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[Roleo de Coruscant] La búsqueda [Aequans]

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Mensaje por Defiance Dom Nov 18, 2012 7:16 pm

La noche y la lluvia caían sobre aquel valle. Una pequeña casa se ocultaba en la zona más baja, cerca del río, cubierta del frío por la gran silueta del pie de la montaña sobre la que estaba asentada. Fuera, no había nadie, sólo árboles mojados y esa oscuridad patética y deprimente, que le daba un tono bastante siniestro al lugar. Dentro de la casa, una chica joven y peliroja preparaba algo de comida. Mientras, su compañero de piso se encontraba en una pequeña terraza en el segundo piso, observando la lluvia caer. La casa era cilíndrica, por lo que a pesar de tener dos pisos, éstos estaban constituidos por únicamente dos cuartos pequeños. El muchacho, agachó su cabeza, y su pelo largo y acabado en picos cayó junto con ella. Con gran peso encima, caminó hacia una pequeña cápsula de cristal que comunicaba ambos pisos de la pequeña casa cilíndrica, y bajó hasta abajo. Ninguno sabía qué decirle al otro. La situación era triste y a la vez incómoda. Entre el sonido de la lluvia caer sobre la fachada y algunos relámpagos eventuales, se escucharon unos pasos, que se acercaban cada vez más a la casa.
El muchacho, alarmado, se giró hacia la chica
.


-Tienes que esconderte. Ve al sótano, no buscarán ahí.

-¿Qué harás tú?

-Sólo hazlo.

-No. No te dejaré solo.

-Hazlo, ¡maldita sea! No vienen a por mí.

Sonó un fuerte golpe, a la vez que la puerta de la casa cae abajo. El muchacho abre sus manos hacia un habitáculo oscuro de un armario empotrado, y de éste salen dos sables láser. El muchacho los agarra, tomándolos del revés, y los enciende a gran velocidad. No tardo en dejarse ver una figura notablemente más alta que él, de casi 2 metros, frente a los 1.85 del muchacho.

-¡¡Rápido Enya, al sótano!!

El chico salió corriendo hacia la chica, mientras que apaga sus sables. La tomó del brazo y la llevo hasta un pasadizo muy estrecho. Permitió que pasase ella primero, para posteriormente pasar él y cerrar la pequeña puerta.
Fuera, la gran silueta se mantuvo erguida, mientras que de su manga apareció un destello rojo, su sable. De detrás de él aparecieron otras dos figuras más, con sus sables encendidos también.


-Ya sabéis lo que tenéis que hacer.

La voz del tipo sonó severa. De inmediato, ambas figuras avanzaron hacia la compuerta por la que se habían metido los dos muchachos. Rompieron la puerta, con un único movimiento de manos. Dentro, el muchacho les esperaba. Las figuras buscaron con la mirada a la chica, y la encontraron un poco más atrás del chico, escondiéndose. Ambas figuras se lanzaron contra el chico, y éste trato de bloquear a las dos, pero únicamente pudo hacerlo con una de ellas. El golpe de una de ellas, lo lanzó hacia atrás. Uno de los encapuchados se movió a gran velocidad hacia la chica y la agarró de un brazo. De inmediato, el hombre fue apartado de ella por una fuerza invisible y golpeado contra la pared. Se puso en pie, y observó al muchacho atacando a su compañero, así que de inmediato, una bola de color rojo se materializó en su mano, y la lanzó hacia el cuerpo del chico, el cual la recibió de lleno por la falta de atención. El chico cayó hacia atrás. Ambos encapuchados agarraron a la chica, la cual no pudo oponer resistencia.

-¡No! ¡No os la llevéis, matadme a mí, ella no tiene culpa de nada!

Los hombres salieron con la chica inmovilizada al salón de la casa, y el chico los siguió corriendo. Allí, notó un calor ardiente recorrer todo su cuerpo, empezando por su cuello, subiendo hasta su cabeza y después quemando toda su columna vertebral, y sólo podía verse rodeado por unos rayos. Se vio tirado en el suelo, sin fuerzas para levantarse.

-Eras un guerrero, Roxian. Pero ya sabes lo que pasa cuando alguien abandona la Orden. Ahora, ella deberá de pagar con su vida, y tú con su sufrimiento, el error que en el pasado cometiste.

-No... Kragger...

En ese momento, su vista y su esperanza se nublan. El chico agacha la cabeza, y todavía con ese ardor en el cuerpo, una lágrima recorre su rostro. No es por el dolor que siente él, ni mucho menos.
Enya y él llevaban siendo pareja un año aproximadamente, y aunque él siempre visitó muchos planetas, jamás vio a una chica como ella. Ahora... ni si quiera él sabía las atrocidades que podrían llegar a hacerla.


