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[Roleo de Ygziir] Éxodo de Sombras

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Mensaje por Invitado Dom Ene 29, 2012 11:51 pm

Éxodo de Sombras, la oscura travesía de un Sith en la búsqueda de la máxima personificación del poder en vida.

"Un Éxodo proveniente del mismísimo Abismo, un planeta asumido por el olvido y parte del antiguo brazo militar del Imperio Sith durante el período de la Antigua República. Yo emprendí una trazada, travesía en la búsqueda del poder denominándolo en su máxima expresión. El tiempo que estuve allí en Cho'odos fue tan abrumador como espantoso y lleno de muerte en todos sus horizontes. Sin la compañía de nadie, sólo de mi sombra y de mi sable caminé por los oscuros caminos de Cho'odos, un ambiente desiértico con brumas y poca luz solar... No podía resistirlo, el poder de cierta forma habitaba en ese paraje y mi deber era obtenerlo...

¿Pero qué fue lo que me llevó a mi a ese mundo de penumbras y oscuridad? Ya afirmé que la búsqueda de poder pero todos sabemos que el poder se personifica en algo, en algún objeto o forma de vida. El General Shar Dakhan, uno de los Lores del Sith más poderosos y aguerridos del Imperio Sith tenía su tesorería privada, quizás hoy sea su sepulcro en su Fortaleza Sith sobre el planeta Cho'odos, yo buscaba más que todo un artefacto que sería la Espada Sith de Shar Dakhan, tenía que obtenerlo aunque mi vida dependiera de ello... Y mi travesía sobre Cho'odos empezaba en solitario sin ayuda de mi Academia Sith desde este momento, tenía mis instrumentos y llevaba semanas emprendiendo una investigación y estudiando la geografía de Cho'odos, estaba más que listo...

Si algo que aprendí como Sith, es que el poder siempre le correspondrá al Sith y su deber es conseguirlo cueste lo que cueste. Nada me impediría conseguir el artefacto, estaba tan apresurado que solamente agarré mi mochila con todos mis instrumentos de búsqueda y artefactos con una rapidez inigualable e insuperable y salí de mis aposentos en la Academia Sith hasta subirme a mi Caza Sith..."


En el árido desierto de Ch'hodos yacía una pequeña tienda de campaña, ahí estaba Horn sentado sobre una silla plegable al frente de una mesa dentro de la mesa de campaña. Estudiaba el mapa sobre su punto de control y estudio. En el mapa se podía visualizar todo el terreno del planeta, todo era árido pero había una gran colina de grandes extensiones de tierra donde estaba una gran Fortaleza de los Sith. Sin duda, era el punto de interés y era la Fortaleza de Dakhan, su sepulcro estaría allí pero el planeta Ch'hodos no se caracterizaba por ser el más seguro de la Galaxia. Grandes peligros le esperaban allí a Horn, se le dificultaría más por estar solo pero nada de esto era rival para la ambición y alta moral de un Sith. Horn secretando cantidades y cantidades líquidas de sudor de su cuello los cuales sobresalían de su piel como si nada, este pasaba su mano por la piel para secar el sudor que le sobresalía. Salió de su tienda de campaña deseoso de admirar el paisaje y tras salir, se paró sobre una piedra y admiró el terreno árido como las grandes colinas del otro lado de la extensión de tierra donde se podía admirar la Fortaleza Sith. ¡Vaya, pero que gran fortaleza! ...Lo curioso es que ningún enemigo logró traspasarla ―exclamó Irek mientras agarraba su mochila y se preparaba para caminar por el terreno árido― Mientras caminaba admirando el paisaje al mismo tiempo revisaba el mapa para asegurarse de que iba por el camino correcto, lo hacía de alguna forma no era un lugar muy difícil para moverse o para perderse tan fácilmente. Tras varios minutos llegó a una fuerte y duradera muralla que se veía su decaimiento por el largo tiempo que llevaba ahí sin mantenimiento ni nada, era admirable la magnitud de la muralla y su arquitectura ceremonial. Horn pasó su mano sobre la piedra y el concreto de la muralla, admirando el material del que estaba hecho y viendo su gran dureza Increíble... no hay nada que se asemeje a esto, ni siquiera Korriban... ―afirmó muy sorprendido por el material de la muralla― Sin más, pasó el gran agujero que en algún tiempo fue la puerta de las murallas de la Fortaleza, pasando como si nada ya que carecía de guardias, todos muertos sin duda. Sin más, siguió caminando ignorando los cadáveres esqueléticos que cubrían la zona terrenal con espadas clavadas y escudos cortados en dos pedazos. Tras cruzar todo esto, se denotó la Gran Fortaleza de los Sith y su gran puerta de oro con grabados en Idioma Sith y varias pinturas ceremoniales. Gritos salían de adentro, se denotaba dolor, terror, oscuridad en cada grito lo que causaba cierto temor en Horn de que hubiera dificultad para conseguir el artefacto que yacía ahí dentro, especialmente en el sepulcro de Dakhan.

