Un pequeño viaje [Obtenciones] [Revisado]

SI NO HAS LEIDO LAS PARTES ANTERIORES
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Ya en Nespis, llevaba unos días recolectando información sobre la locación de la antigua biblioteca. Sólo me había topado con advertencias sobre lo peligroso que era el lugar. Yo no lo conocía.
Todas las personas con las cuales me había topado eran mercenarios, o familias de los mismos. El planeta estaba lleno de ellos, era como un centro de comercio de los mismos. A decir, una pequeña extensión de Nar Shadda. Era un planeta singular, con una atmósfera un tanto venenosa, nada buena para uno ya que estaba contaminada por los fuertes gases que emitía la nativa vegetación que había sido manipulada por científicos imperiales en años anteriores a la llegada de todos los caza recompensas y refugiados. Un lugar adecuado para llevar acabo operaciones indignas. Pero mi búsqueda me había traído aquí, y no retrocedería hasta obtener a lo que había venido.

Cuando llegué a la zona que solía estar protegida por imperiales, sentí el aire más pesado, sentía ojos en mi y no ojos con buenas intenciones. Sentía miedo en aquellos ojos, los cuales lograba divisar. Sentía su resentimiento, su desconfianza. Ellos vivían en las sombras, vivían de los placeres y del dinero, de todos aquellos malos vicios.

Caminé despacio siguiendo indicaciones de mi vista, así como los viejos y oxidados letreros que había en el lugar. ''Aléjate'' ''No sigas más'' ''Date la vuelta'' era el único mensaje que mis ojos veían escrito en las paredes. No era algo común para un área así, puesto a que sí residía gente en estos lugares. Más cautela necesitaría llevar yo con tanta advertencia. No escuché claro, fijado en un objetivo. Aquí mi entrenamiento sería puesto a prueba.

La indicación decía '' El edificio con el símbolo del imperio entre las ventanas, las cuales están rotas. Cuando llegues ahí, sabrás que has llegado al lugar correcto ''

Me extrañaba, si aquel científico había logrado atrapar personas en la biblioteca falsa, construida arriba de la verdadera... ¿Cómo un edificio del imperio? No entiendo realmente.

Asumí entonces que lo habrían construido después de la liberación del fantasma de Bok (Aidan Bok).
Pero sólo me valía de lo que pasaba por mi cabeza y de los ojos de los que me observaban. Aún así nadie se acerco. Busqué mi manera de entrar, una puerta dañada a un costado del edificio. Adentro era oscuro, húmedo, mohoso y lleno de agua. Los conductos eléctricos funcionaban a media, los bombillos fundidos debido a los cambios de potencia eléctrica. Típico escenario apocalíptico. Éste era el único edificio que no estaba iluminado completamente, sólo ciertas áreas. Veía personas moviéndose adentro, algunas otras que sólo se refugiaban en esquinas. Seguí caminando por el pasillo principal, el cual estaba iluminado. Perdí la cuenta de mis pasos, de los cuartos. De las personas que cruzaban por el pasillo, por aquellos que me temían. ¿Qué había aquí abajo?

Seguí bajando, ya que no me respondería nada más que mis ojos al verlo. Si una trampa había una vez, seguirá en pie, pues el miedo predominaba. Cuando llegué al nivel inferior, este tenía una puerta distinta, no era tecnología reciente, era de piedras y de un material bastante oxidado. Estaba cerrada, sí, pero como poca gente había aquí abajo, o eso pensaba, intenté utilizar mi sable para abrirla. En lo que lo encendí, el cuarto se iluminó de azul, y una mano tocó la mía, bajando el sable. Indicándome esta mano que me detuviera, lo hice, preguntándome por qué sería esto.

- Déjala, no lograrás abrirla igual - Dijo la extraña figura
- ¿Has intentado ya? - Le respondí al desconocido
- Sí, yo y muchos - Me dijo, viendo que me fiaba de él, entonces volviéndose hacia la luz - Eres uno de esos Yedai ¿No es así? - Se notaba su conocimiento sobre nosotros puesto a que pronunciaba el nombre mejor que otros que no nos conocían antes.

