[Roleo Escrito + Obtención] Adjø [Xcer]

por Aleema Dom Dic 23, 2012 2:24 pm

Adjø

El pasillo quedaba iluminado por un simple haz de luz que se colaba entre los pequeños y escasos huecos de la ventana, la rojiza claridad de tonos burdel acompañaban a cada uno de los aprendices qué pasaban por este hasta sus dormitorios, el sonido de cada uno de los pasos sonaba como un dulce acompañamiento para el sumo silencio qué había en el templo. El frío desolador llegó a la sala cuando puso uno de sus pies dentro del pasillo, dejando huella en este como si del mismo demonio se tratase, y haciendo qué el último rayo de luz desapareciera, siendo acogida entre la más gélida penumbra.

Un crujido sonó del cielo aproximándose una fuerte tormenta, la lluvia daba burdos golpes en los cristales resbalando de ellos hasta el suelo como un constante e infinito sonido del mar. Su mirada permanecía húmeda y clavada en el cielo, grisáceo como el mismo humo que desprendía una cálida hoguera. Templada fue la mano qué tocó su hombro, haciendo que ella se girara lentamente hacia él, un simple caballero más que la acompañaba en sus labores

- Eelena, hay órdenes de acudir todos a los dormitorios - Dijo el joven caballero con un tono triste y apático -

Miró ella hacia sus ojos, observando el frío que estos también desprendían a su ser, más sin sentir ninguna lástima por este rostro qué obviamente sufría.

- Eelena.. ¿Qué te ocurre? - Prosiguió el caballero, haciendo un esfuerzo por continuar en un estado de simpatía, mientras giraba su cabeza colocándo una de sus manos en el esternón de la jóven - ¿Sientes algo?

Ella, negó con su cabeza lentamente mientras clavo su mirada, esta vez cabizbaja en sus pálidas y secas manos.

- Ve a tu dormitorio.. anda, descansa. - Terminó, observando como la joven se iba como si ya no fuese parte de ellos -

" Sentía frío.. tanto frío, un frío desolador, sentía tanto frío, que dejé de sentir "

La noche había caído, y el templo había quedado cubierto de la oscuridad que esta complacía. Tumbada en la cama, cerré los ojos sintiéndome en la periferia más oscura qué nadie habría podido imaginar. Corría, tocando las paredes negras, qué no dejaban ir más adelante, como si estuviese encerrada entre un bucle de pensamientos. Tanta confusión había liberado una guerra en mi mente qué ni yo misma, sabía el vencedor. Se sentía encerrada en su propio sueño, como si una reja la oprimiera de lo qué realmente era, como si una barrera se hubiese creado impidiendo reconocerse a sí misma y fuera parte de otra persona.

Una de las barreras la absorbió, dejándola en un sitio aun más extraño de en el que ya estaba. Abrió lentamente sus ojos sintiendo un frío desolador en la inmensidad de la nada. Todo estaba cubierto por una pérfida capa blanca y gélida qué daba forma a alguno de los más protuberantes cúmulos de hielo, como glaciares. Dio un paso hacia delante, cuando una mano sin color alguno, la tomó del pie siendo absorbida de la propia nieve.

Un grito rasgó la noche y, como un agónico lamento, se elevó hacia la luna llena que presidía el cielo estrellado. Un aullido estremecedor, que parecía cargado de miedo, dolor y odio. El viento azotaba sin piedad las ramas de los árboles, su terrible rugido envolvía implacablemente la hacienda, que soportaba las sacudidas con heroísmo, dejando escapar solo algún crujido ocasional en las embestidas más fuertes. El cielo estaba totalmente despejado, pero no había luna, y ello hacía que la noche fuera especialmente oscura. Ella entró en un estado de inconsciencia en el qué hasta el mayor de los adentros de su corazón quedaron sucumbidos por una sombra qué lo cubría de un frío que daba calor.

