[Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
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[Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Rey de Qalydon (Parte I)
Capitulo I ''La Guerra por Qalydon''
Está bien, aceptaremos su petición Mentor. Unos 200 mandalorianos le acompañarán en la conquista de Qalydon. Partiréis hoy mismo, reuna a sus tropas. - Dictaba la Cámara Dark Sith. Qalydon es un planeta salvaje y que antaño había pertenecido a la Orden Sith. Es un planeta con una gran actividad del Lado Oscuro y ahora esos salvajes se habían agrupado bajo el mando de un solo Rey, Kheru'uur Arimanda II. El Mentor Inthar había pedido ayuda a la Cámara Dark Sith y a los mandalorianos para conquistar el susodicho planeta y si Inthar podía alzarse con el liderazgo la Orden Dark Sith y el Ejército mandaloriano podrían explotar sus recursos. La Cámara aceptó enviando con el Mentor 200 mandalorianos y partieron ese mismo día. Lo que nadie sabía es que Qalydon era el planeta que vio nacer a Inthar y quizás sus intenciones fuesen otras aparte de conquistar el planeta. Una vez que aterrizaron en el planeta no pareció haber signos de hostilidad por lo que pudieron asentar un campamento sin ningún problema. En la tienda de campaña del Mentor entró el Comandante enviado por los mandalorianos como apoyo, Mika'r. - Saludos mi señor, los exploradores han vuelto, al parecer hay una ciudad justo a 4 km de nuestra posición más allá del bosque. Es una ciudad libre independiente de Kheru'uur Arimanda II, disponen de pocas tropas. - el Mentor ni si quiera se dio la vuelta para dar la orden de ataque. Los 200 mandalorianos junto a Inthar marcharon hacia la ciudad llamada Werev. Una vez llegaron a las puertas de aquella gran muralla, los apenas 25 guerreros se rindieron ante las tropas del Mentor y tomaron la ciudad. La noticia de la toma de Werev llego a oídos del Rey lo que no tardó en empezar a prepararse para la guerra. El rey salía lentamente de sus aposentos hacia el balcón de su palacio en la capital de Qalydon - ¡Hermanos, hermanas! ¡Una amenaza a vuelto desde las nubes en sus gigantes barcos voladores! ¿¡Recuerdan aquellos tiempos de esclavitud por la que se hacia llamar la Orden Sith!? ¡No permitiré que se repitan! - Las masas de la capital aclamaban al Rey Kheru'uur Arimanda II mientras él se daba la vuelta de nuevo a sus aposentos y a su vez se dirigía a uno de sus soldados - Envía este mensaje a Werev. - decía el Rey mientras le entregaba en la mano un papiro enrollado. El soldado asintió y marchó a toda velocidad en una pequeña nave terrestre hacia la ciudad tomada por los hombres de Inthar. Mientras tanto en Werev, el Mentor charlaba con el Comandante Mika'r. - Los Arimanda siempre fueron una familia noble de Qalydon, siervos de los Sith. Nunca ejercieron como esclavos, la Orden siempre confió en ellos para dirigir el planeta correctamente y ahora el estúpido habla de libertad y tonterías. - decía algo enfadado Inthar. - Piense el lado bueno, señor. Gracias a la proclamación de Kheru'uur II como Rey ahora tendrá usted la oportunidad de proclamarse el nuevo Rey de Qalydon y hacer que sirvan a la Orden Dark Sith. - Unos guardias mandalorianos interrupieron la conversación entrando en el salón con el mensajero del Rey. Este se inclino ante Inthar y le entregó en la mano el mensaje, el cual decía;Usurpadores de las nubes, marchaos por donde vinisteis en estas tierras no seréis bienvenidos. Qalydon no volverá a caer en manos de esclavizadores. Os daré dos días para idos o sucumbiréis ante nosotros. Firmado: Kheru'uur Arimanda II Inthar empezó a reírse a carcajada limpia al leer el mensaje de su rival. Todos los presentes de la sala se quedaron perplejos ante la respuesta del Mentor Dark Sith. Una vez acabo de reírse volvió a su estado serio de siempre y se acercó lentamente al mensajero y le susurró al oído - Dile a esa escoria Arimanda que su cabeza adornará el palacio de Qalydon. - El mensajero tragó saliva y asintió. Rápidamente salió corriendo del salón con el mensaje del Mentor. La guerra había comenzado. No tardó en llegar la noticia también a la cuna de la Orden Sith, Primus Gollud donde un Maestro del Sith llamado Naos fue enviado junto a un ejército de 158 imperiales hacia Qalydon para acabar con el Rey y con los Dark Sith que allí había. Al aterrizar los Sith no tardaron en dirigirse a otra de las 3 ciudades libres, de las cuales solo quedaban Heroi y Hgoi. Los Sith arrasaron a la resistencie de Hgoi y tomaron la ciudad. - Ya estoy de vuelta querido Kheru'uur II, pero para llevarte al mundo de los muertos. decía entredientes Nao desde su balcón mirando el espeso bosque oscuro de Qalydon.
La llegada de Nao llego a sabiendas de Inthar lo que evidentemente no le causo ninguna gracia. Como se enteró el Mentor Dark Sith, también se entero su rival el Rey. Kheru'uur II conocía perfectamente a Neo lo que aumento su miedo y envió 100 soldados de su ejército hacia Hgoi para acabar con la opresión Sith. Los 100 soldados partían de la ciudad de Rierh por lo que la ciudad se quedó sin guarnición y de eso de enteraron los exploradores Dark Sith. No tardaron en llegar los soldados de Kheru'uur a las murallas de la ciudad tomada por Nao y comenzaron a disparar cañones láser hacia sus murallas. La alerta roja sonó en toda la ciudad y los imperiales asomaron por las murallas disparando hacia sus enemigos. Nao observaba desde la torre de la ciudad el ataque de Kheru'uur II con seriedad y mostrándose frío. La batalla parecía ser fácil para las tropas del Sith. En Werev, los exploradores Dark Sith volvieron con la información de que la guarnición de Rierh se había desplazado y que solo quedarían diez guardias. Inthar mandó al Comandante Mika'r junto a la mitad del ejército, unos 100 hombres a tomar Rierh. La tomaron con facilidad ejecutando a 5 de los 10 guardias, los restantes escaparon a la capital en sus naves terrestres. La batalla en Hgoi había finalizado y Neo había capturado al Capitán del Rey. Después de torturarlos en las prisiones de la torre, lo llevaron encadenado ante el Sith. - ¿Cuántos hombres en la capital? - le preguntaba Nao clavándole la mirada al Capitán. Éste se quedo callado y el Maestro del Sith le proporciono una descarga eléctrica mediante la fuerza. - ¿Qué cuantos hombres hay en la capital? - Volvió a insistir Nao. - M-Mil soldados... N-No pod-podéis luchar contra e-el Rey... L-La gente le apoya... -Respondía débilmente el Capitán.- ¿Cuántas ciudades hay bajo el poder de Kheru'uur II? y dime sus nombres. - preguntaba inquisitivamente Nao. El Capitán respondía con temor de que si no lo hacía algo peor le podía pasar. - 5... K-Kaohs... Rierh... Mao-Maolama... Rietu... y la capital... Qaliend.... - El Maestro del Sith miró de arriba a abajo al Capitán y sin pensárselo dos veces, lo mando ejecutar. El Capitán si quiera tenía fuerzas para pedir piedad. En Qaliend, el Rey se enteró de la derrota en Hgoi y la pérdida de Rierh. No dudó en distribuir sus tropas en sus 4 ciudades restantes, 250 en cada ciudadela. La distribución de las 1000 unidades de Kheru'uur II causó el miedo entre el pueblo de Qalydon. Nao no tardó en ir a Heroi para tomarla con 58 imperiales. Las ciudades libres eran blancos fáciles pues eran subvencionados por el Rey y apenas tenían poderío militar pues se dedicaban a la economía. Qalydon estaba distribuida entre las tropas de Nao, las de Inthar y el reino de Kheru'uur II. Los planes del Rey de Qalydon serían quedarse a la defensiva y Nao quería deshacerse de una vez de los Dark Sith por lo que envió a 100 imperiales a atacar Werev. Un mandaloriano contempló a las tropas imperiales acercarse a las murallas y dio la voz de alarma. La lucha comenzó con disparos por todos lados. En Qalydon quedaba un bando más, los rebeldes del Rey los cuales eran unos 97. Aparecieron en la batalla masacrando a los imperiales haciendo que se retirasen de la batalla. Inthar les permitió alojarse en Werev y el Caudillo llamado Ghei fue a hablar con el Mentor. Al verle, se inclino para hablar con él. - Señor venido de las nubes, habla ante ti el Caudillo de la rebeldía Ghei. - se presentaba educadamente. - Eres bienvenido Ghei, ¿por qué nos ayudasteis a defender el ataque? - preguntó sin dudarlo el Mentor - El autoproclamado Rey Kheru'uur II es un manipulador, todas sus palabras son mentiras... ¿Qué va a saber de libertad si su familia siempre sirvió a los Sith como nobles? yo dirijo a los únicos habitantes de Qalydon que están en contra de Kheru'uur II. Los Sith tampoco fueron buenos gobernantes por lo que ustedes son nuestra única alianza posible. - explicaba el Caudillo de los rebeldes. - Comprendo... Serás bienvenido aquí Ghei. Siempre y cuando obedezcas mis órdenes sin rehusar. - decía Inthar. - Mi bláster es suyo. -
CONTINUARÁ...
Capitulo II ''Operación fallida''
El Rey de Qalydon Kheru'uur II estaba observando desde el balcón de su altísima torre donde podía visualizar las ciudades de Hgoi y de Werev. El odio por aquellos hombres llegados de las nubes no le podía dejar pensar con tranquilidad, si quiera dormir en paz. La puerta que conectaba el salón de la torre con su balcón se abrió lentamente y se pudo observar una figura femenina aparecer. Era la mujer de Kheru'uur II, Krieti. Esta se abrazo a su brazo derecho el cual se encontraba apoyado en la barandilla. - Mi querido Rey... ¿te preocupan esos caballeros de las nubes? - decía cariñosamente la mujer del Rey -No lo entiendes Krieti, cada día que pasa puede ser el último de mi reinado y de... - Krieti le colocaba e dedo índice en la boca haciéndole callar. - Mi Rey... Mi poderoso y bello caballero... Estás demasiado estresado, déjame desestresarte... - la mujer le dio un beso en los labios y el Rey respondió con otro. Empezaron a desvestirse entre ellos y entraron en el salón entre apasionados besos y cariños. Mientras tanto, más alla del bosque oscuro, concretamente en Rierh el Comandante Mika'r se preparaba con sus 3 mejores hombres para infiltrarse en la ciudad de Maolama. Los 4 mandalorianos estaban reunidos ya a las afueras de Rierh con todo equipamiento de infiltración y espionaje posible. - Bien, Toi, Mhue, Curri os elegí a vosotros porque sois mis mejores hombres. El Mentor Inthar nos ha encargado ir a Maolama y conseguir información de sus tropas y si podemos capturar al Capitán Moushiti. No será una misión fácil hermanos, pero debemos hacerlo. Vamos a ello. - dicho esto, los 4 mandalorianos subieron a sus respectivas motos voladoras y se digieron a la ciudad indicada por Inthar. Pararon apenas a unos metros de las murallas pero gracias al espeso bosque oscuro consiguieron bajarse de los vehículos sin problemas de que los viesen. Corrieron sigilosamente entre la vegetación hacia una parte del alcantarillado de la ciudad y Toi deslizo una pequeña sierra y derribo los barrotes que llevaban a la galería subterránea de la ciudad. Se introducieron los cuatro rápidamente en el interior de las cloacas con sus rifles bláster en las manos. No tardaron en encontrarse al primer guardia custodiando las galería. Curri deslizo un cuchillo de acero mandaloriano y se acerco sigilosamente por detrás del soldado. Le coloco el cuchillo en el cuello y lo degolló con un rápido movimiento. Empujó el cadáver hacia el agua putrefacta e hizo un gesto a sus compañeros para que continuasen. Llegaron a la zona que se suponía que estaba la base de operaciones de la ciudad, subieron lentamente por las escaleras y abrieron la tapa que se interponía en su camino. Al llegar a la superficie encontraron a un guardia sentado en un silla durmiendo. Mika'r coloco su dedo índice en su boca en símbolo de silencio. Abrió la puerta de los pasillos y se encontró justo de frente a un soldado. Mika'r no dudo en dispararle al pecho mientras que Mhue disparo al que se encontraba durmiendo. No tardó en sonar la alarma en toda la base y los 4 mandalorianos salieron corriendo por la base hasta llegar a una sala llena de mesas y ordenadores. Tumbaron las mesas en forma de barricada y aguardaron la llegada de sus enmigos. No tardaron en llegar guardias del Capitán Moushiti y empezó el tiroteo. Los ágiles mandalorianos consiguieron derribar a gran cantidad de ellos pero todo se complico cuando un disparo dio en el abdomen de Toi. -¡Toi! - exclamó Curri al ver a su compañero derribado. - ¡Sigue luchando o acabarás igual! - Consiguieron abrirse paso entre los soldados de la base hasta llegar al exterior pero Mhue había caído en el camino. Al llegar al exterior de la base decenas de soldados apuntaron a Curri y al Comandante Mika'r. Estos levantaron las manos y soltaron las armas. En Hgoi, el Maestro del Sith Nao preparaba a sus tropas para tomar Maolama. Había designado al Moff Fiig como dirigente de la batalla y sería su mano en la ciudad. Centenares de Imperiales bajo el cargo de Fiig salieron en sus naves terrestres a través del bosque oscuro en dirección de la ciudad. Kheru'uur II se enteró de la captura del Comandante Mika'r y empezó a reírse como un loco. No dudó en mandar que trajesen al prisionero a la capital y a su acompañante -Curri- que lo dejasen pudrirse en los calabozos. Unos 4 soldados del Rey se subieron junto a Mika'r en una nave terrestre en dirección a Qaliend. Para llegar a la capital había que pasar cerca de Hgoi así que iban con cautela. En mitad de la travesía encontraron entre el espeso bosque las naves del Imperio acercarse a gran velocidad. Los soldados no dudaron en bajarse y comenzar a disparar hacia los imperiales. Los soldados conocían perfectamente el Bosque Oscuro y consiguieron derribar gran parte de las tropas de Fiig aunque eran demasiados y los soldados cayeron. El Moff Fiig se acercó lentamente a la nave de los ya caídos guardias para ver que preciado tesoro custodiaban. Al abrir la nave, Mika'r observó al Moff y se espero lo peor. Fiig no tardó en enviarlo a Hgoi junto a su Maestro Neo y el continuo hacia Maolama para tomar la ciudad. La batalla fue breve y consiguieron capturar al Capitán Moushiti al cual le grabaron un holograma mientras lo ejecutaban y se lo enviaron al Rey. - Esto es lo que os espera a ti y a tu pueblo si no tiráis las armas ante la Orden Sith. - Acto seguido se oía esas palabras del Moff se escuchaban dos disparos que acababan con la vida de Moushiti.
