[Roleo de Tython] It's not my time.
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[Roleo de Tython] It's not my time.
It's not my time, I'm not going.
This could be the end of me.
«Hay momentos de la vida donde uno se detiene por un instante, a pensar en todo lo que ha hecho, decidir si vale la pena seguir por ese camino o dar simplemente un cambio radical a su vida para empezar a hacer las cosas como deberían ser y además bien. Sin embargo, y a pesar del esfuerzo que algunas personas ponen en ello, casi siempre terminan fallando. Avanzaron demasiado en el camino en el que se encontraban y terminaron perdiéndose en él, sin haber vuelta atrás. Aunque dejando de lado el pesimismo siempre puede encontrarse el camino correcto con ayuda de los demás. Por ello, si os dan una oportunidad, teniendo el conocimiento de que no habrá otra, aprovecharla sin dudar.»
—General —dijo el recluta interrumpiendo el silencio que había— ¿porqué no lleva sus ropas habituales?
—Mi cometido en esta base ha terminado —contestó—. Vuelvo con los Sith. Mucha suerte, recluta.
El recluta se puso firme, tomó la postura correcta y saludó a su general mientras se marchaba de la base rumbo nuevamente al templo acompañado por el comandante supremo y actual Lord de la Orden Sith, Irodium. En cambio el general no sabía si la decisión de volver realmente a la orden fue la más acertada, quizás, se encariñó con la base y los proyectos que tenía pensados. Ya daba igual porque había tomado la decisión de volver.
Cuando estaba pasando por las puertas del templo sintió una gélida caricia en uno de sus hombros. Giró su cabeza y lo único que vio, fue su hombro, nada más. Terminó girando todo su cuerpo quedando bajo el arco de las grandes puertas del templo Sith y apreciando los alrededores que había cerca del templo. Caminó por el camino empedrado y bastante desgastado; a los lados una fila de rejas oxidadas y afiladas se levantaban y guardaban el camino, la niebla se iba retirando hacia el acantilado y volviendo al mar mientras las olas golpeaban el agua contra las rocas del acantilado que producían un fuerte rugido. Se abrió paso esperando encontrarse con la presencia que envenenó su ser con aquel contacto y cuando estuvo en el centro de lo que parecía ser un cementerio pudo ver una figura sentada encima de una de las lápidas, balanceando sus piernas como una niña traviesa. En cuanto vio al caballero sonrió, bajó de un pequeño salto al suelo y caminó ante él, soltando un profundo y sonoro bostezo, cosa que hizo molestar a Hannibal.
—Como siempre sigues igual de ingenuo —decía aquella mujer mientras reía de forma burlona— no sé porque me sorprenderé. Será el tiempo que llevo sin verte. Sin embargo no estoy aquí para ponerme nostálgica, sino para acabar contigo.
Ella se acercó lentamente, caminando a su alrededor como un buitre que espera que su víctima sucumba y poder devorar sus entrañas pero él no estaba por la labor de ponerle las cosas fáciles. Sostuvo el mango de su espada provocando que las cadenas que portaba en el mango se adhiriesen a su antebrazo. Esta vez su corazón no era el que crujía a cada latido, esta vez no eran sus piernas las que flaqueaban antes del encuentro. Ahora él confiaba en su habilidad y superioridad, cambió totalmente las tornas y estaba listo para hacerle frente otra vez a aquella mujer que casi consigue arrebatar su la vida. Se acercó a espaldas del caballero para susurrarle que el final estaba cerca, que aquel lugar sería su cementerio y que las piedras del acantilado serían su tumba, pero estaba tan seguro de sí que la ignoró, lo único que le importaba era su sangre. De pronto Hannibal se percató y escuchó como los pasos de la chica eran de menor intensidad sonora, pudiendo deducir que se alejaba de su espalda pero este sonido venía acompañado del sonido del acero de su espada ser blandida. Él sabía que aunque era superior debía tener mucho cuidado, pues no estaba del todo seguro que aquella vez ella mostrase todo lo que sabía y arsenal que poseía. En un delicado movimiento ella lanzó la daga hacia la mejilla del caballero, quien totalmente confiado y quizás este fue su error fatal, se puso de perfil dejando que el arma únicamente le rozase la piel sin realizar siquiera un rasguño. En cuanto giró, ella ya no estaba. Agachó la mirada por un momento pudiendo ver únicamente el resplandor del reflejo de la luz proyectada en la hoja metálica de su espada ascender en dirección a su rostro. Apenas tuvo tiempo de reaccionar y retroceder, por lo que salió con una herida en el lado izquierdo del rostro, pasando justamente por encima de su ojo, dejándolo inutilizado temporalmente. Sin embargo, gracias a su entrenamiento él fue capaz de suprimir aquel dolor y aprovechar el momento para ensartar el pecho de la dama con su espada; provocando que cayese moribunda y malherida al suelo. Se postró ante ella, pensativo ante lo que debía hacer. Una gota de sudor recorrió su rostro mientras el viento acariciaba su largo pelo; el brillo de su espada la cegaba, el sol pronto saldría y quizás ella no llegase a ver ningún amanecer más. Sus miradas estaban fijas, inmóviles y cargadas de tensión.
