[Roleo de Odacer-Faustin] Körps
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[Roleo de Odacer-Faustin] Körps
Körps
En la eterna negrura de los elíseos de la oscuridad, desde tiempos prácticamente remotos distintos voluntarios han servido a la causa de los Sith. Entrenados con el cometido de establecer la jerarquía del caos, la destrucción de la vida y la lealtad a los señores de la prole infernal, destinados a dar sus vidas por un dogma, por una causa y por una doctrina con el oscuro sueño de alguna vez formar parte de estas dogmas, adentrarse a ellas y triunfar entre el poderío verdadero. Los soldados Sith han sido leales y con su vida, acondicionados para sobrevivir ante todas las perspectivas y la nueva tropa de infantería que esta vez se centraba en el uso de la tecnología y no en el lado oscuro, por ende, una décima de estos hombres carecía de sensibilidad a la fuerza pero de alguna forma solían ser letales y temidos en las filas de sus enemigos, corría la voz que llegaron a ser inmortales y que se alimentaban de huesos, carne y todo tipo de materia para sobrevivir. Los mitos sobre estos soldados de infantería galáctica se han extendido como musgo en piedra, tan viles como un virus apoderándose de su víctima. Por una parte la formación de Odacer-Faustin requería de unos secuaces que sirvieran a todo lo que impone la malévola cámara de los Señores del Sith y esto requería una búsqueda de hombres capacitados y nunca habrá nada más capacitado que un hombre de infantería de este tipo.Con armaduras muy pesadas de colores grisáceos, negros y rojos, con cascos que portan visores térmicos que infunden un temor inmenso, jerarquizados militarmente y con un gran carisma en el campo de batalla, con armas pesadas, de artillería y todo tipo de vehículos que facilitan su trabajo y tropas especializadas en operaciones especiales, espionaje y eliminación. Fueron las unidades sucesoras de los mismos Massassi, de parte de los esbirros y toda las criaturas alteradas que sirvieron al Imperio Sith. La reforma tecnológica de Darth Revan y Darth Malak llevó a la instauración de unidades que fueran similares a las de la República Galáctica lo que incluyó un entrenamiento nuevo, se incluyeron disidentes de la República y todo tipo de mercenarios a sueldo de toda la galaxia. Formados violentamente, maltratados en su infancia y llenos de discordia finalmente crearon a los Soldados Sith, respaldaron a los Sith durante muchísimos años lo que los llevaría a múltiples victoria, cuyos sucesores en sí, serían las unidades que fueron de la República Galáctica y se volvieron el Imperio Galáctico durante el Alzamiento de la República gracias a la ejecución de la Orden 66 de Palpatine, el Canciller de la República mejor conocido como Darth Sidious, Señor de los Sith. Algunos desarrollaron la sensibilidad a la fuerza y formaron parte de las filas de sensibles como adeptos o como simples esbirros destinados al camino del lado oscuro.
Empezó el día, una cálida mañana en el planeta Bastión donde los grandes cañones llenos de piedra caliza concentraban la energía del sol y lo hacían cada vez más intenso, rodeado de espesos y áridos terrenos desiérticos, zonas inhóspitas pero a las lejanías yacía la vieja fortaleza de Bastión que alguna vez perteneció al viejo Imperio Galáctico y allí se encontraba un pequeño remanente de insurgentes que no tenía señor ni cometido, esta información se sabía desde tiempo atrás gracias a varios espías que fueron enviados previamente para investigar los parámetros de la situación. La ciudad de Bastión también tenía gran cantidad de mercenarios concentrados, casi todos con experiencia en el Imperio Galáctico y varios asesinos de élite, una ciudad de multi-enia y gran tecnología pero carecía de un buen ambiente, el calor era el enemigo y la pesadilla de todo ciudadano o ser que habitara en el planeta y lo peor de todo esto eran las densas tormentas de arena que azotaban la ciudad durante el día y la noche. Quizás es un planeta que se juzga mal pero aún así, es la dura realidad y la realidad debe tener su lugar en la historia. Una nave de carga aterrizó sobre un hangar en las afueras donde quedaba un pequeño poblado comercial que estaba bastante alejado de la fortaleza y de la ciudad, el poblado carecía de muchas cosas pero era un buen lugar para aterrizar y evitar detección, el lugar perfecto.
