[Roleo] Base Imperial Tatooine.
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[Roleo] Base Imperial Tatooine.
Relato 2.
Habían pasado ya unos días des de mi último y trepidante viaje a Endor, y los animos en la Estrella de la muerte estaban caldeados.
Se podia sentir la tensión con nada más acercarse a cualquier otro compañero, algo no iba bien.
El Señor oscuro reunió al Almirante Tarkin con el fin de comunicarle la situación por la que podria estar pasando la Estrella de la Muerte.
El Señor oscuro, muy descontento por las últimas vivencias del ejercito Imperial, nos dió una ultima Oportunidad y la amenaza fué clara.
Comentó de malas maneras y reiteradamente que como falláramos, todas nuestras cabezas rodarian.
-Darth Sidious: Almirante, no toleraré otro fallo, ni ningún tipo de interrupción ante el Imperio. Yo soy El Imperio y yo elijo como, cuando y donde sucederán las cosas.
a lo que el almirante Tarkin repondió:
-No se preocupe mi lord, sus deseos serán satisfechos lo antes posible, Conseguiremos de nuevo que el cargamente llegue hasta la base.
Darth Sidious: Eso espero Almirante, o usted se perderá con él.
El Almirante se retiró velozmente hacia sus comandantes, y tras la breve, pero intensa reunión, nuestro proximo origen fué revelado.
Nos tendriamos que dirigir camino a Ryloth, o tambien conocido como planeta Twi'lek.
No entendimos el motivo exacto del viaje, pero nos pusimos en marcha de inmediato.
Una vez estabamos ya todos listos, nos embarcamos en la nave que nos conduciría hasta ese exotico planeta.
La salida fué sencilla y el hiperespació nos hacia de carretera, cuando en milésimas de segundos, nos adentramos en un gran campo de asteroides.
Nuestros pilotos nos comunicaron problemas, y nosotros tuvimos que ir rápidamente a la zona de asientos, a acomodarnos y a abrocharnos los cinturones.
El viaje no iba a ser tan plácido como lo que habíamos pensando.
Contra más nos adentrábamos en el campo de asteroides, más grandes y más voluminosos eran estos...
El comandante que nos estaba liderando en el viaje, ordenó detener la nave, para evitar sufrir daños mayores.
Comandante: Detengan la nave en ese asteroide de allí, esté era una gran placa, donde podiamos detener la nave, hasta que aminorara la cantidad de asteroides.
Pasadas varias horas, y una vez aumentada la seguridad del viaje, nos dispusimos a emprender de nuevo nuestra ruta.
Alcanzamos ya una buena velocidad, e informamos a la base de nuestro retraso.
Comandante: Almirante Tarkin, tuvimos que detenernos, a causa de un gran campo de asteroides que nos encontramos casualmente.
Almirante Tarkin: No fue eso lo que ordené.
Comandante: Lo sé señor, dijo temblorosamente. pero..
Almirante Tarkin: No hay peros que valgan, cállese. Queda destituido del mando. Ahora el capitán pasará a retomar las Ordenes de la nave, pongame con el capitán
El capitán tomó la radio cautelosamente: Dígame señor, le comunicó.
Almirante Tarking: Queda usted al mando, maten al Comandante.
Capitán: De acuerdo señor.
El capitán, ahora ya comandanté, me llamó y al acudir al él me comunicó mi deber.
DEBIA MATAR AL COMANDANTE.
Me armé de valor, saque mi arma, ya previamente cargada y con el seguro quitado, y le disparé en la cabeza con frialdad.
Fije el seguro en mi arma, y me senté de nuevo en mi lugar.
La ruta estaba a punto de llegar a su fin, ya nos habiamos adentrado en la atmosfera de Ryloth, y des de la nave podiamos apreciar la figura del planeta, con sus respectivos colores.
Era un planeta Árido, sin muchas posibilidades de prosperar , sin agua y con unos colores apagados.
Descendimos hasta una montaña con una valle desocupada y nos dispusimos a aterrizar la nave de manera sigilosa.
