[ROLEO DE ARKANIA] Vuelta a los orígenes
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[ROLEO DE ARKANIA] Vuelta a los orígenes
Prólogo
Parece, que de repente, todo volvía a repetirse. Tras la fuga en masa de los sith que habitaban el templo de Arkania hace unos años, ahora parecía resurgir de nuevo buscando ser aquel templo que llegó a desafiar a la galaxia con un extraordinario potencial. El Lord Gevura volvía a tomar las riendas del templo como señor oscuro y no solo consiguió reunir a sus viejos camaradas que se encontraban desperdigados por la galaxia, también consiguió reclutar nuevos adeptos para su causa durante su exilio por ésta.
CAPÍTULO 1: Vuelta a los orígenes
Zod Tankard, aquel que una vez fue la mano derecha del actual señor oscuro, se encontraba en Tatooine en una misión ahora como usuario del Lado Luminoso. A menudo recapacitaba si hizo bien en dejar sus emociones de lado, renunciar a todo lo que había conseguido como Lord Sith para ser ahora un simple capitán jedi sumiso a las órdenes del sabio y anciano consejo. Había puesto un gran interés en llevar la misión de Tatooine, no por entusiasmarse para capturar a esos contrabandistas que atacaban las granjas, si no porque su Maestro Twilek Walatero se encontraba allí en una misión diplomática. Consiguieron reunirse en una cantina, poco luminosa y tan sucia como la mayoría de sus clientes. Un olor nauseabundo, como mezcla de sudor y excremento, impedía que las chicas más recatadas de la zona se acercaran a dicho antro.
Cuando Zod entró en la cantina, encapuchado con unas túnicas, no típicas de jedi si no más bien de comerciantes, localizó rápidamente a su maestro. Se encontraba en la barra con las manos entrecruzadas y la mirada agachada y perdida. Ni siquiera se percató de mi presencia hasta que coloqué una mano en su hombro, en la que se sobresaltó metiendo su mano rápidamente en su túnica. Al verme, suspiró y saco la mano de entre sus ropajes:
-Vaya, lo siento chico… me has pillado desconcentrado- Dijo algo extasiado
-Suerte de que no sea una mercenario en busca de un sable de luz para mi colección eh.. – Dije en un tono burlesco. Wala ni siquiera hizo una mueca por reírse o esbozar una media sonrisa que tanto le caracterizaba. No era normal verle tan ausente y perdido en sus pensamientos.
-Maestro… ¿Ocurre algo? ¿Qué razones nublan su concentración y rivalizan con su simpatía?- Wala me miró y en sus ojos pude ver una tristeza que me hizo ponerme en lo peor.
-Verás Zod.. . Karia y su familia han muerto. – Pude notar como de repente algo se rompía dentro de mí. Karia, la chica por la que probablemente era la única por la que había sentido algo.
Todo empezó después de mi exilio de la orden sith. El imperio actual se encontraba en una guerra civil y yo había desertado, asesinando a varios imperiales en mi camino. Fue durante una batalla en la atmósfera de Tatooine , cuando logré montarme en un caza en el hangar del destructor sith, pero durante mi despegue un imperial lanzó un misíl guiado rozando una de mis alas, dañándola y perdiendo el control de ésta. No podía mantenerme con un caza estropeado en ese cruce de disparos láser y explosiones así que dirigí forzosamente el caza en dirección del planeta arenoso.
A medida que entraba en la atmósfera el caza cogía velocidad y descendía con una rapidez que impedía poder estabilizarla, asi que era cuestión de segundos que me estrellara. Allí estaba tirando de los controles hacia arriba para no caer en picado contra la arena del desierto y reventar en mil pedazos. Parece que la conseguí poner en horizontal hasta que la parte inferior tocó tierra, haciendo que esta empezara a rodar unos cuantos metros hasta verse detenida por una de las numerosas dunas.
Había perdido el conocimiento antes de que me consiguiera detener por completo. Me encontraba dolorido, sin poder moverme mientras que un poco de luz solar entraba por la cabina del caza que aún no había cubierto la arena. Pude ver como una sombra pasaba alrededor de la cabina, y posteriormente como una chica de cabello azul y piel rosada se asomaba por el hueco, tapando toda luz posible. Los controles de la nave estaban dañados, me encontraba prisionero del instrumento que me había ayudado a escapar. La chica parece que desapareció cuando unas horas después la cabina de mi nave estaba siendo golpeada y agrietada hasta partirla.
Un hombre de cabellos grises me agarró y me sacó de la cabina con una delicadeza más propia de una mujer, que de un anciano como él. La chica que había visto se encontraba a su lado cuando empezaron a hablar:
-Mira Droc, tiene un sable láser. Y el caza tiene el logo del imperio. ¡Es un Sith!