Continuará


PD: Esto es una pequeña introducción, pero absolutamente necesaria porque es la base y le da sentido al resto del roleo, que lo iré en los próximos días, cada día un trozo más.


Última edición por Rhze el Vie Nov 30, 2012 4:14 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Darth Plagueis Dom Nov 18, 2012 7:25 pm

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Mensaje por Defiance Mar Nov 20, 2012 6:33 pm

Capítulo II. Roxian.

Varios meses después . . .


Roxian se agazapó en aquella zona elevada y apartada del campo de batalla. Una posición estratégica perfecta desde la que podía ver todo lo que sucedía sin ser visto. El estar en esa postura le resultaba incómodo. Debajo de su túnica negra, portaba una armadura que hacía tiempo que no vestía, y el tacto del interior de la coraza le resultaba extraño.
Mientras, abajo, se libraba una batalla por ... ¿por qué?
" Ni si quiera ellos saben por lo que luchan. Dicen que luchan por la libertad, pero ni aunque la consigan serán del todo libres, mientras que sus códigos dictaminen su vida. No tienen ni idea de lo que es ser verdaderamente libre ", pensó Roxian.
Y era verdad.
Los guerreros que él veía eran jóvenes. Jóvenes Jedi que tenían un gran futuro como próximos maestros, pero no como herramientas para el uso de algún que otro traidor. Les metieron esas ideas falsas tiempo atrás. Esa idea falsa de libertad. Ni Jedi ni Sith son realmente libres jamás.
¿Qué era entonces Roxian? Un Dark Sith.
Observaba con un destello de lástima en sus ojos azules a aquellos muchachos morir. Le gustaría poder bajar y ayudarles, pero esa no era su batalla. Además, su objetivo estaba a punto de llegar, y quería darle muerte rápido y sin llamar la atención.
Tantos cadáveres... aquel palmo del gran Arkania se estaba convirtiendo en un cementerio de Jedi. ¿Por qué no se retiraban? Los Sith estaban destruyéndoles por completo. Roxian miró hacia el cielo, cuando pudo ver una nave aterrizar junto a una pequeña edificación, alejada también del campo de batalla, pero que su buena posición le permitía ver. Sonrío para sus adentros. Cuando hubiese terminado su trabajo, estaría más cerca de Enya... o quizá no. Todavía pensaba que podía estar muerta, y que quizá estuviese librando una batalla que ya había perdido. Eso no importaba, lo que él ahora mismo deseaba era asesinar sin ningún tipo de piedad. Se puso en pie y comenzó a caminar, siempre intentando ocultarse, aunque con cierta dificultad, pues la nieve contrastaba con sus negras ropas.

Un encapuchado salió de la nave y se aproximó al campo de batalla. Dentro del hueco de la capucha no es veía nada más que oscuridad, ni si quiera el reflejo de unos ojos asesinos.
Pocos minutos después se la quitó. Una larga melena roja cayó por los hombros de aquel hombre, y unos ojos amarillos observaban con atención a aquellas presas Jedi tan fáciles. La ira recorrió su cuerpo, y de inmediato caminó hacia otra posición. Estaba deseoso de poder bajar ahí y asesinar a todos.

-Ya te tengo...-dijo en voz baja Roxian-

Prendió su sable y se deslizó por el lugar lentamente, como el león dispuesto a darle caza a la cebra.
El Sith pelirojo bajó hasta el campo de batalla, y con gran facilidad achicharró a dos Jedi usando su fuerza transformada en electricidad. El morbo de la batalla recorría sus venas, y sólo deseaba ser odiado para que aquellos seres le transmitiesen su odio, y así él hacerse más poderoso. Un muchacho rubio, mucho más joven que él se acercó con su sable azul en alto. El Sith lo bloqueó con facilidad, y después le corto un brazo.


¡¡Aghhhhhhhh!!-gritó el muchacho de dolor-

Sonrió. No había nada que le alimentase que el dolor. Sentir esa sensación fría, en la que sabes que tienes la muerte ante ti. Sin contemplaciones, le cortó la cabeza a aquel muchacho.
Una joven, morena y de estatura media venía con dos sables verdes en sus manos hacia él. Ésta le cortó el pecho satisfactoriamente, y el Sith sonrió. Lo cierto es que pocos Jedi estaban a la altura de hacerle sólo una herida, así que aprovechó para pelear contra esa muchacha. Lanzó contra ella sus dos sables, y los esquivó con una buena pirueta. El Sith lanzó rayos hacia la chica, y ella los retuvo con sus manos, pero el poder del Sith ganaba la partida poco a poco. Ella trató de contenerse, pero cada vez sus rodillas se doblaban más y más, hasta el punto de que quedó arrodillada. Entonces él se acercó a ella.


-¿Por qué venís aquí, Jedi? Vuestros actos no harán más que repercutir contra vuestras gentes. Cometéis un grave error, dama.

