[ROLEO] Meditación
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[ROLEO] Meditación
¿Dónde estaba (¿realmente estaba en algún sitio?)?
Dresh avanzaba por el oscuro pasillo, con su sable láser encendido en la mano derecha. No veía las paredes, pero las intuía porque, de repente, las baldosas negras de suelo desaparecían a los lados. La penumbra que le rodeaba le permitió divisar algo al final del corredor.
Era una puerta. Una puerta abierta, de la que no emergía más que misterio, incertidumbre y oscuridad. Sobretodo, oscuridad. Dresh sintió un terror irracional recorriendo cada palmo de su ser. Sin embargo, no se amilanó (aunque sí vaciló un instante) y continuó dando pasos lentos y premeditados. Frenó en seco; había alguien detrás.
Giró sobre su eje, colocando su sable láser en vertical, esperando bloquear la hoja de otro sable. Agudizó la vista y, de nuevo, la penumbra pareció apiadarse de él y mostró a unos diez metros a una joven tirada en el suelo. Los pliegues de sus largos ropajes blancos se ordenaban entorno a su delicada figura. Dresh sintió que algo tiraba de él, así que se dejó de llevar. Cuando reaccionó, se encontraba arrodillado junto al cuerpo de la muchacha, la cual tendría más o menos su edad. Su cabello negro se ramificaba, extendiéndose tanto como su longitud se lo permitía. Abrió los ojos.
Dresh sintió que su mirada grisácea acariciaba con tacto aterciopelado cada poro de su piel. Cada célula de su cuerpo se sintió revitalizada ante los ojos de aquella joven. Le embargó una sensación de bienestar, olvidándose de pronto de aquel onírico paisaje. Dejó atrás todo, incluso su condición de Jedi, y dejó que esa sensación le arropase por completo. Pero entonces, algo tuvo que suceder, porque el lugar empezó a desvanecerse en la nada. Como si el tejido de aquella extraña realidad, ajena a toda lógica, se deshiciese lentamente. Todo, incluso ella, comenzó una caída interminable hacia ningún sitio. Todo, salvo Dresh, que, aún paralizado, no reaccionó a tiempo para sujetar la mano que le tendía la muchacha. Vio cómo caía, sintiendo que su alma se caía con ella. Sintiéndose de pronto vacío. Sintiendo que un acaudalado miedo paralizaba su torrente sanguíneo...
Despertó de golpe.
La cabeza le daba vueltas. Sintió que tenía ganas de vomitar, pero ni se movió. Se contuvo, se relajó y permitió que sus ojos, lentamente, se adaptasen a la luz del recién nacido día. Cayó de nuevo dormido en un frágil sueño, y se despertó suavemente un par de horas más tarde. Esta vez se sentía más cómodo. Se otorgó un buen rato de descanso sobre la cama, sin moverse, hasta que finalmente se levantó y se adecentó un poco para salir. Su maestro, probablemente, estaría ocupado con los soldados republicanos, dado que había sido recientemente nombrado Comandante de la República, así que no quiso molestarle. Pensó que, tal vez, salir a meditar toda la mañana le ayudaría a calmarse después de aquel extraño sueño, y ya por la tarde continuaría con sus entrenamientos.
La caminata hasta el bosque le vino muy bien. El frescor de la mañana acariciando su rostro, sus manos... resultaba muy reconfortante. Algo en lo que Dresh nunca había reparado, pero sí que sabía inconscientemente, era que el frío le ayudaba a pensar.
El bosque a su alrededor también resultaba muy agradable a la vista. Cuando se quiso dar cuenta, se había alejado bastante de las instalaciones de la academia. Escuchó un leve siseo, débil pero constante. ¿Agua? Debía de haber una cascada por allí cerca. De ser así, estaba seguro de que sería un perfecto lugar donde alejarse un buen rato del mundo.
Dresh no se equivocaba, encontró una cascada siguiendo un pequeño riachuelo, en un lugar donde el bosque se hacía ralo. No era muy grande, apenas tendría unos quince metros, pero le pareció un lugar hermoso. Se sentó junto al agua. Ocasionalmente, algunas gotas atrevidas impactaban contra él y le provocaban un estremecimiento, pero Dresh se mantenía sereno, como si ya su mente se hubiese perdido en la inmensidad de su interior.