CONTINUARÁ...
Capitulo III ''Es cosa de rehenes''
- ¡Acabad con todos! - eran los únicos gritos que se oían de Piig mientras los imperiales masacraban a las masas de Maolama. La toma de la ciudad había sido un éxito y con la captura de Mika'r, Nao iba ganando la guerra. El siguiente objetivo sería Reirh aunque deberían reincorporarse. Inthar reunió en Werev al Caudillo de los rebeldes Ghei. Su misión sería capturar al Moff Piig con vida para poder intercambiarlo por Mika'r. - No es que su vida me importa mucho, pero lo necesito para librar esta guerra. Si quieres que tu pueblo sea libre, tráeme a ese asqueroso de Piig con vida. No te pido que tomes Maolama, solo necesito a ese bastardo. - explicaba el Mentor a Ghei. - Cogeré a mi mejor hombre e iré con él a Maolama, le juro que traeré a Piig a no ser que muera en el intento. - Dicho esto, Ghei y su mejor hombre, Yisish's marcharon a la ciudad indicada. En la capital, Qaliend, el Rey Kheru'uur II había reunido a todas sus tropas en la plaza de la ciudad para preparar un ataque a Hgoi, donde se encontraba el Maestro Nao. - ¡Hermanos, hoy es el día de destruir a la gente de las nubes que se asientan en Hgoi! ¡Hoy todos vosotros haréis historia, seréis recordados durante siglos como los libertadores de Qalydon! ¡Hoy la cabeza de Nao arderá en nuestra plaza! ¡Alzad vuestro bláster conmigo hermanos, alzadlo! - todos su soldados alzaron sus fusiles y empezaron a corear el nombre del Rey. En Maolama la crueldad de Piig dejaba marca en toda la ciudadela. Todos los habitantes de la ciudad estaban empalados a la entrada de los muros, niños y mujeres incluidos. - Esto es lo que haré en Reirh con esos asquerosos Dark Sith y mandalorianos, morirán todos. - comentaba Piig mientras le daba caladas a un cigarro hecho de Guilea traída especialmente de Cerea para él. El Moff no se podía esperar que mientras él fumaba relajadamente en la torre de la ciudad, Ghei y Yisish's ya habían conseguido entrar en Maolama. Caminaban cubriendose uno a otro entre los pocos supervivientes de la matanza de los imperiales. Los hombres de Piig se habían ido a celebrar la victoria a las tabernas de la ciudad con mujeres tw'lik y bebida por lo que no fue muy difícil acceder al interior de la ciudad. A las puertas de la torre se encontraron con dos guardias los cuales no fueron ningún problema. Yisish's y Ghei dispararon a la cabeza de sus rivales de manera rápida, sigilosa y eficaz. Escondieron los cadáveres de los imperiales entre los de los civiles masacrados. No tardaron en llegar a la puerta del salón de Piig y al tumbar la puerta de una patada se encontraron al Moff acostándose con una mujer. Dispararon a aquella prostituta y apuntaron a Piig con el bláster. - Como pegues una voz más alta que otra te vuelo la cabeza. - amenazaba Yisish's al Moff - Soy demasiado valioso para vosotros, ¡guardias! - decía Piig mientras daba un gran grito que retumbo en toda la torre. Sin tardar un segundo más, Ghei saco las esposas antifuerza y se las colocaron al Moff en la espalda, acto seguido llegaron dos guardias a la habitación los cuales fueron derribados por Yisish's. Los dos socios de Inthar salieron corriendo rápidamente hacia el hangar de la torre donde localizaron una pequeña nave de transporte, tiraron a Piig en la nave y Yisish's se subió. - Tardaré un rato en programarla, retenlos. - le decía a Ghei. Acto seguido empezaron a llegar imperiales al hangar y comenzaron a disparar a la nave de transporte. Ghei se cubría en el interior del vehículo y asomaba el bláster disparando, consiguió derribar algunos imperiales pero eran demasiados. Yisish's consiguió activar los sistemas y la nave empezó a volar aunque la alarma ya había sido dada en Maolama. Varios cazas imperiales salieron para dar caza a Ghei y a su mejor hombre, Yisish's consiguió derribar uno de ellos pero el resto les seguía muy de cerca. - Aquí Ghei, vamos a vamos a sobrevolar Werev nos persiguen dos cazas imperiales, no ataquen a la nave de transporte A-3853, repito no ataquen a la nave de transporte A-3853. - decía el Caudillo enviando un holomensaje a la torre de control de Werev. - Aquí el Teniente Kris, recibido. Cambio y corto. - respondía un soldado mandaloriano. La nave ya había entrado en la zona que correspondía a Werev y dos misiles fueron lanzados de la ciudad los cuales derribaron a los cazas que perseguían a los raptores de Piig. Yisish's aterrizó en el hangar de la ciudad donde les aguardaba Inthar. Ghei bajó al rehén con una gran cara de satisfacción - Le felicito Caudillo, llévelo a los calabozos. - ordenaba el Mentor al Caudillo y su hombre.
No muchas horas más tarde de la captura del Moff Piig un holograma del Rey Kheru'uur II fue enviado a todas las ciudades de Qalydon. En el holograma se veía la plaza de la capital, Qaliend, abarrotada de gente y en el medio al Maestro del Sith Nao y al Comandante Mika'r arrodillados. - ¡Hombres venidos de las nubes, no sois bienvenidos en Qalydon! ¡No podéis tomar lo que es del pueblo de Qalydon! - gritaba el Rey a las multitudes. El Comandante Mika'r miró de reojo a Nao y le dijo - Mira que sois inútiles, os dejastéis derrotar en Hgoi. - bromeaba el mandaloriano. El Maestro del Sith si quiera le miró. Nao no tenía pensado morir en manos de una ''escoria Arimanda'' como él los llamaba. - ¡La Orden Sith ya está acabada en Qalydon, pero los que se hacen llamar Dark Sith siguen en nuestras tierras, expandiendose! ¡Les daré dos días para abandonar el planeta y el Comandante Mika'r será liberado sino, tendrá el mismo destino que Nao! ¡Acabad con él! - las masas gritaban esperando la ejecución del tan odiado Nao. Un guardia sujeto su bláster apuntando hacia su nuca y su dedo se deslizaba lentamente sobre el gatillo. Antes de que el soldado lograse acabar con el Maestro del Sith el disparo de un rifle le atravesó la cabeza y el Rey fue rodeado por sus guardias y escoltado a la torre. De entre las masas salieron varios imperiales y empezó un tiroteo en la ciudad. Mika'r se mantenía tirado en el suelo junto a Nao en mitad de toda esa barbarie y alguien de la multitud le agarró. Alzó la cabeza para ver su rostro y era Curri, éste le tapo la boca y le llevo a uno de los callejones de la ciudad. - Curri, compañero, te creía muerto. - decía Mika'r mientras le quitaba las esposas su compañero. - En Maolama reina el caos desde la captura de Piig y me fue fácil escapar de la mano de esos idiotas, pero debemos irnos de la capital y reunirnos con Inthar. - Curri le dió un arma al Comandante y ambos marcharon de la ciudad entre tanto caos y lograron huir en una nave terrestre. A todo esto el tiroteo seguía en la plaza de la ciudad aunque los imperiales se salieron con la suya y consiguieron huir con el Maestro Nao a Maolama. Inthar había visto todo gracias al holograma enviado por el mismo Rey y llamó sin dudarlo a Ghei. - Reune a tus tropas y marcha a Hgoi. - ordenaba al Caudillo. - Como desee, mi señor. -
CONTINUARÁ...
Capitulo IV ''Atacar a lo más preciado''
Mientras Ghei enviaba un holomensaje a Werev informando de la toma de Hgoi, el Comandante Mika'r y Curri ya habían llegado a la ciudadela. Ambos se encontraban con varios hombres reunidos con Inthar, el cual les explicaba el siguiente paso que debían seguir. - Mika'r dadas tus fatales técnicas de espionaje irás con el ejército a tomar Kaohs, una de las ciudades más cercanas de la capital. El ataque despistará al Rey y Curri tendrás oportunidad de entrar fácilmente a la ciudad. - explicaba Inthar a sus hombres - ¿Y para qué quiere que entre en el palacio real, señor? - preguntaba Curri - Capturarás a la mujer del Rey, Krieti. El Rey seguramente este organizando a sus tropas para ir a apoyar Kaohs. Os informaré de que la Cámara Dark Sith nos ha enviado al Maestro Abstracte kran Dray y a su ejército rakata para ayudarnos, llegarán hoy a Werev. Para entonces quiero que Krieti este capturada y Kaohs tomada, ¿entendido todo? - decía Inthar - ¡Si señor! - exclamaban los altos manos del ejército mandaloriano de Qalydon. Mientras tanto en Maolama se concentraban las últimas fuerzas del Imperio Galáctico de Nao, el cual se reunía para preparar un ataque a Werev. Las pocas tropas que disponían le bastaban a Nao para tomar la ciudad y acabar con Inthar y se pusieron manos a la obra con los preparativos de a batalla. - Prepárense para la batalla soldados, hoy echaremos a esos herejes Dark Sith de Qalydon de una maldita vez y acabaremos con la escoria Arimanda que gobierna, ¡por la Orden Sith! - exclamaba Nao a la vez que exclamaba su ejército. El ejército comandado por Inthar llego a las puertas de Kaohs y empezó el ataque. Los soldados del Rey abrieron fuego sobre las tropas mandalorianas y a su vez éstas abrieron fuego sobre la ciudad. El Capitán de la ciudad de Kaohs envió un holomensaje al Rey informándole de la situación. El Rey entró en cólera y justo como Inthar había previsto reunió a sus tropas en la plaza de Qaliend. A todo esto Curri había conseguido entrar en la ciudad entre la multitud asustada por el ataque a una ciudad tan cercana. Lo más difícil llego cuando tuvo que ingresas en el palacio real. La reina y mujer del Rey estaba en sus aposentos con sus damas reales preocupada por su marido y la situación de Qalydon. - Tanta violencia... ¿Tendrá algún día fin? - preguntaba Kreita a una de sus sirvientas - Nunca existirá una paz absoluta, mi señora, eso son solo utopías. Siempre habrá alguien que quiera alzarse por encima del prójimo y eso no lo podemo cambiar. - comentaba la sirvienta - Ojala pudiese acabar con tanto mal... - suspiraba la reina. La conversación se vio interrumpida por Curri, el cual derribó de un disparo a la sirvienta. Le coloco las esposas a la reina y volvió de nuevo a escapar hacia Werev con el botín. A todo esto las tropas de Mika'r estaban siendo masacradas a las puertas de Kaohs y para su sorpresa llegaron los refuerzos enviados del Rey a la ciudadela acabando con todos los soldados mandalorianos enviados por Inthar. Mika'r observaba sus tropas caer, la batalla ya estaba perdida y con ella, él. Estaba arrodillado debido a la fátiga del combate y un soldado del Rey se acerco por detrás, le coloco el bláster en la nuca y apretó el gatillo. El cuerpo del comandante Mika'r caía lentamente junto a los cadáveres de sus hermanos mandalorianos.
Las tropas de Nao ya habían llegado a la entrada de Werev y comenzó el asedio. Los mandalorianos no tardaron en darse cuenta e Inthar se asomo por la muralla y observo la imagen del Maestro del Sith. Los disparos empezaron a volar, los imperiales eran clara superioridad y la batalla parecía claramente perdida para los Dark Sith. No tardaron en derribar la puerta y entonces la batalla se volvió un descontrol por las calles de Werev. Inthar prendió su sable láser y salto al campo de batalla. Consiguió derribar a muchos imperiales con cortes hasta que se acerco al Maestro Nao, se miraron desafiantemente y sin decir ni media palabra comenzó el duelo que iba a decidir la batalla. - Nunca te había visto en persona, pareces más débil, jajaja -vacilaba Nao - Este débil va a conquistar Qalydon. - respondía Inthar. Nao consiguió derribar al Mentor al suelo y le coloco el sable láser en el cuello. Cuando se disponía a ejecutarlo varios disparos se escucharon a sus espaldas y las tropas imperiales caer sin parar. Era Abstracte y su ejército de rakata, había llegado a tiempo. - Nos volveremos a ver, Inthar, ¡retirada! - decía Nao mientras ordenaba a sus tropas retirarse de Werev a Maolama. Cuando ya la ciudad estaba segura, los mandalorianos restantes alzaron sus bláster en símbolo de victoria. Abstracte se acercó a Inthar ayudándole a levantarse. - Gracias hermano, me has salvado. - se agradecía Inthar. - Todo por un Dark Sith, Mentor. - Varias horas después llego Curri con la reina apresada y la dejó junto a Piig en los calabozos. El soldado mandaloriano lamentó la perdida de su líder y compañero Mika'r. Con la reina apresada, el Rey ya no era problema para Inthar. El único obstáculo era Nao y Abstracte le ayudaría a acabar con él.
CONTINUARÁ...
Capitulo V ''La soga de Kheru'uur II''
- Quién diría que tú y yo íbamos a compartir celda, ¿eh? - comentaba Piig a Kreita encadenado. Kreita le miraba de reojo sin responderle. - Contigo aquí, tu querido Rey está muerto. Por tu culpa, ¿lo sabes, no? - decía el Moff con una sonrisa en la boca. - ''Kheru'' vendrá a por mi. - aseguraba Kreita. Piig volvía a sonreír escuchando las palabras de la reina. - Tú, yo y tu querido ''Kheru'' ya estamos muertos. - dicho esto, un soldado mandaloriano golpeó enfadado las rejas que aislaban a los dos prisioneros mientras exclamaba que se callasen. Unos pisos más arriba, el Mentor Inthar y el Maestro Abstracte le enviaban un holograma a Kheru'uur II con su mujer amenazándole que si no tiraba las armas y se rendía, Kretia pagaría las consecuencias de sus actos. El Rey estaba sentado en su trono, observando otra vez las ciudades de Werev, Hgoi, Kaohs, Maolama y demás. La ciudad de Kaohs todavía estaba adornada por los cadáveres de los valientes mandalorianos que habían muerto por distraer a Kheru'uur II. El dicho Rey recordó aquel momento hace unos días, cuando se acostó con Kreita. Fue uno de los pocos momentos en los cuales, el estresado monarca pudo olvidarse de todos los males que se avecinaban y, que ahora, se habían convertido en una realidad. Kheru'uur II firmó la rendición y Abstracte e Inthar seguidos por sus tropas marcharon a la capital. Nao mantenía su resistencia en Maolama cuando vio que los Dark Sith se habían apoderado de la corona. La guerra en principio se había acabado, pero el Maestro del Sith no se dejaría derrotar tan fácilmente como Kheru'uur II. Las tropas del Mentor Dark Sith no tardaron en llegar a la capital, donde los habitantes de Qaliend se iban arrodillándose al paso de Inthar y Abstracte mientras el Rey aguardaba en mitad de la plaza.
