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[Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth]

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Mensaje por Darth Tairon Dom Feb 24, 2013 1:17 am

Bueno, me he fijado en que ya nadie postea historias o relatos no relacionados con Hw (pero evidentemente sí con sw) como se hacía antes, sin intención de ganar puntos ni nada por el estilo, así que decidí hacer una recordando unas cosas.

Ya nadie supongo que lo recordará, ya que es del antiguo foro, pero quizás haya alguien que llegue a recordar una historia que postee por capítulos en el anterior foro de Hw, la cual se llamaba "La Flota Fantasma".
He decidido realizar la continuación (más bien segunda parte, ya que la historia la llegué a finalizar) del relato.
Para ambientarse en este relato (sino se perderán al principio) les haré un breve resumen de la situación y lugar donde se ambienta la historia:

Spoiler:

Bien, como evidentemente no recuerdo el nombre de los personajes (y además algunos tenían nombres de jugadores de Hw que lo habían pedido) decidí meter nuevos nombres (ya que se repetirán personajes). Además, y como se hacía antes, pueden enviarme sus nombres, datos y características para que yo les meta en la propia historia.

Espero que les guste...



Capítulo I - Perímetro de Seguridad

- Lobo tres a base. Zona despejada. - Se escuchó una débil voz a través de los controles.
- Lobo cuatro a base. Zona limpia. - Se escuchó igual de baja una voz, continua a la anterior.


Uno de los que observaba trabajar a los pilotos y controladores se acercó a los mandos y se inclinó levemente hacia los micrófonos.
- Bien equipo. Suficiente, retírense.
- Recibido Comandante.
- Recibido Comandante. - Respondieron ambos, casi seguidos.


El mismo hombre se volvió a erguir y se dirigió hacia atrás sin mediar una sola mirada hacia los pilotos. Se colocó al lado del otro, y volvió a mirar a los mandos.
Desde la posición de ambos se observaba, a través del gran ventanal del puente de mando, el nevado mundo en el que se habían sumergido.
A su vez, desde ahí mismo, se observaba a otros dos Destructores bordeando al mismo en el que se encontraban los que, por la información recibida del equipo de expedición, eran los encargados de la misión.

- Es extraño...
- ¿El qué? - Respondió, sin girar siquiera la cabeza, el que antes se acercó a los mandos, al hombre que había justo a su derecha, de pie.
- Solemos recibir bastantes falsas alarmas. Pero..., ¿aquí?. Hoth es un planeta muy inhóspito para que nadie se equivoque... siquiera para que fuera verdad que había algo.
- El caso es que no hay nada. La explosión tan... "grande" - recalcó riendo - de la que informaron era falsa.
- Uhm...
- Lo que no entiendo es por que se decidió a venir, señor. Era una misión de reconocimiento, nada más.
- Lo sé... pero llevaba varios días dándole vueltas a algo... unos sueños... unos pensamientos. Justo cuando surgió esta misión algo me llamó. Tenía que venir aquí...
- Entiendo.
- No lo haces.
- Nunca lo hago, señor. Es usted incomprensible.
- Para despistar a mis enemigos.
- Ah. Gracias por su confianza.
- Tran...


Entonces, la conversación entre ambos fue interrumpida.
Uno de los controladores se quitó su casco de pronto, alarmando, y alterado:

- ¡Joder! ¡Maldita sea! - Gritó, deshaciéndose casi como si les quemara de sus propios cascos.
- Soldado, ¿qué ocurre? - Preguntó sin casi inmutarse el que antes se dirigió a los mandos.


Entonces, el controlador se levantó de su asiento, sin apartar la vista de la pantalla. Luego, miró a los dos que permanecían en el centro del puente, de pie, y con los brazos cruzados.
- Ha sido muy extraño. Estaba atento a la señal que emitía uno de los comandos de expedición cuando, de pronto, todo pareció quedarse en silencio absoluto. Creí que perdí la señal, pero no. Aún se escuchaba el viento. Después se escucharon unas débiles voces y, seguidamente, unos disparos. Inmediatamente después, sonó un fuerte ruido que me penetró los oídos: claramente sus transmisores habían sido destruidos y la señal me llegó a mí.
- Un momento, ¿está diciendo que han sido atacados? - Pareció, esta vez sí, más preocupado.
- No podría asegurarlo pero...
- Sí señor... han sido atacados claramente. - Respondió otro de los controladores.
- ¿Perdone? - Respondió confuso.
- Estabas con el comando cinco, ¿no? - Se dirigió al primer controlador.
- Así es.
- Ajá. Todo el comando ha caído.
- ¡¿Cómo?! - Se interesó por fin el segundo hombre, el que parecía el de mayor grado del lugar.
- Fíjese. - Señaló el controlador en su pantalla. - Ya no hay señal de nadie. Eran cuatro y ya... nada queda.
- ¿No habréis perdido la señal, simplemente?
- De uno... de dos... ¿pero de cuatro? ¿y del mismo Comando? Imposible señor.
- De acuerdo, envíen dos transbordadores allí. ¡De inmediato!
- Se... señor... - Se levantó otro de los controladores. - Creo que debería venir a ver esto.