Corrió hacia las afueras del templo, la lluvia caía rozando fríamente desde su pelo, hasta su tobillo, pasando gota por gota por su piel la cual se estremecía sin detenerla hasta llegar a la superficie de Zonama Sekot. Echó su mirada hacia atrás, como si en aquella lucha liberada en su consciencia, hiciera que su alma sintiera un momento de lucidez ante sus propios hermanos, aun que sin más, se detuvo, y entró en la nave junto con todas sus pertenecias. En el templo no quedaba nada más que su recuerdo.

Prendió los motores y sistemas de la nave, introduciendo coordenadas como si supiera perfectamente hacia dónde se dirigía, la nave quedó rodeada del aura qué ella misma desprendía, su cuerpo no reaccionaba ante las órdenes de su cerebro, se sentía coaccionada por una fuerza que la hacía marcharse hacia un nuevo planeta; Kuthul.

Un fuego crepitaba en su interior como si estuviese reconcomiéndose su propia alma en busca de libertad, las horas pasaban inertes, la nave quedó parada completamente por dentro, aun qué por fuera corriera a gran velocidad, el tiempo parecía detenido hasta qué un sonido se aproximó unos pasos como un intruso hacia ella.

pi, pi, pi.

Eelena reaccionó rápidamente tomando su sable, y sin echar una mirada a quien era, degolló su cabeza de un corte limpio y sin sentimientos. Uno de los droides de la nave había quedado completamente destrozado. Soltó el sable rápidamente, resonando en el suelo como una tosca caida mientras este se cerraba. Se sintió confusa ante sus acciones, había algo que hacía que ella las llevaba a cabo, la fuerza la estaba dominando convirtiendo su corazón en una piedra. Tomó el sable del suelo dejando los restos del droide, mientras que se sentó de nuevo en el asiento de piloto.

El tiempo detenido, fue sucumbido por un ruido tecnológico y metálico acompañado de una voz familiar, giró lentamente su cabeza, observando la figura de su maestro en un holoproyector.

- Eelena, Eelena, ¡Eelena, responda! - Dijo la voz del hombre con tono de impotencia - ¡Da la vuelta ahora mismo! ¿¡Qué piensas hacer!?

Ella, sonrió infame, observando la imagen de aquel hombre, a lo qué respondió girando lentamente su cabeza, mientras apretaba el holoproyector con fuerza rompiéndolo. Giro su cabeza hacia el eterno espacio qué se sometía a su propia vista, adentrándose en el borde exterior. La nave quedó tan quieta por dentro, las horas pasaban indolentemente, más la vil y dura guerra de pensamientos entre cruzados qué había en su cabeza, no era una lucha sencilla de liberar.

Profundizaba entrando en el Sistema de Honoghr, suspirando impasiblemente, su cuerpo no respondía a las acciones que su cerebro mandaba, sentía una insoportable minusvalía ante el qué hacer y qué no. Miraba fijamente todos los planetas y estrellas por los qué pasaba, negando con sus propios ojos qué le indicaban dónde ir, y dónde no. La fuerza la había dominado, tenían razón.

" Puedo desconfiar de las personas, pero no de mis sentimientos, puedo desconfiar de mis actos, pero no de mi persona "

Sus pupilas se proliferaron cuando observó a la lejanía un frío planeta. Sus ojos se cerraron dejando ver en su mente como un telón abierto, un flashback de su sueño. Su mente quería comunicarle qué la batalla estaba a punto de terminar y no sabía como hacerlo, la dura confusión que sufría en esos instantes, quedó iluminada por una sombra que dirigía a un único camino que no tenía vuelta atrás.

Se adentró en la atmósfera de aquel planeta, su aterrizaje fue tan limpio, como la pulcra capa gélida que cubría aquel manto perenne del más frío invierno. Bajó lentamente de la mano, observando aquella masa helada de nieve, y poniendo un pie sobre ella mientras exhalaba el hálito que se había convertido en un simple vaho más qué se fusionaba con la temperatura. La afasia de aquel planeta, hacía que cualquier sonido brusco interrumpiera el completo sosiego qué ofrecía aquello. Deambulaba lentamente introduciéndose en uno de los túneles cubiertos de un azul que ofrecía el hielo que los recubría. Grandes figuras con diferentes formas y tonalidades, cubrían todo el planeta haciendo de el algo admirable.

