[Roleo de Carida/Escrito] La dame nouvelle ~

por Naidath Lun Feb 11, 2013 7:43 am

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LA DAME NOUVELLE
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Podrán haber miles de personas que viven día a día con el pensamiento de un cercano futuro, siempre armándose de él lo mejor, como si de reyes se trataran. Al llegar aquel momento esperado se dan cuenta que es completamente lo contrario, ¿Será desgracia pensar en cosas próximas?. Sentir que cada ilusión que tienes es como una puñalada a tu realidad, impidiendo la alteración mediante tus deseos para ser libre de elegir. De esta manera caes en una eterna desgracia y oscuridad por cuanto haz deseado tener dicho futuro. El destino tiene el truco bajo la manga que contrarresta a todo individuo...¿Pero el individuo tendría la capacidad de absorber de aquel truco?

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Cubierta de simples y humildes túnicas oscuras se encontraba la dama, sentada en una de las tantas bancas que aquella cantina desgastada poseía. El lugar tenía la apariencia de como si algo hubiera arrasado con todo destruyéndolo, y luego estas ruinas emergían con las fuerzas de las corruptas almas que siempre quedan intactas luego de una horrible muerte. El desértico lugar, tendría la cantina en el centro del mismo, siendo su única edificación entre plantas y árboles secos, que por cierto eran extremadamente tóxicos, tal como si una maldición recayera sobre ellos. Volviendo al rumor de la oscura dama, se creía que ella era un horrible ente de oscuridad sobrecargada que no hacía más que dañar a todo aquel que la rodease. Todo hombre que llegase a toparse con la cantina, sufría de unos constantes escalofríos decayendo su fuerza con tan sólo toparse con la figura de la dama. Ella de forma tranquila, jamás emitía una palabra, mas quedaba postrada en el mismo lugar bebiendo alcohol. El cantinero, un dichoso señor de pocas palabras pero de mucha brutalidad, conocía a la mujer como si fuera su propia hija. Habrán mantenido más de una conversación alguna vez, pero no frente a la multitud de personas que osaban de temer de ella. Se decía que todo aquel que oyera su voz, sufriría de la eterna maldición, pero eran simples rumores. Sin embargo, la dama ignoraba a todo rumor y persona que se le acercase, los pocos que se le atrevieron a molestar su descanso sufrieron de una muerte próxima. Ella apostaba en sus juegos mentales a que eran causas naturales, pero de que la gente estaba loca era cierto. Debía comprender, que ninguno tendría salvación, siendo más que almas en pena respetando a su ''diosa'' cual demonio propio del Inframundo. Nunca se supo el rostro exacto de la mujer, puesto a que cubierto de un burka estaba, similando el color del resto de su túnica sin dejar ni un rastro de su piel. Lo único que se divisaba, eran sus ojos, ahora verdes como la energía fantasmal. El eco que emitía cada gota cayendo de las húmedas paredes, el golpe que hacía cada vaso de cristal contra las mesadas mas también el de la dama, y los susurros temblorosos de cada hombre desesperado, eran la música de los oídos de ella. El alcohol era eterno, sueño no existía ni para ella ni el cantinero, mantenidos en sus lugares como que si la muerte misma no pudiese molestarlos, era el indicio de la inmortalidad, la absorción de cada ente encerrado en las 4 paredes de la taberna.

