[CAMBIÓ DE FACCIÓN] Volviendo a las raíces. [Khaylla/Satella]

La saciedad entre los animales salvajes de aquel planeta inhóspito  se estaban estremeciendo, en todos los rincones se producía un sentimiento contrario a la felicidad, se veían a los animales como peleaban entre ellos, las propias montañas cubiertas de ese manto blanco se desprendían a sus colinas llenando de nieve todo el espacio abierto de esa llanura blanquecina. No muy lejos de allí, se encontraba el Templo Sith de Esperanza Oscura, dirigido por un famoso y antiguo Sith del viejo Imperio Galáctico gobernado por Darth Veek Tainted. Sí, se trataba de Lord Hakvel Vermogen, conocido por todos tanto por sus hazañas de Sith como de máximo líder entre las tropas imperiales, grande entre los grandes.

De pronto una esencia se acercaba al páramo de Arkania, sus intenciones eran desconocidas pero por lo que se podía suponer se trataba de un Sith, aquel que libraría una dura batalla en un futuro con malos augurios entre los propios jóvenes del Templo establecido allí. Se encontraba entre los árboles, tapado por unas túnicas siniestras y que se fundían con la oscuridad de la noche, no parecía un ser normal y corriente, sino un ente oscuro que se había sumergido en los avernos del Lado Oscuro.

Los jóvenes iniciados en la doctrina del Lado Oscuro acaban de salir de una de las clases del Lord Hakvel, donde a través de la experiencia vivida y sus anécdota lograban entender mejor el sentido de la vida que les rodeaba y cual era su fin como futuros guerreros del Sith que se convertirían. La presencia del anterior ente oscuro llegó a escalofriar los huesos de esos jóvenes, atemorizados por sorpresa en sus mentes por este ente que al parecer era bastante habilidosos en los poderes de la Fuerza. En ese entonces a Lord Hakvel no le afectaba, más que para sentir su presencia y saber donde se encontraba, ya que también este tenía un gran dominio de la misma. Prosiguió a salvaguardar a los jóvenes junto al Pretor del Sith, el señor Stark, conocido por nombre de Feln en sus antiguas instancias antes de corromperse por la oscuridad de su corazón.

A las afueras del Templo, pasando los muros vigilados por los guardianes que habían sido enseñados hacia esa especialidad, dirigidos por el Temible Señor Grawn, pocos conocían su historia pero se conocían sus hazañas entre los guerreros Síth. Lord Hakvel, había salido de aquel lugar, dirigiéndose con claridad al frondoso bosque donde le esperaba un siniestro ente con las intenciones más que claras, devastar a aquellos que se hacen llamar Lores del Sith.

En un claro abierto rodeado por una enorme cantidad de vegetación fundida con la nieve que caía del cielo empezó a envolver al ente oscuro, que, al parecer esperaba la bienvenida de uno de los integrantes del Templo Sith. Sin muchos más que añadir, se cruzó de brazos con la mirada fija en un objetivo, el horizonte, esperando que de allí saliese la figura de un Lord del Sith. No muy lejos de aquel lugar, guiado por la presencia de aquel ser, Lord Hakvel se disponía a acabar con aquello que atemorizaba a los jóvenes, sus pupilos a los que tanto les da protección, sí, siendo raro eso en los Sith pero él provenía de una larga historia de anécdota, y una entre ellas fue su instancia entre los imperiales donde allí reinaba la palabra hermandad entre todos. Eso se llevó a cabo en el Templo de Esperanza Oscura, no siguiendo solo el Lado Oscuro, su doctrina, sino la unión de hermandad entre aquellos que siguen un mismo objetivo.

Del viento que llegaba silencioso desde el norte junto con la caída de los copos blancos, se tornó en un ambiente hostil, una tormenta amenazaba aquel lugar donde se viviría una batalla épica, en la cual se vería rodeada de vientos portentosos, truenos que irrumpen en las rocas de la colina de las montañas, y la nieve que arrastraba seres inmundos. Aquel ente seguía parado esperando la respuesta de algún habitante que osara enfrentar su poder, que no parecía ni mucho menos débil. Lord Hakvel, llegó a aquel abierto donde se encontraron cara a cara, a unos cincuenta metros de distancia.