El que antes se acercó a los mandos acudió a la llamada del piloto, y se inclinó a la pantalla.
- No hay nada...
- Ese es el problema señor... es el Comando cuatro... según esto... han caído.
- Esto debe ser una broma. - Se levantó con la mano derecha el pelo el de mayor grado.
- No solo han caído esos dos Comandos... el dos también. - Anunció otro.
- Y el tres...
- Y... el uno... - Finalizó el último. - Han caído todos los comandos de la expedición.
- Bien... bien veamos. ¡Quiero un maldito informe de esto, que alguien me diga que está pasando! - Vociferó el segundo al mando. - ¡Ustedes - Se dirigió a un equipo junto a la puerta de salida del puente de mando - envíen cinco equipos de ayuda a los puntos donde se encontró la última señal de cada Comando, vamos!
Alguno de ustedes, ¿han recibido alguna palabra de los Comandos sobre que les ha pasado?
- No, señor. - Respondieron casi al unísono los cinco.


- 10 Minutos después -

Casi al mismo tiempo, los cinco transbordadores alcanzaron el lugar indicado.
Dos soldados por cada escuadrón de transbordadores llevaba integrado en el casco una mini cámara que retransmitía señal al crucero insignia de la Flotilla situada sobre Hoth.

Entonces, las puertas de las naves se abrieron y, armados, los soldados salieron de ellas.
Al observar el panorama que se les presentaba delante, elevaron sus armas, y comenzaron a dirigir su mira hacia todos lados, a excepción de los dos que grababan, que solo dirigían su mirada al frente... donde estaba todo.

- Dios mío... - Masculló el segundo al mando en el puente de mando - Que cojones...


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Entonces observaron lo impensable. No sólo alguien se había atrevido a enfrentarse a la Flota Fantasma en aquel desértico territorio, si no que había conseguido escapar, ocultarse, y hacerlo todo a la perfección.
Por cada escuadrón de rescate, se observaron cuatro cadáveres de los cuatro exploradores que fueron enviados a la misión. En total, veinte muertos... veinte cadáveres.
Todos muertos por un solo disparo, un disparo en el pecho. Un sólo disparo exacto y preciso.
Veinte disparos y veinte muertos, una masacre perfecta.

- ¡Rastreen la zona de inmediato! ¡Que no quede una sola zona sin buscar, quiero hallar a los canallas que han hecho esto, y hacerles sufrir como nunca antes lo han hecho! - Ordenó el segundo al mando.
- Sí señor. - Se elevaron varios.
- Deténganse. - Ordenó de improviso el primero al mando. - Aborten la orden del Comandante Von. Avisen a la flotilla, volvemos al Pentágono.


Entonces, el segundo al mando se acercó lentamente al primero.
- Mi señor, ¿qué demonios hace? Tenemos que averiguar quién hizo esto.
- No. Aquí estamos inseguros. Debemos volver.
- ¿Inseguros? Vamos, es imposible que lleguen a nosotros.
- Maldita sea Jack. - Se tensó repentinamente el primero, pero continuó susurrando - ¿Qué es lo primero que aprendiste en tu instrucción, antes de que yo siquiera llegara a convertirme en Comandante?
- Que nunca se debe subestimar a nadie, en absoluto. - Respondió apagado el Comandante Von. - Pero esto es distinto...
- Ninguna situación lo es. Aparte, ya sabemos quienes son los culpables.
- ¿Qué?
- Dios Jack, fíjate en la pantalla. - Le susurró, dirigiéndose a una de las pantallas que grababa lo que veía uno de los soldados que fueron enviados a la misión de rescate. - Fíjate en el tiro exacto. Es el tiro exacto para un Imperial. Han sido entrenados así, todos por igual, y todos dirigen sus disparos a ese blanco, a esa parte del pecho.
Ahora fíjate en la posición de los cadáveres.
- No se defendieron...
- ¿Tienes ya a los culpables?


Entonces, Von abrió los ojos perplejos.
- No puede ser...
- Lo es. Por eso estamos inseguros aquí. El sexto equipo de expedición, recuérdelo. El capitán del Comando anunció la cancelación de la misión en su equipo por error en sus sistemas. Seguramente ellos causaron todo esto, y ese equipo si no me equivoco debía partir de este mismo crucero, y si no me equivoco también...


Entonces, el primero al mando se dirigió a varios controladores, los cuales ya estaban dando órdenes de virar rumbo a la atmósfera del planeta.
- Soldados, el informe de las últimas naves que entraron en este crucero. - Ordenó el primero.
- Sin contar - Se levantó uno - al equipo de rescate que está de vuelta, entro un comando de cinco naves de expedición que no se identificaron.
- ¿Hora?
- 16:17 Señor.
- ¿Hora de la pérdida de señal con los equipos de expedición?
- ... - Hizo una pausa - Entre las 16:07 y las 16:10
- Dios... - Se hundió el Comandante Von, en una silla cercana.
- Sellad el puente de mando del crucero y poned rumbo de inmediato al Pentágono. - Ordenó el primero.
- Recibido señor. Rumbo a 025,512,254. Pentágono Estelar. - Anunció uno de los Pilotos.



Continuará...
-------------------------------------------------------------------------------------------------------

Como verán es un poco enredado el propio relato. A los que le interese leer y las historias le aseguró que le gustará bastante la propia historia.
Este capítulo admito que, para la mayoría, resultará "aburrido", pero es el principio y quise darle la ambientación para iniciar la trama, de la cual ya se pueden hacer más o menos idea y se enteraron del propio capítulo xD.