Cada pisada dejaba rastro en la nieve qué se ablandaba si oponías un poco de fuerza en ella, algo crepitaba en su interior cuando uno de los rayos de luz pasaba por algunos huecos qué dejaba el túnel, algo que le hacía sentir qué ya no había vuelta atrás en lo que había hecho. Llegó entonces al final del túnel, observando un glacial desmesurado en comparación a los demás en todo el planeta. Se acercó a este lentamente, qué no dejaba ver más allá de él, rozándolo con una de sus manos. Un escalofrío estremeció su cuerpo sacudiéndolo por completo, ella abrió los ojos con fuerza observando la nítida transparencia de este, soltando su mano velozmente. Algo la hizo girar su cabeza hacia la izquierda, dónde divisó una sombra, una sombra qué parecía diminuta a la distancia en la que se encontraban. Fijó sus ojos con tacto en esta, abocándose hacia esta para poder observar con mejoría qué era.

Era inhumano el frío qué estaba soportando, su vigor se agotaba a cada paso que se acercaba a aquella sombra, qué visto desde más cerca parecía una nave, una nave grande. Soltó su último jadeo sollozando por llegar a dentro de aquella nave abandonada.

Espera.. - Dijo con una voz tosca y rasgada, mientras el vaho salía de su boca - Esta nave es de Zonama..

Abrió la compuerta de la nave mediante la fuerza, inspirando aquel olor hogareño sintiendo algo de vahído.

La cruzada había concluido, consumiendo todo el afecto que sentía Eelena hacia los que eran su familia, ahora, tenía un objetivo nuevo qué veía terso y neto como el agua, un objetivo que acompañaba a un nuevo planeta: Ziost.

Aclaraciones:

Obtengo 2 sables rojos y 2 cristales morados, por que jadus me pidió que los encontrara, él se pasara en cuanto pueda a aclararlo en este mismo post. Aprovecho esto, y no lo pongo en "obtención de dactarios" para hacer el roleo de como me convierto en sith.

Ficha de Jadus
Mi ficha en firma.

por wiliye Dom Dic 23, 2012 5:54 pm

los sables comunes no se pueden obtener por roleos, los cristales si.

por Aleema Dom Dic 23, 2012 6:03 pm

¿Entonces si Jadus me quiere dar los sables pero está muerto, o desaparecido?

por Invitado Dom Dic 23, 2012 6:34 pm

Antes de nada la siguiente regla respalda mi opinión en cuanto a la obtención de objetos típicos de facción tales como armas:

Artículo 10. Está prohibida la obtención de Poderes y Habilidades, de naves, de objetos típicos de facción tales como sables láser, armas bláster y todo tipo de armas que sean usados por una facción y estén referentes al sistema de combate. Cabe a destacar que se pueden obtener objetos con propiedades de rol donde entran armas que no son usadas para el combate y todo tipo de objetos, claro está.

Por lo general objetos de ese tipo aunque la ambientación diga que Jadus está muerto y te haya dado el paradero o sea lo que sea. Los objetos que trabajan en conjunto al sistema de combate no pueden ser obtenidos ni tienen jurisdicción en el sistema de legalización por ende he de invalidar el roleo que a mi parecer también tiene sus fallas y para ser escrito, le falta y mucho. Asuntos de ese tipo lo mejor es que sean tratados en el sistema de dactarios, pues ahí cabe realmente el tema de transacciones porque nosotros los legalizadores no controlamos las fichas de los usuarios ni los objetos que portan y validar esto está en contra del reglamento.

Un saludo, cualquier duda vía MP.

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