De allí bajó primero de forma lenta un sujeto que portaba túnicas negras y su cara yacía oculta, sólo se veía el color de su piel que era cubierto por una impenetrable sombra que infundía maldad. Seguido a esto, detrás de la figura bajaron varios sujetos de apariencia similar, también con túnicas de tonalidades oscuras y con una malevolencia tan grande que se podía notar la presión en el oxígeno. Los sujetos bajaban por el tren de aterrizaje, caminando y viendo a los alrededores, los tres finalmente llegaron al suelo y allí observaron el poblado comercial que no tenía mucha gente, sin embargo, aún la tenía y esto podía suponer una amenaza ya que la intención no era crear testigos, rumores o simplemente chismes que rondaran por ahí. La figura bajó la capucha de su túnica y así mismo, era Darth Kaar, la representación principal de Odacer-Faustin y uno de los Sith más temidos en toda la galaxia, adentró sus manos entre la túnica y de allí sacó un sable láser que representaba respeto con un mango de color dorado y varias inscripciones, lo deslizó y este se encendió, sacando un haz de luz de color rojo, la misma personificación de la sangre y la muerte en el rojo del sable, el brillo llamo la atención de los pobladores y sus dos secuaces siguieron los pasos de su líder, sacando los sables y encendiéndolos. Kaar sonrió, sus dientes eran muy blancos y se notaba lo macabra que era su sonrisa, hasta que empezó a reírse bastante alocado y sin motivo alguno, esto sería señal de una carnicería.
Los Sith dieron el saludo inicial creando una masacre con sus armas ceremoniales, asesinando a los pobladores uno a uno, un genocidio de corta magnitud pero bastante cruel, eran asesinados padres, madres, niños y hasta ancianos de varias razas, casi todos humanos, los Sith no tenían piedad ante nadie en la población. Un subordinado de la población empuñó una vibroespada con ambas manos y quiso enfrentarse al Sith, ambos batiéndose en un duelo, aunque a pesar del acto heroico a los segundos el sujeto desconocido sería asesinado por el sable láser de Kaar que atravesó la profundidad de su cuerpo y lo asesinó perforando toda su vitalidad, sus órganos y cayendo destrozado al suelo árido, marchitándose como una flor. Kaar mantenía su sádica sonrisa, le daba igual su ética, su moral y la justicia, continuaba con su vil masacre hasta que redució el poblado a cenizas por completo. Sus secuaces envilecidos por la crueldad empezaron a quemar el poblado, casa por casa y quemando dentro de esas casas a sus dueños, a cada poblador, a cada civil y a todo ser que se le oponiera. Los Sith cruzaron el pueblo sin dejar ningún testigo, ningún sobreviviente y creando la huella de los malditos, el mensaje de la destrucción y el cometido del lado oscuro que ya había llegado a las estepas de Bastión.
Cruzaron el desierto devastando todo a su paso como contaba la profecía de Odacer-Faustin. Los Sith volverían de la Necrópolis para abolir la paz, establecer un régimen de anarquía y destituir la armonía de cada rincón de la galaxia y así fue, por una parte, aunque aplicando el realismo es una simple búsqueda que ya tenía su preparación y que nada impediría a los Sith llegar a lo que están buscado. Se abrían paso por cada poblado que estaba alrededor del desierto, las tormentas de arena sacudían las estructuras ya quemadas y las cenizas del caos se extendían por todo Bastión. Los Sith de Darth Kaar cada vez se volvían más, aumentaba su cantidad y pronto se volvería un ejército de adeptos del lado oscuro, las incursiones a los pueblos eran devastadoras, no dejaban ningún sobreviviente y aquel que sobreviviera pronto sería encontrado, ninguno era digno de vivir ni de ser llevado como prisionero comenzando porque Kaar odiaba llevar prisioneros y le gustaba la carnicería, era algo natural en él y se caracterizaba por destruir todo lo que a centímetros de su suela esté, nunca estaba satisfecho y aún asesinando cosa que de verdad le hacía feliz, no encontraba ninguna satisfacción y lo hacía por simple fatiga. Finalmente llegaron a las puertas de la llamada fortaleza que fue del Imperio Galáctico y del Emperador Roan Fel. Los Sith multiplicados se movieron en muralla a la fortaleza intentando entrar y así encontrar a los insurgentes para que les sirvieran.
