[ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
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[ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Tras varios años de ardua guerra, de haber saboreado la victoria en múltiples ocasiones, de haber desterrado herejes, castigado a los infieles e impuros, de haber construido un Imperio que prometía durar 1000 años, de haber dominado la Galaxia de punta a punta, de haber infundido miedo a todos los enemigos de la Orden Sith, de haber doblegado a la Orden Jedi y haber sometido a la República, de haber expulsado del Espacio Conocido a todos los derrotados, tras haber hecho renacer a antiguos Lores del Sith, cuyo poder sugería la supremacía del Imperio Sith, fuimos traicionados.
Mientras más arriba nos encontramos, lo único que nos asusta es caer. Y no por la caída propiamente, sino porque con la caída de un líder, cae su legado y su historia, la misma es tergiversada con el fin de satisfacer los deseos de quien le suceda. Es la historia repetida una y otra vez, con cientos de años de diferencia, la historia es exactamente igual... Así comenzaba con una orientación, una charla con Lord Isahad Kan, mi hijo, quien hacía varios años había demostrado ser capaz y digno de llevar mi apellido. Comencé con una anécdota que nunca antes había contado a nadie, a pesar de que él había ido conmigo a la excursión que dio inicio a toda una serie de acontecimientos sin precedente en la Historia.
Para mí, todo empezó cuando me encontraba en lo más remoto de la Orden Sith de Korriban, en mi recámara, meditando y analizando la situación actual de la misma. Horas antes había deliberado con la Cámara Oscura, y analizaba los puntos expuestos en dicha reunión. Uno tras uno, revisé los temas, corroboré alguna información, investigué sobre la veracidad de algunos testimonios que habían llegado a mis oídos, pero, no lograba concentrarme del todo. Tenía la sensación que algo perturbaba a mi ser. Algo desconocido, algo poderoso irrumpía en mi mente.
De pronto, decidí pausar mi trabajo; me levanté, dejando desorganizado el escritorio en el que trabajaba, y me dirigí hacia un balcón, uno de los más altos de la estructura de la Orden... Observé el paisaje nocturno de Korriban, cuando de pronto alguien tocó mi puerta. Me dirigí a ella, y abrí con normalidad, notando inconscientemente un jeroglífico Sith en mi puerta, que al parpadear desapareció; para mi sorpresa, no era nadie. Decidí salir hacia los corredores y caminar, en busca de una presencia, sin embargo, no logré encontrar a nadie. Se me hizo extraño, pues a esas horas, nadie debía estar merodeando por la Academia. La jornada diurna había sido bastante extenuante, y me extrañaría encontrar la presencia de alguien por ahí.
Continué caminando, revisando que todo estuviera en orden, como un velador más de la Academia. En ese momento, me encontré de frente al Lord Crauell Rain, quien se dirigía a los archivos, para buscar el informe detallado de una batalla que había sucedido hacía varias semanal, en la cual, a su criterio, sucedió algo sumamente extraño. Me reverenció, y cortésmente le asentí.
Seguí mi camino en los fríos pasillos de la Academia Sith, hasta llegar al corredor que daba a un área confidencial, a la cual sólo la Cámara Oscura tiene acceso.
CORREDOR INTERNO:
Hacía bastante tiempo que nadie incursionaba en esos corredores; yo lo había prohibido. Continué avanzando, y llegué a un cuarto oscuro, que rápidamente se iluminó; las antorchas se encendieron. Me encontraba en un salón presurizado que permitía conservar las Reliquias Sith.
Acomodadas en grandes estanterías, se encontraban los más preciados tesoros de la Orden Sith. Uno a uno, inspeccioné su estado de conservación. Sin ningún inconveniente se desarrollaba la revisión que realizaba; pero un objeto llamó mi atención.
HOLOCRÓN DE NAGA SADOW:
El Holocrón de Naga Sadow, que era posesión de la Orden Sith, me llamaba la atención. Lo tomé y comencé a inspeccionarlo. Curiosamente lo miraba, le daba vueltas entre mis manos, hasta que de pronto posicioné mi mano completamente encima de un símbolo tallado en dicho Holocrón, y de pronto mi visión, muy rápidamente, se tornó blanca y mi cuerpo se estremeció, recordé el símbolo que había visto en la puerta de mi habitación. Ahora, pensé que este Holocrón, o más inquietante aún, esta persona, me estaba llamando. Acudí al llamado, y ahí me encontraba.
No había terminado de sacar conclusiones, cuando volví en mi ser, pero ya no me encontraba en la habitación presurizada, sino que estaba en un Valle Desolado, donde no había viento ni erosión, el clima era templado, y no había accidentes geográficos divisibles al alcance. De pronto, escuché una voz en mi cabeza. En este momento, intentaba descifrar la voz que me hablaba; era una que nunca antes había escuchado. Cuando de pronto, la comienzo a escuchar más de cerca y más claramente; justo a mis espaldas. Me torné de frente a la dirección de donde provenía la voz, y ahí estaba, el espectro del Poderoso Naga Sadow.
ESPECTRO DE NAGA SADOW:
«Exur Kan, ha llegado la hora en que encontrarás el verdadero Poder del Lado Oscuro. Hoy será el día en que emprenderás tu camino para obtener particulares tesoros, que le permitirán a los Sith consagrarse con la victoria en esta dura Guerra. La Era Dorada de los Sith no puede acabar, no hay rival que pueda enfrentarse a los poderes del Reverso Tenebroso. Tú serás el encargado de liderar la Orden Sith, desde hoy y para siempre.»
Habiendo escuchado esto, asentí ante tan poderoso ser, y con la cabeza agachada, pronuncié unas palabras. «¿Qué desea de mi, poderoso Lord Sith, que no haya hecho aún? Durante mi mandato, concilié la Orden Sith, combatí la herejía, inculqué la verdadera Doctrina, y mantuve a raya al enemigo, un enemigo derrotado, un enemigo débil e incapaz de hacernos frente. Un enemigo que vive entre las sombras, con miedo a morir por nuestro puño. Durante mi mandato he logrado engendrar poderosos y sabios Sith, capaces de llevar nuestro legado hasta el final de los días. ¿Qué es lo que nos falta, que tú nos puedas otorgar para consagrar nuestra victoria?»
La figura del Lord Sith se dirigió a mi nuevamente, dándome algunas directrices y particulares consejos. «En esta Era Dorada, deberás consumar el poderío y control Sith en el Universo. En este Holocrón se encuentran grandes y poderosos secretros a los cuales muy pocos Sith tienen acceso. Te instruirás de él, y al escudriñar entre mis escritos, hallarás el camino que te conducirá al fin que te propones. La Orden Sith será un Imperio Infinito, un Imperio que gobernará la Galaxia para siempre. Acepta mi ayuda y mis consejos, con él, te será fácil lograrlo.» Habiendo pronunciado dichas palabras, si silueta se tornó brillante. Despidió un brillo tan profundo que me cegó, y nuevamente tuve esa sensación de estremecimiento, que me llevó de nuevo a la habitación de la Orden Sith.
Las instrucciones eran claras, el presagio era contundente y mi voluntad insuperable. En ese momento decidí inspeccionar más a fondo el Holocrón de Naga Sadow, para determinar la veracidad de sus palabras. Rápidamente, y con su Holocrón en mi mano, me dirigí a mi habitación, la cual sería el tabernáculo en el que estudiaría a fondo los secretos de este antiguo y poderoso ser.
Cerré mi habitación con llave, bloqueé las ventanas, y despejé mi escritorio. En él, sólo se encontraba el Holocrón, posado en un sostenedor de oro macizo reposó durante toda la noche... Minutos más tarde de haberlo colocado en mi escritorio, decidí descansar un poco, para iniciar mi travesía al día siguiente. Cambié mi vestimenta por una más cómoda, y reposé durante la noche.
CAPÍTULO II
Me encontraba ya descansando, aún sin poder dormir, estaba descansando. Meditaba sobre lo sucedido, también lo hacía sobre los problemas de la Orden Sith, las discusiones y deliberaciones que había tenido ese mismo día en la Cámara Oscura. Muchas cosas pasaban por mi cabeza, y casi sin darme cuenta, me encontraba dormido, soñando pasivamente. Mi cuerpo se encontraba como suspendido. De pronto, una sensación de miedo invade mi ser, y veo una imágen a lo lejos, que se va acercando a mi de forma fugaz; se dirigía directamente hacia mi mirada, cuando al fin pude reconocerla, ya estaba a una distancia muy cercana; desperté del sueño. Alterado por dicha sensación... Rápidamente me concentré para recordar lo que estaba soñando, y determiné qué era lo que había visto.
IMÁGEN DE MI SUEÑO:
Una vez despierto, comencé a rememorar los hechos suscitados en horas de la noche. De nuevo, mi mente ajetreada, no encontraba la calma para pensar claramente en cada una de las cosas. Rápidamente, miré el reloj y me percaté que ya había amanecido. Era muy temprano en la mañana, mi sueño, a pesar de haber sido corto, fue reconfortante. Me senté en mi cama, y apoyé mi frente sobre mis manos, mientras mis brazos reposaban en mis rodillas. Me concentré y pude apaciguar mis pensamientos. Dí prioridad al suceso con Naga Sadow. Pensé que era más importante que todo lo demás, y casi ni pensé en el sueño que tuve.
Pasados unos minutos, ya me había acicalado y uniformado correctamente. Llamé a través del comunicador al Caballero Vresh Logeish y me senté en mi escritorio, a analizar profundamente el Holocrón que ahí reposaba. Tras suma concentración, logré activar el Holocrón, y de él salió proyectada la imágen de Naga Sadow, que serviría de guía durante mi aprendizaje sobre el mismo.
De pronto, interrumpió mis estudios el Caballero Vresh, quien había sido llamado por mi; rápidamente apagué el Holocrón y con la fuerza desbloqueé la puerta. Tras eso, el Caballero se paró en el marco de la puerta, haciendo una reverencia y pidiendo permiso para entrar. Asentí y entró.
Mis instrucciones fueron breves «Caballero Logeish, convoque a las siguientes personas: Darth Crauell Rain, Guardián Hakhai Tainted, Maestro Lezalit Kan, Caballero Isahad Kan, Caballero Pole Logeish y Aprendiz Cody Kan. Quiero que me encuentren en el Salón de Conferencias 1 inmediatamente.»
―El Caballero, que se mantenía atento a mis instrucciones, asintió mientras me daba la espalda y se retiraba de la habitación.―
Debido a la reunión que había convocado, tuve que postergar el estudio del Holocrón, así que lo tomé entre mis manos y lo oculté entre mis mangas, para luego dirigirme al Salón de Conferencias 1.
Para el momento en que llegué, estaban todos sentados, menos Darth Crauell, quien se encontraba en la puerta esperando a que yo llegara, para anunciar mi arribo. Al entrar en la sala, todos se pusieron de pie en señal de respeto. Me paré en el estrado y comencé a hablar con ellos. «Tomen asiento. Por favor Lord Crauell, usted también. He decidido que iremos al Planeta Yavin IV en una misión especial. Ustedes son el personal que he escogido para que me acompañen a completar este objetivo. Partiremos exactamente dentro de 3 días, en las primeras horas de la mañana. ―Luego de decir estas palabras, me dirigí a Lord Crauell― Será el encargado de que la comisión esté lista para el momento de irnos. Encárguese de que no falten provisiones ni equipo.»
Después de haber hablado, permití que se dirigieran a mi para preguntar detalles sobre la misión. El Caballero Pole fue el primero y único en levantar su mano, pidiendo el derecho de palabra, y se lo concedí. «Señor Oscuro, quisiera saber qué es lo que buscamos en dicho planeta, por qué tan repentinamente debemos acudir a tal misión. Esto me inquieta, pues varios de los frentes requieren nuestra presencia para concretar los objetivos militares. ¿Existe alguna razón de más peso que la propia guerra en la que nos encontramos?»
―A lo que respondí rápidamente― «Sí, Caballero Pole, hay una razón más de peso. Aquí está el secreto del poder ―Dije, mientras descubría el Holocrón que se hallaba bajo mis mangas― con el que ganaremos esta guerra, y he descifrado que debemos dirigirnos al Planeta Yavin IV para poder conseguir dicho poder. Requiero de personas leales como ustedes; leales a mi y a la Orden Sith. Capaces de custodiar este poder. Sería muy peligroso si llegase a caer en conocimiento de una persona imprudente. Peligroso para aquel que intente divulgarlo, obviamente ―Pronuncié mientras sonreía irónicamente―»
Una vez que respondí al Caballero Pole, me dirigí nuevamente al Lord Crauell «Espero que lleguen a tiempo, no quiero retrasos. Nos vemos en el Hangar número 1 en la hora y día que dije antes.»
Una vez concluida la reunión, me dirigí nuevamente a mi habitación, cubriendo entre mis mangas el Holocrón de Naga Sadow, el cual no quería que fuera observado por ningunos ojos imprudentes. Cuando hube llegado a mi cuarto, coloqué nuevamente el Artefacto sobre el sostenedor de oro, y lo activé. Comencé a investigar, a preguntar y buscar información que me pudiera especificar aún más sobre este 'poder'. Aún no sabía de qué se trataba, simplemente intuía que era bastante profundo y complejo, por lo que seguí trabajando mi mente en función de descubrirlo.
Pasadas varias horas de mi revisión al artefacto, por fin llegó a mi mente un dato que me ayudaría a descifrar algunas incógnitas: en mi poder estaba un antiguo pergamino con algunos Secretos de Exar Kun. Rápidamente me dirigí al Salón Presurizado en busca de tal pergamino y lo encontré fácilmente. Una vez hallado, retorné a mi habitación para leerlo. Encontré fascinante la información que se hallaba en él, y tenía somera idea de lo que se trataba este poder que investigaba. Tenía mucho que ver con la Alquimia Sith. Área en la cual había sido instruido por el antiguo Emperador Veek Tainted y el Darth Beleth, quien más adelante sería conocido como Intom. Tal vez ellos ya habían tenido oportunidad de revisar estos artefactos y archivos, y habían mejorado su conocimiento respecto al mismo.
CAPÍTULO III
Los días pasaron y yo me quedé investigando a fondo cada uno de estos dos elementos que albergaban oscuros y poderosos secretos. Sin embargo, era hora de emprender camino y hacer una investigación de campo en el propio corazón de Exar Kun y su legado. Estaba seguro que allí encontraría las respuestas que buscaba.
Tomé mi sable láser y lo coloqué en mi escritorio. Me equipé con mi armadura y encima, como cubriéndola, estaba mi túnica negra con capucha. Tomé mi sable y lo coloqué cuidadosamente en el dispositivo que estaba en la parte interna de mis muñecas, que servía para ocultar mi sable y tenerlo a la mano, similar al usado por Darth Sidious.
Cuando me encontraba listo, tomé el Pergamino con los Secretos de Exar Kun y lo doblé, guardándolo en el interior de mi túnica. Posteriormente, tomé el Holocrón y lo oculté entre mis manos, que yacían juntas mientras caminaba hacia el Hangar 1, donde me encontraría con mi equipo de excursión.
YO CAMINANDO POR LA ORDEN SITH, DIRIGIÉNDOME HACIA EL HANGAR:
Cuando llegué al Hangar, ya el grupo entero estaba esperándome. Sin retrasos, abordamos la Nave que nos llevaría a nuestro objetivo. Mientras subíamos a la nave, me dirigí al Lord Crauell «¿Tiene todo lo necesario para la excursión? Espero que no falte nada. Todo el equipo debe estar completo, debe haber comida suficiente y los recursos necesarios para acampar. Recuerde que nos instalaremos en el interior del Templo de Exar Kun.» A lo que respondió: «No se preocupe, Darth Exur, todo está completo. No falta nada. El Sistema de Comunicaciones está completo, las celdas de energía y la indumentaria necesaria para instalar una cómoda base, están en el interior de la nave. Todo está cubierto.»
Asentí a Lord Crauell y abordé la nave, tomé asiento y esperé a que todos estuvieran listos.
LANZADERA IMPERIAL:
Durante el tiempo que duró el viaje, los tripulantes entrenaban entre sí; Lord Crauell les daba largas charlas, y todo se desarrollaba en completa calma. La Galaxia estaba sumida en guerra, y nosotros estábamos en una misión confidencial. Ni siquiera la Cámara Oscura sabía porqué no estábamos en la Academia. Por eso, tuvimos algunos contratiempos durante el viaje. Sin embargo, los percances con el Imperio Sith, fueron solventados rápidamente.
Cuando ya nos encontrábamos en el Sistema Alcance Gordian, cerca del Planeta Torque, nos encontramos con una nebulosa muy densa, justo frente a nosotros que casi nos arropaba. Para el momento en que el Caballero Isahad Kan, quien venía pilotando, se dio cuenta, ya era casi imposible evitar que nos arropara. Activó la alerta en la nave, y todos nos dirigimos a la cabina del mando.
Una vez allí, nos percatamos de la situación y Lord Crauell, con un tono frío y grave, ordenó que se trazara una trayectoria directa hasta el planeta Yavin IV a partir de su última posición conocida. Debido a la nubosidad los radares nos respondían correctamente, y por tanto no se podía cumplir dicha orden, así que él cerró sus ojos y tomó el control de la nave. Una vez controlada la situación, emprendió rumbo directamente hacia ella.