Ninguno de estos, sería rival para mi... ―se murmuró Horn a si mismo, detrás de las puertas de la Fortaleza― Así que descolgó del cinturón de su armadura de color negro una empuñadura de sable láser y la empuñó de forma veloz, abriendo la puerta por una palanca y adentrándose velozmente encendiendo su sable láser. Pasó y estaba todo oscuro, no notó ningún peligro y sin más, apagó el sable láser de forma rápida colocándolo nuevamente sobre su cinturón y descansando su ritmo. La Fortaleza Sith por dentro era algo lujosa, contaba con grandes pilares con piezas de oro y platino como también tenía estatuas a lo largo del pasillo y contaba con cantidades de caminos, accesos y tenía varios niveles arriba. ¿Donde estará el sepulcro? ―se preguntó llevándose la mano a su cabeza― Era difícil encontrar una zona en la Fortaleza, era muy grande y con las cantidades de acceso, pasaría hasta días buscando el sepulcro y descifrando cualquier enigma. Se veia preocupado tras ver los accesos a sus lados, estaba sólo, no tenía ayuda y su mapa no le servía de nada ahora. Tras voltear y mirar a la luz solar que entraba de la puerta, esta se cerró dejando sonar un gran estruendo en eco sobre todo el Hall principal de la Fortaleza. Esto provocó miedo a Horn y este se preguntaba quién habría sido el que cerró la puerta o cómo llegó a cerrarse, el tenía su teoría pero habrían otras explicaciones lógicas, tras acercárse a la puerta y tratar de abrirla esta se había vuelto más dura aún. Seguramente había caído en una trampa de la Fortaleza, esto no pintaba nada bien en Horn y se notaba algo histérico. Supongo que un poco de agua no estaría mal... ―murmuró, mientras sacó un brebaje de su bolso y bebió de él lentamente― Mientras bebía del agua, unos gritos de desesperación se escuchaban al fondo del pasillo lo que no pintaría muy bien en Horn. El silencio abrumó la sala por unos momentos, hasta que los gritos volvieron acompañados de sonidos del acero de espadas.

¡Rayos! ¡¿Qué será eso?! ¡¿Espíritus! ―exclamaba y se preguntaba muy desesperado por los gritos―
Cerró los ojos unos segundos, hasta que activó la visión de la fuerza permitiéndole ver cualquier presencia con midiclorianos en su cuerpo, invisibles y también dándole luz en caso de oscuridad, tras activar la visión descolgó su sable láser y lo encendió dejando salir un haz de luz rojo en la oscura sala y siguió caminando por el pasillo. Los gritos no mermaban aún, se podía escuchar cada vez más hasta que Horn empezó a correr hasta el final del pasillo y cuando llegó, no vió nada y los gritos habían cesado. Era un misterio lo de los gritos y que hayan parado como si nada por la llegada de Horn, algo querían decirle los posibles espíritus a Horn, quizás que era un intruso y que profanaba la Fortaleza Sith. Apagó el sable láser furioso y se movió al centro de donde se encontraba ¡Ustedes, débiles entidades! ¡Muéstrense! ―gritó provocándoles― La niebla rodeó a Horn y a casi toda la Fortaleza reduciéndole más la visión al Sith. Por lo que los gritos volvieron a aparecer y al frente de Horn se mostraron varias entidades cuyo cuerpo era luminoso y flotaban en el aire, se denotaba su oscura aura negra y su cuerpo esquelético como sus deformidades ¿Qué haces aquí forastero? ¡Esta es la sagrada abadía de Dakhan! ―exclamó a Horn uno de los espíritus― Horn respondió algo molesto ¡Yo soy libre de ir a dónde quiera! ¡Vengo en busca del sepulcro de Shar Dakhan! ―le gritó al espíritu― y el espíritu indignado simplemente respondió Vaya... ¡Otro de los forasteros que andan en busca de tesoros! ―tras decirle esto, empezó a reir con los demás espíritus― El espíritu respondió sin más Entiendo, Sith. No eres el único buscando el tesoro, hay más, lamentablemente no tenemos el poder de ir matando como si nada, ya verás tu si te dejarás quitártelo o lo obtendrás, respeto y respetamos tu decisión ―le afirmó el espíritu― Los espíritus desaparecieron lentamente y Horn quedó silenciado por los comentarios fantasmales de las entidades espirituales así que empezó a correr por el pasillo en busca de un posible acceso que le dijera la posición del sepulcro.

