[Roleo de Ruusan] Erkältung
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[Roleo de Ruusan] Erkältung
por Invitat Sáb Ago 24, 2013 2:30 am
Erkältung
No podía ver nada, me sentía inútil, no me encontraba. Pronto, empezó a encenderse una luz y fuí lentamente recuperando la visión. Cerré un ojo para acelerar el proceso de acoplamiento. Ya luego de unos minutos, habiéndose transparentado el vidrio de mi cápsula, logré recordar dónde estaba. Endor.
Cuando se abrió la tapa de la cápsula criogénica que me contenía, empecé con pasos lentos para poder recuperar la sensación de caminar... Después de todo, habían pasado 8 años. Entré en la cámara de revitalización, para que todo el tejido perdido volviera a formarse y entrase nuevamente en el estado físico en el que estaba antes de introducirme en criogenización.
8 años...
¿Qué habría de pasar en 8 años que tendría que despertarme ahora?
Algo tenía que estar pasando...
Salí cuando terminó el proceso de la máquina, tomé mis pertenencias, mi armadura, mis sables y me retiré de la cámara. Al salir, sellé la puerta dónde se alojaba el holocrón jedi élite anteriormente, en las ruinas del templo de Endor.
Empecé a subir los escalones poco a poco hasta llegar a la superficie, cubriéndome de la luz que se filtraba entre la destruida estructura del templo y lo que se filtraba entre los árboles. 8 años sin ver la luz del sol... ¿Quién iría a pensarlo?
Mientras me acercaba al escondite de mi nave, no pude en ningún momento sacarme la incógnita de la cabeza, me perseguía, como el fantasma de mi pasado... Estaba ahí y decía "¿Qué me despertó?"
Descubrí mi nave, la cual estaba camuflada por la maleza y un grueso manto de hojas que había dejado en el lugar. Estaba intacta, como el primer día. En el lado izquierdo de la nave, se encontraba el logo de la orden Jedi Élite, desgastado y con una razgadura hecha por un sable láser, como intentando taparla. Así, del lado derecho de la nave, había un signo diferente...
Abrí la cabina de la nave y me introduje en la misma. Encendí los páneles, esperando que todo funcionase correctamente...
Mientras esperaba el análisis de la nave, me recosté y por mi mente pasaron unas memorias extrañas. Dasa ¿Qué había pasado con Dasa?
¿Qué había pasado con Endor?
¿Qué había pasado conmigo?
Tendría que resolver esas dudas. El problema era, no me querían en ningún rincón de la galaxia ¿no? Había renunciado a la "orden jedi" actual, había perdido a mis amistades, y los pocos que recordaba estaban o muertos o en el exilio. No tenía amigos en ningun lado, no tenía a nadie quien pudiera actualizarme, alguien que me tendiera una mano para ayudarme.
Entonces, tenía que comenzar de cero, desde alfa ¿y qué mejor lugar para empezar si no la capital galáctica?
Pitó la máquina que corría el informe del sistema, todo en orden. Así entonces, empezaría por ir a Coruscant para encontrarme nuevamente.
Cuando se abrió la tapa de la cápsula criogénica que me contenía, empecé con pasos lentos para poder recuperar la sensación de caminar... Después de todo, habían pasado 8 años. Entré en la cámara de revitalización, para que todo el tejido perdido volviera a formarse y entrase nuevamente en el estado físico en el que estaba antes de introducirme en criogenización.
8 años...
¿Qué habría de pasar en 8 años que tendría que despertarme ahora?
Algo tenía que estar pasando...
Salí cuando terminó el proceso de la máquina, tomé mis pertenencias, mi armadura, mis sables y me retiré de la cámara. Al salir, sellé la puerta dónde se alojaba el holocrón jedi élite anteriormente, en las ruinas del templo de Endor.
Empecé a subir los escalones poco a poco hasta llegar a la superficie, cubriéndome de la luz que se filtraba entre la destruida estructura del templo y lo que se filtraba entre los árboles. 8 años sin ver la luz del sol... ¿Quién iría a pensarlo?