NEBULOSA SIENDO ATRAVESADA POR LA LANZADERA SITH:
La nave aceleró al máximo, y la logramos atravesar completamente en cuestión de minutos. El Lord Crauell no se había equivocado de dirección, y justo frente a nosotros se hallaba Yavin IV. Descendimos en las proximidades al Templo de Exar Kun, que se encontraba custodiado por algunas tropas de Asalto Imperial, como la mayoría de los planetas y lunas en posesión del Imperio, y nos dirigimos al interior del Templo.
Cuando llegamos, ordené al Caballero Pole Logeish que se dirigiera a la Base Imperial y ordenara a algunos Soldados de Asalto a que ayudaran a desembarcar los materiales que íbamos a requerir, y a que posteriormente dieran resguardo a la nave y nuestra sección de comando a la entrada del Templo de Exar Kun.
TEMPLO DE EXAR KUN:
Al momento en que terminaron los Soldados de Asalto de desembarcar las cosas, ordené al personal reunirse, y procedí a dar las instrucciones «Ya estamos aquí. Les recomiendo descansar, porque en la mañana nos toca una larga jornada. Quiero que todos se preparen para incursionar en el Templo que yace a mi espalda. En este lugar hay oscuros secretos, y aquel que no entre preparado para ver cosas terribles, afrontará una difícil situación. Estamos aquí para investigar, pero no descarten la posibilidad de encontrarse con cualquier percance. Estamos irrumpiendo la tumba de un poderoso y antiguo Señor Oscuro, tengamos respeto y tal vez seamos bien recibidos.»
CAPITULO IV
Ya habíamos arribado a la cuarta luna de Yavin. Estábamos en la entrada del Templo de Exar Kun... La noche había caído y el silencio reinaba entre las oscuras y frías paredes del mismo. A lo lejos, sólo se escuchaba el murmullo de la Tropa Imperial de turno.
Pasada la medianoche, logré conciliar el sueño. Una vez dormido, comencé a sentir como mi cuerpo se congelaba... Era una extraña sensación que me arropó de miedo. El mismo frío impedía que me moviera, con todo afán intentaba zafarme del congelamiento. No podía abrir los ojos. Estaba sumido en un sueño, o más bien una pesadilla.
Pasaron unos instantes mientras seguía forcejeando, y de pronto me encontraba en un lugar muy nublado. Casi no podía ver mis propios pies. Rápidamente, y temiendo por mi vida, tomé dos sables láser y los encendí.
EXUR EN AQUEL LUGAR NUBLADO:
Me encontraba desorientado... Suponía que se trataba de un sueño, pero, estaba consciente de dónde me encontraba, y no podía confiarme en ello, así que me mantuve en guardia.
Me percaté que el suelo que pisaba era húmedo y expelía un extraño olor... Un olor rancio y nauseabundo. Rápidamente orienté uno de los sables hacia abajo, intentando alumbrar un poco el suelo por el que caminaba, y así fue como avancé unos cuantos metros, hasta que de pronto sentí una extraña presencia que me acechaba por la espalda. Aquella presencia se hacía más y más fuerte, hasta que me la sentí casi a mis espaldas; fue entonces cuando me volteé y antepuse mi sable láser, clavándoselo en el pecho a una extraña criatura cuadrúpedo y con enormes dientes que pretendía comerme. Fue entonces cuando se rompió el silencio y múltiples gruñidos y gritos se escucharon tan fuerte que casi me aturdían... La densidad del nublado ambiente se hizo más suave, y mis ojos ya percibían un poco mejor el panorama que me rodeaba.
A lo lejos se divisaba una cortina de feroces y agresivas bestias que me miraban fijamente... ¿Por qué no me atacan, me pregunté? No hube terminado de realizarme esta pregunta mental, cuando más arriba de ellas apareció una silueta humanoide, la cual al parecer portaba una túnica de un color oscuro. Cubierta estaba su cara por la capucha; me fue imposible identificar su rostro.
La silueta estaba ahí observándome, hasta que levantó su mano derecha hacia arriba y rápidamente me apuntó. Fue en ese momento cuando las bestias saltaron hacia mi. Conté unas doce, tal vez eran más.
Sin pensarlo, salté hacia arriba con un giro, manteniendo mi cuerpo de forma horizontal y con uno de mis sables logré dividir el cuerpo de una de las bestias. Esta cayó exclamando gritos de dolor.
Una de las bestias saltó hacia mi, mientras todavía me encontraba haciendo aquella maniobra, y con el otro sable la atajé, y la hice deslizarse por debajo de mi cuerpo con un corte mortal. Eran dos bestias menos.
Cuando caí al suelo, estaba rodeado por una buena cantidad de bestias. Entonces tomé mis dos sables y los crucé en forma de X frente a mi. Las bestias saltaron hacia mi, y separé los sables, uno a cada extremo de mis brazos, mientras brincaba con fuerza hacia el aire. Dos bestias cayeron ante mis sables, siendo cortadas a la mitad de su pecho. En el aire giré de manera tal que mi cabeza quedara hacia el suelo, y de esta forma, mantuve mis sables por debajo de mi cabeza.
Una de las bestias saltó intentando alcanzarme, y rápidamente fue decapitada. Mientras otra, con un salto más fuerte, intentaba chocar de frente contra mi, a ésta la freí con unos potentes rayos de la fuerza. Las bestias habían sido reducidas a la mitad.
Cuando la manada percibió que fueron aniquiladas tan rápidamente, se formaron una al lado de la otra, y dudaron en acercarse a mi. Entonces lancé ambos sables de luz hacia ellos, y los atraje rápidamente con la fuerza. En ese momento cayeron 4 bestias más, y sólo quedaban dos.
Sólo dos bestias se anteponían entre mi y aquella desconocida silueta. Avanzaba lentamente hacia ella, con ambos sables encendidos y a mis lados, cuando vi a los animales echarse al suelo y chillar atemorizados. Cuando hice dos giros a mis sables, ambos salieron disparados en diferentes direcciones, y sus chillidos se escuchaban cada vez más lejos. Sabía que aquel espectro no tardaría en toparse cara a cara contra mi.
SILUETA DE MIS SUEÑOS:
Seguía avanzando cuando de pronto sentí un dolor muy intenso. Tan intenso que me retorcía, y perdí totalmente de foco a aquella silueta... De pronto, sentía como me movían; era el Caballero Vresh Logeish, que extrañado, me despertó de aquella pesadilla.
«¿Qué le sucede, Maestro?» Me preguntó con voz de extrañado «Nada, aprendiz, sólo fue un sueño. Un extraño sueño.» «¿De qué se trata? Lo vi bastante estremecido. Por un momento me preocupé por usted.» «No fue nada. Sólo que era una sensación muy real. Supongo que este lugar causa estas extrañas sensaciones. Vuelve a dormir, recuerda que mañana toca una larga jornada.» «Entendido, Maestro» ―Entonces el Caballero Vresh se recostó nuevamente, y sin mucha dilación se quedó dormido.―
Yo por mi parte, luego de esa pesadilla, perdí las ganas de dormir. Entonces me levanté y decidí revisar mi material y equipo... Una vez revisado, salí a supervisar que los Soldados Imperiales se encontraran en sus sitios, y me senté en una roca, a observar el cielo y las estrellas... Pensando y analizando en los extraños sucesos que estaba teniendo lugar en mi vida.
CAPITULO V
Con los primeros rayos de sol, Lord Crauell Rain ya se encontraba despierto y dando instrucciones... Fue el supervisor del relevo de la guardia por parte de las Tropas Imperiales, y el despertador de la excursión Sith. Al poco rato de escuchar el alboroto que este armaba, se acercó a mi y me habló.
«¿Cómo se encuentra, Darth Exur? Ayer escuché sus palabras con el Caballero Vresh. ¿Está seguro de lo que estamos haciendo acá?»
«Efectivamente, estoy muy seguro de nuestra labor acá, sólo fue un mal sueño y no quiero alarmar a nadie. Encárguese de que estén preparados porque incursionaremos en el Templo, y no quiero que a partir de este suceso, se pierda la confianza.»
«Entendido Darth Exur.»
Cuando Crauell Rain se retiraba al interior, a reunirse con los demás, yo le seguí y entramos al Templo... Cada uno llevaba una antorcha que servía para alumbrar el camino. Todo estaba muy oscuro y muy calmado... Era evidente que hacía mucho que no pasaba algo vivo por ahí -o eso aparentaba-.
Comenzamos en una gran habitación que servía de lobby para el Templo. Sin embargo, a medida que avanzábamos, nos dimos cuenta que el camino se hacía más y más estrecho... Durante el recorrido, pudimos percatarnos de varias paredes con jeroglíficos en Idioma Sith y otros netamente ilustrativos. Al poco rato de caminar, nos encontramos con una puerta. Esta estaba cerrada -sabíamos que era una puerta por el marco que la rodeaba- y sin dudarlo, el Caballero Isahad Kan exclamó «¿A qué esperamos? Pasemos a través de ella.» y arremetió con fuerza hacia la puerta. Cuando vi esta acción me apresuré a levitarlo con la fuerza, dejándolo moviendo sus pies como si aún estuviera corriendo... Cuando este se percató, sólo pedía disculpas por su tontería. «No hables más... No hace falta que te disculpes. Sólo procura pensar antes de actuar, y consultar antes de hacer... No podemos destruir nada de lo que nos rodea. Es un Templo muy antiguo, y alberga grandes secretos. Todo podría ser de utilidad.»
PRIMERA PUERTA DEL TEMPLO DE EXAR KUN:
Al poco rato de haber observado la puerta, y con mucha concentración con la fuerza, logré observar ciertos símbolos que se me hacían conocidos... Me acerqué a ellos y toqué uno por uno, sin un orden específico (o eso observó la mayoría) y cuando hube terminado, la puerta se estaba abriendo ante nosotros.
Al entrar en la cámara unas antorchas se encendieron, y al fondo se encontraba un gran altar, en el que reposaba una especie de pergamino... Todos se miraron la cara a la cara, asombrados, pero yo mantuve mi mirada fija en dicho pergamino. Avancé poco a poco hasta él, y sin pensarlo, lo tomé... Lo observé cuidadosamente, y en él pude ver unas imágenes... Como si de un plano se tratase.
IMAGEN MÁS COMPLETA DEL PLANO DEL PERGAMINO:
Cuando observé esta imagen, no dudé de lo que se trataba. Era el auténtico plano de la Esfera de Meditación Sith... Entonces revisé los rodillos del pergamino y en sus cuatro lados estaba aquel símbolo que vi en el Holocrón de Naga Sadow. ¡Era auténtico!
Sólo me preguntaba por qué estaba en el Templo de Exar Kun... Aunque todo tenía relación, si Naga Sadow era quien me había enviado aquí. Entonces observé debajo del Altar, y estaba escrita la siguiente frase: —El Futuro es ahora—
Mientras yo observaba el pergamino, y leía la frase que estaba escrita, los demás miembros de la excursión estaban revisando cada rincón de la habitación. Por desgracia, era el único objeto que en ella se hallaba...
Decidimos seguir avanzando hacia el interior del Templo... No fue mucho lo que avanzamos, y nos topamos con otra puerta... Esta vez estaba abierta. Al fondo se observaba otro altar, esta vez este era más grande, mucho más grande... Se podían ver restos de sangre en dicho altar. Era evidente que se usaba para hacer sacrificios. La habitación estaba desolada, sólo unos pocos huesos de diferentes tamaños y tipos estaban esparcidos por el suelo sucio. Nada nos sorprendió de dicha habitación y continuamos nuestro camino.
Seguimos avanzando y nos topamos con una división de caminos... Ninguno podía ser diferenciado, pues los 3 estaba arropados por la oscuridad, y era imposible ver más allá de unos pocos metros. Tras una corta deliberación, decidimos ir por el centro.
Al avanzar, llegamos a un pasaje, en el cual se podía observar muy claramente el paisaje: estábamos rodeados por lava ardiente. Sólo podíamos avanzar por un estrecho puente de rocas talladas. Uno tras otro avanzamos hasta terminar el pasaje.
Yo iba a la cabeza, y cuando terminamos de pasar, justo detrás de mi se estaba cerrando muy rápidamente una puerta... Esta descendía, y los Sith se quedaban detrás. El Caballero Pole Logeish al percatarse de la situación rodó deslizándose justo por debajo de la puerta, y ambos quedamos atrapados tras ella. Por mi negativa ante deñar las estructuras del Templo, el grupo que se quedó tras de nosotros, corrió rápidamente para intentar buscar otro camino.
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Fin del capítulo.
CAPÍTULO VI
Tras haber acordado en que el resto del grupo trataría de buscar otro camino, decidimos internarnos en la mazmorra del Templo.
El Caballero Pole me miró y dijo: «Definitivamente este Templo alberga poderosos secretos... ¿Usted cree que somos bien recibidos? El Señor Oscuro Exar Kun no estaría tan complacido de compartir sus secretos con nadie.» Entonces yo respondí «Estamos aquí por una razón. Tal vez nos está probando a ver si somos dignos de conocer sus secretos.» Dicho esto decidimos avanzar.
Tras unos pocos pasos, otro evento nos sorprendía: el lugar comenzó a iluminarse poco a poco hasta quedar casi totalmente alumbrado. En el gran salón predominaba una especie de baúl que se hallaba en el medio. A los lados, dos grandes marcos, precedidos por unas escaleras, imposible de observar el comienzo de ellas.
Rápidamente nos dirigimos al medio, y observamos el baúl. Este era particularmente llamatorio, pues tenía en su parte superior una gema tal vez de gran valor. No había manera de abrirlo, parecía herméticamente cerrado. ¿Cómo era posible que un baúl de piedra estuviera sellado de esta forma? Entonces puse mis manos encima del mismo, intentando percibir algún tipo de pista que me ayudara a abrirlo; a ambos nos carcomía la curiosidad por conocer el contenido de dicho baúl.
No duró mucho mi inspección, cuando sentí una perturbación en el ambiente; pronto esa perturbación se convirtió en gruñidos y fuertes sonidos que provenían de los dos marcos con enormes escaleras.
Ordené al Caballero Pole: «Dirígete a aquella puerta ―dije señalando la puerta izquierda― y destruye todo lo que se mueva.» eufóricamente me respondió «Entendido Darth Exur.» y corrió a la puerta sin rechistar. Se colocó en guardia y aguantó.
Entonces yo corrí a la puerta de la derecha con un sable encendido. Y esperé a que comenzara la acción...
Pasados unos segundos se observaba a lo lejos una temible cantidad de ojos rojizos que aseguraban la presencia de varios animales: tal vez los mismos con los que luché en mi sueño. Estos corrieron rápidamente hacia mi, y comencé a luchar uno por uno.
A medida que se iban acercando iban siendo atravesados o cortados por mi sable. Era mucha la celeridad y la precisión con que manejaba el sable. Sin embargo, también eran muchos las criaturas que se me acercaban... En un momento me preocupé por el Caballero Pole y volteé a verlo: este no tenía mayor problema para combatirlas, estaba demostrando un gran manejo de sable. Una suerte tenerlo a mi lado para combatir...
Las criaturas seguían viniendo y seguían muriendo, aún así, la cantidad tan vasta nos obligaba a replegarnos y retroceder. Tanto así que llegamos a estar tan cercanos que casi chocábamos nuestras espaldas... La única vía de escape era seguir avanzando hacia el fondo del recinto, en el cual había una larga escalera. Poco a poco fuimos subiendo las escaleras, con una cantidad enorme de criaturas a nuestras espaldas, acechando y buscando un punto flaco para devorarnos.
EXUR LUCHANDO CONTRA LAS CRIATURAS:
Fue entonces cuando al terminar de subir las escaleras, observé la misma extraña silueta que en mis sueños había visto. Esta vez estaba ahí frente a mi. La capucha ocultaba en la oscuridad su rostro, y me era imposible determinar su identidad.
Entonces me dirigí al Caballero Pole «Cubre esta escalera; procura que ninguna criatura pase con vida.» y corrí hacia la silueta, y pretendí atacarla con furia.
Antes de yo acercarme, esta descolgó una enorme hacha y pensé ―qué tonto por sacar esta arma ante un sable láser― así que dirigí mi ataque hacia su arma. Estas chocaron como si de dos tubos de acero se tratase. Ninguna logró hacer daño a la otra. Rápidamente entendí que esta arma estaba alterada por algún tipo de brujería o hechizo, y que sería más difícil de derrotar a esta persona de lo que imaginé.
Dirigí varias estocadas, y uno tras uno fueron detenidos por su enorme hacha. Entonces se dirigió a mi con una voz gutural diciendo «No defraudaré al Maestro.» ―tal vez temiendo de mi poder―
Su afinidad con la fuerza no eran tanta, entonces despedí unos rayos de la fuerza, a lo que antepuso su hacha. Consumiendo la energía de estos; y fue cuando aproveché para lanzar fuertes estocadas a sus piernas, que se encontraban descubiertas.
Cuando se percató de la situación, intentó saltar, pero reaccioné rápidamente y desvié el ataque hacia un poco más arriba, como intentando atajarle una pierna y logré cortar levemente la parte superior de su pierna. Por desgracia la cortada no llegó al hueso, por lo que el individuo pudo seguir luchando...