Pasaban las horas y aún Horn no conseguía un acceso que le ayudara a conseguir el Sepulcro, ninguno resultaba y salía sin resultados de cada acceso. Se veia cierta furia en sus ojos por no tener ningún resultado y sabiendo que tenía competencia en la Fortaleza, tenía que confrontarles o más bien seguirles a ver si estos tenían idea de donde estaba el Sepulcro. Corriendo con la fuerza de forma muy rápida, llegó hasta el final de uno de los accesos encontrándose a un sujeto de túnicas marrones y un sable verde que tenía colgado un Yelmo Sith de oro sobre su cinturón. El sujeto desconocido se volteó y miró a Horn con odio en su rostro, a juzgar por su actitud y traje sería un Jedi oscuro algo que no resultaría tan bueno. ¡Ven acá! ―gritó el desconocido moviendo su sable láser― Horn alzó su mano y le empujó mediante la fuerza luego corriendo velozmente con la fuerza y tras llegar a su posición encendió el sable y trató de cortarle la cabeza pero el sujeto reaccionó y bloqueó el ataque con su sable, saltó a un lado de Horn y le rozó el sable láser a su pierna causándole gran dolor a Horn. Horn se enojó, soltó su sable y sacó grandes descargas eléctricas de sus manos electrocutando al Jedi oscuro sin piedad alguna hasta su aniquilación, ya muerto agarró el sable que tiró, lo apagó y se lo colgó. Tras hacer todo esto, se acercó al cadáver sin vida del desconocido y se quedó mirando al Yelmo Sith de oro. ¡Espera un momento! ¿Ese no es el casco de Dakhan? ―gritó asombrado al ver el yelmo por lo que luego se preguntó a si mismo― Y sí, tras observarlo un buen rato notó que era el casco de Dakhan, que alguien había saqueado el sepulcro y había dejado por ahí sus sobras y esto no pintaba bien, seguramente su espíritu estaría furioso igual que los espíritus que tenían la tarea de defender la Fortaleza.

Por la mente de Horn pasó una imagen del Sepulcro de Dakhan, era una zona rodeada de oro, una basílica y en el medio una gran tumba rodeada de cuatro estatuas alrededor, tras un momento de paz en su visión vió a varios saqueadores robando la armadura y desplegándola por todo el templo, esto no le resultó nada bien y vió que la zona se llenó de niebla y de cantidades de espíritus, algo completamente fatal a la hora de usar la lógica. Se dió una idea de la posición del sepulcro, primero tenía que llegar hasta ahí y resolver algún enigma para obtener la posición del Holocron. En el trayecto habían insectos sobre el techo, basura en todo el lugar y cadáveres cubriendo el terreno. Este ignoraba todo eso y seguía caminando por el pasillo hasta que llegó al final del pasillo encendiendo luego su sable láser y adentrándose por una de las puertas, ahí encontraría una división de dos caminos que eran escaleras subterráneas. Entonces apareció el espíritu que se mostró hace un buen rato ¡Sith! Estos caminos tienen acceso al Sepulcro, pero no son iguales cada uno tiene sus ventajas y sus desventajas que deberás averiguar tu mismo ¡Tu opción es elegir uno! ―le exclamó el espíritu a Horn― El sonido del campo tétrico donde se encontraba no resultaba muy normal, se escuchaban animales, todo el ambiente y la luz de la noche sobresalía de las grietas, la luna mostraba mucho y se notaba algo asustado. Caminando por la zona tétrica a ver si encontraba alguna pista ya que no confiaba en el espíritu sobre el camino, notó algunos jardines allí pero la vegetación era obvio que era venenosa. Así que se puso a ver a las grietas de arriba un poco asustado y luego miró su sable láser un poco perdido sin saber que camino elegir. Hasta que pensó, decidió escoger el camino de la izquierda y bajó por él con cierto misterio de que podía esperarle allí.

