[Yavin IV] ¡El regreso de Adas!
Habbo Wars :: OOC :: Desechos :: ZONA IC :: Mesa de Rol :: Historias
Página 1 de 1.
[Yavin IV] ¡El regreso de Adas!
"En mi Éxodo de unos cuantos milenios regresé a Yavin IV, me establecí allí y volví nuevamente con mis camaradas. Había un nuevo Rey ¡No podía creerlo! Decían que era la reencarnación del mismísimo Adas y al parecer así fue, cuando lo ví, estaba él con su piel oscura pero sin su máscara, se le notaba muy enojado. El se acercó a mi, me tocó el hombro y la palma de su mano me quemaba el hombro pero no sentía ningún dolor, sólo sentía el honorable saludo de Adas y de su regreso. El me quitó la mano del hombro y me hizo una seña con la mano mostrándome el camino hacia el Templo Massassi donde todos se establecieron, caminamos por un frío y oscuro sendero de piedra rodeado de vegetación a los lados y de varias Pirámides Massassis de gran altitud hasta que finalmente llegamos al Gran Templo Massassi aclamado por nuestra sub-especie Sith y aclamado como temido por muchos esclavos. Los Massassi rodeaban el camino y se reverenciaban viéndome a mi llegar con Adas, dos importantes figuras del Templo Massassi, los dos pasamos por la gran puerta ornamental y nos movimos hasta el acceso principal el cuál tenía varios guardias. Adas se veía algo feliz, así que caminó hasta mi, pegó su cabeza de mi cuello y me susurró al oído: ¡Tráeme lo que me pertenece! eso me hizo notar que no estaba satisfecho del todo y que necesitaba la ayuda de un Sabio como yo para traerle sus pertenencias lo que a el le pertenecía y le correspondía. ¿Qué mejor forma de volver a la vida? ¡Conmemorando a los Líderes! por lo que me dispuse a buscárselos, le reverencié y salí del acceso por la misma puerta de entrada lentamente..."
¡Bienvenido! exclamaba cada uno de los Massassis mientras se inclinaban y mostraban sus reverencias ante mi persona, aún tenía el rango jerárquico, almenos el mismo que tenía hace mucho tiempo. Seguía siendo un Héroe para la civilización y un fuerte servidor del Imperio Sith. Recogí mis pertenencias, las embolsé y me colgué el bolso de mi espalda agarrando también mi Espada Sith, salí de los aposentos nuevamente al Jardín y empecé a caminar por el camino pedregoso en mi travesía para devolverle sus famosas pertenencias al Rey Adas..."
Yavin IV, se encontraba el Profeta Kissai con su Espada Sith colgada de su cinturón y un bastón sobre su mano izquierda, su túnica púrpura y una armadura completamente negra adherida a su cuerpo acompañada de una máscara térmica algo poco contundente para un Massassi, este simplemente ignoraba la tipica vestimenta y decidió adecuarla a sus gustos y a su cuerpo. Tras pasar el camino pedregoso llegó a una clase de hangar donde estaba un Infiltrador Sith con placas de oro y un color dorado. Abrió las compuertas presionando su cinturón y se subió a su nave, se acomodó en el asiento, cerró las compuertas nuevamente, encendió los motores y finalmente colocó en las coordenadas que iría al Planeta Korriban. Su nave ascendió automáticamente, se acomodó en el cielo, subió la atmósfera y salió al hiperespacio. Tras un viaje largo y rápido entró a la atmósfera de Korriban viendo el árido terreno de la corteza terrestre ni siquiera se veía una extensión o flujo del río en la corteza, sólo terreno desiértico y edificaciones abandonadas mientras que al otro lado estaba la Capital de los Sith y Hogar del Imperio Sith. Su nave ya se encontraba en el planeta por lo que sobrevolaba el Desierto en busca de un hangar por lo que vió uno, estaba justamente al lado de la Academia Sith de Korriban. Aterrizó ahí de forma brusca, desplegó el tren de aterrizaje y abrió las compuertas, viéndose bajar a una presencia oscura de piel roja con una tenebrosa armadura y una máscara poco contundente. Venía bajando Dakhan con su Bastón de madera dando fuertes pasos por las escaleras por lo que vió ahora a dos Soldados Sith ¡Identifíquese! ―exclamó el Soldado Sith― mientras que el Kissai con su gruesa voz respondió ¡Talgath Dakhan! ―gritó, mientras lanzó un empujón de la fuerza― el Soldado Sith salió volando al otro lado y el que estaba a su lado no comentó, se sintió hostigado y asustado y simplemente salió corriendo. Tras bajar las escaleras, caminó por el hangar tranquilamente observando el panorama y caminó hasta salir de él, pisando ahora el terreno árido de Korriban, posiblemente se dirigiría a la Antigua Ciudad de Korriban, abandonada y muy diferente a la actual. ¡Horrible calor! ―se exclamaba a si mismo con enojo― Caminaba por el desierto notando las grandes dunas y columnas como las grandes ruinas que habían por todo el establecimiento. Seguía y seguía caminando, el cansancio era muy grande. Encontró una gran Pirámide al frente suyo, en la cuál empezó a subir las escaleras y en ella visualizó todo un matadero lleno de cadáveres de Caballeros Jedis, le parecía gracioso por lo que esbozó una gran sonrisa, al otro lado podía ver la antigua ciudad de Adas y su reinado, ese era el punto y donde se encontraba el Sepulcro de Adas. Ahí debía dirigirse, sin más bajó las escaleras por donde subió de forma rápida y pisó tierra nuevamente.