Entonces seguimos intercambiando ataques. La pelea se puso intensa, pues la destreza de este individuo con el hacha era tremenda, y me obligaba a saltar por los aires para evitarlo...
Mientras tanto, el Caballero Pole comenzó a tener problemas con las bestias, pues una aún más enorme comenzó a luchar con él. Mientras las demás observaban el duelo, rodeándole, la más grande luchaba con el Caballero. La destreza de este animal era tanta que lograba esquivar los cortes del Caballero. Sin embargo, este también evadía feroces mordeduras. Ninguno de los dos lograba asestarse un ataque...
EXUR LUCHANDO CONTRA EL MISTERIOSO GUARDIÁN:
Yo seguía en mi duelo contra aquella figura aún sin nombre, y el intercambio de ataques era tremendo. Cortes esquivados con saltos por aquí, rayos de la fuerza bloqueados por allá... De pronto salté ágilmente hacia mi enemigo, y chocamos fuertemente nuestras armas. Ambos hacíamos enorme fuerza para intentar derribar al contrario. Entonces lo empujé con la fuerza y este chocó con un pilar de piedra que estaba en el corredor de arena y trozos de piedra, que alguna vez fungieron de pilar, estaban en el suelo. Los escombros de aquella parte de la estructura me causaron pesar, pues aún mantenía mi postura de no dañar la estructura.
No tardó en ponerse de pie, y lentamente me acerqué a él: a medida que yo avanzaba, este retrocedía. En un momento que llegué a la altura de los escombros, comencé a levitar una de las piedras, la más enorme, y la mantuve en el aire. Moví mi mano, y esta comenzó a girar en el aire y de pronto la envié con mucha fuerza directamente hacia el enemigo, que se quedó parado.
Detrás de la piedra, y con gran velocidad, iba yo. La piedra servía de camuflaje, y para este, era imposible determinar que yo estaba detrás de la piedra. Entonces decidió desviar la piedra con la fuerza, y se sorprendió al verme tan cerca de él.
Ya era tarde, no había nada que hacer... Su hombro fue atravesado por mi sable. No era una herida mortal, pero sí suficiente para inhabilitarlo del combate. Este, aún tendido, logró tomar su hacha, y apoyado en esta, se puso de pie. Era inútil: cuando intentaba empuñarla, sus brazos perdían fuerza, y lo obligaban a soltarla... Entonces agachó su cabeza y me dijo «He fallado al Maestro. Mátame, no pretendo suplicar por mi vida.» y respondí «No pretendo destruirte, Guardián. Sé que tienes el poder de controlar a esas feroces fieras. Te ordeno que las detengas.» Y fue entonces cuando con un movimiento de manos, las fieras se detuvieron y comenzaron a replegarse entre las sombras.
El Caballero Pole Logeish se acercó a mi ―Se le notaba bastante cansado― y me dijo «Labor cumplida, Darth Exur»
Le miré y le asentí. Luego dirigí mi mirada hacia el derrotado Massassi ―quien después de la estocada final reveló su rostro, y pude determinar que lo era―
«Eres un buen y leal Guerrero. Sin embargo, ¿a quién eres leal?»
«Soy leal al Maestro»
«¿Y quién es tu Maestro?»
«El poderoso Señor Oscuro Exar Kun» ―Dijo con mucha seguridad―
«¿Cómo es que sirves a un espíritu?» ―Me preguntaba―
«No tengo deseos de responder ni esa ni más preguntas. Ahora, acaba con mi vida.»
«No pretendo asesinarte. Pero te aseguro que existen peores castigos que la muerte» ―dije sonriente―
«No me importa. Soy capaz de sobrevivir a cualquier castigo siempre que este sirva y complazca a mi Maestro»
«Estoy aquí por un motivo, y fui llamado por tu propio Maestro. Así que servirlo a él, es servirme a mi. No pretendo convencerte de ello, pero te aseguro que es así. Ahora, tengo planes para ti, y espero que respondas a mis ordenes. Atrás dejamos un baúl y quiero que me ayudes a abrirlo. Estoy seguro que sabes cómo.» -entonces me dirigí al Caballero- «Tráelo»
Obediente, levantó al guerrero y le obligó a seguirnos... Fuimos a las escaleras y las bajamos hasta llegar al baúl. Una vez ahí, le ordené nuevamente que lo abriera.
«Si logras resolver el acertijo te seré leal. Pues sabré que realmente fuiste llamado por el Maestro.» -escuché atentamente sus palabras, y continuó- «En este baúl se encuentran los tesoros de mi Maestro. El mismo está sellado bajo la supervisión del mismo Exar Kun. Si logras abrirlo por ti mismo, cumpliré mi palabra.»
Por un momento me olvidé de lo que pensaba sobre conservar el Templo, y encendí mi sable láser y arremetí contra el baúl. Sin embargo, este ni siquiera fue dañado.
-El guardián soltó una carcajada y dijo- «De esta manera no conseguirás llegar al tesoro. Hay poderes que van más allá de la fuerza bruta.»
Lo miré con algo de ira, y desvié mi mirada nuevamente hacia el baúl. Tras unos segundos, coloqué mi mano encima del mismo, y me concentré profundamente.
Percibí la composición exacta del mismo, y noté que no era más que un baúl de piedra común. Pero estaba sellado con un poderoso hechizo, tal vez origen Sith. Abrí los ojos, apagué mi sable láser y lo colgué al cinturón; poniendo mi otra mano encima del mismo baúl.
Tras varios minutos de estar enfocado en el poder de la fuerza, se comenzó a sentir tensión en el ambiente. Emané una fuerte brisa en el lugar, y tanto el Caballero Pole Logeish como el guardián observaban sorprendidos tal hecho. Una vez cesada la brisa, observé al guardián y sonreí para posteriormente clavar mi puño por encima del baúl. Esta vez, el mismo cedió ante la fuerza.«»
El hechizo estaba roto, y el baúl era vulnerable a mi. En él, se encontraba un sable, y unas piezas metálicas que parecían una Armadura incluida una capa de color morado. Observé y revisé con codicia cada una de las piezas que se encontraban ante mi.
SABLE FALSO Y ARMADURA AUTÉNTICA DE EXAR KUN:
Al tomarlas, sentí el gran poder que había en dichas piezas. Decidí entonces ponérmelas y así completar la Armadura de Exar Kun.
En una de las hombreras se encontraba el símbolo característico al poderoso Señor Oscuro; y por el poder que se percibía, estaba seguro que me encontraba ante la auténtica armadura del Señor Oscuro.
Entonces, terminé de colocármela y observé el sable láser. Entonces lo tomé y admiré.
Ambos observaban atónitos la escena.
Luego, encendí el sable, y todo cambió para mi. Tras haber presionado el botón de encendido, un aura brilló de mi ser, y me sentí fuera de foco. Lo que pasó ahí, lo supe después, cuando el Caballero Pole me describió la escena.
Mi realidad era que me encontraba en un amplio salón, oscuro y tenebroso. Con suelo de granito pulido. Con hermosas paredes adornadas por símbolos característicos de los Sith. Al fondo de la habitación había un gran trono, y en él, un personaje conocido para mi. El poderoso Señor Exar Kun.
CAPÍTULO VII
Estaba impactado por aquella escena. Nunca imaginé tener frente a mi a este Poderoso Señor Oscuro. Sin embargo, a pesar de la admiración que sentía, estaba acá en busca de conocimiento y si no me era concebido por las buenas, debía ser por las malas.
Rápidamente noté que el sable que había tomado en mis manos, no era más que un objeto de traslación, el cual permitiría a mi alma entrar en trance, y hacerme vulnerable a una posesión. Sin embargo, en mi cuerpo yacía mucho poder y no iba a ser fácil para aquella entidad tomar mi cuerpo como recipiente.
Entonces me dirigí a él:
«Sé quien eres. Te reconozco. Intuyo que tú también sabes quién soy y qué busco. Así que, no dilatemos esto, y dame lo que vine a buscar.» ―Dije desafiante―
«Eres arrogante. Eso podría ser una ventaja o una desventaja. El lado oscuro es poderoso en ti, si fueras otra persona, ya habrías caído ante mi poder.» ―Respondió Exar Kun―
En ese momento intenté tomar mis sables láser, pero no podía alcanzarlos. Lo único que tenía conmigo, era la Armadura de Exar Kun; ni siquiera los ropajes con los que vine a esta excursión. Y aquel sable, al trasladarme, había desaparecido de mis manos. Al parecer, estaba en poder del Señor Oscuro.
Entonces me concentré y observé el panorama cuidadosamente, intentando buscar un arma con la que defenderme en caso hostilidad. Sin embargo, no lograba hallar nada a mi alrededor. Estaba desarmado.
Por suerte, para un Sith el sable no es su única arma.
Entonces el Señor Oscuro Exar Kun me miró nuevamente y me dijo:
«Has respondido a mi llamado. Agradezco tu lealtad; ahora, entrégate a mi. Sé el recipiente de tu Señor Oscuro y permíteme completar mi obra. Con tu cuerpo, dominaré de nuevo la Galaxia.»
Sonreí y me coloqué en posición defensiva. Observé Exar Kun y le dije:
«No. Si lo quieres, quítamelo.»
Así fue como dio inicio a la batalla...
El Señor Oscuro sacó un sable de doble hoja de color morado, y saltó con fuerza hacia mí. Entonces tomé impulso y salté hacia atrás, quedando por encima de él. Posteriormente envié fuertes ondas de energía que le empujaron hacia abajo, cayendo boca a bajo en el suelo.
Gracias a la fuerza emergida para empujarlo, me impulsé más fuerte y caí lejos de donde había caído Exar Kun.
Volví a adoptar mi postura, y esperé que se levantara.
«Bien, bien... Demuestras tener buen control de la fuerza. Pero aún no es suficiente para derrotarme. Hace falta más que pasión para destruirme.»
Entonces saltó con mucha ira hacia mí, y casi sin darme cuenta ya estaba estampado contra la pared de atrás. Fue tan fuerte en golpe, que se agrietó la misma.
Al ver esto, espabilé rápidamente, intentando recuperarme del golpe. Me acerqué lentamente a él y con la fuerza le intenté elevar. Era muy pesado, me era casi imposible levitarlo. Sin embargo, logré subirlo poco más de un metro, y salté de frente con una patada y se la pegué en el pecho, pero este cayó de pie y se rió, mofándose de mi intento por atacarlo.
Luego emergió poderosos rayos de la fuerza hacia mi, que logré canalizar a través de mis manos. Sin embargo, era tanta la energía que fluía de esos rayos, que me obligó a expulsarlos, causando una explosión que me bombeó hacia atrás nuevamente... Rodé por el suelo, cayendo muy cerca de la pared.
Se acercó a mi con una imponente mirada; yo le observaba mientras aún estaba tendido en el suelo... Entonces antepuso su sable y corrió con mucha velocidad hacia mi. Me di cuenta que estaba en dificultades, y con mucha fuerza logré saltar, esquivando la estocada, la cual provocó que chocara su sable contra la pared. Nuevamente le empujé con la fuerza hacia abajo, lo que le causó un leve empuje en el suelo. Tanto así, que se podía observar la huella de su zapato marcada en el duro mármol tras dicho empujón.
Esto me sirvió para recobrar un poco la energía, que poco a poco iba disminuyendo...
Volvió a tomar su sable entre manos, y lanzó varios cortes dirigidos hacia mi; los cuales logré esquivar con mucho reflejo y rodando por el suelo. Entonces quedé de rodillas, y con la cara agachada, a una distancia considerable de mi enemigo.
Cuando iba a comenzar a hablarme, corrí con la fuerza a una velocidad impresionante, de tal forma que logré llegarle antes que pronunciara una sola palabra; le empujé con gran poder, empotrándolo en la pared. Estaba muy pegado a él, y formé intensas bolas de energía en mis manos, las cuales empuñé y comencé a golpearlo en el pecho una y otra vez.
Escuchaba como este contenía el aire tras cada uno de los golpes. Entonces atraje su sable y lo empuñé en mis manos. En ese momento sentí el gran poder que yacía en dicho sable, y con la misma fuerza de los puñetazos, lancé un corte directo a su cuello, con la intención de decapitarle. Entonces él posó mano derecha muy cerca de mi pecho, y emanó gran poder, que me empujó de tal forma que me fue imposible sostener el sable, y este cayó justo frente a él, mientras yo salía disparado en la otra dirección.
Mientras volaba por los aires, observé el techo del recinto, y me concentré en su lectura.
Pude interpretar la siguiente frase:
«Mi espíritu vivirá por siempre... ¡POR SIEMPRE!»
―Exar Kun―
En ese momento recordé algunas cosas que había estudiado del Holocrón de Naga Sadow sobre la Alquimia y la Hechicería Sith en el que explicaba métodos para absorber la esencia de un espectro, así como dotar de vida a un espectro, haciéndolo más poderoso o en su defecto, debilitarlo.
Entonces, en toda mi concentración, logré caer de pie en el suelo, y usé la fuerza para acercarme a este nuevamente, esta vez comencé a emanar energía de mis manos directo hacia su cabeza. Su espíritu comenzaba a difuminarse y este comenzó a pronunciar palabras y gritos de forma que no se le entendía. Era como si se le escuchara distorsionado... De pronto me empujó con la fuerza y no pude seguir concentrado en dicho poder. En ese momento me sentí revitalizado. Era como si la energía hubiese vuelto a mi de forma repentina.
Se notó en los ojos de Exar Kun la ira que sentía y comenzó a lanzar rayos de la fuerza directo hacia mi, y yo salté evitándolos, pero este saltó con fuerza e intentó clavar su sable láser directo en mi pecho; entonces concentré gran energía oscura y antepuse la palma de la misma, impidiendo así que traspasara mi pecho.
Cuando hice esto, usé la otra mano y le empujé, alejándolo de mi. Tras él, salté con mucha fuerza y aproveché la energía que aún se encontraba en mi mano para clavársela en el pecho de tal forma que destrocé la armadura que llevaba puesta y dejé expuesto el pecho, herido y sangrando el mismo.
Entonces salté hacia atrás para poder observar mejor el panorama, y quedamos uno frente al otro.
Una mirada profunda de parte de ambos... Se notaba la ira que tenía él, y lo exhausto que yo estaba.
Corrimos fuertemente uno hacia el otro, él con su sable fuertemente tomado y yo sin nada más que mis puños. Entonces un aura oscura rodeó mi puño y continué mi carrera. Él antepuso su sable láser y yo con mi puño derecho logré desviarlo, descubriendo su pecho y asestándole semejante puñetazo que lo envié fuertemente hacia atrás; tanta fue la fuerza empleada en aquel golpe, que soltó su sable láser en el suelo y abrió una tronera.
Parecía que todo había acabado. Tomé el sable láser de él, de doble hoja y me acerqué caminando con pasos largos hacia el sujeto que se encontraba muy debilitado.
Entre murmullos dijo:
«Soy el más grande de los Señores Oscuros de los Sith. Soy Exar Kun. Tu poder es grande, Exur, pero yo viviré por siempre y para siempre.»
Entonces me puse muy cerca de él y le atravesé el pecho con su propio sable; para mi sorpresa, en el momento en que iba a acabar con su vida, toda su silueta se convirtió en una densa nube negra, que con rapidez se dirigió directo hacia mi cabeza, entrando por mis ojos, los orificios nasales y orejas. En ese momento no pude contener el dolor y comencé a gritar. Pensé que era mi fin, pensé que había sido derrotado.
Era el aura, la esencia del antiguo Señor Oscuro que se había unido conmigo, eramos dos personas en un cuerpo, eramos un solo ser. Era yo quien comandaba... Tenía a mi disposición los recuerdos, los conocimientos, la fuerza, la energía y el poder de este poderoso sujeto. ¿Por qué? Supongo que decidió unirse a mi para vivir por siempre, para reinar y liderar el Imperio Sith a través de mi. Tal vez mi poder era más grande que el suyo y por temor a morir, decidió unirse a mi. Sin embargo, mi cuerpo no soportaría tanta energía acumulada, sólo yo podía resolver este conflicto, de la manera que sólo un Sith puede hacerlo. Canalizar el poder y llevar la devastación a nuestros enemigos, llevar la muerte a todos aquellos que osaran a enfrentarse al Imperio. Destruir a los Jedi y todo ser vivo para asegurar la supremacía de los Sith. Sí, esa era mi misión y por fin, después de este PACTO DE ALMAS (Convenant of Souls) pude entenderlo.
Cuando desperté, estaba levitando por los aires en el Templo de Exar Kun, y veía todo con ojos diferentes. Observaba las cosas como si de un 'deja vu' se tratara. Podía encontrar el significado de todos y cada uno de los escritos, conocía todos los pasadizos, trampas y secretos que estaban en el Templo. Sentía que había sido y yo el que había construido dicho Templo. Podía recordar haber vivido las cosas que había leído sobre Exar Kun en carne propia.
Sentía gran emoción de mi nueva condición. Veía lo mismo, todo con otros ojos. Sabía que dentro de mí se albergaba un gran poder. Aquel poder al que le temíamos al entrar en este templo, ahora era controlado por mi. Me sentía como en casa.