Spoiler:

Tras bajar las escaleras vió que la zona tenía gran cantidad de niebla y estaba llena de cadáveres siendo devorados por insectos de orbaliskos, esto podía ser una amenaza si Horn pisaba mal y se topaba con alguno, moriría en pocos segundos por no aguantar el poder de estos insectos con afinidad a la fuerza. El terror psicológico afectaba en parte a Horn, pero sus ganas de conseguir el Artefacto le mantenían ahí, arriesgaba mucho al adentrarse en los accesos. Caminaba cuidadosamente, esquivando algunos cadáveres y evitando llamar la atención de los insectos por lo que cuando cruzó las oleadas de cadáveres ensangrentados los insectos vieron a Horn y empezaron a seguirle. Horn no se quedó a luchar y salió corriendo hasta que vió que la gran puerta de piedra se trancó y se bloqueó. Él se vió amenazado por los insectos ya que no tenía salida. Los parásitos se acercaban más y más, denotándose en el rostro de Horn miedo a morir por los parásitos. Así que para romper la puerta simplemente se volteó y empezó a formar una gran esfera de energía en la palma de su mano derecha y la dejó, cayendo la puerta violentamente y pasando por ahí corriendo con mucha prisa y miedo. ¡Estuvo cerca! ―exclamó algo asustado― por lo que siguió el camino, hasta que llegó al otro lado y se encontró cuatro sujetos de piel rojiza, tras verlos bien eran unos Massassi pero no lucían normal, al parecer tenían algo y notó que la alquimia tenía mucho que ver. ...Zombies... ―se sorprendió ya que no había otra explicación―Los massassis infectados gritaban como locos acercándose violentamente a Horn. Horn no tenía que tener contacto con ellos, por lo que les empujó con la fuerza y luego de esto, alzó a uno de ellos y le partió el cuello con una estrangulación rápida. Luego deslizó su sable láser y lo encendió acercándose velozmente a uno y clavándoselo sobre su cuello luego desclavándolo y pateando al cadáver. Aún faltaban dos y uno de ellos cayó encima de Horn, tratando de morderle y devorarle por lo que Horn empezó a gritar y le clavó el sable en su pecho, justamente en el corazón. El último de estos fue empujado con la fuerza y Horn lanzó su sable a la altura de su cabeza, luego volviendo su sable láser a su mano como si nada.

Spoiler:

¿Quieren masacrarme o qué? ¡Nunca lo lograrán, escorias! ―gritó, se notaba su extrema furia― Este alzaba su sable láser en señal de su gran supremacía, por lo que se abrieron varios accesos de donde salieron cantidades y cantidades de Zombies de todas las razas, no se podían contar pero eran varias hordas que le rodeaban. Horn estaba muy callado y sentía miedo interno por lo que se colocó en posición de combate con su sable en la mano. Todos los zombies iban demasiado rápido y superaban en cantidad a Horn. Horn simplemente se agachó y juntó sus manos, soltando su sable láser y formando una gran esfera de energía que pronto cubriría todo su cuerpo volviéndose un campo magnético, tras soltar sus manos hizo una gran explosión que dejó saltar a todos los zombies y desplomó el techo haciendo una gran lluvia de piedras que aplastaría a unos cuantos zombies, una de estas caería a Horn dejandole en el suelo. Tras ver su resultado satisfactorio, se levantó del suelo lanzando la piedra con la fuerza, saliendo disparada hasta la pared. Horn cruzó los escombros y cadáveres hasta llegar al acceso principal. Ahí se adentró y empuñó su sable láser, al parecer era una sala de torturas en la cual aún se podían escuchar los gritos de los espíritus en tormento. Era horrible, la zona estaba llena de sangre, de armas en el suelo y de cadáveres algunos de estos estaban clavados a las paredes y otros colgados de cables en el techo. La zona era espantosa y muy cutre por lo que al Horn llegar a media sala, se encontró nuevamente con el espíritu este hablándole de nuevo ¡Ah, pero si has logrado superar la trampa! ¡Muy bien! ―tras decir todo esto desapareció de nuevo dejando caer una llave― Horn se acercó a ver la llave y la recogió, sin duda era la llave para selir de la sala de tortura. El la metió sobre la puerta y esta se abrió como si nada, por lo que terminó de salir de la sala y apareció en un pasillo repleto de oscuridad y muerte, siguió caminando con su sable láser en la mano algo asustado hasta que logró cruzar la zona y apareció en una cámara circular.