Cuando se reunieron con Kheru'uur en mitad de la plaza, este en vez de tirar el estandarte de su reinado y rendirse exclamó una última petición. - Valientes Caballeros de las nubes. Creo que me merezco un duelo a muerte. Quien gane se queda con todo, ¿aceptáis? - decía el Rey. Inthar asintió con la cabeza y lo que en su día era un palco ahora sería una arena de combate. El Mentor Dark Sith prendió su sable de luz rojo mientras que el monarca desenvainó una gran espada de acero mandaloriano. Kheru'uur II se lanzó a toda velocidad hacia Inthar efectuándole un corte en el abdomen el cual fue bloqueado por la espada de luz de su contrincante. El Dark Sith concentró midclorianos en la palma de su mano libre y le empujo con la fuerza. El Rey cayo rodando por el suelo, Inthar vaciló mientras se levantaba el tan aclamado Rey y cuando ya estaba en pie se lanzo a por él. Le fue a cortar la mano cuando vio su espada interponerse a su ataque y como un rayo de luz el monarca le lanzo una estocada al pecho. Inthar gracias a su gran agilidad consiguió golpear su espada y bloquear el ataque. Seguidamente concentró rápidamente midclorianos formando una esfera y se la lanzo al pecho. El Rey no tuvo nada que hacer ante el ataque de la fuerza y cayó debilitado al piso. Inthar colocó el sable de luz en su cuello. - ¿Sus últimas palabras, majestad? - vacilaba el Dark Sith - L-los hombre-hombres de l-las nubes m-m-moriréis... - imploraba el monarca con apenas fuerza. Inthar le degolló el cuello sin pensárselo dos veces. El silencio invadió la plaza de Qaliend hasta que Inthar le corto con fuerza la cabeza al Rey y atrajo su corona mediante la fuerza. Se colocó la corona y levantó su otra mano con la cabeza del difunto Kher'uur II. Todas sus tropas y Abstracte alzaron sus armas en símbolo de victoria. La batalla por el trono había terminado, pero todavía quedaba la Orden Sith por expulsar. Nao no se rendiría tan fácil y así fue, aprovechando la marcha de las tropas Dark Sith a Qaliend, envió a dos imperiales en busca de Piig. Curri estaba de vigilancia en ese momento cuando vio llegar a los dos imperiales, sacó rápidamente su bláster y consiguió derribar a uno de ellos. Por desgracia para el mandaloriano, el otro fue más ágil y le efectuó un disparo en el abdomen. El espía imperial abrió las celdas y liberó a Piig entregándole una pistola láser. - Cógela a ella también. - ordenaba el Moff a su soldado. Caminó lentamente hacia Curri con la pistola en la mano y le apuntó mientras él se quejaba en el suelo - Dulces sueños. - decía Piig mientras disparaba a Curri en la cabeza. No tardó en correr la alarma en Werev pero cuando eso suciedese, los dos imperiales ya habían escapado en una nave rumbo a Maolama. Inthar se enteró de la huida de Piig junto con Kreita. El nuevo Rey, Inthar, debía enfrentarse ahora contra los Sith invasores de Qalydon. Abstracte marcho con su ejército a Werev para asegurarla, en Hgoi estaba Ghei y el resto de ciudades las controlaría el solo Inthar. Mientras tanto en Maolama, ya había aterrizado la nave de Piig con Kreita y fueron con Nao. - Saludos Maestro. - saludaba Piig a Nao. - ¿Cómo puedes ser tan inútil de dejarte capturar? ¿quién es ella? - preguntaba Nao - Ella es... - intentaba decir el Moff - Yo soy Kreita Arimanda, mujer de Kheru'uur II Rey de Qalydon y por lo tanto soy Reina de Qalydon. - interrumpía Kreita. - Eras, Kheru'uur ha muerto. Los Dark Sith han tomado el planeta, imperiales sacadla. Dejadme solo con Piig. - explicaba el Maestro - ¿Cómo que muerto? - sollozaba Kreita con lágrimas en los ojos, mientras se la llevaban arrastrada - ¡No puede estar muerto, mi ''Kheru'', mi ''Kheru''! - lamentaba la antigua reina. Los imperiales se la llevaron y Nao se quedó a solas con el Moff. - Tenemos que derrotar a los Dark Sith. - afirmaba el Maestro. - Gracias. - decía irónicamente Piig. Nao le miró de reojo y siguió explicando. - Los habitantes de Qalydon no quieren a su nuevo Rey. Debemos alimentar toda esa ira, todo ese odio sobre algo real. Tenemos que crear campañas en contra de Inthar, las ciudades se rebeleran ante él y será nuestro momento. - argumentaba Nao - Suena fácil, Maestro, pero ahora tienen miedo. No se sublevarán a no ser que les ataquen donde más duele. - respondía Piig - Y eso haremos Moff, reuna a las tropas. Saldréis de cacería en nombre del Rey. -
El Moff Piig salió de Maolama con sus tropas a las famosas aldeas de Qalydon las cuales estaban desconectadas de la guerra. Masacraron a mujeres y a niños en nombre del Rey Inthar, incluso a los pocos adeptos de la fuerza que son tratados como deidades en aquellas aldeas. La voz de la masacre corrió rápidamente a todas las grandes ciudades de Qalydon y el malestar fue en aumento. Muchos desistieron de seguir viviendo en Qalydon y marcharon del planeta en busca de una vida mejor y otros se exiliaron al bosque oscuro. Nao se estaba saliendo con la suya. En Qaliend, en la capital, varios habitantes se sublevaron ante la guardia de la ciudad y empezaron a reclamar a Inthar. El nuevo Rey se asomó junto a Abstracte al balcón de su palacio, empezaron a tirarles cosas que Inthar desviaba con suma facilidad mediante la fuerza. - Disparad, ya veréis como se calman. - ordenaba Inthar a unos mandalorianos. Los disparos sonaron en toda la plaza y fueron efectivos. La masas atemorizadas se dispersaron por la ciudad. - Se van a rebelar, Inthar. Tienes que hacer algo. - advertía Abstracte. - Yo solo cumplo órdenes de la Cámara. En este momento están viniendo naves mandalorianas y Dark Sith para explotar los recursos de Qalydon y yo debo velar porque los Sith no molesten. No puedo distraerme por unos lugareños. - se argumentaba el Mentor Dark Sith. - Ahora tu deber es proteger Qalydon. Nao ha atacado aldeas en tu nombre, no tardarán en crearse rebeliones como la de Ghei en contra de Kheru'uur II. - le decía Abstracte - Ese asqueroso Sith... Ansío su muerte. - se quejaba Inthar - Solo tiene Maolama. Debemos actuar rápido, el Moff Piig se dirige con los exiliados del bosque oscuro. - comentó Abstracte - Piig... Debí matarlo cuando lo capturé. Abstracte iremos tú y yo, solos. - dijo Inthar - ¿Estás seguro? Es un suicidio. - se preocupaba el Maestro Dark Sith - ¿Estás conmigo? - le pregunto el nuevo Rey. Abstracte le miró a los ojos y asintió con la cabeza - Siempre, hermano. - contestó el líder de los rakata. El escuadrón de Piig avanzaba en sus naves terrestres hacia la aldea de los exiliados de Qaliend para alimentar su odio hacia los Dark Sith, pero de repente, una nave se les interpuso en medio. De ella, entre humo, se bajaron el Mentor Inthar y el Maestro Abstracte. Piig clavó su demente mirada en estos dos sujetos mientras gritaba - ¡Matadlos, matadlos a los dos! - los imperiales y las naves terrestres empezaron a disparar hacia los dos Dark Sith. Éstos, ágiles como felinos empezaron a desviar los disparos y a esquivarlos. Abstracte se acerco hacia una de las naves motorizadas y clavo la espada en la cabina, empezó a hacer un círculo y consiguió entrar dentro. Le rebano el cuello a uno mediante el sable láser y al otro le estrangulo mediante la fuerza. Inthar se mantenía clavándole el sable a un imperial en el abdomen, nada más lo arrancó de su cuerpo un imperial le propinó un disparo a la cabeza. El Dark Sith consiguió anteponer el sable en la trayectoria del disparo y devolvérselo. Éste acabó con el imperial. Piig observaba como sus imperiales eran derrotados y bajó de su nave - ¡Señor, es peligroso, señor! - le advertía un soldado. Éste bajo de dicha nave sin hacerle caso con su E-11. La nave motorizada en la cual se encontraba Abstracte saltó por los aires, pero el ágil Maestro consiguió salir justo a tiempo y cayó suavemente cual pluma sobre el suelo. Piig apuntó hacia Inthar y le disparó al abdomen, el Mentor logró desviar el disparo con el sable y le lanzo una esfera al pecho. El curtido Moff activo un campo magnético a su alrededor y la esfera se deshizo antes de que llegase a tocar a Piig. Abstracte seguía combatiendo contra los imperiales mientras observaba el duelo de Inthar y Piig. El Moff desenvaino una cortossis y se lanzo sobre Inthar. Le dio un fuerte corte en el brazo aunque fue bloqueado por el sable del Mentor. Mientras las dos armas de corte chocaban, el Moff le dio un cabezazo en la frente a Inthar y le empujó. Seguidamente, le intentó clavar la cortossis en el pecho pero el habilidoso Dark Sith desvió de nuevo su corte y respondió con uno en su brazo. La extremidad del Moff se separo de su cuerpo de un corte limpio y Piig abrió sus achinados ojos como nunca los había abierto. - Esto es lo único que te mereces, cerdo. - decía Inthar mientras le clavaba el sable láser en el abdomen. Apagó su sable láser y lo colgó de su cinturón. Abstracte se acercó a el y ambos observaron la escena de la batalla. Varias naves terrestres destruidas y cadáveres por doquier, entre ellos, el del odiado Moff Piig. - Deberíamos ir a acabar con los exiliados. Nao volverá para manipularles en contra tuya. - proponía Abstracte - Ahora no. Nao no atacará por ahora, ha perdido a un Comandante importante, como yo perdí a Mika'r. Volvamos. - Ambos se retiraron de nuevo al palacio de Qaliend. Mientras tanto, en Coruscant, el Consejo de la Orden Jedi se había reunido para debatir la guerra de Qalydon. El deber de la Orden Jedi es mantener la paz y el orden en toda la Galaxia y en Qalydon solo había caos. - Esto no puede seguir así. - decía un Maestro Jedi - Es una vergüenza lo que están pasando los pobres habitantes de Qalydon - se quejaba otro Concejal - La República y la Orden Jedi deberíamos hacer algo. - Decía otro Jedi enfadado - ¡Silencio todos en la sala! El Gran Maestro Jedi va a hablar. - exclamaba un concejal - Jedi, Republicanos. Nuestro deber es resguardar La Galaxia del mal y mantener la paz y el equilibrio. En Qalydon miles de personas están sufriendo los daños de la Orden Dark Sith y de la Orden Sith por su afán de poder. El Maestro Dai'kama irá con un ejército de soldados republicanos a Qalydon para liberar al planeta. - dictaminaba el Gran Maestro Jedi. Todos en la sala asintieron con la cabeza y se retiraron de nuevo a sus quehaceres dentro de la Academia. El Maestro Dai'Kama se dirigió junto a su Padawan Eleiko al hangar de Coruscant y reunieron allí todas sus tropas. - Está será tu primera prueba de fuego, joven padawan. - le comentaba el Maestro Jedi a su aprendiz - Lo sé Maestro, no le defraudaré. - dicho esto, ambos subieron a la gran nave republicana y despegaron rumbo a Qalydon.
CONTINUARÁ...
Capitulo VI ''Alimentar el odio con más odio''
- Spoiler:
- Adjunto un mapa para que sea más fácil para el lector situarse dentro de donde se mueven los personajes.