Última edición por Tairon. el Sáb Abr 27, 2013 4:13 pm, editado 1 vez
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[Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth] Empty Re: [Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth]

Mensaje por Darth Plagueis Dom Feb 24, 2013 1:58 am

Espero el siguiente capítulo, de momento, ya me está gustando...
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[Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth] Empty Re: [Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth]

Mensaje por Kythmnr Dom Feb 24, 2013 11:15 pm

Buen relato. Espero la continuación.
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[Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth] Empty Re: [Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth]

Mensaje por Darth Tairon Miér Feb 27, 2013 3:39 pm

Capítulo II - El Destructor Fantasma



Día 1 - 22:10pm
Pentágono Estelar - Sede de la Flota Fantasma


Spoiler:

Durante toda la historia de la Galaxia, decenas de años después de esto, los historiadores empezaron a marcar estos días, empezando por el primero este que pasaré a relatarles ahora.
Este día marcó el fin de una era, y el surgimiento de otra. La Galaxia cambiaría totalmente, y el día uno, el punto cero, comenzaría justamente ahí...

En la gran sala un gélido y terrible silencioso se respiraba profundamente.
Solo se encontraban en ella el Comandante Supremo de la flota estelar y dos de sus guardianes personales o, como les llamó, sus Pretores.
El Comandante se mantenía de pie, mirando a través del gran ventanal, la oscuridad inmensa e infinita de la Galaxia.
A su vez, desde dicho lugar, tenía una magnífica vista de varios barracones y hangares desde donde entraban y salían naves.

Pero no estaba tranquilo. Él nunca lo estaba, pero en esos momentos menos.
Lo acontecido hacía unos días había acabado con su paciencia y había hecho aflorar sus nervios.

Entonces, desde la otra punta de la sala se escuchó como se abrió la puerta principal.
El Comandante se giró y tomó asiento en su lugar, mientras observaba acercarse a la nueva presencia de la sala.
Ésta subió las escaleras que llevaban al lugar y se inclinó ante él, en signo de reverencia.

- Te esperaba Jack. ¿Qué me traes?
- Esto señor. Debería verlo atentamente.


Entonces, el Comandante segundo colocó en la mesa que estaba frente al primero un holoproyector.
Lo activó y una imagen apareció ante ambos. Se denotaba que era una grabación de una de las cámaras de algún lugar.

- ¿Qué es? - Dudó.
- Es una de las cámaras que llevaba incorporadas uno de nuestros soldados en una incursión a Yavin.


Comenzaron a mirar atentamente la grabación: claramente se veía como el soldado se desplazaba con su grupo. Estaban moviéndose con sigilo, entre susurros, hasta que de pronto uno hizo una señal, se levantó, y todos le siguieron.
Elevaron sus fusiles y abrieron fuego contra unos enemigos que, desde la visión de la holotransmisión, no se podía distinguir.
Entonces se observó como los soldados saltaron un tronco caído que les cubría y se acercaban al enemigo.
Después de varios minutos, los soldados de la Flota aseguraron la zona y, después de separarse para buscar supervivientes, volvieron a juntarse.
Se notaba que habían acabado con unos bandidos que buscaban desde hacía bastante tiempo.
Transcurridos los minutos, el grupo comenzó a caminar. El que grababa tenía delante varios soldados, pero claramente detrás suya también había...
De imprevisto, sonaron dos disparos. El portador de la cámara comenzó a girar su cabeza nerviosamente, hasta que de pronto vio caer a los dos líderes de cuadrilla.
Entonces, decenas de disparos comenzaron a resonar.
Antes de que el que grababa cayera, dos de sus compañeros de delante fueron alcanzados y, aparentemente, murieron en el acto.
Después fue su turno: cayó tras un disparo y al caer, la cámara se desprendió y apagó, finalizando la holotransmisión.

Von tomó el aparato y se lo guardó.

- Usted dirá, Comandante. - Suspiró éste.
- ¿Qué demonios quieres que diga, Jack? ¿Qué tenemos a no uno, si no varios grupos de traidores dentro de la Flotilla? ¿Qué estamos perdidos? ¿Qué no podemos confiar en nadie? ¡Maldita sea! ¡Como diablos ha podido suceder algo así...!
- ¿No piensa en nadie que haya podido hacer esto?


Entonces se levantó y se encaró al Comandante segundo.
- Ahora no me importa el quién lo mandara a hacer. Me importa quiénes han obedecido las órdenes de ese y por qué.

Ambos hicieron una pausa.
El Comandante se dirigió al ventanal y continuó observando el vacío.

- Llama a mis Pretores. Que me organicen una nave. Viajaré a Coruscant a reunirme con el Canciller Supremo e informarle de esto.
- Sí señor.
- Que lo hagan mis Pretores, nadie más. Son los únicos en quien puedo confiar...
- Por supuesto, señor...


Von comenzó a recorrer la sala hacia la salida cuando, de pronto, fue llamado de nuevo.
- Jack, un segundo.
- ¿Si?


El Comandante se giró, dejando atrás el ventanal y miró desde lejos a su segundo al mando.
- ¿Los del puente de mando han informado de algo extraño?
- No entiendo señor...
- Bien, eso es un no.
- ¿A qué se refiere? - Se extrañó Von.


Entonces el primero se giró de nuevo al ventanal, y con la mirada perdida, expresó sus deseos.
- Póngase en contacto de inmediato con el puente de mando... evacuen el Puerto 06.
- Se... ¿señor? ¿Qué lo evacuemos? ¿Por qué?
- ¡Maldita sea Von, evacuen el maldito Puerto de inmediato!
- Sí señor.


Entonces Jack tomó su transmisor, el cuál le colgaba al hombro derecho y ejecutó la orden.
- Puente de mando, puente de mando, atención.
- Aquí puente de mando del Pentágono, informen. - Se escuchó en la radio.
- ¡Aquí Comandante Von, evacuen de inmediato el Puerto 06!
- Señor... no tenemos nada grave regis...
- ¡Es una orden directa del Comandante Mason, evacuen el Puerto YA!
- Recibido señor.


