[Roleo de Odacer-Faustin] Brutalidad

por Invitado Mar Ene 15, 2013 5:59 am

Brutalidad

Tras el cautiverio de los prohibidos y el resurgimiento de las tinieblas personificada en la secta de usuarios del lado oscuro ubicada en las entrañas del planeta nevado Odacer-Faustin, entregados al fuego del odio y a la espesa niebla de la oscuridad. Bienvenido seas al legado de la brutalidad, la forma de demostrar los vínculos de un usuario con el reverso tenebroso. Entregados a la causa de la muerte una vez más resurgen del hostil paraje anexado a la prole del castigo, de la desolación y de la mentira. Los devotos del lado oscuro debían aprender a resistir el peso de los dogmas, el dolor de las doctrinas y la fuerza que ejerce el lado oscuro sobre cada ser mientras que existen seres que se encargan de predicar la verdadera filosofía y religión de las sombras. La pasión puede llevar a los amotinados a surgir como verdaderos Sith y llevarlos a la gloria mientras que la ambición puede destrozarlos y llevarlos al calabozo de la desolación, formado con lágrimas de aquellas madres que alguna vez perdieron a sus hijos, castigados y ejecutados fueron por la presión que ejerce tal tiniebla que yace eterna en la vida cotidiana de cada ser vivo y que está presente en los corazones de los débiles y finalmente es controlada por los fuertes.

El escalofrío rodea la dura coraza del corazón, altera el funcionamiento de la moral y finalmente acaba con el pensamiento como si se tratase de una dura y cruel enfermedad que destruye todo a su paso, sin compasión, sin cesar y con heridas que parecen temporales pero a la vez son ecos de la misma eternidad. Las cenizas del lado oscuro nuevamente fluyen entre las aguas de la vida, se retiene la capacidad de razonar y se llega a una conclusión definitiva que consiste en servir al reverso tenebroso pero este tiene un precio, el precio del castigo, el precio del dolor y el precio de la oscuridad, a la final, la constituimos como la brutalidad impuesta por la jerarquía de las tinieblas y por el baño de oscuridad que ha creado el torrente de sombras. El lado oscuro de la fuerza estará finalmente contigo y siempre que lo requieras, los residuos de oscuridad nunca serán borrados de tu interior, hoy naces como un devoto en el elíseo de la devastadora rutina de la destrucción. El cometido es servir a él, tu objetivo por siempre será aquel precio que te ofrecen las dogmas y ese precio lo pagarás con tu alma.

La selección de los impuros comenzaba el día de hoy. En los nevados y gélidos valles de Odacer-Faustin sobre la cordillera del este donde yacía un túmulo funerario bastante amplio ya que había una red de túneles en su interior que podía desplazarse según los rumores por toda la galaxia y sólo los verdaderos Sith podrían sobrevivir en sus interiores, pues, nada de lo que acontecía ahí o se encontraba ahí, se consideraba normal y se caracterizaba por contener ciertas anomalías sin explicar para los más nuevos y débiles, los adeptos del lado oscuro de la fuerza. Kaar, un respetado Sith de pasado desconocido, raíces muy oscuras y actitud muy fría llevó a cabo una expedición a los túmulos funerarios, donde se suponía que probaría las capacidades de los adeptos del lado oscuro y allí escogería los candidatos para ser Sith de los cuales sólo aprobaría uno de ellos para ser entrenado en las puras dogmas del reverso tenebroso. Sin embargo nadie conocía los métodos aplicados por Kaar, era un sujeto bastante duro, misterioso, temido y al mismo tiempo nunca mostraba compasión sin importar las consecuencias de sus actos.

Los reunió a todos, una situación cruenta y difícil ya que era en zonas inhóspitas y carentes de población. Los adeptos del lado oscuro se encontraban en fila, formados y firmes, dándose a conocer el nivel de disciplina que se les enseñó en la Academia Sith. Todos miraban a Kaar con una frialdad inigualable, sus ojos parecían gemas negras y vórtices repletos de oscuridad, infundían miedo pero al mismo tiempo el miedo estaba sobre ellos y no podían quitárselo. El Señor Sith posicionado frente a ellos, los miraba y se reía de forma cruel, se refería a ellos en un tono despectivo, hipócrita y bastante cansino en ámbitos de actitud. Finalmente tras los minutos de humillar a los adeptos, empezó a hablar referente al tema sobre la instrucción y que hacían sobre ese alejado sitio. Los amotinados tendrían que superar varias pruebas entre los túmulos funerarios y aquel que logre sobrevivir, algunos morirán y otros resignarán, fallando la prueba automáticamente, pues en caso de superarla, serán merecedores de aprender bajo las dogmas del lado oscuro de la fuerza, dicho esto, empezó a dialogar con los sujetos presentes en la formación.

