[Roleo de Basilisk] Psycho God
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[Roleo de Basilisk] Psycho God
/Antes que nada, aclaro que tanto como este roleo como otros que subiré próximamente tratan del pasado de mi personaje antes de ser mandaloriano, así como una especie de crónicas del pasado//
Hace muchos años, en un planeta ya desconocido por los hombres, los ciudadanos vivían aterrorizados por un peligroso maníaco que se apodaba a sí mismo como "God", llegándose a creer que era el propio dios de la muerte. Todo el mundo sabía donde vivía, en una gran mansión a las afueras de la ciudad, pero aun así nadie se acercaba a su vivienda, ni siquiera la policía, por miedo al ser también masacrados. Tanto le gustaba a God infundir miedo en los demás, que en la puerta de su casa iba colgando uno a uno los cadáveres de sus víctimas. Aunque, por muy curioso que fuera, tan sólo asesinaba a mujeres que el consideraba hermosas.
Una joven se encontraba caminando por el centro de la ciudad, el sol aún mostraba sus últimos rayos del día, y la hermosa mujer iba de camino a una cita con su nuevo novio. Todo el mundo la conocía en el lugar por su hermosura, incluso había llegado a ganar varios premios de belleza, por lo que nunca pasaba inadvertida. Intentando esquivar algunos fans cachondos, se metió por un callejón. Nada más entrar, el sol se terminó de esconder y la luna reinó el cielo, llenando ese pequeño pasadizo de oscuridad y silencio. Lo que ella no sabía es que no era la única que caminaba por ahí.
Paró en seco al ver que se le había roto un tacón y hizo un leve gruñido por su mala suerte, agachándose para coger el zapato con la mano. Al levantarse, detrás de ella, una gran figura se cernía a por su presa. Giró su cabeza una milésima de segundo antes de ser apresada y tan sólo
vió una máscara blanca, con la palabra "God" escrita en la frente con sangre seca. Gritó y gritó, pero ya era demasiado tarde. El atacante golpeó su sien repetidas veces tirándola contra el suelo mientras que la sangre de las heridas abiertas saltaban a su ropa dejándolo todo perdido. La colgó de su hombro y desapareció en la noche, mezclándose con la oscuridad, como si fuera una ilusión.
Llegó caminando a la entrada de su casa, donde tiró a la chica al suelo y se puso de rodillas. Esta seguía medio consciente y no pudo reprimir un pequeño gemido del terror al ver a los cadáveres de sus antiguas víctimas. El la miró y se escuchó una sonrisa burlona de detrás de la máscara, se puso de pie y la invitó a pasar al interior. Ella se levantó desconcertada, pero no le hizo caso. Corrió en dirección contraria mientras que el asesino negó con la cabeza. Corrió a tal velocidad que se puso delante de ella y la atrapó con sus dos poderosos brazos. La introdujo dentro de la casa y la llevó hasta el desbán, donde había una figura femenina sentada en una silla mecedora. Se acercó y puso el cuerpo de la muchacha delante de la señora de la casa.
- Aqui tienes mi esposa amada... ¿Esta te parece lo suficientemente hermosa? -Dijo God a la que estaba sentada- ¿No dices nada cariño?.. bueno... tomaré eso como un no.
Miró a la muchacha que estaba en el suelo y descolgó una daga de su cinturón. La agarró por el pelo y se la puso en el cuello sin pensárselo dos veces. Ella fue lista, golpeó los huevos de God e intentó correr, pero no llegó muy lejos. Este lanzó la daga al volver a ponerse en pie y el arma blanca entró por la parte trasera del cráneo hasta llegar al ojo, que salió disparado junto con la daga y se clavaron en la pared. Tomo el cuerpo inmóvil de la chica y lo sacó hacia el exterior, colgándola junto a los demás cadáveres.
Al día siguiente, el novio de la chica, desesperado por haber faltado a su cita, la llamó innumerables veces e incluso fue a su casa, pero todo fue en vano. Llamó a varios amigos y a su familia y nada aún, nadie sabía nada de ella ni de su paradero. Preocupado ya, este acudió a la policía y contó lo ocurrido, y, tan sólo con escuchar que ella era una mujer hermosa, supieron de inmediato lo que había pasado. "No podemos hacer nada, lo siento", "probablemente ella ya esté muerta" fueron las únicas contestaciones de las fuerzas de seguridad. Aesir, que era el nombre del chico, no podía quedarse parado viendo como su novia, si es que seguía aun con vida, sufría a manos de un psicópata lunático. Llegó a su casa y, armado de valor, tomó una pequeña pistola bláster que había pertenecido a su padre y se dirigió en dirección a la casa de God, dispuesto a matar al fin al asesino que tenía atemorizado a todo el mundo.