De pronto, desde la sala se escuchó una alarma a lo lejos. Los dos sujetos se dirigieron al ventanal desde el que se tenía una perfecta visión del puerto.
La evacuación había comenzado.

- Señor, ¿a qué demonios se debe esto?
- A eso. - Señaló entonces el Comandante.


Entonces, un destructor hizo acto de presencia en las cercanías de la base.
- ¡Qué demonios! - Se impresionó el segundo.

Retomó su radio entonces.
- ¡Sala de mandos, que demonios es eso! ¡SALA DE MANDO!
- Sí señor. No lo sabemos, acaba de aparecer en nuestros radares, estaba oculto.
- ¡¿Cómo que estaba oculto joder?! ¡Abran fuego, maldita sea, abran fuego!
- ¡Es inútil señor, ya no se puede parar!
- ¡Malditos inútiles!


Se denotó como cambió un botón de su radio y volvió a hablar a través de él.
- ¡Base a mando de defensa general del Pentágono, respondan!
- Aquí mando de defensa, ¿si?
- ¡Aquí el Comandante Von Jack. Esto es una orden directa. Destructor desbocado y sin control avistado. Se dirige al Puerto 06!
- ¡Que diablos...!
- ¡Maldita sea mando. No pierdan un puto segundo. A todas las baterías, fuego!
- ¡Recibido señor!


El controlador que respondió al Comandante se dirigió inmediatamente a todos los cañones y torretas establecidos en el lado visor a donde se encontraba el Crucero.
- ¡ATENCIÓN! - Vociferó - ¡A todas las baterías, FUEGO!

Entonces, todos los cañones abrieron fuego directo contra el destructor.
La escena se podía contemplar perfectamente desde la sala del Comandante Mason.
- El puente de mando tenía razón... ya es demasiado tarde. - Dijo, imperturbable éste.

Las baterías no habían surtido efecto, y el destructor alcanzó el puente, teniendo aún gente sobre él evacuándose.
Finalmente impactó de llenó y comenzó a arrasar el Puerto. Todas las naves estacionadas en él comenzaron a caer y las pocas personas que aún quedaban dentro sucumbieron a los destrozos de la gigantesca nave.
Después de varios segundos, el destructor arrasó el puerto y lo atravesó de una punta a otra, saliendo por el otro lado.
- Jack, ordena que detengan el fuego. Envía un equipo de inspección al destructor.
- Sí, Comandante.


De inmediato, Von llevó a cabo la orden de su superior.
A los pocos segundos, las baterías se detuvieron.

La gran nave había cedido a la potencia de las baterías imperiales, además del daño producido al atravesar el puerto, pero aún así se mantenía en pie.


Spoiler:

Después de unos minutos, varios cazas despegaron desde uno de los hangares internos de la colosal base en dirección al crucero sin rumbo.
La abordaron de inmediato y comenzaron a grabar lo que los soldados observaban.
- Claramente es una de las nuestras... - Aseguró Mason - No está alterada ni nada...

Mientras los soldados inspeccionaban cada rincón de la ya destrozada nave que aún se mantenía en órbita, se podía observar, de vez en cuando, varios soldados muertos por disparos láser y una expresión de sorpresa de los propios soldados que grabaron.

Tras unos 50 minutos de reconocimiento, todos los equipos coincidieron en el puente de mando de la nave.
Allí observaron que el sistema estaba con el destino prefijado hacia el puerto.
Por último, informaron que no quedaba restos de vida en la nave: al impactar, ésta estaba totalmente desolada.

Mientras tanto, en el salón del primer Comandante, estos dos observaban atentamente los vídeos, hasta que finalmente Mason cerró el proyector.
- ¿Sabes que significa todo esto, no? - Preguntó a su subordinado.
- Demasiadas cosas, señor.
- Así es... Entre ello principalmente que esas ratas traidoras son más inteligentes y numerosas de lo que creíamos, pero que también se nota que hay opositores, aunque de ellos ya solo queden sus cadáveres.
- ¿Qué hacemos, entonces?


Repentinamente, el Comandante Supremo se levantó y se ajustó su túnica.
Comenzó a caminar en dirección a la salida y, sin mirar a su compañero que permaneció atrás, habló sin perder la calma.
- Yo, como ya te he dicho, me dirigiré a Coruscant. Quedas al mando de la Flota este tiempo, pero antes de irme ordena que cierren esta base. Que nadie entre ni salga después de mí. Que las naves que estén en misiones fuera de aquí NO se acerquen a la base, y si intentan entrar avisadles que hay orden de que no entren... y si se acercan demasiado... - Suspiró, esta vez sí, mostrando sentimientos de hundimiento - ordena que abran fuego contra ellas, no podemos permitirnos más fallos.
- De acuerdo, mi Comandante.


El primer Comandante llegó hasta la salida y sin mirar a sus guardianes, se dirigió a ellos.
- Pretores, avisad al resto del grupo, les quiero en mi nave.
- Sí mi señor.


Continuará...
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[Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth] Empty Re: [Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth]

Mensaje por Darth Tairon Sáb Abr 27, 2013 4:50 pm

Capítulo III - Sublevación


Día 2 - 12:20am
Coruscant - Senado Republicano

La reducida flotilla de naves escolta comenzó a descender sobre la plataforma de aterrizaje del Senado.
La Guardia Real del Canciller había ordenado un rumbo a los visitantes, el cual se dirigiría al despacho central del propio Canciller.

