[Roleo de Drongar] La Llegada de los Rakata
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Hannibal
Jensaarai
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[Roleo de Drongar] La Llegada de los Rakata
Entre la espesura del tempestuoso planeta de Drongar, una leve perturbación acontece una ruptura del continuo espacio-tiempo. La oscura vegetación se vio iluminada por un trueno destacable, que precedió a una nueva tormenta, como eran habituales en aquel planeta de completa Oscuridad.
Un portal se abrió en el cielo repentinamente, haciendo la misma de epicentro donde de todos los rayos que caían de manera incesante sobre el portal, sobrecargándolo. Un estallido que cegó a todas las criaturas salvajes, aumentó la energía notablemente.
Como aparecido de la nada, la proa de una nave gigantesca emergió del portal interdimensional. Cuando terminó de salir por completo, decenas de naves de menor tamaño, semejantes a unos caza Tie siguieron a la nave nodriza principal. Sus símbolos, ilegibles por el desgaste del tiempo, dejaron desconcertados a unos Guerreros Dark Sith que observaban todo con los ojos abiertos de par en par.
Una pequeña nave descendió, y de su interior salieron sus visitantes:
Eran Rakatas. Los que sembraron el caos y fundaron el primer Imperio Infinito de la galaxia, creadores de la avanzada tecnología de los Holocrones, habían vuelto. Posiblemente, producto de prácticas fallidas de los poderosos Hechiceros Dark Sith. El caso era que habían vuelto.
Seguido de sus fieles Sabuesos, poderosos usuarios de la Fuerza fieros como cualquier guerrero que se precie de serlo, habían aterrizado junto a los Rakata en Drongar y ahora amenazaban con hacer caer la recién surgida de la Orden Dark Sith.
Ahora, los Dark Sith lucharán por la supervivencia de su Orden.
Un portal se abrió en el cielo repentinamente, haciendo la misma de epicentro donde de todos los rayos que caían de manera incesante sobre el portal, sobrecargándolo. Un estallido que cegó a todas las criaturas salvajes, aumentó la energía notablemente.
Como aparecido de la nada, la proa de una nave gigantesca emergió del portal interdimensional. Cuando terminó de salir por completo, decenas de naves de menor tamaño, semejantes a unos caza Tie siguieron a la nave nodriza principal. Sus símbolos, ilegibles por el desgaste del tiempo, dejaron desconcertados a unos Guerreros Dark Sith que observaban todo con los ojos abiertos de par en par.
Una pequeña nave descendió, y de su interior salieron sus visitantes:
Eran Rakatas. Los que sembraron el caos y fundaron el primer Imperio Infinito de la galaxia, creadores de la avanzada tecnología de los Holocrones, habían vuelto. Posiblemente, producto de prácticas fallidas de los poderosos Hechiceros Dark Sith. El caso era que habían vuelto.
Seguido de sus fieles Sabuesos, poderosos usuarios de la Fuerza fieros como cualquier guerrero que se precie de serlo, habían aterrizado junto a los Rakata en Drongar y ahora amenazaban con hacer caer la recién surgida de la Orden Dark Sith.
Ahora, los Dark Sith lucharán por la supervivencia de su Orden.
Se posó con suavidad sobre la zona del hangar, volviéndose visible ante los ojos de las criaturas que se encontraban ante él. Lo rodearon en apenas dos segundos, apuntándole con pistolas bláster. Aún mantenía los ojos cerrados, visualizando la situación en su mente gracias a la Fuerza, analizando el ambiente. Eran los destinados al combate aéreo, de modo que no iban fuertemente armados. Sólo había lo que parecía ser un controlador del hangar, algo distante, armado con una vara láser, detrás de los pilotos. Rápido como el pensamiento, alzó su mano izquierda a la altura de su tórax, y automáticamente las armas resbalaron de sus manos mientras se alzaban varios palmos sobre el suelo, mantenidos en el aire por una mano invisible que se cerraba con asombrosa fuerza alrededor de sus cuellos, asfixiándolos. Sólo uno quedó en el suelo, el único armado con una vara láser, la cual ya estaba activada y se dirigía hacia él, que descolgaba un sable de luz del cinturón y tras encenderlo, se dirigía hacia el rakata. La vara y el sable chocaron con brusquedad, y el dark sith mantenía la concentración para terminar de eliminar a los pilotos de una vez, que poco a poco daban sus últimas combulsiones y caían sin vida al suelo, liberados por esa mano que ya no sentía la sangre fluir. Dirigió una estocada hacia el pecho del rakata, que la bloqueó a la par que retrocedía, pero sin tiempo de contraatacar, recibía otra estocada, más fuerte que la anterior y casi le hacía caer. Pegando su espalda contra la pared, se abalanzó sobre el invasor con un golpe directo hacia su estómago que habría sido mortal. Pero éste se puso de lado e interpuso el sable en la trayectoria del rakata, que cayo al suelo dividido en dos al cruzar el sable con su vientre. Al apagar su sable, observó como uno a uno, fueron cayendo el resto de pilotos, quedando en simples cuerpos sin vida. -Éso contentará a Nocturnal. - Los cuerpos se precipitaron a través de la barrera de hangar, hacia la superficie de Drongar.