La meditación parecía estar dando resultado, aunque acababa de empezar y era demasiado pronto para dar un veredicto.
Pero de nuevo aparecieron esos ojos grises. De nuevo su alma se templó, y de nuevo los vio perderse en el vacío. Como el veneno que se propaga a través del organismo, Dresh sintió una pesada sensación de angustia que le obligó a abrir los ojos.
-¿Problemas de insomnio?-dijo una voz tras él.
Dresh no se giró, pero sabía quién era.
-No, maestro. Pensé que era un buen lugar para meditar.
-Sabes bien a qué me refiero. No puedes engañarme-aseguró, esbozando una pequeña sonrisa.
El muchacho se puso en pie y se giró hacia su maestro.
-Hay una joven en mis sueños. No la conozco, pero... siento como si ocupase un lugar dentro de mí.
-Tal vez no sea humana. Quizá la Fuerza te ha enviado a esa mujer para mostrarte algo, para ofrecerte una enseñanza.
-Pero... no lo entiendo.
-Ni tú ni nadie, mi joven aprendiz. La Fuerza es un enigma, cuyos secretos están, todavía, muy lejos de nuestras manos. Ni los Sith, con sus oscuras y vastas técnicas pueden descifrar las incógnitas que la Fuerza nos muestra.
-¿Entonces cómo interpretaré todo ésto?
-Medita sobre ello. La respuesta te impactará de repente. Cuando eso suceda, simplemente debes retenerla. Entonces sabrás interpretar la experiencia.
Hubo una breve pausa, en la que su maestro contempló la mirada de Dresh. Aunque realmente estaba contemplando algo más allá de sus ojos color avellana.
-He de irme. Hay discusiones entre los soldados, así que no debo dejarles mucho tiempo solos. Esta tarde nos veremos en el salón de prácticas.
El muchacho asintió sin emitir una sola palabra.
Regresó a la academia cuando sintió que su estómago le pedía llevarse algo a la boca, varias horas más tarde. Estaba algo decepcionado, pues la meditación no había dado el resultado que esperaba. La mirada grisácea de la joven siempre aparecía cuando su alma parecía, por fin, librarse de las ataduras de su existencia humana.
Aquel día no había sido muy productivo. Dresh había entrenado como hacía todos los días, pero hoy sus movimientos eran especialmente lentos y torpes. Zedrik sabía que toda aquella historia del sueño le estaba afectando, así que tampoco se molestó demasiado en amonestarle. De hecho, no lo hizo.
Cuando anocheció, el joven volvió a sus aposentos, completamente absorto en sus pensamientos. Se tumbó sobre la cama y cerró los ojos, y simplemente esperó. Esperó. Y esperó... hasta que por fin llegó. Recordó el cristal de meditación.
Nunca lo había empleado, ni si quiera sabía cómo se utilizaba, pero tal vez aquello pudiese ayudarle a arrojar un poco de luz sobre el tema que le ocupaba.
Dresh avanzaba por el oscuro pasillo, con su sable láser encendido en la mano derecha. No veía las paredes, pero las intuía porque, de repente, las baldosas negras de suelo desaparecían a los lados. La penumbra que le rodeaba le permitió divisar algo al final del corredor.
Era una puerta. Una puerta abierta, de la que no emergía más que misterio, incertidumbre y oscuridad. Sobretodo, oscuridad. Dresh sintió un terror irracional recorriendo cada palmo de su ser. Sin embargo, no se amilanó (aunque sí vaciló un instante) y continuó dando pasos lentos y premeditados. Frenó en seco; había alguien detrás.
Giró sobre su eje, colocando su sable láser en vertical, esperando bloquear la hoja de otro sable. Agudizó la vista y, de nuevo, la penumbra pareció apiadarse de él y mostró a unos diez metros a una joven tirada en el suelo. Los pliegues de sus largos ropajes blancos se ordenaban entorno a su delicada figura. Dresh sintió que algo tiraba de él, así que se dejó de llevar. Cuando reaccionó, se encontraba arrodillado junto al cuerpo de la muchacha, la cual tendría más o menos su edad. Su cabello negro se ramificaba, extendiéndose tanto como su longitud se lo permitía. Abrió los ojos.
