[Kilia IV] Asalto a la Fábrica Droide (Sin revisar)

por Invitado Dom Dic 18, 2011 1:54 am

En Kilia IV, un planeta con extensos y amplios bosques muy húmedos y llenos de largas vegetaciones con lluvia diaria, se encontraban varios sujetos en un Zigurat en la mitad de la selva con una cantidad de muros rocosos con grietas pero ahí yacá un Templo de acólitos al lado oscuro de la fuerza y jedis oscuros. El adepto del lado oscuro de nombre Irek estaba en una cámara lujosa con colecciones, todo tipo de comida y algunos hombres encapuchados que a juzgar por su temible apariencia eran la guardia personal de Darth Halten, el principal cabecilla del Templo Sith y la mano que llevaba todo, el le encomendó una misión especial a Irek y a algunos de los hombres de este. Halten se acercó a él con su temible apariencia y le entregó un mapa sobre sus dos manos diciéndole con su firme voz los datos de la misión.

Como te venía explicando necesitamos las especies artificiales denominados droides algunos estarían bien para la seguridad del Templo ya que nuestros guardianes por decirlo así están un poco... caídos, flojos de físico -dijo Halten

¿Y qué clase de droides gusta usted? -le preguntó refiriéndose a él con muchísimo respeto

Quizás algunos de combate como tu eres uno de los especialistas en este arte te daré a elegir cuáles llevarte mucho cuidado con el lugar, es muy inhóspito y tendrás compañía de seguro, puedes retirarte ya -le terminó de afirmar

Irek bajaba las húmedas escaleras con mucho cuidado para evitar cualquier resbalamiento, sin duda todo estaba húmedo en el establecimiento al completar su recorrido se dirije a la zona trasera del Templo, ahí encontraría un amplio hangar muy tecnológico y bien elaborado por los ingenieros galácticos a los que se le encomendó el plano ahí yacían todo tipo de naves desde cazas hasta naves cargueras. La misión de Irek era algo más de exploración así que decidió elegir un carguero para facilitar la carga de los droides, sin más se subió a la nave subiendo las escaleras plegables del tren de aterrizaje más atrás se subirían tres encapuchados con él. Todos se sentaron en distintos puestos, Irek se quedó de pie y se movió hasta el piloto y le susurró sobre su oído: Geonosis... El piloto no lo pensó dos veces y encendió los motores, las compuertas se cerraron automáticamente y las baterías de la nave se activaron empezando esta a elevarse y saliento finalmente de la fría atmósfera del planeta Kilia IV.

Pasaron algunos minutos desde la salida, en pleno espacio el piloto decidió tomar el vuelo mediante hiperespacio llegando facilmente a la atmósfera del planeta Geonosis este activó los escudos de la nave para evitar el calentamiento al pasar la atmósfera ya pasándola la nave se empezó a quemar un poco dejándo caer algunos restos de acero y metales de la nave, nada grave pero sería un daño para la nave, el carguero finalmente logró adentrarse en el planeta viéndose ahora grandes desiertos y guerreros geonosianos volando con sus alas y blásters de plasma también cantidades de cargueros extragalácticos moviéndose sobre la zona lo que más llamó la atención en el planeta eran las patrullas de soldados desiérticos imperiales, esto se volvió algo peligroso en Irek y tenía que ser cauteloso a la hora de entrar a los restos de la fábrica subterránea que aún seguía en funcionamiento gracias a las tropas paramilitares de los geonosianos en contra del imperio galáctico.

Geonosis, quizás un desierto inhóspito rodeado de grandes picos pedregosos y la arena con pequeños pozos de materiales sólidos, chatarra y mucho barro aún perduran sobre los terrenos las cantidades de chatarras que en algún tiempo formaron parte de las guerras clones entre la confederación de sistemas independientes y el ejército de la república, hasta el día de hoy pedura todo eso ahí. El carguero se estacionó sobre las coordenadas acordadas al lado de un vertedero con un montón de chatarra y antiguas naves clónicas como veleros solares, se abrieron las compuertas del carguero y salió Irek con tres encapuchados, uno de ellos veía su muñeca la cuál tenía una clase de GPS donde veía las coordenadas.