Apoyó su mano sobre la compuerta de salida de hangar, pero antes de abrirla, llevó su mano a su cinturón, y extrajo una cruz de no más de treinta centímetros de largo y quince de ancho. Cerró su mano entorno a ella con fuerza, y sus cuatro extremos se alargaron, extendiéndose el mecanismo interno con fuertes y continuos chasquidos, hasta superar el metro y medio de largo. Liberó una onda de energía que destrozó la puerta, mostrando ante él un pasillo vacío. Corrió por él lo más rápido posible, recorriéndolo en apenas unos segundos y encontrándose con un primer grupo de cinco rakata armados con fusiles, que ya se encontraban apuntándolo. Retrocedió al instante, volviendo al final del pasillo anterior, evitando por muy poco la oleada de disparos. Tomando aire, activó el mecanismo interno de la cruz, y de cada extremo nació un haz de luz plateado. Salió de inmediato de su escondite, y ayudándose de los cuatro haces de luz, reflejó hacia los tiradores los únicos disparos que se dirigían hacia su cuerpo. En menos de medio minuto, sólo quedaba uno en pie, el único que había dejado de disparar, viendo a sus compañeros heridos de muerte por sus propios disparos. Este huyó, pero el pasillo era largo y no tendría tiempo para escapar, de modo que el dark sith alzó su mano, señalando su espalda. Sin embargo, algo cruzó el aire, algo que lo distrajo y lo detuvo: una orden transmitida por telepatía, que había podido captar gracias a su intensa conexión con la Fuerza, algo que nunca antes había logrado. -Tenemos un intruso. Encuéntralo y elimínalo. - Sin duda, el mensaje iba referido sobre él. Sonrió, dejando huir al rakata y encaminándose en su misma dirección. Al final del pasillo se encontraba un mapa de la nave que indicaba el punto en el que se encontraba él. Y más allá, por encima suya, distiguía lo que sin duda era el centro de mando, su objetivo. Apagó los extremos del sable y tras memorizar el recorrido, se encaminó hacia la derecha. Según avanzaba, sentía como lo estaban rodeando muy lentamente, con una clara estrategia que indicaba que lo estaban observando, pero le daba igual. Lo que le preocupaba era que aún no había detectado a aquel que debía encontrarlo y eliminarlo. Sin duda, debía ser alguien poderoso y astuto, pero no veía más que simples rakata avanzando estratégicamente. Plegó los extremos del sable y lo levantó por encima de su cabeza, extrayendo la energía magnética que se cargaba en especial en el cristal que contenía. Juntó antes su otro sable de luz a la cruz, y liberó esta onda de energía mediante la Fuerza, que se presentó como una enorme esfera azulada creciente. Repentinamente se hizo la oscuridad en el pasillo, y los gritos de los oficiales de la nave, ya fuesen de alerta o nerviosismo, recorrieron todo el crucero estelar sumido en la penumbra. Avanzaba sin hacer ruido al deslizarse, con un sable en cada mano. Los rakata ahora estaban desorientados, y el apagón duraría todavía unos segundos. Fundido con la sombra, se deslizó más deprisa que nunca, como si formase parte de la misma oscuridad de los pasillos. Se movió entre los tiradores, a través del hueco de un ascensor, y finalmente, llegó al pasillo iluminado que buscaba: una puerta con un símbolo algo desgastado, pero que bien se parecía al símbolo del Imperio Infinito. Y frente a esa puerta cerrada, una figura armada con una armadura que abarcaba desde sus pies hasta la coronilla y un sable de luz que desprendía un tono carmesí: un sabueso, aquel que tenía por orden acabar con él. No estaba dispuesto a hablar con una criatura como esa, de modo que sin mediar palabra, colgó su sable y desplegó los extremos del sable en forma de cruz, encendiendo los cuatro haces de luz. Su rival entendió, e inmediatamente se puso en guardia, esperándolo. No tenía por costumbre iniciar los ataques, pero en ese