Dresh sintió que su mirada grisácea acariciaba con tacto aterciopelado cada poro de su piel. Cada célula de su cuerpo se sintió revitalizada ante los ojos de aquella joven. Le embargó una sensación de bienestar, olvidándose de pronto de aquel onírico paisaje. Dejó atrás todo, incluso su condición de Jedi, y dejó que esa sensación le arropase por completo. Pero entonces, algo tuvo que suceder, porque el lugar empezó a desvanecerse en la nada. Como si el tejido de aquella extraña realidad, ajena a toda lógica, se deshiciese lentamente. Todo, incluso ella, comenzó una caída interminable hacia ningún sitio. Todo, salvo Dresh, que, aún paralizado, no reaccionó a tiempo para sujetar la mano que le tendía la muchacha. Vio cómo caía, sintiendo que su alma se caía con ella. Sintiéndose de pronto vacío. Sintiendo que un acaudalado miedo paralizaba su torrente sanguíneo...
Despertó de golpe.
La cabeza le daba vueltas. Sintió que tenía ganas de vomitar, pero ni se movió. Se contuvo, se relajó y permitió que sus ojos, lentamente, se adaptasen a la luz del recién nacido día. Cayó de nuevo dormido en un frágil sueño, y se despertó suavemente un par de horas más tarde. Esta vez se sentía más cómodo. Se otorgó un buen rato de descanso sobre la cama, sin moverse, hasta que finalmente se levantó y se adecentó un poco para salir. Su maestro, probablemente, estaría ocupado con los soldados republicanos, dado que había sido recientemente nombrado Comandante de la República, así que no quiso molestarle. Pensó que, tal vez, salir a meditar toda la mañana le ayudaría a calmarse después de aquel extraño sueño, y ya por la tarde continuaría con sus entrenamientos.
La caminata hasta el bosque le vino muy bien. El frescor de la mañana acariciando su rostro, sus manos... resultaba muy reconfortante. Algo en lo que Dresh nunca había reparado, pero sí que sabía inconscientemente, era que el frío le ayudaba a pensar.
El bosque a su alrededor también resultaba muy agradable a la vista. Cuando se quiso dar cuenta, se había alejado bastante de las instalaciones de la academia. Escuchó un leve siseo, débil pero constante. ¿Agua? Debía de haber una cascada por allí cerca. De ser así, estaba seguro de que sería un perfecto lugar donde alejarse un buen rato del mundo.
Dresh no se equivocaba, encontró una cascada siguiendo un pequeño riachuelo, en un lugar donde el bosque se hacía ralo. No era muy grande, apenas tendría unos quince metros, pero le pareció un lugar hermoso. Se sentó junto al agua. Ocasionalmente, algunas gotas atrevidas impactaban contra él y le provocaban un estremecimiento, pero Dresh se mantenía sereno, como si ya su mente se hubiese perdido en la inmensidad de su interior.
La meditación parecía estar dando resultado, aunque acababa de empezar y era demasiado pronto para dar un veredicto.
Pero de nuevo aparecieron esos ojos grises. De nuevo su alma se templó, y de nuevo los vio perderse en el vacío. Como el veneno que se propaga a través del organismo, Dresh sintió una pesada sensación de angustia que le obligó a abrir los ojos.
-¿Problemas de insomnio?-dijo una voz tras él.
Dresh no se giró, pero sabía quién era.
-No, maestro. Pensé que era un buen lugar para meditar.
-Sabes bien a qué me refiero. No puedes engañarme-aseguró, esbozando una pequeña sonrisa.
El muchacho se puso en pie y se giró hacia su maestro.
-Hay una joven en mis sueños. No la conozco, pero... siento como si ocupase un lugar dentro de mí.
-Tal vez no sea humana. Quizá la Fuerza te ha enviado a esa mujer para mostrarte algo, para ofrecerte una enseñanza.