Intentamos comunicarnos con la base, pero nuestro trayecto habia sido largo, y necesitabamos reparar algunos comunicadores dañados, a causa del campo de asteroides.
El paisaje era lamentable.
Nuestra vista solo alcanzaba a ver terrenos inertes y tierra, montones de tierra acumulados, y por la erosión ahora fragmentados.
El nuevo Comandante, nos ordenó crear un perímetro a 200 metros de la nave, y así hicimos.
Los 10 soldados de los cuales estaba provista la nave, bajamos a gran velocidad y nos colocamos estrategicamente, rodeando la nave, por la seguridad de esta.
Después de unos minutos, mi radio sonó, y el comandante nos ordenó que regresáramos a la nave rápidamente,
Una vez llegamos todos, escuchamos unos ruidos providentes de lo alto de la montaña, eran feroces y muy estruendosos.
Todos tomamos nuestras armas, y las preparamos para lo que se puediese acercar.
El suelo se movia por cada paso realizado por ese ser, que de un salto, se coloco a escasos metros de nuestra posición.
Era un ser gigantesco, era una especie de animal, que parecia muy agresivo, y nos debimos asentar en el lugar incorrecto,
El se nos abalanzo encima, y de un golpe dejo k.o a 3 de mis compañeros.
Le disparamos a sus estremidades y este cayó al suelo, pero aún intentaba acercarse a nosotros, se movía incluso con las piernas dañadas, hasta que lo abatí de una rafaga de disparos a la cabeza.
Todos nos liberamos del temor que nos produjo ese acechador animal y regresamos al interior de la nave.
Unos de nuestros soldados de 'elite, ya habia encontrado lo que el Señor oscuro andaba buscando.
Hablamos con él, pero no nos quiso decir que encontró.
El Comandante ordenó el regreso a la base, ya que nuestas energias y nuestros comunicadores estaban en plenas facultades.
El camino a casa fue largo, pero nos relajamos cuando vimos ya de nuevo nuestro ansiado "hogar".
Habían pasado ya unos días des de mi último y trepidante viaje a Endor, y los animos en la Estrella de la muerte estaban caldeados.
Se podia sentir la tensión con nada más acercarse a cualquier otro compañero, algo no iba bien.
El Señor oscuro reunió al Almirante Tarkin con el fin de comunicarle la situación por la que podria estar pasando la Estrella de la Muerte.
El Señor oscuro, muy descontento por las últimas vivencias del ejercito Imperial, nos dió una ultima Oportunidad y la amenaza fué clara.
Comentó de malas maneras y reiteradamente que como falláramos, todas nuestras cabezas rodarian.
-Darth Sidious: Almirante, no toleraré otro fallo, ni ningún tipo de interrupción ante el Imperio. Yo soy El Imperio y yo elijo como, cuando y donde sucederán las cosas.
a lo que el almirante Tarkin repondió:
-No se preocupe mi lord, sus deseos serán satisfechos lo antes posible, Conseguiremos de nuevo que el cargamente llegue hasta la base.
Darth Sidious: Eso espero Almirante, o usted se perderá con él.
El Almirante se retiró velozmente hacia sus comandantes, y tras la breve, pero intensa reunión, nuestro proximo origen fué revelado.
Nos tendriamos que dirigir camino a Ryloth, o tambien conocido como planeta Twi'lek.
No entendimos el motivo exacto del viaje, pero nos pusimos en marcha de inmediato.
Una vez estabamos ya todos listos, nos embarcamos en la nave que nos conduciría hasta ese exotico planeta.
La salida fué sencilla y el hiperespació nos hacia de carretera, cuando en milésimas de segundos, nos adentramos en un gran campo de asteroides.
Nuestros pilotos nos comunicaron problemas, y nosotros tuvimos que ir rápidamente a la zona de asientos, a acomodarnos y a abrocharnos los cinturones.
El viaje no iba a ser tan plácido como lo que habíamos pensando.
