[PARTIDA DE ROL] Guerra en Basilisk [Relan]

''Salto hiperespacial en tres, dos...'' -La voz del Guardián Karnage era transmitida en todo el crucero republicano


''Todo está en la práctica, puedo prever un disturbio en la fuerza el día de hoy. Un olor a incienso, distintivo de la muerte...'' -Continuaba el Guardián Dakhan, hablando con la flota

El crucero de la república estaba cargado con todo tipo de armamento y distintas tropas de asalto clon y la élite Jedi enviada desde cada rincón de la galaxia.

Las naves del Imperio Galáctico, los incursores, carroñeros y también la República ingresaban a la órbita de Basilisk una tras otra; siendo ya detectadas entre sí por sus radares.

Aterrizaban en lugares opuestos los unos de los otros, claves para emboscar a los bandos contrarios. La noticia ya había sido regada por toda la galaxia ¿quien diría que un planeta prácticamente inhabitado provocaría semejante conflicto?


''¡Apártense, es mi turno!'' -Ingresó el Caballero Jedi Feln, encendiendo su sable láser tras llegar al campo de batalla


Los batallones imperiales caían, uno tras otro. El rostro de Feln reflejaba paz permitiendo que la tropa clon a su cargo se sintiera confiada de su líder.

Disparos de plasma volaban por los aires, impactando a los presentes en la batalla.

Feln se detuvo, apagando su sable láser y elevándose en el aire creando un campo de midiclorias a su alrededor. El denso campo de energía de la fuerza desviaba los disparos, protegiendo al pelotón y dándoles la oportunidad de contraatacar al enemigo.

''¡No nos detendrán!'' -Daban voces los Heavy Troopers que ingresaban al combate abatiendo casi por completo al pelotón de Feln

Los cadáveres caían al suelo provocando que nubes de arena se elevaran a escasos centímetros del suelo. La paz que los Jedi pretendían conseguir interviniendo en la batalla por la conquista se había tornado en una perdición total para la república la cual había perdido contacto total con los senadores de Basilisk.

''Retirada, retirada. Son demasiados'' -Gritaba Feln, sacudiendo sus lekkus mientras que retrocedía desviando disparos con su sable láser

El pelotón de Feln se vió obligado a retroceder. El enemigo aumentó en número y su capacidad en el combate era superior a la suya.

Las naves de asalto republicanas sobrevolaban la superficie de Basilisk, disparando hacia las filas enemigas; la mira imperial se encontraba sobre ellas, poco a poco eran derribadas por los cañones de plasma.


''¡Vamos comandante, no están dispuestos a escuchar!'' -Alzó la voz el Guardián Karnage, irguiéndose con su sable láser en contra de los mandalorianos residentes


Los choques entre beskad y las hojas láser resonaban en la base de resistencia basiliskana. Los reptiles huían mientras los guardias luchaban contra los Jedi sin razón alguna.

''¡Basta, no tengo intención de lastimarles!'' -Vociferó Dakhan posando su mano frente a él

El mandaloriano con el cual luchaba no estaba dispuesto a rendirse así que el Guardián Jedi se vió en la obligación de culminar el combate utilizando una habilidad común en él mediante la fuerza.

Entonces los dedos de su mano empezaron a moverse a gran velocidad, desprendiendo rayos de la fuerza que impactaron en el mando'ad provocándole una muerte inmediata.

La túnica del Guardián Jedi ondeaba con el viento, el lugar se encontraba en silencio exceptuando los rugidos de las bestias basiliskanas encerradas en la base, mejor conocida como la famosa prisión de Basilisk.

Los cadáveres residían en el piso, no había alguna otra señal de vida. No había tratado ni quien negociara exceptuando a los Jedi quienes eran ignorados...

''La fuerza llora ésta noche...'' -Dijo el Guardián Karnage Dakhan, apagando su sable láser