Spoiler:

¡Bienvenido Sith! ―exclamó una voz en el fondo de la habitación― Horn respondió algo asombrado ¿Quién eres? ¡Muéstrate! ―exclamó en forma de orden― Entonces una entidad maligna se desveló y apareció al frente de Horn. Horn lo notó y era Shar Dakhan, tal como algunos Sith le recordaban y tal como los archivos lo veian, era él y Horn sorprendido apagó su sable láser y se lo colgó. ¿Shar Dakhan? ―le preguntó Horn― y este respondió Sí, soy Lord Dakhan ―este asintió también con su cabeza― ¿Por qué tus espíritus me han hecho pasar por estas trampas? ―le preguntó Horn algo disgustado― entonces este le miró a los ojos y le respondió Es mi templo y tu practicamente lo has profanado junto a tus amigos los saqueadores ―le respondió con cierta molestia― No, además de que vine solo quería consultarte varias cosas ―le respondió Horn― ¿Ah, no? Sé tus intenciones, es obtener el holocrón pero los demás me han robado mis pertenencias y necesito recuperarlas ―afirmó Dakhan El silencio asoló la sala por varios segundos hasta que Dakhan decidió hablar nuevamente Te haré un trato justo, Sith. Tu te llevarás mi Espada con la que asesiné a miles repleta de poder y tu buscarás devolverme mis eprtenencias ¿Sería justo? pero no me responsabilizo por las trampas ―tras ofrecerle un trato, le estrechó su mano― Me parece justo, señor ―asintió y luego le estrechó su mano―

Spoiler:

Horn salió con una sonrisa en su rostro, su mente le decía que tenía que asesinar a este bastardo que robó las pertenencias de Dakhan, en parte Horn se había vuelto un servidor de Dakhan solamente por obtener los secretos tácticos de Dakhan. Así que movió su sable láser y lo encendió nuevamente con una fiereza inigualable. Hasta que el espíritu se mostró nuevamente para decirle algunas cosas ]El profanador está en la Necrópolis, te pido que me sigas y yo te guiaré hasta el camino correspondiente ―le dijo el espíritu― entonces Horn asintió y siguió el espíritu que flotaba por la sala caminando por el oscuro pasillo evitando varios cadáveres, mientras caminaba también veia cadáveres colgados de cadenas en el techo y varias puas clavadas a la pared que servirían como trampas. A un lado se podía notar la sala de tortura, que ya había estado allí. Siguió al fantasma hasta que lograron visualizar una puerta adornada de varios cráneos y puas a los lados. ¡Esta es la Necrópolis! ¡Allí está el profanador, no sabe como salir! ¡Asesinalo! ―el espíritu le señaló a Horn y le ordenó matarlo― Horn abrió la puerta y salió de la sala, viendo fijamente al sujeto a juzgar por sus vestimentas era un Hechicero Sith, iba con tonalidades púrpura, un gran bastón y un yelmo esquelético con una armadura de huesos. Le parecía conocido a Horn, entonces Horn se puso en posición de combate y el Hechicero Sith le miró a los ojos ¿Quieres quitarme mi tesoro? ¡Já! ¡Nunca lo harás! ―le exclamó el hechicero con mucho cinismo― entonces el Sith le respondió ¡No! Te quitaré otra cosa y esa será tu vida ¡Argh! ―le respondió y luego gritó empuñando su sable― El Hechicero Sith desplegó su bastón y salió un haz de luz púrpura y se lanzó contra Horn tratando de cortarle sus extremidades, tenía demasiada destreza y fuerza, era muy ágil sin duda. Horn bloqueaba cada ataque los cuales le quitaban mucha energía ya que su contrincante tenía demasiada fuerza. ¡La armadura es mía y de nadie más! ¡Me pertenece y mi poder será ilimitado! ―exclamó muy enojado el hechicero― Horn seguía muy callado preocupado de repeler los ataques del hechicero, entonces cuando este se distrajo Horn le empezó a electrocutar con varias descargas eléctricas de la fuerza y con su mano izquierda le levitó con la fuerza lanzandole en contra de la pared finalmente corrió con la fuerza cerca de él y empezó a electrocutarle de nuevo, aprovechó que cerca había agua para hacer contacto y electrocutarle más aún. El enemigo agonizaba y su piel empezaba a caerse, por lo que Horn le pateó la cabeza y empezó a pisársela. Con su sable láser empezó a cortarle su abdomen y adentró sus manos en su abdomen y apretó todos sus órganos, se los sacó uno por uno de forma fiera y violenta dejándole ensangretado por completo y finalmente le cortó la cabeza sin piedad.