Contra más nos adentrábamos en el campo de asteroides, más grandes y más voluminosos eran estos...
El comandante que nos estaba liderando en el viaje, ordenó detener la nave, para evitar sufrir daños mayores.
Comandante: Detengan la nave en ese asteroide de allí, esté era una gran placa, donde podiamos detener la nave, hasta que aminorara la cantidad de asteroides.
Pasadas varias horas, y una vez aumentada la seguridad del viaje, nos dispusimos a emprender de nuevo nuestra ruta.
Alcanzamos ya una buena velocidad, e informamos a la base de nuestro retraso.
Comandante: Almirante Tarkin, tuvimos que detenernos, a causa de un gran campo de asteroides que nos encontramos casualmente.
Almirante Tarkin: No fue eso lo que ordené.
Comandante: Lo sé señor, dijo temblorosamente. pero..
Almirante Tarkin: No hay peros que valgan, cállese. Queda destituido del mando. Ahora el capitán pasará a retomar las Ordenes de la nave, pongame con el capitán
El capitán tomó la radio cautelosamente: Dígame señor, le comunicó.
Almirante Tarking: Queda usted al mando, maten al Comandante.
Capitán: De acuerdo señor.
El capitán, ahora ya comandanté, me llamó y al acudir al él me comunicó mi deber.
DEBIA MATAR AL COMANDANTE.
Me armé de valor, saque mi arma, ya previamente cargada y con el seguro quitado, y le disparé en la cabeza con frialdad.
Fije el seguro en mi arma, y me senté de nuevo en mi lugar.
La ruta estaba a punto de llegar a su fin, ya nos habiamos adentrado en la atmosfera de Ryloth, y des de la nave podiamos apreciar la figura del planeta, con sus respectivos colores.
Era un planeta Árido, sin muchas posibilidades de prosperar , sin agua y con unos colores apagados.
Descendimos hasta una montaña con una valle desocupada y nos dispusimos a aterrizar la nave de manera sigilosa.
Intentamos comunicarnos con la base, pero nuestro trayecto habia sido largo, y necesitabamos reparar algunos comunicadores dañados, a causa del campo de asteroides.
El paisaje era lamentable.
Nuestra vista solo alcanzaba a ver terrenos inertes y tierra, montones de tierra acumulados, y por la erosión ahora fragmentados.
El nuevo Comandante, nos ordenó crear un perímetro a 200 metros de la nave, y así hicimos.
Los 10 soldados de los cuales estaba provista la nave, bajamos a gran velocidad y nos colocamos estrategicamente, rodeando la nave, por la seguridad de esta.
Después de unos minutos, mi radio sonó, y el comandante nos ordenó que regresáramos a la nave rápidamente,
Una vez llegamos todos, escuchamos unos ruidos providentes de lo alto de la montaña, eran feroces y muy estruendosos.
Todos tomamos nuestras armas, y las preparamos para lo que se puediese acercar.
El suelo se movia por cada paso realizado por ese ser, que de un salto, se coloco a escasos metros de nuestra posición.
Era un ser gigantesco, era una especie de animal, que parecia muy agresivo, y nos debimos asentar en el lugar incorrecto,
El se nos abalanzo encima, y de un golpe dejo k.o a 3 de mis compañeros.
Le disparamos a sus estremidades y este cayó al suelo, pero aún intentaba acercarse a nosotros, se movía incluso con las piernas dañadas, hasta que lo abatí de una rafaga de disparos a la cabeza.
Todos nos liberamos del temor que nos produjo ese acechador animal y regresamos al interior de la nave.
Unos de nuestros soldados de 'elite, ya habia encontrado lo que el Señor oscuro andaba buscando.
Hablamos con él, pero no nos quiso decir que encontró.
El Comandante ordenó el regreso a la base, ya que nuestas energias y nuestros comunicadores estaban en plenas facultades.
El camino a casa fue largo, pero nos relajamos cuando vimos ya de nuevo nuestro ansiado "hogar".
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Fecha de inscripción : 07/03/2012
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