―¿Por qué creen que están en este lugar?― preguntó con un tono de voz arrogante, mirando a cada uno de los presentes en la situación―

―¿Por qué usted nos llamó?― así mismo contestó, con su rígida y fija mirada al Señor Sith―

―Sin duda, es usted muy inteligente, espero que pase la fácil prueba que les pondré y que tu desarrollo entre el lado oscuro sea la mejor estadía que hayas tenido, ciertamente.― expresó con una sonrisa, viéndolo a los ojos―

―¿Será difícil la prueba que presentaremos?― interrumpió uno de los individuos con una incógnita mientras que utilizaba un tono de voz déspota y arrogante―

―Será más fácil mientras mantengas la cabeza en frío y te olvides de la existencia de los demás.― se movió al frente del joven, lo miró a los ojos y le contestó tras sonreír previamente―

―¿Qué significa lo que me quiere decir?― volvió a insistir el individuo acercándose a Kaar rompiendo la formación y siendo bastante insistente―

―¿Qué te hace creer que irás al túmulo funerario?― exclamó bastante enojado y tras sacar su sable láser velozmente de su cinturón, lo empuñó, encendiéndolo y decapitó al adepto que parecía preguntarle en exceso―

El silenció retumbó el lugar varios segundos hasta que cayó el cuerpo sin vida del adepto que al parecer quiso retar a Kaar con preguntas que no podían ser formuladas al ser una prueba que definiría el destino de cada uno de los seres que se encuentra en formación. El Sith ordenó que rompieran la formación y se prepararan para introducirse en las líneas subterráneas del lúgubre, estrecho y oscuro túmulo de catacumbas. Los adeptos empezaron a bajar las escaleras y poco a poco la luz del sol de Odacer-Faustin se iba perdiendo a si mismo, las tinieblas empezaron a hacer de las suyas y la luz, mermó. Al ser introducidos sobre las tumbas, se encontraron en una línea de túneles que transportaba a distintos cubículos funerarios donde no había luz, donde no había vida y donde se presumía que sucedían anomalías. La prueba parecía fácil porque nada pasaba hasta que los adeptos obsesionados con sobrevivir empezaron a enfrentarse uno a los otros, el egoísmo, el miedo y la ambición ya se empezaba a apoderar de los individuos. Cada vez más se volvía más oscuro el sitio, se tornaba un laberinto y ya no existía salida para ninguno de ellos, cada túnel era similar a un espejo y lo único que se encontraba en ellos era desolación. Las raíces de las sombras y un pasado basado en la ruptura de los antiguos hechiceros que sobrellevaban sus vidas en Odacer-Faustin, alguna vez, los túmulos funerarios fueron parte de rituales, torturas y encarcelamientos que llevaron a cabo los antiguos usuarios del lado oscuro que servían a Darth Drear y Darth Scabrous.

Todo sucedió hasta el último hombre en pie que finalmente logró encontrar una posible salida. Una gran escalera que al parecer tenía luz solar por una pequeña grieta pero justamente, en la llegada, se encontró a un ser de ultratumbas, un esbirro, una monstruosidad y algo que no parecía ser de costumbre. Tranquilamente y bajo la influencia de las sombras, desenfundó su sable láser de sus túnicas rojas y próximo a esto, lo empuñó con la firmeza de su mano derecha y lo encendió. Miró al ser desconocido a la cara, decidió lanzarse contra él y clavarle su sable láser en el estomago, finalmente atravesando a la criatura, un mar de sangre salió disparado del estomago y salieron sus órganos gracias a la gran abertura que causó el sable al atravesarlo, la criatura cayó hacia atrás y para terminar con el enfrentamiento, el adepto decapitó al ser extraño de una vez por todas, siendo su ejecutor y verdugo. El hombre subió la cabeza y vio a la luz, dándose cuenta que no era una salida, era una simple grieta para confundir a los forasteros, en dado caso, se enfureció y se tornó angustiado por la situación, buscando más que salir, poder asesinar a Kaar y darle una lección.

Gestionó sus pasos a partir de lo que el consideraba una posible salida de las catacumbas, donde fue siguiendo la huella de los muertos y encontró un gran cráter al final del acceso, corrió hasta él y a unos lados, avistó la luz que salía de la superficie, prácticamente estaba ya en una cueva, esta vez natural y de allí, salió, siguiendo los pasos de la energía lumínica. Una vez afuera, los copos de nieve se adherían a su piel y el frío empezaba a hacerse parte de él. Estaba en Odacer-Faustin, sin embargo, tenía que encontrar a Kaar lo que lo obligaría a caminar varios kilómetros, una travesía intermedia, pero valdría la pena, en efecto. La caminata fue larga y se encontraba cansado, bañado en sudor a pesar del frío y con mucha sed, hasta que llegó a donde inició el túmulo, la superficie, ahí vería a Darth Kaar junto a algunos de sus secuaces los cuales llevaban túnicas negras y unas características máscaras que infundían terror. Kaar aplaudió al elegido, tenía merecido su aprendizaje, sin embargo yacía totalmente furioso el adepto debido al cautiverio durante largas horas en el túmulo, veía a Kaar con odio, desprecio y rabia, nada podía compensar todo el odio que sentía sobre tal persona, encendió nuevamente su sable láser. Los secuaces de la personalidad descolgaron sus sables y los encendieron cubriendo a Darth Kaar sin embargo este evitó tal acción.