Este después de una larga caminata acabó en las caídas murallas de la vieja y enigmática ciudad de la antigua Korriban que pertenecía al arcaico reinado del Rey Adas. Aún se notaba el poder acumulado mediante la hechicería en cada monumento, extensión o terreno anexado a la vieja ciudad. Dakhan caminaba lentamente y observaba el entorno, se dirigió al punto de interés que era la oscura plaza de Korriban. Alzó su bastón y se quedó viendo la fontana que ya ni tenía agua, ni podía echar más agua como al otro lado vió el sepulcro que también era una pirámide tallada en piedra tosca, concreto y mucho oro a su alrededor para hacerlo lujoso. Su entrada estaba hecha de níquel, oro y cobre con extensiones de acero mandaloriano. Era lo más lujoso que Dakhan podía haber visto en su vida, sin más continuó el camino notando las escaleras de la gran pirámide. Las escaleras eran tan largas como cansinas, por lo que el seguía y seguía hasta que después de varios minutos llegó a la cima de la Pirámide y le dió frente a la gran puerta forjada en materiales y joyas. Habían dos estatuas alrededor, se veían amenazadoras y cada una tenía una lanza del mismo material pedregoso. El Kissai alzó su Bastón y dijo ¡Yo los reclamo! ¡Guardianes! ―gritó a las dos estatuas― por lo que ambas estatuas cobraron vida, moviendo su boca como si nada y estas dos exclamaron al mismo tiempo y con la misma voz ¿Quién osa a despertarnos y a profanar el Templo de Adas? ―ambos dijeron con una voz demasiado gruesa― y el Kissai respondió ¡Vengo a reclamar lo que le pertenece a Adas! ¡Vengo bajo su mandato! ―dijo el Kissai mirándoles fijamente― Por lo que las estatuas de piedra se le quedaron mirando fijamente y al notar su esencia, idéntica a la de Adas ambos sucumbieron, se volvieron nuevamente de piedra y la entrada se abrió por un fuerte impulso sonando en casi todo el desierto como si hubiera una gran explosión, la zona se encontraba oscura pero estaba tan agrietada que el sol se podía meter por las zonas más pequeñas y proporcionar luz al entorno.
La pasión por no decepcionar a Adas, le mantenía caminando por el Templo en busca de las catacumbas por lo que encontró un acceso que tenía una escalera, tras verla unos minutos se decidió y la bajó observando cada escalera y cada sonido que asolaba el lugar. No sentía miedo, ni remordimiento ni importancia, sólo sabía que el líder que les tendió la mano había vuelto. El siguió su trayecto, hasta que finalmente se topó con una urna que estaba en medio de la sala rodeada de varias riquezas como oro, estatuillas y varios detalles seguramente saqueados durante la Antigua República Galáctica. El simplemente se movió hasta la tumba, esta se encontraba rodeada de un aura negra y muy oscura, era un hechizo que le asolaba por lo que movió su bastón, empezó a recitar unas cuantas palabras en un Idioma que no era entendible, era el Idioma Sith cuando con su mano derecha agarró un libro de su cinturón, empezó a leerlo y recitó también las palabras de ahí por lo que las puertas de la urna estallaron y las cadenas que la cubrían salieron disparadas al techo cayendo en otro lugar. Dakhan observó la tumba cuidadosamente, ahí notó un par de objetos primero había una máscara dorada, segundo había una armadura marrón al parecer era de ébano y tercero había una gran hacha de guerra, el arma favorita de Adas. El Kissai agarró los objetos y los adentró en su bolso, lo cerró, aunque el hacha no cabía por completo y su parte trasera se notaba. El salió del sepulcro, subiendo las frías y empedradas escaleras del Sepulcro hasta que llegó al acceso principal ahora saliendo del Templo Sith. Notó la gran luz solar, se vió su muñeca la cuál tenía un GPS y presionó un botón del lado izquierdo... lo que daría sus coordenadas, tras varios minutos su Infiltrador Sith se estacionó justamente al frente de él, el se subiría a su Nave Sith y ahí se acomodaría, también colocando el bolso en el suelo y colocando en las coordenadas: Yavin IV, tras hacer esto su nave ascendió y salió velozmente de la Superficie de Korriban, pasando la atmósfera.