- Así es, soy un Jedi - Dije acentuando la última palabra, para corregirlo de su error - Pero en estos momentos soy sólo un humilde viajero, en busca de lo que antiguos dejaron atrás -

- Interesante, así que un Jedi - dijo intentando reír, para corregir su primer dicho - en busca de tesoros...

- Tesoros si quieres llamarle, claro - Me pausé para reír luego de su corrección - para nosotros los Jedi, éstos son tesoros - Terminé la frase colgando mi sable en mi cinturón, denotando que el individuo todavía no tenía actitudes hostiles.

- Mi nombre es Egroj - Respondió el otro.

- Eresse Shan, un gusto - Respondí yo extendiéndole la mano.

Hablamos durante un tiempo, este me explicó a que se dedicaba y que hacía aquí.

- Pues, como me preguntabas, yo resguardo este lugar. Se me paga bien y tengo dos días libres, lo cual me agrada. Nadie viene tan abajo, sólo tontos por dinero que buscan los tesoros de los que muchos hablan, los que están detrás de esta puerta - No pausó ni una sola vez, pero me confundieron sus palabras

- Espera - Dudé mi pregunta - ¿Pagan bien? ¿Quién te paga?

Era bastante extraño ¿Quién querría guardar esto?
Aquí sólo llegaban saqueadores, y alguien quería guardarlo.

- Me paga un anciano, que reside aquí abajo - Me respondió ingenuo
- ¿Puedes llevarme con él? - Le pregunté de inmediato
- Sí, vive aquí abajo - Me contestó señalándome el camino

Completamente extraño.

Caminamos, alrededor de veinticinco metros por el pasillo, el cual era iluminado por mi sable láser. Al llegar al punto, nos dimos la vuelta a un amplio cuarto que había a un costado. En él se notaba un área de descanso, iluminado naturalmente por un tipo de vegetación extraña que crecía en el lugar. Podía sentir la fuerza fluir dentro de ésto. Esto me extrañaba aún más.

- Espera aquí - Me dijo Egroj

Entonces se acercó a la mesa que había en el cuarto e hizo unos toques en la misma, sonando una especie de cascabel. Detrás de la pared, apareció un anciano, que se encontraba en un ''compartimiento'' secreto del lugar. Este claramente había sido adepto de la fuerza con anterioridad.
Pero algo no encajaba. Si Aidan Bok había muerto, quien más querría esta biblioteca.

Egroj le susurró al viejo, y esto se levantó para recibirme. Abrió sus brazos y de su deteriorada boca replicó

- Saludos, viajero - Frenó para acercarse - Mi nombre es Aidan Bok - Lo detuvo ahí, tomando mi sable láser.

- Aidan Bok murió hace cientos de años - Coloqué mi sable frente a mi evitando que estos me hicieran daño, ya que había descubierto su ''trampa'' - ¿Quienes son? - Entonces demandé información de estos amenazándoles con el sable láser.

- Calmado, viajero - Dijo el viejo luego de verse amenazado - Veo entonces que conoces sobre Bok - Este se hizo hacia atrás y se sentó nuevamente en la silla donde apareció - Puedes calmarte compañero - Empezó entonces a relatar su historia...

- Mi nombre es Samot Etnafele, serví a la orden Jedi durante muchos años. Emprendí un viaje para conocer el destino de algunos de quienes me informé durante mi entrenamiento. Cuando la República lanzó un ataque para recuperar Nespis VIII muchos Jedi lo utilizaron como refugio. Claramente, ninguno de nosotros logró penetrar las defensas colocadas por los imperiales durante su estadía aquí. La biblioteca, o lo restante de ella, está sellada bajo la falsa, que está justo al pasar por el cuarto del cual salí. Yo estoy muy viejo para hacerlo, y la única que logró pasar esta biblioteca, la pasó mediante la ayuda de Aidan. Ella desapareció, puesto a que no tenemos más información sobre ella. Egroj ha intentado ayudarme a investigar, pero su sensibilidad a la fuerza es casi nula, por ende no hemos logrado mucho. Entonces decidí esperar, a que algún viajero como tú llegara. Pero debía entonces saber si eras tú quien debía pasar, conociendo tus intenciones - Paró de hablar para señalar mi túnica - Y eso que llevas ahí me ha dicho todo, Guardián Shan -

Entonces descubrí mi cuello, mostrando el cristal blanco que llevaba amarrado al mismo.

