[Roleo de Achillea] Una Brecha en la Luz [Relan]
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[Roleo de Achillea] Una Brecha en la Luz [Relan]
Prólogo - El descubrimiento de una nueva persona
Mis pasos resonaban fuertes y metálicos en los pasillos de la gran Orden. Aquellas antiguas botas que portaba hacían un extraño y temido ruido, unas botas que, ni siquiera conocía su paradero, al igual que mi armadura.
Desde hacía ya un año, miles de... recuerdos asaltaban mi cabeza. Recuerdos que nunca antes había vivido, que nunca pensé que los sufrí.
Mi pasado se me escondió y nunca se me rebeló, mientras los Maestros Jedi me decían que no era de importancia, yo estaba seguro que era por seguridad, que mi pasado fue turbio y los que me rodeaban eran personas no gratas para los Jedi.
Desconocía quién era mi madre o mi padre, o quién me instruyó verdaderamente en el arte de la lucha y la Fuerza, debido a mis grandes conocimientos, los cuáles no los había aprendido de los Jedi.
Nunca supe de nada, y, alcanzado el soñado rango de Guardián del Jedi, pensé que nunca se me rebelarían esos datos ocultos, esos datos supuestamente destruidos.
Lo único que recordaba con claridad de mi pasado, eran unas palabras, unas palabras de un fantasma que nunca recordé quién era, las palabras de "Termina mi objetivo. Parte a Endor, y finaliza tu entrenamiento. Luego, termina mi objetivo, lo que yo te he inculcado".
Pregunté a decenas de Maestros sobre eso, qué significaba, y quién me rebeló esas palabras, pero nunca recibí una respuesta objetiva. Lo único que recordaba de esa escena, era que quién me las decía, era un extraño ser, cubierto por túnicas oscuras, y con el rostro tapado. De su cara oculta, caían pequeñas gotas de sangre, las cuáles caían sobre mi brazo.
Aún así, desde hacía unos meses, las cosas empezaron a cambiar de nuevo. Ya no solo me asaltaban recuerdos, si no presentimientos, premoniciones... de dolor, muerte... muerte de personas que desconocía.
Debido a esas torturas psicológicas, no tuve más opción que dirigirme hacía un Maestro Jedi, el Maestro Esmic, mi instructor, y el que me enseñó todo lo que tuve que aprender en la Orden Jedi.
Después de haberle pedido que se reuniese conmigo en un salón privado de la Academia, él aceptó y, con la hora acordada, nos encontramos.
- Saludos, Maestro. - Pronuncié, realizando una pequeña reverencia.
- Saludos, joven Guardián. ¿Qué es lo que ronda tu cabeza que tan molesto es? - Preguntó, mientras tomaba asiento, y me hacía señas para que le imitara.
Tomé asiento, y continué.
- Verá, Maestro. Desde hace ya unos meses, varios pensamientos atormentan mi cabeza. Pensamientos oscuros, de dolor y de muerte.
- ¿De tus cercanos?
- No. De desconocidos.
- ¿Qué desconocidos? ¿Los reconoces?
- A veces... - Dudé.
- ¿A veces?
- Es... - Dije, intentando recordar. - En los sueños... es de noche... y diluvia. Nunca conseguí ver una forma definida de nadie pero... pero puedo asegurar que eran soldados, soldados Republicanos que sufrían. Eran dirigidos por alguien... y ese alguien... sentía...
- Te atraía.
- Exacto. Era como si la Fuerza me llamara a él. ¿Qué significa?
El Maestro Jedi hizo una pausa, y me miró.
- Tairon, durante mucho tiempo has estado preguntándome y preguntando a todo el Consejo sobre tu pasado. De manera inesperada lo olvidaste, y no recuerdas apenas nada.
- Así es pero... ¿qué tiene que ver?
- ¡Todo! - Gritó - ¡Tiene mucho que ver! ¡El círculo se está cerrando, mi joven Aprendiz. Pronto no necesitarás respuesta a tus preguntas, pues éstas se resolverán por sí solas!.
- No entiendo, Maestro.
- Tairon. Halla a ese guía, a ese líder, y hallarás la respuesta a tus preguntas.
