedazo de roleo te has sacado de la manga.

Te felicito, buen trabajo.
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