momento, tenía prisa, pues no sabía como podía ir la lucha en la superficie. Alzó su mano y liberó una descarga de energía, que el sabueso le devolvió con el haz de luz carmesí. Al instante, el dark sith atrapó su propia ráfaga eléctrica en su mano, y formó una esfera que se dispersó por su brazo, marcándolo con ondas eléctricas y desgarrando su túnica. Corrió con el brazo extendido hacia el sabueso, que también corría hacia él, y los haces de luz liberaron un fuerte destello anaranjado al impactar entre ellos. Estiró hacia él su brazo marcado por las quemaduras de los rayos, y de un golpe le arrancó las máscara que cubría su rostro, y lo estrelló contra la pared. Pero este no llegó a caer, sino que se mantuvo firme en todo momento, para volver a la carga con el rostro descubierto. El enfrentamiento se prolongó durante varios minutos, hasta el punto de que la luz volvió al crucero estelar, de modo que retrocedió, algo cansado por el combate. No era su especialidad la esgrima, caso contrario al sabueso, y los rakata pronto llegarían.. Apagó su sable y tras plegarlo, ante los ojos atónitos de su enemigo, se sentó en el suelo, cerrando los ojos y respirando con profundidad. El sabueso apenas esperó diez segundos, se lanzó de nuevo contra él, dispuesto a asestarle el golpe final. Sin embargo, este abrió sus ojos de golpe, y clavando la mirada en su enemigo, usó la Fuerza para estrellarlo brutalmente contra la pared izquierda al compás del movimiento de sus ojos. El sable del sabueso cayó al suelo por el duro golpe, y mientras este estaba aturdido, el sable se alzó en el aire, siendo encendido de nuevo automáticamente. Se dirigió directamente hacia el cuello del sabueso, en un continuo ondeo que amenazaba con decapitarlo, pero este logró rodar hacia un lado y esquivar el amenazador haz de luz. El sable cada vez giraba más deprisa con la simple mirada del dark sith. El sabueso se detuvo un instante ante el sable, en aparente estado de concentración. Pareciera que estuviera dispuesto a atrapar el mango del sable en el aire, no se caracterizaba por inteligente. Dirigió el sable contra él, que estiró su brazo para atraparlo, y debido a la incrementada velocidad de los círculos descritos, el haz de luz carmesí desgarró su brazo y quedó clavado en su hombro. Cegado de dolor, cayó al suelo, y el dark sith aprovechó para ponerse en pie con calma, y aplastar el cuello del sabueso contra el suelo de un pisotón. La paciencia se adueñaba de él, de modo que debía actuar como un juggernaut para terminar con todo cuanto antes. Se adentró en el puesto de mando, y encontró alrededor de veinte rifles apuntándole. Varios metros delante de él estaba el que, por su condecoración debía ser el comandante de la flota: su objetivo. -Mira quien ha llegado hasta aquí.. Nuestra pequeña escoria sith...- Ya estaba bastante falto de paciencia como para que encima lo denominaran como un sith. Llamando a más profundo desprecio por sus enemigos, entrecerró levemente los ojos, y de repente todos los oficiales armados soltaron sus armas, llevando sus manos a distintas partes de su cuerpo: estaban quemándose. Todos, inclusive el comandante, comenzaban a perder pequeños trozos de su piel, que se veían reducidos a cenizas por distintos sectores de su cuerpo. Mientras los oficiales eran incinerados, aquellos que dirigían los sistemas de la nave los miraban horrorizados, sin saber qué hacer, pues no podían dejar de lado su trabajo. Entre los gritos de agonía de los oficiales, el dark sith musitó lo suficientemente alto como para que se le oyera perfectamente. -Abandonad este lugar, o seréis consumidos..