- ¡Maestro. Maldita sea. Usted sabe mi pasado, ¿por qué no me lo rebela?!
El afamado Jedi calló, y siguió mirándome, de manera incómoda.
- Lo siento Tairon, yo no puedo. El destino te espera. Yo no soy tu respuesta.
- Y... - Dije, desistiendo - ¿cómo encuentro la respuesta a mis sueños?
- Ese líder que tu dices de tu sueño, te atrae de una Fuerza, la Fuerza te lleva a él. Lo mismo pasa en la realidad. Tus sueños son visiones, es el futuro mismo, y si ese extraño ser te llama mediante la Fuerza en un sueño, te llamará en la realidad. La Fuerza te guiará a tu destino, y a tus respuestas.
- De acuerdo, gracias Maestro.
Tras aquellas palabras, me levanté, y me dirigí a la salida, cuando el Maestro me detuvo.
- Júnior. Serás Guardián Jedi, pero eres muy joven. No estás preparado para afrontar tu destino. Te aconsejo que desistas, tus sueños desaparecerán pronto.
- ¿Me está diciendo que olvide a esos Soldados, y los deje morir? - Pregunté.
- O son ellos, o eres tú. Si sigues el camino que la Fuerza te está marcando en este momento, puedes introducirte en un submundo que te puede matar, te puede traumatizar y destruir por dentro.
- Mi destino es, pues. Si es así, lo afrontaré. - Dije, saliendo de la sala.
- Es como su padre... uña y carne. - Suspiró el Maestro.
Mis pasos resonaban fuertes y metálicos en los pasillos de la gran Orden. Aquellas antiguas botas que portaba hacían un extraño y temido ruido, unas botas que, ni siquiera conocía su paradero, al igual que mi armadura.
Desde hacía ya un año, miles de... recuerdos asaltaban mi cabeza. Recuerdos que nunca antes había vivido, que nunca pensé que los sufrí.
Mi pasado se me escondió y nunca se me rebeló, mientras los Maestros Jedi me decían que no era de importancia, yo estaba seguro que era por seguridad, que mi pasado fue turbio y los que me rodeaban eran personas no gratas para los Jedi.
Desconocía quién era mi madre o mi padre, o quién me instruyó verdaderamente en el arte de la lucha y la Fuerza, debido a mis grandes conocimientos, los cuáles no los había aprendido de los Jedi.
Nunca supe de nada, y, alcanzado el soñado rango de Guardián del Jedi, pensé que nunca se me rebelarían esos datos ocultos, esos datos supuestamente destruidos.
Lo único que recordaba con claridad de mi pasado, eran unas palabras, unas palabras de un fantasma que nunca recordé quién era, las palabras de "Termina mi objetivo. Parte a Endor, y finaliza tu entrenamiento. Luego, termina mi objetivo, lo que yo te he inculcado".
Pregunté a decenas de Maestros sobre eso, qué significaba, y quién me rebeló esas palabras, pero nunca recibí una respuesta objetiva. Lo único que recordaba de esa escena, era que quién me las decía, era un extraño ser, cubierto por túnicas oscuras, y con el rostro tapado. De su cara oculta, caían pequeñas gotas de sangre, las cuáles caían sobre mi brazo.
Aún así, desde hacía unos meses, las cosas empezaron a cambiar de nuevo. Ya no solo me asaltaban recuerdos, si no presentimientos, premoniciones... de dolor, muerte... muerte de personas que desconocía.
Debido a esas torturas psicológicas, no tuve más opción que dirigirme hacía un Maestro Jedi, el Maestro Esmic, mi instructor, y el que me enseñó todo lo que tuve que aprender en la Orden Jedi.
Después de haberle pedido que se reuniese conmigo en un salón privado de la Academia, él aceptó y, con la hora acordada, nos encontramos.
- Saludos, Maestro. - Pronuncié, realizando una pequeña reverencia.
- Saludos, joven Guardián. ¿Qué es lo que ronda tu cabeza que tan molesto es? - Preguntó, mientras tomaba asiento, y me hacía señas para que le imitara.
Tomé asiento, y continué.