-Sí Karia, pero está herido. No podemos dejar que muera aquí deshidratado como un perro. Ayúdame a montarlo en el Speeder. –
Me cargaron dentro y me llevaron hasta lo que parecía una granja de humedad. Al llegar una mujer, con cabello rubio platino salió a recibirlos y sin decir nada, con una mirada parece que lo dijo todo. Me llevaron dentro, y me depositaron en una cama donde me dieron de beber y trataron mis heridas como si supieran lo que estaban haciendo o llevarán años curando heridos.
-Descansa ahora, luego hablaremos – Dijo la zeltrona, abandonando la habitación detrás de lo que parecía ser un matrimonio.
Capítulo 2: Prófugo
Pasaron días hasta que pude ponerme de pie sin tambalearme y caminar de una forma más o menos erguida. Estos tres individuos que acababa de conocer, me miraban con timidez pero aún así no les temblaba el pulso a la hora de poner sus víveres y recursos a mi disposición. No me preguntaban nada, ni me sacaban ningún tema de conversación hasta que un día la chica aprovechó uno de mis momentos de soledad a las afueras de la casa para entablar una conversación;
-Eres un sith ¿verdad? – Dijo sin rodeos con una mirada acusadora pero con un brilo en sus ojos que le daban un aire de valentía.
-Así es.. o al menos lo era. Te llamas Karia si no estoy equivocado- la zeltrona asintió – ¿Qué relación tienes con ese matrimonio? Ellos son humanos.
-Soy huerfána, mis padres desaparecieron cuando era una cría durante un conflicto con las aldeas cercanas y entonces aparecieron Droc y Marsiah, simples exploradores o excursionistas que toparon conmigo y no dudaron en acogerme y tratarme como una hija. Se puede decir que aunque no tengamos la misma sangre es la única familia que conozco. Y en cuanto a ti.. nunca había visto un nautolano sith
-Hasta ahora- Dije mientras sonreía o lo intentaba, no estaba muy acostumbrado a ser amable.
Pasaron los días y la relación con la zeltrona se estrechaba y no sólo con ella, también con Droc y Marsiah. Marsiah era la típica mujer que siempre te hablaba de una forma alegre, empezando y acabando las conversaciones con una sonrisa de oreja a oreja. Y en cuanto a Droc, le ayudaba con las tareas mecánicas y así aprovechaba para acercarme a él y conocerle mejor. Les conté como huí del imperio, mientras sus caras mostraban preocupación e incluso miedo.
-No quiero daros problemas, estoy seguro que el imperio mandará cazarrecompensas en mi búsqueda y después de vuestra ayuda no podría entrome… -Antes de acabar la frase Droc con un tono de voz grave y decidido saltó:
-No irás a ningún lado, te hospedarás el tiempo que necesites hasta que estés decidido a partir y continuar tu camino que por cierto… ¿Cuál será?
Era la primera vez en años que no sabía que responder, había huido de lo que siempre había sido. Es cierto que esa experiencia me ayudó para ver luz y alejarme del lado oscuro, aunque en el fondo no era feliz de renunciar a las habilidades que la Fuerza me daba en uno de sus caminos. No pasaron más de dos meses cuando Walatero apareció, notando mi presencia en la fuerza encapuchado a las puertas de la granja y ofreciéndome volver a empezar ahora que había cambiado.
En ese tiempo habían empezado a florecer en mi interior unos sentimientos hacia Karia, una confianza que nunca había tenido con nadie por lo que aceptar la oferta del jedi me resultó aún más difícil. Les fui agradecido y sin decirle a Karia todo lo que me había hecho sentir, partí.
Después de la noticia del maestro Walatero, me quedé rigido, inmóvil sin articular palabra o mínimo gesto en mi rostro. Agaché la cabeza tras afrontarlo y con la voz entrecortada le pregunté:
-¿Qui-en los mató?
-Mercenarios, se esconden en las cuevas del oeste. – Wala como si supiera lo que iba a hacer, sabría que nada cambiaría mi parecer y que me vengaría. Él tenía la esperanza de que antes de cometer un acto llevado por mis emociones, meditaría y recapacitaría. Se equivocó.
Je'daii- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 29/08/2011
Re: [ROLEO DE ARKANIA] Vuelta a los orígenes
No me gustó la estética en cuanto al color amarillo ese, me marea, la narración está pasable y a la hora de las imágenes tampoco te lo curraste mucho. A seguir trabajando en ello pero es bueno hacer este tipo de cosas.
Nysrogh- Mensajes : 1953
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 30
Re: [ROLEO DE ARKANIA] Vuelta a los orígenes
no hagas caso a los ignorantes papushi
buenisimo roleo sigue asi man me gusto mucho como haces tu roleos estilo wolverine que dices una parte final y luego el principio sigue asi buena estettica
buenisimo roleo sigue asi man me gusto mucho como haces tu roleos estilo wolverine que dices una parte final y luego el principio sigue asi buena estettica
Tyvokka Atti- Mensajes : 76
Fecha de inscripción : 27/05/2012
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