En las profundidades del bosque de los Caballeros de las nubes todas las aldeas se habían unido junto al Profeta Faa'iama. Centenares de guerreros de Qalydon habían sido llamados para acabar de una vez con la amenaza de la Orden Dark Sith y de la Orden Sith. Faa'iama fue el profeta que ayudó al difunto Kheru'uur I a tomar el trono y ahora sería su momento. - ¡Hermanos, hermanas, escuchadme! ¡Sé que estáis cansados de vivir aislados por culpa de la raza invasora! ¡Seguidme, hombres, mujeres, niños, todos! ¡Os llevaré a la verdadera libertad, como bien lo intento hacer el difunto gran Rey Kheru'uur II! - imploraba el profeta a todos sus seguidores. Yisish's se mantenía encapuchado entre las multitudes que alzaban sus bláster. Rápidamente se alejo entre la espesa vegetación y activó el grabador de hologramas. - Caudillo Ghei, es el Profeta Faa'iama. Quiere volver a crear una rebelión. - decía el joven Teniente. - Recibido Teniente. Vuelve a Hgoi en cuanto puedas, la guerra parece ser que no ha cesado. - le respondía el ex-caudillo de la rebelión en contra de Kheru'uur II. Mientras tanto, en Heroi, los habitantes de la única ciudad libre que quedaba en Qalydon aguardaban en las murallas con sus fusiles esperando a que aterrizase ese enorme crucero. Cuando logró tocar la superficie, centenares de soldados republicanos se desplegaron por el terreno y de ahí bajaron el Maestro Dai'kama y su joven Padawan, Eleiko. - Comandante Robbe. - llamado el Maestro Jedi. - ¿Sí señor? - respondía el Comandante. - Reúna a un escuadrón y vaya a Heroi. Negocie con los habitantes e intente que nos dejen hospedarnos. - ordenaba Dai'kama - ¿Y si no ceden, señor? - preguntaba el republicano - Ofrezcales lo que venimos predicando. Paz. - respondió el Maestro - Sí, señor. Muchachos, manos a la obra. - decía el Comandante Robbe mientras se alejaba de la escena. El Maestro reunió a su Padawan para encargarle una misión de vital importancia. - ¿Maestro, para qué me ha llamado? - preguntaba el intrigado joven. - Mi joven Padawan, necesito de tu ayuda. Yo no puedo alejarme de mis tropas, tienes que ser mis ojos en Qalydon. Irás al bosque de Caballeros de las nubes, según los informes un Profeta llamado Faa'iama va a rebelarse en contra del llamado Rey Inthar. Habla con ellos, tráelos a Heroi. Nos servirán como ejército. - le explicaba Dai'kama. El Padawan asintió con la cabeza y marchó en una nave terrestre. Mientras tanto en Qaliend saltó la alarma de caída de Coruscant y de la invasión de los Yuuzhan Vong cosa que hizo que se olvidase un poco el malestar del planeta. Las naves de Haruun Kal y de Dxun ya habían aterrizado para empezar a crear asentamientos para explotar el planeta. Con las naves de explotación llegaba el nuevo Comandante que serviría al Rey Inthar, el Comandante Gasloh. Las ciudades de Hgoi y de Werev estaban aseguradas con Abstracte y con Ghei así que mandaría a Gasloh a Rietu que junto a Hgoi y Kaohs eran las más probables que fuesen atacadas por los exiliados del Profeta Faa'iama. - Saludos mi señor, soy el Comandante mandaloriano Gasloh. - se presentaba el mandaloriano. - Bienvenido, Comandante. Acompañeme a mi salón tengo que explicarle unas cosas que debe hacer. - decía Inthar mientras iba hacia los salones del palacio. - Marcharás con tus hombres a Rietu. Supongo que en tu informe figuraba la posible rebelión del Profeta Faa'iama, y Rietu es una de las ciudades con más probabilidad que ataquen. Serás mi mano allí, ¿entendido? - ordenaba el Rey de Qalydon - Sí, señor. - respondió secamente el Comandante y acto seguido abandonó la sala. Mientras tanto, en la única ciudad dominada por la Orden Sith, Maolama, en lo alto de la torre de la ciudad solo se escuchaban al Maestro del Sith y a la viuda Kreita disfrutar del sexo en pleno estado. Cuando ambos acababan el acto, Kreita se sentó en una esquina de la cama y a llorar. - ¿Sigues echando de menos al idiota ese? - decía fríamente Nao mientras se vestía. - Tú no lo entiendes, no conoces el amor. - le contestó secamente la joven muchacha. - Puede que no, pero se que el tuyo por él no era tan fuerte. - dicho esto, Nao abría las dos puertas de su cuarto y se marchó. Kreita quedó sola sollozando en aquella habitación de Maolama que en su día había pertenecido al Moff Piig. En el bosque de los Caballeros de las nubes el joven Padawan Eleiko conducía a toda velocidad su nave terrestre cuando se fue sorprendido por un disparo. Esto le hizo desviarse del camino y bajo del vehículo. Prendió rápidamente su sable láser azul y miro a ambos lados. Un disparo láser le fue directo al abdomen y el ágil Jedi lo desvió con su sable. De entre los árboles bajaron guerreros de Qalydon apuntándole con el arma. - ¡Tira tu sable sucio hombre de las nubes, tírala! - gritaba uno de ellos. El Padawan fue apresado y llevado ante el Profeta Faa'iama. Cuando vio al supuesto enemigo, lo mandó soltar histérico. - ¡Soltadlo insensatos! ¡Es un Jedi, viene a ayudarnos! - decía el Profeta. - ¿Qué te trae por aquí joven Jedi? - preguntaba Faa'iama a Eleiko. - Mi Maestro me manda para ofreceros ayuda... Están en una llanura cercana de Heroi, seguramente nos dejen alojarnos en la ciudad. Mi Maestro propone que vengáis con nosotros para derrotar al Rey Dark Sith. - contestó. El Profeta quedó duditativo durante unos instantes y llamó a dos de sus Generales, Miok y Fuelle. - Miok quedarás aquí con la mitad de la guarnición. No quiero perder el bosque. Si puedes, envía algunos hombres a las Llanuras de Werev a reclutar más aldeanos para nuestra causa. Fuelle me acompañarás a mi y a todo el pueblo a Heroi. La República nos ayudará. - En Rietu el Comandante mandaloriano Gasloh ya había llegado a la ciudad y había reunido a todas sus tropas. Saldrían a masacrar a todo habitante de Los Caballeros de las nubes. Dicho esto, centenares de mandalorianos subieron a sus naves y otros fueron a pata. Nao había reunido a todo su ejército imperial para conquistar Reirh. Miles de tropas marcharon en contra la ciudad dirigidas por el nuevo Moff Boruss. La conquista fue existosa, pero este nuevo Moff no apoyó la idea que tenía Piig de acabar con todos los habitantes pero si la de esclavizarlos. La toma de Rierh llegó a oídos de Inthar cosa que le enfureció. Pero ahora no era momento de reconquistar, los rebeldes aumentaban en número y necesitaba soluciones. En Heroi, las tropas del Profeta ya habían llegado y se encontraron con que los ciudadanos habían dejado alojamiento a los republicanos. - Un placer que nos ayuden en la guerra, Profeta - decía el Maestro Dai'kama. - El placer es nuestro Maestro. El Rey Inthar causa dolor a nuestras tierras, a nuestra gente. Tengo hombres en todos los núcleos de aldeas de Qalydon. Será cuestión de tiempo que tomemos el trono. - explicaba el Profeta.
Las tropas de Gasloh encontraron despistadas a las del General del Profeta Miok - ¡Acabad con todos! - gritaba el Comandante mandaloriano desde su nave. Los disparos llovieron cual agua sobre los rebeldes los cuales caían en centenares. - ¡A las armas, hermanos! - gritaba Miok mientras tomaba su bláster y empezaba a disparar sobre los mandalorianos. Los árboles caían debido a las bombas lanzadas a través de las máquinas de guerra mandalorianas. Era toda una masacre. Los rebeldes de Miok se refugiaron en un pequeño búnker que tenía en una elevación del terreno. Los mandalorianos avanzaron aunque muchos caían debido a los disparos de sus contrincantes. Los hombres de Miok aguantaron más de lo esperado pero el primer golpe de la batalla les había dejado sin hombres y la derrota era inminente. Un soldado mandaloriano activó una bomba en el búnker que no tardó en hacer saltar todo por los aires. Solo quedaba vivo el General Miok con 5 rebeldes más disparando en contra de los mandalorianos. Miok recibió un disparo en el pecho y cayó debilitado al suelo. Habían sido derrotados. Gasloh lo capturó y al resto de supervivientes los ejecutó sin piedad. Envió a Miok a Qaliend, inconsciente. Cuando despertó se encontró el centro médico. Cuando el doctor vio que se encontraba recuperado lo llevó inmediatamente a las celdas. La noticia de la masacre de Los Caballeros de las nubes se mantuvo en secreto, pero Inthar ya tenía planes para Miok. - Buen trabajo Comandante Gasloh, me será muy útil el prisionero. - decía a través de un holograma el Mentor. - A sus órdenes, señor. - respondió el Comandante, cerrando el holograma.
CONTINUARÁ...
Obtenciones del roleo (por ahora)
- Spoiler:
- - Corona de Rey de Qalydon
- Capa de Rey de Qalydon
añadírmelo a vestimentas
- Papeles de propiedad de Qalydon
eso a holocrones y planos
Ficha: http://www.habbowars.com/t27810-sith-registro-de-ishlos-viciouss-kainet-inthar-inthar
Última edición por Inthar el Lun Oct 06, 2014 5:13 pm, editado 19 veces
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
¿Has leído recientemente Canción de Hielo y Fuego?
No juzgaré la historia porque no soy LDR, pero sí destacaré un par de cosillas que deberías corregir.
1) Cometes un error muy común: repetición de palabras.
"... aclamaban al Rey Kheru'uur Arimanda II mientras él se daba la vuelta de nuevo a sus aposentos mientras se dirigía a uno de sus soldados ". Uno de los mientras sobra.
2) Los colores. No supone realmente un problema, ya que puedes seleccionar y lo ves todo en blanco sobre azul, pero queda feo tener que hacerlo de ese modo. Emplea mejor las tonalidades, aprovecha la variedad.
No juzgaré la historia porque no soy LDR, pero sí destacaré un par de cosillas que deberías corregir.
1) Cometes un error muy común: repetición de palabras.
"... aclamaban al Rey Kheru'uur Arimanda II mientras él se daba la vuelta de nuevo a sus aposentos mientras se dirigía a uno de sus soldados ". Uno de los mientras sobra.
2) Los colores. No supone realmente un problema, ya que puedes seleccionar y lo ves todo en blanco sobre azul, pero queda feo tener que hacerlo de ese modo. Emplea mejor las tonalidades, aprovecha la variedad.
Defiance- Mensajes : 1817
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 27
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Me gusta que narres los conflictos de los planetas que muy pocos lo hacen, aunque el roleo tuve que pasarlo a Word porque no leía absolutamente nada con esa estética. Quizá es cosa mía, pero me parece extraño eso de dar números tan específicos, a mí personalmente no me gusta.
Felline- Mensajes : 900
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Localización : Cajita de arena.
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Lo juzgaré yo mismo.
Y daré el resultado de lo que vayas haciendo en tus capítulos.
Bonne chance
Vous en aurez besoin
Y daré el resultado de lo que vayas haciendo en tus capítulos.
Bonne chance
Vous en aurez besoin
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
No leí ese libro.
Tendré en cuenta vuestros consejos y cambiaré la estética del roleo.
Tendré en cuenta vuestros consejos y cambiaré la estética del roleo.
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Cometes los mismos fallos que yo hace tiempo y ahora mismo a veces, repetir palabra jajaja.
La estética te recomiendo un color que no sea rojo... El blanco, gris, gris oscuro, y para los textos de personajes y demás lo pones el color que desees.
La estética te recomiendo un color que no sea rojo... El blanco, gris, gris oscuro, y para los textos de personajes y demás lo pones el color que desees.
Sex Pistols- Mensajes : 145
Fecha de inscripción : 27/07/2014
Edad : 26
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Esta caucho, sigue con más de esa escencia relatadora que tienes.
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Simplemente no tengo palabras, es uno de los mejores roleos que he leído en mi estancia en hw y lo digo totalmente en serio.
Felicidades por mi parte.
Felicidades por mi parte.
Sex Pistols- Mensajes : 145
Fecha de inscripción : 27/07/2014
Edad : 26
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Guau, has avanzado bastante con el roleo y has dado giros importantes a la historia.
Te recomiendo que si tienes dos capítulos listos los subas como uno solo.
Te recomiendo que si tienes dos capítulos listos los subas como uno solo.
Felline- Mensajes : 900
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Localización : Cajita de arena.
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Esta bastante bien el roleo islosh, aunque me gustaban más cuando eras jedi.
Un saludo y no entiendo la frase final de tu roleo ¿hogar?
Un saludo y no entiendo la frase final de tu roleo ¿hogar?
wiliye- Mensajes : 3113
Fecha de inscripción : 18/08/2011
REY DE QALYDON (PARTE II)
Rey de Qalydon (Parte II)
Capitulo VII ''¿Para qué mancharse si otros lo pueden hacer por ti?''
Todos los habitantes de Qaliend aguardaban en la plaza de la ciudad esperando la salida de su Rey. Todos los hologramas del planeta grababan el acontecimiento que en breves minutos iba a sorprender a la Orden Jedi y a sus refugiados. El Rey de Qalydon, el Mentor Dark Sith Inthar kran Dray salió lentamente al gran escenario que había en aquella plaza. Seguidamente, varios mandalorianos aparecieron arrastrando a un moribundo Miok. Lo colocaron de rodillas e Inthar encendió su Electrum, desprendiendo una estela luminosa de color rojo. - Súbditos de Qaliend. Éste hombre intentó atentar contra la paz de Qalydon, él y su líder. El que se hace llamar Faa'iama. Yo no quiero más traidores en este planeta, la Orden Jedi como siempre se interpone en nuestro camino y todo aquel que ose interponerse en medio de un Dark Sith... Acaba aniquilado. Esto será una advertencia a la República Galáctica y a los rebeldes, esto haré con toda la población de Heroi si no os marcháis. - decía Inthar blandiendo su sable láser. Mientras los ciudadanos de Qaliend alzaban sus manos e insultaban al General rebelde Miok, el Rey de Qalydon alzó su sable de luz al cielo y lo dejó caer sobre el cuello del prisionero. Su cabeza rodó sobre el escenario de aquella plaza. En Heroi, el Maestro Dai'kama, junto a su Padawan Eleico, el Profeta Faa'iama y el General Fuelle. Los tres se miraron, mientras que el Maestro Jedi se dio la vuelta colocando sus dos manos en la espalda. Echó un leve suspiro y miró a través de la ventana el bosque de los Caballeros de las nubes. - No podemos dejar esto así. - decía Dai'kama. - ¿Y qué pretende que hagamos? Aniquilaron a mitad de mi guarnición en el bosque de los Caballeros de las nubes. - preguntaba el Profeta. El Maestro apretó sus puños fuertemente y dijo - ¿Y se supone que tú eres el salvador del pueblo? - la sala se quedó en silencio tras las palabras de Dai'kama. - ¿Un salvador que se rinde al primer obstáculo? - preguntaba inquisitivamente el Jedi. Faa'iama volvió a mantener el silencio y el Maestro debido a la falta de propuestas decidió tomar él la iniciativa. - General Fuelle, usted irá con sus hombres al Bosque Oscuro. Allí reunirá nuevos hombres que luchen por nuestra causa. - ordenó Dai'kama - Pero Maestro, el próximo objetivo del Comandante Gasloh será el Bosque Oscuro. - advertía el Padawan Eleiko. - Limitate a obedecerme, Padawan. Tú irás a Werev. Acabarás con el líder de los rakata, Abstracte. - decía el Jedi - Maestro... No creo estar preparado... - dijo preocupado Eleiko. - Lo estás. - afirmó Dai'kama. - Faa'iama y yo nos quedaremos en Heroi aguardando vuestro regreso. Que la fuerza os acompañe. - dicho esto, Fuelle marchó hacia el Bosque Oscuro con un escuadrón de cloones de la República y el resto del Ejército de rebeldes que quedaba, en cambio, el Padawan Eleiko marchó solo hacia Werev a lo que para él sería un suicidio. Para llegar a la ciudad tendría que atravesar las pelirosas Llanuras de Werev, habitadas por los que en su día apoyaron al Caudillo Ghei y ahora eran fieles a la corona. Como bien había dicho el Padawan, el Comandante Gasloh, liberador de Caballeros de las nubes según el Rey Inthar, marchó con sus hombres al un puesto avanzado que combatía a los rebeldes en el Bosque Oscuro. Una batalla se avecinaba en aquel bosque bendecido por La Fuerza según los lugareños. El General Fuelle llegó a las pocas horas a la principal aldea del Bosque Oscuro. Allí le esperaba el Caudillo Ktay. - Menos mal que vino, General, los mandalorianos tomaron un puesto avanzado y están acabando con mis hombres en los frentes. - decía aquel hombre - Vengo con mitad del Ejército rebelde del Profeta y con un escuadrón de la República Galáctica. - explicó Fuelle - Oh, me alegra que la República por fin nos ayude y... ¿Cómo que medio ejército? Necesitamos a todos los hombres aquí o caeremos, ¿Faa'iama no quiere gastar hombres o qué le pasa? - comentó enfadado Ktay. - Los perdimos en Caballeros de las nubes. - dijo seriamente el General rebelde. - Oh cierto... Lo de Miok... Perdóname, ¿vale? Esos idiotas venidos de las nubes pagarán por Miok. Era gran amigo mío. - decía el Caudillo. - Retire a sus tropas del frente, solamente conseguirá que mueran. - ordenó Fuelle. - No puedo hacer eso, General. Las tropas del Rey avanzarían y estallaríamos en batalla. - dijo Ktay. - Si los dejas ahí solamente retrasaras la batalla, pero es inminente. Morirán y tendremos menos hombres, retírelos. - repitió el General. - A sus órdenes, General... Por cierto, esa tienda de campaña de ahí será suya. Nos reuniremos en un rato para planificar el ataque, debo reunir a mis hombres. - comentó el Caudillo. Mientras tanto, Eleiko ya había logrado llegar a las Llanuras de Werev. Se le aceleró el pulso y bajó el ritmo de su nave terrestre. Los cañones que había en el terreno parecía albergar en sus profundidades verdaderas sociedades de monstruos, se escuchaban voces de hombres. Eran las aldeas de aquellos antiguos rebeldes. Cuando ya parecía que había salido de la zona de peligro notó un disparo láser dirigirse hacia la cabina de su máquina y se lanzó hacia un lado abriendo la compuerta. El disparo estallo en el cristal y el joven Jedi encendió su sable de luz color azul. De aquellos cañones aparecieron 7 hombres armaros con espadas y bláster. - Una escoria rebelde... Cuando Qalydon está como tiene que estar siempre hay estúpidos que intentan cambiarla, ¡a por él muchachos! - gritó el que parecía ser el líder. Uno de ellos se lanzó sobre Eleiko intentando clavarle la espada en el abdomen, el intrépido Padawan logró bloquear el acero con su sable de luz y le dio un débil empujón mediante la fuerza. Seguidamente desvió un disparo de una bláster y le clavo el sable de luz en el abdomen a aquel que le había disparado. Desprendió la espada láser de su cadáver y se lanzo sobre otro con espada. Le dio un codazo en la nuez y seguidamente le degolló, bloqueó otro disparo que venía de uno de sus enemigos y concentrando todos los midclorianos posibles en la palma de su mano libre le lanzó una esfera de la fuerza a la cabeza e impactó. Otro de los antiguos rebeldes se lanzó por la espada a intentar acabar de una vez con él pero el ágil Padawan saltó hacia atrás dando una voltereta y le lanzó el sable láser a la espalda. Ésta quedó incrustada en su cuerpo y atrajo el mango mediante la fuerza. Los tres restantes quedaron dubitativos esperando si atacar o huir. - ¡A que esperáis estúpidos, atacad! - gritó el mismo de antes. Uno de ellos se abalanzó con su hacha de guerra sobre Eleiko pero este le bloqueó y acto seguido le corto el brazo y le clavó la espada en su pecho. Apagó el sable láser y lo volvió a prender una vez que el cadáver había caído. Concentró midclorianos y lanzó dos esferas de la fuerza a cada uno de ellos. Uno había muerto completamente y el que parecía ser el líder se arrastraba por el suelo intentando alcanzar su pistola láser. Cuando casi la tenía en la mano el Padawan le metió una patada y la pistola se alejo de él. Se puso boca arriba y Eleiko le colocó el sable láser en el cuello. - Que la fuerza te aguarde en su regazo - y seguidamente le degolló.