El tiempo se paró de repente, entre ambos corría una mirada fija, ambos no daban su mirad a torcer y sin más el que empezó con movimientos fue el Lord Hakvel, el cuál mediante algunas ráfagas de esferas provocadas por su gran rapidez con las manos al concentrar tal cantidad de fuerza en estas, enviadas como no hacia el ente oscuro. Este mismo, sin ninguna dificultad había concentrado las esferas que le envió en sus palmas de sus manos y tras una fugaz electricidad producida por la yema de estos mismos lanzó el proyectil hasta la posición de Hakvel, el cual tras un salto por encima de dicho proyectil solo consiguió rozar su piernas y desestabilizarle a la hora de la caída.

Pasaron varios minutos desde que comenzó aquello, solo se podían observar árboles destruidos por los habilidosos ataques de ambos oponentes y tras una mirada fugaz se pudo observar como llegaron al fin y al cabo al uso del sable láser. En este campo, Hakvel tenía mayor ventaja, o eso creía él. Varios tajos arriba y abajo, cruzadas y choques violentos donde se creaba en el mismo suelo una especie de círculo arrastrando la nieve fuera de esa esfera de fuerza que rodeaba a los dos y donde comenzaba a flaquear Lord Hakvel.

De repente en un movimiento de muñecas con suficiente fuerza para cortar en dos a su rival, Hakvel podría conseguir su victoria ante aquel ente, pero la circunstancia fue diferente, con un veloz salto y mientras daba una vuelta sobre su mismo eje en el aire, tenía el sable prendido logró que Lord Hakvel tuviera que rápidamente bloquear dichos cortes rápidos provenientes de ese remolino humano. El ente consiguió caer flexionado y equilibrado mientras Hakvel aún se recuperaba del ataque producido antes, y con la misma velocidad que saltó llevó su brazo hacia el sable láser de Hakvel, donde consiguió retenerlo.

El ente oscuro tenía a Hakvel entre la vida y la muerte, tenía ambos sables láser en sus manos. Tras mirar fijamente al Lord, solo se podía ver decepción pero a la vez una fuerte satisfacción en acabar con la vida de un Lord del Sith, pero, no quería acabar con su vida ahí. Hakvel, que se encontraba parado en su enfrente, intentó recuperar su sable, aunque con pésimo éxito. El ente observó que su uso de la Fuerza era bastante admirable, y con ello a través de la absorción de su propia Fuerza. Hakvel, que se mantenía inmóvil, no podía remediar palabra y luchaba contra la portentosa Fuerza del sujeto pero era innecesario, su final acerca del uso de la Fuerza llegaba aquí. El ente oscuro había logrado mantener con vida a Hakvel, pero tras su derrota quiso dejar que vagara como un simple e insignificante nulo a la Fuerza, para que así sufra el resto de sus días.

Tiempo más tarde, el ente oscuro había desaparecido, al parecer había saciado su hambre de lucha o le surgió algún que otro asunto en la Galaxia, pero allí se encontraba Hakvel, Lord del Sith que ya no podía usar más la Fuerza, volvió al Templo de Esperanza Oscura donde varios Sith lo observaron y sintieron lástima y vergüenza. Uno de sus líderes había perdido la habilidad, ahora mismo cualquiera de esos jóvenes podría vencerle, o eso creían.

Aún así, el Templo Sith poseía una rama de imperiales, o más bien una base de estos. Hakvel anteriormente militó y lideró a los imperiales del Imperio Galáctico, por lo que decidió volver a su pasado pero esta vez ya sin ser sensible a la Fuerza. Se había nombrado, tras hablar con la Cámara Oscura de Esperanza Oscura, máximo líder de la base imperial de ellos, pudiendo reclamar en un futuro el puesto que le fue quitado.