Al final llegó a la casa, pero para su desgracia, él ya no estaba ahí, había salido de caza nuevamente. Esperó y esperó toda la noche escondido detrás de un árbol, hasta que al fin vio llegar a una figura enmascarada con un cuerpo colgando al hombro. Bajo la atenta mirada de Aesir, volvió a hacer el protocolo que había hecho con la chica el día anterior. Todo pasó justo igual, se puso de rodillas, la invitó a pasar, la chica intentó huir y el la atrapaba y la llevaba dentro por la fuerza. Pero, a diferencia de los demás días, antes de cruzar la puerta sintió que alguien lo miraba, alguien estaba vigilándolo, y eso no era bueno. Sin quitar la vista de la puerta dejó a la chica en el suelo, inconsciente, y muy lentamente sacó una westar 34 de su cinturón. Retrocedió varios pasos hacia atrás, aun mirando a la entrada y se giró al llegar a la entrada al jardín, justo debajo del desfile de cadáveres. Al girarse vió a Aesir encañonándolo con su pistola bláster justo delante de él. "¡Donde está mi chica! preguntó, pero no tuvo contestación. "Tu la raptaste ayer, que has hecho con ella!". Pareció que la palabra "ayer" hizo que God reaccionara, así que elevó su brazo desarmado y señaló hacia arriba con el dedo. Aesir miró y vió a su preciosa novia colgada del cuello, sin ojo, sin vida. Explotó de rabia y disparó varias veces al asesino. Este esquivó los disparos mientras reptaba por la cuerda que tenía sujeto a los cuerpos y llegó al de dicha chica. Se colgó boca abajo agarrado al cadáver y, para sorpresa de Aesir, tiró sus pantalones al suelo y metió la verga por donde antes estaba el ojo de la chavala. Aún más enfadado, fue a disparar una segunda vez, pero un cuchillo lanzádo a velocidad de la luz por God
se clavó en su pecho. Se volvió a colocar los pantalones y cayó al suelo, delante del hombre que agonizaba.
- Yo no mato hombres, así que vete antes de que cambie de idea
intentó ponerse en pie, pero la cuchilla había impactado en el centro de su sistema nervioso y no podía moverse. Pudo llegar a levantar la cabeza para mirarlo una vez más, pero ni el, ni el cuerpo de la nueva chica que había traído consigo hoy estaban ya ahí. Mientras tanto, en el interior, God había subido nuevamente al desbán, delante de la mujer de la silla mecedora. "¿Esta tampoco te convence cariño?, pues no merece la vida entonces, irá junto a las demás". Colocó una daga con el filo muy afilado en la vagina de la chica y comenzó a cortar hacia arriba entre alaridos de dolor. Al llegar a la parte del ombligo esta ya se había muerto desangrada, pero no paró hasta que terminó llegando hasta el centro de su pecho. Tomó las dos partes cortadas de esta con los brazos y tiró fuerte en direcciones contrarias. Haciendo uso de una fuerza sobrehumana consiguió separar en dos el cuerpo. Tomó las dos partes ensangrentadas y las colgó también, pero una parte a cada lado de la cuerda, quedándose separadas por varios metros de distancia. Al entrar de nuevo, se acostó a los pies de la silla mecedora y se quedó dormido.