―Basta, no tienen que asesinarlo, es parte de la prueba que esté en tal estado.― agregó a los sujetos que se supone que lo protegían y lo escoltaban, evitando cualquier acto de violencia―

―¿Qué quieres de mi?― preguntó el muchacho completamente furioso, cegado por la ira y con una fuerte migraña que lo sacudía al mismo tiempo que el frío lo volvía loco―

―Superaste la prueba, pero no del todo. Tendrías que venir conmigo para ver tu aptitud como Sith, no muchos superan esta fase inicial y deberías sentirte con suerte y el honor de ser parte de todo esto ―dijo el Sith manipulando al adepto con una sonrisa y un tono que sonaba bastante lleno de sabiduría―

El joven se arrodilló ante el Sith, sin duda, había sido manipulado fácilmente dado a que la ambición que tenía era finalmente ser adiestrado en la Academia Sith bajo las doctrinas del lado oscuro de la fuerza y dejar de ser un simple adepto destinado a servir como esbirro. Kaar pasó la mano por su espalda y nuca, indicándole que se levantara, así mismo este se levantó y siguió a Kaar junto a los dos sujetos de túnicas vía a los aposentos en la Academia Sith de Odacer-Faustin. La llegada demoró bastante gracias a las nevadas que tuvieron que pasar en el valle de Odacer-Faustin pero aún así, lograron llegar a tiempo para la ceremonia que tenía preparada Darth Kaar. Se encontraban en el castillo y pasaron a él, en pleno vestíbulo externo, el adepto fue golpeado por ambos sujetos y dejado inconsciente donde se lo llevaron hasta el salón de Darth Kaar y ahí fue puesto con unas esposas de duralium en un altar completamente inmovilizado y sin poder usar la fuerza. El adepto despertó minutos después, en su vista, simplemente viendo la cara de felicidad del Sith y su estrecha sonrisa cuya sonrisa retumbaba su mente y nada más se presentaba en ella.

El Señor Sith empezó a torturar al individuo de la fuerza con varias descargas eléctricas que sobresalían de la palma de su mano y así lo hacía sufrir, este sangraba y gritaba desesperado debido al alto voltaje de las descargas, no lo matarían pero lo hacía sufrir de forma extrema. Sacaba lágrimas de dolor, por un momento Darth Kaar paró, en esto prosiguió pero esta vez golpeándolo fuertemente con ambos nudillos en el rostro, deformando su cara completamente y rompiendo su nariz, causándole gran dolor y arruinando su apariencia. El joven es un Zabrak de color rojizo que hace gran referencia al antiguo Darth Maul, el parecido era grande sin embargo carecía de tatuajes. Kaar sacó de un compartimiento de un cubículo algunos instrumentos de tortura lo que conformaba armas punzantes y de serrucho. Agarró una pequeña daga que empezó a clavársela sobre ambas rodillas frenéticamente, el adepto gritaba y el eco de sus gritos de desesperación se escuchaban a lo largo de la Academia Sith cosa que todos dentro, ignoraban.

Kaar destinado a probar sus capacidades perforaba su piel con el arma punzante, en torno a la situación de tortura, cambió de instrumento esta vez usando una especie de sierra con la cual destruía su dermis moviéndola de lado a lado y haciendo gritar al sujeto más y más, derramando lágrimas y sacando gran cantidad de sangre de todo su cuerpo, yacía devastado y sin ganas de vivir. Kaar cada vez hacía más intensa la tortura y aplicaba venenos de todo tipo sobre su piel, drenando su energía, enfermándolo y paralizandolo de alguna forma. El miedo estaba dentro del joven y la desesperación lo volvía loco, como el dolor ya se hizo costumbre. Al ver tales actos, quiso hacerlo sufrir más, abriendo un frasco y colocando un insecto alterado con la alquimia sobre sus heridas el cual devoraba la carne y la tornaba de color negro, esta ya se estaba pudriendo debido a la cantidad de daño y pronto se formarían gangrenas, con el tiempo, Kaar decidió parar de torturarlo y de un baúl, extrajo un reptil que contenía un fuerte veneno y empezó a aplicarlo en su cuerpo como tinta, con una pluma de acero empezaba a moldear el veneno como si fuese pintura y así mismo, creaba unos tatuajes cuya simbología entendían los Sith, el término de los tatuajes eran un honor para los Sith. La serpiente pronto murió tras echar todo su veneno y finalmente, los tatuajes habían sido creados en todo su cuerpo y su dermis. El sujeto estaba en parálisis, adolorido y moribundo. Kaar decidió dejarlo ahí, pronto lo soltaría y acercó sus labios a su oído, susurrándole en un idioma que no sería entendido, la ceremonia de investidura del aprendiz ya había acabado y el sujeto estaba listo para aprender.

La brutalidad es un placer que pocos entienden...

por Naidath Mar Ene 15, 2013 6:10 am

Me ha encantado Very Happy

la manera en la que escribes y eso, la admiro en serio. Y sí, te afirmo que tus roleos sin imágenes y escasos colores son los mejores, un saludo malvado.