—No lo haré —soltó la espada que sostenía haciendo un breve silencio—. No seré como tú.
Las cadenas que que iban aferradas al mango de la espada empezaron a salir de los antebrazos del caballero hasta terminar cayendo alrededor del filo de la propia espada. La mujer, con un gesto desconcertado en el rostro, golpeó el baldío terreno con sus manos gritándole y exigiéndole explicaciones a Hannibal del porqué de su decisión. Él sin gastar su tiempo en explicarle las razones de sus acciones a la dama se retiró de ahí para volver nuevamente al hangar donde se encontraba su nave. Entró por las compuertas de la misma y se dirigió de inmediato a la cámara médica que había en el interior de la nave. Allí era atendido sobre la herida que le fue provocada en su ojo izquierdo cuando de pronto la nave empezó a moverse bruscamente, como si algo la estuviese moviendo o chocase contra ella. Todos los que estaban en el interior de la nave empezaron a mirar por las escotillas para ver de qué o quién se podía tratar, sin embargo no lograron ver nada. Los médicos tras la intervención de emergencia a nivel celular en la cavidad ocular de Hannibal le preguntaron que hacer ante el suceso, puesto que él parecía bastante inquieto ante lo que acababa de ocurrir recientemente.
—Despegad de inmediato —ordenó Hannibal bastante preocupado—. Todavía no es el momento
—A sus órdenes general —respondió aquel recluta emergiendo de entre el sombrío rincón de la nave—.
Las compuertas de la nave estando ya cerradas, empezó a elevarse a consecuencia de los motores. El recluta, quién ya tenía conocimiento previo del manejo de las aeronaves de este tipo, recogió a recoger el tren de aterrizaje mientras la nave se iba separando poco a poco del hangar de aterrizaje en un lento ascenso hasta finalmente despegaba de aquella superficie con la intención de salir de la atmósfera del planeta. Tras el velo de polvo de roca alzado por el repentino despegue de la nave, emergía una figura desconocida para la mayoría de personas abordo de aquella nave, sin embargo, era alguien a quien Hannibal conocía bastante bien. Esta figura tras dejarse ver junto a un acompañante, bastante nervioso y preocupado, descolgó su sable de luz y sin dar un previo aviso decapitó a su acompañante encontrándose en un estado de furia y a la vez de profundo odio hacia los que se acababan de ir.
—El lado oscuro te absorbe, y tratar de salir de él es peor —confirmaba el Sith—. Terminas hundiéndote más.
Después de aquellas palabras la historia no se volvió nada agradable, así que omitiré todo lo que ocurrió durante ese periodo "oscuro". La nave de nuestro protagonista acabó llegando a un planeta conocido como Tython cuya presencia, aún con el poder que el Bogan le brindó en ella, alertó a una serie de individuos que habitaban el planeta y poseían un templo: Jedi. La llegada de Hannibal al planeta pareció provocar que el cielo oscureciese, las nubes empezaron a acumularse en el cielo y finalmente la esperada lluvia apareció. Entre la lluvia podía verse a Hannibal junto a su séquito de aliados, los cuales le acompañaron durante toda la travesía. Él sabía que lo que buscaba se encontraba en ese planeta y que por mucho que tirase por la borda, debía hacerlo, era lo correcto. Una luz de tonalidades naranjas se veía entre la fuerte lluvia que azotaba la superficie del planeta Tython, la cual fue iluminando diversas sombras de su alrededor. El rostro de un Jedi rodeado por diversos soldados cloon había sido revelado, que a sorpresa de Hannibal, lo conocía: era Vandir Kenobi.
—Sea lo que sea que estés buscando, aquí no lo encontrarás Sith —pronunció el maestro Vandir—. Así que márchate.