Afuera, Aesir consiguió quitarse la daga y reptó como pudo hasta entrar a la puerta. Sabía que esa noche iba a morir, pero quería ver lo que ocurría ahí dentro con sus propios ojos. La puerta
se abrió sola y entró. No habían habitaciones ni pisos, tan sólo una vieja escalera de madera que llevaba hacia el desbán. Ya desangrándose, consiguió llegar y vio a God dormido. Elevó mas la vista para ver la figura que estaba sentada y sus pupilas se dilataron al ver la cara de la mujer. Justo en el momento, God se despertó de un mal sueño y se giró, viendo al intruso. Montó en cólera al saber que alguien había visto a su amada, así que lo tomó por el pelo y comenzó a propinarle puñetazos en la cara hasta desfigurársela por completo. Tomó del suelo la daga con la que esa misma noche había dado muerte a la joven y la clavó alrededor de unas treinta veces en la cara de Aesir, aunque sabía que a la segunda ya había muerto. Salió disparado hacia la ciudad, tomándo varios barriles del desbán. Llegó al rascacielos principal de la ciudad y vació los barriles alrededor de este. Encendió un cigarro a través del hueco del la máscara y tiró la cerilla contra el líquido vertido por los contáines. El edificio explotó en llamas y este reía a mas no poder mientras la gente salía de sus casas al ver lo que pasaba. Con la westar que tenía en el cinturón comenzó a disparar a todo el que se le ponía a tiro, creando una masacre. Al caer el rascacielos, cayó contra el edificio continuo y ambos se desplomaron, creando así el caos en la ciudad. Al ver la escena, salió disparado en dirección a las afueras, dejando horror y muerte a su paso. Se internó en la casa nuevamente y se puso de rodillas delante de su amada.
- Me marcho de este planeta, amada mía, pero no sin antes despedirme. -Besó sus labios y prosiguió antes de salir- Volveremos a verlo, lo juro, y traeré el cuerpo de la chica mas hermosa que ha visto el universo.
God se montó en una nave que había detrás de la casa y desapareció.
Lo que nadie sabía era su tormento y el porqué se había vuelto loco matándo sólo a jovenes preciosas. Hacía veinte años, su esposa se había suicidado por complejos de belleza, y lo único que quedaba de ella era su cadáver putrefacto sentado en su silla favorita.
Hace muchos años, en un planeta ya desconocido por los hombres, los ciudadanos vivían aterrorizados por un peligroso maníaco que se apodaba a sí mismo como "God", llegándose a creer que era el propio dios de la muerte. Todo el mundo sabía donde vivía, en una gran mansión a las afueras de la ciudad, pero aun así nadie se acercaba a su vivienda, ni siquiera la policía, por miedo al ser también masacrados. Tanto le gustaba a God infundir miedo en los demás, que en la puerta de su casa iba colgando uno a uno los cadáveres de sus víctimas. Aunque, por muy curioso que fuera, tan sólo asesinaba a mujeres que el consideraba hermosas.
Una joven se encontraba caminando por el centro de la ciudad, el sol aún mostraba sus últimos rayos del día, y la hermosa mujer iba de camino a una cita con su nuevo novio. Todo el mundo la conocía en el lugar por su hermosura, incluso había llegado a ganar varios premios de belleza, por lo que nunca pasaba inadvertida. Intentando esquivar algunos fans cachondos, se metió por un callejón. Nada más entrar, el sol se terminó de esconder y la luna reinó el cielo, llenando ese pequeño pasadizo de oscuridad y silencio. Lo que ella no sabía es que no era la única que caminaba por ahí.
Paró en seco al ver que se le había roto un tacón y hizo un leve gruñido por su mala suerte, agachándose para coger el zapato con la mano. Al levantarse, detrás de ella, una gran figura se cernía a por su presa. Giró su cabeza una milésima de segundo antes de ser apresada y tan sólo
vió una máscara blanca, con la palabra "God" escrita en la frente con sangre seca. Gritó y gritó, pero ya era demasiado tarde. El atacante golpeó su sien repetidas veces tirándola contra el suelo mientras que la sangre de las heridas abiertas saltaban a su ropa dejándolo todo perdido. La colgó de su hombro y desapareció en la noche, mezclándose con la oscuridad, como si fuera una ilusión.
Llegó caminando a la entrada de su casa, donde tiró a la chica al suelo y se puso de rodillas. Esta seguía medio consciente y no pudo reprimir un pequeño gemido del terror al ver a los cadáveres de sus antiguas víctimas. El la miró y se escuchó una sonrisa burlona de detrás de la máscara, se puso de pie y la invitó a pasar al interior. Ella se levantó desconcertada, pero no le hizo caso. Corrió en dirección contraria mientras que el asesino negó con la cabeza. Corrió a tal velocidad que se puso delante de ella y la atrapó con sus dos poderosos brazos. La introdujo dentro de la casa y la llevó hasta el desbán, donde había una figura femenina sentada en una silla mecedora. Se acercó y puso el cuerpo de la muchacha delante de la señora de la casa.
