Roleo Libre - La Anomalía
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Roleo Libre - La Anomalía
- Spoiler:
- LA SENTENCIA DE MUERTE DE VREK
Vrek
abrió los ojos. Se había quedado dormido una vez más en la cámara Dark
Sith. Sorprendido, se levantó con tal fuerza que la silla se precipitó
sobre el suelo. Echó a caminar por el templo , hasta que llegó a las
ruinas. Allí observó el sol de Drongar en lo más alto. Ahora iba a
volver a resurgir de sus cenizas, mostrándole a toda la galaxia que los
Dark Sith no se habían extinguido, que aún quedaba uno, en cuya alma
descansaban los espíritus de todos sus hermanos.
Desplegó
sus midiclorianos, expandiéndolos por el planeta. Hacía tiempo que no
vigilaba Drongar, por lo que podían haber intrusos perfectamente. Halló
múltiples formas de vida, pero sobretodo localizó una aglomeración
fuera del bosque, rozando el linde. Eran cuatro presencias, todas ellas
tenían midiclorianos en su organismo, y la fuerza era intensa en ellas.
Su espíritu era puro, por lo que debían ser Jedis.
Y
él no iba a permitir que ningún Jedi pisara su preciado Drongar.
Decidió esperar a la noche. Una vez la luna se cernía sobre Drongar,
hizo que aquella tenebrosa nube de humo negro lo envolviera. Sus pies
se levantaron del suelo, y en cuestión de segundos volvieron a tocarlo,
y cuando la nube de humo se desvaneció, se vio en el linde del bosque,
frente a una cabaña que quedaba de cara a él, a unos diez metros.
Activó su visión infrarroja y observó su interior. Cuatro figuras se
hallaban en la cabaña, dos grandes, una mediana, y otra muy pequeña. La
pequeña debía ser un bebé, sin duda, pero sin embargo, contenía una
cantidad de midiclorianos muy superior a la de los otros tres. Pudo ver
por la visión de calor como un sable láser se encendía en la mano de la
figura que debía ser el padre. Sin duda habían detectado su presencia.
Vrek
comenzó a avanzar hacia la cabaña, caminando con tranquilidad, pero con
el sable láser Varoic en la mano. A los pocos metros de la puerta, ésta
se abrió, y de ella salió un hombre con un sable de luz azul. Detrás
había una mujer, que observaba atemorizada a Vrek. La mujer chilló: ¡ NYZAN, ES UN SITH. COGE A TU HERMANO Y ESCÓNDETE ! Otra
vez lo confundían con un Sith, lo cual lo llenaba de ira. Avanzó hacia
el Jedi prendiendo el Varoic. El hombre alzó el sable láser dirigiendo
un tajo rápido hacia Vrek, el cual lo detuvo rápidamente. El Jedi
inició una rápida secuencia de tajos rápidos contra Vrek, que los
bloqueaba rápidamente.
De
repente, notó como la mujer Jedi caía detrás de Vrek. Era muy
escurridiza, pues había logrado saltar por encima de los dos sin que
ninguno lo notara. Ella prendió su sable láser de color verde.
Instintivamente Vrek concentró su energía vital en su mano libre, la
cual combinó con sus midiclorianos en la palma de su mano. Al averiguar
por donde iba el golpe directo de la Jedi, Vrek interpuso la palma de
la mano. La hoja láser impactó con la mano de Vrek, pero la hoja láser
no avanzó, sino que fue decreciendo según la Jedi iba empujando.
Vrek,
en un alarde de fuerza, pateó el pecho del Jedi, que por la emoción se
había quedado paralizado, y salió por el aire hacia atrás. Seguidamente
alzó el sable láser y decapitó a la Jedi. Tomó el sable láser del
suelo, lo apagó y se lo guardó. Avanzó seguidamente hacia el Jedi, que
ya se había levantado y ´había contemplado la escena. Ahora la ira lo
invadía. Alzó el sable láser hacia el pecho de Vrek. La ira lo había
cegado, por lo que Vrek pudo vacilar poniéndose de lado, evitando la
hoja del sable, y traspasó el corazón del Jedi con el Varoic.
Aún
estando el Jedi en pie, cogió su sable y lo tiró al suelo. Apagó el
sable y se lo guardó. Quedaban dos. Se internó en la cabaña y avanzó
hacia una habitación que tenía justo enfrente. Ahí estaban los dos
últimos supervivientes. De una patada rompió la puerta de madera, y se
internó en la habitación. El Jedi era muy joven, de unos 18 años. Y en
una cuna descansaba el niño, que tendría unos tres años, y observaba la
escena atentamente. El joven Jedi se alzó sobre Vrek con el sable
láser. Era demasiado joven, así que a Vrek no le costó evitar el tajo
directo y poner el sable láser en la trayectoria del cuerpo. Al seguir
avanzando, el joven quedó partido por la mitad. Vrek tomó el tercer
sable láser del suelo, lo apagó y miró al bebé.
Alzó el sable láser, pero justo detrás de él sonó una voz: No lo hagas. Vrek
se giró instintivamente, y observó a un hombre, no mayor que él. Iba
cubierto por un ropaje completamente marrón. Vrek se abalanzó sobre él,
con el sable en riste. Pero el Jedi evitó el sable, y cogió del brazo a
Vrek por el codo, y ayudándose de su mano libre, lo partió. El dolor se
concentró en el codo de Vrek, que no pudo evitar dar un grito de dolor
que invadió la casa. Concentró rápidamente los nanobots de su organismo
en su codo, que rápidamente devolvieron el hueso a su correspondiente
sitio.
Cuando
se giró, vio por la ventana como el Jedi corría con el niño en brazos,
se internaba en un caza, y despegaba, alejándose de Drongar. Vrek, aún
asombrado murmuró: Escoria
Jedi... Has tenido suerte... Pero cuando se me presente la idea, iré a
por ti, y créeme, no volverás a tener la misma suerte...
Asesino...
Una vez más, el templo de Drongar se mostraba completamente desierto, solo ocupado por dos personas. Uno de ellos llevaba el rostro oculto por una máscara fabricada con huesos. Mostraba una túnica negra, ocultando toda su fisionomía, permitiendo ver tan solo sus manos blancas. En la izquierda destacaba un hermoso anillo verde esmeralda con un cristal gris. El otro, más alto, y un poco chepado, iba cubierto de arapos negros y rasgados. Su voz sonaba pesada, pero poderosa. Los años no lo habían tratado bien. Estaba casi a oscuras, iluminados tan solo por la luz de una lámpara en el techo. Esta luz no iluminaba mucho más allá, haciendo así las paredes completamente imperceptibles en la oscuridad.
El enmascarado le había dado la espalda al anciano, que clavaba su imperceptible mirada en su nuca. Al parecer, respiraba con dificultad. Finalmente, se decantó diciendo: Escúchame, hijo. Acababa de despertar de un letargo, y me encontraba confuso.En el pasado de Drongar, no habían más habitantes que los dark sith, y el ver a más usuarios de la fuerza ajenos a nuestra "causa" me confundió. Además, me insultaron... me llamaron Sith... Tenía que castigarlos... Lentamente, el enmascarado se giró hacia el anciano. Su mirada era invisible en la oscuridad de dos orificios que ocultaban sus ojos. Ese tipo de excusas ya no valen conmigo, padre... Cometiste un error muy grande, y a tu edad, tienes que tener un buen motivo para matar a una comunidad jedi exiliada. Eso de que los mataste por ocultarse en Drongar, es el motivo real, aunque no lo admitas. Ansiabas sangre, ansiabas muerte, y lo conseguiste, ¿pero a qué precio? Al igual que tú, yo he sentido la presencia de ese ser, y cada vez es más fuerte. Te matará, no lo dudo, y yo no pienso hacer nada por protegerte.
Cada una de las palabras del enmascarado habían impactado con una gran fuerza en el corazón del dark sith. Temblaba de ira, pues nunca nadie había osado dirigirse a él de aquella forma, y mucho menos un guardián jedi. Pero ese no era un jedo común, no. Era su hijo. Como has cambiado... Antes eras débil, y no eras capaz de pensar o decidir con claridad... En cambio ahora, mírate. Me has superado, tanto en habilidad, como en sabiduría, pero aún no lo sabes todo. Créeme, estoy arrepentido, aunque puede que sí sea cierto que hice eso para darme el gusto. No pretendo que me salves, ¿comprendes?