Tras haber dicho eso, el Sith hizo acopio de toda su fuerza y la transmitió a través de su otra mano en forma de rayos hacia el cuerpo de la chica.
¿Y? ¿Y los gritos? ¿Y los sollozos? ¿Y la sangre? Algo lo había bloqueado, ¿pero el qué?
Un encapuchado se había colocado entre él y la chica antes de que los rayos lograran alcanzarla, y bloqueaba éstos usando las dos manos. Este ser era notablemente más fuerte que la chica, y había algo en él que le resultaba familiar. Ambos hicieron fuerza, hasta quedar prácticamente pegados, mientras los rayos se mantenían activos entre las manos de los oponentes. De pronto, éstos desaparecieron y ambos salieron despedidos hacia atrás.
Ninguno de los dos llegó a tocar el suelo, ambos usaron sus habilidades físicas o la fuerza para evitarlo, así que pronto quedaron ambos de pie, mirándose.

-¿Has vuelto a por ella, Roxian?-Dijo el pelirojo de ojos amarillos-

-Hoy vengo a por tu sangre, Derckass.

-Jajaja... -rió el Sith- Mi sangre no es propiedad de aquel que la anhela por amor, joven Dark Sith. Detrás de este sable hallarás tu muerte. Retírate ahora, sólo hicimos nuestro trabajo.

-No, Derckass. Basta de esconderse. Hoy acabaré contigo, pero posteriormente Esmeth será mi víctima... luego todas estas armaduras serán destruidas.

-¿Crees, de verdad, que Kragger permitirá que hagas eso?

-Kragger no supondrá un problema... lo quitaré de en medio antes de que pueda hacer nada.

-¿Y cómo piensas hacer eso, Roxian?

-Asesinándole lentamente... y con saña.

En ese momento, ambos saltaron el uno contra el otro. Hubo un resplandor y una mezcla de colores. Los individuos quedaron pegados el uno al otro, bloqueándose mutuamente, mientras que a su alrededor todavía se libraba una batalla. Roxian lanzó hacia atrás a Derckass, y éste huyó hacia una zona más elevada, donde poder concluir la pelea de un golpe. Roxian le siguió saltando con la fuerza, hasta que llegaron a una roca bastante elevada. Hubo cortes y todo tipo de luces de por medio, pero ningún herido claro, así como tampoco un ganador. Ambos seres, tras unos minutos de batalla, se pararon y se miraron mutuamente.
Parecía que Derckass iba a decir algo, pero usó la fuerza para estrangular a Roxian y lanzarle contra el suelo. El Dark Sith quedó desarmado e inmovilizado. Derckass se acercó lentamente hacia él, y le puso el sable en el cuello.

-¿Sabes?-decía el Sith- Hace un par de semanas estuve en Korriban. Allí tenían a tu amada presa. Se divertían mucho con ella. Le pedimos muchas veces que nos rebelase tu paradero, pero ella se negó. Le pregunté el por qué de esos sentimientos hacia ti. Le pregunté por qué confiaba en un muchacho que no tenía más de 25 años. Y sobre todo quise saber, por qué te apreciaba a ti más que a su propia vida. " Porque sé que él volverá a por mí ", me contestó. Ahora, morirás sabiendo que le rompiste el corazón, el alma y la esperanza a la persona que más querías en este mundo, joven Dark Sith.

Derckass avanzó el pico de su sable hasta la cabeza de Roxian a una velocidad vertiginosa, pero de nuevo se quedó con las ganas. Sin sangre, sin dolor de por medio. Sólo dos sables verdes en forma de " X " cortándole el paso. Abrió más los ojos y entre la luz pudo ver el rosto de la joven dama de antes. El Sith usó la fuerza para lanzarla hacia un lado, lo cual permitió el movimiento dentro del cuerpo de Roxian nuevamente. Golpeó con el mango de su sable el Sith a la chica, sus sables quedaron apagados en el suelo, y ella agarrada con una mano a la roca, expuesta a una caída de 100 metros. Roxian corrió rápidamente hacia el Sith, y éste previniendo su ataque se giró y antepuso su sable. Hubo un momento de presión, pero rápidamente se separaron. Roxian desvió la mirada hacia la chica, y vio que ésta estaba cayéndose. No podía dejarla morir, le había salvado la vida. Así que, Roxian pensó algo. Lanzó sus dos sables hacia la cabeza de Derckass, sabiendo que éste los esquivaría fácilmente, y en ese movimiento del Sith, el muchacho salió corriendo contra él. Saltó de forma abrobática por encima de su cabeza, dando un giro en el aire y extendió sus dos manos, atrayendo de éste modo los sables de la chica, los cuales lanzó hacia el Sith, el cual estaba distraído. Le pasaron muy cerca de la espalda, propinándole un corte que no tardó en sangrar. Apenas un segundo después, Roxian ya tenía sus sables de vuelta en su mano, tras haber sido lanzados, y sin dudarlo, y esta vez girándose y apuntando, los lanzó hacia Derckass, el cual no pudo esquivarlos dado que estaba doliéndose de su reciente corte. Los sables atravesaron su espalda, haciéndole caer al suelo de rodillas.
Roxian respiró aliviado, y rápidamente recordó a la chica. Se giró rápidamente hacia ella, y observó que apenas se estaba agarrando con uno de sus dedos, por lo que se lanzó a agarrarla. La sostuvo con una única mano, pero de la fuerza que llevaba, el chico se pasó de frenada y quedó él también agarrado de una mano a la roca, y con la otra sosteniendo a la chica. Resistió todo lo que pudo, hasta que sus fuerzas se agotaron por completo, y cayó.
Gracias a dios, algo lo sujetó. Un muchacho, de más o menos su edad, estaba subido a la roca, agarrándole con sus dos manos por el brazo, y tiró de éste para elevarles a los dos hasta la roca.


