[Roleo de Primus Goluud] Pasión.

por Kimble.- Miér Sep 17, 2014 2:09 am

Sus ojos se abren lentamente y observa una habitación vacía y desolada de la Orden Sith. Ambos saben que muy pocos miembros de la Orden suelen frecuentarla, pues creen que el verdadero poder yace únicamente en la fuerza salvaje y no en la mente. Aquel pensamiento le provoca una sensación agradable y lo demuestra esbozando una leve sonrisa. Conforme avanzan por las tinieblas dejando atrás las tenues luces de la biblioteca, ambos se detienen a la par frente a un montículo de libros en una esquina.

El tiempo corre y cuando este corre más vale hacer las cosas deprisa.

- Debes tomarlo ahora, no hay tiempo.

Estira su mano derecha lentamente y sujeta lo que con tanto fervor y deseo buscaban.

Tres libros. En tan solo tres libros ambos canalizan toda su atención. Allí estaban, frente a ellos luego de tanto tiempo buscándolos.

- Compendio del Lado Oscuro...

Ambos no conocían las horas libres o los ratos sin usar. En aquellos tres libros vuelcan cada minuto disponible, cada momento que no estaban entrenando con sus superiores lo depositan en aquellas desgastadas páginas. Los sofocaba, los alimentaba de una manera que jamás podrían saciarse. ¿Cómo era posible que tantas personas ignorasen completamente el significado de dichas obras? ¿Cómo un verdadero Sith podría forjarse, sin comprender o entender el verdadero significado de la ira?. O aún mejor, ¿cómo era posible que el verdadero camino hacia el poder estaba limitado ciegamente por el uso de un sable o la vil fuerza de la propia especie?.

Ambos sabían o creían entender las respuestas a aquellas preguntas. El verdadero poder no yacía en que tan rápido eras capaz de degollar a tu víctima o en que tan poco tiempo podías aniquilar a un gran número de enemigos. No, claro que no, allí no residía el verdadero poder. Todo yacía en un plano mucho más elevado que la realidad física que todos conocían y creían manejarse a la perfección. Pero entre tantas palabras, entre tantas frases, entre tantas idas y vueltas, una cosa llamó la atención de ambos iniciados.

"Hazlos fuertes cuando tú seas débil y débiles cuando tú seas fuerte".

La puerta se abre lentamente y la sombra del Mentor se extiende hasta ahogarla luz de las velas. En su mirada solo hay desprecio y odio. Desprecia que los iniciados pierdan el tiempo leyendo viejos cuentos o testamentos que no les servirán para nada en el día a día.

Oh... sí que lo detesta.