Para sobrevivir, no necesito ni tu ayuda ni la de nadie. Tan solo necesito que me ayudes a hacerle ver la verdad a ese... a esa cosa.
Lentamente, el enmascarado se dio la vuelta. En encapuchado se acercó un poco a él, y murmuró: ¿Qué me dices, Jensaarai?
Lejos de allí...
Ha llegado el momento...
Una vez más, el templo de Drongar se mostraba completamente desierto, solo ocupado por dos personas. Uno de ellos llevaba el rostro oculto por una máscara fabricada con huesos. Mostraba una túnica negra, ocultando toda su fisionomía, permitiendo ver tan solo sus manos blancas. En la izquierda destacaba un hermoso anillo verde esmeralda con un cristal gris. El otro, más alto, y un poco chepado, iba cubierto de arapos negros y rasgados. Su voz sonaba pesada, pero poderosa. Los años no lo habían tratado bien. Estaba casi a oscuras, iluminados tan solo por la luz de una lámpara en el techo. Esta luz no iluminaba mucho más allá, haciendo así las paredes completamente imperceptibles en la oscuridad.
El enmascarado le había dado la espalda al anciano, que clavaba su imperceptible mirada en su nuca. Al parecer, respiraba con dificultad. Finalmente, se decantó diciendo: Escúchame, hijo. Acababa de despertar de un letargo, y me encontraba confuso.En el pasado de Drongar, no habían más habitantes que los dark sith, y el ver a más usuarios de la fuerza ajenos a nuestra "causa" me confundió. Además, me insultaron... me llamaron Sith... Tenía que castigarlos... Lentamente, el enmascarado se giró hacia el anciano. Su mirada era invisible en la oscuridad de dos orificios que ocultaban sus ojos. Ese tipo de excusas ya no valen conmigo, padre... Cometiste un error muy grande, y a tu edad, tienes que tener un buen motivo para matar a una comunidad jedi exiliada. Eso de que los mataste por ocultarse en Drongar, es el motivo real, aunque no lo admitas. Ansiabas sangre, ansiabas muerte, y lo conseguiste, ¿pero a qué precio? Al igual que tú, yo he sentido la presencia de ese ser, y cada vez es más fuerte. Te matará, no lo dudo, y yo no pienso hacer nada por protegerte.
Cada una de las palabras del enmascarado habían impactado con una gran fuerza en el corazón del dark sith. Temblaba de ira, pues nunca nadie había osado dirigirse a él de aquella forma, y mucho menos un guardián jedi. Pero ese no era un jedo común, no. Era su hijo. Como has cambiado... Antes eras débil, y no eras capaz de pensar o decidir con claridad... En cambio ahora, mírate. Me has superado, tanto en habilidad, como en sabiduría, pero aún no lo sabes todo. Créeme, estoy arrepentido, aunque puede que sí sea cierto que hice eso para darme el gusto. No pretendo que me salves, ¿comprendes?
Para sobrevivir, no necesito ni tu ayuda ni la de nadie. Tan solo necesito que me ayudes a hacerle ver la verdad a ese... a esa cosa.
Lentamente, el enmascarado se dio la vuelta. En encapuchado se acercó un poco a él, y murmuró: ¿Qué me dices, Jensaarai?
Lejos de allí...
Ha llegado el momento...
Última edición por Jen Arsai Senn el Sáb Sep 22, 2012 5:10 pm, editado 2 veces
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Buenas.
Mm... algo extraña la trama, y a la vez muy cruel. Por una parte me gusta, porque parece real esto, como si lo hubiese vivido yo mismo ahora, pero por otra parte no me gusta, y es que es muy cruel, como ya te dije. Espero que hagas más roleos así, para poder entrar en la historia y verlo en primera persona de nuevo.
Un saludo.
Mm... algo extraña la trama, y a la vez muy cruel. Por una parte me gusta, porque parece real esto, como si lo hubiese vivido yo mismo ahora, pero por otra parte no me gusta, y es que es muy cruel, como ya te dije. Espero que hagas más roleos así, para poder entrar en la historia y verlo en primera persona de nuevo.
Un saludo.
Rakdos- Mensajes : 1056
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 31
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Ilum
He terminado, Maestro.
Vestía una túnica marrón, que ocultaba una cota bastante resistente. Sus botas mostraban un deterioro que indicaban su antigüedad, pero a pesar de esto, no estaban rotas. Llevaba dos sables que emitían dos destellos azules. Los apagó, respirando en silencio, y los colgó del arnés que llevaba atado en el pecho. Se dirigía como maestro a un anciano que llevaba una única túnica que ocultaba todo su cuerpo, a excepción de unas manos morenas y bastante deterioradas. Incluso su rostro se mantenía oculto por una sombra producida por su capucha. Miraba las acciones de su aprendiz, que se había sentado en el suelo. Había una gran cantidad de cadáveres clónicos en el suelo, a su alrededor. Unos daban sus últimas combulsiones, mientras que otros no se movían lo más mínimo. Estos mostraban perforaciones en sus armaduras, perforaciones producidas, sin lugar a dudas, por un sable láser.
En la mente del maestro, aún relucía el recuerdo de lo que su aprendiz acababa de hacer.
Incluso los Sith habían muerto. Sin duda, habían sido pocos los sith que habían atacado a su aprendiz, pues si llegaban a ser más, no habría sobrevivido. Contempló una vez más a su aprendiz, que reposaba en el suelo. A pesar de mostrarse cansado, no mostraba el más leve rasguño. Sus sables láser habían perforado los cuerpos de los sith y los imperiales recién llegados, seguramente, de la Estrella de la Muerte, la mayor estación espacial del Imperio. Era extraño que el Imperio hubiera enviado a los suyos a un planeta de las Regiones Desconocidas, que pertenecían con todo derecho a Achillea. Pero entonces recordó la cueva de cristales, un hermoso lugar que contaba con los legendarios Adeganos, y sus variantes. Allí, su aprendiz había creado sus dos primeros, y actualmente únicos sables láser. Les había dado por nombre Daath. Un nombre extraño...
El anciano se situó junto a su aprendiz, y le depositó una mano en el hombro. Lo has hecho muy bien... Créeme cuando te digo, que estoy muy orgulloso de ti. Aún no había terminado de hablar, pero el aprendiz se levantó de golpe, haciendo retroceder a su maestro. Alzó la vista, y echó a caminar, evitando pisar los cadáveres producidos por la inesperada prueba recientemente superada. Inesperada tanto para él como para su maestro. ¿He terminado ya mi entrenamiento, maestro? El anciano lo miró fijamente a la nuca. Su indiferencia a veces lo volvía loco, y seguramente si no fuera capaz de dominarse, ya lo habría matado. O lo habría intentado.
No, pero no puedes estar más cerca ya de completar tu entrenamiento. Te queda un último objetivo, una última misión. Solo entonces lo habrás logrado.
El silencio se hizo el amo del lugar. Esperaba que su aprendiz hablara, pero al ver que no iba a decir nada, prosiguió: Hay un sith que reside en Drongar. Es el mismo sith del que te hablé, pero no te dije donde residía para que no fueras a buscarlo. Él mató a tus padres y a sus amigos hace ya muchos años. Yo no sé si sería capaz de derrotarle, pero ese no es mi objetivo, sino el tuyo.
Esparaba que a su aprendiz comenzara a hervirle la sangre, pero no obtuvo más respuesta que su fina indiferencia. Sin embargo, recuerda que eres libre. No estás obligado a enfrentarte a él si no quieres, ya que técnicamente no puedes mejorar más, y que le mates o no, no cambiará absolutamente nada. Solo habrías hecho justicia. Por la mente del aprendiz pasó un fugaz pensamiento: "Patético Jedi...". Rápidamente, se dio la vuelta, y miró fijamente a su maestro.
Dalo por muerto.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Guau Jensa cada vez te superas mas
Seiya Kenobi- Mensajes : 1235
Fecha de inscripción : 24/08/2011
Edad : 34
Localización : Orden jedi De Tython
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Muy bueno Jensaarai, la verdad esque me gusto un poco mas la segunda parte que la primera, pero bueno, muy currado jeje espero yo algun dia hacerlos asi. un saludo y mucha suerte!