En el Bosque Oscuro el Comandante Gasloh observó desde el puesto avanzado la retirada de los rebeldes de su frente de batalla. Junto a él estaba el Capitán mandaloriano Cayos. - Planean algo. - comentó el Capitán. - Lo sé, Capitán. - respondió el Gasloh - ¿Qué propone que hagamos, señor? - pregunto Cayos - Acabar con ellos. Ahora mismo les hemos tomado la ventaja. Si atacamos con todas nuestras fuerzas solo un milagro les podría salvar. - explicó Gasloh. - O un Jedi, señor. - contestaba el Capitán. Gasloh quedó en silencio durante unos segundos y se giró a mirar a Cayos. - Encárgate de que no haya ningún Jedi. Envía a los exploradores. - ordenó el Comandante. - A sus órdenes, señor. - obedeció Cayos sin rechistar. Al otro lado del puesto avanzado, en pleno Bosque Oscuro Ktay junto a Fuelles organizaban la defensa del núcleo aldeano. - Repartiremos a los hombres en dos grupos y en otro independiente al escuadrón de cloones. Las dos torres de los árboles serán defendidas por los dos grupos de nuestro ejército y las barricadas por los hombres de la República. - explicaba Fuelles. - ¿Y si dejamos unos pocos más hombres en las barricadas? - proponía el Capitán - Prefiero mantener los flancos, Capitán. Si caen los puestos de los árboles nos masacrarán desde arriba. Usted irá a las barricadas, quiero que aguante con los hombres. Yo iré al flanco izquierdo con las ametralladoras. - ordenaba el Comandante. - Como mande, señor. - En el puesto avanzado los exploradores habían regresado avisando de que había presencia nula de Jedi en los rebeldes y Gasloh dio la voz de ataque. En el campamento del Bosque Oscuro sonaron las sirenas de alarma y todos los hombres se pusieron en sus posiciones. Las máquinas de guerra de Gasloh que habían aniquilado a los hombres de Miok se acercaban a paso lento. - ¡Hermanos, hoy lo más seguro es que fracasemos! ¡Pero no fracasaremos en vano, muchachos, lo haremos luchando por la libertad de Qalydon! ¡No viviré arrodillado ante ese autoproclamado Rey de las nubes! ¡Por la libertad, abran fuego! - grito Fuelle y los disparos iluminaron todo el Bosque Oscuro. Los mandalorianos en iban a pie caían como moscas aunque rápidamente respondieron las máquinas de guerra dirigidas por Gasloh. Dispararon hacia las torres de los árboles haciendo que estallasen muchas de ellas. Fuelle logró abatir a una máquina de guerra desde su ametralladora pero aún así les superaban en número y en fuerzas. Las barricadas estaban siendo constantemente bombardeadas. - ¡Señor tenemos problemas aquí abajo, acaba con esos bombarderos! - decía el Caudillo Ktay desde su radio. - No andamos muy bien aquí arriba tampoco, igualmente lo intentaré. Cambio y corto. - respondió el General. Seguidamente, Fuelle apunto hacia a los bombarderos y abrió fuego hacia ellos. Los demás encargados de las ametralladoras siguieron disparando contra las máquinas de guerra. El Comandante consiguió hacer estallar a los bombarderos y Gasloh observaba todo desde su gigante nave terrestre. - Aquí el Comandante Gasloh a Cayos, ¿me recibe? Cambio. - decía el mandaloriano desde su radio. - ¡Le recibo señor, han acabado con nuestros bombarderos y las bajas ascienden demasiado rápido, cambio! - exclamaba el Capitán desde tierra. - Envíe a sus hombres directos a las barricadas y hágalas volar por los aires. Nosotros nos encargaremos de cubrirle desde arriba, cambio. - ordenaba Gasloh - ¡Recibido, señor, cambio y corto! - exclamaba Cayos. Gasloh se sentó en su sillón observando la batalla desde su inmensa máquina de guerra. - Activen la radio a todas las máquinas de guerra, debo hacer un comunicado. - ordenó a los mandalorianos que estaban delante suya controlando la máquina. Éstos no tardaron en encender la radio a todos los encargados de las naves. - Aquí el Comandante Gasloh a todas las naves, A-66, A-67, A-68, A-70, A-75 Y A-69 ataquen al flanco derecho, A-65, A-71, A-72, A-73 y A-74 acaben con el izquierdo. Quiero que el Capitán Cayos acabé con esas barricadas. Si hacemos caer a esos rebeldes de las alturas habremos ganado la batalla. - Todas las naves se dividieron para atacar a los flancos y los soldados de tierra de Cayos avanzaron sin dificultades hacia las barricadas y los nuevos bombarderos volvieron a arremeter contra los hombres de Ktay. Los puestos que colgaban de aquellos árboles empezaron a caer rápidamente, Fuelle disparaba abatiendo a algunas máquinas de guerra pero apenas lograba hacer nada irrelevante en la batalla. - ¡General Fuelle, nos están aniq...! - intentaba decir el Caudillo desde la radio pero se corto. Fuelle desvió su mirada hacia las barricadas y vio una tremenda explosión que dejo una humarada por unos segundos. Cuando quiso volver a mirar hacia la batalla un torpedo impactó sobre su puesto y cayó hacia el bosque.
CONTINUARÁ...
- Spoiler:
- Subo aquí el capitulo porque no me deja añadirlo al post inicial ya que dice que el mensaje es demasiado largo. Añadiré aquí también el resto de capitulos.
Capitulo VIII ''Los ojos mienten menos que las bocas''
- Parece que el Caballero Dai'kama no nos mintió. -
Fuelle se levantaba lentamente entre los escombros de la antigua aldea del Bosque Oscuro. Los árboles aún se apagaban del incendio debido al ataque de los mandalorianos, el General giró levemente su cabeza y observo el Capitán Ktay tumbado en el suelo con un disparo en el abdomen. Seguía caminando a través del campo de cadáveres, con su bláster en la mano. Se inclinó sobre uno y activó la radio - Aquí el General Fuelle a Heroi, ¿alguien me recibe? Cambio. - decía Fuelle. La transmisión estaba cortada. La defensa del Bosque Oscuro había sido mandada por el Maestro Jedi Dai'kama, pero era un suicidio seguro. Algo no le cuadraba al General rebelde, ¿un Jedi enviaría a sus hombres a la muerte? y es más, ¿enviaría a su Padawan a luchar contra un Maestro del Lado Oscuro? Fuelle tenía que volver lo antes posible a Heroi, pero un campamento mandaloriano se veía a escasos metros de las barricadas derrumbadas y llenas de muerte. Varios vehículos se encontraban en dicho establecimiento dirigido por el Comandante Gasloh. El General se acercó entre el denso bosque oculto por los arbustos hacia el campamento, el primer guardia no fue ningún problema. Le tomó con fuerza del cuello por la espalda y le enterró un machete de combate en la zona del corazón a través de la espalda. Sacó el cadáver tirandolo sobre los arbustos y se adentró entre las tiendas de campaña. La noche había caído sobre el Bosque Oscuro y los soldados del Rey Inthar encendieron hogueras y varios mandalorianos descansaban tomando brandy corelliana y divirtiéndose. Solamente había una decena de guardias más o menos vigilando el establecimiento mandaloriano. Fuelle caminaba sigilosamente en la oscuridad, con la bláster engachada a la espalda y el cuchillo bien agarrado. Cuando se acercaba a la nave de transporte observó al Comandante Gasloh entrar en la que parecía su tienda de campaña y un guardia se quedó esperando fuera. El ágil General se acercó por la parte de atrás de la tienda y tomó por el cuello al mandaloriano, le dio un codazo en la nuca y le degolló con el cuchillo. Nuevamente escondió el cadáver. Fuelle entró en la tienda de campaña y observó a Gasloh sentado mirando planos de Heroi, seguramente robados de la aldea. El General se acercó decidido al Comandante mandaloriano para enterrarle el cuchillo en su cuerpo cuando recibió un disparo en la espalda. Fuelle dejo caer su cuchillo y cayó sobre el suelo. - Buen intento, General. Pero demasiado torpe. - metió una patada al moribundo General colocandolo boca arriba y el Guardia que había disparado a Fuelle le entregó a Gasloh una pistola láser. Éste le retiro el seguro y le apunto hacia la cabeza. - Esto pasa con los que osan acabar con los Dark Sith. - Gasloh jaló el gatillo de su pistola láser y el disparo abatió al General. Los guardias se llevaron el cuerpo y el Comandante volvió a sus quehaceres. Mientras tanto, en un planeta alejado de Qalydon, concretamente en Kuat, en una cantina de la ciudad de Malibris el contrabandista Feot estaba charlando con un soldado imperial encapuchado. - ¿Qué es lo que quiere tu líder? - preguntaba Feot mientras tomaba su Brandy Corelliana. - Asesinar al Rey de Qalydon. - digo seriamente el soldado. El contrabandista se quedó en silencio durante unos segundos y miró inquisitavemente al encapuchado imperial. Posó su bebida lentamente sobre la mesa. - No será nada barato ese trabajo. - contestaba Feot. El soldado enviado por el Moff Boruss colocó una bolsa con una importante cantidad de datarios sobre la mesa. - Se sigiloso. - decía mientras se levantaba de la mesa y volvía rumbo a Qalydon.