Mientras me acercaba al escondite de mi nave, no pude en ningún momento sacarme la incógnita de la cabeza, me perseguía, como el fantasma de mi pasado... Estaba ahí y decía "¿Qué me despertó?"
Descubrí mi nave, la cual estaba camuflada por la maleza y un grueso manto de hojas que había dejado en el lugar. Estaba intacta, como el primer día. En el lado izquierdo de la nave, se encontraba el logo de la orden Jedi Élite, desgastado y con una razgadura hecha por un sable láser, como intentando taparla. Así, del lado derecho de la nave, había un signo diferente...
Abrí la cabina de la nave y me introduje en la misma. Encendí los páneles, esperando que todo funcionase correctamente...
Mientras esperaba el análisis de la nave, me recosté y por mi mente pasaron unas memorias extrañas. Dasa ¿Qué había pasado con Dasa?
¿Qué había pasado con Endor?
¿Qué había pasado conmigo?
Tendría que resolver esas dudas. El problema era, no me querían en ningún rincón de la galaxia ¿no? Había renunciado a la "orden jedi" actual, había perdido a mis amistades, y los pocos que recordaba estaban o muertos o en el exilio. No tenía amigos en ningun lado, no tenía a nadie quien pudiera actualizarme, alguien que me tendiera una mano para ayudarme.
Entonces, tenía que comenzar de cero, desde alfa ¿y qué mejor lugar para empezar si no la capital galáctica?
Pitó la máquina que corría el informe del sistema, todo en orden. Así entonces, empezaría por ir a Coruscant para encontrarme nuevamente.
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Contexto:
Estuve ausente como por 8 meses, de ahí el tiempo.
Endor es casi como mi hogar, también he ahí el porque mi apego. Continuará para iluminarlos de más o menos como es mi camino on rol (trato de llevarlo relacionado con el tiempo del pj)
*Esto es sólo una introducción*
Invitat- Invitado
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Ruusan] Erkältung
por Invitat Lun Ago 26, 2013 11:14 pm
Se encendieron los motores y finalmente, comencé a elevarme. Al elevarme, podía ver los restos del templo Jedi de Endor y no era más que nostalgia lo que pasaba por mi cabeza... Y mi corazón. Pero ¿No que tenía que dejarlo atrás? Sí, tenía que dejarlo ir ya, Endor había sido importante para mi, había sido mi vida, había sido mi sueño. Pero ese sueño había muerto hace diez años ya ¿Era posible que me estuviera culpando de nuestro fracaso todavía? No entendía del todo por qué me cazaba ese pensamiento de tener que dejarlo atrás, de haberla visto morir.
¿La había visto morir?
No lo recuerdo, por lo menos, no recuerdo el día que cayó, ni el día que fueron anhiquilados mis amigos. Más, leves detalles de una batalla en la cual no participé, me vienen a la mente cuando pienso en ella... ¿Podía ser?
Llevé mi mano a mi cinturón y palpé mi sable láser. Lo descolgué, lo llevé a donde lo pudiera ver y lo hice levitar frente a mis ojos. Para mi sorpresa, no podía creer lo que estaba viendo. Volví a llevarlo a mi mano, tomándolo en una posición para empuñarlo y lo encendí. La hoja de color rojo, brillante, pero con un entorno tan oscuro como la sangre. Volví a presionar el botón para apagar el sable y lo dejé caer sobre mi regazo. "No, no" Empecé a decir en voz baja, pero mediante seguía renegando, incrementaba el tono de mi voz
- ¡NO! - Renegué con un fuerte grito - Es imposible -
Entonces vino a mi mente, en forma de cortas imágenes, como yo mismo hice caer a los que "amaba". Pero ya nada podía hacer, ya muchos sentimientos se habían ido, y más que ira, me sentía frío, seco, vacío. Tenía que abrazar mi nuevo futuro y continuar con él. Pero, si estaba en Endor, algo había pasado. No era lógico, había algo que no encajaba ahí.