Kelv- Mensajes : 259
Fecha de inscripción : 12/04/2012
Edad : 27
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Los dos residentes de Drongar, padre e hijo, Lord y Guardián, descendían hacia el planeta Taris. Habían sentido, tras buscarlo a través de la fuerza, a un misterioso ser capaz de utilizar tanto el lado oscuro como el lado luminoso, pero no parecía dejarse embaucar por ninguno de los dos, más bien, se servía de ellos. Tras una breve discusión, se había decidido que Jensaarai, el hijo de Vrek, dejaría a su padre en Taris, oculto mientras buscaba al ser que seguramente iría tras su padre, para ver si era capaz de salvarlo.
El Lord Dark Sith se sentía traicionado por su propio hijo. No le sentaba nada bien que el ser que él engendró en su día ahora le obligara a ir contra sus principios, ocultándose como un cobarde, cuando en el pasado había sido un respetable del Templo de Drongar. En su mente, cruzaba el fugaz recuerdo de cuando su hijo, apenas se había convertido en caballero Jedi, le había jurado fidelidad.
Lo sabía. Te lo dije.
Aprendiz y Maestro habían viajado a Drongar, en busca de aquel despiadado Lord Dark Sith, un viejo loco que vivía desde hacía ya muchos años solo, sobreviviendo por métodos que solo él conocía. El Aprendiz advirtió al Maestro de que el Dark Sith se habia ido de Drongar, pues lo había notado en el espacio, y seguidamente lo había notado desaparecer, seguramente cuando había cogido la velocidad de la luz. Teníamos que asegurarnos... Quién sabe, a lo mejor se había escondido. Será un viejo, pero es listo. Quizá aún esté aquí...
No.
El Lord Dark Sith se sentía traicionado por su propio hijo. No le sentaba nada bien que el ser que él engendró en su día ahora le obligara a ir contra sus principios, ocultándose como un cobarde, cuando en el pasado había sido un respetable del Templo de Drongar. En su mente, cruzaba el fugaz recuerdo de cuando su hijo, apenas se había convertido en caballero Jedi, le había jurado fidelidad.
Lo sabía. Te lo dije.
Aprendiz y Maestro habían viajado a Drongar, en busca de aquel despiadado Lord Dark Sith, un viejo loco que vivía desde hacía ya muchos años solo, sobreviviendo por métodos que solo él conocía. El Aprendiz advirtió al Maestro de que el Dark Sith se habia ido de Drongar, pues lo había notado en el espacio, y seguidamente lo había notado desaparecer, seguramente cuando había cogido la velocidad de la luz. Teníamos que asegurarnos... Quién sabe, a lo mejor se había escondido. Será un viejo, pero es listo. Quizá aún esté aquí...
No.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Jensa esta muy bueno el Roleo te felicito.
ATT:Cónsul Shiroma
ATT:Cónsul Shiroma
Askreh- Mensajes : 725
Fecha de inscripción : 17/05/2012
Edad : 34
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Interesante el roleo, aunque a veces me liaba con los personajes .
Está bastante bien tu forma de relatar, espero los siguientes capítulos.
Está bastante bien tu forma de relatar, espero los siguientes capítulos.
Davisto- Mensajes : 719
Fecha de inscripción : 01/09/2011
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Después de varios días, Jensaarai había decidido volver a Achillea, ya que seguramente alguien le iba a echar de menos, pero al parecer nadie notó su ausencia en aquellos días. Había caminado en silencio hacia la sala de meditación, la cual, por suerte para él,
estaba completamente vacía. Pensaba contactar con el perseguidor de su padre, que según suponía, estaría o estuvo en Drongar. Rezaba ya que estuviera allí, ya que si se había largado, o bien había localizado a su padre, o bien había desaparecido. Se situó en el rincón más apartado de la sala, y se sacó a Shiskatchegg del dedo. Se sentó en el suelo, cruzó sus piernas, cerró sus ojos, y sostuvo firmemente el anillo entre sus
manos. Reguló su respiración, tratando de despejar su mente. Seguidamente, con la mente en blanco, concentró sin esfuerzo los midiclorianos del entorno en el anillo, cuyo cristal comenzó a brillar con un destello gris. Sintió una gran oleada de energía en su interior, abriéndole un mundo de posibilidades, pero mantuvo su concentración. De
golpe, abandonó su presencia material, liberando a su mente de los barrotes que esto conllevaba, y viajó a Drongar.
Mientras tanto, en Drongar...
¿Mmmm...?
Desde que había llegado a Drongar, y haber comprobado que el Dark Sith se había largado, se había dedicado a abrir su mente, para buscarlo por la galaxia, pero era un trabajo muy difícil. Sabiendo donde estaba antes, había logrado saber que estaba en el Templo abandonado, pero ahora estaba escondido de verdad, y ocultaba su presencia. Realmente, la búsqueda era una pérdida de tiempo, y lo único que podía hacer era esperar a que se revelara. Sin embargo, sentía la urgente necesidad de volver a su presencia terrenal, en Drongar. Había algo en el templo, y podía correr auténtico peligro si a su cuerpo le ocurría algo. Lentamente, abrió sus ojos.
Se encontraba solo, ya que su maestro se había ido, y solo él sabía donde. Pero había algo más allí, algo invisible en apariencia, pero que se podía distinguir perfectamente. No podía verlo, pero sabía que estaba ahí, y había venido espresamente a buscarlo a él. Su voz, sin embargo, no sonó en sus oídos, sino en su mente.
Tú buscas al Dark Sith, ¿no es así? Pudo distinguir sin dificultad que el que hablaba no era el Dark Sith, sino aquel que lo acompañaba en el momento justo de desaparecer. Él podría guiarle hasta él. Sé por qué lo buscas, pero créeme, él cometió un error, y se arrepiente. Eso tiene que significar algo para ti, ¿no? Este se levantó, sin mediar palabra, y cerró sus ojos de golpe. Entonces, sintió con muchísima fuerza como se fundía durante un segundo con aquel ser que hablaba con él. Sin duda alguna, era un Jedi, pero desde luego, no un Jedi común. Se llamaba Jensaarai, y era guardián de un templo situado en Achillea. Y sobretodo, encontró al Dark Sith, que resultó serel padre del propio Jensaarai. Y estaba oculto en Taris...
De repente, sintió como la presencia de Jensaarai se separaba bruscamente de la suya, obligándolo a abrir los ojos. Antes de que se diera cuenta, no había ninguna presencia en aquel planeta. Sonriendo, cerró los ojos una vez más, y murmuró: Celegard, ya sé dónde está.
estaba completamente vacía. Pensaba contactar con el perseguidor de su padre, que según suponía, estaría o estuvo en Drongar. Rezaba ya que estuviera allí, ya que si se había largado, o bien había localizado a su padre, o bien había desaparecido. Se situó en el rincón más apartado de la sala, y se sacó a Shiskatchegg del dedo. Se sentó en el suelo, cruzó sus piernas, cerró sus ojos, y sostuvo firmemente el anillo entre sus
manos. Reguló su respiración, tratando de despejar su mente. Seguidamente, con la mente en blanco, concentró sin esfuerzo los midiclorianos del entorno en el anillo, cuyo cristal comenzó a brillar con un destello gris. Sintió una gran oleada de energía en su interior, abriéndole un mundo de posibilidades, pero mantuvo su concentración. De
golpe, abandonó su presencia material, liberando a su mente de los barrotes que esto conllevaba, y viajó a Drongar.
Mientras tanto, en Drongar...
¿Mmmm...?
Desde que había llegado a Drongar, y haber comprobado que el Dark Sith se había largado, se había dedicado a abrir su mente, para buscarlo por la galaxia, pero era un trabajo muy difícil. Sabiendo donde estaba antes, había logrado saber que estaba en el Templo abandonado, pero ahora estaba escondido de verdad, y ocultaba su presencia. Realmente, la búsqueda era una pérdida de tiempo, y lo único que podía hacer era esperar a que se revelara. Sin embargo, sentía la urgente necesidad de volver a su presencia terrenal, en Drongar. Había algo en el templo, y podía correr auténtico peligro si a su cuerpo le ocurría algo. Lentamente, abrió sus ojos.