Hannibal sin decir todavía ni una palabra se inclinó ante el maestro hasta quedar una de sus rodillas apoyada en el suelo. El Jedi apagó su sable láser mientras Hannibal le contaba lo que sucedía sin despegar la mirada del suelo. Vandir se dio la media vuelta y le hizo una señal al Sith y a sus seguidores de que lo acompañaran al interior del templo situado en el planeta. Éste acompañó al maestro, para que como resultado de este encuentro tanto él como sus seguidores empezasen a iniciarse en la filosofía Jedi.
«Dicen que el destino es como un río que fluye únicamente en una sola dirección. No obstante aquellos que realmente lo han visto y conocido saben que el destino equivale al movimiento de un océano en plena tormenta. El destino de este hombre era ser Sith, o eso le hicieron creer: pero cada quién es dueño de su destino, el cuál se labra con las acciones que ocurren en el transcurso del presente.
Por esto mismo os invito a todos a seguiros a vosotros mismos y no a otros, de hacerlo os perderéis sin encontrar lo que realmente buscáis y también se os invita a probar grandes cosas, de no probarlas nunca sabréis como acabarán.»
—General —dijo el recluta interrumpiendo el silencio que había— ¿porqué no lleva sus ropas habituales?
—Mi cometido en esta base ha terminado —contestó—. Vuelvo con los Sith. Mucha suerte, recluta.
El recluta se puso firme, tomó la postura correcta y saludó a su general mientras se marchaba de la base rumbo nuevamente al templo acompañado por el comandante supremo y actual Lord de la Orden Sith, Irodium. En cambio el general no sabía si la decisión de volver realmente a la orden fue la más acertada, quizás, se encariñó con la base y los proyectos que tenía pensados. Ya daba igual porque había tomado la decisión de volver.
Cuando estaba pasando por las puertas del templo sintió una gélida caricia en uno de sus hombros. Giró su cabeza y lo único que vio, fue su hombro, nada más. Terminó girando todo su cuerpo quedando bajo el arco de las grandes puertas del templo Sith y apreciando los alrededores que había cerca del templo. Caminó por el camino empedrado y bastante desgastado; a los lados una fila de rejas oxidadas y afiladas se levantaban y guardaban el camino, la niebla se iba retirando hacia el acantilado y volviendo al mar mientras las olas golpeaban el agua contra las rocas del acantilado que producían un fuerte rugido. Se abrió paso esperando encontrarse con la presencia que envenenó su ser con aquel contacto y cuando estuvo en el centro de lo que parecía ser un cementerio pudo ver una figura sentada encima de una de las lápidas, balanceando sus piernas como una niña traviesa. En cuanto vio al caballero sonrió, bajó de un pequeño salto al suelo y caminó ante él, soltando un profundo y sonoro bostezo, cosa que hizo molestar a Hannibal.
—Como siempre sigues igual de ingenuo —decía aquella mujer mientras reía de forma burlona— no sé porque me sorprenderé. Será el tiempo que llevo sin verte. Sin embargo no estoy aquí para ponerme nostálgica, sino para acabar contigo.
Ella se acercó lentamente, caminando a su alrededor como un buitre que espera que su víctima sucumba y poder devorar sus entrañas pero él no estaba por la labor de ponerle las cosas fáciles. Sostuvo el mango de su espada provocando que las cadenas que portaba en el mango se adhiriesen a su antebrazo. Esta vez su corazón no era el que crujía a cada latido, esta vez no eran sus piernas las que flaqueaban antes del encuentro. Ahora él confiaba en su habilidad y superioridad, cambió totalmente las tornas y estaba listo para hacerle frente otra vez a aquella mujer que casi consigue arrebatar su la vida. Se acercó a espaldas del caballero para susurrarle que el final estaba cerca, que aquel lugar sería su cementerio y que las piedras del acantilado serían su tumba, pero estaba tan seguro de sí que la ignoró, lo único que le importaba era su sangre. De pronto Hannibal se percató y escuchó como los pasos de la chica eran de menor intensidad sonora, pudiendo deducir que se alejaba de su espalda pero este sonido venía acompañado del sonido del acero de su espada ser blandida. Él sabía que aunque era superior debía tener mucho cuidado, pues no estaba del todo seguro que aquella vez ella mostrase todo lo que sabía y arsenal que poseía. En un delicado movimiento ella lanzó la daga hacia la mejilla del caballero, quien totalmente confiado y quizás este fue su error fatal, se puso de perfil dejando que el arma únicamente le rozase la piel sin realizar siquiera un rasguño. En cuanto giró, ella ya no estaba. Agachó la mirada por un momento pudiendo ver únicamente el resplandor del reflejo de la luz proyectada en la hoja metálica de su espada ascender en dirección a su rostro. Apenas tuvo tiempo de reaccionar y retroceder, por lo que salió con una herida en el lado izquierdo del rostro, pasando justamente por encima de su ojo, dejándolo inutilizado temporalmente. Sin embargo, gracias a su entrenamiento él fue capaz de suprimir aquel dolor y aprovechar el momento para ensartar el pecho de la dama con su espada; provocando que cayese moribunda y malherida al suelo. Se postró ante ella, pensativo ante lo que debía hacer. Una gota de sudor recorrió su rostro mientras el viento acariciaba su largo pelo; el brillo de su espada la cegaba, el sol pronto saldría y quizás ella no llegase a ver ningún amanecer más. Sus miradas estaban fijas, inmóviles y cargadas de tensión.
