[CAMBIO DE FACCIÓN] Sith a Jedi [Satella la genial]

Ilum

Creí que había alguien en la cabaña en la cual me hospedaba cuando vi el leve resplandor tras la ventana. Me apresuré hasta la puerta y al abrirla, pude ver la antorcha prendida. Cerré de un portazo y volví al frío mundo en el cual vivía, un lugar al cual había sobrevivido desde mis comienzos. Caminé por encima de la nieve con la vista en alto, con una mano metida en mi túnica, con mi sable láser al alcanze. Contemplé el sol derramarse tras las montañas que alguna vez había recorrido y, entonces supe, que pronto anochecería y se volvería mas oscuro de lo normal. Me vi entonces en frente de una gran montaña en la cual yacían bastantes cuevas oscuras en las que veía a menudo a Padawanes Jedi venir con sus maestros construir por primera vez sus sables láser, o, simplemente entrenar. Estaba en lo mas alto de aquella fría montaña cuando vi a lo lejos, la nave de color grisáeco descender en medio de la plataforma de aterrizaje, abriendo sus compuertas una vez aterrizó. De ella pude ver un sujeto enfundado en unas túnicas negras, no tapaba su rostro y era bastante pálido. Vozher Kaldt.

Me acerqué hacia él y estrechamos nuestras manos. Nos sumimos en un largo silencio donde nos contemplamos uno al otro. Tras un somero repaso, contempló el hermoso paisaje de la nieve caer y del sol esconderse tras las montañas, Ilum. Bienvenido a Ilum -dejé caer-. Se tardó unos segundos en responder, pues estaba en mirar aquel lugar que se extendía ante él. ¿Netsaj Kainet? -preguntó, sin despegar la vista de las montañas-. Me incorporé y observé mi cabaña, suspirando. Así es. ¿Vozher Kaldt? Asintió sin despegar los labios. Rehicimos mis pasos hasta llegar al comienzo de la montaña, de donde se podía apreciar desde una mayor perspectiva. Descendimos por aquel sendero, en silencio, apenas cruzándonos algunas miradas de segundos. Me di cuenta entonces de que, el caballero Sith, cercano a mi padre, no estaba acostumbrado a los climas fríos y que estar en aquel lugar, a pesar de la vista, no le agradaba. Por esa misma razón adelantamos el paso hasta que diese la impresión de que estábamos trotando hasta que estuvimos a unos metros de mi hogar, una pequeña cabaña de madera en la cual vivía. Me adelanté unos pasos y enfilé los tres escalones de mármol blanco cubiertos con nieve, abriendo la puerta y dejándole el paso libre al caballero. Murmuró algo y entró a la cabaña, observando cada ángulo de mi casa. Cerré la puerta a mi espalda y procedí a encender una pequeña fogata que había en el medio junto unos asientos. Me instalé allí y contemplé cómo, lo que había sido una chispa, se convirtió en una llama. Bonita casa. Advertí el tono irónico en sus palabras y negué para mi mismo. ¿Es cierto que conoció a mi padre? Asintió levemente sin quitar la vista de la madera arder en la fogata. Vengo aquí con un propósito, Netsaj. Que quizás te guste. O quizás no, pero deberás hacerlo. Llevo observándote durante mucho tiempo. Mucho. Y necesito que cumplas con lo que te pediré. Me miró directamente a los ojos, y como si hubiese podido leer mi pensamiento, volvió a hablar. Yo era un joven aprendiz todavía, en Vjun. Algunas veces le veía, no hablábamos tanto. La verdad, no recuerdo que sucedió exactamente, pero me tuve que ir de aquel lugar, escapar. Nos volvimos a encontrar en la Estrella de la Muerte. Fue mi superior durante mucho tiempo, y yo obedecía sus órdenes fielmente, siempre le respeté mucho. Me acuerdo que busqué refugio en Dathomir tras un problema que hubo, tampoco lo recuerdo con exactitud. En ese tiempo, intentaba buscar un cristal de color ceniza y que me encontré de pura suerte con un mandaloriano, y que fuimos amigos