Se encontraba solo, ya que su maestro se había ido, y solo él sabía donde. Pero había algo más allí, algo invisible en apariencia, pero que se podía distinguir perfectamente. No podía verlo, pero sabía que estaba ahí, y había venido espresamente a buscarlo a él. Su voz, sin embargo, no sonó en sus oídos, sino en su mente.
Tú buscas al Dark Sith, ¿no es así? Pudo distinguir sin dificultad que el que hablaba no era el Dark Sith, sino aquel que lo acompañaba en el momento justo de desaparecer. Él podría guiarle hasta él. Sé por qué lo buscas, pero créeme, él cometió un error, y se arrepiente. Eso tiene que significar algo para ti, ¿no? Este se levantó, sin mediar palabra, y cerró sus ojos de golpe. Entonces, sintió con muchísima fuerza como se fundía durante un segundo con aquel ser que hablaba con él. Sin duda alguna, era un Jedi, pero desde luego, no un Jedi común. Se llamaba Jensaarai, y era guardián de un templo situado en Achillea. Y sobretodo, encontró al Dark Sith, que resultó serel padre del propio Jensaarai. Y estaba oculto en Taris...
De repente, sintió como la presencia de Jensaarai se separaba bruscamente de la suya, obligándolo a abrir los ojos. Antes de que se diera cuenta, no había ninguna presencia en aquel planeta. Sonriendo, cerró los ojos una vez más, y murmuró: Celegard, ya sé dónde está.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Ambos entraron en la atmósfera de Taris, embalados. Desde hacía mucho tiempo, ninguno sentía la presencia del Lord Dark Sith, pero al menos, o según opinaba el Aprendiz, estaba en Taris, y conocía el lugar exacto. Descendieron en la nave pilotada por Celegard, que se guiaba por la inescrutable mirada de su Aprendiz. A paso rápido, y deteniéndose en el aire en el último momento, aterrizó en una isla; en una explanada rocosa. La compuerta se abrió automáticamente, y Celegard y el Aprendiz bajaron de la nave a paso rápido. El suelo estaba marcado por una gran cantidad de quemaduras que indicaban disparos láser, pero desde luego, no eran disparos láser comunes. Celegard, tomando aire, echó a correr y se perdió entre las rocas, seguramente a la búsqueda del escurridizo Dark Sith. El Aprendiz, en cambio, alzó al vista al cielo, y tan solo pensó: Se ha vuelto a escapar.
Lejos de allí...
¿Por qué a Ilum?
Porque sé que estarás seguro.
Apenas volver a su presencia terrenal, Jensaarai había salido a la galaxia, ido a Taris, sacado a su padre de allí, y entrado al hiperespacio. Había ido muy apurado, pero por suerte, había logrado hacerlo todo antes de que ese híbrido se presentase en Taris. Entró en la atmósfera de Ilum, y aterrizó en una vieja plataforma, ya conocida. No muy lejos, al este, había una gruta oscura y de difícil localización. Era el lugar perfecto para alguien que quisiera esconderse. En ocasiones, alguien debía cruzarla para llegar a la cueva de cristales, pero contaba con que Vrek fuera tan escurridizo como aparentaba y pasase desapercibido. Te acompañaré a la gruta, padre, y después te esconderás. Ahora caminaban en dirección a una montaña no muy grande, cuya pared ocultaba una pequeña abertura, a tan solo unos diez metros de ellos. Pero Vrek miraba fijamente a Jensaarai mientras caminaba. ¿Y tú qué harás, Jensaarai? No podemos estar ocultos para siempre. Jensaarai calló un momento, hasta que finalmente, murmuró: Esperarle hasta que nos encuentre. Sé que no podemos huir de él, pero sí que podemos hacerle frente. Si no podemos mantenerlo a raya, habrá que matarlo... Se detuvieron justo en la entrada de la gruta, y Vrek, mirando fijamente a su hijo, sonrió diciendo: ¿Y tú te haces llamar Jedi?
...
No exactamente.
Lejos de allí...
¿Por qué a Ilum?
Porque sé que estarás seguro.
Apenas volver a su presencia terrenal, Jensaarai había salido a la galaxia, ido a Taris, sacado a su padre de allí, y entrado al hiperespacio. Había ido muy apurado, pero por suerte, había logrado hacerlo todo antes de que ese híbrido se presentase en Taris. Entró en la atmósfera de Ilum, y aterrizó en una vieja plataforma, ya conocida. No muy lejos, al este, había una gruta oscura y de difícil localización. Era el lugar perfecto para alguien que quisiera esconderse. En ocasiones, alguien debía cruzarla para llegar a la cueva de cristales, pero contaba con que Vrek fuera tan escurridizo como aparentaba y pasase desapercibido. Te acompañaré a la gruta, padre, y después te esconderás. Ahora caminaban en dirección a una montaña no muy grande, cuya pared ocultaba una pequeña abertura, a tan solo unos diez metros de ellos. Pero Vrek miraba fijamente a Jensaarai mientras caminaba. ¿Y tú qué harás, Jensaarai? No podemos estar ocultos para siempre. Jensaarai calló un momento, hasta que finalmente, murmuró: Esperarle hasta que nos encuentre. Sé que no podemos huir de él, pero sí que podemos hacerle frente. Si no podemos mantenerlo a raya, habrá que matarlo... Se detuvieron justo en la entrada de la gruta, y Vrek, mirando fijamente a su hijo, sonrió diciendo: ¿Y tú te haces llamar Jedi?
...
No exactamente.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Simplemente, excelente.
Tashek- Mensajes : 403
Fecha de inscripción : 27/09/2011
Localización : En algún lugar de la galaxia
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Los sentía llegar, cada vez más cerca. A pesar de mantenerse ocultos, esta vez los dos personajes habían sido capaces de localizarlos sin problemas. Acababan de salir del hiperespacio y entraban en la atmósfera de Ilum. Jensaarai obserbaba el frío cielo de Ilum en dirección en la nave, aparentemente invisible por la distancia. Sin embargo, se acercaba rápidamente, y pronto estaría allí mismo. Mientras tanto, Vrek ya se había ocultado en las entrañas de la gruta, a pesar de que sabía que no serviría de nada, que si pasaban por encima de su hijo, acabarían por encontrarlo.
Finalmente, la nave aterrizó justo frente a Jensaarai, a diez metros de distancia. La compuerta chocó salvajemente contra la superficie helada. Dos figuras encapuchadas bajaron en silencio a través de la pasarela de la plataforma, hasta situarse sobre la nieve. Una de las figuras iba encorvada y oculta por una capucha marrón. La otra llevaba tonos más claros, pero estaba completamente erguida, y parecía mucho más fuerte. En encorbado, llamado Celegard, murmuró: Por fin...
Lentamente, Jensaarai deslizó su nuevo Arc Wave, y lo encendió, mostrando su fulgor dorado. Con las mismas, Celegard deslizó un sable láser Echelon, que al ser encendido, mostraba un fulgor morado. En cambio, el otro encapuchado
avanzó pasando al lado de Jensaarai sin tan siquiera mirarlo. Este se giró hacia el Aprendiz, y gritó: ¡ Donde diantres vas ! Pero siguió avanzando sin mediar palabra, hacia la gruta. La respuesta la dio Celegard: A buscar al Dark Sith. Jensaarai se dispuso a seguirlo, pero Celegard, una vez más habló a destiempo: No intentes detenerlo, pues antes tendrás que vencerme.
Tras comprobar que era cierto, y que no podría enfrentarse al Aprendiz si antes no se enfrentaba a Celegard, ondeó rápidamente el sable láser, y se alzó contra él.
El primer choque fue brutal. El azul y el morado se cruzaron en el aire, produciendo un enorme destello amarillo cegador. Jensaarai correspondió poniéndose de lado y lanzando una estocada al estómago de Celegard, que lo esquivó con una impropia agilidad para su edad, y lanzó un corte directo al cuello de Jensaarai. Este se agachó en el último momento, y el haz de luz morado casi le rozó la nuca. La batalla se llevaba a cabo a una gran velocidad, pero no iba a ser la mayor batalla de Ilum.