Nada más aterrizar, Mason, escoltado por diez personas con unas oscuras túnicas y unas grandes armas que no se identificaban a simple vista, fue dirigido hacia los interiores del gran palacio y de ahí, los guardias comenzaron a guiar al grupo a través de decenas de lujosos y cargados pasillos.
Al alcanzar una escalera que llevaba a una planta superior, dos de los guardias reales se separaron del grupo y los dos restantes se pusieron a la cabeza del grupo, guiando entonces a los visitantes.

Por fin, después de recorrer otros dos pasillos, alcanzaron una puerta custodiada por otros dos guardias reales.
Éstos, al ver el comité, permitieron la entrada.

Todos hicieron acto de presencia en el despacho y, mientras Mason se acercó amistosamente al Canciller el cual permanecía sentado en su silla, sus Pretores permanecieron constantemente a su lado.
- Un placer volver a verle, Comandante. - Expresó el Canciller, levantándose y ofreciéndole la mano.
- El placer es mío, Canciller. - Le atendió la mano.
- Tome asiento, por favor.


Entonces, cinco de los Pretores se desplegaron con total libertad en el despacho mientras los otros cinco permanecían tras el Comandante Supremo.
- Veo... - Observó atentamente a los guardianes - veo que se ha cubierto de un gran manto de seguridad, Comandante.
- Es necesario, por lo que ya le comenté.
- Así es pero..., dudo que sea nada importante. Todos los grandes gobiernos han tenido opositores y los seguirán teniendo. Es totalmente inevitable. Simplemente tienen que descubrir quienes son ese grupo extremista y aplastarlo.
- No es tan sencillo, Canciller. No es un grupo cualquiera. Como ya le comenté, consiguieron tomar el control de un destructor entero y estrellarlo contra uno de los puertos principales del Pentágono.
- ¿Ayuda interna?
- Improbable. Había demasiados cadáveres.
- Bueno, la verdad que desde que me dijo usted eso del Destructor llevo dándole vueltas a una cosa. Quizás no tenga importancia, pero me gustaría comentárselo.
- ¿Qué ocurre?
- Hace... unas tres semanas comenzaron a aparecer cuerpos sin vida de mi propia Guardia real en distintos lugares recónditos del Senado. Era totalmente inexplicable, pero por lo que han dicho los forenses, quien lo hiciera era un experto en armas y en lucha, ya que no dejó rastro alguno.
Además, según me informó la policía planetaria de Coruscant ha aparecido una gran cantidad de cuerpos de agentes de seguridad en las calles, y no parecían asesinados por criminales corrientes... en absoluto.
- Siento decirle, Canciller, que Coruscant no es el único lugar donde está ocurriendo esto. Hace unas horas recibí un informe de Ossus en el cual se detallaba que había ocurrido lo mismo con varios cuerpos de seguridad.
- ¿Cree usted, Comandante, que tiene algo que ver con lo que ocurrió en su Flota?
- Mire, Canciller. Le voy a ser franco. A medida que me acercaba a Coruscant he ido recibiendo varios informes, tanto de mis soldados como de otros cuerpos galácticos. No sé que diablos está ocurriendo en la Galaxia, pero no es nada bueno. Y creo que el centro de todo esto, la raíz de todo, erradica en mi Flota estelar...
- ¿A... a qué se refiere?
- Todas esas muertes no son casuales... Según mi servicio secreto, las muertes del Destructor debieron originarse desde el hangar, donde los cuerpos hallados no mostraron signos de defensa. En cambio, ya en la sala de mandos, claramente hubo un intercambio de disparos que fue sofocado rápidamente por los que irrumpieron en el destructor.
- ¿A dónde quiere llegar?
- A que todos estos cadáveres encontrados. Todos. Sus guardias reales, la policía galáctica, mis hombres... Todos son opositores a algún movimiento anti-republicano.
- Una revolución...
- Una sublevación. Un movimiento de ataque interno sistemático y medido milimétricamente paso a paso.
- Pero es totalmente imposible saltar los sistemas de seguridad de la Flota Fantasma y del Senado Galáctico... es... una locura.
- Algunos de mis mejores soldados han sido entrenados para ellos. Estos hombres que están tras de mí podrían acabar con toda la guardia real que hay en este senado en este momento sin que ni siquiera les hiciera falta desenfundar su fusil principal.
- ¿Se refiere a ellos?
- No. Mis Pretores no lo harían pero... otros soldados de mi Flota han sido entrenados de una forma parecida, no tan elitista, pero sí parecida... y podrían hacerlo. Es más, tengo en mente a la persona que podría haber llevado a cabo esto.
- ¿Qué demonios? ¿Y a qué ha venido aquí sin antes arrestarlo?
- A ponerle a salvo a usted, Canciller. Si ya han atacado a sus Guardias Reales, no tardarán en ir a por usted. Y tampoco tardarán en venir a por mí.
- ¿Y quién es esa persona que piensa que lidera todo esto?
- Desde el primer momento, por la forma de actuar de los soldados que hicieron todo esto, siempre pensé que...


De pronto, el Comandante Supremo se elevó, se giró y, extendiendo su brazo derecho absorbió un disparo láser que ni siquiera él conoció su procedencia al principio.
Entonces, los otros dos Guardias Reales situados en la sala, siguiendo al primero, desenfundaron sus armas e hicieron el amago de apuntar al Canciller Supremo, pero era demasiado tarde para ellos.
Los Pretores, de manera inmediata, tomaron unas armas láser de corto alcance y les fusilaron antes de que pudieran reaccionar.

Entonces, dos Guardias Reales aparecieron del exterior con dos fusiles apuntando directamente al Comandante Supremo.
- ¡No se muevan! - Gritaron, nerviosos.
- ¡Fuego! - Ordenó Mason.