-¿Estáis bien?-preguntó el muchacho-

-Sí.-contestó ella-

Roxian simplemente agradeció con un gesto de cabeza la ayuda proporcionada, y se dirigió al cuerpo de Derckass. Agarró sus sables, los cuales se encontraban en el suelo y los guardó bajo su túnica. Aunque de por sí no se le podía ver la cara puesto que llevaba un casco, se echó la capucha por encima, y se encaminó a bajar de la roca por un pequeño camino.
Los dos muchachos se quedaron mirándole, extrañados. La chica se atrevió a preguntar.


-¡Eh, tú! ¿Quién eres? ¿Por qué me has salvado?

Roxian se paró en seco y giró un poco su cabeza.

-Preguntarle a un encapuchado su identidad es algo un tanto estúpido, ¿no?

La chica se quedó callada, así que fue él quién prosiguió hablando.

-No importa por qué te haya salvado. Tú me has devuelto el favor, estamos en paz. Ni a ti te interesa mi vida, ni a mí la tuya.

El compañero de la chica miró a Roxian, sin saber muy bien qué decir. Después, ella continuó.

-¿Por qué vas encapuchado? ¿Por qué te ocultas?

-Lo que hay debajo de esta túnica y esta armadura está hecho de lo mismo que lo que hay debajo de tus ropas.

-¿Por qué has acabado con el General? Era nuestro objetivo primordial.

-A mí no me importan tus objetivos. Yo peleo por lo que yo creo conveniente, no por lo que creas tú.


Roxian bajó de la roca por aquella caminata. Cuando llegó abajo, el ejército Imperial se había replegado por la pérdida de su general, y eso les dio tiempo a los pocos Jedi que quedaban. Asentaron un pequeño campamento. Roxian decidió que no era buena idea pasar la noche ahí, así que buscó un buen lugar alejado de la nieve en alguna copa de un árbol.

-¿Quién crees que es?-preguntó la chica-

El chico no respondió enseguida. Tardó un poco en asimilar lo que se postraba ante sus ojos. Todo de aquel chico le resultaba extrañamente familiar, pero no quería saberlo, así que se limitó a decir " No lo sé ". Después, invitó a bajar a su chica y descansar un poco.

En los próximos días, la batalla se iba a volver mucho más complicada, y los actos desencadenados iban a ser tales que el futuro que les esperaba resultaría absolutamente impredecible.
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Mensaje por Saix Mar Nov 20, 2012 7:41 pm

Está buenísimo Murr...
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Mensaje por Defiance Mar Nov 20, 2012 8:13 pm

Gracias mouns xD.
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Mensaje por Darth Plagueis Mar Nov 20, 2012 8:15 pm

Sigue así Smile
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Mensaje por Lizbeth Viciouss Mar Nov 20, 2012 10:57 pm

Para ser sincera, la mayoría de los roleos nunca los leo porque me da paja , pero el tuyo me dejó intrigada y me gustó. Buen roleo! estaré esperando los siguientes capítulos.
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Mensaje por Defiance Jue Nov 22, 2012 2:50 pm

xD, Hoy mismo subiré la continuación. Aunque quizá por horarios para cuando leas este mensaje ya la habré subido, en cualquier caso gracias! ^^
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Mensaje por Defiance Vie Nov 30, 2012 9:27 pm

De repente un frío la invadió por completo. Sintió como sus huesos de repente le fallaban, y como su organismo parecía ralentizarse. Lo único que pudo hacer, es levantar la cabeza y observar a aquel hombre alto que se aproximaba. Un destello rojo apareció ante sus ojos. Y sintió de pronto ese vació interior. Ese vacío que parece que nada puede llenar... ese dolor prematuro antes de sentir como tu piel será perforada para abrirte camino hacia otra vida. Y...