En la gruta, en tan solo unos minutos, el Aprendiz había localizado a Vrek y lo había alcanzado sin esfuerzo. Se situó delante de él, con sus dos sables azules ya encendidos e iluminando la estancia. Había dejado caer la túnica, y ahora mostraba un uniforme de combate que nada tenía que envidiar a los harapos unidos de Vrek.
Finalmente, ambos se quedaron mirándose, el Aprendiz con sus dos sables azules, y Vrek con su único sable rojo. Vrek fue el primero en hablar: Finalmente me has encontrado, joven. Al no obtener respuesta, optó por continuar: Como ya sabrás, estoy eternamiente arrepentido, pero ya he aprendido que mis disculpas no servirán de nada para aplacar tu ira. El gesto serio del Aprendiz se quebró en una siniestra sonrisa, mientras decía, ahora extendiendo sus brazos, listo para la batalla: No es la ira la que me guía.
El Aprendiz se abalanzó sobre Vrek, y cruzó sus sables a una velocidad sobrenatural casi en su cuello. El Dark Sith se salvó gracias a que interpuso su sable en el último segundo. Con una rápida finta, el Aprendiz se giró en seco, y ondeando ambos sables láser y dando la espalda a Vrek, clavó ambos sables de lleno en el estómago del Lord Dark Sith. Este dio un gemido de sorpresa, pues no lo había visto venir. Dejó caer su sable láser, y cayó de rodillas, mientras el Aprendiz se levantaba y arrancaba sus sables del estómago. Finalmente, y sin mediar palabra, el Dark Sith murió. El Aprendiz se dispuso a echar a caminar, saliendo de la gruta, pero algo llamó su atención. Sentía algo extraño en el cadáver del Dark Sith. Apagó ambos sables, y mediante la fuerza, atrajo para sí ese extraño objeto. De entre los ropajes del cadáver, apareció una extrana figura triangular: un holocrón.
Mientras tanto, Jensaarai clavaba su sable láser en el pecho del desentrenado Celegard, que abrió sus ojos, impresionado por la estocada que le había atravesado de parte a parte. Jensaarai lo arrancó de cuajo, y dejó caer al encapuchado sin vida. Durante la batalla, había sentido que la conciencia de su padre se apagaba. ¿Realmente Vrek Viciouss, el viejo Dark Sith habia muerto? Se giró, dispuesto a recorrerse la gruta entera para buscarlo, pero a tres metros de él se encontró al Aprendiz.
Sus miradas se cruzaron durante apenas un segundo, y al instante, ambos comenzaron a luchar. Los movimientos del Aprendiz eran precisos y rápidos, mientras que los de Jensaarai eran rectos y brutales. Mientras que el Aprendiz dedicaba sus dos sables azules a golpear sin éxito el estómago o el cuello de Jensaarai, este se dedicaba a intentar cercenarle las extremidades con su Arc Wave, también sin éxito. No había un claro vencedor, hasta que una voz sonó en la mente de Jensaarai. Quieto.
La voz de Sobek le costó el combate al guardián. Rápido como el pensamiento, el Aprendiz le cortó la mano que sostenía el sable a Jensaarai, y con el sable restante, propinó una estocada al estómago. Sin embargo, el sable no llegó a atravesarle, sino que más bien solo se quedó clavado, como si no pretendiese matarlo, sino dañarlo. Jensaarai cayó al suelo, roto de dolor, agarrándose la herida del estómago y tratando de evitar mirarse el muñón de su muñeca derecha.
Observó la figura del híbrido, mirándolo fijamente, mientras Jensaarai luchaba por mantener su herida estable. El Aprendiz tomó aire, y habló: Confío en que sabrás sobrevivir, Jensaarai. He matado a tu padre, y me llevo el holocrón que fabricó, y que seguramente pensaba darte en su lecho de muerte. Ahora bien, escúchame atentamente. No me busques. No me sigas. Si vuelves a cruzarte en mi camino, no seré tan piadoso. Te mataré sin pensármelo dos veces.
Y dicho esto, apagó sus dos sables láser, se los colgó del arnés, y echó a caminar hacia la nave. Y Jensaarai vio marchar, tal vez por última vez, la terrible encarnación de la mezcla entre Bogan y Ashla.
Me llamo Karnage.
Finalmente, la nave aterrizó justo frente a Jensaarai, a diez metros de distancia. La compuerta chocó salvajemente contra la superficie helada. Dos figuras encapuchadas bajaron en silencio a través de la pasarela de la plataforma, hasta situarse sobre la nieve. Una de las figuras iba encorvada y oculta por una capucha marrón. La otra llevaba tonos más claros, pero estaba completamente erguida, y parecía mucho más fuerte. En encorbado, llamado Celegard, murmuró: Por fin...
Lentamente, Jensaarai deslizó su nuevo Arc Wave, y lo encendió, mostrando su fulgor dorado. Con las mismas, Celegard deslizó un sable láser Echelon, que al ser encendido, mostraba un fulgor morado. En cambio, el otro encapuchado
avanzó pasando al lado de Jensaarai sin tan siquiera mirarlo. Este se giró hacia el Aprendiz, y gritó: ¡ Donde diantres vas ! Pero siguió avanzando sin mediar palabra, hacia la gruta. La respuesta la dio Celegard: A buscar al Dark Sith. Jensaarai se dispuso a seguirlo, pero Celegard, una vez más habló a destiempo: No intentes detenerlo, pues antes tendrás que vencerme.
Tras comprobar que era cierto, y que no podría enfrentarse al Aprendiz si antes no se enfrentaba a Celegard, ondeó rápidamente el sable láser, y se alzó contra él.
El primer choque fue brutal. El azul y el morado se cruzaron en el aire, produciendo un enorme destello amarillo cegador. Jensaarai correspondió poniéndose de lado y lanzando una estocada al estómago de Celegard, que lo esquivó con una impropia agilidad para su edad, y lanzó un corte directo al cuello de Jensaarai. Este se agachó en el último momento, y el haz de luz morado casi le rozó la nuca. La batalla se llevaba a cabo a una gran velocidad, pero no iba a ser la mayor batalla de Ilum.
En la gruta, en tan solo unos minutos, el Aprendiz había localizado a Vrek y lo había alcanzado sin esfuerzo. Se situó delante de él, con sus dos sables azules ya encendidos e iluminando la estancia. Había dejado caer la túnica, y ahora mostraba un uniforme de combate que nada tenía que envidiar a los harapos unidos de Vrek.
Finalmente, ambos se quedaron mirándose, el Aprendiz con sus dos sables azules, y Vrek con su único sable rojo. Vrek fue el primero en hablar: Finalmente me has encontrado, joven. Al no obtener respuesta, optó por continuar: Como ya sabrás, estoy eternamiente arrepentido, pero ya he aprendido que mis disculpas no servirán de nada para aplacar tu ira. El gesto serio del Aprendiz se quebró en una siniestra sonrisa, mientras decía, ahora extendiendo sus brazos, listo para la batalla: No es la ira la que me guía.
El Aprendiz se abalanzó sobre Vrek, y cruzó sus sables a una velocidad sobrenatural casi en su cuello. El Dark Sith se salvó gracias a que interpuso su sable en el último segundo. Con una rápida finta, el Aprendiz se giró en seco, y ondeando ambos sables láser y dando la espalda a Vrek, clavó ambos sables de lleno en el estómago del Lord Dark Sith. Este dio un gemido de sorpresa, pues no lo había visto venir. Dejó caer su sable láser, y cayó de rodillas, mientras el Aprendiz se levantaba y arrancaba sus sables del estómago. Finalmente, y sin mediar palabra, el Dark Sith murió. El Aprendiz se dispuso a echar a caminar, saliendo de la gruta, pero algo llamó su atención. Sentía algo extraño en el cadáver del Dark Sith. Apagó ambos sables, y mediante la fuerza, atrajo para sí ese extraño objeto. De entre los ropajes del cadáver, apareció una extrana figura triangular: un holocrón.