Sonó la alarma de salida de hiperespacio y Coruscant apareció en el espacio, viéndose como siempre, igual de poblada. Nunca gusté de Coruscant, pero tendría que meterme ahí, en esa jungla asquerosa, si quería realmente conocer qué me había pasado, y qué haría ahora.
¿Tenía amigos en Coruscant? Creo que era hora de ver eso.
Empecé a atravesar la atmósfera, disminuyendo en lo posible mi "señal de la fuerza" en un intento de hacerme invisible para sensibles.
- A ver, piensa - Dije en voz alta
¿Acaso no había nadie que pudiera ayudarme?
Sí lo había. Chie, mi querida Chie.
Empecé a navegar hasta un bar donde siempre se juntaban mercenarios. Después de todo, ella era Skirata, seguro sabían quién era. Estando cerca del lugar, comandé a mi droide astromecánico que se llevara la nave hasta la parte baja del edificio y que estuviera pendiente a mi señal. Me cubrí con mi túnica negra y bajé de la nave de un salto. Luego de cerrarse la cabina, mi nave empezó a descender lentamente y al desaparecer de mi vista, empecé a caminar hacia el bar. Los letreros brillantes estaban por todas partes, y se veía desde bastante lejos la fila para entrar. ¿Fila? ¿Qué había pasado en 10 años? ¿Tan famoso se había vuelto?
Me acerqué a uno de los guardias, estaba vestido de un látex negro y tenía un rifle en su mano. Detrás de él, pude ver lo que parecía un mandaloriano sentado, detrás de una cortina. Me dirigí al grandulón
- Me vas a dejar pasar - Le dije sin mirarlo, manteniéndome cubierto por la túnica.
- ¡JAJAJA! ¿Y tú quien eres? - Me dijo, mientras tomaba su arma.
- Un tipo con el que no te quieres meter - Le dije, pero fui pausado por otro tipo que quería colarse
- ¡Kryrl, se mete uno! - Gritó el grandulón sin dejar de mirarme.
El mandaloriano, de un disparo, logró neutralizar y dormir al insurgente.
Aproveché la distracción del mandaloriano para mostrarle mi sable láser al primer guardia. Este al verlo, se hizo de un lado y me dejó pasar sin decir nada. Pasando alado del mandaloriano, no lo voltié a ver, pero se tensó el ambiente. Él no se fiaba de mi.
Una vez dentro, me senté cerca de la barra y le pedí un trago cualquiera al cantinero. El tipo me miró y me dijo
- Aquí seguro no está lo que buscas - Me entregó el trago
- Sólo busco que se respondan mis preguntas - Le dije, tomando el trago
- Pero si estás dispuesto a pagar - Me dijo, riendo un poco
- Responde primero... - Volví a dirigirme hacia él
El tipo lo pensó, pero al parecer su necesidad por dinero lo cegó.
- Habla, extraño - Empezó a limpiar un vaso, avisándole a los seguridad que tuvieran cuidado conmigo
- ¿Quién es el dueño de este bar? - Le pregunté con un tono firme
- Un mandaloriano - Me dijo y rió
Suspiré
- ¿Qué sabes de Chie Skirata? - Le dije, alzando mi mirada para fijarme en su rostro, viendo así él el mio
Tartamudeó, como con miedo
- L-la señora S-sk-irata es la dueña del bar - Me respondió. Los guardias se levantaron para ver mejor, pero él les hizo una señal para que se mantuvieran lejos
Mientras el tipo hacía su seña, atraje del bolsillo de otro de los clientes un par de créditos de la república y los puse en la mesa. Antes de levantarme, bajé mi rostro, y volví a dirigirme al mesero
- Hay tres a mi derecha y dos a mi izquierda, estás tú con un arma debajo de los vasos que limpias. El tipo de la entrada y el mandaloriano - Le dije, mientras el intentaba tomar su arma - Pero son 7, no tiene sentido, ustedes suelen trabajar en números pares - Me detuve, mirando hacia la esquina de la barra - Además, no hay un cuarto para el dueño, lo que significa que - Giré en la silla hasta mirar a la mandaloriana que estaba sacando su arma de su funda, para apuntarme.