Spoiler:

Tras matar al Hechicero Sith, apareció Shar Dakhan en su forma espiritual nuevamente al ver que su armadura estaba en el suelo. Horn dejó el yelmo posteriormente y todos estas pertenencias aparecieron en Dakhan, el las tenía puestas nuevamente. Lucía como si estuviera vivo y no fuera un espíritu. Se notaba muy satisfecho por lo acontecido y empezó a hablar con Horn ¡Cumpliste! Tendrás lo tuyo mientras prometas largarte y no volver más a este Templo, nadie le roba las pertenencias a Shar Dakhan ¡Nadie! ―gritó Dakhan para auyentarle, pero se notaba feliz y podía descansar en paz― entonces Horn respondió El holocrón, es lo que necesito ―le respondió muy confiado― Entonces en medio de la sala apareció una Espada Sith de gran tamaño con puas a su alrededor, adornos ornamentales y llena de oro con varios pendientes y marcas en Idioma Sith. Esta era la Espada Sith de Shar Dakhan, se lo había obsequiado a Horn. Entonces Horn se movió hasta la Espada y la agarró con sus dos manos ansioso Espero que ese Holocron sea únicamente tuyo y de más nadie, no es algo que debas ir compartiendo. Gracias por lo que has hecho, tus intenciones estaban bien y devolviste la paz a este glorioso lugar que fue parte del Imperio Sith, ahora podré... ―y el espíritu de Dakhan desapareció junto a los demás espíritus―

La luz volvió al templo, se hizo la luz y Horn salió con la Espada Sith sobre sus manos por la puerta principal, apareciendo nuevamente el el árido desierto del planeta Ch'hodos. Tras pisar terreno árido, caminó varios minutos hasta que llegó a su nave donde se subió y se asentó en una silla, colocando el holocron en el suelo. Cerró las compuertas y encendió los motores, iba a salir del planeta hacia Ygziir para estudiar y dotarse de poder con la Espada Sith.

Spoiler:

"...Y así fue como obtuve la fantástica y tenebrosa Espada Sith, tras una aguerrida lucha en su misma Fortaleza Sith, profanar su templo y luego ayudarle a recuperar sus pertenencias y matar a un poderoso y temible guerrero fue como obtuve su confianza e hice que su espíritu descansara en paz nuevamente, no deberé volver más a ese Templo, es tan espeluznante nadie debería hacerlo, es una pesadilla viviente..."


OBTENGO: Espada Sith de Shar Dakhan


Última edición por Horn el Lun Ene 30, 2012 12:17 am, editado 1 vez

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[Roleo de Ygziir] Éxodo de Sombras Empty Re: [Roleo de Ygziir] Éxodo de Sombras

Mensaje por Invitado Dom Ene 29, 2012 11:56 pm

El roleo esta demasiado bueno de vista todavía no lo leo pero aun así me da una gran expectación pero tengo algo que decirte qué Shar Dakhan no creo dingún holocrón es asi que nunca creo uno. Es más en su excasa información nunca aparece que creo alguno aun así con su gran conocimiento nunca tuvo o creo un Holocrón. Mientras que la Espada Sith de Shar Dakhan es totalmente válida recuerda poner siempre en tus roleos con obtención ''Sin Revisar'' osinó nunca prestaran atención los legalizadores. Holocrón de Shar Dakhan Invalido ya que no existe mientras que su Espada Sith de Shar Dakhan es totalmente valida ya que se mantenía en su sepulcro.

Cierro tema.

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