- Hermano, has venido desde lejos para buscar sabiduría en esta biblioteca. Espero que la encuentres, y que encuentres todo lo que buscas - El viejo entonces cayó de la silla, respirando con dificultad. La edad y las condiciones del lugar debieron haberlo dejado en tan mal estado.

Egroj se acercó a ayudarlo, pero lo detuve.

- Déjalo, amigo mio. Es tiempo de que descanse como se lo merece - Entonces proseguí a recostarlo sobre la mesa que había en el lugar - Espérame aquí. El vivirá hasta que regrese, tenlo por seguro

En eso caminé al banquillo, y me senté, hundiéndome en el suelo, y llegando a un cuarto diferente.

La biblioteca falsa posaba frente a mi.


------------------------------------------------- *Edit, continuación

Se notaba que los libros eran falsos, todos escribían títulos distintos. Todos eran archivos con el mismo contenido. Pero no encajaba por qué se hacía llamar trampa. Seguí caminando por la biblioteca, por las marcas que había dejado Samot en el suelo, marcando una especie de camino. Samot había estado intentado descifrar el camino para llegar a la verdadera biblioteca.

Seguí lo que el viejo había marcado, y con simplemente observar mi alrededor, denoté el cuarto que había detrás de una pared. Camuflajeada estaba la ventana, parecía ser la misma pared. Dí un salto hacia la misma, aventando mi sable para romperla. Al traspasar esta, vi algunos soldados muertos, y tuve que taparme la nariz, ya que el lugar apestaba a muerto. Busqué entre las vestimentas de los mismos por algún tipo de llave. Dentro de una de las túnicas la había. Activé la puerta y me encontré con un pasillo, cubierto por plantas de todos lados. Debía tener cuidado con las mismas, ya que desconocía sus efectos. Caminé hacia un esqueleto que colgaba de la pared, y tomé sus llaves, una para el laboratorio a donde había llegado, y la otra era extraña, era de oro y pesaba mucho más.

Registré durante casi una hora, pero no encontré nada más que plantas extrañas, que habían devorado con el tiempo el lugar. De el cinturón de uno de los soldados había unos explosivos. Los armé y tomé los controles a distancia. Dejé los mismos en lugares clave.

Salí al pasillo principal, tomando a Samot, mientras Egroj me seguía. Este último tomando su armamento, y las antiguas pertenencias del viejo. Cerré la puerta sellando aquella biblioteca falsa. Caminé hacia la extraña puerta que había visto antes, la cual ahora estaba iluminada, y cada vez se iluminaba más, mientras acercaba el extraño artefacto que había conseguido en la biblioteca falsa. Este, al ser colocado en una ranura peculiar, abría la puerta, la cual había estado sellada desde hace cientos de años, de cuando Bok la utilizaba. Me adentré en la misma, nuevamente dejando a Egroj atrás. Inspeccioné los restantes libros del lugar, los que no servían, o conocíamos los dejé atrás. Entre ellos encontré uno que se titulaba ''El libro de los caballeros Jedi''. Lo tomé y lo introduje en la maleta que cargaba. Conjunto con este, tomé algunas biografías que me importarían. Otro libro que yacía en la biblioteca se titulaba '' El código Jedi: Vida '' y fué a parar a mi maleta, conjunto con otras novelas interesantes, escritas por Jedi.

Dejé otro explosivo en la biblioteca, y la sellé. Antes de que la puerta se cerrase, lancé el artefacto adentro de la biblioteca, haciendo que la llave se perdiera para siempre.