Mientras tanto, Jensaarai clavaba su sable láser en el pecho del desentrenado Celegard, que abrió sus ojos, impresionado por la estocada que le había atravesado de parte a parte. Jensaarai lo arrancó de cuajo, y dejó caer al encapuchado sin vida. Durante la batalla, había sentido que la conciencia de su padre se apagaba. ¿Realmente Vrek Viciouss, el viejo Dark Sith habia muerto? Se giró, dispuesto a recorrerse la gruta entera para buscarlo, pero a tres metros de él se encontró al Aprendiz.
Sus miradas se cruzaron durante apenas un segundo, y al instante, ambos comenzaron a luchar. Los movimientos del Aprendiz eran precisos y rápidos, mientras que los de Jensaarai eran rectos y brutales. Mientras que el Aprendiz dedicaba sus dos sables azules a golpear sin éxito el estómago o el cuello de Jensaarai, este se dedicaba a intentar cercenarle las extremidades con su Arc Wave, también sin éxito. No había un claro vencedor, hasta que una voz sonó en la mente de Jensaarai. Quieto.
La voz de Sobek le costó el combate al guardián. Rápido como el pensamiento, el Aprendiz le cortó la mano que sostenía el sable a Jensaarai, y con el sable restante, propinó una estocada al estómago. Sin embargo, el sable no llegó a atravesarle, sino que más bien solo se quedó clavado, como si no pretendiese matarlo, sino dañarlo. Jensaarai cayó al suelo, roto de dolor, agarrándose la herida del estómago y tratando de evitar mirarse el muñón de su muñeca derecha.
Observó la figura del híbrido, mirándolo fijamente, mientras Jensaarai luchaba por mantener su herida estable. El Aprendiz tomó aire, y habló: Confío en que sabrás sobrevivir, Jensaarai. He matado a tu padre, y me llevo el holocrón que fabricó, y que seguramente pensaba darte en su lecho de muerte. Ahora bien, escúchame atentamente. No me busques. No me sigas. Si vuelves a cruzarte en mi camino, no seré tan piadoso. Te mataré sin pensármelo dos veces.
Y dicho esto, apagó sus dos sables láser, se los colgó del arnés, y echó a caminar hacia la nave. Y Jensaarai vio marchar, tal vez por última vez, la terrible encarnación de la mezcla entre Bogan y Ashla.
Me llamo Karnage.
Última edición por Karnage el Miér Mayo 23, 2012 7:44 pm, editado 1 vez
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Debo añadir, que esperé hasta el final del roleo si es que termina aquí para comentar.
Lo único lioso era los personajes al principio, pero ya fue todo más claro, me ha encantado y espero que hagas más como este Jensa, un saludo.
Lo único lioso era los personajes al principio, pero ya fue todo más claro, me ha encantado y espero que hagas más como este Jensa, un saludo.
Nysrogh- Mensajes : 1953
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Edad : 30
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Un año después
La
figura encapuchada observaba desde la compuerta de su nave, un cercano
pueblo en el planeta Ilum. Desconocía por completo su nombre. De hecho,
hasta hacía poco, desconocía su existencia. Sin embargo, a sus oídos
habían llegado los rumores de un tirano que había llegado hacía muy
poco a ese poblado, y que se había apoderado por completo de él. Había
bloqueado las comunicaciones con el exterior, y lentamente, se había
ido adueñando de los poblados cercanos, de forma ilegal, y con la
tiranía por bandera. Aquel que había logrado informar al Imperio era un
hombre joven al borde de la muerte. Sin embargo, el Imperio había hecho
caso omiso de la petición del joven moribundo, y lo había dejado morir.
Pero eso no era todo. Según los aldeanos de los alrededores, un
misterioso personaje armado con dos sables láser había ido avanzando
por los poblados de firma lineal, masacrando a los soldados opresores.
Las pruebas de ello, eran los cadáveres sueltos por los pueblos. Tan
solo un soldado había quedado vivo, y en su mente vivía el recuerdo de
sus palabras.
Fue
horrible... Lo vi desde detrás de una caseta internarse en el pueblo.
Lo seguí, pero desapareció de repente. Minutos más tarde, estaba
enfrentándose él solo a todos mis compañeros, y los mató... a todos...
Y
la línea de ataque, avanzaba directamente hacia el poblado que ahora el
encapuchado había visitado. Sostuvo firmemente su sable láser en el
cinturón, y avanzó en silencio entre las casas.
Aldeanos
y soldados se giraban al ver cruzar al encapuchado pasar a su lado,
pero ninguno, ni soldado ni aldeano se atrevió a interrumpir su marcha.
Su máscara y su vestimenta negra helaban la sangre. Aún así,
este siguió avanzando en silencio, sin mirar absolutamente a nadie.
Aunque se ocultaba, podía notar una presencia en especial en ese
poblado. Una presencia que contenía un inmenso poder deambulaba en el
otro extremo del pueblo.
Mientras tanto...
Cuatro soldados avanzaban hacia Karnage, con sus blásters en alto. Le habían ordenado detenerse, en vista de que al parecer, concordaba con la descripción dada por los supervivientes de los poblados cercanos. Tirano (el nombre dado por todos al nuevo "gobernador" de los pueblos de Ilum, pues nadie conocía su auténtico nombre) se había resguardado tras su mejor soldado, el único que se había quedado rezagado, protegiendo a su señor desde la distancia. Sin más armas que su nuevo sable láser, Karnage se enfrentaría él solo, una vez más, a los soldados que ahora solo mantenían tres metros de distancia de él. Siguiendo sus órdenes, alzó las manos con las palmas de estas abiertas. Concentró los midiclorianos de su organismo en dichas manos, mientras los soldados se confiaban. Una vez los soldados se atrevieron a acercarse, Karnage se encorvó, y liberó los midiclorianos de golpe de sus manos, en forma de una onda expansiva a través de la fuerza.
Los cuatro soldados salieron disparados hacia atrás, aturdidos por la tremenda fuerza de la onda expansiva. Karnage, observando como los cuerpos caían al suelo, metros a distancia de él, llevó su mano izquierda al arnés, y descolgó de él su sable láser, al que había bautizado como Force, un sable doble conformado por la fusión de dos sables láser.
Encendió una de las partes, y echó a correr hacia Tirano, recluido a unos treinta metros de distancia. Según pasaba por al lado de los lados de los soldados aturdidos, bajaba el sable láser, deslizándolo por sus cuerpos, atravesándolos, para asegurarse de que no volvían a levantarse. El último soldado, que cubría a Tirano, y sostenía una DC-15x, apuntó hacia Karnage, y comenzó a disparar. Karnage, rápido como el pensamiento, comenzó a desviar los disparos con su primera hoja del sable láser. Uno de los disparos rebotó, e impactó contra el hombro del soldado, haciéndolo soltar el bláster y caer. Como reacción, Tirano echó a correr en dirección contraria, para salvarse.
Al llegar hasta el soldado, Karnage se agachó, y atravesó con el sable láser la garganta del soldado de lado a lado. Al arrancarlo, observó como Tirano se alejaba lo más rápidamente posible para él. Se irguió, y comenzó a caminar, siguiéndolo. Mirándolo fijamente, y con el sable aún encendido, empleó la fuerza para hacer que sus piernas se cruzaran. De este modo, lo hizo caer de morros sobre el frío hielo. Tirano luchó para volver a levantarse, pero a través de la fuerza, Karnage mantenía sus piernas cruzadas, por lo que se vio obligado a comenzar a arrastrarse, empleando únicamente los brazos. Sin embargo, y aún caminando, Karnage lo alcanzó, y lo detuvo, poniéndole un pie en su espalda, y aplastándolo contra el suelo.
Le dio la vuelta con la misma pierna, y observó el rostro aterrado de Tirano. De este modo, comprendió que no era más que una rata cobarde con mucho dinero, que no haría jamás honor al apodo que le habían otorgado. Con lágrimas en los ojos, Tirano comenzó a suplicar por su vida: Por favor... por favor... no me mates... Karnage lo miró fijamente, taladrándole con la mirada, y bajó el sable láser de golpe, dejándolo clavado en la nieve, atravesando el corazón de Tirano. Ese ser le daba auténtica repulsión. Sin embargo, tras haber hecho esto, se giró en seco.
