[ROLEO DE PRIMUS GOLUUD] Agentes Imperiales.

Desde que desperté en aquella cámara en Kamino no recuerdo nada sobre mí, aveces me pregunto si habré nacido en ese momento o si tuve una vida pasada, mi mente de a poco se aclaraba pero no tenía recuerdos pasados, era una duda que me dominaba en unos principios momentos hasta que gracias al lado Oscuro pude soportar y destruir con el poder. Ya no era necesario el tratar de descubrir mi pasado, no quería ni tampoco me apetecía, ahora solo sirvo a la Orden y es mi principal objetivo y destino el cual debo cumplir por el resto de mis años. Un ser denominado humano por mi físico pero considerado una maquina con cualidades de asesino. Era consciente de los cambios que sentía dentro de mí, todo ahora es más específico, aveces veo en mi visión paneles grises que interrumpen mi vista pero de manera extraña aún actúo de forma automática, puedo tener la visión tapada mientras que puedo ver con atención alguna el rostro de mi enemigo y volar su cabeza en cuestión de segundos, sin necesidad de esforzar mi destreza física en ningún momento, me sentía a gusto, me sentía en lo que quería, poder.
Bajé por las escaleras que conducían a los interiores de la Orden, un paso lento y decidido, con la mirada en alto y mis ojos fijos al frente, se podría decir que ignoraba cualquier presencia pero a la vez lo podía ver todo, comprenderlo y sentirlo como un ser humano. Posicionado en frente de los pasillos recibí la señal de misión desde mi muñeca derecha, allí se encontraba una muñequera electrónica la cual me indicaba información necesaria y específica de ordenes. Bajé la vista para poder ver mi muñeca la cual expandía un holograma en frente de mí al acomodar bien el brazo, allí se encontraba Lord Irek Tainted, hablándome como siempre suele hacerlo, con sabiduría, a pesar de ser un holograma, desde allí se podía sentir el poder que tenía, sus ojos reflejaban en todo momento oscuridad y fuerza, jamás inmutándose, manteniendo su organización en todo su entorno, cruzando sus brazos por detrás de su espalda y su cuerpo totalmente recto. Cerré el holograma tan solo terminé de recibir la orden y esperé la cuenta regresiva en el mismo lugar que podía notarse en el mismo lugar que el holograma, tan solo cinco minutos, me encontraba impaciente, como si una inyección constante de adrenalina comenzaba a recibir mi cuerpo, viajaban hasta completar todo mi interior y me mantenían alerta y preparado desde que comenzaba la cuenta regresiva desde el segundo número uno.
× 00:00:00. Miré por última vez mi muñeca al recibir la alarma por mi interior de ''comienzo de misión'' y sin pensarlo dos veces me encaminé hacia los hangares que portaba a la perfección Primus Goluud a un paso acelerado, al parecer las inyecciones imaginarias de adrenalina aún recorren mi cuerpo, seguro estaré así por mucho tiempo, podía imaginarme en mi mente a medida que mi paso apresurado recorría cada una de los pasillos la Orden dejando atrás a todo ser que se detenía al verme. Llegué en un minuto al Hangar en donde me esperaba mi nave junto con mi compañero Elhodar Sarrkuh, con su rostro frívolo y decidido, la mirada seria y con actos que a simple vista podías notar a un gran francotirador de largas distancias. Estreché mi palma izquierda junto con su derecha y sin pensarlo dos veces subimos a la nave que nos esperaba en el hangar. El proceso de despegue no tuvo ningún problemas, apenas nos encontrábamos sentados en el mando principal, cerré la cabina principal y a medida que los propulsores comenzaban a prender, avanzábamos para luego lograr un despegue satisfactorio. A medida que nos alejábamos comencé a marcar las coordenadas exactas de Kuat, planeta en donde se encontraba mi primer objetivo, un ser despreciable para la Orden, debía ser ejecutado de inmediato.