-¡Despierta!-dijo el muchacho zarandeando el cuerpo dormido de la chica-

-Qué... qué pasa...-dijo ella como pudo, pues estaba aturdida-

-Vamos, Abie, despiértate. Los refuerzos han llegado, va siendo hora de que les pongamos en un aprieto a estos Sith.

-Ah... sí, es cierto. No me acordaba.


La chica se puso en pie, dejando caer hacia atrás su pelo moreno. Abrió sus ojos, pero los tuvo que cerrar de inmediato convirtiéndolos en dos rayas horizontales, dado que aún no se había adaptado a la poca luz que entraba en aquella casucha.
Se paró a pensar un momento en lo que había soñado. Esa sensación de frío...
Lo cierto es que hoy y los próximos días eran demasiado importantes como para permitirse un error, y no se podía centrar en otra cosa que no fuese la batalla. Luego se acordó de ese chico, el de la túnica y la armadura. Todo era muy extraño.
Se puso en pie y se colocó sobre sí su túnica marrón. Luego, tomó sus sables y los colgó en su cinturón también. Salió de allí, donde fuera la esperaba el muchacho que la había despertado, Dinam. Cuando salió, pudo ver muchas filas de Jedi colocadas y preparadas para la batalla.
Abie buscó con la mirada al chico del otro día. Buscó por las montañas, y lejos, bastante lejos, encontró un punto negro agazapado. Sólo lo distinguió por su capa, que se impulsaba hacia detrás por la acción del viento, porque de no ser por eso habría pasado desapercibido. Lo miró durante un momento, y después volvió a mirar al frente. El General Jedi Shenim dio la orden de avanzada, así que las filas Clones avanzaron primero, y rápidamente se abrieron hacia los lados. Los Jedi, después, salieron corriendo. A grandes velocidades e impulsados mediante la fuerza, en pocos minutos llegaron a la academia Sith de Arkania. Pasar aquella fortaleza sí iba a ser realmente difícil. Una gran máquina que expulsaba rayos por un cañón avanzó, junto con muchas tropas de Imperiales. Disparos, sonidos de láser, gritos... lo típico de una batalla. Abie reflejó un disparo de un Imperial, el cual volvió hacia él y de un impacto lo mató. No tardó en buscar a Dinam con la mirada. Él y un Sith joven estaban luchando con sable, pero Dinam es un Jedi bastante rápido, así que no tardó en desarmarlo e inmovilizarlo con la fuerza.
Siguiente objetivo. Aquel 'yoquésé' expulsa rayos, que realmente estaba causando muchos estragos. Los muchachos corrieron hacia el bicho, y éste de inmediato arremetió contra ellos con unos rayos de color amarillo intenso. Ambos esquivaron los rayos, pero por la potencia no cayeron bien al suelo, así que se golpearon. La máquina generó más rayos en su cañón, y se preparó para disparar. De pronto, otros rayos, pero éstos de color azul impactaron contra el robot, haciéndole girarse. Al fin, Roxian apareció. Lanzó su sable hacia el cañón, y lo cortó. Después, extendió su mano hacia la maquinaria viva y lo inmovilizó con la fuerza, terminando por hacerlo una bola enorme que lanzó contra varios Imperiales que se preparaban para disparar.
Abie miraba a aquel desconocido conocido. Se puso en pie, y continuó la batalla. Los Sith no tuvieron más remedio que volver atrás.
Un Destructor Imperial se acercó a la zona, sobrevolando Arkania. Todos los Jedi tuvieron que, inmediatamente, ponerse a cubierto. De la gran nave salieron otras más pequeñas. Éstas, tiraban cápsulas hacia los Jedi y los encerraban en ellas, para después volver hasta el gran Destructor, tomándolos de este modo presos.
Un padawan cayó en la trampa, y Abie rápidamente saltó a él para salvarlo. Pero sucedió lo mismo. Ella también cayó en la trampa. Una cápsula la absorbió de repente, llevándola hasta la gran nave.


-¡No! ¡Abie!-gritó Dinam-

El chico corrió rápidamente, esquivando Sith, y algunas cápsulas que trataban de encerrarle también a él. Llegó después de una larga carrera hasta el Destructor, y saltó hacia él. Se colgó como pudo en una ventana. Se agarró bien con las dos manos, pero para cuando quiso tomar mejor posición y colarse dentro el Destructor, repentinamente despegó, haciéndolo quedar colgado de una única mano. Un muchacho encapuchado y enmascarado saltó rápidamente hacia donde estaba él, y lo ayudó agarrándolo de la mano. Lo subió hasta arriba, de tal modo que pudieron colarse dentro de la gran nave, antes de que ésta saliese del planeta.