durante mucho tiempo. Fuimos tan apegados que hasta convivimos juntos en una pequeña cueva que estaba escondida entre unos árboles y rocas, un cómodo lugar. Recuerdo que me llevó a un lugar tranquilo, Osadia. Bastantes bosques, lagos.. era todo muy bueno. En las entrañas de un bosque yacía una fortaleza, un refugio en el cual estuvieron muchos mandalorianos que habían estado en Onderon. Cuando llegué, lo vi. Tu padre, el profeta lideraba una rama de adeptos del lado oscuro, aunque no éramos tantos. Fueron buenos momentos, buenas épocas las que vivimos, aunque a la vez duras. Cada vez nos hacíamos menos. Pero, recuerdo, que unos Sith formaron un tipo de secta en el planeta Almas. Allí, fuimos muchos, pero por lástima, no pudimos contra el Imperio. Alcanzé a ser un caballero sith. Por lo menos yo, nunca mas supe el destino de cada uno. Logré escapar en un devastador ataque de parte de la República, nos superaban inmensamente en número. Siempre quise conocer Dxun, y lo conocí. Estuve allí, durante no tanto tiempo, esperando alguna señal de vida de mis antiguos compañeros, pero nada. Me mantuve solo, y peor aún, gravemente herido. Dejó de hablar por unos segundos y recuperó el aire. Rasgó su camisa y dejó a la vista una grave herida que, con solo verla, se podía imaginar que causaba un dolor imaginable. ¿En qué iba? Bueno, ya recordé. Esa vez me cargué un par de mandalorianos y, quise enfrentar un Zakkeg solamente para probar mis habilidades. Fue un grave error. Nunca te enfrentes contra una de esas bestias. Nunca. Me acuerdo que me golpeó tan fuerte que salí volando metros mas allá hasta caer a los pies de unos mandalorianos, peor aún. Mala suerte. Uno de ellos tenía un tipo de espada que terminó por cortar mi pecho, pero aún así pude mantenerme y asesinarlos. Estaba cubierto en una mezcla de tierra y sangre fresca, un muerto en vida. Logré acabar apenas con aquel par de mandalorianos y descansar, allí, durante no se cuando tiempo. Quizás dormí apenas un día, o dos días, o tres, o semanas.. no lo sé. Lo único que sé es que hubo algo que me mantuvo vivo, Netsaj. ¿Sabes que fue lo que me mantuvo vivo? El odio. Hubo una persona. Me reencontré con él cuando aún era mas joven, y desde ahí que mi odio se aumentó aun mas. Logré sobrevivir en esas críticas condiciones, gracias al odio. Aquellas ganas de levantarme y tenerlo en frente mío me permitieron colocarme de pie un día que todavía no recuerdo. De lo que si me acuerdo es que, aproveché que tenía las fuerzas suficientes para correr sin descanso hasta encontrarme con mi nave. Caí, exhausto al suelo, a un paso de morir. Pero no. Logré arrastrarme hasta mi nave y conseguir curarme. Y así pasaron los días, hasta que volví a la normalidad. Viajé sin rumbo por la galaxia, yendo a cada planeta con solo la esperanza de cumplir lo que alguna vez me prometí. Lo buscaré hasta cumplir lo que me prometí, y solo ahí, esperaré la muerte sin angustia alguna. Estoy obligado a hacer eso. Mi alma está condenada. No hay vuelta atrás. No tengo salvación posible, pero tú si. No dejes que el odio o la ira logre consumirte, Netsaj. Nunca, o estarás condenado como yo a vivir una vida como esta. Tu mismo elige tu destino, pero por ningún motivo dejes que el odio te controle. Aquellas sabias palabras se quedaron en mi mente durante minutos y entonces supe que nunca podría olvidarlas. Advertí que el caballero se había levantado de su asiento y que cojeaba hasta la puerta. ¿A donde va? -pregunté-. Respondió sin darse la vuelta. Eres el indicado para tomar mi lugar. Mi lugar de aprendiz, de Jedi. Pero no como un Sith. Mi época pasó hace mucho. Es hora de que cumplas la última prueba. Y que cumplas lo que yo nunca pude hacer.