En Werev, el ágil Padawan ya se había adentrado en la ciudad encapuchado. Todo parecía tranquilo, los habitantes caminaban de un lado a otro con sus asuntos, los bares llenos de clientes, el mercado de la ciudad a abarrotar... Nadie podría suponer que el un Jedi estaba ahí. Solamente el Maestro Abstracte, el cual desde su torre estaba observando toda la ciudad. Notó al Jedi en la fuerza y llamó a su Capitán Rakata Jio que mejorase la defensa de la ciudad y que le trajese a todo nuevo visitante de la ciudad. Eleiko notó a los guardias rakata, le extrañó, pues las tropas de Inthar eran mandalorianas. Los rakata fijaron la mirada en el encapuchado Jedi y empezaron a acercarse. El Jedi no dudó en echar a correr y los disparos de los soldados de Abstracte esmpantaron a las masas. El Jedi escaló mediante la fuerza uno de los edificios y empezó a correr por encima de los tejados. Los rakata desde el suelo le intentaba disparar, Eleiko encendió su sable láser azul y empezó a deflectar los disparos. - ¡Un Jedi, acabad con él! - gritaba el Capitán Jio. El Padawan cayó de uno de los edificios debido al desprendimiento de una de las tejas, el Capitán Pioj corrió hacia él con una cortossis, Eleiko la bloqueo con su sable y le degolló rápidamente. Los demás soldados siguieron su persecución dejando el cadáver del Capitán en el suelo. El jedi saltó rapidamente escalando la torre de la ciudad, donde se encontraba Abstracte. Él no sabía a lo que se enfrentaba. Los disparos estallaban algunas de las ventanas de la vieja torre y Eleiko consiguió adentrarse dentro. Le cortó con fuerza el pecho al guardia que se encontró en las escaleras y le lanzó una esfera de la fuerza. Sin tardar un minuto más siguió corriendo hacia arriba hasta adentrarse en un solitario salón. De repente, ambas puertas se cerraron y las cortinas del gigante balcón se bloquearon. Un aura oscura empezó a invadir el lugar y el Maestro Abstracte apareció caminando con su sable rojo encendido. Sin pronunciar media palabra, el Maestro Dark Sith se colocó en posición de combate y Eleiko se avalanzó sobre él. Abstracte bloqueó sin problema los cortes del Padwan y le empujó mediante la fuerza. Eleiko salió disparado y chocó contra la pared del salón. El Maestro vaciló apagando el sable de luz y esperando de brazos cruzados a que el Jedi se levantase. Eleiko se levantó enfadado y corrió rapidamente hacia el lanzandole una esfera de la fuerza. El Maestro salto mediante la fuerza tan rápido que el Padawan no lo vió por detrás y le lanzo una gran bola de energía la espalda. El ataque impactó y Eleiko cayó debilitado al suelo y Abstracte se acercó lentamente hacia él. - Mándale saludos a Dai'kama. - abrió mediante la fuerza el balcón y le metio una fuerte patada a Eleiko y cayó hacia abajo de la torre. El Padawan consiguió concentrar midclorianos de la fuerza en sus piernas con sus últimas fuerzas y cayó con fuerza sobre el suelo de la plaza. La gente empezó a dispersarse, el herido Padawan logró subirse en una nave terrestre y salió disparado de la ciudad perseguido por los disparos de los rakata. En el camino hacia Heroi se dió cuenta de que su Maestro Jedi no era más que un mero siervo de los Dark Sith, ¿por qué enviar a un Padawan a asesinar a un Maestro Dark Sith cuando es imposible que lo consiga y... por qué enviar a la muerte a sus hombres al Bosque Oscuro? Eleiko aceleró la velocidad hacia Heroi, algo malo se avecinaba. Cuando llegó a las murallas se adentró dentro de la ciudad. Mientras tanto en la torre de dicha ciudad el Profeta Faa'iama se mantenía acompañado del Maestro Jedi Dai'kama - Las tropas del Bosque Oscuro han caído... Fuelle murió. - decía lamentandose el Profeta. - Fue un buen intento la rebelión, ¿sabe Profeta? - comentaba Dai'kama con voz ronca. - ¿Qué quiere decir con eso, Maestro? Aún tenemos tropas suficientes, solamente tenemos que administrarlas bien. - pregunto Faa'iama. - La rebelión sin un líder se acabó. - dicho esto un silencio acompaño la escena y el Profeta Faa'iama miró fijamente al Maestro Jedi esperandose lo peor. Dai'kama se giró hacia el Profeta prendiendo su sable de luz y sin más contemplaciones le degolló. - Misión cumplida, Mentor. - decía el enrealidad Caballero Dark Sith a su Mentor, Inthar a través de un holograma. - Buen trabajo Caballero... Aniquile a toda esa escoria rebelde. - ordenaba el Rey de Qalydon. - A sus órdenes, Mentor. - Eleiko corría a toda velocidad hacia la torre pero dos cloones le impidieron el paso. De repente, se dió la vuelta, y vió a todos los soldados republicanos empezar a disparar a las tropas del difunto Profeta Faa'iama. - ¡Parad! ¡Parad por el Ashla! ¡Traidores! - gritaba el Padawan viendo la destrucción de su ejército. Se dio la vuelta y los cloones se avalanzaron sobre él con esposas de la fuerza, Eleiko no tenía fuerzas para pelear y cayó rendido ante los soldados.
CONTINUARÁ...
Capitulo IX ''Todo por la causa''
- Despierta escoria Jedi - decía un soldado mandaloriano mientras le pasaba su comida diaria por las rejas de la celda de Eleiko. El Padawan se sentía aturdido y mareado aunque agarró igualmente el plato que se le había otorgado. Ambos sujetos se cruzaron las miradas y se alejaba de la escena el soldado. El Jedi agachaba la cabeza, decepcionado por su Maestro, ahora seguramente estuviese en las celdas de Qaliend esperando salir a la plaza para ser ejecutado como traidor a la Corona, pero como si de un ángel se tratase, otro soldado mandaloriano abría lentamente las rejas de las celdas. - Levantase Eleiko, soy Robbe. - decía el Comandante Cloone que al parecer no había hecho caso de las órdenes de Dai'kama. - ¿Pero cómo es que no haces caso del Maestro? ¿Eres defectuoso? - decía Eleiko mientras se levantaba con ayuda del cloone. - No soy defectuoso, señor. - decía mientras se retiraba el casco y se veía su rostro de humano. - Me uní a las filas de la República Galáctica para poder mantener a mi familia con mi salario, ellos viven en Cessed en una humilde aldea. - se explicaba el soldado republicano. - Comprendo... Robbe. - decía Eleiko. - Debemos irnos rápido a Niktama, señor, allí nos mantenemos las pocas fuerzas de la rebelión. Todos aguardan tu llegada, eres su nuevo Profeta. - decía Robbe colocándose de nuevo su casco. - ¿Dónde nos encontramos? - preguntaba el Padawan. - En Heroi, señor. No tenemos tiempo que perder. - respondía el Comandante. - Tengo que ir a acabar con ese siervo de los Dark Sith... Dai'kama. - dijo cabreado Eleiko. - Señor, ya tendrá tiempo de pelear contra el traidor Dai'kama, ahora mismo aunque llegases por casualidad a sus aposentos te estarían esperando una treintena de soldados de la Corona. - advertía Robbe. - Piense en frío, Eleiko . - volvía a decirle el Comandante. - Está bien, tiene razón Comandante... Marchemos. - decía el Padawan. Ambos se disponían a marchar mientras Eleiko se colocaba la capucha de su túnica marrón cuando Robbe se giró y le entrego su sable de luz azul. - Se le olvidaba esto, señor. - comentaba el Comandante. Eleiko agarró su sable láser y se lo colgó en el cinturón de sus túnicas. Inmediatamente, ambos salieron de Heroi rumbo a Niktama. Mientras tanto en Maolama se escuchaba un movimiento de sable láser en los aposentos del Maestro Nao y un grito ahogado de una mujer. Feot, el contrabandista contratado por el Moff Boruss había sido enviado a Maolama a hablar con Nao y aguardaba en la entrada de su cuarto. El Maestro abrió la puerta con tan solo los pantalones de la túnica puesta y el cuerpo al descubierto. En la cama desarmada se podía observar el cadáver de la viuda de Kheru'uur II, Kreita. - Bienvenido a Maolama. - decía Nao, enfundando su sable de luz. - ¿Cuando comenzaré el trabajo? - preguntaba sin andarse con rodeos Feot. - Boruss te mandó aquí para hablar conmigo por una razón... No quiero que mates al Rey Inthar. - comentaba Nao al contrabandista. - Quiero que mates al desgraciado de Gasloh. - ordenaba rudamente el Maestro del Sith. - ¿Y dónde puedo encontrarle? - cuestionaba Feot. - Tu víctima se encuentra ahora mismo en el Bosque Oscuro. Te enviaré a dos de mis mejores hombres, ellos rescataron en su día a Piig. Ruds y Kalambria. - explicaba Nao. - Está bien. - asentía Feot mientras se alejaba de la escena. Mientras tanto, Ghei había viajado a Qaliend para una audición con Inthar. La situación de Qalydon todavía seguía en alarma pese a la victoria sobre la República. Aún quedaban rebeldes y la Orden Sith seguía acechando en Reirh y en Maolama. - Señor, debemos actuar sabiamente. Eleiko ha escapado y conseguirá volver a realzar las almas rebeldes de los habitantes de Niktama. - decía Ghei. - ¿Cómo ha podido escapar? - preguntaba enfadado Inthar. - El Caballero Dai'kama supone que un cloone defectuoso decidió desobedecerle. - contestó el Caudillo. - Ese inútil de Dai'kama y sus asquerosos cloones... Envíelo al frente de Niktama, arreglará lo que tenga que arreglar con su sucio Padawan. - decía mosqueado el Mentor Dark Sith. - Por otra parte, señor, las tropas de Gasloh siguen aguardando en el Bosque Oscuro esperando órdenes. - seguía explicando Ghei. - Que se mantengan allí controlando el Bosque Oscuro. Es una zona hostil y prefiero tenerla controlada. Por lo menos durante dure la guerra. - respondía el Dark Sith. - ¿Y los Sith? - preguntaba el Caudillo. - Acabarás con el Moff Boruss y su guarnición en Reirh. Mientras que yo iré a Maolama con Abstracte a dar caza a Nao. - explicaba Inthar. - Como ordene, señor. Iré preparando las tropas - dijo Ghei mientras se alejaba del salón.
Eleiko y Robbe aterrizaron en Niktama, una zona que era caracterizada por su terreno montañoso y escarpado. Las más grandes cordilleras y sistemas montañosos del planeta se encontraban en dicha región. Aterrizaron sobre la base principal, en lo más alto de una de las montañas y allí les aguardaba el Caudillo de Niktama, Shiel. - Por fin llegó hermano... Es usted nuestra única esperanza. - explicaba el Caudillo de raza niktos criado en Qalydon. - Es un honor para mí que me apreciéis tanto... Pero no creo que pueda hacer nada... - decía el joven Padawan deprimido. - No diga eso, Jeedai. Debes optimizar a las tropas, motivarlas. Naves de la República vendrán a por nosotros en unos días, pero debemos sobrevivir a los ataques. - explicaba Shiel. - ¿Cómo qué vendrá la República? Coruscant ha caído. - se preguntaba Eleiko. - He conseguido contactar con el establecimiento de la República en Hoth, señor, y dice poder albergar a los guerreros de Qalydon que estamos manteniendo. - respondía el Comandante Robbe. - Pero para poder huir de la corrupción del Rey Inthar debemos escapar. - interrumpió Shiel. - No nos dejará huir tan fácilmente. Sería como una derrota que consiguiesemos salir con vida del planeta, y el pueblo debe temer al Rey... - continuaba hablando. - Comprendo... - contestó Eleiko. - Bueno ya aclarado todo, debemos organizar la defensa de Niktama. Tus tropas, Shiel, conocen bien el terreno. Es difícil de asaltar, ¿a cuántos hombres aguantarían? - preguntaba Robbe. - Mas de mil soldados armados, Comandante. - contestaba el Caudillo de Niktama. - ¿Y máquinas de guerra? - volvía a preguntar el Comandante. - ¿Máquinas de guerra? - cuestionaba asustado Shiel. - He escuchado desde el mismo salón de Dai'kama que primero atacaría él con las tropas de Heroi. Seguramente resistamos el ataque, por el número de tropas que escuché. Pero lo malo es que el famoso Gasloh vendrá con sus gigantescas naves y su enorme ejército mandaloriano a matarnos. - explicaba Robbe. - ¿G-Gasloh? - decía asustado el Caudillo al oír ese nombre. - Igual pensabas que lucharíamos contra Heroi solamente. - interrumpió Eleiko. - Debemos preparar a las tropas, Robbe vaya con el Caudillo y que vayan tomando posiciones. El asedio se acerca. - Continúo hablando el Padawan. Ambos Generales de los rebeldes asistieron y marcharon entre las altas montañas a reunir a las tropas. Mientras tanto, en el campamento del Bosque Oscuro Gasloh había sido informado de que al día siguiente sería enviado con sus tropas a arrasar Niktama. El arrogante Comandante se mantenía bebiendo brandy y mirando planos de aquellas montañas desde su tienda de campaña donde días antes había sido asesinado Fuelle. No se podría imaginar que en esos mismos instantes Feot, Ruds y Kalambria se había infiltrado en las tropas mandalorianas abatiendo sigilosamente a dos de los guardias. Los tres se dividieron por el campamento hasta hallar la tienda de campaña de Gasloh, el famoso liberador de Caballeros de las nubes y del Bosque Oscuro. - Despejado, avancemos hacia el objetivo. Cambio y corto. - decía por la radio Kalambria. Los tres se disponían a entrar en la tienda de campaña cuando sin darse cuenta, Ruds pasó por lo que parecía ser una débil luz de un láser. Una alarma sonó por todo el campamento y los mandalorianos empezaron a agruparse. - ¡Maldito idiota! - gritaba Feot mientras se adentraba en el campamento detrás de Ruds. Adentro les aguardaba Gasloh con su bláster sacada y le propinó un disparo en la sien a Ruds el cual cayó desplomado. Una lluvia de disparos iluminó la cabaña y el Comandante tiró su mesa donde tenía los planos para cubrirse de los ataques. Kalambria salió hacia afuera para entretener a los mandalorianos mientras colocaba una pequeña barricada de cajas de materiales que rodeaban la cabaña. Feot consiguió agujerear la mesa y Gasloh se alzaba lentamente con ambas manos levantadas. - Vale, vale, me rindo. - decía el sucio Comandante mientras tiraba su bláster al suelo. Feot se acercó hacia él apuntándole con el arma. Cuando se disponía a arrestarle, Gasloh deslizó su cuchillo para