OBTENGO:
Hacha de Adas
Armadura de Ébano de Adas
Máscara de Sith'ari
(PIDO DISCULPAS POR EL TAMAÑO, ESTOY UN POCO CORTO DE TIEMPO, ESPERO UN POCO DE COMPRENSIÓN)
¡Bienvenido! exclamaba cada uno de los Massassis mientras se inclinaban y mostraban sus reverencias ante mi persona, aún tenía el rango jerárquico, almenos el mismo que tenía hace mucho tiempo. Seguía siendo un Héroe para la civilización y un fuerte servidor del Imperio Sith. Recogí mis pertenencias, las embolsé y me colgué el bolso de mi espalda agarrando también mi Espada Sith, salí de los aposentos nuevamente al Jardín y empecé a caminar por el camino pedregoso en mi travesía para devolverle sus famosas pertenencias al Rey Adas..."
Yavin IV, se encontraba el Profeta Kissai con su Espada Sith colgada de su cinturón y un bastón sobre su mano izquierda, su túnica púrpura y una armadura completamente negra adherida a su cuerpo acompañada de una máscara térmica algo poco contundente para un Massassi, este simplemente ignoraba la tipica vestimenta y decidió adecuarla a sus gustos y a su cuerpo. Tras pasar el camino pedregoso llegó a una clase de hangar donde estaba un Infiltrador Sith con placas de oro y un color dorado. Abrió las compuertas presionando su cinturón y se subió a su nave, se acomodó en el asiento, cerró las compuertas nuevamente, encendió los motores y finalmente colocó en las coordenadas que iría al Planeta Korriban. Su nave ascendió automáticamente, se acomodó en el cielo, subió la atmósfera y salió al hiperespacio. Tras un viaje largo y rápido entró a la atmósfera de Korriban viendo el árido terreno de la corteza terrestre ni siquiera se veía una extensión o flujo del río en la corteza, sólo terreno desiértico y edificaciones abandonadas mientras que al otro lado estaba la Capital de los Sith y Hogar del Imperio Sith. Su nave ya se encontraba en el planeta por lo que sobrevolaba el Desierto en busca de un hangar por lo que vió uno, estaba justamente al lado de la Academia Sith de Korriban. Aterrizó ahí de forma brusca, desplegó el tren de aterrizaje y abrió las compuertas, viéndose bajar a una presencia oscura de piel roja con una tenebrosa armadura y una máscara poco contundente. Venía bajando Dakhan con su Bastón de madera dando fuertes pasos por las escaleras por lo que vió ahora a dos Soldados Sith ¡Identifíquese! ―exclamó el Soldado Sith― mientras que el Kissai con su gruesa voz respondió ¡Talgath Dakhan! ―gritó, mientras lanzó un empujón de la fuerza― el Soldado Sith salió volando al otro lado y el que estaba a su lado no comentó, se sintió hostigado y asustado y simplemente salió corriendo. Tras bajar las escaleras, caminó por el hangar tranquilamente observando el panorama y caminó hasta salir de él, pisando ahora el terreno árido de Korriban, posiblemente se dirigiría a la Antigua Ciudad de Korriban, abandonada y muy diferente a la actual. ¡Horrible calor! ―se exclamaba a si mismo con enojo― Caminaba por el desierto notando las grandes dunas y columnas como las grandes ruinas que habían por todo el establecimiento. Seguía y seguía caminando, el cansancio era muy grande. Encontró una gran Pirámide al frente suyo, en la cuál empezó a subir las escaleras y en ella visualizó todo un matadero lleno de cadáveres de Caballeros Jedis, le parecía gracioso por lo que esbozó una gran sonrisa, al otro lado podía ver la antigua ciudad de Adas y su reinado, ese era el punto y donde se encontraba el Sepulcro de Adas. Ahí debía dirigirse, sin más bajó las escaleras por donde subió de forma rápida y pisó tierra nuevamente.