Me quité la capucha, mostrándole mi rostro a la mandaloriana. Esta bajó su arma.
- Chie - Sonreí
- ¿Ëresse? - Me dijo, enfundando su bláster.
Asentí con la cabeza. Esta me hizo un signo para seguirla hasta sus aposentos. Caminamos hasta la entrada y luego doblamos a la derecha de donde estaba sentada ella al principio. Entramos en una sala oscura, bastante grande y llena de muebles. Chie encendió la luz, indicándome que me sentara en uno de los sofás.
- Pensé que nunca te volvería a ver - Me dijo Chie, quitándose su casco
- Muchas veces pensamos cosas que no son ciertas - Me detuve y la miré mientras acomodaba su cabello - Sigues igual de hermosa... -
No dijo nada, pero me miró.
- ¿Qué buscas? - Me dijo, sentándose también
- Pues, necesito un lugar donde quedarme por un tiempo
¿La había visto morir?
No lo recuerdo, por lo menos, no recuerdo el día que cayó, ni el día que fueron anhiquilados mis amigos. Más, leves detalles de una batalla en la cual no participé, me vienen a la mente cuando pienso en ella... ¿Podía ser?
Llevé mi mano a mi cinturón y palpé mi sable láser. Lo descolgué, lo llevé a donde lo pudiera ver y lo hice levitar frente a mis ojos. Para mi sorpresa, no podía creer lo que estaba viendo. Volví a llevarlo a mi mano, tomándolo en una posición para empuñarlo y lo encendí. La hoja de color rojo, brillante, pero con un entorno tan oscuro como la sangre. Volví a presionar el botón para apagar el sable y lo dejé caer sobre mi regazo. "No, no" Empecé a decir en voz baja, pero mediante seguía renegando, incrementaba el tono de mi voz
- ¡NO! - Renegué con un fuerte grito - Es imposible -
Entonces vino a mi mente, en forma de cortas imágenes, como yo mismo hice caer a los que "amaba". Pero ya nada podía hacer, ya muchos sentimientos se habían ido, y más que ira, me sentía frío, seco, vacío. Tenía que abrazar mi nuevo futuro y continuar con él. Pero, si estaba en Endor, algo había pasado. No era lógico, había algo que no encajaba ahí.
Sonó la alarma de salida de hiperespacio y Coruscant apareció en el espacio, viéndose como siempre, igual de poblada. Nunca gusté de Coruscant, pero tendría que meterme ahí, en esa jungla asquerosa, si quería realmente conocer qué me había pasado, y qué haría ahora.
¿Tenía amigos en Coruscant? Creo que era hora de ver eso.
Empecé a atravesar la atmósfera, disminuyendo en lo posible mi "señal de la fuerza" en un intento de hacerme invisible para sensibles.
- A ver, piensa - Dije en voz alta
¿Acaso no había nadie que pudiera ayudarme?
Sí lo había. Chie, mi querida Chie.
Empecé a navegar hasta un bar donde siempre se juntaban mercenarios. Después de todo, ella era Skirata, seguro sabían quién era. Estando cerca del lugar, comandé a mi droide astromecánico que se llevara la nave hasta la parte baja del edificio y que estuviera pendiente a mi señal. Me cubrí con mi túnica negra y bajé de la nave de un salto. Luego de cerrarse la cabina, mi nave empezó a descender lentamente y al desaparecer de mi vista, empecé a caminar hacia el bar. Los letreros brillantes estaban por todas partes, y se veía desde bastante lejos la fila para entrar. ¿Fila? ¿Qué había pasado en 10 años? ¿Tan famoso se había vuelto?
Me acerqué a uno de los guardias, estaba vestido de un látex negro y tenía un rifle en su mano. Detrás de él, pude ver lo que parecía un mandaloriano sentado, detrás de una cortina. Me dirigí al grandulón
- Me vas a dejar pasar - Le dije sin mirarlo, manteniéndome cubierto por la túnica.