Una figura enmascarada, oculta también por unos ropajes completamente negros lo observaba muy de cerca. Demasiado... Karnage arrancó el sable láser del pecho de Tirano, y se acercó hacia la figura, hasta quedar a tan solo dos metros. Apagó el sable láser, y se cruzó de brazos, mirándolo fijamente. Te dije que no volvieras a por mí... Ya desenmascarado, Jensaarai descolgó un sable láser modelo Arc Wave, y tras ondearlo entre sus dedos, lo encendió, mostrando un fulgor plateado. En un susurro respondió: Las cosas han cambiado, Jedi Oscuro. Ahora yo soy más fuerte. Prueba de ello, que me has detectado ahora mismo, cuando llegué hace un buen rato... La evidencia le hizo daño a Karnage, que como respuesta, separó sus brazos, y encendió las dos partes del sable Force, mostrando dos haces de luz azules.
El combate fue breve. Jensaarai no esperaba que Karnage mostrara un sable láser doble, y eso lo pilló por sorpresa, pues esperaba encontrarse con un maestro del Jar'Kai. Karnage llevó el haz de luz derecho hacia el cuello de Jensaarai, que lo bloqueó interponiendo su sable láser. Con un movimiento circular, llevó el otro haz de luz hacia el cuello de Jensaarai de nuevo, que se vio obligado a agacharse. Al verlo agachado, ondeó el sable rápidamente y lo dirigió hacia su espalda, pero Jensaarai saltó al frente, a tiempo de esquivar por muy poco el haz de luz de Karnage.
Cayó de rodillas al suelo debido a su acción impulsiva, y cuando se dio la vuelta, Karnage había apagado sus sables láser, y dirigía ambas manos hacia Jensaarai. Sonrió brevemente, y de repente, una luz emergió del cuerpo de Karnage, que se transfirió a sus manos y envolvió a Jensaarai.
Este no tuvo tiempo de apartarse, y cuando la luz desapareció, él no estaba.
Karnage apagó las dos partes de su sable, y miró fijamente al lugar donde el guardián había estado. ¿Qué había pasado? Había sentido algo más, como una segunda presencia junto a Jensaarai. Pero no podía ser posible... la habría visto venir... Intentando no dejarse frustrar por aquél hecho, tomó el sable de Jensaarai, que estaba en el suelo, y cerró los ojos, buscando un rastro suyo en el universo.
La
figura encapuchada observaba desde la compuerta de su nave, un cercano
pueblo en el planeta Ilum. Desconocía por completo su nombre. De hecho,
hasta hacía poco, desconocía su existencia. Sin embargo, a sus oídos
habían llegado los rumores de un tirano que había llegado hacía muy
poco a ese poblado, y que se había apoderado por completo de él. Había
bloqueado las comunicaciones con el exterior, y lentamente, se había
ido adueñando de los poblados cercanos, de forma ilegal, y con la
tiranía por bandera. Aquel que había logrado informar al Imperio era un
hombre joven al borde de la muerte. Sin embargo, el Imperio había hecho
caso omiso de la petición del joven moribundo, y lo había dejado morir.
Pero eso no era todo. Según los aldeanos de los alrededores, un
misterioso personaje armado con dos sables láser había ido avanzando
por los poblados de firma lineal, masacrando a los soldados opresores.
Las pruebas de ello, eran los cadáveres sueltos por los pueblos. Tan
solo un soldado había quedado vivo, y en su mente vivía el recuerdo de
sus palabras.
Fue
horrible... Lo vi desde detrás de una caseta internarse en el pueblo.
Lo seguí, pero desapareció de repente. Minutos más tarde, estaba
enfrentándose él solo a todos mis compañeros, y los mató... a todos...
Y
la línea de ataque, avanzaba directamente hacia el poblado que ahora el
encapuchado había visitado. Sostuvo firmemente su sable láser en el
cinturón, y avanzó en silencio entre las casas.
Aldeanos
y soldados se giraban al ver cruzar al encapuchado pasar a su lado,
pero ninguno, ni soldado ni aldeano se atrevió a interrumpir su marcha.
Su máscara y su vestimenta negra helaban la sangre. Aún así,
este siguió avanzando en silencio, sin mirar absolutamente a nadie.
Aunque se ocultaba, podía notar una presencia en especial en ese
poblado. Una presencia que contenía un inmenso poder deambulaba en el
otro extremo del pueblo.
Mientras tanto...
Cuatro soldados avanzaban hacia Karnage, con sus blásters en alto. Le habían ordenado detenerse, en vista de que al parecer, concordaba con la descripción dada por los supervivientes de los poblados cercanos. Tirano (el nombre dado por todos al nuevo "gobernador" de los pueblos de Ilum, pues nadie conocía su auténtico nombre) se había resguardado tras su mejor soldado, el único que se había quedado rezagado, protegiendo a su señor desde la distancia. Sin más armas que su nuevo sable láser, Karnage se enfrentaría él solo, una vez más, a los soldados que ahora solo mantenían tres metros de distancia de él. Siguiendo sus órdenes, alzó las manos con las palmas de estas abiertas. Concentró los midiclorianos de su organismo en dichas manos, mientras los soldados se confiaban. Una vez los soldados se atrevieron a acercarse, Karnage se encorvó, y liberó los midiclorianos de golpe de sus manos, en forma de una onda expansiva a través de la fuerza.
Los cuatro soldados salieron disparados hacia atrás, aturdidos por la tremenda fuerza de la onda expansiva. Karnage, observando como los cuerpos caían al suelo, metros a distancia de él, llevó su mano izquierda al arnés, y descolgó de él su sable láser, al que había bautizado como Force, un sable doble conformado por la fusión de dos sables láser.
Encendió una de las partes, y echó a correr hacia Tirano, recluido a unos treinta metros de distancia. Según pasaba por al lado de los lados de los soldados aturdidos, bajaba el sable láser, deslizándolo por sus cuerpos, atravesándolos, para asegurarse de que no volvían a levantarse. El último soldado, que cubría a Tirano, y sostenía una DC-15x, apuntó hacia Karnage, y comenzó a disparar. Karnage, rápido como el pensamiento, comenzó a desviar los disparos con su primera hoja del sable láser. Uno de los disparos rebotó, e impactó contra el hombro del soldado, haciéndolo soltar el bláster y caer. Como reacción, Tirano echó a correr en dirección contraria, para salvarse.
Al llegar hasta el soldado, Karnage se agachó, y atravesó con el sable láser la garganta del soldado de lado a lado. Al arrancarlo, observó como Tirano se alejaba lo más rápidamente posible para él. Se irguió, y comenzó a caminar, siguiéndolo. Mirándolo fijamente, y con el sable aún encendido, empleó la fuerza para hacer que sus piernas se cruzaran. De este modo, lo hizo caer de morros sobre el frío hielo. Tirano luchó para volver a levantarse, pero a través de la fuerza, Karnage mantenía sus piernas cruzadas, por lo que se vio obligado a comenzar a arrastrarse, empleando únicamente los brazos. Sin embargo, y aún caminando, Karnage lo alcanzó, y lo detuvo, poniéndole un pie en su espalda, y aplastándolo contra el suelo.
Le dio la vuelta con la misma pierna, y observó el rostro aterrado de Tirano. De este modo, comprendió que no era más que una rata cobarde con mucho dinero, que no haría jamás honor al apodo que le habían otorgado. Con lágrimas en los ojos, Tirano comenzó a suplicar por su vida: Por favor... por favor... no me mates... Karnage lo miró fijamente, taladrándole con la mirada, y bajó el sable láser de golpe, dejándolo clavado en la nieve, atravesando el corazón de Tirano. Ese ser le daba auténtica repulsión. Sin embargo, tras haber hecho esto, se giró en seco.
Una figura enmascarada, oculta también por unos ropajes completamente negros lo observaba muy de cerca. Demasiado... Karnage arrancó el sable láser del pecho de Tirano, y se acercó hacia la figura, hasta quedar a tan solo dos metros. Apagó el sable láser, y se cruzó de brazos, mirándolo fijamente. Te dije que no volvieras a por mí... Ya desenmascarado, Jensaarai descolgó un sable láser modelo Arc Wave, y tras ondearlo entre sus dedos, lo encendió, mostrando un fulgor plateado. En un susurro respondió: Las cosas han cambiado, Jedi Oscuro. Ahora yo soy más fuerte. Prueba de ello, que me has detectado ahora mismo, cuando llegué hace un buen rato... La evidencia le hizo daño a Karnage, que como respuesta, separó sus brazos, y encendió las dos partes del sable Force, mostrando dos haces de luz azules.