La chica notó un fuerte golpe que la aturdió por un momento. Abrieron la cápsula, y dos hombres la colocaron unas esposas, juntando sus muñecas a las espaldas. Muchas más cápsulas aterrizaban cerca de donde había aterrizado la suya, en una especie de huecos adaptados a su tamaño, y de dentro salían más Jedi prisioneros.
Los Imperiales llevaban a los presos, mientras que un Sith en la puerta vigilaba atentamen
te.

-Carne fresca...-dijo mientras que miraba a todos los prisioneros-

Los condujeron, a ella y a otros tantos entre pasillos, y a medida que iban avanzando y cruzándose por más pasillos, los iban separando, hasta que quedó ella sola con los dos Imperiales. Abrieron ambos soldados las puertas de una celda y dejaron a la chica dentro con un empujón. Después, se largaron, dejándola allí tirada.



-No hagas ruido, o activarás los sensores.-dijo Roxian-

Dinam asintió, pero no pudo evitar preguntar:

-¿Cómo sabes tanto de este lugar?

-¿Quieres que te cuente mi vida o que rescatemos a tu novia?

-No es mi...

-¡Sssh!-le cortó Roxian-


Un par de Imperiales se acercaban hacia su posición. A Roxian se le ocurrió una idea, y él y Dinam parecieron entenderse con una única mirada. Cuando los Imperiales pasaron ante ellos, los asesinaron y se colocaron sus armaduras. De este modo, pasaban perfectamente desapercibidos. Caminaron por los sectores del lugar, en busca de las celdas, pero la nave era demasiado grande, y llevaban rato dando vueltas en círculos. No podían dejar marcas en ningún sitio, ya que el aspecto tan impecable de la pared y el suelo de la nave haría sospechar que hay un intruso. Llegaron hasta un gran salón, abriendo una puerta. Allí encontraron a un hombre pálido, de aproximadamente 1,90, que se distraía leyendo una serie de planos. Éste, se giró lentamente al notar algo detrás de él.

-¿Qué queréis?

-Esmeth...-pensó Roxian-


Entonces, el muchacho, ardiendo de rabia, usó la fuerza para estallar la armadura y quedar de nuevo con su otra armadura y su túnica. Rápidamente se abalanzó sobre el hombre. Primero le golpeó con el mango de su sable en la cabeza, de tal modo que éste cayó al suelo. Dinam se retiró la armadura rápidamente y encendió su sable naranja. Él también fue hacia el hombre. Roxian lo mantuvo quieto usando la fuerza.

-Ah... Roxian... eres tú... ¿a por qué vienes? ¿A por el perdón y a decirnos que quieres volver a formar parte de nuestras filas?

-¿De sus filas...?-preguntó Dinam-¿Fuiste uno de ellos... Roxian?

-Ni mucho menos, Esmeth.-decía mientras acercaba el sable a su cuello e ignoraba por completo a Dinam- Tú sabes perfectamente a por qué vengo.

-Ah, sí, ella. No pensé que tuvieras las agallas de venir a por ella.


Roxian agarró del cuello a Esmeth y lo lanzó con toda su fuerza contra otra pared, haciéndolo golpear con muchísima fuerza. Y después, casi en un parpadeo, Roxian apareció de nuevo junto a Esmeth, tomándole del cuello.

-Escúchame bastardo, no tendré reparo en cortarte el cuello, así que dime algo o te mato.

-Bueno... estoy seguro de que tienes muchas ganas de matarme, pero no es la opción más correcta. Fuiste inteligente al matar a Derckass, pero yo soy una pieza mucho más importante. Imagínate que ahora me cortas la cabeza... la noticia no tardaría demasiado en llegar a Kragger, y entonces él usaría su hechicería para vincularte con ella, y la torturaría... y entonces tú sentirías y sabrías todo lo que siente y piensa en ella en ese momento.


Roxian apretó con mucha fuerza el cuello de Esmeth, hasta que detrás de él escuchó algo. Un impacto fuerte, y cuando se giró pudo ver a Dinam en el suelo herido. Aprovechó Esmeth este movimiento de Roxian para golpearle con unos rayos de color rojo que salían con muchísima fuerza hacia él. El muchacho calló al suelo, mientras que su capucha se echó hacia atrás, y su máscara se partió en pedazos de la potencia del ataque. Dinam pudo ver en ese momento el rostro del joven. Un muchacho de ojos grises, pelo no muy largo caído hacia un lado, color marrón. Ese rostro... le sonaba de algo.

-Qué patético eres Roxian. Todo ese poder que tienes lo estás desperdiciando, y terminará por despreciarte.

Esmeth paró los rayos, pero Roxian estaba demasiado cansado y herido como para poder pelear, al igual que Dinam. Los Imperiales que le habían herido le cogieron y le llevaron a otras celdas, mientras que Roxian se quedó con Esmeth en el gran salón. El Sith agarró al joven del brazo y lo arrastró por un pasillo, llegando hasta un laboratorio. Una vez allí, lo dejó en una camilla y lo ató. El Sith se quedó pensando un momento, y después miró a Roxian.