- Verá, Maestro. Desde hace ya unos meses, varios pensamientos atormentan mi cabeza. Pensamientos oscuros, de dolor y de muerte.
- ¿De tus cercanos?
- No. De desconocidos.
- ¿Qué desconocidos? ¿Los reconoces?
- A veces... - Dudé.
- ¿A veces?
- Es... - Dije, intentando recordar. - En los sueños... es de noche... y diluvia. Nunca conseguí ver una forma definida de nadie pero... pero puedo asegurar que eran soldados, soldados Republicanos que sufrían. Eran dirigidos por alguien... y ese alguien... sentía...
- Te atraía.
- Exacto. Era como si la Fuerza me llamara a él. ¿Qué significa?
El Maestro Jedi hizo una pausa, y me miró.
- Tairon, durante mucho tiempo has estado preguntándome y preguntando a todo el Consejo sobre tu pasado. De manera inesperada lo olvidaste, y no recuerdas apenas nada.
- Así es pero... ¿qué tiene que ver?
- ¡Todo! - Gritó - ¡Tiene mucho que ver! ¡El círculo se está cerrando, mi joven Aprendiz. Pronto no necesitarás respuesta a tus preguntas, pues éstas se resolverán por sí solas!.
- No entiendo, Maestro.
- Tairon. Halla a ese guía, a ese líder, y hallarás la respuesta a tus preguntas.
- ¡Maestro. Maldita sea. Usted sabe mi pasado, ¿por qué no me lo rebela?!
El afamado Jedi calló, y siguió mirándome, de manera incómoda.
- Lo siento Tairon, yo no puedo. El destino te espera. Yo no soy tu respuesta.
- Y... - Dije, desistiendo - ¿cómo encuentro la respuesta a mis sueños?
- Ese líder que tu dices de tu sueño, te atrae de una Fuerza, la Fuerza te lleva a él. Lo mismo pasa en la realidad. Tus sueños son visiones, es el futuro mismo, y si ese extraño ser te llama mediante la Fuerza en un sueño, te llamará en la realidad. La Fuerza te guiará a tu destino, y a tus respuestas.
- De acuerdo, gracias Maestro.
Tras aquellas palabras, me levanté, y me dirigí a la salida, cuando el Maestro me detuvo.
- Júnior. Serás Guardián Jedi, pero eres muy joven. No estás preparado para afrontar tu destino. Te aconsejo que desistas, tus sueños desaparecerán pronto.
- ¿Me está diciendo que olvide a esos Soldados, y los deje morir? - Pregunté.
- O son ellos, o eres tú. Si sigues el camino que la Fuerza te está marcando en este momento, puedes introducirte en un submundo que te puede matar, te puede traumatizar y destruir por dentro.
- Mi destino es, pues. Si es así, lo afrontaré. - Dije, saliendo de la sala.
- Es como su padre... uña y carne. - Suspiró el Maestro.
Última edición por Tairon. el Lun Ago 13, 2012 10:59 am, editado 1 vez
Darth Tairon- Mensajes : 2341
Fecha de inscripción : 23/08/2011
Edad : 28
Re: [Roleo de Achillea] Una Brecha en la Luz [Relan]
Me gustó bastante, tiene muy buena trama. Espero que continúes así, con asías espero la continuación.
Horus- Mensajes : 1399
Fecha de inscripción : 22/08/2011
Edad : 29
Localización : Venezuela
Re: [Roleo de Achillea] Una Brecha en la Luz [Relan]
Vaya Tairon, tu primer roleo que veo desde que eres Jedi, no está nada mal.
Nysrogh- Mensajes : 1953
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 30
Re: [Roleo de Achillea] Una Brecha en la Luz [Relan]
A pesar de ser sólo el prólogo, me gustó bastante. Espero la continuación.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Achillea] Una Brecha en la Luz [Relan]
/Perdón por el retraso, no tuve tiempo/.
Capítulo Uno
Mi caza se fue deteniendo lentamente al alcanzar el planeta de Arkania.
La Fuerza se hacía más intensa a medida que me aproximaba al planeta.
Rápidamente, comencé a descender en mi caza, y, tras atravesar la atmósfera del planeta, ingresé en él y me dirigía las coordenadas que me inscribieron.