- Aqui tienes mi esposa amada... ¿Esta te parece lo suficientemente hermosa? -Dijo God a la que estaba sentada- ¿No dices nada cariño?.. bueno... tomaré eso como un no.
Miró a la muchacha que estaba en el suelo y descolgó una daga de su cinturón. La agarró por el pelo y se la puso en el cuello sin pensárselo dos veces. Ella fue lista, golpeó los huevos de God e intentó correr, pero no llegó muy lejos. Este lanzó la daga al volver a ponerse en pie y el arma blanca entró por la parte trasera del cráneo hasta llegar al ojo, que salió disparado junto con la daga y se clavaron en la pared. Tomo el cuerpo inmóvil de la chica y lo sacó hacia el exterior, colgándola junto a los demás cadáveres.
Al día siguiente, el novio de la chica, desesperado por haber faltado a su cita, la llamó innumerables veces e incluso fue a su casa, pero todo fue en vano. Llamó a varios amigos y a su familia y nada aún, nadie sabía nada de ella ni de su paradero. Preocupado ya, este acudió a la policía y contó lo ocurrido, y, tan sólo con escuchar que ella era una mujer hermosa, supieron de inmediato lo que había pasado. "No podemos hacer nada, lo siento", "probablemente ella ya esté muerta" fueron las únicas contestaciones de las fuerzas de seguridad. Aesir, que era el nombre del chico, no podía quedarse parado viendo como su novia, si es que seguía aun con vida, sufría a manos de un psicópata lunático. Llegó a su casa y, armado de valor, tomó una pequeña pistola bláster que había pertenecido a su padre y se dirigió en dirección a la casa de God, dispuesto a matar al fin al asesino que tenía atemorizado a todo el mundo.
Al final llegó a la casa, pero para su desgracia, él ya no estaba ahí, había salido de caza nuevamente. Esperó y esperó toda la noche escondido detrás de un árbol, hasta que al fin vio llegar a una figura enmascarada con un cuerpo colgando al hombro. Bajo la atenta mirada de Aesir, volvió a hacer el protocolo que había hecho con la chica el día anterior. Todo pasó justo igual, se puso de rodillas, la invitó a pasar, la chica intentó huir y el la atrapaba y la llevaba dentro por la fuerza. Pero, a diferencia de los demás días, antes de cruzar la puerta sintió que alguien lo miraba, alguien estaba vigilándolo, y eso no era bueno. Sin quitar la vista de la puerta dejó a la chica en el suelo, inconsciente, y muy lentamente sacó una westar 34 de su cinturón. Retrocedió varios pasos hacia atrás, aun mirando a la entrada y se giró al llegar a la entrada al jardín, justo debajo del desfile de cadáveres. Al girarse vió a Aesir encañonándolo con su pistola bláster justo delante de él. "¡Donde está mi chica! preguntó, pero no tuvo contestación. "Tu la raptaste ayer, que has hecho con ella!". Pareció que la palabra "ayer" hizo que God reaccionara, así que elevó su brazo desarmado y señaló hacia arriba con el dedo. Aesir miró y vió a su preciosa novia colgada del cuello, sin ojo, sin vida. Explotó de rabia y disparó varias veces al asesino. Este esquivó los disparos mientras reptaba por la cuerda que tenía sujeto a los cuerpos y llegó al de dicha chica. Se colgó boca abajo agarrado al cadáver y, para sorpresa de Aesir, tiró sus pantalones al suelo y metió la verga por donde antes estaba el ojo de la chavala. Aún más enfadado, fue a disparar una segunda vez, pero un cuchillo lanzádo a velocidad de la luz por God
se clavó en su pecho. Se volvió a colocar los pantalones y cayó al suelo, delante del hombre que agonizaba.