Entonces, dos Pretores, estratégicamente situados a ambos lados de los Guardias, abrieron fuego contra ellos, acabando con sus vidas antes de que pudieran realizar ningún movimiento más.
- Canciller, será mejor que nos vayamos de aquí.

De inmediato, tres Pretores, aprovechando la cobertura que les ofrecía el pasillo y la puerta, salieron primero que la comitiva, apuntando al frente y vigilando por si cualquier peligro se desataba.
El Canciller y el Comandante salieron, bien escoltados, del despacho cuando de pronto, unos pasos alarmaron a los Pretores, los cuales tomaron firmemente sus rifles y apuntaron al frente.
Entonces, dos Guardias Reales aparecieron, con las armas enfundadas, y nerviosos.
- Canciller, ¿se encuentra bien? - Dijeron alarmados, mientras se acercaban.
- ¡Alto! ¡Ni un paso más! - Alertó uno de los Pretores a los Guardias - ¡Un paso más y os volamos la cabeza!
- ¡Eh, eh, ¿pero qué ocurre?!
- ¡Hace un momento nos han atacado más Guardias, ¿qué está ocurriendo aquí?! - Se adelantó el Canciller.
- ¿Señor? ¿Seguro que eran Guardias?
- ¡Por supuesto malditos estúpidos!


Los Guardias se miraron entre sí, y volvieron a mirar al grupo.
- Eso explicaría algunas cosas.
- ¿Cómo cuáles?
- Cuando veníamos hacia aquí un Guardia intentó asaltarnos, pero conseguimos abatirle antes de que nos hiciera nada. Además está habiendo un intercambio de disparos en la sala central, pero no sabemos quiénes combaten. Vinimos aquí a por usted.
- No nos podemos fiar, Comandante. - Comentó uno de los Pretores.
- Lo sé.


De pronto Mason se adelantó.
- Vosotros. Id delante, llevadnos hasta el hangar, y ningún movimiento extraño, ¿entendido?
- S... sí señor. - Respondieron a la vez.


El grupo se puso en marcha. Los Pretores iban totalmente alerta a su entorno, cuidando de cualquier emboscada tendida por los sublevados.
De fondo se escuchaba el tiroteo al que habían hecho referencia los Guardias y por ello, el grupo aceleró su marcha hacia los hangares.

Tras recorrer varios pasillos, alcanzaron una puerta que excedía los tamaños de las otras interiores del Senado. Al acercarse, ésta se abrió de lleno.
Entonces, dos Guardias Reales, empuñando un blaster cada uno, se giraron e intentaron disparar contra el grupo, pero los Pretores se adelantaron y haciendo uso de sus fusiles, acabaron rápidamente con la vida de los Guardias.
- ¡Vamos, no perdamos tiempo!

Todos avanzaron hacia la parte inferior del hangar y visualizaron una nave de carga al final del lugar.
- ¡Vamos a esa nave. Es rápida, podrá sacarnos de aquí! - Informó el Canciller.

Mientras corrían hacia la nave, se volvieron a escuchar unos cercanos disparos, proveniente de la parte trasera.
En el primer tiroteo, uno de los Guardias Reales cayó muerto al suelo, y entonces, algunos Pretores y el Guardia restante se pararon y comenzaron a devolver los disparos.
- ¡Corran a la nave. Nosotros les entretenemos! - Gritó uno de los Pretores.

El pequeño escuadrón de Guardias, el cuál estaba conformado por doce hombres, comenzó a caer rápidamente debido al intenso fuego de los Pretores.
En el intercambio de disparos, el Guardia Real que acompañaba a los Pretores fue malherido en un brazo.
Ya habían caído seis de los Guardias sublevados cuando éstos empezaron a replegarse al ver que no podían hacer frente a los entrenados Pretores. Estos mismos, al escuchar los motores de la nave, tomaron al Guardia herida que permanecía tirado en el suelo, y uno de ellos se lo echó al hombro.
Sin cesar los disparos, los Pretores comenzaron a retroceder, en dirección a la nave.
Ésta comenzó a elevarse lentamente y cuando los Pretores se encontraban cerca de ella, la rampilla de acceso se abrió, dándoles paso al interior de la nave de carga.
Los Pretores entraron y la rampa se volvió a elevar y entonces, la nave aumentó su velocidad y salió rápidamente del hangar.
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[Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth] Empty Re: [Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth]

Mensaje por Darth Plagueis Sáb Abr 27, 2013 7:38 pm

Estuve esperando bastante a que siguieras padre, buenísimo roleo.
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[Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth] Empty Re: [Relato] La Flota Fantasma - Un Nuevo Orden [Azeneth]

Mensaje por -Shari Dom Abr 28, 2013 2:21 pm

El tairon haciendo roleos uh uh uh que pro el Wink.
Me gustaa muchiooooo sigue sigue .
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Mensaje por Invitado Dom Abr 28, 2013 2:35 pm

Ok maestro mío, muy pro.

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Mensaje por Darth Tairon Sáb Mayo 04, 2013 4:28 pm

Capítulo IV - Lord Jinn Xisad


Día 2 - 14:25pm
Coruscant - Capital Planetaria


Al atravesar el hangar, la intensa luz diurna deslumbró momentáneamente al piloto.
Ante los ojos de los tripulantes, dos gigantescos Destructores, probablemente procedentes de la Flota Fantasma debido a las marcas que llevaban en los costados, hicieron acto de presencia ante el Senado Galáctico.
- Son Destructores de mi flota. ¿Qué demonios hacen aquí? - Pronunció Mason, apoyándose sobre uno de los sillones, mientras observaba las naves.
- ¿No las enviaste tú?
- No. Ordené el cierre total del Pentágono, nadie podía salir ni entrar a él. Puede que vengan de una misión.
- ¿Nos podemos fiar?
- No lo sé...