Supe que entonces todo estaba planeado cuando terminamos el largo trayecto por la nieve de Ilum, deteniéndonos en unas grandes montañas que nunca antes había visitado. Allí, el caballero se adelantó unos pasos hasta llegar a un lugar saturado por la nieve, un tipo de montículo. Mantente atento. No es nada fácil luchar contra estas criaturas. El caballero retrocedió unos pasos rápidamente y me miró atentamente. Me sonrió y asintió. El lugar donde el caballero había estado comenzó a vibrar levemente y, después de unos segundos, tres Gorgodon salieron de aquel lugar, feroces. Gruñían fuertemente y amenzaban adelantándose unos pasos. Segundos después, se decidieron por rodearme y dejarme en una posición en la cual no podía retroceder ni avanzar. Advertí unas pisadas atrás mío y no dudé de que era aquella bestia. Tomé mi sable láser y, encendiéndolo con rapidez, alcanzé a alzarlo y girarme para cortar profundamente el abdomen de una de esas criaturas. Volví a mi posición ideal y observé como el gorgodon que tenía en frente mío se preparaba para atacarme. Se lanzó desde su posición sin correr antes y, aprovechando esos segundos en los que se me acercaba, logré empujarlo a través de la fuerza, rompiendo algunas piedras de una montaña con su cuerpo. Tomé confianza y la lucha se prolongó durante minutos. Esquivaba cada ataque de aquellas criaturas, hacía diferentes golpes, ataques, cortes, los tres comenzaron a desangrarse y a debilitarse poco a poco hasta que me decidí. Estaba agotado de saltar de un lado para otro con el fin de evitar a aquellas fieras. Observé como una de las criaturas se lanzaba nuevamente contra mi y preparé mi sable láser, agachándome de un momento a otro. El sable le alcanzó el pecho y rajó desde aquel punto hasta el estómago, asesinándolo. Uno menos. Quedan dos. Alzé mi mano hacia las rocas que yacían una sobre otras sobre una montaña, apiladas una en otra. Logré levitarlas y hacer un derrumbe, el cual terminó con la vida de aquellas dos criaturas que tanto me habían costado asesinar. Bien hecho. Te ha costado bastante, pero es la primera vez que te enfrentas contra estas peligrosas criaturas. Demuestras mucho potencial, pero te falta. Vamos con la prueba final. Me quedé atónito. ¿Qué? ¿No que luchar contra estos era mi última prueba? Observé como cerraba sus ojos y tomaba su sable láser. Supe entonces lo que tenía que hacer. Se avalanzó contra mi con un grito de rabia y alcanzé a esquivarlo moviéndome hacia mi lado. Bloquee su sable láser con el mío y golpeé bruscamente su estómago de un rodillazo que le dejó sin aire por unos segundos. Una vez recuperó el aliento, volvió a su posición inicial y me lanzó su sable láser a través de la fuerza. Logré desviarlo y acercarme a él tan rápido como pude, sosteniendo mi sable láser con ambas manos. Creí que se iba a caer cuando la patada que le di en el pecho lo desestabilizó unos segundos, pero logró afirmarse de unas rocas y atraer su sable láser. Concentré mis midiclorianos en mi mano y formé una pequeña esfera, la cual se la lanzé pero logró desviar. Corrí rápidamente hacia él y, sin tener el tiempo de pensarlo dos veces, rodé por el suelo hasta pasar por sus piernas y quedar a su espalda por unos segundos. Iba a cortar su espalda pero alcanzó a girarse y bloquear su sable contra el mío. No vi venir su mano hacia mi cara y su puñetazo casi me rompe la nariz, dejándome algunos hilos de sangre que recorrían hasta mis labios. Me llevé una mano a la cara y cortó la empuñadura de mi sable láser, para que después me golpease el estómago. Me di cuenta que estaba jadeando y a Vozher no le importaría asesinarme. Iba a clavarme el sable láser en mi estómago, pero alcanzé a empujarlo a través de la fuerza. Resistió el ataque sin problema alguno y volvió a avanzar algunos pasos contra mi, ondeando su sable láser con una sonrisa dibujada en su cara. Salté hábilmente y su sable apenas me alcanzó mi túnica, rasgándomela. Caí a su espalda e hizo el mismo procedimiento, girarse y intentar cortarme el cuello. Me agaché antes de que pudiese hacer eso y volví a levantarme, pasando por su lado derecho hasta quedar en su espalda. Detuve su mano con su sable láser y rodeé su cuello con mi brazo, asfixiándolo por unos segundos. Me oí gritar y con todas mis fuerzas doblé su brazo hacia atrás hasta casi quebrárselo. Soltó el sable involuntariamente y lo empujé de una patada en la espalda unos metros mas allá. Sostuve su sable con ambas manos y me acerqué unos pasos hacia él, lentamente. La leve claridad del sol nos sorprendió y supe que había ganado cuando no se podía ni levantar. Apagué el sable y cojeé sin rumbo alguno por la nieve, observando el amanecer que cada día me sorprendía mas. El dolor vino después, cuando mi cuerpo se empezó a enfriar por la nieve que caía. Caí de rodillas frente a la plataforma, jadeando y sangrando. Solo un poco mas.. Me acerqué lentamente hasta su nave y abrí sus compuertas, internándome. Había una repisa con todos sus sables y su espada sith, y abajo de esta, una pequeña mesa con tres libros encima de éste. Los hojeé rápidamente y al tocar el lomo del último, un tomo morado lleno de polvo, sentí nuevamente la risa oscura a mi espalda. Sonreí y tomé los otros dos, que tenían los secretos de la Fuerza que había aprendido en Almas. Me sostuve de un butacón y caminé a duras penas hacia el asiento del panel de navegación. Me dejé caer allí y la nave ascendió unos metros, finalmente despegando. Contemplé el nevado planeta desde la atmósfera y entonces comprendí, que había comenzado a recordar.