—No lo haré —soltó la espada que sostenía haciendo un breve silencio—. No seré como tú.
Las cadenas que que iban aferradas al mango de la espada empezaron a salir de los antebrazos del caballero hasta terminar cayendo alrededor del filo de la propia espada. La mujer, con un gesto desconcertado en el rostro, golpeó el baldío terreno con sus manos gritándole y exigiéndole explicaciones a Hannibal del porqué de su decisión. Él sin gastar su tiempo en explicarle las razones de sus acciones a la dama se retiró de ahí para volver nuevamente al hangar donde se encontraba su nave. Entró por las compuertas de la misma y se dirigió de inmediato a la cámara médica que había en el interior de la nave. Allí era atendido sobre la herida que le fue provocada en su ojo izquierdo cuando de pronto la nave empezó a moverse bruscamente, como si algo la estuviese moviendo o chocase contra ella. Todos los que estaban en el interior de la nave empezaron a mirar por las escotillas para ver de qué o quién se podía tratar, sin embargo no lograron ver nada. Los médicos tras la intervención de emergencia a nivel celular en la cavidad ocular de Hannibal le preguntaron que hacer ante el suceso, puesto que él parecía bastante inquieto ante lo que acababa de ocurrir recientemente.
—Despegad de inmediato —ordenó Hannibal bastante preocupado—. Todavía no es el momento
—A sus órdenes general —respondió aquel recluta emergiendo de entre el sombrío rincón de la nave—.
Las compuertas de la nave estando ya cerradas, empezó a elevarse a consecuencia de los motores. El recluta, quién ya tenía conocimiento previo del manejo de las aeronaves de este tipo, recogió a recoger el tren de aterrizaje mientras la nave se iba separando poco a poco del hangar de aterrizaje en un lento ascenso hasta finalmente despegaba de aquella superficie con la intención de salir de la atmósfera del planeta. Tras el velo de polvo de roca alzado por el repentino despegue de la nave, emergía una figura desconocida para la mayoría de personas abordo de aquella nave, sin embargo, era alguien a quien Hannibal conocía bastante bien. Esta figura tras dejarse ver junto a un acompañante, bastante nervioso y preocupado, descolgó su sable de luz y sin dar un previo aviso decapitó a su acompañante encontrándose en un estado de furia y a la vez de profundo odio hacia los que se acababan de ir.
—El lado oscuro te absorbe, y tratar de salir de él es peor —confirmaba el Sith—. Terminas hundiéndote más.
Después de aquellas palabras la historia no se volvió nada agradable, así que omitiré todo lo que ocurrió durante ese periodo "oscuro". La nave de nuestro protagonista acabó llegando a un planeta conocido como Tython cuya presencia, aún con el poder que el Bogan le brindó en ella, alertó a una serie de individuos que habitaban el planeta y poseían un templo: Jedi. La llegada de Hannibal al planeta pareció provocar que el cielo oscureciese, las nubes empezaron a acumularse en el cielo y finalmente la esperada lluvia apareció. Entre la lluvia podía verse a Hannibal junto a su séquito de aliados, los cuales le acompañaron durante toda la travesía. Él sabía que lo que buscaba se encontraba en ese planeta y que por mucho que tirase por la borda, debía hacerlo, era lo correcto. Una luz de tonalidades naranjas se veía entre la fuerte lluvia que azotaba la superficie del planeta Tython, la cual fue iluminando diversas sombras de su alrededor. El rostro de un Jedi rodeado por diversos soldados cloon había sido revelado, que a sorpresa de Hannibal, lo conocía: era Vandir Kenobi.