Señor... estamos en las coordenadas pero yo no veo ninguna fábrica será mejor que elija que hacer antes de que las patrullas galácticas vengan hacia acá y esto se vuelva un jaleo enorme -se bajó la capucha, era el Aprendiz Sith Jeth

El suelo estaba lleno de grandes cantidades de metales y de cadáveres geonosianos, sin duda era otro de los cementerios de los imperiales al ejecutar a criminales y aquellos que osen alzárse al Imperio Galáctico.

No entiendo... ¿La habrán asediado y reducido a cenizas? ¡Es imposible? -decía Irek en todo de preocupación mientras que se notaba algo de misterio en las expresiones de su rostro

Irek ¿Y si es subterránea o algo así? -dijo el otro encapuchado, al quitarse la máscara y bajarse la capucha se podía notar que era el Lord Sith Frozen.

Sin duda la mente de Irek se había despejado totalmente ya que todos carecían de tecnología mediante la fuerza el dió uso a una habilidad denominada visión de la fuerza, famosa entre algunos sensibles de la fuerza por poder ver entre materiales fácilmente y sin limitaciones, cuando movió su mirada al suelo notó que se veía un gran subterráneo similar a un edificio, esa era la intacta fábrica droide. Al otro lado había una pequeña entrada que estaba custodiado por soldados imperiales con hombreras naranja. Estos son míos... exclamó el Aprendiz Sith Jeth deslizando sus sables láser y usando la velocidad de la fuerza para acercarse a los soldados imperiales por lo que luego los asesinó cortando su cabeza y todas sus extremidades a ambas entidades en pocos segundos, se veía su gran uso de las dos disciplinas. Los tres Sith se movilizaron por los restos de chatarra adentrándose por la puerta. Frozen alistó sus manos notándose grandes protones formándose en sus manos, la energía oscura ya formada en sus manos se volvió una gran esfera que este lanzó contra la puerta destruyendola totalmente y haciendo saltar restos de metal como si fuera granizo por lo que los Sith se adentraron en el subterráneo, se podían escuchar los sonidos de la maquinaria, la fundición iluminaba todo el subterráneo y los sonidos de martillos golpeando el acero, ya negociar no se podía había que usar la fuerza bruta.

Lord Irek, tendré que darle apoyo así que iré a encargarme de los malditos esos y despejar la zona para que pueda usted llevarse los pocos droides moldeados que quedan -dijo Frozen sacando sus sables láser de sus túnicas adoptando una posición conocida de Jar'Kai

Frozen, al parecer sus instintos nunca han cambiado -dijo Irek retirándose con el aprendiz Jeth por la otra vía del subterráneo

Frozen se encontró con grandes cantidades de soldados imperiales y al parecer un general o algún oficial de alto rango a juzgar por sus vestimentas grises e insignias se le encontraba negociando con un cabecilla geonosiano. Se notó la rabia en Frozen por lo que encendió sus sables y se movió velozmente contra los soldados cortando, rasgando y golpeándolos con empujones de la fuerza. Lanzaba sus blandientes sables con mucha violencia y luego volvían a su mano se movía de forma ágil asesinando a cada uno de los soldados con una facilidad inigualable pero los soldados le superaban en cantidad y se encontraba el cansancio en Frozen por lo que el se agachó clavando los dos sables en el suelo juntando sus manos y formando grandes cantidades de energía sobre todo su cuerpo, cuando los protones se habían juntado con la energía de los midiclorianos dejó soltar una gran explosión que asesinó a todos los enemigos que se encontraban en esa area sólo dejando fuego por la zona y cadáveres.