Coruscant

Abrí los ojos en el momento preciso. Un sujeto enfundado en un traje blanco, con una máscara en su cara y una jeringa entre sus manos. Se me acercó lentamente y levantando uno de mis párpados, examinó mi pupila con una pequeña linterna. Su tacto era reconfortante y su voz era suave. Has tenido suerte. Los Jedi te encontraron en una nave casi destruida, estabas agonizando y hablabas cosas sobre un hombre, algo de Vozher o algo así. En fin. Puedes retirarte, ya estás mejor. Sin mediar la palabra, salí al vestíbulo, un lugar intensamente iluminado y lleno de Jedi y soldados clon. Llegué a los interiores y me interné en la habitación en la que dormiría. Coloqué cada sable en su lugar y salvé los dos manuscritos de Vozher, dejándolos en un cajón de un pequeño velador que yacía al lado de mi cama. El último, un libro morado que me resultaba vagamente familiar, lo sostuve en ambas manos y me quedé por segundos contemplándolo, en silencio. Sonreí y lo dejé en las llamas de una chimenea, observando como poco a poco, se consumía por las llamas.



Hola. El roleo no lo hice con muchas ganas ya que no es ni un cambio de facción, es un simple cambio de personaje. Ya está editado. Chao.

A ver, esto es un tipo de cambio de personaje. Mi antiguo PJ, Vozher Kaldt va al encuentro con mi nuevo PJ, un celestial llamado Netsaj Kainet el cual toma el lugar de mi antigui PJ. Editaré unas partes que se me olvidaron, por que se me olvidó algo importantísimo en la última parte ya que en esos momentos estaba demasiado ocupado y por eso hice la pelea así, tan rápida y resumida.

Mañana lo arreglo, intenta pasarte, gracias

El cambio es válido aunque no fue necesario.

Cierro tema.