clavarselo rápidamente en su cuello pero el ágil e intrépido contrabandista lo bloqueo con otro cuchillo que tenía en su manga. Sin dudarlo, volvió a apuntar a Gasloh a la cabeza. - Venga que era una broma - decía está vez el Comandante tirando su cuchillo. - No, está vez no capullo. - Gasloh abrió sus dos grandes ojos, por primera asustado y Feot jaló su gatillo haciendo que la vida del honorable Comandante mandaloriano se fuese con las de sus víctimas. Rápidamente salía de su tienda de campaña y Kalambria aguantaba la presión de los soldados. - ¡Ya era hora, nos están crujiendo! - gritaba Kalambria. - ¡Tenemos que irnos, y rápido! - exclamaba Feot moviendose hacia donde las naves de transporte. Kalambria ejecutó dos disparos más y se movió a la par que su compañero. Ambos montaron en una pequeña nave y consiguieron huir del Bosque Oscuro rumbo de nuevo a Maolama, donde Nao les esperaría. El Sol que alumbraba Qalydon apareció por el este y las tropas de Dai'kama ya había llegado a la montañosa zona de Niktama. En Qaliend había llegado la noticia de la muerte de Gasloh a mano de los imperiales, cosa que aumento la furia de Inthar. La noticia también había llegado al núcleo de resistencia en Niktama, donde la alegría llenó de esperanza los corazones de los acogidos por la República. - Comandante Robbe, prepare a las tropas en las montañas. Ustedes defenderán los búnkeres de las cuevas de las montañas mientras que Shiel, irás a aguantarlos por el oeste. Yo iré a aplacarlos al valle, seguramente sea por donde intenten adentrarse. - ordenaba Eleiko. Acto seguido los tres Generales se asomaron a través de su base hacia todo el ejército que aguardaba en la gran plaza del establecimiento. - ¡Hermanos! ¡Sé que muchos perdieron a sus familiares por el camino para llegar aquí! ¡Sé que no queréis seguir viviendo bajo el yugo de la Orden Dark Sith, de los Caballeros de las nubes como los llamáis! ¡Hoy será el día que nuestros nietos recordarán con orgullo, hoy será el día en el que venzamos a Dai'kama y le ajusticiemos! ¡Todo por la causa, hermanos! - gritaba Eleiko alzando su sable azul. - ¡Todo por la causa! - gritaron todos al compás alzando sus bláster y gritando eufóricos. Seguidamente, Robbe y Shiel se retiraron con sus hombres. Dai'kama, como bien predijo Eleiko se mantenía en el valle con sus hombres, aguardando en el frente. - Muchachos, hoy rodarán cabezas rebeldes. Quiero que sea un ataque rápido y eficaz. No se confíen, conocen bien la zona y nosotros no. - decía Dai'kama a su ejército mientras avanzaban. Cuando consiguieron tumbar el frente rebelde avanzaron al valle en pleno silencio. Ni un siquiera murmullo se escuchaba. Uno de los mandaloriano que iba de los primeros alzó un poco la mirada y logró ver una luz en una montaña. De repente, el mandaloriano caía al suelo derribado por un disparo y se inició la batalla. De las montañas, salían miles de disparos procedentes de los rebeldes que estaban masacrando a las tropas de Da'ikama. El Padawan Eleiko apareció con sus hombres por el valle corriendo hacia los soldados de su antiguo Maestro. - ¡Por la causa! - gritaban todos mientras se aproximaban hacia ellos. - ¡Acabad con esos herejes! - gritaba Dai'kama mientras saltaba al campo de batalla. Robbe se mantenía en su búnker dirigiendo a las ametralladoras hacia los soldados del Rey Inthar mientras que Shiel hacia lo mismo en el lado opuesto de las montañas. Los soldados respondían lanzando gigantescas combas hacia las montañas, muchos de los búnkeres caían abatidos. En el valle lleno de soldados de podía observar dos figuras arrasando con sus enemigos, uno acompañado de un destello rojo y otro de un destello azul. Robbe vio una de las bombas caer hacia su búnker y sin dudarlo se tiró ladera a abajo. - ¡Salid todos! - gritaba el Comandante mientras se tiraba. Consiguió caer ileso gracia su armadura de combate y se levantó aturdido. Agarró su bláster y se cubrió detrás de unas rocas junto a algunos rebeldes. - Aquí Comandante Robbe, montañas del este caídas, repito, montañas del este caídas. Solo he sobrevivido yo, me mantengo en la ladera de la montaña. Cambio. - decía Robbe por su radio. - Aquí Shiel, le recibo Comandante. Le estamos aniquilando. Mantengan posiciones, cambio y corto. - respondía el Caudillo. - Recibido, corto. - contestó el Cloone. Seguidamente salió de la roca junto a los rebeldes y disparó hacia las tropas de Dai'kama. Eleiko se cruzó por fin con su antiguo Maestro, y se cruzaron las miradas por unos instantes. - Tenías futuro, chico. Pero eres demasiado débil para el Lado Oscuro. - dicho esto, el Caballero Dark Sith se lanzaba sobre Eleiko y comenzó una lucha de sables. El Padawan parecía poder aguantar la pelea aunque el veterano Dai'kama le tomaba ventaja. Eleiko consiguió lanzarle una esfera de la fuerza pero el Dark Sith la desvió sin ninguna complicación, éste se lanzó de nuevo hacia el Jedi con un fuerte corte en el abdomen pero Eleiko logró bloquearle. Robbe consiguió visualizar a los dos caballeros de la fuerza pelear y corrió en ayuda de su compañero cuando de repente, una bala perdida le atravesaba lentamente su espalda hasta salirle por el abdomen. Robbe caía lentamente hacia el suelo, debilitado mientras miraba a ambos pelear. La batalla estaba siendo ganada por los rebeldes, pero el duelo entre Eleiko y Dai'kama no estaba decidido aún. Eleiko consiguió cortarle su brazo izquierdo y el Caballero Dark Sith cayó al suelo desplomado. El Padawan le colocó el sable de luz en el cuello mientras respiraba costosamente. - No me esperaba que fueses... Fuerte... Sirves para el Lado Oscuro, joven. - decía Dai'kama desde el suelo. - ¡Victoria, victoria! ¡Se están retirando! - se escuchaba gritar a Shiel por la radio. - Acaba conmigo y conseguiré lo que propongo... - le decía el Caballero Dark Sith a Eleiko. El Jedi vaciló durante unos instantes pero le acabó cortando el cuello. Desvió su mirada un momento entre las tropas de Dai'kama abatidas y los soldados rebeldes marchando en contra de ellas hacia el cuerpo del Comandante Robbe tirado en el suelo. - ¡Robbe! - gritó Eleiko mientras corría hacia él. Se agachó y agarraba delicadamente su herido cuerpo. - T-todo por el bien, señor. - decía débilmente el cloone. - No morirás, compañero. Te juro que no... - Robbe le tapaba la boca con sus pocas fuerzas y sacaba un pequeño colgante de la República. Se lo coloco en su mano derecha. - G-guardelo, señor... Dá-dáselo a-a-a... mi...mi mujer... Todo por la causa- dijo el cloone en sus últimas palabras mientras cerraba sus dos ojos.
El Padawan se levantaba lentamente con los ojos repletos de lágrimas. - Te vengaré, hermano. - y justo dicho esto, hizo un saludo militar al cuerpo de Robbe.
CONTINUARÁ...
Última edición por Inthar el Jue Oct 09, 2014 8:29 pm, editado 5 veces
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
De este mismo se encarga Malakir pero.. me siento muy orgulloso de ti. El progreso que has hecho desde el principio de la historia hasta este último, has seguido consejos de varios, se nota en la propia redacción si lees seguido como la vas cambiando y mejorando. La estética es lo que más me gusta, mezclas colores con tonalidades que se pueden ver bien para cualquier problema que tenga el lector, has sabido fusionar las imágenes con la historia. Hacía mucho tiempo, y te digo que llevo como 8-9 años en este Rol, que no veía uno tan currado y los he visto muy currados.
Gran trabajo, me encantaría si a Malakir no le importa decir que tu obtención es válida. Ahora la decisión recae sobre él, ya que llevaba la revisión antes que yo.
Gran trabajo, me encantaría si a Malakir no le importa decir que tu obtención es válida. Ahora la decisión recae sobre él, ya que llevaba la revisión antes que yo.
Nysrogh- Mensajes : 1953
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 30
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Opino exactamente como Nysrogh. Haz progresado muchísimo desde los primeros roleos de tu parte que leí. La narrativa y el trasfondo de la historia son muy originales. Creaste muchos personajes y le diste vida a cada uno de ellos a medida que avanzaba la historia. Al igual que Nysorgh, considero este roleo como uno e los mejores que he leído desde que entré.
Doy un UP a este tema para que se de un veredicto sobre las obtenciones.
Doy un UP a este tema para que se de un veredicto sobre las obtenciones.
Stryfe- Mensajes : 726
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Edad : 26
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
LEERÉ todo en este momento y editaré para dar un veredicto. Siento si he tardado, he tenido ocupaciones, así que mis mas sinceras disculpas por esto.
Un saludo.
Un saludo.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Hola amigo. Tremendo roleo te lanzaste a pesar de que no soy el legalizador que suele tener gusto por alguno, es mi obligación leerlos y ya pero realmente te felicito porque te esforzaste, hiciste muchos capítulos y moldeaste la historia dándole mucha vida. Supiste darle ambientación, crear un contexto y una historia en general.
Tengo ciertas dudas, se supone que te vuelves el Rey de Qalydon tras el conflicto pero cuando me hablas de propiedad es que el planeta pasa a ser tuyo. Esta norma fue válida un tiempo, de que se podían obtener planetas (y yo obtuve dos de ellos con mi influencia como Sith) pero hoy en día no está vigente eso gracias al sistema de dactarios. Yo no tengo problema en validarte los objetos y que tengas esa influencia sobre Qalydon, pero a la hora de sacar beneficios: vas a tener que rolearlos y no sólo eso, no vas a poder cederlo ni generar cosas de allí como bien son los dactarios.
Eres el rey del planeta simbólicamente. No su dueño.
Espero que sigas haciendo tramas similares a esta en tu mandato, por mi es válido.
Tengo ciertas dudas, se supone que te vuelves el Rey de Qalydon tras el conflicto pero cuando me hablas de propiedad es que el planeta pasa a ser tuyo. Esta norma fue válida un tiempo, de que se podían obtener planetas (y yo obtuve dos de ellos con mi influencia como Sith) pero hoy en día no está vigente eso gracias al sistema de dactarios. Yo no tengo problema en validarte los objetos y que tengas esa influencia sobre Qalydon, pero a la hora de sacar beneficios: vas a tener que rolearlos y no sólo eso, no vas a poder cederlo ni generar cosas de allí como bien son los dactarios.
Eres el rey del planeta simbólicamente. No su dueño.
Espero que sigas haciendo tramas similares a esta en tu mandato, por mi es válido.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Muchas gracias por el comentario positivo. Subiré cuando pueda el último capitulo y la última obtención.
REY DE QALYDON (PARTE III)
Rey de Qalydon(parte III)
Capitulo X ''El Rey Oscuro''
Las tropas del caído Caballero Dai'kama se retiraban por el horizonte de Niktama. Eleiko aún contemplaba el cadáver de su compañero de batalla, Robbe. Shiel se acercó lentamente a la espalda del Padawan y colocó su mano en el hombro del muchacho. - Pagarán por ello. - decía el Caudillo mientras observaba también el cuerpo caído de Robbe. El joven Jedi miraba en su mano la medalla de la República Galáctica que le había otorgado el Comandante Cloone y cerró con fuerza el puño mientras lo llevaba a su frente. Mientras tanto, en Qaliend, la noticia del asesinato de Gasloh había inquietado a los altos mandos de Inthar y se mantenían todos reunidos, entre ellos, el Capitán que estaba bajo mando del Comandante mandaloriano, Cayos. - Abrimos sesión. - decía Draug. - ¿Cómo lideraremos ahora las tropas con la caída de Gasloh y de Dai'kama? - preguntaba Ghei. Inthar se mantenía sentado en su trono mientras agachaba la cabeza. - Señor yo puedo encargarme de las tropas en el Bosque Oscuro y acabar con los rebeldes. - Inthar conocía perfectamente el ansia de poder de Cayos, habría sido capaz de matar a Gasloh por conseguir ser Comandante. El inteligente Savant Dark Sith ordenó - Irás, pero el Comandante será Draug. Apoyará con su ejército de rakatas. - Cayos se levantó de su asiento en cólera. - ¡Pero señor, estoy ya preparado para tener una mayor importancia! - el Dark Sith abrió sus dos amarillentos ojos mientras levantaba su cabeza visualizando al Capitán. Cayos, intimidado, se volvió a sentar aunque seguía enfadado. - Caudillo Ghei, usted irá con sus hombres a Reirh. Acabé con el Moff Boruss. Iré a por Nao. - explicaba Inthar. - ¿Seguro de ir usted solo, señor? Si usted cayese se acabaría la guerra para nosotros... - se preocupaba Ghei. - ¿Desconfía de mi, Caudillo? - decía el Rey de Qalydon mientras contempló a Ghei. - Para nada, señor... - contestaba inmediatamente el Caudillo. - Bien pues reúnan a sus hombres, Generales. - de Qaliend salieron todas las tropas de Cayos y Abstracte en dirección a Niktama, las del Caudillo Ghei y del Teniente Yisish's marchaban hacia Reirh y el Rey Inthar preparó a sus hombres para atacar Maolama. Feot y Kalambria habían regresado a Maolama junto a Nao, el cual se mantenía en su cuarto sentado en una silla mirando desde su balcón el Bosque Oscuro. - Entrad. - decía secamente el Maestro del Sith. Feot y Kalambria se miraron entre sí y asintieron a la vez. Entraron lentamente en el cuarto del Sith y las dos puertas se cerraron de golpe. - Misión cumplida. El Comandante Gasloh ya puede dormir para siempre. - decía el contrabandista. Nao desprendió una sonrisa sádica. - Marchad a Reirh, el Moff Boruss os dará nuevas órdenes. - ambos asintieron y salieron del cuarto del Sith lentamente mientras éste seguía contemplando el Bosque Oscuro desde su balcón, del cual seguía emergiendo humo de las batallas.