Entonces descendí al suelo, y el Caballero Pole Logeish y el Guardián Reiv Savras. A quien había dotado de inmortalidad a través de la alquimia Sith hacía muchos años, y había encargado de custodiar mi Templo por sobre todas las cosas (o eso era lo que recordaba, atribuido a mi nueva condición) le tomé por el hombro y le dije: «Me has servido bien.»
Extrañado me miró y sin pensarlo se arrodilló y agachó su cara en señal de respeto. Entonces le dije: «Levántate. No hay mejor forma de demostrar el respeto que siendo leal. Y eso has sido. Tu lealtad será recompensada, amigo mio.»
Entonces se puso de pie y el Caballero Pole Logeish me miró sorprendido... Pude percibir en él algo que nunca había sentido en nadie. Tal vez porque era el primero... Una gran concentración de la fuerza, percibí que era alguien con un gran futuro, y de esta manera le miré y me dirigí a él.
«Eres un gran servidor del Lado Oscuro. Tu poder ha sido demostrado y te has ganado el título de Guardián Sith.»
Dicho esto, me dirigí hacia el trono del fondo y empleando la fuerza lo desplacé a un lado. Había una Cámara secreta y un pequeño cofre. Lo cogí con mi mano izquierda, y la derecha la puse encima de este, tras concentrar energía en la mano, tomé la tapa con tanta fuerza que la despegué. Una vez hecho, saqué de su interior un Holocrón.
HOLOCRÓN DE EXAR KUN:
Lo observé con nostalgia, casi recordando como había elaborado dicho Holocrón... Entonces lo tomé y lo guardé en mi túnica, bajo la armadura.
CAPITULO VIII
Con el Holocrón en mi poder, y puesta la Armadura de Darth Exar Kun, me retiré por donde habíamos entrado... El recién ascendido Guardián Pole y el Massassi Reiv me siguieron apresurados. Cuando llegué a la puerta en que había perdido contacto con la excursión, no pude evitar soltar una carcajada. Hice un movimiento con ambas manos que apuntaban a la puerta y esta se levantó nuevamente.
En eso, me concentré y establecí un vínculo mental con Lord Crauell Rain, indicándole mi ubicación. Al final, ellos estaban desubicados, de tanto buscar, habían perdido el rumbo. Di instrucciones al Massassi Reiv de que buscara a Lezalit Kan y a Vrenomize Logeish, quienes se encontraban al parecer perdidos. Ya que se habían separado para buscar una entrada alternativa al sitio en que yo me hallaba.
Después de reunirme con Lord Crauell Rain, y de contarle un poco sobre lo sucedido, y el porqué de mi nueva apariencia y mi nueva forma de hablar, de expresarme, de dirigirme hacia ellos y lo bien que reconocía cada esquina de este templo, entonces lo comprendió y hasta se sorprendió.
Nos reunimos en la entrada del Templo, donde se encontraba una escuadra de la infantería imperial, quienes custodiaban el campamento. De esta forma, ordené que se acercaran a mi para comentar un poco sobre la situación: «Hemos encontrado lo que veníamos a buscar. Vine a buscar respuestas, conocimiento, y lo he encontrado... Incluso, más de lo que pretendía. Además, hemos encontrado a un sujeto, el Guardián de este Templo ―aquí comenzaron todos a murmurar― y se ha unido a nosotros. Se ha unido a nuestra causa. Ya no tiene nada que custodiar. Hoy, luché con el propio Señor Oscuro Exar Kun, y lo derroté. De esta forma, he obtenido el conocimiento necesario para desatar un arma que acabará con nuestros enemigos para siempre. Reuniré y crearé un Ejército Massassi, y los enviaré a la batalla contra los Vong. De esta forma ganaremos, para proclamarnos el Imperio Infinito. Un Imperio que para siempre dominará la Galaxia.»
Algunos me observaron sorprendidos, otros maravillados. Pero sin duda para todos era una grata noticia... Cuando hube terminado de expresarme, noté que al fondo venía el Guardián Massassi junto con el Caballero Vrenomize y el Maestro Lezalit... Al parecer, ya intuían algunas de las cosas que les había contado al resto de la excursión. Se me acercaron y me preguntaron sobre lo que había sucedido, y expresaron su preocupación al saber que estábamos aislados de ellos. Le respondí que le preguntaran a sus compañeros, de forma que no me siguieran molestando.
Me di media vuelta, y mientras me alejaba, dije: «¡Nos vamos!»
Me acerqué al Teniente, jefe de la Escuadra Imperial, y le dije que podían retirarse y le agradecí por no haber abandonado su puesto. Mientras hablaba con él, escuché una voz que dijo «No hemos terminado aquí.» Por un momento pensé que tendría conflictos con el espíritu que alojaba en mi cuerpo, pero rápidamente percibí una sensación y una ubicación en el Templo. De esta forma volví a dirigirme a la excursión y ordené: «Lleven todo el equipo a la nave y esperen a que vuelva. Lord Crauell, Guardián Reiv, Caballero Vrenomize y Maestro Lezalit, síganme.»
Entonces nos dirigimos a la fragosidad de los bosques del planeta, internándonos poco a poco. No sabía a donde iba, me guiaba la intuición. Mientras avanzábamos, hablé con el Guardián diciendo: «Tengo una importante misión para ti. Como sabrás, soy el Señor Oscuro del Imperio Sith. El Imperio abarca muchas entidades, muchos planetas y excesivas cabezas a las que debo guiar. Es por eso que no podré guiar a este Ejército por mi mismo. Debo contar con alguien, contigo, para que sirva de líder. Me serviste bien hace muchos años cuando te doté de inmortalidad, ahora, tu misión es otra. Una mayor. Una que traerá la paz al Imperio, de una vez por todas. Nos dirigimos hacia un Templo que fue sumido en la tierra como acto desesperado por proteger las reliquias y poderosos artefactos pertenecientes a tu raza. Desenterrarás el Templo, y con mi ayuda, crearemos un Ejército Massassi. Capaz de llevar la muerte y la destrucción a nuestros enemigos. Eres tú y sólo tú quien servirá como mis ojos y mi puño. Dotaré al Planeta de provisiones, les facilitaré naves de carga para tu especie. Para que puedas trasladarlos al enemigo.» «Sí, Señor Oscuro» dijo el Massassi «Además, adoptarás una nueva identidad. La Historia relata la existencia de un poderoso líder Massassi. El magnífico Rey Adas. Esa es tu nueva identidad. Fingirás ante todos ser el Rey Adas, de esta forma te servirán mejor. No tienes que demostrar tu poder y aniquilar a tus hermanos, la historia ya te dio el mérito para liderarlos» dije mientras soltaba una leve carcajada «Entiendo, Señor Oscuro»
Cuando llegamos a un amplio sector en el que no había absolutamente ningún árbol, una llanura, nos detuvimos. «Hemos llegado.» Todos observaron extrañados, pues no había más que hierba y maleza en donde nos encontrábamos. «Debajo de nuestros pies, está un Templo Massassi. Dotado de un gran arsenal y las instalaciones apropiadas para alojar al Ejército.» Lord Crauell sonreía, mientras que el Caballero Vrenomize y el Maestro Lezalit estaban totalmente extrañados «Apártense» dije mientras abría los brazos y me preparaba.
Cerré los ojos, y me concentré... Apuntando mis manos hacia el centro de aquella planicie. La concentración era tal que se podía percibir en el ambiente un gran poder. Asimismo, a medida que corría el tiempo, se comenzaba a percibir un movimiento de la tierra. Se sentía como un temblor. Poco a poco se iba incrementando la fuerza de este... Cuando ya era muy agudo, se comenzó a abrir la tierra frente a nosotros, y una cúpula, una torre, comenzó a salir de allí. Poco a poco fue saliendo hasta que en la base de la torre se pudo observar una puerta. Me detuve, y me acerqué a la misma. Con la mano, hice seña de que me siguieran y así lo hicieron.
Bajamos unas largas escaleras, que llevaron a un salón con otras tantas puertas. Con un movimiento de manos, se encendieron un montón de antorchas que se encontraban dispuestas en dicho salón. De forma que le dije al Massassi que era tiempo de desplegar nuestro poder.
Dándonos la espalda el uno al otro, me dirigí a los Sith: «Vamos a crear guerreros de la especie Massassi. Algunos tal vez se tornen violentos después de la creación, es su deber obligarlos a obedecer.»
Entonces ambos nos colocamos en una posición específica, con ambas piernas separadas y las manos juntas, justo frente a nuestra cara... Nos concentramos profundamente, y comenzamos a invocar rituales capaces de crear vida; diferentes movimientos dieron lugar a una pequeña canica roja, tan pequeña como un botón de sable láser. Poco a poco esta canica fue incrementando su tamaño, y se podía observar el desarrollo tan veloz de aquel feto; ya era reconocible que un humanoide estaba siendo creado. Así, fueron saliendo sus brazos y piernas, que comenzaron siendo pequeñas protuberancias. Poco a poco fui moldeando su morfología, su composición química y anatómica al punto que el cuerpo ya era más alto y grande que yo, con grandes brazos, musculosos y fornidos, pero aún sin vida... Era sólo un saco de carne y huesos. Entonces, concentrándome más aún en aquel procedimiento, se iluminó mi mano, y tres cúmulos de poder fueron lanzados directamente a su cabeza. Cuando el tercero impactó en su cabeza y desapareció, la criatura despertó. Un grito profundo tal vez de dolor o de miedo, no podría identificarlo, sólo un grito gutural.
Rápidamente saltaron encima de la criatura para controlarla, con la fuerza impidieron que se moviera y establecí un vínculo mental entre la criatura y yo, a la que pude apaciguar y calmar. Esta se encontraba desnuda, así que rápidamente atraje un pedazo de tela que serviría de taparrabo y se lo entregué.
Posterior a ello, hablé con el Rey Adas. «Quiero que crees el más grande ejército que jamás se haya visto. Sé que tu condición te permite crear vida, es por eso que en el Templo de Exar Kun lograste crear a aquellas criaturas. Ahora, este es tu deber. Volveré en cuanto tengas listas a las tropas para darte más instrucciones.»
Entonces el grupo y yo salimos de aquel Templo por la torre que habíamos entrado y nos dirigimos a la Nave, con rumbo a Korriban...
Nuestra misión estaba lista, era tiempo ya de poner fin a la guerra. Es una maniobra que ninguno se espera. Es una jugada que sorprenderá al enemigo. Estos guerreros son capaces de desmembrar a cualquier ser vivo si este se los permite, y nuestros enemigos son débiles. No había escapatoria para el caos que había desatado en la Galaxia. Esta acción, iba a repercutir en el futuro del Imperio Sith.
Una vez en la nave, me dirigí a una cabina privada. Tomé el Holocrón de Exar Kun y lo abrí... Le pedí que me mostrara la ubicación del Sable del Señor Oscuro, y ordené cambiar el las coordenadas. ¿A dónde? Sólo yo lo sabía...
Concluí mi relato mientras Isahad Kan escuchaba atentamente todas y cada una de mis palabras. Los hechos desde entonces habían sido confusos. Las Orden Sith se había fracturado, muchos Señores Oscuros desde mi última partida habían tomado las riendas de la Orden Sith y poco a poco, con decisiones cuestionables por demás, fueron abriendo una brecha entre el dominio absoluto en la Galaxia y el caos total del Imperio ya descontinuado.
La situación en la Galaxia se había vuelto muy inestable para los Sith, la Orden Jedi y la República había sido restituida, aunque con menos poder que antaño. Era una organización aparentemente estable, pero la misma dependía de la inestabilidad del bando contrario. Los Sith comenzaron a tambalearse, a dudar de sí mismos, el liderazgo estaba compartido, no había un objetivo en común. Fue ahí cuando decidí volver ―Le dije a Isahad, mientras este aún me escuchaba muy atentamente.―
Y es ahora cuando los Sith volveremos a ser lo que éramos, y nuestro objetivo será distinto al de siempre. Porque un solo ser nunca podrá dominar para siempre. Es necesario que la Orden sea dirigida por muchos hombres con el mismo ideal. Tal vez un solo hombre pueda traer el equilibrio, pero este no será permanente ni mucho menos perdurable en el tiempo. Cuando el hombre desaparezca, con él desaparecerá el equilibrio. La única manera de garantizar una continuidad es a través del adoctrinamiento. En su momento logramos muchas cosas para los Sith, logramos ser la Orden Sith, reconocida por todos, sin vacilaciones, con Sith netamente subordinados a una Doctrina. Tenemos las garantías y podemos hacer que esto resurja con más poder. Aquellos que ayudaron a forjar esto ya son viejos experimentados, capaces todavía de traer desgracia a quienes se nos opongan.
Nuestra inteligencia nos da la fuerza, nuestra astucia nos da el poder, y nuestra historia nos da la legitimidad absoluta...
Así renace la Orden Sith.
Al haber concluido mi charla con Isahad Kan, junto mis manos y se abre una pared oculta detrás del trono de mi recámara, donde se halla la Armadura de Exar Kun y el Holocrón del mismo; lo cual él observa atónito y dice: "Hacía mucho que no los veía, los pensábamos perdidos."
No, sólo estaban ocultos...
CONTINUARÁ....
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OBTENGO:
Holocrón de Exar Kun
Armadura de Exar Kun
Obtengo: Pergamino Original con los únicos Planos de la Esfera de Meditación de Naga Sadow.
Mientras más arriba nos encontramos, lo único que nos asusta es caer. Y no por la caída propiamente, sino porque con la caída de un líder, cae su legado y su historia, la misma es tergiversada con el fin de satisfacer los deseos de quien le suceda. Es la historia repetida una y otra vez, con cientos de años de diferencia, la historia es exactamente igual... Así comenzaba con una orientación, una charla con Lord Isahad Kan, mi hijo, quien hacía varios años había demostrado ser capaz y digno de llevar mi apellido. Comencé con una anécdota que nunca antes había contado a nadie, a pesar de que él había ido conmigo a la excursión que dio inicio a toda una serie de acontecimientos sin precedente en la Historia.
Para mí, todo empezó cuando me encontraba en lo más remoto de la Orden Sith de Korriban, en mi recámara, meditando y analizando la situación actual de la misma. Horas antes había deliberado con la Cámara Oscura, y analizaba los puntos expuestos en dicha reunión. Uno tras uno, revisé los temas, corroboré alguna información, investigué sobre la veracidad de algunos testimonios que habían llegado a mis oídos, pero, no lograba concentrarme del todo. Tenía la sensación que algo perturbaba a mi ser. Algo desconocido, algo poderoso irrumpía en mi mente.
De pronto, decidí pausar mi trabajo; me levanté, dejando desorganizado el escritorio en el que trabajaba, y me dirigí hacia un balcón, uno de los más altos de la estructura de la Orden... Observé el paisaje nocturno de Korriban, cuando de pronto alguien tocó mi puerta. Me dirigí a ella, y abrí con normalidad, notando inconscientemente un jeroglífico Sith en mi puerta, que al parpadear desapareció; para mi sorpresa, no era nadie. Decidí salir hacia los corredores y caminar, en busca de una presencia, sin embargo, no logré encontrar a nadie. Se me hizo extraño, pues a esas horas, nadie debía estar merodeando por la Academia. La jornada diurna había sido bastante extenuante, y me extrañaría encontrar la presencia de alguien por ahí.
Continué caminando, revisando que todo estuviera en orden, como un velador más de la Academia. En ese momento, me encontré de frente al Lord Crauell Rain, quien se dirigía a los archivos, para buscar el informe detallado de una batalla que había sucedido hacía varias semanal, en la cual, a su criterio, sucedió algo sumamente extraño. Me reverenció, y cortésmente le asentí.
Seguí mi camino en los fríos pasillos de la Academia Sith, hasta llegar al corredor que daba a un área confidencial, a la cual sólo la Cámara Oscura tiene acceso.
CORREDOR INTERNO:
Hacía bastante tiempo que nadie incursionaba en esos corredores; yo lo había prohibido. Continué avanzando, y llegué a un cuarto oscuro, que rápidamente se iluminó; las antorchas se encendieron. Me encontraba en un salón presurizado que permitía conservar las Reliquias Sith.
Acomodadas en grandes estanterías, se encontraban los más preciados tesoros de la Orden Sith. Uno a uno, inspeccioné su estado de conservación. Sin ningún inconveniente se desarrollaba la revisión que realizaba; pero un objeto llamó mi atención.
HOLOCRÓN DE NAGA SADOW:
El Holocrón de Naga Sadow, que era posesión de la Orden Sith, me llamaba la atención. Lo tomé y comencé a inspeccionarlo. Curiosamente lo miraba, le daba vueltas entre mis manos, hasta que de pronto posicioné mi mano completamente encima de un símbolo tallado en dicho Holocrón, y de pronto mi visión, muy rápidamente, se tornó blanca y mi cuerpo se estremeció, recordé el símbolo que había visto en la puerta de mi habitación. Ahora, pensé que este Holocrón, o más inquietante aún, esta persona, me estaba llamando. Acudí al llamado, y ahí me encontraba.
No había terminado de sacar conclusiones, cuando volví en mi ser, pero ya no me encontraba en la habitación presurizada, sino que estaba en un Valle Desolado, donde no había viento ni erosión, el clima era templado, y no había accidentes geográficos divisibles al alcance. De pronto, escuché una voz en mi cabeza. En este momento, intentaba descifrar la voz que me hablaba; era una que nunca antes había escuchado. Cuando de pronto, la comienzo a escuchar más de cerca y más claramente; justo a mis espaldas. Me torné de frente a la dirección de donde provenía la voz, y ahí estaba, el espectro del Poderoso Naga Sadow.