Pero Frozen no se percató de que el cabecilla imperial había escapado por uno de los agujeros antes de la explosión por lo que Irek y el Aprendiz Jeth habían llegado a Frozen viendo la cantidad de estragos que este había causado con la explosión. Más soldados sobrevivientes se acercaban por lo que Jeth lanzó su sable láser a la altura de la cabeza de uno de estos y con su mano izquierda les lanzó varias descargas eléctricas asesinándolos fácilmente. Irek y Frozen se movieron por la misma ruta que tomó el imperial para asediarlo y asesinarlo de una vez por todas. Trás varios minutos de seguimiento y sangrientos asesinatos a siervos imperiales, llegaron hasta la fundición ahí se veian varios droides intactos y apagados, era el punto final pero el imperial contaba con algunos soldados, no eran soldados cualquiera eran tropas oscuras, soldados imperiales de armadura negra con un cristal adegano adherido al pecho de la armadura y sables de luz rojos, de apariencia temible.

Será mejor que se rindan ante el Imperio Galáctico, les ordeno que entreguen las armas y lo que han robado, están condenados a pena de muerte en nombre del Emperador y del Señor Oscuro de los Sith -exclamó el cabecilla imperial

¿Quién eres tu para decirnos que hacer? -le preguntó Irek

Me presento entonces soy el Inquisidor Imperial Jen Droh, temible procurador de justicia y responsable de la purga de milesima de herejes, deberías arrodillarte ante mi -dijo muy confiado

¡Jajajajajajaja! -las carcajadas de Frozen se escuchaban sobre toda la cámara de fundición

Tras reirse Frozen empezó el combate ya que el inquisidor enojado ordenó disparar a los Sith, ambos desviaron las cargas láser que provenían de las bovinas de los bláster reflejándolos contra los soldados y asesinando a los tiradores imperiales. Aún quedaban los renacidos los cuales empezaron a ondear sus sables láser por lo que todos se fueron en contra de Frozen y Frozen clavó su sable láser izquierdo sobre uno de ellos matándolo al instante a otro le lanzó su sable láser derecho a la altura de la cabeza, desclavó uno y atrajo el otro. Quedaba uno y clavó los dos sables láser sobre ambas costillas, asesinándole de una vez por todas. El Inquisidor se lanzó hasta Irek disparando rayos eléctricos de sus manos contra Irek el cual los resistía con los sables láser adheridos a sus muñequeras. Frozen para ayudarlo se metió por la espalda del inquisidor y al ver que este se volteó le cortó su mano derecha y luego Irek le cortó la izquierda y finalmente la cabeza con su otro sable, el inquisidor cayó muerto en el suelo, se podía notar la esencia del lado oscuro sobre el cadáver.

Jeth caminó hasta llegar a los droides intactos, según lo que notó este habían dos droides: Una magnaguardia y un droide comando serie BX, este cargó el magnaguardia con mucho esfuerzo sobre su hombro y Frozen hizo lo mismo con el comando BX, tenían ya los droides bajo su control y siguieron el mismo camino hasta llegar a la salida. Al salir notaron que el piloto estaba sobrevolando la zona así que aterrizó un poco dándole tiempo a todos de subirse, Irek y los demás se subieron dejando los droides y poniéndose comodos sobre las sillas, habían completado su misión con eficacia por lo que la nave salió de la atmósfera recibiendo algunos disparos de los imperiales que eran repelidos por el campo magnético, ya en el espacio activaron la hipervelocidad y se propulsaron hasta llega a Kilia IV.

/Si todo es válido yo obtendría lo siguiente:

Comando Droide Serie BX
Magnaguardia

Ambos servirían como NPC, que irían a mi ficha claramente.

por Luxray Dom Dic 18, 2011 1:57 am

Muy buen roleo, mis felicitaciones.

por .Cazzan. Dom Dic 18, 2011 2:25 am

Joder tio mola jeje

por Halten Vi'Kas Dom Dic 18, 2011 7:37 pm

Me ha gustado mucho. Muy interesante y bien echo.

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