De pronto, una llamada entró en los mandos de la nave.
- Permite la conexión. - Ordenó Mason.
- Sí señor.


Entonces, uno de los Pretores activó un piloto y se escuchó la voz.
- Aquí Destructor de apoyo 002 de la Flota Fantasma.
- Adelante Destructor.
- ¿Se encuentra el Comandante Supremo de la Flota ahí? Hemos venido en una misión de rescate a por él y a por el Canciller Supremo.


El Pretor miró a Mason, y al instante éste le asintió.
- Sí, se encuentran aquí.
- Por favor, ingresen de inmediato en el Destructor que está delante suya.
- ¿Ha ocurrido algo en las ciudades? - Irrumpió el Comandante Supremo.
- Por favor, no hay tiempo. Ingresen en la nave.


Entonces la transmisión se cortó.
- Vamos, pues. - Asintió Mason.

La nave comenzó a moverse a una alta velocidad rumbo al hangar principal del Destructor.
- Mason... - Pronunció débilmente el Canciller, sin mirar siquiera al Comandante.
- ¿Si? - Se acercó al Canciller, siguiendo su tono de voz para así impedir que los demás tripulantes les escuchasen.
- ¿Qué le hace pensar que estaremos a salvo en ese Destructor?
- Nada - Sonrió al pronunciar esa palabra - No estaremos a salvo en absoluto. Todo lo contrario. Nos estamos metiendo en la boca del lobo.
- ¿Qué? ¿Y por qué diablos está haciendo esto?
- Para conocer al enemigo nos tenemos que acercar a él.
- ¡Pero vamos hacia una trampa! ¿Qué pretende? - Aumentó el tono de voz, exaltado.


Mason sonrió y miró fijamente al Canciller.
- Accionar la trampa, Canciller.

Cuando la nave se acercó a las grandes compuertas que cerraban el hangar, éstas se abrieron levemente para dejarle paso.

La nave entró lentamente y, tras el despliegue del soporte de aterrizaje, comenzó a descender con lentitud.
- Os quiero unidos chicos... - Comenzó Mason - No os separéis, si os llaman para ir a algún sitio negaos, manteneos siempre con nosotros, y con las armas alerta.
- Señor, con todo el respeto, pero hemos sido entrenado para eso.
- Pero estos no son vuestros enemigos comunes. Son... o eran vuestros hermanos. No tengáis piedad en acabar con ellos si fuera necesario.
- ¿Y será necesario?


Sin contestar a la pregunta, Mason se dirigió a la puerta y, tras él, los Pretores y el Guardia Real que había sobrevivido, un tanto mejor de su herida en el brazo.
La puerta se abrió y, de inmediato, el grupo salió de la nave, encabezado por dos Pretores.
Tres soldados de la Flota se acercaron a ellos, pero al ver que no recibieron ni una mirada del grupo, se apartaron para dejarles paso.

Tras subir unas escaleras, se adentraron en un estrecho pasillo con dos salidas, una a la derecha y otra al frente.
El grupo, que se dirigía hacia la sala de mandos, tomó la iniciativa de ir por el camino frontal, pero entonces un grupo de cuatro Soldados aparecieron del pasillo restantes y se pararon delante de los Pretores, impidiendo su paso.
Todos se cuadraron y realizaron un saludo militar.
- Saludos Comandante Supremo. Saludos Canciller Supremo.
- Apartaos. - Ordenó Mason secamente.
- Señor, hemos recibido órdenes del Comandante Von de llevarles a una sala sellada para habilitar su seguridad, debido a los incidentes ocurrido en el Pentágono con el choque del Destructor en el puerto.
- Bien. Un segundo, tomaré contacto con Jack. - Sonrió Mason, mientras hizo una señal a los Pretores con las manos.


Los Soldados se miraron entre sí y, al no portar casco, se vio su cara que mostraba un tono nervioso.
- Señor, no podemos perder tiempo, deben venir ya.
- Silencio.


Entonces Mason tomó contacto con el Comandante segundo de la Flota estelar, pero no llegó a hablar con él.
De pronto, los cuatro Soldados elevaron sus fusiles hacia el grupo.
- Lo sentimos señor.

Hicieron el amago de apretar los gatillos pero, para desgracia suya, los pretores ya tenían en sus manos fusiles de corto alcance que, en milésimas de segundo, utilizaron para fusilar sin miramientos a los Soldados.
- Bien, ya está claro todo. ¡Vamos, tenemos que llegar a la sala de mandos! - Ordenó Mason.

El grupo, aún encabezado por los Pretores, comenzó a correr en dirección al puente de control.
Empezaron a atravesar diversos pasillos, aún sin encontrarse con ningún soldado.

En unos minutos, el grupo alcanzo la puerta que daba acceso al Puente. Se pararon ante ellas, y los Pretores miraron al Comandante Supremo.
- Bien, ya sabéis el plan nada más entrar.
- Sí señor.
- Pues... ¡adelante!


Entonces, el grupo entró de golpe. Los Pretores tenían en mano sus fusiles y apuntaron a los pilotos, a los jefes de cabina y los demás encargados de la nave.
- ¡Alto todo el mundo. Que nadie se mueva o abriremos fuego! - Gritaron los Pretores.