- Unos dudaron más tiempo que otros, pero no eran más que encargados del control de la nave, de modo que abandonaron sus puestos y el puesto de mando para dejar la nave. Respiró con calma, caminando ahora entre las cenizas y los restos cárnicos para situarse a los mandos de la nave. Simplemente, comenzó a desactivar directamente los motores y los propulsores del crucero, haciendo que perdiera altura hasta el punto de que una violenta sacudida que casi lo tira al suelo le señalase que el casco estaba aplastando otra nave por debajo de él. Emitió un impulso con la mano que quebró la cristalera, y de nuevo estuvo a punto de caer por el intenso aire que tiraba de él hacia afuera. Respiró hondo y volvió a saltar, viéndose de nuevo envuelto en el humo grisáceo que lo envolvió en su momento, alejándose de la nave. Abajo, la batalla había empezado hacia tiempo, y no parecía haber un bando ganador. En pocos segundos alcanzó las trincheras de los dark sith, para sorpresa de algunos por su repentina aparición, y algo cansado, cerró los ojos, respirando profundamente y abandonando la concentración que traía desde antes de iniciar la batalla. Aunque no lo veía, en la distancia se formaba un caos por la caida de las dos naves sobre el ejército terrestre rakata. Había llegado el momento de avanzar, y aunque probablemente él no se uniría de nuevo a la batalla, había dejado un buen regalo a sus hermanos derribando ambas naves, y en especial al Nigromante del templo, que tenía a su disposición dos naves plagadas de cadáveres, los cuales desgraciadamente se verían afectados por el fuego y las explosiones.
-Es vuestro turno, hermanos.. -
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Hannibal- Mensajes : 302
Fecha de inscripción : 22/08/2012
Edad : 28
Re: [Roleo de Drongar] La Llegada de los Rakata
Hannibal escribió:Ajá..
Te agradecería que la próxima vez hicieras un COMENTARIO, no eso.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Drongar] La Llegada de los Rakata
Me ha gustado Jensa, yo hoy o mañana colocaré el mío quizá, volde me estás tocando los huevos tanto joder en serio.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Drongar] La Llegada de los Rakata
Ajá...Klarhet escribió:Hannibal escribió:Ajá..
Te agradecería que la próxima vez hicieras un COMENTARIO, no eso.
Ajá.......................................Abstracte escribió:Me ha gustado Jensa, yo hoy o mañana colocaré el mío quizá, volde me estás tocando los huevos tanto joder en serio.
Hannibal- Mensajes : 302
Fecha de inscripción : 22/08/2012
Edad : 28
Re: [Roleo de Drongar] La Llegada de los Rakata
Hannibal escribió:Ajá..
Oh, un nuevo ban!
Magnánimo, Klarhet.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Drongar] La Llegada de los Rakata
Casi lloro :c
Mirra- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 20/08/2011
Edad : 26
Localización : San Miguel De Tucuman, ARG
Re: [Roleo de Drongar] La Llegada de los Rakata
Para annibal
En general:
Muy bueno, me gustó . Espero que algún día pueda hacer roleos como tú.
En general:
Muy bueno, me gustó . Espero que algún día pueda hacer roleos como tú.
MALANDREO CARIBE TUTUTU- Mensajes : 918
Fecha de inscripción : 30/06/2013
Localización : Con mi amo
Re: [Roleo de Drongar] La Llegada de los Rakata
Basta de spam, si quieren comentar haganlo en buena onda y no como esos buitres de ARCOIRIS que tienen guardados en su interior.
MI ROLEO.
MI ROLEO.
Satella- Mensajes : 1351
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: [Roleo de Drongar] La Llegada de los Rakata
Interesante roleo Jensa, al igual que la mayoría de los que haces.
Mis felicitaciones.
Mis felicitaciones.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Drongar] La Llegada de los Rakata
Orbalisko escribió:Para annibal
En general:
Muy bueno, me gustó . Espero que algún día pueda hacer roleos como tú.
Te acabas de ganar una advertencia.
Relan- Mensajes : 1758
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 32
Localización : Pekin, China
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