- ¡JAJAJA! ¿Y tú quien eres? - Me dijo, mientras tomaba su arma.
- Un tipo con el que no te quieres meter - Le dije, pero fui pausado por otro tipo que quería colarse
- ¡Kryrl, se mete uno! - Gritó el grandulón sin dejar de mirarme.
El mandaloriano, de un disparo, logró neutralizar y dormir al insurgente.
Aproveché la distracción del mandaloriano para mostrarle mi sable láser al primer guardia. Este al verlo, se hizo de un lado y me dejó pasar sin decir nada. Pasando alado del mandaloriano, no lo voltié a ver, pero se tensó el ambiente. Él no se fiaba de mi.
Una vez dentro, me senté cerca de la barra y le pedí un trago cualquiera al cantinero. El tipo me miró y me dijo
- Aquí seguro no está lo que buscas - Me entregó el trago
- Sólo busco que se respondan mis preguntas - Le dije, tomando el trago
- Pero si estás dispuesto a pagar - Me dijo, riendo un poco
- Responde primero... - Volví a dirigirme hacia él
El tipo lo pensó, pero al parecer su necesidad por dinero lo cegó.
- Habla, extraño - Empezó a limpiar un vaso, avisándole a los seguridad que tuvieran cuidado conmigo
- ¿Quién es el dueño de este bar? - Le pregunté con un tono firme
- Un mandaloriano - Me dijo y rió
Suspiré
- ¿Qué sabes de Chie Skirata? - Le dije, alzando mi mirada para fijarme en su rostro, viendo así él el mio
Tartamudeó, como con miedo
- L-la señora S-sk-irata es la dueña del bar - Me respondió. Los guardias se levantaron para ver mejor, pero él les hizo una señal para que se mantuvieran lejos
Mientras el tipo hacía su seña, atraje del bolsillo de otro de los clientes un par de créditos de la república y los puse en la mesa. Antes de levantarme, bajé mi rostro, y volví a dirigirme al mesero
- Hay tres a mi derecha y dos a mi izquierda, estás tú con un arma debajo de los vasos que limpias. El tipo de la entrada y el mandaloriano - Le dije, mientras el intentaba tomar su arma - Pero son 7, no tiene sentido, ustedes suelen trabajar en números pares - Me detuve, mirando hacia la esquina de la barra - Además, no hay un cuarto para el dueño, lo que significa que - Giré en la silla hasta mirar a la mandaloriana que estaba sacando su arma de su funda, para apuntarme.
Me quité la capucha, mostrándole mi rostro a la mandaloriana. Esta bajó su arma.
- Chie - Sonreí
- ¿Ëresse? - Me dijo, enfundando su bláster.
Asentí con la cabeza. Esta me hizo un signo para seguirla hasta sus aposentos. Caminamos hasta la entrada y luego doblamos a la derecha de donde estaba sentada ella al principio. Entramos en una sala oscura, bastante grande y llena de muebles. Chie encendió la luz, indicándome que me sentara en uno de los sofás.
- Pensé que nunca te volvería a ver - Me dijo Chie, quitándose su casco
- Muchas veces pensamos cosas que no son ciertas - Me detuve y la miré mientras acomodaba su cabello - Sigues igual de hermosa... -
No dijo nada, pero me miró.
- ¿Qué buscas? - Me dijo, sentándose también
- Pues, necesito un lugar donde quedarme por un tiempo
NO HE TERMINADO PERO VOY DE SALIDA, TERMINO LUEGO
Invitat- Invitado
Re: [Roleo de Ruusan] Erkältung
por Stryfe Lun Ago 26, 2013 11:52 pm
Va bien. Me gusta como relatas. Esa última escena del bar me hace acordar a una película de Statham no recuerdo cual. Espero su continuación...
Stryfe- Mensajes : 726
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Edad : 26
Re: [Roleo de Ruusan] Erkältung
por Satella Miér Ago 28, 2013 5:19 am
Hola, lo tomaré yo.
Perdón la tardanza.
Perdón la tardanza.
Satella- Mensajes : 1351
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Haurer- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 06/12/2011
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