-Aún recuerdo nuestros tiempos en la Orden. No cabe duda que éramos un grupo muy a tener en cuenta. Éramos los Caballeros del Orbe. Destinados al poder para nuestro beneficio. Pero tú te enamoraste. Te enamoraste de esa chica... ¿por qué? Mira lo que te ha hecho.

-Ella no me ha hecho nada... -decía Roxian, como podía, como si articular cada palabra le costase un suplicio-

-Por favor, mírate. El amor... el amor te hace débil. El amor te llena de muchos sentimientos buenos, pero realmente son los malos los que de verdad te dan esa fuerza... ese poder. Eso que te hace levantarte a cada instante, ¿lo recuerdas?


Roxian se quedó callado. Su mirada estaba perdida, sólo escuchaba las palabras del hombre.

-Esa sensación. Sé que la recuerdas. Esa ira, ese odio. Yo veía en tus ojos la esencia de estos sentimientos. Veía en ti como odiabas cada cosa que te rodeaba. Veía en tus ojos la verdadera mirada de aquel que lucha por lo que cree conveniente sin importarle nada.

El Sith se acercó a Roxian, mientras que usando la fuerza atrajo hasta sus manos un par de artilugios, los cuales colocó al Dark Sith en su cuello, y éste emitió un leve quejido.

-La noche en que la conociste yo ya la había visto venir. Los muertos me lo dijeron. Pero pensé que tú serías mucho más fuerte. Yo pensé que no sería necesario tomar precauciones. Y aún así, te advertimos. Sabías de sobra las consecuencias que traería a la larga irte con ella. El que abandona la Orden no puede seguir viviendo, pues los secretos que ésta guarda son realmente poderosos, secretos que podrían hacer de un padawan todo un maestro Sith.

-Y ahora... me matarás.

-No. Te daré otra oportunidad. Volverás a ser de los nuestros.

-¿Y por qué piensas que haré eso?

-Porque si no lo haces, haré que contemples la peor tortura imaginable, usándola como conejito de indias, y después no te mataré, es más, te conservaré con vida durante toda una eternidad para que cada segundo que permanezcas vivo te duela lo que eres, y anheles la muerte.


El Sith se tocó su cabeza, la cual estaba apenas recubierta por un par de pelos de color gris. Luego, se tocó su barba, también gris y bastante abundante. Sus ojos blancos se clavaron en los del chico. Un droide le trajo una muestra de sangre, y después le extrajo a él otro poco. En una máquina, fundió la sangre. Tomó un libro de un estante, y leyó unos párrafos. Luego, el frasco con la mezcla de sangres brilló levemente.
El Sith sonrió. Ahora, siempre que Enya estuviese viva, Roxian estaría bajo sus órdenes, y si se negaba o se oponía, ambos sufrirían much
o. Muchísimo.



Dinam llegó malherido hasta una celda, donde le soltaron con brusquedad. Junto a él había un cuerpo. Un cuerpo que se mantenía en el suelo, tapado por una manta negra, larga. Estaba descalzo, pues veía como asomaban sus pies por una parte de la tela. No dijo nada. Pensó que fuese quien fuese, estaría muerto. De pronto, la manta se movió. De debajo de ella, el cabello pelirojo de una muchacha asomó para percatarse de la presencia de su nuevo compañero.

-Hola... me llamo Enya.-dijo una voz dulce, pero apesadumbrada por las circunstancias-

-Encantado, Enya...-el chico se dolió un momento- Yo soy Dinam.


Dinam se levantó un poco, dejando ver su herida.

-Vaya... estás herido... Dinam.

-Sí... es sólo un rasguño.

Hubo un momento de silencio. Entonces, Dinam miró a los ojos de la chica.


-¿Por qué estás aquí? No pareces una Maestra Jedi, ni tampoco alguien temido por los Sith... si fuese así, tu nombre resonaría por toda la galaxia.

La chica sonrió, pero rápidamente retiró su sonrisa.

-Estoy aquí por amor. Y posiblemente, el que amo lo esté pasando muy mal... y eso hace que tampoco necesite salir de aquí si no es con él.

El chico entrecerró los ojos. La miró dubitativo. Por su cabeza se pasó un pensamiento que no era posible. Él, le pidió a la joven que le contase su historia, y ella amablemente accedió.

-...entonces Roxian

-¿Roxian?-cortó el joven-

-¿Qué pasa? ¿Le conoces?

-¡Claro! Claro que le conozco, está aquí. Él ha venido a buscarte, y yo también he venido a buscar a alguien.

La chica se abalanzó a abrazar a Dinam.

-¿Dónde está?