El planeta era frío y tenebroso, en su mayor parte estaba nevado, era todo blanco...
Después de un rápido viaje, observé a lo lejos varios transbordadores clon, y decidí aterrizar allí.
Salí de mi caza, bien tapado con las túnicas para resguardarme del frío.
Dos clones se acercaron a mí, con los fusiles en mano, apuntándome directamente.
- ¡Identifíquese! - Gritó, un tanto cansado, uno de ellos, con el dedo en el gatillo.
- Alto. Soy Guardián Jedi. Guardián Jedi de la academia de Endor. - Dije, mostrando una pequeña identificación.
De pronto, llevaron sus fusiles a la espalda, se formaron, y realizaron un saludo.
- Saludos Señor.
- Buenas. He venido aquí por... por una misión. Según me han dicho tienen problemas, ¿es así? - Preguntó a los soldados, mientras me llevaban a un resguardo dentro de uno de los transbordadores.
Me sirvieron una bebida caliente, y entonces un galardonado Clon se acercó, y se sentó enfrente mía, con lo que parecía un té en la mano.
- Así es, General Jedi. Hace ya tres días, nuestro Comandante, el General Selkris, partió hacia unas ruinas que han tenido actividad en la Fuerza recientemente. Él y un pequeño grupo de clones han desaparecido, y no se ha vuelto a saber de ellos desde entonces.
Hubo un pequeño silencio, y continuó tras sorber de su bebida.
- Pero no avisamos a la Orden, es extraño que mandaran a alguien aquí.
- No... no he sido mandado exactamente. Vine por voluntad propia.
- ¿Voluntad propia?
- Así es. La Fuerza me trajo aquí, algo me une con una persona de aquí... creo que con Selkris. - Pronuncié.
- Entiendo..., ¿y el qué?
- No lo sé, la verdad. Ni siquiera le conozco, no sé ni como se llama.
- Creo que el General... - Miró a uno de sus compañeros.
- Selkris Tankard. - Respondió el compañero.
En ese momento, en mi cabeza algo se iluminó.
- Tankard... - Susurré.
- ¿Le conoce? - Me preguntó el clon galardonado.
- Me suena... muchísimo. Pero no llego a recordar...
- Toda la República le conoce... - Pronunció.
- Digamos que yo soy... nuevo. No me crié con la República.
- No entiendo.
Me levanté, mientras hablaba.
- Yo llegué a Endor teniendo doce años. Llevó allí poco.
- Es extraño que le tomaran siendo tan mayor.
- Es que yo ya conocía los caminos de la Fuerza.
- No entiendo, la verdad. - Dijo, riendo, el clon.
- Yo tampoco. Apenas conozco mi pasado. Lo único que sé, es que mi pasado no es digamos muy... "luminoso" - Recalqué. - Según me dijeron, yo fui adiestrado como un Sith, aunque desconozco de ese pasado, la verdad...
- Ajá. Entiendo.
- Bueno, no perdamos más tiempo, ¿dónde se dirigió el General?
Salimos fuera, y el clon me señaló unas grandes montañas nevadas.
- Por aquellas colinas, pero... Cuando salieron aún teníamos rastro de ellos, por el localizador. Les perdimos exactamente a 23 Kilómetros de aquí. La tempestad es muy grande para buscarles.
- Deme la localización donde se perdieron, yo iré.
- Pero señor... es muy peligroso.
- Eso ya me lo han dicho hoy dos veces, Soldado.
- De... de acuerdo señor.
A través del localizador me transfirió los datos, dándome el lugar exacto donde se perdió la señal.
Tapado con mis túnicas, tomé mi caza, e introduje los datos en el panel. De pronto, una luz parpadeó, indicándome el lugar.
Encendí los motores y elevé el caza.
Aproximadamente veinte minutos después de partir del campamento, alcancé la posición donde se perdieron la escuadra de Clones. Aterricé, y, al ver que la tempestad aumentó, me vi obligado a arroparme aún más.
Salí de mi caza, y me dirigí al punto exacto, pero al llegar... No había nada, absolutamente nada. Todo seguía tan blanco, tan frío y tan nevado como todos aquellos parajes.