ESPECTRO DE NAGA SADOW:
«Exur Kan, ha llegado la hora en que encontrarás el verdadero Poder del Lado Oscuro. Hoy será el día en que emprenderás tu camino para obtener particulares tesoros, que le permitirán a los Sith consagrarse con la victoria en esta dura Guerra. La Era Dorada de los Sith no puede acabar, no hay rival que pueda enfrentarse a los poderes del Reverso Tenebroso. Tú serás el encargado de liderar la Orden Sith, desde hoy y para siempre.»
Habiendo escuchado esto, asentí ante tan poderoso ser, y con la cabeza agachada, pronuncié unas palabras. «¿Qué desea de mi, poderoso Lord Sith, que no haya hecho aún? Durante mi mandato, concilié la Orden Sith, combatí la herejía, inculqué la verdadera Doctrina, y mantuve a raya al enemigo, un enemigo derrotado, un enemigo débil e incapaz de hacernos frente. Un enemigo que vive entre las sombras, con miedo a morir por nuestro puño. Durante mi mandato he logrado engendrar poderosos y sabios Sith, capaces de llevar nuestro legado hasta el final de los días. ¿Qué es lo que nos falta, que tú nos puedas otorgar para consagrar nuestra victoria?»
La figura del Lord Sith se dirigió a mi nuevamente, dándome algunas directrices y particulares consejos. «En esta Era Dorada, deberás consumar el poderío y control Sith en el Universo. En este Holocrón se encuentran grandes y poderosos secretros a los cuales muy pocos Sith tienen acceso. Te instruirás de él, y al escudriñar entre mis escritos, hallarás el camino que te conducirá al fin que te propones. La Orden Sith será un Imperio Infinito, un Imperio que gobernará la Galaxia para siempre. Acepta mi ayuda y mis consejos, con él, te será fácil lograrlo.» Habiendo pronunciado dichas palabras, si silueta se tornó brillante. Despidió un brillo tan profundo que me cegó, y nuevamente tuve esa sensación de estremecimiento, que me llevó de nuevo a la habitación de la Orden Sith.
Las instrucciones eran claras, el presagio era contundente y mi voluntad insuperable. En ese momento decidí inspeccionar más a fondo el Holocrón de Naga Sadow, para determinar la veracidad de sus palabras. Rápidamente, y con su Holocrón en mi mano, me dirigí a mi habitación, la cual sería el tabernáculo en el que estudiaría a fondo los secretos de este antiguo y poderoso ser.
Cerré mi habitación con llave, bloqueé las ventanas, y despejé mi escritorio. En él, sólo se encontraba el Holocrón, posado en un sostenedor de oro macizo reposó durante toda la noche... Minutos más tarde de haberlo colocado en mi escritorio, decidí descansar un poco, para iniciar mi travesía al día siguiente. Cambié mi vestimenta por una más cómoda, y reposé durante la noche.
CAPÍTULO II
Me encontraba ya descansando, aún sin poder dormir, estaba descansando. Meditaba sobre lo sucedido, también lo hacía sobre los problemas de la Orden Sith, las discusiones y deliberaciones que había tenido ese mismo día en la Cámara Oscura. Muchas cosas pasaban por mi cabeza, y casi sin darme cuenta, me encontraba dormido, soñando pasivamente. Mi cuerpo se encontraba como suspendido. De pronto, una sensación de miedo invade mi ser, y veo una imágen a lo lejos, que se va acercando a mi de forma fugaz; se dirigía directamente hacia mi mirada, cuando al fin pude reconocerla, ya estaba a una distancia muy cercana; desperté del sueño. Alterado por dicha sensación... Rápidamente me concentré para recordar lo que estaba soñando, y determiné qué era lo que había visto.
IMÁGEN DE MI SUEÑO:
Una vez despierto, comencé a rememorar los hechos suscitados en horas de la noche. De nuevo, mi mente ajetreada, no encontraba la calma para pensar claramente en cada una de las cosas. Rápidamente, miré el reloj y me percaté que ya había amanecido. Era muy temprano en la mañana, mi sueño, a pesar de haber sido corto, fue reconfortante. Me senté en mi cama, y apoyé mi frente sobre mis manos, mientras mis brazos reposaban en mis rodillas. Me concentré y pude apaciguar mis pensamientos. Dí prioridad al suceso con Naga Sadow. Pensé que era más importante que todo lo demás, y casi ni pensé en el sueño que tuve.
Pasados unos minutos, ya me había acicalado y uniformado correctamente. Llamé a través del comunicador al Caballero Vresh Logeish y me senté en mi escritorio, a analizar profundamente el Holocrón que ahí reposaba. Tras suma concentración, logré activar el Holocrón, y de él salió proyectada la imágen de Naga Sadow, que serviría de guía durante mi aprendizaje sobre el mismo.
De pronto, interrumpió mis estudios el Caballero Vresh, quien había sido llamado por mi; rápidamente apagué el Holocrón y con la fuerza desbloqueé la puerta. Tras eso, el Caballero se paró en el marco de la puerta, haciendo una reverencia y pidiendo permiso para entrar. Asentí y entró.
Mis instrucciones fueron breves «Caballero Logeish, convoque a las siguientes personas: Darth Crauell Rain, Guardián Hakhai Tainted, Maestro Lezalit Kan, Caballero Isahad Kan, Caballero Pole Logeish y Aprendiz Cody Kan. Quiero que me encuentren en el Salón de Conferencias 1 inmediatamente.»
―El Caballero, que se mantenía atento a mis instrucciones, asintió mientras me daba la espalda y se retiraba de la habitación.―
Debido a la reunión que había convocado, tuve que postergar el estudio del Holocrón, así que lo tomé entre mis manos y lo oculté entre mis mangas, para luego dirigirme al Salón de Conferencias 1.
Para el momento en que llegué, estaban todos sentados, menos Darth Crauell, quien se encontraba en la puerta esperando a que yo llegara, para anunciar mi arribo. Al entrar en la sala, todos se pusieron de pie en señal de respeto. Me paré en el estrado y comencé a hablar con ellos. «Tomen asiento. Por favor Lord Crauell, usted también. He decidido que iremos al Planeta Yavin IV en una misión especial. Ustedes son el personal que he escogido para que me acompañen a completar este objetivo. Partiremos exactamente dentro de 3 días, en las primeras horas de la mañana. ―Luego de decir estas palabras, me dirigí a Lord Crauell― Será el encargado de que la comisión esté lista para el momento de irnos. Encárguese de que no falten provisiones ni equipo.»
Después de haber hablado, permití que se dirigieran a mi para preguntar detalles sobre la misión. El Caballero Pole fue el primero y único en levantar su mano, pidiendo el derecho de palabra, y se lo concedí. «Señor Oscuro, quisiera saber qué es lo que buscamos en dicho planeta, por qué tan repentinamente debemos acudir a tal misión. Esto me inquieta, pues varios de los frentes requieren nuestra presencia para concretar los objetivos militares. ¿Existe alguna razón de más peso que la propia guerra en la que nos encontramos?»
―A lo que respondí rápidamente― «Sí, Caballero Pole, hay una razón más de peso. Aquí está el secreto del poder ―Dije, mientras descubría el Holocrón que se hallaba bajo mis mangas― con el que ganaremos esta guerra, y he descifrado que debemos dirigirnos al Planeta Yavin IV para poder conseguir dicho poder. Requiero de personas leales como ustedes; leales a mi y a la Orden Sith. Capaces de custodiar este poder. Sería muy peligroso si llegase a caer en conocimiento de una persona imprudente. Peligroso para aquel que intente divulgarlo, obviamente ―Pronuncié mientras sonreía irónicamente―»
Una vez que respondí al Caballero Pole, me dirigí nuevamente al Lord Crauell «Espero que lleguen a tiempo, no quiero retrasos. Nos vemos en el Hangar número 1 en la hora y día que dije antes.»
Una vez concluida la reunión, me dirigí nuevamente a mi habitación, cubriendo entre mis mangas el Holocrón de Naga Sadow, el cual no quería que fuera observado por ningunos ojos imprudentes. Cuando hube llegado a mi cuarto, coloqué nuevamente el Artefacto sobre el sostenedor de oro, y lo activé. Comencé a investigar, a preguntar y buscar información que me pudiera especificar aún más sobre este 'poder'. Aún no sabía de qué se trataba, simplemente intuía que era bastante profundo y complejo, por lo que seguí trabajando mi mente en función de descubrirlo.
Pasadas varias horas de mi revisión al artefacto, por fin llegó a mi mente un dato que me ayudaría a descifrar algunas incógnitas: en mi poder estaba un antiguo pergamino con algunos Secretos de Exar Kun. Rápidamente me dirigí al Salón Presurizado en busca de tal pergamino y lo encontré fácilmente. Una vez hallado, retorné a mi habitación para leerlo. Encontré fascinante la información que se hallaba en él, y tenía somera idea de lo que se trataba este poder que investigaba. Tenía mucho que ver con la Alquimia Sith. Área en la cual había sido instruido por el antiguo Emperador Veek Tainted y el Darth Beleth, quien más adelante sería conocido como Intom. Tal vez ellos ya habían tenido oportunidad de revisar estos artefactos y archivos, y habían mejorado su conocimiento respecto al mismo.
CAPÍTULO III
Los días pasaron y yo me quedé investigando a fondo cada uno de estos dos elementos que albergaban oscuros y poderosos secretos. Sin embargo, era hora de emprender camino y hacer una investigación de campo en el propio corazón de Exar Kun y su legado. Estaba seguro que allí encontraría las respuestas que buscaba.
Tomé mi sable láser y lo coloqué en mi escritorio. Me equipé con mi armadura y encima, como cubriéndola, estaba mi túnica negra con capucha. Tomé mi sable y lo coloqué cuidadosamente en el dispositivo que estaba en la parte interna de mis muñecas, que servía para ocultar mi sable y tenerlo a la mano, similar al usado por Darth Sidious.
Cuando me encontraba listo, tomé el Pergamino con los Secretos de Exar Kun y lo doblé, guardándolo en el interior de mi túnica. Posteriormente, tomé el Holocrón y lo oculté entre mis manos, que yacían juntas mientras caminaba hacia el Hangar 1, donde me encontraría con mi equipo de excursión.
YO CAMINANDO POR LA ORDEN SITH, DIRIGIÉNDOME HACIA EL HANGAR:
Cuando llegué al Hangar, ya el grupo entero estaba esperándome. Sin retrasos, abordamos la Nave que nos llevaría a nuestro objetivo. Mientras subíamos a la nave, me dirigí al Lord Crauell «¿Tiene todo lo necesario para la excursión? Espero que no falte nada. Todo el equipo debe estar completo, debe haber comida suficiente y los recursos necesarios para acampar. Recuerde que nos instalaremos en el interior del Templo de Exar Kun.» A lo que respondió: «No se preocupe, Darth Exur, todo está completo. No falta nada. El Sistema de Comunicaciones está completo, las celdas de energía y la indumentaria necesaria para instalar una cómoda base, están en el interior de la nave. Todo está cubierto.»
Asentí a Lord Crauell y abordé la nave, tomé asiento y esperé a que todos estuvieran listos.
LANZADERA IMPERIAL:
Durante el tiempo que duró el viaje, los tripulantes entrenaban entre sí; Lord Crauell les daba largas charlas, y todo se desarrollaba en completa calma. La Galaxia estaba sumida en guerra, y nosotros estábamos en una misión confidencial. Ni siquiera la Cámara Oscura sabía porqué no estábamos en la Academia. Por eso, tuvimos algunos contratiempos durante el viaje. Sin embargo, los percances con el Imperio Sith, fueron solventados rápidamente.
Cuando ya nos encontrábamos en el Sistema Alcance Gordian, cerca del Planeta Torque, nos encontramos con una nebulosa muy densa, justo frente a nosotros que casi nos arropaba. Para el momento en que el Caballero Isahad Kan, quien venía pilotando, se dio cuenta, ya era casi imposible evitar que nos arropara. Activó la alerta en la nave, y todos nos dirigimos a la cabina del mando.
Una vez allí, nos percatamos de la situación y Lord Crauell, con un tono frío y grave, ordenó que se trazara una trayectoria directa hasta el planeta Yavin IV a partir de su última posición conocida. Debido a la nubosidad los radares nos respondían correctamente, y por tanto no se podía cumplir dicha orden, así que él cerró sus ojos y tomó el control de la nave. Una vez controlada la situación, emprendió rumbo directamente hacia ella.
NEBULOSA SIENDO ATRAVESADA POR LA LANZADERA SITH:
La nave aceleró al máximo, y la logramos atravesar completamente en cuestión de minutos. El Lord Crauell no se había equivocado de dirección, y justo frente a nosotros se hallaba Yavin IV. Descendimos en las proximidades al Templo de Exar Kun, que se encontraba custodiado por algunas tropas de Asalto Imperial, como la mayoría de los planetas y lunas en posesión del Imperio, y nos dirigimos al interior del Templo.
Cuando llegamos, ordené al Caballero Pole Logeish que se dirigiera a la Base Imperial y ordenara a algunos Soldados de Asalto a que ayudaran a desembarcar los materiales que íbamos a requerir, y a que posteriormente dieran resguardo a la nave y nuestra sección de comando a la entrada del Templo de Exar Kun.
TEMPLO DE EXAR KUN:
Al momento en que terminaron los Soldados de Asalto de desembarcar las cosas, ordené al personal reunirse, y procedí a dar las instrucciones «Ya estamos aquí. Les recomiendo descansar, porque en la mañana nos toca una larga jornada. Quiero que todos se preparen para incursionar en el Templo que yace a mi espalda. En este lugar hay oscuros secretos, y aquel que no entre preparado para ver cosas terribles, afrontará una difícil situación. Estamos aquí para investigar, pero no descarten la posibilidad de encontrarse con cualquier percance. Estamos irrumpiendo la tumba de un poderoso y antiguo Señor Oscuro, tengamos respeto y tal vez seamos bien recibidos.»
CAPITULO IV
Ya habíamos arribado a la cuarta luna de Yavin. Estábamos en la entrada del Templo de Exar Kun... La noche había caído y el silencio reinaba entre las oscuras y frías paredes del mismo. A lo lejos, sólo se escuchaba el murmullo de la Tropa Imperial de turno.
Pasada la medianoche, logré conciliar el sueño. Una vez dormido, comencé a sentir como mi cuerpo se congelaba... Era una extraña sensación que me arropó de miedo. El mismo frío impedía que me moviera, con todo afán intentaba zafarme del congelamiento. No podía abrir los ojos. Estaba sumido en un sueño, o más bien una pesadilla.
Pasaron unos instantes mientras seguía forcejeando, y de pronto me encontraba en un lugar muy nublado. Casi no podía ver mis propios pies. Rápidamente, y temiendo por mi vida, tomé dos sables láser y los encendí.
EXUR EN AQUEL LUGAR NUBLADO:
Me encontraba desorientado... Suponía que se trataba de un sueño, pero, estaba consciente de dónde me encontraba, y no podía confiarme en ello, así que me mantuve en guardia.
Me percaté que el suelo que pisaba era húmedo y expelía un extraño olor... Un olor rancio y nauseabundo. Rápidamente orienté uno de los sables hacia abajo, intentando alumbrar un poco el suelo por el que caminaba, y así fue como avancé unos cuantos metros, hasta que de pronto sentí una extraña presencia que me acechaba por la espalda. Aquella presencia se hacía más y más fuerte, hasta que me la sentí casi a mis espaldas; fue entonces cuando me volteé y antepuse mi sable láser, clavándoselo en el pecho a una extraña criatura cuadrúpedo y con enormes dientes que pretendía comerme. Fue entonces cuando se rompió el silencio y múltiples gruñidos y gritos se escucharon tan fuerte que casi me aturdían... La densidad del nublado ambiente se hizo más suave, y mis ojos ya percibían un poco mejor el panorama que me rodeaba.
A lo lejos se divisaba una cortina de feroces y agresivas bestias que me miraban fijamente... ¿Por qué no me atacan, me pregunté? No hube terminado de realizarme esta pregunta mental, cuando más arriba de ellas apareció una silueta humanoide, la cual al parecer portaba una túnica de un color oscuro. Cubierta estaba su cara por la capucha; me fue imposible identificar su rostro.
La silueta estaba ahí observándome, hasta que levantó su mano derecha hacia arriba y rápidamente me apuntó. Fue en ese momento cuando las bestias saltaron hacia mi. Conté unas doce, tal vez eran más.
Sin pensarlo, salté hacia arriba con un giro, manteniendo mi cuerpo de forma horizontal y con uno de mis sables logré dividir el cuerpo de una de las bestias. Esta cayó exclamando gritos de dolor.
Una de las bestias saltó hacia mi, mientras todavía me encontraba haciendo aquella maniobra, y con el otro sable la atajé, y la hice deslizarse por debajo de mi cuerpo con un corte mortal. Eran dos bestias menos.