¿Se trataba de alguna clase de brujería? Claro que no, todo tiene un principio y un fin. Supongamos que esa mujer desarrolló gran parte de su vida dentro de esa taberna, ni la luz del sol tocaba su piel ahora siendo años desde ese entonces. Lógicamente el lugar no tenía realidad alguna, era desolado y separado de cualquier otra forma de vida. Nadie podría salir ni ingresar de la desolación, perderían el rumbo como si caminaran en la eternidad siendo enmarañados por los dedos de la muerte. Todo era un castigo para el resto de seres, pero para la dama no era más que su trono.
- ¿Alguna vez supiste de mi nombre? Creo que nunca te lo he dicho, y como es mi último día de estancia querría decírtelo. Aprovecharé que yo tengo el poder de salir de mi reinado, ahora queda en manos de la nada, por lo cual destituyo de mi cargo como responsable de las almas corruptas. Ha sido divertido, pero es hora de volver con los míos. Deben suponer que estoy muerta o desaparecida, buscándome de un lado al otro como ratas de laboratorio. Aunque lo dudo, dudo de que todos aquellos tengan sentimientos, pues yo los he perdido, y soy muy egoísta considerando a los demás. Apuesto mi alma a que tú no tienes sentimientos, y no me mientas porque te reventaré la cabeza.
El hombre fregando vasos y copillas con su trapo blanco como la nieve, manteniendo su eterna higiene, no hacía más que sonreír a la dama a medida que apilaba los mismos a un lado, finalizando su trabajo diario. Él siempre disfrutaba de caer en la hipnosis de sus hermosos ojos grises, neutrales como nada indescriptible. Desviando una correcta respuesta, y doblando su trapillo para colocarlo a un lado, se dignó a responderle además de tomar su tiempo para elaborar una respuesta diferente a lo esperado.
- ¿No era que tú eras el ser más oscuro de toda la galaxia? Yo creo que todo ser viviente es idiota e iluso, tú misma viste que es una farsa eso, tu neutralidad se mantiene intacta y además de entregar tu alma a este servicio te doy mi NO. No te irás, no serás feliz, no tendrás sentimientos jamás. Te quedarás conmigo, serás como yo, aunque casi ya lo eres. Supongo que eso ya responde tu pregunta, ''reina'' Ravenna. Quítese eso, no hay de qué ocultarse, tus amigos ni nadie podrán rescatarte, estás apresada y si quieres llora, no me interesa cariño.
Estremeciendo el silencio con un golpe en la mesada de servicios, finalizó sus palabras viendo a la dama con un rostro carente de gestos o de alegría incluso tristeza. El burka de la mujer se consumía en el aire mas tratando esto de la fija mirada del cantinero en éste. Odiaba oír respuestas por parte de Ravenna, odiaba hacerla creer que algún día volvería a aquella ''dimensión'' a la cual pertenecía. Sin embargo, guardaba el miedo de que ella explotase queriendo acabar con todo a su paso, sabiendo que tiene el poder suficiente de hacer lo que quiera. Ella se mantuvo inmóvil, dejando su rostro al descubierto dibujándose toda la suavidad y blancura que éste poseía. No podría reflejarse en ningún tipo de espejo sin antes verse como ente astral, como si fuese un espíritu, y era todo tan extraño que generaba locura y desesperación en ella. Cada vez que las discusiones se entablaban, otra desgracia para el resto de los entes recaía también dañando al cantinero. Su ira era algo incontrolable, mas sólo quería volver a su natural vida, era ella quien decidía sobre su destino, era una de las simples condiciones en el trato. Reteniendo el enojo, no quitaba su mirada de encima del avaricioso hombre, pero cerrando los puños en señal de una devastación le respondió...
- Yo... yo me he hartado de seguir tus órdenes. De sobra sabes que yo decido en el destino de cada uno, hasta puedo matarte si lo deseo ahora mismo. Si quiero renunciar a ésto lo haré sin que tú te interpongas. Huelo tu miedo, y créeme que no es más que el potenciador de mi ego y de mi nula compasión. No me obligues a hacer esto, yo me iré y nadie quedará a cargo, esto será borrado del ''mapa''. Bien puedo formar el destino de los demás pero el mío no, y sé que es parte del trato, pero lo renuncio.
Los ojos de la mujer repentinamente se tornaron negros desde la iris hasta la totalidad, siendo ellos dos esferas oscuras que además emitían un aura hipnótica hacia él. El hombre nada más se negó a la cabeza notando lo que Ravenna tenía planeado, volteándose con desesperación caminando lejos de ella antes de que quisiese matarlo. Sabría que si ella dejaba de ser quien ahora era, su inmortalidad sería acabada, y no podría hacer nada tras dejar todo su cargo en manos de la mujer quien con facilidad podría dimitirlo.
- No pude haber sido más tonto. Eres una traidora y una irresponsable, y esperaré a que la locura se te pase, porque luego sé que vendrás a mi agradeciéndome todo lo que hice por ti dándome a entender que me quieres cuando no tienes sentimientos. Yo no siento nada, ni el calor del fuego ni el frío del hielo, pero sí siento tu enojo recorriendo por mi cuerpo cada vez que te molestas. Dama, piensa en lo que te digo, juntos recobraremos las almas suficientes para dominar todo lo que desees...