Este después de una larga caminata acabó en las caídas murallas de la vieja y enigmática ciudad de la antigua Korriban que pertenecía al arcaico reinado del Rey Adas. Aún se notaba el poder acumulado mediante la hechicería en cada monumento, extensión o terreno anexado a la vieja ciudad. Dakhan caminaba lentamente y observaba el entorno, se dirigió al punto de interés que era la oscura plaza de Korriban. Alzó su bastón y se quedó viendo la fontana que ya ni tenía agua, ni podía echar más agua como al otro lado vió el sepulcro que también era una pirámide tallada en piedra tosca, concreto y mucho oro a su alrededor para hacerlo lujoso. Su entrada estaba hecha de níquel, oro y cobre con extensiones de acero mandaloriano. Era lo más lujoso que Dakhan podía haber visto en su vida, sin más continuó el camino notando las escaleras de la gran pirámide. Las escaleras eran tan largas como cansinas, por lo que el seguía y seguía hasta que después de varios minutos llegó a la cima de la Pirámide y le dió frente a la gran puerta forjada en materiales y joyas. Habían dos estatuas alrededor, se veían amenazadoras y cada una tenía una lanza del mismo material pedregoso. El Kissai alzó su Bastón y dijo ¡Yo los reclamo! ¡Guardianes! ―gritó a las dos estatuas― por lo que ambas estatuas cobraron vida, moviendo su boca como si nada y estas dos exclamaron al mismo tiempo y con la misma voz ¿Quién osa a despertarnos y a profanar el Templo de Adas? ―ambos dijeron con una voz demasiado gruesa― y el Kissai respondió ¡Vengo a reclamar lo que le pertenece a Adas! ¡Vengo bajo su mandato! ―dijo el Kissai mirándoles fijamente― Por lo que las estatuas de piedra se le quedaron mirando fijamente y al notar su esencia, idéntica a la de Adas ambos sucumbieron, se volvieron nuevamente de piedra y la entrada se abrió por un fuerte impulso sonando en casi todo el desierto como si hubiera una gran explosión, la zona se encontraba oscura pero estaba tan agrietada que el sol se podía meter por las zonas más pequeñas y proporcionar luz al entorno.
La pasión por no decepcionar a Adas, le mantenía caminando por el Templo en busca de las catacumbas por lo que encontró un acceso que tenía una escalera, tras verla unos minutos se decidió y la bajó observando cada escalera y cada sonido que asolaba el lugar. No sentía miedo, ni remordimiento ni importancia, sólo sabía que el líder que les tendió la mano había vuelto. El siguió su trayecto, hasta que finalmente se topó con una urna que estaba en medio de la sala rodeada de varias riquezas como oro, estatuillas y varios detalles seguramente saqueados durante la Antigua República Galáctica. El simplemente se movió hasta la tumba, esta se encontraba rodeada de un aura negra y muy oscura, era un hechizo que le asolaba por lo que movió su bastón, empezó a recitar unas cuantas palabras en un Idioma que no era entendible, era el Idioma Sith cuando con su mano derecha agarró un libro de su cinturón, empezó a leerlo y recitó también las palabras de ahí por lo que las puertas de la urna estallaron y las cadenas que la cubrían salieron disparadas al techo cayendo en otro lugar. Dakhan observó la tumba cuidadosamente, ahí notó un par de objetos primero había una máscara dorada, segundo había una armadura marrón al parecer era de ébano y tercero había una gran hacha de guerra, el arma favorita de Adas. El Kissai agarró los objetos y los adentró en su bolso, lo cerró, aunque el hacha no cabía por completo y su parte trasera se notaba. El salió del sepulcro, subiendo las frías y empedradas escaleras del Sepulcro hasta que llegó al acceso principal ahora saliendo del Templo Sith. Notó la gran luz solar, se vió su muñeca la cuál tenía un GPS y presionó un botón del lado izquierdo... lo que daría sus coordenadas, tras varios minutos su Infiltrador Sith se estacionó justamente al frente de él, el se subiría a su Nave Sith y ahí se acomodaría, también colocando el bolso en el suelo y colocando en las coordenadas: Yavin IV, tras hacer esto su nave ascendió y salió velozmente de la Superficie de Korriban, pasando la atmósfera.
OBTENGO:
Hacha de Adas
Armadura de Ébano de Adas
Máscara de Sith'ari
(PIDO DISCULPAS POR EL TAMAÑO, ESTOY UN POCO CORTO DE TIEMPO, ESPERO UN POCO DE COMPRENSIÓN)
Invitado- Invitado
Re: [Yavin IV] ¡El regreso de Adas!
Obtenciones Validas, Aclaro la armadura que ocuparas no tendra dinguna bonificación entre más poderes simplemente es una Armadura sin benificíos.El roleo es corto pero es lógico a la vez. Cierro Tema.
Invitado- Invitado
Temas similares
» [Roleo Yavin IV] El Regreso
» [21/02/12] Zacarias vs Adas
» Ficha de Makan Adas
» [Roleo YAVIN IV] El renacer. (Legalización YAVIN IV).
» [Yavin IV ''£.Ø''] Llegada a Yavin.
» [21/02/12] Zacarias vs Adas
» Ficha de Makan Adas
» [Roleo YAVIN IV] El renacer. (Legalización YAVIN IV).
» [Yavin IV ''£.Ø''] Llegada a Yavin.
Habbo Wars :: OOC :: Desechos :: ZONA IC :: Mesa de Rol :: Historias
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.