-Pero... no lo entiendo.
-Ni tú ni nadie, mi joven aprendiz. La Fuerza es un enigma, cuyos secretos están, todavía, muy lejos de nuestras manos. Ni los Sith, con sus oscuras y vastas técnicas pueden descifrar las incógnitas que la Fuerza nos muestra.
-¿Entonces cómo interpretaré todo ésto?
-Medita sobre ello. La respuesta te impactará de repente. Cuando eso suceda, simplemente debes retenerla. Entonces sabrás interpretar la experiencia.
Hubo una breve pausa, en la que su maestro contempló la mirada de Dresh. Aunque realmente estaba contemplando algo más allá de sus ojos color avellana.
-He de irme. Hay discusiones entre los soldados, así que no debo dejarles mucho tiempo solos. Esta tarde nos veremos en el salón de prácticas.
El muchacho asintió sin emitir una sola palabra.
Regresó a la academia cuando sintió que su estómago le pedía llevarse algo a la boca, varias horas más tarde. Estaba algo decepcionado, pues la meditación no había dado el resultado que esperaba. La mirada grisácea de la joven siempre aparecía cuando su alma parecía, por fin, librarse de las ataduras de su existencia humana.
Aquel día no había sido muy productivo. Dresh había entrenado como hacía todos los días, pero hoy sus movimientos eran especialmente lentos y torpes. Zedrik sabía que toda aquella historia del sueño le estaba afectando, así que tampoco se molestó demasiado en amonestarle. De hecho, no lo hizo.
Cuando anocheció, el joven volvió a sus aposentos, completamente absorto en sus pensamientos. Se tumbó sobre la cama y cerró los ojos, y simplemente esperó. Esperó. Y esperó... hasta que por fin llegó. Recordó el cristal de meditación.
Nunca lo había empleado, ni si quiera sabía cómo se utilizaba, pero tal vez aquello pudiese ayudarle a arrojar un poco de luz sobre el tema que le ocupaba.
Última edición por Vadoram el Dom Feb 23, 2014 10:04 am, editado 1 vez
Defiance- Mensajes : 1817
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 27
Re: [ROLEO] Meditación
Me gusta tu forma de narrar Musnus lo estaré siguiendo, suerte.
Invitado- Invitado
Re: [ROLEO] Meditación
Heimath escribió:Esa imagen es mía, plagiador. (Jensaarai)
Buen roleo.
Ni te lo leíste hijo pta sólo pusiste buen roleo para k no te dieran aviso asko me das.
PD: SEGUNDA PARTE SUBIDAAAAAAAAAAA
Defiance- Mensajes : 1817
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 27
Re: [ROLEO] Meditación
Interesante
Seiya Kenobi- Mensajes : 1235
Fecha de inscripción : 24/08/2011
Edad : 34
Localización : Orden jedi De Tython
Re: [ROLEO] Meditación
Está bien pero intenta usar más color e imágenes para apoyar graficamente el roleo. Lo seguiré viendo.
Invitado- Invitado
Re: [ROLEO] Meditación
Silencio hijo, ando atento a este roleo.
Cada vez se pone mejor pero es demasiado corto.
No heredaste el gen de escribir mucho.
Cada vez se pone mejor pero es demasiado corto.
No heredaste el gen de escribir mucho.
Invitado- Invitado
Re: [ROLEO] Meditación
Heimath escribió:Silencio hijo, ando atento a este roleo.
Cada vez se pone mejor pero es demasiado corto.
No heredaste el gen de escribir mucho.
cierto........................ a ud le ponen "hola" y peta el foro, padre.
Defiance- Mensajes : 1817
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 27
Re: [ROLEO] Meditación
Hermoso, espero con ansias que continúe.
Kraweth- Mensajes : 326
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: [ROLEO] Meditación
Heimath escribió:Silencio hijo, ando atento a este roleo.
Cada vez se pone mejor pero es demasiado corto.
No heredaste el gen de escribir mucho.
Hola.
El roleo me va gustando. Espero con ansias su continuación.
Stryfe- Mensajes : 726
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Edad : 26
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