Cuando caí al suelo, estaba rodeado por una buena cantidad de bestias. Entonces tomé mis dos sables y los crucé en forma de X frente a mi. Las bestias saltaron hacia mi, y separé los sables, uno a cada extremo de mis brazos, mientras brincaba con fuerza hacia el aire. Dos bestias cayeron ante mis sables, siendo cortadas a la mitad de su pecho. En el aire giré de manera tal que mi cabeza quedara hacia el suelo, y de esta forma, mantuve mis sables por debajo de mi cabeza.
Una de las bestias saltó intentando alcanzarme, y rápidamente fue decapitada. Mientras otra, con un salto más fuerte, intentaba chocar de frente contra mi, a ésta la freí con unos potentes rayos de la fuerza. Las bestias habían sido reducidas a la mitad.
Cuando la manada percibió que fueron aniquiladas tan rápidamente, se formaron una al lado de la otra, y dudaron en acercarse a mi. Entonces lancé ambos sables de luz hacia ellos, y los atraje rápidamente con la fuerza. En ese momento cayeron 4 bestias más, y sólo quedaban dos.
Sólo dos bestias se anteponían entre mi y aquella desconocida silueta. Avanzaba lentamente hacia ella, con ambos sables encendidos y a mis lados, cuando vi a los animales echarse al suelo y chillar atemorizados. Cuando hice dos giros a mis sables, ambos salieron disparados en diferentes direcciones, y sus chillidos se escuchaban cada vez más lejos. Sabía que aquel espectro no tardaría en toparse cara a cara contra mi.
SILUETA DE MIS SUEÑOS:
Seguía avanzando cuando de pronto sentí un dolor muy intenso. Tan intenso que me retorcía, y perdí totalmente de foco a aquella silueta... De pronto, sentía como me movían; era el Caballero Vresh Logeish, que extrañado, me despertó de aquella pesadilla.
«¿Qué le sucede, Maestro?» Me preguntó con voz de extrañado «Nada, aprendiz, sólo fue un sueño. Un extraño sueño.» «¿De qué se trata? Lo vi bastante estremecido. Por un momento me preocupé por usted.» «No fue nada. Sólo que era una sensación muy real. Supongo que este lugar causa estas extrañas sensaciones. Vuelve a dormir, recuerda que mañana toca una larga jornada.» «Entendido, Maestro» ―Entonces el Caballero Vresh se recostó nuevamente, y sin mucha dilación se quedó dormido.―
Yo por mi parte, luego de esa pesadilla, perdí las ganas de dormir. Entonces me levanté y decidí revisar mi material y equipo... Una vez revisado, salí a supervisar que los Soldados Imperiales se encontraran en sus sitios, y me senté en una roca, a observar el cielo y las estrellas... Pensando y analizando en los extraños sucesos que estaba teniendo lugar en mi vida.
CAPITULO V
Con los primeros rayos de sol, Lord Crauell Rain ya se encontraba despierto y dando instrucciones... Fue el supervisor del relevo de la guardia por parte de las Tropas Imperiales, y el despertador de la excursión Sith. Al poco rato de escuchar el alboroto que este armaba, se acercó a mi y me habló.
«¿Cómo se encuentra, Darth Exur? Ayer escuché sus palabras con el Caballero Vresh. ¿Está seguro de lo que estamos haciendo acá?»
«Efectivamente, estoy muy seguro de nuestra labor acá, sólo fue un mal sueño y no quiero alarmar a nadie. Encárguese de que estén preparados porque incursionaremos en el Templo, y no quiero que a partir de este suceso, se pierda la confianza.»
«Entendido Darth Exur.»
Cuando Crauell Rain se retiraba al interior, a reunirse con los demás, yo le seguí y entramos al Templo... Cada uno llevaba una antorcha que servía para alumbrar el camino. Todo estaba muy oscuro y muy calmado... Era evidente que hacía mucho que no pasaba algo vivo por ahí -o eso aparentaba-.
Comenzamos en una gran habitación que servía de lobby para el Templo. Sin embargo, a medida que avanzábamos, nos dimos cuenta que el camino se hacía más y más estrecho... Durante el recorrido, pudimos percatarnos de varias paredes con jeroglíficos en Idioma Sith y otros netamente ilustrativos. Al poco rato de caminar, nos encontramos con una puerta. Esta estaba cerrada -sabíamos que era una puerta por el marco que la rodeaba- y sin dudarlo, el Caballero Isahad Kan exclamó «¿A qué esperamos? Pasemos a través de ella.» y arremetió con fuerza hacia la puerta. Cuando vi esta acción me apresuré a levitarlo con la fuerza, dejándolo moviendo sus pies como si aún estuviera corriendo... Cuando este se percató, sólo pedía disculpas por su tontería. «No hables más... No hace falta que te disculpes. Sólo procura pensar antes de actuar, y consultar antes de hacer... No podemos destruir nada de lo que nos rodea. Es un Templo muy antiguo, y alberga grandes secretos. Todo podría ser de utilidad.»
PRIMERA PUERTA DEL TEMPLO DE EXAR KUN:
Al poco rato de haber observado la puerta, y con mucha concentración con la fuerza, logré observar ciertos símbolos que se me hacían conocidos... Me acerqué a ellos y toqué uno por uno, sin un orden específico (o eso observó la mayoría) y cuando hube terminado, la puerta se estaba abriendo ante nosotros.
Al entrar en la cámara unas antorchas se encendieron, y al fondo se encontraba un gran altar, en el que reposaba una especie de pergamino... Todos se miraron la cara a la cara, asombrados, pero yo mantuve mi mirada fija en dicho pergamino. Avancé poco a poco hasta él, y sin pensarlo, lo tomé... Lo observé cuidadosamente, y en él pude ver unas imágenes... Como si de un plano se tratase.
IMAGEN MÁS COMPLETA DEL PLANO DEL PERGAMINO:
Cuando observé esta imagen, no dudé de lo que se trataba. Era el auténtico plano de la Esfera de Meditación Sith... Entonces revisé los rodillos del pergamino y en sus cuatro lados estaba aquel símbolo que vi en el Holocrón de Naga Sadow. ¡Era auténtico!
Sólo me preguntaba por qué estaba en el Templo de Exar Kun... Aunque todo tenía relación, si Naga Sadow era quien me había enviado aquí. Entonces observé debajo del Altar, y estaba escrita la siguiente frase: —El Futuro es ahora—
Mientras yo observaba el pergamino, y leía la frase que estaba escrita, los demás miembros de la excursión estaban revisando cada rincón de la habitación. Por desgracia, era el único objeto que en ella se hallaba...
Decidimos seguir avanzando hacia el interior del Templo... No fue mucho lo que avanzamos, y nos topamos con otra puerta... Esta vez estaba abierta. Al fondo se observaba otro altar, esta vez este era más grande, mucho más grande... Se podían ver restos de sangre en dicho altar. Era evidente que se usaba para hacer sacrificios. La habitación estaba desolada, sólo unos pocos huesos de diferentes tamaños y tipos estaban esparcidos por el suelo sucio. Nada nos sorprendió de dicha habitación y continuamos nuestro camino.
Seguimos avanzando y nos topamos con una división de caminos... Ninguno podía ser diferenciado, pues los 3 estaba arropados por la oscuridad, y era imposible ver más allá de unos pocos metros. Tras una corta deliberación, decidimos ir por el centro.
Al avanzar, llegamos a un pasaje, en el cual se podía observar muy claramente el paisaje: estábamos rodeados por lava ardiente. Sólo podíamos avanzar por un estrecho puente de rocas talladas. Uno tras otro avanzamos hasta terminar el pasaje.
Yo iba a la cabeza, y cuando terminamos de pasar, justo detrás de mi se estaba cerrando muy rápidamente una puerta... Esta descendía, y los Sith se quedaban detrás. El Caballero Pole Logeish al percatarse de la situación rodó deslizándose justo por debajo de la puerta, y ambos quedamos atrapados tras ella. Por mi negativa ante deñar las estructuras del Templo, el grupo que se quedó tras de nosotros, corrió rápidamente para intentar buscar otro camino.
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Fin del capítulo.
CAPÍTULO VI
Tras haber acordado en que el resto del grupo trataría de buscar otro camino, decidimos internarnos en la mazmorra del Templo.
El Caballero Pole me miró y dijo: «Definitivamente este Templo alberga poderosos secretos... ¿Usted cree que somos bien recibidos? El Señor Oscuro Exar Kun no estaría tan complacido de compartir sus secretos con nadie.» Entonces yo respondí «Estamos aquí por una razón. Tal vez nos está probando a ver si somos dignos de conocer sus secretos.» Dicho esto decidimos avanzar.
Tras unos pocos pasos, otro evento nos sorprendía: el lugar comenzó a iluminarse poco a poco hasta quedar casi totalmente alumbrado. En el gran salón predominaba una especie de baúl que se hallaba en el medio. A los lados, dos grandes marcos, precedidos por unas escaleras, imposible de observar el comienzo de ellas.
Rápidamente nos dirigimos al medio, y observamos el baúl. Este era particularmente llamatorio, pues tenía en su parte superior una gema tal vez de gran valor. No había manera de abrirlo, parecía herméticamente cerrado. ¿Cómo era posible que un baúl de piedra estuviera sellado de esta forma? Entonces puse mis manos encima del mismo, intentando percibir algún tipo de pista que me ayudara a abrirlo; a ambos nos carcomía la curiosidad por conocer el contenido de dicho baúl.
No duró mucho mi inspección, cuando sentí una perturbación en el ambiente; pronto esa perturbación se convirtió en gruñidos y fuertes sonidos que provenían de los dos marcos con enormes escaleras.
Ordené al Caballero Pole: «Dirígete a aquella puerta ―dije señalando la puerta izquierda― y destruye todo lo que se mueva.» eufóricamente me respondió «Entendido Darth Exur.» y corrió a la puerta sin rechistar. Se colocó en guardia y aguantó.
Entonces yo corrí a la puerta de la derecha con un sable encendido. Y esperé a que comenzara la acción...
Pasados unos segundos se observaba a lo lejos una temible cantidad de ojos rojizos que aseguraban la presencia de varios animales: tal vez los mismos con los que luché en mi sueño. Estos corrieron rápidamente hacia mi, y comencé a luchar uno por uno.
A medida que se iban acercando iban siendo atravesados o cortados por mi sable. Era mucha la celeridad y la precisión con que manejaba el sable. Sin embargo, también eran muchos las criaturas que se me acercaban... En un momento me preocupé por el Caballero Pole y volteé a verlo: este no tenía mayor problema para combatirlas, estaba demostrando un gran manejo de sable. Una suerte tenerlo a mi lado para combatir...
Las criaturas seguían viniendo y seguían muriendo, aún así, la cantidad tan vasta nos obligaba a replegarnos y retroceder. Tanto así que llegamos a estar tan cercanos que casi chocábamos nuestras espaldas... La única vía de escape era seguir avanzando hacia el fondo del recinto, en el cual había una larga escalera. Poco a poco fuimos subiendo las escaleras, con una cantidad enorme de criaturas a nuestras espaldas, acechando y buscando un punto flaco para devorarnos.
EXUR LUCHANDO CONTRA LAS CRIATURAS:
Fue entonces cuando al terminar de subir las escaleras, observé la misma extraña silueta que en mis sueños había visto. Esta vez estaba ahí frente a mi. La capucha ocultaba en la oscuridad su rostro, y me era imposible determinar su identidad.
Entonces me dirigí al Caballero Pole «Cubre esta escalera; procura que ninguna criatura pase con vida.» y corrí hacia la silueta, y pretendí atacarla con furia.
Antes de yo acercarme, esta descolgó una enorme hacha y pensé ―qué tonto por sacar esta arma ante un sable láser― así que dirigí mi ataque hacia su arma. Estas chocaron como si de dos tubos de acero se tratase. Ninguna logró hacer daño a la otra. Rápidamente entendí que esta arma estaba alterada por algún tipo de brujería o hechizo, y que sería más difícil de derrotar a esta persona de lo que imaginé.
Dirigí varias estocadas, y uno tras uno fueron detenidos por su enorme hacha. Entonces se dirigió a mi con una voz gutural diciendo «No defraudaré al Maestro.» ―tal vez temiendo de mi poder―
Su afinidad con la fuerza no eran tanta, entonces despedí unos rayos de la fuerza, a lo que antepuso su hacha. Consumiendo la energía de estos; y fue cuando aproveché para lanzar fuertes estocadas a sus piernas, que se encontraban descubiertas.
Cuando se percató de la situación, intentó saltar, pero reaccioné rápidamente y desvié el ataque hacia un poco más arriba, como intentando atajarle una pierna y logré cortar levemente la parte superior de su pierna. Por desgracia la cortada no llegó al hueso, por lo que el individuo pudo seguir luchando...
Entonces seguimos intercambiando ataques. La pelea se puso intensa, pues la destreza de este individuo con el hacha era tremenda, y me obligaba a saltar por los aires para evitarlo...
Mientras tanto, el Caballero Pole comenzó a tener problemas con las bestias, pues una aún más enorme comenzó a luchar con él. Mientras las demás observaban el duelo, rodeándole, la más grande luchaba con el Caballero. La destreza de este animal era tanta que lograba esquivar los cortes del Caballero. Sin embargo, este también evadía feroces mordeduras. Ninguno de los dos lograba asestarse un ataque...
EXUR LUCHANDO CONTRA EL MISTERIOSO GUARDIÁN:
Yo seguía en mi duelo contra aquella figura aún sin nombre, y el intercambio de ataques era tremendo. Cortes esquivados con saltos por aquí, rayos de la fuerza bloqueados por allá... De pronto salté ágilmente hacia mi enemigo, y chocamos fuertemente nuestras armas. Ambos hacíamos enorme fuerza para intentar derribar al contrario. Entonces lo empujé con la fuerza y este chocó con un pilar de piedra que estaba en el corredor de arena y trozos de piedra, que alguna vez fungieron de pilar, estaban en el suelo. Los escombros de aquella parte de la estructura me causaron pesar, pues aún mantenía mi postura de no dañar la estructura.
No tardó en ponerse de pie, y lentamente me acerqué a él: a medida que yo avanzaba, este retrocedía. En un momento que llegué a la altura de los escombros, comencé a levitar una de las piedras, la más enorme, y la mantuve en el aire. Moví mi mano, y esta comenzó a girar en el aire y de pronto la envié con mucha fuerza directamente hacia el enemigo, que se quedó parado.
Detrás de la piedra, y con gran velocidad, iba yo. La piedra servía de camuflaje, y para este, era imposible determinar que yo estaba detrás de la piedra. Entonces decidió desviar la piedra con la fuerza, y se sorprendió al verme tan cerca de él.
Ya era tarde, no había nada que hacer... Su hombro fue atravesado por mi sable. No era una herida mortal, pero sí suficiente para inhabilitarlo del combate. Este, aún tendido, logró tomar su hacha, y apoyado en esta, se puso de pie. Era inútil: cuando intentaba empuñarla, sus brazos perdían fuerza, y lo obligaban a soltarla... Entonces agachó su cabeza y me dijo «He fallado al Maestro. Mátame, no pretendo suplicar por mi vida.» y respondí «No pretendo destruirte, Guardián. Sé que tienes el poder de controlar a esas feroces fieras. Te ordeno que las detengas.» Y fue entonces cuando con un movimiento de manos, las fieras se detuvieron y comenzaron a replegarse entre las sombras.
El Caballero Pole Logeish se acercó a mi ―Se le notaba bastante cansado― y me dijo «Labor cumplida, Darth Exur»
Le miré y le asentí. Luego dirigí mi mirada hacia el derrotado Massassi ―quien después de la estocada final reveló su rostro, y pude determinar que lo era―
«Eres un buen y leal Guerrero. Sin embargo, ¿a quién eres leal?»
«Soy leal al Maestro»
«¿Y quién es tu Maestro?»
«El poderoso Señor Oscuro Exar Kun» ―Dijo con mucha seguridad―
«¿Cómo es que sirves a un espíritu?» ―Me preguntaba―
«No tengo deseos de responder ni esa ni más preguntas. Ahora, acaba con mi vida.»
«No pretendo asesinarte. Pero te aseguro que existen peores castigos que la muerte» ―dije sonriente―
«No me importa. Soy capaz de sobrevivir a cualquier castigo siempre que este sirva y complazca a mi Maestro»
«Estoy aquí por un motivo, y fui llamado por tu propio Maestro. Así que servirlo a él, es servirme a mi. No pretendo convencerte de ello, pero te aseguro que es así. Ahora, tengo planes para ti, y espero que respondas a mis ordenes. Atrás dejamos un baúl y quiero que me ayudes a abrirlo. Estoy seguro que sabes cómo.» -entonces me dirigí al Caballero- «Tráelo»
Obediente, levantó al guerrero y le obligó a seguirnos... Fuimos a las escaleras y las bajamos hasta llegar al baúl. Una vez ahí, le ordené nuevamente que lo abriera.
«Si logras resolver el acertijo te seré leal. Pues sabré que realmente fuiste llamado por el Maestro.» -escuché atentamente sus palabras, y continuó- «En este baúl se encuentran los tesoros de mi Maestro. El mismo está sellado bajo la supervisión del mismo Exar Kun. Si logras abrirlo por ti mismo, cumpliré mi palabra.»
Por un momento me olvidé de lo que pensaba sobre conservar el Templo, y encendí mi sable láser y arremetí contra el baúl. Sin embargo, este ni siquiera fue dañado.