-Recibió unos rayos de la fuerza de un tal... Esmeth, creo que era su nombre. Se lo llevó... no sé a dónde. Lo siento.


Entonces, Enya empezó a notar algo dentro de ella. De pronto, empezó a sentir dolor, leve, pero dolor. Cada vez se hacía más intenso, hasta que de pronto notó como todo el cuerpo le ardía, como si la electrocutasen.

No muy lejos de allí, en la misma nave, Roxian soportaba el mismo dolor. Pero no era el dolor de los rayos lo que le hacía quejarse, era el hecho de saber que ella estaba pasando por ese mismo dolor... por su culpa.


Esmeth dejó a Roxian ahí, tirado, atado en esa camilla de laboratorio, mientras que los droides hacían su trabajo.


-Cuando vuelva, habrá una armadura sobre ti. Una armadura que te recordará en cada momento por qué estás así, y las consecuencias que traerá tratar de pensar de otro modo. Mordiste más de lo que podías tragar.


Mientras tanto, Abie, esperaba sentada, simplemente meditando. Un Soldado de asalto se acercó para mirar, y ella lo llamó chistando.

-¿Qué quieres?-dijo-

-Si me sacas de aquí, informaré a tu superior de los movimientos que tienen planeados los Jedi.

-¿Y por qué debería de creerme eso?

-Porque es el único modo de que yo viva y de que Arkania no sea asediada.


El Soldado abrió la celda para conducir a la reo hasta Esmeth, para que le comunicase eso.
Abie era una chica bastante hábil, se movía muy rápido, y aprovechó eso. Rápidamente, zancadilleó al Imperial, el cual velozmente disparo hacia ella. La chica antepuso la unión de sus esposas con un giro en el aire, y éstas se separaron. Atrajo su arma mediante la fuerza y eliminó al Soldado de un disparo en la cabeza. Rápidamente, regresó a la celda, donde fuera se encontraban sus sables y sus túnicas. Se las colocó rápidamente. Luego, se coló por uno de los conductos de ventilación. Avanzó por éstos, tratando de buscar una sala donde poder salir y halló el laboratorio. Allí encontró a un chico, tirado, mientras que unos droides trabajaban sobre él. Al principio no le reconoció, pero al ver a un lado las túnicas de Roxian supo que era él inmediatamente. Se dispuso a bajar, cuando penetró en la estancia Esmeth, así que tuvo que quedarse en su escondite, simplem
ente mirando.

-Así estás mucho mejor...-decía el Sith, mientras traía consigo una especie de máscara- A partir de hoy, serás mi mercenario.

Una vez dicho eso, el Sith colocó sobre el joven la máscara. Entonces, él, lentamente se puso en pie. Simplemente, se quedó rígido. Sabía de sobra lo que sucedería si intentase hacer algo... así que apechugó. Esmeth caminó hacia otro lugar. Ordenó algo con un movimiento de mano a dos Imperiales que había custodiando la puerta del laboratorio. Esmeth llevó a Roxian, que caminaba tras él con la armadura hacia la parte más alejada de la puerta de aquella gran habitación. Lo ató fuertemente a unas cadenas, y le propinó un puñetazo. Luego, le retiró la máscara. Observó como a pesar de la fuerza que llevaba el golpe, su cara estaba intacta.

-Perfecto. Pero todavía te queda pasar la prueba de fuego.

Instantes más tarde, trajeron a una muchacha peliroja. Enya. La traían agarrada de los brazos, arrastrándola como si estuviese muerta, pero no lo estaba. La dejaron en el suelo. Levantó su cabeza lentamente, al igual que Roxian. Sus miradas se cruzaron.
Tristeza, alegría, culpabilidad, odio, rencor... una mezcla de sentimientos invadieron las mentes y corazones de los dos muchachos. Ella caminó hacia él. Sus ojos comenzaron a emanar lágrimas. Lo abrazó sin que él pudiese devolverle dicho gesto, pues estab
a encadenado.

-Mira lo que te han hecho... por mi culpa...

-No... yo estoy bien. Ahora eres tú la que debe cuidarse... a mí no me pasará nada.


Se quedaron callados. Ninguno quería que ese momento acabase. A pesar de las circunstancias, estaban juntos, así que ella simplemente le besó.
En ese momento Roxian se dio cuenta de una cosa. Se dio cuenta de que él no quería esa vida, y ella tampoco. Si debían de morir para estar juntos y en paz, lo harían. Un soldado agarró del pelo a Enya, y ésta apartó su brazo, así que la golpeó con su arma en la cara. Luego, tal y como la trajeron la arrastraron de nuevo. La ira que comenzó a sentir Roxian en ese momento era tal, que la sujeción de las cadenas comenzó
a temblar...

Continuará.


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Mensaje por Invitado Sáb Dic 01, 2012 5:35 pm

Sigo esperando los capítulos restantes.

Saludos.

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