El combate fue breve. Jensaarai no esperaba que Karnage mostrara un sable láser doble, y eso lo pilló por sorpresa, pues esperaba encontrarse con un maestro del Jar'Kai. Karnage llevó el haz de luz derecho hacia el cuello de Jensaarai, que lo bloqueó interponiendo su sable láser. Con un movimiento circular, llevó el otro haz de luz hacia el cuello de Jensaarai de nuevo, que se vio obligado a agacharse. Al verlo agachado, ondeó el sable rápidamente y lo dirigió hacia su espalda, pero Jensaarai saltó al frente, a tiempo de esquivar por muy poco el haz de luz de Karnage.
Cayó de rodillas al suelo debido a su acción impulsiva, y cuando se dio la vuelta, Karnage había apagado sus sables láser, y dirigía ambas manos hacia Jensaarai. Sonrió brevemente, y de repente, una luz emergió del cuerpo de Karnage, que se transfirió a sus manos y envolvió a Jensaarai.
Este no tuvo tiempo de apartarse, y cuando la luz desapareció, él no estaba.
Karnage apagó las dos partes de su sable, y miró fijamente al lugar donde el guardián había estado. ¿Qué había pasado? Había sentido algo más, como una segunda presencia junto a Jensaarai. Pero no podía ser posible... la habría visto venir... Intentando no dejarse frustrar por aquél hecho, tomó el sable de Jensaarai, que estaba en el suelo, y cerró los ojos, buscando un rastro suyo en el universo.
Última edición por Klarhet Senn el Mar Oct 30, 2012 4:08 pm, editado 2 veces
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Buen roleo, los párrafos deberían estar un poco mejor organizados. Todo en el código [center] luce poco pulcro. Del resto todo bien, tienes una gran imaginación.
Darth Vulnus- Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 14/05/2012
Edad : 28
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Este Ultimo, Si me gusto. Grande.
Lord Albert Land- Mensajes : 989
Fecha de inscripción : 03/09/2011
Localización : Ejercito Sombra; Estrella de la Muerte
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Y ahora te aburrirás... Karnage...
Karnage alzó levemente la vista, observando la presencia que se alzaba ante él. Celegard, el maestro que le había enseñado los caminos del lado oscuro y el lado luminoso, le había entrenado y convertido en lo que era ahora, lo observaba, ahora siendo uno con la fuerza, pero presente en apariencia ante su aprendiz. Desde que Karnage se adentró en la gruta de Ilum, en búsqueda del Dark Sith que había asesinado a sus padres, no había vuelto a verlo con vida. Ni lo volvería a ver. Pero ahí estaba, mirándolo fijamente. Karnage se levantó lentamente, y clavó su mirada en su maestro.
Sí bueno... he movido algunos hilos, y con la ayuda de mi nuevo maestro, me he convertido en un guardián jedi en el templo de Achillea. Sin embargo, no me gusta mi nombre. Karnage... tan sucio... tan... Celegard lo miró fijamente, y murmuró: Este Sobek obra milagros ¿eh? Ese nombre te lo di yo, en honor a un antiguo Sith. Sin embargom no has resultado ser como esperaba que fueras. Y tu personalidad tampoco inspira mucho optimismo. Karnage lo interrumpió de golpe: No me cambies de tema. Me voy a cambiar de nombre. Me enseñaste a ignorar las pequeñas cosas, Celegard, y sé que esto no debería molestarme. Pero me llaman "Karnage" con miedo, e incluso con asco. Yo mismo siento ese mismo asco, Celegard, yo no soy un Sith.
Celegard sonrió, y respondió: Tampoco eres un Jedi.
Karnage desvió la mirada, perdiéndose en el horizonte helado de Ilum. Sin mirar a su maestro, murmuró: Sabrás al menos mi "origen" más reciente, no sé si me explico con claridad. Celegard avanzó, hasta situarse junto a su aprendiz, y respondió: Pues no, pero te contaré lo que sé. Los hombres que te criaron desde pequeño no eran tus auténticos padres. Tu supuesto padre era un Arkaniano llamado Echnog, y tu madre una Twi'Lek llamada Aslith. Sin embargo, ni en tu aspecto ni en tu sangre hay el menor rastro de sangre arkaniana o twi'lek. Es más, no he encontrado similitud en tu sangre con ninguna otra raza, así que debemos suponer que tu especie no es catalogable. De todos modos eso importa bien poco, Karnage, no has aprendido tanto como deberías. Ahora te has vuelto débil.
Karnage se giró en seco, clavando su mirada en Celegard.
Con un gran destello azul, Celegard desapareció de golpe.
Siempre le había molestado la presencia de ese anciano, aunque le hubiera salvado la vida, y le hubiera convertido en lo que era. Lentamente, Karnage descolgó su sable del arnés, y lo miró fijamente. Un modelo doble bien hermoso, aunque un futuro proyecto lo obligaría a dejarlo de lado. Seguidamente, alzó su mano izquierda, y observó su anillo. En la parte central del anillo, bien sujeto, el cristal Psaro, un cristal de tremendo poder, reposaba con un leve fulgor gris. Karnage apretó, sin cerrarlos, los ojos, manipulando el anillo a través de la fuerza. El anillo se partió, y el cristal quedó liberado. Mediante la fuerza, alzó el cristal, y cerró su mano entorno a él.
Seguidamente observó la nave que tenía ante él. La vieja nave del guardián Jensaarai, cuyo puesto ahora suplantaba. Había encontrado en ella un sin fin de tesoros. Sonrío para sus adentros, y se internó en la nave, pues ahora tenía una función que cumplir.
Última edición por Jen Arsai Senn el Sáb Sep 22, 2012 5:15 pm, editado 2 veces
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: Roleo Libre - La Anomalía
El roleo ya está terminado. Con esto dejo claros estos puntos:
- Mi Pj Dark Sith, Vrek Viciouss, un Lord Dark Sith, muere.
- Mi Pj Jedi, Jensaarai Coen Klarhet, Guardián Jedi, muere.
- Paso a usar un nuevo Pj, un Jedi Oscuro llamado Karnage Dakhan, que más tarde pasará a llamarse Jen Arsai Senn.
- Todas las posesiones que mantenían Vrek y Jensaarai pasan a ser de Karnage.
- Mi Pj Dark Sith, Vrek Viciouss, un Lord Dark Sith, muere.
- Mi Pj Jedi, Jensaarai Coen Klarhet, Guardián Jedi, muere.
- Paso a usar un nuevo Pj, un Jedi Oscuro llamado Karnage Dakhan, que más tarde pasará a llamarse Jen Arsai Senn.
- Todas las posesiones que mantenían Vrek y Jensaarai pasan a ser de Karnage.
Última edición por Jen Arsai Senn el Sáb Sep 22, 2012 5:16 pm, editado 2 veces
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Está muy bien, pero creo que esto debería ir a Partidas de Rol, ¿Intentas obtener algo?
Darth Rashek- Mensajes : 342
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Re: Roleo Libre - La Anomalía
¡Buenisimo!
Demagal- Mensajes : 290
Fecha de inscripción : 04/01/2012
Edad : 28
Re: Roleo Libre - La Anomalía
Khern Krag escribió:Está muy bien, pero creo que esto debería ir a Partidas de Rol, ¿Intentas obtener algo?
No, tan solo cambio de Pj
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: Roleo Libre - La Anomalía
- Muy buenos todos los roleos Jensaarai. Dejaste claro que te cambiabas de PJ, pero deberías rolear la "herencia" de tus objetos. Si no me equivoco hace poco iniciaron una propuesta en el consejo, para que no puedan usar las escusas de que se cambian de PJ y heredan los objetos del PJ anterior, como si fuera su hijo o su aprendiz. Creo que deberías mirartelo. Pero bueno, me encantó el roleo y solo por ello, ya deberían dejarte.
Khosham- Mensajes : 695
Fecha de inscripción : 07/01/2012
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