-El guardián soltó una carcajada y dijo- «De esta manera no conseguirás llegar al tesoro. Hay poderes que van más allá de la fuerza bruta.»
Lo miré con algo de ira, y desvié mi mirada nuevamente hacia el baúl. Tras unos segundos, coloqué mi mano encima del mismo, y me concentré profundamente.
Percibí la composición exacta del mismo, y noté que no era más que un baúl de piedra común. Pero estaba sellado con un poderoso hechizo, tal vez origen Sith. Abrí los ojos, apagué mi sable láser y lo colgué al cinturón; poniendo mi otra mano encima del mismo baúl.
Tras varios minutos de estar enfocado en el poder de la fuerza, se comenzó a sentir tensión en el ambiente. Emané una fuerte brisa en el lugar, y tanto el Caballero Pole Logeish como el guardián observaban sorprendidos tal hecho. Una vez cesada la brisa, observé al guardián y sonreí para posteriormente clavar mi puño por encima del baúl. Esta vez, el mismo cedió ante la fuerza.«»
El hechizo estaba roto, y el baúl era vulnerable a mi. En él, se encontraba un sable, y unas piezas metálicas que parecían una Armadura incluida una capa de color morado. Observé y revisé con codicia cada una de las piezas que se encontraban ante mi.
SABLE FALSO Y ARMADURA AUTÉNTICA DE EXAR KUN:
Al tomarlas, sentí el gran poder que había en dichas piezas. Decidí entonces ponérmelas y así completar la Armadura de Exar Kun.
En una de las hombreras se encontraba el símbolo característico al poderoso Señor Oscuro; y por el poder que se percibía, estaba seguro que me encontraba ante la auténtica armadura del Señor Oscuro.
Entonces, terminé de colocármela y observé el sable láser. Entonces lo tomé y admiré.
Ambos observaban atónitos la escena.
Luego, encendí el sable, y todo cambió para mi. Tras haber presionado el botón de encendido, un aura brilló de mi ser, y me sentí fuera de foco. Lo que pasó ahí, lo supe después, cuando el Caballero Pole me describió la escena.
Mi realidad era que me encontraba en un amplio salón, oscuro y tenebroso. Con suelo de granito pulido. Con hermosas paredes adornadas por símbolos característicos de los Sith. Al fondo de la habitación había un gran trono, y en él, un personaje conocido para mi. El poderoso Señor Exar Kun.
CAPÍTULO VII
Estaba impactado por aquella escena. Nunca imaginé tener frente a mi a este Poderoso Señor Oscuro. Sin embargo, a pesar de la admiración que sentía, estaba acá en busca de conocimiento y si no me era concebido por las buenas, debía ser por las malas.
Rápidamente noté que el sable que había tomado en mis manos, no era más que un objeto de traslación, el cual permitiría a mi alma entrar en trance, y hacerme vulnerable a una posesión. Sin embargo, en mi cuerpo yacía mucho poder y no iba a ser fácil para aquella entidad tomar mi cuerpo como recipiente.
Entonces me dirigí a él:
«Sé quien eres. Te reconozco. Intuyo que tú también sabes quién soy y qué busco. Así que, no dilatemos esto, y dame lo que vine a buscar.» ―Dije desafiante―
«Eres arrogante. Eso podría ser una ventaja o una desventaja. El lado oscuro es poderoso en ti, si fueras otra persona, ya habrías caído ante mi poder.» ―Respondió Exar Kun―
En ese momento intenté tomar mis sables láser, pero no podía alcanzarlos. Lo único que tenía conmigo, era la Armadura de Exar Kun; ni siquiera los ropajes con los que vine a esta excursión. Y aquel sable, al trasladarme, había desaparecido de mis manos. Al parecer, estaba en poder del Señor Oscuro.
Entonces me concentré y observé el panorama cuidadosamente, intentando buscar un arma con la que defenderme en caso hostilidad. Sin embargo, no lograba hallar nada a mi alrededor. Estaba desarmado.
Por suerte, para un Sith el sable no es su única arma.
Entonces el Señor Oscuro Exar Kun me miró nuevamente y me dijo:
«Has respondido a mi llamado. Agradezco tu lealtad; ahora, entrégate a mi. Sé el recipiente de tu Señor Oscuro y permíteme completar mi obra. Con tu cuerpo, dominaré de nuevo la Galaxia.»
Sonreí y me coloqué en posición defensiva. Observé Exar Kun y le dije:
«No. Si lo quieres, quítamelo.»
Así fue como dio inicio a la batalla...
El Señor Oscuro sacó un sable de doble hoja de color morado, y saltó con fuerza hacia mí. Entonces tomé impulso y salté hacia atrás, quedando por encima de él. Posteriormente envié fuertes ondas de energía que le empujaron hacia abajo, cayendo boca a bajo en el suelo.
Gracias a la fuerza emergida para empujarlo, me impulsé más fuerte y caí lejos de donde había caído Exar Kun.
Volví a adoptar mi postura, y esperé que se levantara.
«Bien, bien... Demuestras tener buen control de la fuerza. Pero aún no es suficiente para derrotarme. Hace falta más que pasión para destruirme.»
Entonces saltó con mucha ira hacia mí, y casi sin darme cuenta ya estaba estampado contra la pared de atrás. Fue tan fuerte en golpe, que se agrietó la misma.
Al ver esto, espabilé rápidamente, intentando recuperarme del golpe. Me acerqué lentamente a él y con la fuerza le intenté elevar. Era muy pesado, me era casi imposible levitarlo. Sin embargo, logré subirlo poco más de un metro, y salté de frente con una patada y se la pegué en el pecho, pero este cayó de pie y se rió, mofándose de mi intento por atacarlo.
Luego emergió poderosos rayos de la fuerza hacia mi, que logré canalizar a través de mis manos. Sin embargo, era tanta la energía que fluía de esos rayos, que me obligó a expulsarlos, causando una explosión que me bombeó hacia atrás nuevamente... Rodé por el suelo, cayendo muy cerca de la pared.
Se acercó a mi con una imponente mirada; yo le observaba mientras aún estaba tendido en el suelo... Entonces antepuso su sable y corrió con mucha velocidad hacia mi. Me di cuenta que estaba en dificultades, y con mucha fuerza logré saltar, esquivando la estocada, la cual provocó que chocara su sable contra la pared. Nuevamente le empujé con la fuerza hacia abajo, lo que le causó un leve empuje en el suelo. Tanto así, que se podía observar la huella de su zapato marcada en el duro mármol tras dicho empujón.
Esto me sirvió para recobrar un poco la energía, que poco a poco iba disminuyendo...
Volvió a tomar su sable entre manos, y lanzó varios cortes dirigidos hacia mi; los cuales logré esquivar con mucho reflejo y rodando por el suelo. Entonces quedé de rodillas, y con la cara agachada, a una distancia considerable de mi enemigo.
Cuando iba a comenzar a hablarme, corrí con la fuerza a una velocidad impresionante, de tal forma que logré llegarle antes que pronunciara una sola palabra; le empujé con gran poder, empotrándolo en la pared. Estaba muy pegado a él, y formé intensas bolas de energía en mis manos, las cuales empuñé y comencé a golpearlo en el pecho una y otra vez.
Escuchaba como este contenía el aire tras cada uno de los golpes. Entonces atraje su sable y lo empuñé en mis manos. En ese momento sentí el gran poder que yacía en dicho sable, y con la misma fuerza de los puñetazos, lancé un corte directo a su cuello, con la intención de decapitarle. Entonces él posó mano derecha muy cerca de mi pecho, y emanó gran poder, que me empujó de tal forma que me fue imposible sostener el sable, y este cayó justo frente a él, mientras yo salía disparado en la otra dirección.
Mientras volaba por los aires, observé el techo del recinto, y me concentré en su lectura.
Pude interpretar la siguiente frase:
«Mi espíritu vivirá por siempre... ¡POR SIEMPRE!»
―Exar Kun―
En ese momento recordé algunas cosas que había estudiado del Holocrón de Naga Sadow sobre la Alquimia y la Hechicería Sith en el que explicaba métodos para absorber la esencia de un espectro, así como dotar de vida a un espectro, haciéndolo más poderoso o en su defecto, debilitarlo.
Entonces, en toda mi concentración, logré caer de pie en el suelo, y usé la fuerza para acercarme a este nuevamente, esta vez comencé a emanar energía de mis manos directo hacia su cabeza. Su espíritu comenzaba a difuminarse y este comenzó a pronunciar palabras y gritos de forma que no se le entendía. Era como si se le escuchara distorsionado... De pronto me empujó con la fuerza y no pude seguir concentrado en dicho poder. En ese momento me sentí revitalizado. Era como si la energía hubiese vuelto a mi de forma repentina.
Se notó en los ojos de Exar Kun la ira que sentía y comenzó a lanzar rayos de la fuerza directo hacia mi, y yo salté evitándolos, pero este saltó con fuerza e intentó clavar su sable láser directo en mi pecho; entonces concentré gran energía oscura y antepuse la palma de la misma, impidiendo así que traspasara mi pecho.
Cuando hice esto, usé la otra mano y le empujé, alejándolo de mi. Tras él, salté con mucha fuerza y aproveché la energía que aún se encontraba en mi mano para clavársela en el pecho de tal forma que destrocé la armadura que llevaba puesta y dejé expuesto el pecho, herido y sangrando el mismo.
Entonces salté hacia atrás para poder observar mejor el panorama, y quedamos uno frente al otro.
Una mirada profunda de parte de ambos... Se notaba la ira que tenía él, y lo exhausto que yo estaba.
Corrimos fuertemente uno hacia el otro, él con su sable fuertemente tomado y yo sin nada más que mis puños. Entonces un aura oscura rodeó mi puño y continué mi carrera. Él antepuso su sable láser y yo con mi puño derecho logré desviarlo, descubriendo su pecho y asestándole semejante puñetazo que lo envié fuertemente hacia atrás; tanta fue la fuerza empleada en aquel golpe, que soltó su sable láser en el suelo y abrió una tronera.
Parecía que todo había acabado. Tomé el sable láser de él, de doble hoja y me acerqué caminando con pasos largos hacia el sujeto que se encontraba muy debilitado.
Entre murmullos dijo:
«Soy el más grande de los Señores Oscuros de los Sith. Soy Exar Kun. Tu poder es grande, Exur, pero yo viviré por siempre y para siempre.»
Entonces me puse muy cerca de él y le atravesé el pecho con su propio sable; para mi sorpresa, en el momento en que iba a acabar con su vida, toda su silueta se convirtió en una densa nube negra, que con rapidez se dirigió directo hacia mi cabeza, entrando por mis ojos, los orificios nasales y orejas. En ese momento no pude contener el dolor y comencé a gritar. Pensé que era mi fin, pensé que había sido derrotado.
Era el aura, la esencia del antiguo Señor Oscuro que se había unido conmigo, eramos dos personas en un cuerpo, eramos un solo ser. Era yo quien comandaba... Tenía a mi disposición los recuerdos, los conocimientos, la fuerza, la energía y el poder de este poderoso sujeto. ¿Por qué? Supongo que decidió unirse a mi para vivir por siempre, para reinar y liderar el Imperio Sith a través de mi. Tal vez mi poder era más grande que el suyo y por temor a morir, decidió unirse a mi. Sin embargo, mi cuerpo no soportaría tanta energía acumulada, sólo yo podía resolver este conflicto, de la manera que sólo un Sith puede hacerlo. Canalizar el poder y llevar la devastación a nuestros enemigos, llevar la muerte a todos aquellos que osaran a enfrentarse al Imperio. Destruir a los Jedi y todo ser vivo para asegurar la supremacía de los Sith. Sí, esa era mi misión y por fin, después de este PACTO DE ALMAS (Convenant of Souls) pude entenderlo.
Cuando desperté, estaba levitando por los aires en el Templo de Exar Kun, y veía todo con ojos diferentes. Observaba las cosas como si de un 'deja vu' se tratara. Podía encontrar el significado de todos y cada uno de los escritos, conocía todos los pasadizos, trampas y secretos que estaban en el Templo. Sentía que había sido y yo el que había construido dicho Templo. Podía recordar haber vivido las cosas que había leído sobre Exar Kun en carne propia.
Sentía gran emoción de mi nueva condición. Veía lo mismo, todo con otros ojos. Sabía que dentro de mí se albergaba un gran poder. Aquel poder al que le temíamos al entrar en este templo, ahora era controlado por mi. Me sentía como en casa.
Entonces descendí al suelo, y el Caballero Pole Logeish y el Guardián Reiv Savras. A quien había dotado de inmortalidad a través de la alquimia Sith hacía muchos años, y había encargado de custodiar mi Templo por sobre todas las cosas (o eso era lo que recordaba, atribuido a mi nueva condición) le tomé por el hombro y le dije: «Me has servido bien.»
Extrañado me miró y sin pensarlo se arrodilló y agachó su cara en señal de respeto. Entonces le dije: «Levántate. No hay mejor forma de demostrar el respeto que siendo leal. Y eso has sido. Tu lealtad será recompensada, amigo mio.»
Entonces se puso de pie y el Caballero Pole Logeish me miró sorprendido... Pude percibir en él algo que nunca había sentido en nadie. Tal vez porque era el primero... Una gran concentración de la fuerza, percibí que era alguien con un gran futuro, y de esta manera le miré y me dirigí a él.
«Eres un gran servidor del Lado Oscuro. Tu poder ha sido demostrado y te has ganado el título de Guardián Sith.»
Dicho esto, me dirigí hacia el trono del fondo y empleando la fuerza lo desplacé a un lado. Había una Cámara secreta y un pequeño cofre. Lo cogí con mi mano izquierda, y la derecha la puse encima de este, tras concentrar energía en la mano, tomé la tapa con tanta fuerza que la despegué. Una vez hecho, saqué de su interior un Holocrón.
HOLOCRÓN DE EXAR KUN:
Lo observé con nostalgia, casi recordando como había elaborado dicho Holocrón... Entonces lo tomé y lo guardé en mi túnica, bajo la armadura.
CAPITULO VIII
Con el Holocrón en mi poder, y puesta la Armadura de Darth Exar Kun, me retiré por donde habíamos entrado... El recién ascendido Guardián Pole y el Massassi Reiv me siguieron apresurados. Cuando llegué a la puerta en que había perdido contacto con la excursión, no pude evitar soltar una carcajada. Hice un movimiento con ambas manos que apuntaban a la puerta y esta se levantó nuevamente.
En eso, me concentré y establecí un vínculo mental con Lord Crauell Rain, indicándole mi ubicación. Al final, ellos estaban desubicados, de tanto buscar, habían perdido el rumbo. Di instrucciones al Massassi Reiv de que buscara a Lezalit Kan y a Vrenomize Logeish, quienes se encontraban al parecer perdidos. Ya que se habían separado para buscar una entrada alternativa al sitio en que yo me hallaba.
Después de reunirme con Lord Crauell Rain, y de contarle un poco sobre lo sucedido, y el porqué de mi nueva apariencia y mi nueva forma de hablar, de expresarme, de dirigirme hacia ellos y lo bien que reconocía cada esquina de este templo, entonces lo comprendió y hasta se sorprendió.
Nos reunimos en la entrada del Templo, donde se encontraba una escuadra de la infantería imperial, quienes custodiaban el campamento. De esta forma, ordené que se acercaran a mi para comentar un poco sobre la situación: «Hemos encontrado lo que veníamos a buscar. Vine a buscar respuestas, conocimiento, y lo he encontrado... Incluso, más de lo que pretendía. Además, hemos encontrado a un sujeto, el Guardián de este Templo ―aquí comenzaron todos a murmurar― y se ha unido a nosotros. Se ha unido a nuestra causa. Ya no tiene nada que custodiar. Hoy, luché con el propio Señor Oscuro Exar Kun, y lo derroté. De esta forma, he obtenido el conocimiento necesario para desatar un arma que acabará con nuestros enemigos para siempre. Reuniré y crearé un Ejército Massassi, y los enviaré a la batalla contra los Vong. De esta forma ganaremos, para proclamarnos el Imperio Infinito. Un Imperio que para siempre dominará la Galaxia.»
Algunos me observaron sorprendidos, otros maravillados. Pero sin duda para todos era una grata noticia... Cuando hube terminado de expresarme, noté que al fondo venía el Guardián Massassi junto con el Caballero Vrenomize y el Maestro Lezalit... Al parecer, ya intuían algunas de las cosas que les había contado al resto de la excursión. Se me acercaron y me preguntaron sobre lo que había sucedido, y expresaron su preocupación al saber que estábamos aislados de ellos. Le respondí que le preguntaran a sus compañeros, de forma que no me siguieran molestando.
Me di media vuelta, y mientras me alejaba, dije: «¡Nos vamos!»
Me acerqué al Teniente, jefe de la Escuadra Imperial, y le dije que podían retirarse y le agradecí por no haber abandonado su puesto. Mientras hablaba con él, escuché una voz que dijo «No hemos terminado aquí.» Por un momento pensé que tendría conflictos con el espíritu que alojaba en mi cuerpo, pero rápidamente percibí una sensación y una ubicación en el Templo. De esta forma volví a dirigirme a la excursión y ordené: «Lleven todo el equipo a la nave y esperen a que vuelva. Lord Crauell, Guardián Reiv, Caballero Vrenomize y Maestro Lezalit, síganme.»