Lo único que rompía aquel frío silencio, era el viento cortador, aunque, en ese momento, algo más se hizo denotar.
No muy lejos, se escuchó como un arma láser, como un Sable láser, era prendido.
Comencé a mirar a mis lados nada más escuchar aquello, y, erguido sobre una pequeña colina, una oscura figura, con un Sable de luz rojo, se proclamó en lo alto.
De pronto, y en un segundo, la figura desapareció, y en ese momento, me percaté de que usó la Velocidad de la Fuerza para trasladarse tras de mí, debido al ruido que hacía su sable de luz.
Me giré, y observé la figura.
Era una figura sin rostro, totalmente cubierta por túnicas oscuras.
En ese momento, elevó su sable láser, tomando una posición de batalla.
Prediciendo lo que iba a suceder, me deshice de mis ropajes, y descolgué mi Sable láser. Lo prendí, y me puse en posición defensiva.
Entonces, en el rostro del oscuro ser, se proclamó una leve sonrisa, y acto seguido, se lanzó como una bestia hacia mí.
El combate empezó. Se notaba que estaba entrenado, pero no más que yo. Sus golpes eran torpes a veces, dejando sus puntos débiles a la vista.
Llegamos a pasar acerca de cinco o seis minutos en una intensa batalla de sables láser, entrechocándose el uno con el otro, pero el temporal me impedía dar el primer paso y atacarle. Él, por lo que se denotaba, estaba acostumbrado a luchar en aquellos parajes tan inhóspitos, pero no podía rendirme. Haciendo acopio de toda mi fuerza, hice resistencia al temporal, y comencé a tomar el control de la batalla. Mis golpes eran duros, cercanos y peligrosos.
No sabía por qué, ya que en la Orden no lo aprendí, pero era un gran esgrimista, y usaba tácticas que los Jedi consideraban "peligrosas", debido a que me dedicaba por entero al Juyo, o más conocido como el Vaapad.
Al observar como tomé el control de la batalla, el Sith comenzó a flaquear. En un instante, cuando conseguí sobreponerme a él, logré lanzarle contra el suelo, y en ese momento, me miró, dejando ver su rostro.
Se denotaba que estaba cansado, y temía por su vida, pero algo me obligó a hacer lo que hice.
En un segundo, me lancé como una fiera contra él, le despojé de su arma, e hice el amago de clavar mi sable en él, pero de un salto, se apartó del suelo, y mi Sable atravesó la nieve.
En un segundo, recuperó su sable de luz, lo volvió a prender, y se lanzó contra mí, pero demasiado pronto.
Sin esperar un segundo, tomé mi sable de nuevo, bloqueé su golpe, y de un giro sobre mi mismo, le corté la mano con que sujetaba su arme, y sin que pasara mucho más tiempo, le golpeé en la rodilla, desestabilizándolo, salté sobre él, y le arrebaté la vida, clavando mi sable en su espalda.
Apagué mi arma, y observe su cadáver tirado en el suelo.
El temporal había empeorado, así que apagué mi sable, y me dirigí a mi caza para volver al campamento, debido a que no encontré nada, pero entonces, un ruido me hizo parar.
Me giré, y noté como una voz remota.
Me fui acercando a lo que parecía una pequeña montaña de piedra, y la voz se hizo mucho más cercana, pero aún así, se notaba aún lejana
Me acerqué y agaché al suelo, y entonces, allí vi de donde provenía esa voz.
Un cadáver con el uniforme de un soldado clon estaba allí tirado, y de su armadura, provenía la voz que había notado antes.
- Aquí escuadrón 401 de reconocimiento en Endor, pedimos ayuda, hemos sido capturados. Aquí el General Tankard, pedimos ayuda a quién haya ahí. Aquí escuadrón 401... - Repitió
Continuará...
Capítulo Uno
Mi caza se fue deteniendo lentamente al alcanzar el planeta de Arkania.
La Fuerza se hacía más intensa a medida que me aproximaba al planeta.
Rápidamente, comencé a descender en mi caza, y, tras atravesar la atmósfera del planeta, ingresé en él y me dirigía las coordenadas que me inscribieron.