El alma se disipó en el aire antes de que ella respondiese, sin cesar el brillo de sus ojos siguiendo el rastro de su haz tras desaparecer. Absorbiendo el polvillo que alzó con una fuerte inhalación, supo la nueva ubicación del alma que más deseaba castigar. Ella tenía de sobra la decisión de sentenciarlo, pues ahora la venganza se alzaría con sólo sonreír de forma maléfica hacia la dibujada luna cubierta de múltiples nubes bailando por los cielos, de un lado a otro...
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Spoiler:

La inmensa instalación bajo tierra perteneciente a la cantina no eran suficientes como para huir del rastro de la dama. Siendo una sádica mujer, disfrutaba de recorrer cada sala subterránea como si jugase algún tipo de escondidas con aquel sucio cantinero. Sabiendo su localización y notando que cada vez estaba más y más cerca, tarareaba una dulce canción al son de las cadenas arrastrarse por el suelo cosa de alarmar al hombre. Ella siempre supo sus miedos, sus debilidades, y sabía que el miedo a las cadenas era algo intocable que juró respetar, pero no fue así. Ravenna siempre ha sido una mujer temida, rencorosa, cruel y sanguinaria. Amante del arte de los asesinatos, el sabor de la sangre y el latir de los corazones moribundos hasta detenerse en la infinidad de sonidos. El palpitar nervioso del cantinero y la entrecortada respiración eran nada más que motivos suficientes para sonreír. El día final llegó para él, y la dama tenía su sala de torturas a la espera de una ''amorosa cita'' con él. Nada más oír las cercanías de la dama, el hombre no tuvo mejor idea que esconderse dentro de un armario. No podría esfumarse ante la ira de Ravenna, la cual anulaba todo tipo de escape para él. Ella sabía los juegos que podría llegar a hacer, mas no solo detectar que se escondió detrás de dicho armario, generaba chillidos en la mente del corrompido hombre hasta hacerlo rebelar detrás de ambas puertas. Salía con las manos en los oídos, casi tus tímpanos sangrando, de rodillas pidiendo piedad a la mujer. No sólo le causaba placer, sino que más deseo de acabar con su vida.

~ A dormir... ~
Dijo dando una orden instantánea lo cual obligo a éste mismo a caer en un profundo sueño mientras que su sangrado cesaba por voluntad de la mujer. No quería que muriese demasiado rápido, cosa que cargando el cuerpo mediante un tipo de control telequinético, se dirigió a los aposentos más oscuros que se pudiesen ver. Solía ser en las profundidades jamás vistas, un lugar que emanaba el olor del puro azufre, causando estragos y malestares a todo aquel que ose interrumpir la propiedad. Colocando al hombre en una silla ajustada de cintos de cuero suficientes para amarrar sus muñecas, pies y cuello, detuvo el espacio-tiempo de un chasquido lo cual todo se quedó paralizado. Desafiando las leyes de la gravedad, los elementos flotaban, variando entre cuchillas y navajas cortantes que utilizaba la dama en sus torturas. El hombre despertando, se topó con la horrible sesión que le esperaba.
- Ahora serás tú quien sufrirá sentado en esta silla. Pero te daré un consejo para la próxima vez: No te atrevas a retar a una mujer con la fisionomía de una delicada fémina, la valentía de un hombre y la fuerza de una bestia...
De esta forma, con tranquilidad la mujer se volteó hacia la pequeña mesa de herramientas, mientras el hombre mantenía intacto el deseo de gritar inútilmente las ayudas de librarse de esta furiosa mujer. Mas eso no era lo más molesto, sino que cada navaja y cuchilla flotante, cortaba el rostro el hombre en leves tajos causándole un ardor completamente arduo e insoportable. Reteniendo las ganas de gritar, entre dientes suspirando, observaba las espaldas de la mujer deslizando sus dedos cual bailarines por cada herramienta oxidada. Sin haber dado ni una sola palabra, la mujer volvía a voltearse soltando un suspiro característico de la compasión y la pena, lo cual generaba una engañosa calma en el cantinero. Viendo el rostro de la dama sonriente a la espera de una respuesta respecto a su tenencia, nada más ella se agachó quedando cara a cara con él. Pensando que nada le haría y cayendo en el engaño de que ella no iba a torturarlo, no se imaginó que mantenía cierta empatía con dos bestias carnales atrapadas en frascos de cristal. Las órdenes de la mujer no eran más que la liberación inmediata de dos gusanos carnívoros de 1 metro de largo y 3 centímetros de grosor. Éstos acatando mediante su empatía, se deslizaron hasta los pies de su ama quedándose inmóviles y vibrando esperando su objetivo. El hombre notando la llegada de los dos gusanos, quedaba con su rostro pálido como su lindísimo trapito de tela con el que solía limpiar. Ahora apartando la vista del temeroso hombre, susurraba palabras en cierto idioma que no podría comprender pero sí los gusanos, los cuales empezaron a trepar por la silla hasta quedar rodeando su cuello en cuestión de segundos. El hombre se sacudía con horror gritando con desesperación a la mujer, la cual firme en su lugar se mantenía sin hacer nada al respecto. Aprovechando las bestias de que el hombre no dejaba de gritar, se introducieron ambos por su boca segregando sustancias de paralización al contacto con sus labios. De esta manera nada más quedó boca abierto atragantado por los gusanos que pasaban a lo largo de su trazo estomacal, y el otro desviándose por su conducto respiratorio. Esto no impedía que el hombre sintiese algo o sufriese de dolor en los adentros, cosa que la mujer disfrutaba mucho dando una última vista al cantinero que en pocas horas, moriría.