- Yo no mato hombres, así que vete antes de que cambie de idea
intentó ponerse en pie, pero la cuchilla había impactado en el centro de su sistema nervioso y no podía moverse. Pudo llegar a levantar la cabeza para mirarlo una vez más, pero ni el, ni el cuerpo de la nueva chica que había traído consigo hoy estaban ya ahí. Mientras tanto, en el interior, God había subido nuevamente al desbán, delante de la mujer de la silla mecedora. "¿Esta tampoco te convence cariño?, pues no merece la vida entonces, irá junto a las demás". Colocó una daga con el filo muy afilado en la vagina de la chica y comenzó a cortar hacia arriba entre alaridos de dolor. Al llegar a la parte del ombligo esta ya se había muerto desangrada, pero no paró hasta que terminó llegando hasta el centro de su pecho. Tomó las dos partes cortadas de esta con los brazos y tiró fuerte en direcciones contrarias. Haciendo uso de una fuerza sobrehumana consiguió separar en dos el cuerpo. Tomó las dos partes ensangrentadas y las colgó también, pero una parte a cada lado de la cuerda, quedándose separadas por varios metros de distancia. Al entrar de nuevo, se acostó a los pies de la silla mecedora y se quedó dormido.
Afuera, Aesir consiguió quitarse la daga y reptó como pudo hasta entrar a la puerta. Sabía que esa noche iba a morir, pero quería ver lo que ocurría ahí dentro con sus propios ojos. La puerta
se abrió sola y entró. No habían habitaciones ni pisos, tan sólo una vieja escalera de madera que llevaba hacia el desbán. Ya desangrándose, consiguió llegar y vio a God dormido. Elevó mas la vista para ver la figura que estaba sentada y sus pupilas se dilataron al ver la cara de la mujer. Justo en el momento, God se despertó de un mal sueño y se giró, viendo al intruso. Montó en cólera al saber que alguien había visto a su amada, así que lo tomó por el pelo y comenzó a propinarle puñetazos en la cara hasta desfigurársela por completo. Tomó del suelo la daga con la que esa misma noche había dado muerte a la joven y la clavó alrededor de unas treinta veces en la cara de Aesir, aunque sabía que a la segunda ya había muerto. Salió disparado hacia la ciudad, tomándo varios barriles del desbán. Llegó al rascacielos principal de la ciudad y vació los barriles alrededor de este. Encendió un cigarro a través del hueco del la máscara y tiró la cerilla contra el líquido vertido por los contáines. El edificio explotó en llamas y este reía a mas no poder mientras la gente salía de sus casas al ver lo que pasaba. Con la westar que tenía en el cinturón comenzó a disparar a todo el que se le ponía a tiro, creando una masacre. Al caer el rascacielos, cayó contra el edificio continuo y ambos se desplomaron, creando así el caos en la ciudad. Al ver la escena, salió disparado en dirección a las afueras, dejando horror y muerte a su paso. Se internó en la casa nuevamente y se puso de rodillas delante de su amada.
- Me marcho de este planeta, amada mía, pero no sin antes despedirme. -Besó sus labios y prosiguió antes de salir- Volveremos a verlo, lo juro, y traeré el cuerpo de la chica mas hermosa que ha visto el universo.
God se montó en una nave que había detrás de la casa y desapareció.
Lo que nadie sabía era su tormento y el porqué se había vuelto loco matándo sólo a jovenes preciosas. Hacía veinte años, su esposa se había suicidado por complejos de belleza, y lo único que quedaba de ella era su cadáver putrefacto sentado en su silla favorita.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Basilisk] Psycho God
Me dio miedo tu roleo
Ulquiorra- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 13/09/2014
Re: [Roleo de Basilisk] Psycho God
Varios errores ortográficos (muchos, aunque eso lo arregla word), un poco de desorden con los párrafos (el centrado mejor para títulos e imágenes), a simple vista no parece algo relacionado con Habbo Wars, salvo el asunto de la Westar, la Bláster e irse del planeta; lo del cadáver de veinte años... en veinte años el proceso de descomposición habría culminado diez años atrás, a lo sumo quedaría el esqueleto.
Es algo bastante random, tiene toda la pinta de un creepypasta, aunque podrías mejorarlo.
Es algo bastante random, tiene toda la pinta de un creepypasta, aunque podrías mejorarlo.
Darth Vehement- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 25/08/2014
Edad : 28
Re: [Roleo de Basilisk] Psycho God
mi vagina sufrio al leerlo.
-Shari- Mensajes : 319
Fecha de inscripción : 08/09/2011
Edad : 30
Localización : En Italia con mis amixos ejjrjejre
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