El planeta era frío y tenebroso, en su mayor parte estaba nevado, era todo blanco...
Después de un rápido viaje, observé a lo lejos varios transbordadores clon, y decidí aterrizar allí.
Salí de mi caza, bien tapado con las túnicas para resguardarme del frío.
Dos clones se acercaron a mí, con los fusiles en mano, apuntándome directamente.
- ¡Identifíquese! - Gritó, un tanto cansado, uno de ellos, con el dedo en el gatillo.
- Alto. Soy Guardián Jedi. Guardián Jedi de la academia de Endor. - Dije, mostrando una pequeña identificación.
De pronto, llevaron sus fusiles a la espalda, se formaron, y realizaron un saludo.
- Saludos Señor.
- Buenas. He venido aquí por... por una misión. Según me han dicho tienen problemas, ¿es así? - Preguntó a los soldados, mientras me llevaban a un resguardo dentro de uno de los transbordadores.
Me sirvieron una bebida caliente, y entonces un galardonado Clon se acercó, y se sentó enfrente mía, con lo que parecía un té en la mano.
- Así es, General Jedi. Hace ya tres días, nuestro Comandante, el General Selkris, partió hacia unas ruinas que han tenido actividad en la Fuerza recientemente. Él y un pequeño grupo de clones han desaparecido, y no se ha vuelto a saber de ellos desde entonces.
Hubo un pequeño silencio, y continuó tras sorber de su bebida.
- Pero no avisamos a la Orden, es extraño que mandaran a alguien aquí.
- No... no he sido mandado exactamente. Vine por voluntad propia.
- ¿Voluntad propia?
- Así es. La Fuerza me trajo aquí, algo me une con una persona de aquí... creo que con Selkris. - Pronuncié.
- Entiendo..., ¿y el qué?
- No lo sé, la verdad. Ni siquiera le conozco, no sé ni como se llama.
- Creo que el General... - Miró a uno de sus compañeros.
- Selkris Tankard. - Respondió el compañero.
En ese momento, en mi cabeza algo se iluminó.
- Tankard... - Susurré.
- ¿Le conoce? - Me preguntó el clon galardonado.
- Me suena... muchísimo. Pero no llego a recordar...
- Toda la República le conoce... - Pronunció.
- Digamos que yo soy... nuevo. No me crié con la República.
- No entiendo.
Me levanté, mientras hablaba.
- Yo llegué a Endor teniendo doce años. Llevó allí poco.
- Es extraño que le tomaran siendo tan mayor.
- Es que yo ya conocía los caminos de la Fuerza.
- No entiendo, la verdad. - Dijo, riendo, el clon.
- Yo tampoco. Apenas conozco mi pasado. Lo único que sé, es que mi pasado no es digamos muy... "luminoso" - Recalqué. - Según me dijeron, yo fui adiestrado como un Sith, aunque desconozco de ese pasado, la verdad...
- Ajá. Entiendo.
- Bueno, no perdamos más tiempo, ¿dónde se dirigió el General?
Salimos fuera, y el clon me señaló unas grandes montañas nevadas.
- Por aquellas colinas, pero... Cuando salieron aún teníamos rastro de ellos, por el localizador. Les perdimos exactamente a 23 Kilómetros de aquí. La tempestad es muy grande para buscarles.
- Deme la localización donde se perdieron, yo iré.
- Pero señor... es muy peligroso.
- Eso ya me lo han dicho hoy dos veces, Soldado.
- De... de acuerdo señor.
A través del localizador me transfirió los datos, dándome el lugar exacto donde se perdió la señal.
Tapado con mis túnicas, tomé mi caza, e introduje los datos en el panel. De pronto, una luz parpadeó, indicándome el lugar.
Encendí los motores y elevé el caza.
Aproximadamente veinte minutos después de partir del campamento, alcancé la posición donde se perdieron la escuadra de Clones. Aterricé, y, al ver que la tempestad aumentó, me vi obligado a arroparme aún más.
Salí de mi caza, y me dirigí al punto exacto, pero al llegar... No había nada, absolutamente nada. Todo seguía tan blanco, tan frío y tan nevado como todos aquellos parajes.