Tras entrar a la fortaleza violentamente y asesinando a todos los guardias de forma sádica, sacando sus extremidades y haciendo canibalismo en el campo de batalla, desgarrando carne, huesos y arrancando órganos. Los sables láser sonaban en eco y el brillo del rojo sangriento se reflejaba en las armaduras de los cadáveres de los soldados que montaban guardia sobre la fortaleza. La figura de Darth Kaar era tan malévola, cruel y escalofriante que aún cuando se acercaba a un jardín las flores se marchitaban y los cadáveres se volvían cenizas, los sobrevivientes a la presencia de Kaar pedían piedad y estos eran asesinados. La fortaleza era grande y esto era sólo el comienzo, en todo caso, los insurgentes debían tener un comandante y Kaar debía ganarse el mando de todas estas unidades o batallones. Se desplazó junto a todos su secuaces, esbirros y adeptos por el vestíbulo externo visualizando los alrededores, los secuaces del Sith colgaban a los cadáveres de cadenas y los enterraban de lanzas adheridas a la pared, torturaban a los sobrevivientes y creaban carnicerías con todos los cadáveres, los devoraban y gritaban victoria con los corazones de los putrefactos difuntos.
―¿Quién es el que se ha atrevido a cruzar esta fortaleza? ¿Quién ha sido responsable de tal carnicería? ¿Por qué?― preguntó un sujeto que parecía ejercer el mando sobre los batallones, vestía ropas militares y portaba varias medallas―
―Represento a la Orden Sith de Odacer-Faustin. Soy Darth Kaar, Señor de los Sith― así mismo respondió el Sith en un tono déspota, símbolo de carisma y poder, al mismo tiempo miraba al sujeto a los ojos y esbozaba una sonrisa―
―Me parece que usted es una figura de autoridad y la incursión de sus soldados ha sido rápida y al parecer, se le ha salido de sus manos esta carnicería genocida ¿No lo cree así?― expresó el líder insurgente de las guerrillas, motivado por sus éticas militares y despreciando el acto de los Sith―
―Arrodíllate ante mi, tendré clemencia contigo y tus vasallos serán felices teniéndote con vida, sería mucho más dinámico de la forma que te estoy sugiriendo― dijo Kaar con un tono de sutileza, demostrando todo su potencial en el campo de batalla y hablando sobre la grandeza de los Sith―
―¿Qué sentido tiene luchar por unos Sith qué no saben ni controlarse? ― formuló una incógnita que de una forma sacudió la mente de varios soldados pertenecientes a las filas insurgentes―
―El sentido de la vida, amigo mío.― agregó el Sith tranquilamente sin problema alguno y acercándose a él tras tocarlo del hombro y dar vueltas sobre él caminando lentamente―
―Serviré a ti, Señor de los Sith mientras puedas garantizar la supervivencia de mi y de mis hombres, luchar por lo que queremos, así mismo te serviremos― accedió el comandante de la insurgencia, inclinándose y bajando la cabeza con su vista al suelo―
―No te recomendaría confiar en un Sith, sin embargo, me parece inteligente tu propuesta y al mismo tiempo me es fácil la presencia de un comandante que pueda gestionar a sus unidades y servirme a mi de forma privada― empezó a reirse tras expresar lo que estuvo pensando varios segundos mientras oía al sujeto―
Ambas manos fueron estrechadas, las unidades de infantería que alguna vez sirvieron al Imperio Galáctico, hoy disidentes, servirían ahora a Odacer-Faustin, la Orden de los Sith, ahora con nuevos objetivos y una nueva base, dejarían la fortaleza de Bastión cargando todo lo esencial lo que incluía armas, equipamiento y todo lo referente a lo militar. La nave de carga estaba llenándose de soldados, así mismo de carga pesada de artillería y cogerían un nuevo rumbo al planeta de Odacer-Faustin, al gélido y nevado planeta que representaba la pura oscuridad, esta vez contaban con un ejército lleno de tecnología, nada mejor que unos veteranos y que ahora son más que leales a la Orden Sith. La nave cogió su rumbo y finalmente el objetivo de Darth Kaar fue cumplido, garantizado y un nuevo comienzo para la existencia de esta secta.
La obtención es:
+100 Soldados Sith
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Odacer-Faustin] Körps
Esta muy bueno el roleo, pero con mas imagenes quedaría mejor (y)
Re: [Roleo de Odacer-Faustin] Körps
Que brutal el roleo.
Baao- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 30/11/2012
Re: [Roleo de Odacer-Faustin] Körps
Me gusto, bastante bien.
Considero la obtención válida.
Considero la obtención válida.
Tyrone Tainted- Mensajes : 806
Fecha de inscripción : 09/11/2011
Edad : 28
Localización : Venezuela
Re: [Roleo de Odacer-Faustin] Körps
Está muy bueno...
Darth Plagueis- Mensajes : 1410
Fecha de inscripción : 05/02/2012
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