Antes de comenzar a subir, Samot comenzó a complicarse. No resistiría la salida.

- Muchacho, ven aquí - Me invitó a acercarme - Toma esto, y cuídalo bien, no se si eres el indicado, pero debo confiar en ti. Mira de mis pertenencias que ves importante y tómalo. Lo demás, dáselo como recompensa a Egroj - Terminó, mientras cerraba los ojos.

Le pregunté a Egroj si tenía madera, y al responderme que sí, la tomé para cubrir el cuerpo del ya difunto Samot. Encendí una llama en una esquina de la madera, y esta comenzó a arder. Al evacuar a todos los pocos que residían en las partes bajas del edificio, accioné el detonador, volviendo al olvido las bibliotecas.

Me despedi de Egroj, entregándole las pertenencias de Samot.

- El querría que te quedaras con todo, yo ya tengo lo que necesito - Le dije mostrandole el diario de Bok.

- Muchas gracias Eresse, espero que nos veamos de nuevo algún día - Me dijo despidiéndose.



Caminé hacia dónde había dejado mi nave, viendo a Egroj partir de igual manera
Los ojos habían dejado de mirarme, se concentraban en el edificio del cual había salido.

Todo parecía en orden aquí


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Obtengo:
Diario de Aidan Bok
Libros Jedi (Libro de los caballeros Jedi, El código Jedi: Vida)
Libro '' los whills '' (información sobre el mismo)

Has mejorado, relatando. Sigue así.

Mola

el roleo esta pro

Magnifico Imiit me gusto mucho tu roleo, espero que lo continúes cuanto antes.

Te quedo bien Imiit, pronto nos leeremos la novela de Revan!!!

Lumen Gres escribió:Te quedo bien Imiit, pronto nos leeremos la novela de Revan!!!

Te gané men

Ok, buen roleo, actualizo.

Capítulo dos...


¿Por qué tantas advertencias en ese lugar? Yo lo creía muy pacífico, o por lo menos así fue para mi. Quien sabe, con tanto miedo que predominaba en el lugar, pudo haber sido aquella la causa. En fin y sin más, después de haber destruido la antigua biblioteca no me quedaba más nada que hacer en ese planeta, húmedo y agobiante por su vegetación tanto como habitantes. Leí unas cuantas líneas del libro de los Whills mientras despegaba mi nave, la cual estaba automatizada por mi droide astromecánico. Cuando iba saliendo, debía prestar más atención y cerré dicho libro.

¿Quienes eran los Whills?

Intrigante, era un nombre que jamás había escuchado. En si, eran considerados por muchos como los chaman de la fuerza. Pero mi lugar en ese libro había sido interrumpido por una alerta de mi pequeño acompañante, R-18, mi droide astromecánico. Sólo escuchaba pitidos de su parte, simulando una alerta. Cuando finalmente me giré, me encontré con algo que dejó mis pelos de punta. Una flota sith sobre el lugar. Entonces realicé porque nadie intentó detenerme abajo, en el planeta, habían llamado a los sith puesto que al parecer ya había precio por mi cabeza. Yo había sido un guardián Jedi, pero no había sido tan entrenado como otros que solían llamarse ''As Jedi'' lo cual indicaba que eran excelentes en el arte de la lucha en el espacio. Expandí los alerones de mi caza, los cuales me permitieron entrar al modo de combate, actualizando mis objetivos hacia las cazas enemigas.

Divisé una nave que salía detrás de mi e intenté evadirla, pero inmediatamente noté que no era una caza imperial. Era distinta. Bordes amarillos con dibujos en ciertos paneles de la misma. Si había prestado atención antes, descartaría todo sensible a la fuerza de posesión de una de esas, sin más sería de algún cazarecompensas, definitivamente Mandaloriano. Pero ¿Por qué querría ayudarme un mandaloriano? No era coherente que quisiesen algo de mi, no había contactado tampoco a ninguno.

Claramente, tonto soy para no realizar con velocidad, contando que los tesoros que poseía en ese instante, eran gracias a él.

Egroj...