—Sea lo que sea que estés buscando, aquí no lo encontrarás Sith —pronunció el maestro Vandir—. Así que márchate.
Hannibal sin decir todavía ni una palabra se inclinó ante el maestro hasta quedar una de sus rodillas apoyada en el suelo. El Jedi apagó su sable láser mientras Hannibal le contaba lo que sucedía sin despegar la mirada del suelo. Vandir se dio la media vuelta y le hizo una señal al Sith y a sus seguidores de que lo acompañaran al interior del templo situado en el planeta. Éste acompañó al maestro, para que como resultado de este encuentro tanto él como sus seguidores empezasen a iniciarse en la filosofía Jedi.
«Dicen que el destino es como un río que fluye únicamente en una sola dirección. No obstante aquellos que realmente lo han visto y conocido saben que el destino equivale al movimiento de un océano en plena tormenta. El destino de este hombre era ser Sith, o eso le hicieron creer: pero cada quién es dueño de su destino, el cuál se labra con las acciones que ocurren en el transcurso del presente.
Por esto mismo os invito a todos a seguiros a vosotros mismos y no a otros, de hacerlo os perderéis sin encontrar lo que realmente buscáis y también se os invita a probar grandes cosas, de no probarlas nunca sabréis como acabarán.»
The end.
Última edición por Hannibal. el Dom Feb 16, 2014 1:50 am, editado 10 veces
Annibal- Mensajes : 964
Fecha de inscripción : 26/08/2013
Edad : 28
Re: [Roleo de Tython] It's not my time.
Yo lo tomaré, aunque no me ha quedado claro si harás la continuación.
De momento me gusta lo que veo, buena ortografía y una estética muy muy agradable. Sobre la "historia", al ser tan poco no tengo nada que criticar, pero me ha gustado lo que he visto.
Un saludo
De momento me gusta lo que veo, buena ortografía y una estética muy muy agradable. Sobre la "historia", al ser tan poco no tengo nada que criticar, pero me ha gustado lo que he visto.
Un saludo
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Tython] It's not my time.
Añadida la segunda parte.
Annibal- Mensajes : 964
Fecha de inscripción : 26/08/2013
Edad : 28
Re: [Roleo de Tython] It's not my time.
Wow, nuevamente la mujer esa... ¿pero no la habías matado? (?)
A ver si le agregas unas diez líneas más.
A ver si le agregas unas diez líneas más.
Satella- Mensajes : 1351
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: [Roleo de Tython] It's not my time.
Buenas
Me sigue gustando lo que veo, sobretodo la descripción del ambiente y los detalles de la batalla,. Lo único que he echado en falta ha sido la descripción física de la mujer, pero por lo demás, exquisito.
Sólo he advertido un error, y es la repetición de palabras. Cosas como "caminó por el camino" o poner las dos mismas palabras demasiado próximas son errores mínimos, pero que cualquier lector detectaría, y no es algo que quede bien en un texto.
El resto está perfecto, sigue así, y suerte.
Me sigue gustando lo que veo, sobretodo la descripción del ambiente y los detalles de la batalla,. Lo único que he echado en falta ha sido la descripción física de la mujer, pero por lo demás, exquisito.
Sólo he advertido un error, y es la repetición de palabras. Cosas como "caminó por el camino" o poner las dos mismas palabras demasiado próximas son errores mínimos, pero que cualquier lector detectaría, y no es algo que quede bien en un texto.
El resto está perfecto, sigue así, y suerte.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Tython] It's not my time.
Extendido un poquito más.
Annibal- Mensajes : 964
Fecha de inscripción : 26/08/2013
Edad : 28
Re: [Roleo de Tython] It's not my time.
Te recomendaría poner la música directamente de youtube y en spoiler. Sigue así.
Jensaarai- Mensajes : 5197
Fecha de inscripción : 27/08/2011
Re: [Roleo de Tython] It's not my time.
Roleo acabado.
Annibal- Mensajes : 964
Fecha de inscripción : 26/08/2013
Edad : 28
Re: [Roleo de Tython] It's not my time.
Me encanto la forma de entrelazar la situación con lo que qusiste expresar, perfecto.
Vontal Ghetto- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 31/08/2011
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