Las tropas del Maestro Draug ya habían llegado al campamento mandaloriano que estaba en lado de una de las mayores aldeas de Qalydon, donde en su día se había refugiado Fuelle y sus hombres para defender el Bosque Oscuro. Draug entró en la tienda de campaña que en su día había pertenecido a Gasloh junto a Cayos. - Aquí fue asesinado... - decía el Maestro Dark Sith mientras abría los planos que tenía el Comandante mandaloriano de Niktama sobre la mesa. Cayos se acercó a Draug mirando también el mapa de la zona. - Atacaremos por el valle. - decía el Capitán decidido. Draug le miró de reojo y volvió a observar el mapa. - ¿Quiere morir, Capitán? - preguntó el Maestro. - No, señor, ¿por qué iba a morir? - respondía vacilante Cayos. - Dai'kama atacó por el valle y ahora está muerto. Cuanto más alto ataquemos más ventaja tendremos. - comentaba Draug. Cayos quedó en silencio durante unos segundos. El mapa de Gasloh tenía varias indicaciones de como iba a dirigir la batalla el Comandante. - Observé, Capitán. - decía el inteligente Maestro siguiendo con los dedos los pasos dados de Gasloh. Las flechas principales marcaban un puesto avanzado en una de las montañas de Niktama. La base estaba alejada de las demás pero había un problema, estaba en bastante pendiente. - Si les derribamos este puesto y bajamos todo, les arrasaremos. - comentaba Cayos. - ¿Cómo pretende subir a todas nuestras topas por las montañas? - respondió Draug. El arrogante Capitán volvió a quedar en silencio. - Irás con la mitad de las tropas por el valle. Montarás las máquinas de guerra. Eso despistará al enemigo. Marche ya al frente, nosotros prepararemos las naves e iremos en dos horas exactas. Para entonces quiero que las tropas rebeldes se concentren en el valle. ¿De acuerdo, Capitán? - ordenaba el Dark Sith. - Sí... Señor. - decía a regañadientes Cayos. Mientras tanto la batalla en Rierh estaba a punto de comenzar. Las tropas de Ghei ya abrían fuego sobre las murallas de Reirh en las depresiones del terreno y los hombres de Boruss respondían. Feot y Kalambria ya habían llegado a la ciudad y se dirigieron uno a cada lados de la ciudad. Uno en la torre oeste y otro en la este mientras que el Moff se mantenía en su torre principal. En el frente, alejados lo suficiente de los disparos, Ghei e Yisish's y uno de los capitanes, Juka, planeaban el ataque. - Debemos derrocar las dos torres principales. - decía el Teniente. - Así es Teniente. Nos dividiremos de la siguiente forma; yo iré a la torre oeste, usted, Capitán Juka irá a la este. Mientras que usted, Teniente, irá a reventar las murallas y tomará la plaza de la ciudad. Recuerde, el Moff se encuentra en la base de la ciudad, acabe con él. - Yisish's y Juka asintieron a la vez. - Recuerden muchachos, si hoy caemos, todo lo que hicimos para derrocar al usurpador Rey Kheru'uur II habrá sido en vano. A sus puestos. - todos se movieron con velocidad junto a sus hombres al frente. Las tropas de Ghei fueron las primeras en avanzar, consiguiendo derrotar las fuerzas del lado oeste de la ciudad. Feot se encontraba en la torre observando a sus enemigos avanzar a gran rapidez. - ¡Disparad pedazo de inútiles! - mientras gritaba, tomó un turbo láser instalado en la muralla y procedió a disparar contra las tropas del Caudillo. Varios hombres saltaban por los aires debido a los disparos del contrabandista. No obstante, no pudo evitar que consiguieran adentrarse en los patios de la torre oeste y la batalla se desplazó allí. - ¡Avancen todos! - gritaba Ghei por la radio a Juka y a Yisish's
El Teniente y el Capitán recibieron respectivamente el mensaje de radio del Caudillo. Yisish's avanzó con todos los hombres sobre las murallas, con una máquina de guerra que derrumbó en pocos segundos la gran puerta de acero que aislaba al Moff Boruss de la batalla. Los hombres del Teniente se adentraron transportando la batalla a la gigante plaza de la ciudad. Los hombres de las murallas ya habían caído debido a los continuos disparos de las tropas de Juka el cual avanzaba con sus soldados hacia la torre este y como Ghei, consiguió adentrarse sin problemas. Kalambria bajaba enfurecido con un cañón bláster por las escaleras de la torre hacia el patio. Disparaba desde las ventanas abatiendo a varios hombres, se colocó junto a unos de los imperiales detrás de una de las barricadas formadas previamente de la batalla. Juka no tardó en visualizar a Kalambria, pues tenía en los informes bastantes datos sobre él y conocía perfectamente su estatus dentro del Imperio Galáctico. Kalambria vio como un disparo iba hacia su pecho y agarró con velocidad a uno de sus soldados interponiendolo, haciendo que el soldado acabase muerto. Tiró el cuerpo con desprecio y disparó de nuevo con el cañón bláster abatiendo varios hombres. Juka avanzaba cada vez más, la torre este ya estaba básicamente tomada, Kalambria se asomó con rapidez y se encontró de frente con el Capitán mandaloriano, el intrépido Juka le coloco la westar en el abdomen y apretó el gatillo. El débil Kalambria le tomó del cuello mientras abría sus dos ojos y le colocó el cañón sobre la cabeza. Juka empezó a pegarle patadas pero no conseguía soltarse, pues la fuerza del imperial era mucho mayor que la suya. El General Imperial pulsó el botón del arma pero la arma no se activó. Tenía un agujero de un disparo láser que le había atravesado, giró su cabeza lentamente y observó un soldado disparandole hacia la cabeza. Kalambria caía al suelo muerto, y Juka se soltaba respirando fuerte. La torre este estaba tomada. - Coloqué explosivos en lo alto de la torre, será una señal. Los demás, coloquense en las murallas. Ayudaremos al Teniente Yisish's. - desde la torre oeste, Ghei observó como explosionaba la torre que se encontraba en el lado opuesto y se notó una sonrisa en su boca. - Torre este derribada. Yisish's, le apoyamos. - se escuchaba decir a Juka desde la radio. Feot se había atrincherado en una de las habitaciones de la torre, colocando varios explosivos láser en la puerta . Agarró con fuerza su detonador por si alguien entraba en la sala. La batalla en la torre este ya estaba acabada y Ghei entro en la habitación donde se encontraba Feot. - ¡Salgan todos con las manos en alto, están arrestados! - Feot identificó rápidamente la voz del Caudillo y se levantó con los ojos como platos. - Hermano. - decía el contrabandista mientras agarraba con fuerza el detonador. Ghei abría también sus dos ojos mientras tiraba su bláster. - ¿Por qué me abandonaste? - decía en una voz baja el Caudillo. Feot sonreía detrás de su macabra máscara. - No te volveré a abandonar hermano. - Seguidamente el contrabandista corría hacia Ghei y le abrazó con fuerza. El Caudillo desvió su mirada hacia la mano de su hermano y vio que el pulgar apretaba el detonador. En pocos segundos, la torre saltó por los aires y Yisish's podía verlo desde la batalla. La sonrisa no podía quitarsela nada, a no ser que viese el cuerpo de Ghei caer de la torre lentamente. El Teniente abrió sus dos ojos y corrió hacia su líder y compatriota. Le agarró lentamente por la cabeza elevandosela, Ghei le tomo de la armadura. Sin decir media palabra, sacaba su pistola láser, la cual se la había otorgado en padre del Caudillo cuando empezaron la rebelión en contra del Rey Kheru'uur II. Yisish's asentía con la cabeza fríamente y tomaba la pistola láser. Seguidamente Ghei cerro los ojos para no volver a abrirlos. Llenó de coraje, el Teniente se dio la vuelta mirando la base del Moff Boruss. La batalla estaba ganada, el dicho imperial se mantenía sentado en su balcón observando la caída de todos sus hombres y la ciudad en llamas. No tardó mucho en que llegase Yisish's a su inmenso salón. Boruss si quiera se dio la vuelta para observar a su asesino. - Acaba ya con esto. - decía el Moff. - Nadie escapa del Rey Oscuro. - decía el Teniente. Un disparo procedente del bláster de Yisish's acababa con la vida de Boruss. Mientras tanto, en Niktama, Eleiko ya combatía a las tropas de Cayos en el valle. - ¡Vamos muchachos, nuestros hermanos no habrán muerto por nada! - gritaba mientras alzaba su sable láser azul. Shiel disparaba desde una de las bases que estaba un poco más abajo del puesto avanzado que iba a atacar Abstracte, un cañón láser hacia las gigantescas máquinas de guerra. - ¡Son muchas, no sé si aguantaremos! - decía Shiel desde su radio al Jedi. - ¡Debemos aguantar, es el único obstáculo que nos queda antes de que lleguen las naves de la República! - respondía Eleiko desde su radio mientras combatía a los mandalorianos. Cuando la batalla estaba equitativa, una explosión asalto a todos en los altos de las montañas. Era el puesto avanzado que Gasloh en su día predijo que sería la clave de la batalla. De allí, emergieron los soldados Rakata y Draug blandiendo su sable de luz que se podía ver entre las montañas. Las tropas del Lord Dark Sith descendía derribando con cañones láseres y gracias al control de la fuerza de Draug las bases que colgaban de las pendientes de las montañas. Shiel miraba asustado la escena mientras observaba que se acercaban a su base. - ¡ATAQUEN TODOS! - gritaba desesperado el rebelde. Como si una aparición fuese, el Lord apareció delante de él blandiendo su espada láser. Shiel apuntaba temblando a la figura demoníaca y oscura pero sin que le hubiese dado tiempo a disparar, Draug rebanó su cabeza con un simple movimiento. Eleiko miraba la situación que sufrían sus hombres en las montañas, habían caído y las máquinas de guerra empezaron a avanzar a gran velocidad. Cuando se despistó, el Lord ya se había abalanzado sobre el Jedi para acabar con él.
El Jedi consiguió repeler el ataque con su sable azul. El choque de sables dejó un destello en mitad de la batalla. Las máquinas de guerra arrasaban con las tropas del Padawan mientras éste resistía con problemas los ataques del Lord Dark Sith. - Nos volvemos a ver. - decía mientras bloqueaba un ataque Draug. El Jedi le lanzó una esfera hacia su cabeza que el ágil Lord esquivó agachandose y empujandole mediante la fuerza. Eleiko, lo consiguió rechazar con dificultades y seguidamente repelió un corte hacia su abdomen. Cayos vio el duelo entre los dos sensibles. - Si acabo con el Lord... Tomaré el mando del ejército... - Pensaba el mandaloriano. El Capitán tomó el control de la máquina de guerra y apunto hacia la zona del duelo y disparó con el gigantesco cañón láser. El disparo consiguió ser evadido por Draug mientras miraba enfurecido la nave que le había disparado, la de Cayos. Veía al Padawan débil en el suelo y lo ignoró. Rápidamente corrió mediante la fuerza hacia la parte inferior de la gigantesca máquina. Escalo por sus patas de soporte hacia la cabina, escalando mediante su sable láser. Cayos empezó a mover como un loco la nave para intentar tumbar al Lord, sin éxito. Draug cuando llegó a la cabina, clavo su sable de luz en la cabina y el Capitán apartó la cabeza para esquivarlo. Seguidamente disparó varias veces al Dark Sith, el cual esquivó los disparo sin problemas. Se adentró en el interior de la nave y atravesó con su sable de luz al traidor. Le miró a los ojos y desclavó su sable lentamente del cuerpo. Eleiko miraba como sus tropas caían a gran velocidad debido a los disparos de las tropas del Dark Sith. El disparo de Cayos le había dejado muy debilitado, miraba a sus hombres con la vista borrosa y cuando desvió su mirada un momento hacia delante, observó un sable láser en su cuello. Draug le degollaba mientras decía - Nadie escapa del Rey Oscuro. - Con los rebeldes y el Moff Boruss fuera de juego, Inthar tenía vía libre para acabar con la guerra de una vez por todas. Se mantenía en sus aposentos colocandose en solitario su armadura Dark Sith mientras se miraba a un espejo. Se colocó un casco que tapaba completamente su cara y salía lentamente al balcón, miles de soldados estaban formando en la plaza de Qaliend. Los vecinos de la zona se asomaban a las ventanas observando la situación. El Rey Dark Sith miraba de un lado a otro la escena, disfrutando del momento, pues ya le habían llegado los datos de la victoria en Niktama y en Reirh. - Soldados, hoy daremos fin a la guerra que nosotros mismo comenzamos. Sé que estáis cansados, sé que echáis de menos vuestro planeta, Dxun. Yo también añoro Haruun Kal. No soy tan diferente a vosotros. Hoy acabaremos con la presencia Sith en Qalydon y volveremos a casa, soldados. ¡Nadie escapa del Rey Oscuro! - gritaba Inthar mientras las tropas se movilizaban y el montaba en una de las naves que iban a ir a Maolama. Nao estaba en la plaza de la ciudad distribuyendo a las tropas, habían caído todos sus generales de confianza, solo quedaba él. Su intención sería retirarse pero antes debía recibir el consentimiento del Imperio y aguantar el ataque de los Dark Sith. Maolama era una ciudad fácil de asaltar, tan solo estaba protegida por una gruesa muralla de acero mandaloriano, no obstante, los inteligentes imperiales habían colocado turbo láser anti-naves en las naves y anti-infantería. La batalla ya antes de empezar parecía declinarse por el Rey de Qalydon. Nao observaba las naves de Inthar llegar y abrir fuego sobre las tropas imperiales. Las bajas empezaban a aumentar para las tropas del Maestro del Sith.
Los anti-naves abrieron fuego sobre las máquinas de Inthar, derribando alguna, aunque las bajas eran más graves para los imperiales. Inthar tenía sus dos manos en las espaldas mientras veía a algunos imperiales retirarse de las murallas desde su nave. - Aquí a todas las naves, procederemos a aterrizar en la plaza de la ciudad. Quiero que sea una batalla rápida y eficaz. - Las naves aterrizaban en la zona antes dicha, y las tropas salían a toda velocidad arrasando la poca resistencia imperial. El Dark Sith desviaba los disparos mediante su Electrum de color rojo, y Nao se encontró de frente con él. Los dos usuarios del Lado Oscuro se miraron con odio y se enzarzaron en combate. El duelo fue muy equitativo, en el primer duelo Inthar había caído derrotado por lo que el Dark Sith ya conocía más o menos la forma de luchar del Maestro del Sith, al igual que Nao conocía los de él. Esto hizo que el combate fuese bastante lento con ataques varios de la fuerza y cortes. El duelo se declinó al lado del Dark Sith cuando Nao se precipitó al intentar clavarle el sable de luz en el abdomen a Inthar, éste consiguió bloquearle la espada láser y desviarla hacia arriba. Acto seguido le empujo mediante la fuerza y Nao salio disparado chocando contra un muro. Apenas le quedaban fuerzas y su sable había salido volando. Lo intento atraer mediante la fuerza pero el Dark Sith se había hecho con él antes y lo destruyo con una mano. - Je... Quién me iba a decir esto al principio de la Guerra... - decía un débil Nao. El Rey se colocaba de cuclillas colocandole el sable de luz en el cuello (al igual que Draug con Eleiko horas antes) y le degollaba mientras decía...
- Nadie escapa del Rey Oscuro. -
[...]
Yisish's, Draug e Inthar se mantenían en la sala del trono mientras el Teniente del caído Ghei estaba de rodillas con el bláster en el suelo ante el trono. - Juro servirle para siempre. Daré la vida por Qalydon. Daré la vida por la Orden Dark Sith y daré la vida por el Rey Oscuro de Qalydon. En nombre de toda la rebelión del eterno Caudillo Ghei. - el Dark Sith se levantaba lentamente y le colocaba el sable láser sobre su cabeza. - Serás mis manos en Qalydon. Mis ojos. Serás mi mano derecha, desde hoy hasta que La Fuerza diga lo contrario. - dicho esto, Inthar apagaba su sable de luz.
OBTENCIONES:
- Spoiler:
- Soldados de Qalydon [75]
(coloquemenlo en animales)
Última edición por Inthar el Jue Oct 09, 2014 11:05 pm, editado 1 vez
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Hola amigo, lo mantengo en revisión.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Haruun Kal] Rey de Qalydon [Obtención]
Que magia, que elegancia, que perfección para mí. Bastante bueno desde todos los ángulos posibles, de verdad nunca había visto un roleo tan, pero tan bueno, espero que sigas así y mejores mucho más. Me encanto.
Liedsha- Mensajes : 101
Fecha de inscripción : 19/08/2014
Localización : Horno City
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