Lo único que rompía aquel frío silencio, era el viento cortador, aunque, en ese momento, algo más se hizo denotar.
No muy lejos, se escuchó como un arma láser, como un Sable láser, era prendido.
Comencé a mirar a mis lados nada más escuchar aquello, y, erguido sobre una pequeña colina, una oscura figura, con un Sable de luz rojo, se proclamó en lo alto.
De pronto, y en un segundo, la figura desapareció, y en ese momento, me percaté de que usó la Velocidad de la Fuerza para trasladarse tras de mí, debido al ruido que hacía su sable de luz.
Me giré, y observé la figura.
Era una figura sin rostro, totalmente cubierta por túnicas oscuras.
En ese momento, elevó su sable láser, tomando una posición de batalla.
Prediciendo lo que iba a suceder, me deshice de mis ropajes, y descolgué mi Sable láser. Lo prendí, y me puse en posición defensiva.
Entonces, en el rostro del oscuro ser, se proclamó una leve sonrisa, y acto seguido, se lanzó como una bestia hacia mí.
El combate empezó. Se notaba que estaba entrenado, pero no más que yo. Sus golpes eran torpes a veces, dejando sus puntos débiles a la vista.
Llegamos a pasar acerca de cinco o seis minutos en una intensa batalla de sables láser, entrechocándose el uno con el otro, pero el temporal me impedía dar el primer paso y atacarle. Él, por lo que se denotaba, estaba acostumbrado a luchar en aquellos parajes tan inhóspitos, pero no podía rendirme. Haciendo acopio de toda mi fuerza, hice resistencia al temporal, y comencé a tomar el control de la batalla. Mis golpes eran duros, cercanos y peligrosos.
No sabía por qué, ya que en la Orden no lo aprendí, pero era un gran esgrimista, y usaba tácticas que los Jedi consideraban "peligrosas", debido a que me dedicaba por entero al Juyo, o más conocido como el Vaapad.
Al observar como tomé el control de la batalla, el Sith comenzó a flaquear. En un instante, cuando conseguí sobreponerme a él, logré lanzarle contra el suelo, y en ese momento, me miró, dejando ver su rostro.
Se denotaba que estaba cansado, y temía por su vida, pero algo me obligó a hacer lo que hice.
En un segundo, me lancé como una fiera contra él, le despojé de su arma, e hice el amago de clavar mi sable en él, pero de un salto, se apartó del suelo, y mi Sable atravesó la nieve.
En un segundo, recuperó su sable de luz, lo volvió a prender, y se lanzó contra mí, pero demasiado pronto.
Sin esperar un segundo, tomé mi sable de nuevo, bloqueé su golpe, y de un giro sobre mi mismo, le corté la mano con que sujetaba su arme, y sin que pasara mucho más tiempo, le golpeé en la rodilla, desestabilizándolo, salté sobre él, y le arrebaté la vida, clavando mi sable en su espalda.
Apagué mi arma, y observe su cadáver tirado en el suelo.
El temporal había empeorado, así que apagué mi sable, y me dirigí a mi caza para volver al campamento, debido a que no encontré nada, pero entonces, un ruido me hizo parar.
Me giré, y noté como una voz remota.
Me fui acercando a lo que parecía una pequeña montaña de piedra, y la voz se hizo mucho más cercana, pero aún así, se notaba aún lejana
Me acerqué y agaché al suelo, y entonces, allí vi de donde provenía esa voz.
Un cadáver con el uniforme de un soldado clon estaba allí tirado, y de su armadura, provenía la voz que había notado antes.
- Aquí escuadrón 401 de reconocimiento en Endor, pedimos ayuda, hemos sido capturados. Aquí el General Tankard, pedimos ayuda a quién haya ahí. Aquí escuadrón 401... - Repitió
Continuará...
Darth Tairon- Mensajes : 2341
Fecha de inscripción : 23/08/2011
Edad : 28
Re: [Roleo de Achillea] Una Brecha en la Luz [Relan]
Buen roleo, me gustó
Multiplaza- Mensajes : 371
Fecha de inscripción : 08/12/2011
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