Los tripulantes hicieron el amago de tomar sus pistolas láser pero, al ver al Comandante y a su jefe mayor, detuvieron la acción.
- ¡Tirad vuestras armas hacia el centro de la sala y después os quiero a todos alejados del mismo centro! ¡Vamos! - Vociferó Mason.

Los tripulantes obedecieron y lanzaron sus armas al centro. Elevaron sus brazos en signo de rendición, y se mantuvieron en silencio.
- Andrew - Dijo de pronto el Comandante, mirando a uno de los encargados de la nave.
- Señor... - Dudó el mismo.
- Acércate.


El Canciller se acercó a él y le susurró al oído.
- ¿Qué hace? ¿Se va a fiar de alguno de estos?
- Ese hombre pertenece a mi círculo de confianza y a la Cámara de la Flota. Nunca se rebelaría contra mí.
- Vaya con ojo Mason.
- Sé lo que me hago.


Al acercarse el encargado, Mason le estrechó firmemente la mano.
- Maldita sea Mason. ¿Qué es todo esto?
- No nos podemos fiar de nadie... - Bajó el tono el Comandante
- ¿Cómo? ¿Por qué?
- ¿Cómo que por qué? ¿Por qué crees que has venido aquí?
- Por orden Xisad.
- Pero... si en la transmisión que recibimos de esta misma nave antes de entrar a ella nos dijeron que vinieron por orden directa del Pentágono a rescatarnos.
- ¿Rescatarlos?


Mason miró a su alrededor. Dirigió su mirada a uno de sus Pretores.
- ¡Cierra la puerta y bloquéala!
- Sí señor.


Volvió a dirigir su mirada a Andrew.
- ¿Qué ocurre?
- Han conseguido manteneros en la inopia. Es increíble.
- Maldita sea Mason, dime que diablos ha pasado.
- Ha habido una emboscada general. Una traición, una rebelión.
- ¿De qué hablas?
- Han atentado contra la vida del Canciller y la mía. Los Guardias reales de la República, una parte de ellos, se han rebelado. Algunos soldados de nuestra propia flota, se han rebelado también.
- Por Dios, ¿qué estás diciendo?
- Maldita sea, ¿no habéis visto por las cámaras el incidente en uno de los pasillos de esta misma nave?
- No. Por unas señales externas se desactivaron nuestras cámaras. Tampoco podemos comunicarnos con nadie de esta nave, ni siquiera con alguien de afuera.
- ¿Y cómo se comunicaron con nosotros?
- A ver señor, se lo repito. Nosotros NO - Recalcó - tomamos contacto con ustedes. Ni siquiera sabíamos que estaban abordo.
- ¿Y cómo nos abrieron?
- Nosotros no les abrimos.
- Alguien de aquí debió hacerlo.
- No Mason. Estoy seguro de que no.
- ¿Hay alguna otra forma de abrir las compuertas sin que sea desde este lugar?
- Sí.
- Entiendo...


Mason comenzó a mirar a su alrededor.
- ¿Desde cuándo llevas con estos soldados, sin salir de este puente, digo?
- Desde... hace dos días. Acabamos nuestra misión en Cato Neimodia y se nos mantuvo a la espera hasta que Xisad nos ordenó venir aquí sin decirnos misión alguna.
- Claro. La misión era tendernos una trampa, y sin que siquiera vosotros lo supierais.
- Se refiere a que... - Entró en la discusión el Canciller.
- Si Majestad. Uno de mis Lores. El Lord y Comandante Jinn Xisad, Director de operaciones secreta de la Flota Fantasma es, posiblemente, el cabecilla de esta rebelión.
- ¿Es el que tenía en mente?
- Así es. Y no solo a él...
- Entonces... - Interrumpió Andrew - ¿quiere decir también que este Destructor está repleto de fieles a Xisad?
- Es lo más posible. Y el segundo también.
- Pues usted dirá, Comandante.


El máximo dirigente de la Flota se quedó observando atentamente a los pilotos que aún permanecían retenidos en el puente de mando.
- ¿Son de fiar?
- Daría mi cuello por ellos, señor. Les conozco, a todos, desde hace bastante. No serían capaces de nada por el estilo.
- Oh por favor. Y ese tal Xisad era uno de los Lores de Mason, y mira.
- Canciller le pediría que no criticara sin conocer. Jinn era el Lord más apartado de la Cámara y de la Flota en general. Le nombré Director de operaciones secretas por su habilidad para tratar con la gente, su perspicacia con la misma y sus ideas extraordinarias de como poder acabar con un ejército de doscientos hombres con solo diez, habilidades que ahora está usando contra mí.
- Como usted diga, Mason. Aquí es usted el líder.


La tensión volvió al ambiente, esperando una respuesta de alguien.
- Mason... - Interrumpió finalmente Andrew. - Tu decides que hacer.
- Lo primero, antes de poner en marcha este trasto, es acabar con los soldados que ahora mismo están colocando cargas en la puerta de acceso al puente - Sonrió fríamente. - ¡Pretores, liberen a los pilotos y tomen posiciones! ¡Pilotos y demás personal, tomen sus armas y apoyen a mis Pretores!


De inmediato, todos obedecieron ciegamente al Comandante Supremo y tomaron posiciones, esperando a los soldados sublevados.

Tras, aproximadamente, un minuto, una explosión liberó el cierre del Puente de mando y la puerta cayó.


Continuará...
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Mensaje por Nysrogh Sáb Mayo 04, 2013 5:22 pm

Viejos recuerdos me trae este historia mi querido amigo Tairon.

Ya te dije en su día lo que pensé y ahora mismo es lo mismo, increíble.
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