La mujer se habría tomado su tiempo de escribir una pequeña reliquia de lo que había vivido, haciendo un breve resumen a todo aquel que lo llegase a leer. Mientras observaba por la cristalería de la cantina, denotaba como el cielo comenzaba a quebrajarse y a llenarse de miles de colores cuales auroras boreales. Miles de almas en pena gritaban a los oídos de la mujer, que ésta sin importancia procedía con sus últimas palabras impregnadas en un viejo papiro:

Recuerdo como si fuera ayer el día que abandoné mi vida por tan sólo obtener la inmortalidad y la venganza sobre mis enemigos. No tengo moral suficiente para describir esto, pero me he dejado consumir por la mismísima oscuridad, que he sido yo. Al menos tengo la oportunidad de describir, que he sido la oscuridad por mucho tiempo. No sé cómo andará todo por allá, pero nunca olvidaré a todas las personas que alguna vez conocí. Veo la luz reflejarse en las nubes de humo que siempre fueron dominantes de mis cielos, y eso es señal de mi partida próxima. El lugar desolado, apartado de todo tipo de galaxia, era la ilustración y representación de cómo me sentía en mis adentros: Sola, seca, venenosa, consumida, usada...
Me he aburrido de odiar, creo que me he descargado bastante, pero no he conseguido de apiadarme de las almas que más deseaba sostener. Manejé sus destinos y observé a cada uno por cada copa de alcohol, siendo éste mi vicio. Y puedo además aclarar, que hay un sólo sentimiento intacto que no ha desaparecido en mi: El amor. No olvidaré el rostro de ese hombre que se ganó mi plena alegría, volveré por el nada más...

Spoiler:

Tras finalizar sus escrituras, sintió un gran temblor en la tierra, comenzando la destrucción completa del área de la desolación y la condena eterna. Ella con tranquilidad sabiendo que todo salía como sus planes ordenaban, volvió a caminar directamente hacia la sala de torturas. Escuchaba el show que los exteriores brindaban: El cielo gritaba cuales truenos y centellas, un agujero en el cielo se formaba acorde al del suelo que todo se absorbían. Mientras la cantina intacta se mantenía, la dama aprovechó los últimos momentos para ver la muerte de la persona que más odió en la vida.
Topándose con el cuerpo del hombre reposando con la cabeza extendida en el respaldo de la silla, denotó que las cuencas de sus ojos vacías estaban derrochando lágrimas de sangre de por si mismos. Los gusanos habrían dejado hueco el cuerpo del hombre, devorando todo órgano incluyendo su cerebro mas no su sistema óseo. Éstos habrían salido por el recto, produciendo una hemorragia por ahí también quedando un charco de sangre alrededor de toda la silla. Mientras alguna que otra gota de sangre golpeaba el suelo, la mujer reventó a ambos gusanos de un abrir y cerrar de manos, transmitiendo toda su ira en ellos.
- Ahora bien, cantinero. Estés donde estés, deberás estar orgulloso de haber tenido la muerte más placentera de todas. ¿Te ha dolido? ¿Por qué no me haz avisado? Eres tímido muchachote, hasta nunca, desperdicio.
Y sonriendo con toda la furia del mundo y la ira intacta en las comisuras de sus labios, extendió sus manos lado a lado formando una estrella roja y brillando en los suelos rodeando la postura de la dama acorde a sus brazos señalando al norte y al sur también. La estrella comenzaba a brillar junto al control de la dama en este último ritual. Sus ojos ardían como si todas las llamaradas del infierno se tratasen, sincronizadamente además una voz ultratumba oraba aquellas palabras que la mujer decía siendo otro quien dominaba su cuerpo. Repentinamente, luego de un extenso ardor y dolor, todo desapareció, explotando en un haz de luz y fuego ardiente hasta cesar en la mismísima oscuridad.

Dando una gran bocanada de aire, Ravenna volviendo al mundo real salía de aquel lago que estuvo sumergida por tanto tiempo al parecer. La liberación de su ente fue hecho entonces, rompiendo todo trato propietario de su alma ya no corrupta. Nadando por las oscuras aguas, simulando al lugar tan parecido al mundo de la desolación, llegó hasta la tierra caminando de esta forma, observando nada más un planeta realmente desconocido para ella, pero habitada por extrañas criaturas acuáticas a la espera de la mujer, con miedo y terror apuntando con sus nativas armas blancas hacia ella. De forma pacífica, no hizo más que mantenerse inmóvil, dejando flotar su túnica blanca en el agua a la espera de que alguno de los seres se dignase no se dignase a atacarle sino hablarle. Ravenna no tenía recuerdo alguno de su último encuentro real, lo único que hizo fue ver su reflejo en el agua lo cual dibujaba el rostro tan pálido y joven de ella, con una larga melena negra cubriendo a lo largo su espalda. Sus ojos eran grises, como lo más neutral o el cielo pintado de nubes, como hasta ese entonces estaba...

Spoiler:

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La continuación de este roleo lo haré aparte Smile

por Tragew Lun Feb 11, 2013 8:25 am

Si es la continuación debes hacerla en el mismo tema.

por Naidath Lun Feb 11, 2013 3:30 pm

Seltar escribió:Si es la continuación debes hacerla en el mismo tema.

Es completamente fuera de la trama, pero ok.

por Jensaarai Lun Feb 11, 2013 8:30 pm

Si te dije antes y te lo repito ahora, pobre cantinero Sad

Por lo demás todo te salió muy bien.

por Zekk Tainted Mar Feb 12, 2013 12:46 am

QUEEEEEEEEE ROLEO MÁS ABURRIDO POR DIOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

ABURRIDO, CANSINO, FEO, TOSCO, LENTO, SIN ACCIÓN...... AFFFFFFF............

PERO BUENO, NO ESTÁ MAL, PODRÍA SER MEJOR. PERO NO ME SUPERAS, SIGUE ASÍ MI SUPER ADMIRADORA SECRETA QUE YA NO ES SECRETA.

¿CONTENTA?

por Naidath Mar Feb 12, 2013 12:48 am

Zekk Tainted escribió:QUEEEEEEEEE ROLEO MÁS ABURRIDO POR DIOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

ABURRIDO, CANSINO, FEO, TOSCO, LENTO, SIN ACCIÓN...... AFFFFFFF............

PERO BUENO, NO ESTÁ MAL, PODRÍA SER MEJOR. PERO NO ME SUPERAS, SIGUE ASÍ MI SUPER ADMIRADORA SECRETA QUE YA NO ES SECRETA.

¿CONTENTA?

JODC

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