Entonces nos dirigimos a la fragosidad de los bosques del planeta, internándonos poco a poco. No sabía a donde iba, me guiaba la intuición. Mientras avanzábamos, hablé con el Guardián diciendo: «Tengo una importante misión para ti. Como sabrás, soy el Señor Oscuro del Imperio Sith. El Imperio abarca muchas entidades, muchos planetas y excesivas cabezas a las que debo guiar. Es por eso que no podré guiar a este Ejército por mi mismo. Debo contar con alguien, contigo, para que sirva de líder. Me serviste bien hace muchos años cuando te doté de inmortalidad, ahora, tu misión es otra. Una mayor. Una que traerá la paz al Imperio, de una vez por todas. Nos dirigimos hacia un Templo que fue sumido en la tierra como acto desesperado por proteger las reliquias y poderosos artefactos pertenecientes a tu raza. Desenterrarás el Templo, y con mi ayuda, crearemos un Ejército Massassi. Capaz de llevar la muerte y la destrucción a nuestros enemigos. Eres tú y sólo tú quien servirá como mis ojos y mi puño. Dotaré al Planeta de provisiones, les facilitaré naves de carga para tu especie. Para que puedas trasladarlos al enemigo.» «Sí, Señor Oscuro» dijo el Massassi «Además, adoptarás una nueva identidad. La Historia relata la existencia de un poderoso líder Massassi. El magnífico Rey Adas. Esa es tu nueva identidad. Fingirás ante todos ser el Rey Adas, de esta forma te servirán mejor. No tienes que demostrar tu poder y aniquilar a tus hermanos, la historia ya te dio el mérito para liderarlos» dije mientras soltaba una leve carcajada «Entiendo, Señor Oscuro»
Cuando llegamos a un amplio sector en el que no había absolutamente ningún árbol, una llanura, nos detuvimos. «Hemos llegado.» Todos observaron extrañados, pues no había más que hierba y maleza en donde nos encontrábamos. «Debajo de nuestros pies, está un Templo Massassi. Dotado de un gran arsenal y las instalaciones apropiadas para alojar al Ejército.» Lord Crauell sonreía, mientras que el Caballero Vrenomize y el Maestro Lezalit estaban totalmente extrañados «Apártense» dije mientras abría los brazos y me preparaba.
Cerré los ojos, y me concentré... Apuntando mis manos hacia el centro de aquella planicie. La concentración era tal que se podía percibir en el ambiente un gran poder. Asimismo, a medida que corría el tiempo, se comenzaba a percibir un movimiento de la tierra. Se sentía como un temblor. Poco a poco se iba incrementando la fuerza de este... Cuando ya era muy agudo, se comenzó a abrir la tierra frente a nosotros, y una cúpula, una torre, comenzó a salir de allí. Poco a poco fue saliendo hasta que en la base de la torre se pudo observar una puerta. Me detuve, y me acerqué a la misma. Con la mano, hice seña de que me siguieran y así lo hicieron.
Bajamos unas largas escaleras, que llevaron a un salón con otras tantas puertas. Con un movimiento de manos, se encendieron un montón de antorchas que se encontraban dispuestas en dicho salón. De forma que le dije al Massassi que era tiempo de desplegar nuestro poder.
Dándonos la espalda el uno al otro, me dirigí a los Sith: «Vamos a crear guerreros de la especie Massassi. Algunos tal vez se tornen violentos después de la creación, es su deber obligarlos a obedecer.»
Entonces ambos nos colocamos en una posición específica, con ambas piernas separadas y las manos juntas, justo frente a nuestra cara... Nos concentramos profundamente, y comenzamos a invocar rituales capaces de crear vida; diferentes movimientos dieron lugar a una pequeña canica roja, tan pequeña como un botón de sable láser. Poco a poco esta canica fue incrementando su tamaño, y se podía observar el desarrollo tan veloz de aquel feto; ya era reconocible que un humanoide estaba siendo creado. Así, fueron saliendo sus brazos y piernas, que comenzaron siendo pequeñas protuberancias. Poco a poco fui moldeando su morfología, su composición química y anatómica al punto que el cuerpo ya era más alto y grande que yo, con grandes brazos, musculosos y fornidos, pero aún sin vida... Era sólo un saco de carne y huesos. Entonces, concentrándome más aún en aquel procedimiento, se iluminó mi mano, y tres cúmulos de poder fueron lanzados directamente a su cabeza. Cuando el tercero impactó en su cabeza y desapareció, la criatura despertó. Un grito profundo tal vez de dolor o de miedo, no podría identificarlo, sólo un grito gutural.
Rápidamente saltaron encima de la criatura para controlarla, con la fuerza impidieron que se moviera y establecí un vínculo mental entre la criatura y yo, a la que pude apaciguar y calmar. Esta se encontraba desnuda, así que rápidamente atraje un pedazo de tela que serviría de taparrabo y se lo entregué.
Posterior a ello, hablé con el Rey Adas. «Quiero que crees el más grande ejército que jamás se haya visto. Sé que tu condición te permite crear vida, es por eso que en el Templo de Exar Kun lograste crear a aquellas criaturas. Ahora, este es tu deber. Volveré en cuanto tengas listas a las tropas para darte más instrucciones.»
Entonces el grupo y yo salimos de aquel Templo por la torre que habíamos entrado y nos dirigimos a la Nave, con rumbo a Korriban...
Nuestra misión estaba lista, era tiempo ya de poner fin a la guerra. Es una maniobra que ninguno se espera. Es una jugada que sorprenderá al enemigo. Estos guerreros son capaces de desmembrar a cualquier ser vivo si este se los permite, y nuestros enemigos son débiles. No había escapatoria para el caos que había desatado en la Galaxia. Esta acción, iba a repercutir en el futuro del Imperio Sith.
Una vez en la nave, me dirigí a una cabina privada. Tomé el Holocrón de Exar Kun y lo abrí... Le pedí que me mostrara la ubicación del Sable del Señor Oscuro, y ordené cambiar el las coordenadas. ¿A dónde? Sólo yo lo sabía...
Concluí mi relato mientras Isahad Kan escuchaba atentamente todas y cada una de mis palabras. Los hechos desde entonces habían sido confusos. Las Orden Sith se había fracturado, muchos Señores Oscuros desde mi última partida habían tomado las riendas de la Orden Sith y poco a poco, con decisiones cuestionables por demás, fueron abriendo una brecha entre el dominio absoluto en la Galaxia y el caos total del Imperio ya descontinuado.
La situación en la Galaxia se había vuelto muy inestable para los Sith, la Orden Jedi y la República había sido restituida, aunque con menos poder que antaño. Era una organización aparentemente estable, pero la misma dependía de la inestabilidad del bando contrario. Los Sith comenzaron a tambalearse, a dudar de sí mismos, el liderazgo estaba compartido, no había un objetivo en común. Fue ahí cuando decidí volver ―Le dije a Isahad, mientras este aún me escuchaba muy atentamente.―
Y es ahora cuando los Sith volveremos a ser lo que éramos, y nuestro objetivo será distinto al de siempre. Porque un solo ser nunca podrá dominar para siempre. Es necesario que la Orden sea dirigida por muchos hombres con el mismo ideal. Tal vez un solo hombre pueda traer el equilibrio, pero este no será permanente ni mucho menos perdurable en el tiempo. Cuando el hombre desaparezca, con él desaparecerá el equilibrio. La única manera de garantizar una continuidad es a través del adoctrinamiento. En su momento logramos muchas cosas para los Sith, logramos ser la Orden Sith, reconocida por todos, sin vacilaciones, con Sith netamente subordinados a una Doctrina. Tenemos las garantías y podemos hacer que esto resurja con más poder. Aquellos que ayudaron a forjar esto ya son viejos experimentados, capaces todavía de traer desgracia a quienes se nos opongan.
Nuestra inteligencia nos da la fuerza, nuestra astucia nos da el poder, y nuestra historia nos da la legitimidad absoluta...
Así renace la Orden Sith.
Al haber concluido mi charla con Isahad Kan, junto mis manos y se abre una pared oculta detrás del trono de mi recámara, donde se halla la Armadura de Exar Kun y el Holocrón del mismo; lo cual él observa atónito y dice: "Hacía mucho que no los veía, los pensábamos perdidos."
No, sólo estaban ocultos...
CONTINUARÁ....
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OBTENGO:
Holocrón de Exar Kun
Armadura de Exar Kun
Obtengo: Pergamino Original con los únicos Planos de la Esfera de Meditación de Naga Sadow.
Exur- Mensajes : 2583
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 31
Localización : Venezuela
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Me gusto la primera parte de tu roleo. Es lo único nuevo, lo otro lo leí hace algunos años por aquí...
http://www.habbowars.com/t8211-roleo-de-korriban-obtenciones-convenant-of-souls-revisado
Buena suerte,
http://www.habbowars.com/t8211-roleo-de-korriban-obtenciones-convenant-of-souls-revisado
Buena suerte,
patrialka- Mensajes : 1118
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 29
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Lo último también cambia, porque es simplemente la narración a Isahad Kan de los sucesos en Yavin IV, cuando aún era Señor Oscuro y estaba surgiendo el Imperio tal y como se le conoció. Al final, da pie para la continuación de una historia muchos años después. La intención es narrar lo que sucedió en la Orden Sith y cómo llegamos a este punto, pero para poder continuar con lo de hoy en día, es necesario que pasen algunas semanas, a ver cómo se desenvuelve todo.
Igual muchas gracias por tu comentario.
Igual muchas gracias por tu comentario.
Exur- Mensajes : 2583
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 31
Localización : Venezuela
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Yo leí este roleo hace muchos años. Aún me acuerdo a la perfección, es muy bueno. Te felicito de todas maneras.
Invitado- Invitado
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Exur escribió:Lo último también cambia, porque es simplemente la narración a Isahad Kan de los sucesos en Yavin IV, cuando aún era Señor Oscuro y estaba surgiendo el Imperio tal y como se le conoció. Al final, da pie para la continuación de una historia muchos años después. La intención es narrar lo que sucedió en la Orden Sith y cómo llegamos a este punto, pero para poder continuar con lo de hoy en día, es necesario que pasen algunas semanas, a ver cómo se desenvuelve todo.
Igual muchas gracias por tu comentario.
Solo para dejarlo claro, no es nada personal.
Pero es ilógico que tomes la mayor parte de un antiguo roleo. Sería fácil recuperar algunos objetos que yo obtuve en el pasado, e injusto. La idea de reiniciar los objetos fue que otros los pudieran obtener y realmente darles un uso IC.
Saludos, y de verdad mucha suerte.
patrialka- Mensajes : 1118
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 29
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Por eso puse un debate, no me parece justo que se haya reiniciado CON UN OBJETIVO y luego no se haya hecho nada, y la gente siga obteniendo los objetos como se hacía antes... Entonces si es así, se entendible que yo obtenga el mismo objeto de la misma forma que lo obtuve antes, pues la única diferencia en el método para obtener objetos antes y ahora, es................................ Ninguna.
Exur- Mensajes : 2583
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 31
Localización : Venezuela
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Una buena historia apesar de que sea solo una obteción, crea expectación e intigra , también se tiene un buen hilo argumentativo y un buen desenlace.
-Shari- Mensajes : 319
Fecha de inscripción : 08/09/2011
Edad : 30
Localización : En Italia con mis amixos ejjrjejre
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Llevo varios días leyendo el roleo, y debido a que todavía ninguno de mis compañeros se ha pasado abro yo la votación para el objeto. No hace falta hablar del pedazo historia que has lanzado y de la perfección al relatarlo, desconozco si escribiste el roleo tiempo atrás o si no, pero mi voto es positivo. Un saludo.
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Inthar escribió:Llevo varios días leyendo el roleo, y debido a que todavía ninguno de mis compañeros se ha pasado abro yo la votación para el objeto. No hace falta hablar del pedazo historia que has lanzado y de la perfección al relatarlo, desconozco si escribiste el roleo tiempo atrás o si no, pero mi voto es positivo. Un saludo.
Si lo escribio en el pasado. Es una copia al 90%. Eso no se puede hacer.
Kythmnr- Mensajes : 2972
Fecha de inscripción : 15/01/2012
Localización : Desconocido.
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Yo no voy a dar mi voto hasta que aclaremos eso de si vale reutilizar los roleos.
wiliye- Mensajes : 3113
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Inthar escribió:Llevo varios días leyendo el roleo, y debido a que todavía ninguno de mis compañeros se ha pasado abro yo la votación para el objeto. No hace falta hablar del pedazo historia que has lanzado y de la perfección al relatarlo, desconozco si escribiste el roleo tiempo atrás o si no, pero mi voto es positivo. Un saludo.
¿Validas una copia?
hasta donde hemos llegado en este rol.
Para nada a gusto que copien un roleo del pasado y lo validen.
Saludos.
PD: estoy consiente que faltan los demás votos.
patrialka- Mensajes : 1118
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 29
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
por cosas como esta hw no avanza, patrialka quiere obtener esas cosas, exur fue mas inteligente y subio el roleo mas rapido, y patrialka le flammea el tema.
viva la patria
p.d: me gusto el roleo
viva la patria
p.d: me gusto el roleo
MALANDREO CARIBE TUTUTU- Mensajes : 918
Fecha de inscripción : 30/06/2013
Localización : Con mi amo
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Mi voto no será efectuado aún. Se me ha generado una terrible confusión con respecto a este roleo. ¿Original o copia? Hasta que no se aclare, no votaré.
Un cordial saludo
Un cordial saludo
Dinnoco- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 12/09/2014
Edad : 25
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
Mi voto fue en caso de que sea válido eso de copiar roleos hechos en el pasado, ya que aunque sea una copia, es un trabajo tuyo y obtienes lo mismo que obtuviste en el pasado. No veo el motivo de porqué anular todo el trabajo que realizó.
Re: [ROLEO DE KORRIBAN + OBTENCIÓN] Origen del Pacto de Almas
El roleo consta de lo siguiente: Hace 3 años yo hice un roleo que se llama "Convenant of Souls" (significa "PACTO DE ALMAS" en inglés) este Roleo es contando esa misma historia a Isahad, mi hijo on rol, y mostrándole los artefactos que obtuve EN ESE MOMENTO (hace 3 años en vida real). La idea es seguir desarrollando el relato, a partir de esa anécdota, la cual justifica la historia de muchos de los que se nombran en ese relato, ya que no sólo es un roleo, sino que también es la historia de ellos dentro del rol, contada de una forma divertida.
ES una desgracia para mi que hayan borrado los objetos en su momento, sólo para no hacer lo que en un principio plantearon. Es básicamente un engaño lo que hicieron, y como nunca aclararon en las normas que uno no podía volver a obtener los objetos, entonces no veo problema con lo que estoy haciendo. Si en facto vienen a decir que no se pueden obtener los objetos de la misma forma en que se obtuvieron antes, entonces sería justo decir que se debe terminar la reforma y volver a reiniciar los objetos, dando un nuevo método para la obtención de los mismos, y por supuesto, dándoles más valor. Si por otro lado pretenden que sea sólo un reinicio de objetos, entonces vuelvo a obtener los objetos de la misma manera que los obtuve en un principio... Ahí está Malakir, obteniendo Holocrones que pertenecían al Patrimonio de la Orden Sith, y por el reinicio los tiene él. Pero los obtiene DE LA MISMA FORMA QUE LO HIZO LA ORDEN.
Repito y aclaro que en efecto, el 90% del roleo no lo tuve que redactar ahora mismo, sino que lo escribí hace 3 años, sin embargo, vuelvo e insisto en el hecho de que el reinicio 1.- No determina que no se pueden obtener objetos como se hacía antes 2.- Es un vil engaño ese reinicio de objetos.
Un saludo y agradezco que los Legalizadores de Roleo no emitan juicios sino que se tomen el tiempo de analizar antes de emitir su voto.
ES una desgracia para mi que hayan borrado los objetos en su momento, sólo para no hacer lo que en un principio plantearon. Es básicamente un engaño lo que hicieron, y como nunca aclararon en las normas que uno no podía volver a obtener los objetos, entonces no veo problema con lo que estoy haciendo. Si en facto vienen a decir que no se pueden obtener los objetos de la misma forma en que se obtuvieron antes, entonces sería justo decir que se debe terminar la reforma y volver a reiniciar los objetos, dando un nuevo método para la obtención de los mismos, y por supuesto, dándoles más valor. Si por otro lado pretenden que sea sólo un reinicio de objetos, entonces vuelvo a obtener los objetos de la misma manera que los obtuve en un principio... Ahí está Malakir, obteniendo Holocrones que pertenecían al Patrimonio de la Orden Sith, y por el reinicio los tiene él. Pero los obtiene DE LA MISMA FORMA QUE LO HIZO LA ORDEN.
Repito y aclaro que en efecto, el 90% del roleo no lo tuve que redactar ahora mismo, sino que lo escribí hace 3 años, sin embargo, vuelvo e insisto en el hecho de que el reinicio 1.- No determina que no se pueden obtener objetos como se hacía antes 2.- Es un vil engaño ese reinicio de objetos.
Un saludo y agradezco que los Legalizadores de Roleo no emitan juicios sino que se tomen el tiempo de analizar antes de emitir su voto.
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