[Roleo - Zonama Sekot] [RealHawk] - Crónicas [Relan]

Me encontraba junto a mi hermano pequeño, en uno de los montículos del planeta Zonama Sekot. Mi rostro se mantenía tétrico, no exento de una frialdad abrumadora. Tan solo aparentaba lo que no era realmente. Soy un Dark Sith, un angel libre de códigos y rituales, partícipe de una hermandad, que cada vez está más unida. Mi hermano giró su rostro, lo suficiente para poder mirarme directamente a los ojos.

~ ¿Qué te parecería entrenar, hermano? -Le dije entonces sin rodeos y sin vacileos.

El asintió con su cabeza, y ambos bajamos al templo para entrenar. Pronto se celebraría un torneo de seguidores, y tenía que preparar bien a mi hermano de sangre, aún yo siendo un aprendiz, podría transmitirle algún tipo de enseñanza, o simplemente mejorar su destreza en el combate cara a cara. Llegamos a la zona de entrenamiento, donde descolgué un arcaico, el cual le entregué rápidamente, para acto seguido retirar yo el mio. Comenzamos a entrenar, más no lograba estar a mi altura y podía colarle ciertos ataques aún con facilidad. Pero de todos modos no parecía que fuera el mismo que se crió conmigo, año después del fallecimiento de mis padres. Durante descanso y descanso en el entrenamiento, me paré a pensar en ciertas cosas que aún no tenía muy claras. Yo estaba bastante confuso, confiaba en mis hermanos, maestros y demás.

Pero había algo en mi pasado que no me dejaba estar tranquilo, rencor hacia alguien tal vez, o no... era rencor hacia mi mismo. Quería bastante a mis hermanos, por encima de todo, más no me quería lo suficientemente a mi mismo, eso era lo que más preocupaba de todo el asunto. Lo más importante era permanecer junto a mis hermanos y seguir creciendo. Más luego, durante el entrenamiento con mi hermano de sangre, algo sucedió, estaba demasiado pensativo, lo que me desconcentró y caí derribado por él.

~ ¿Sucede algo hermano? -Me dijo él tornándose serio entonces.

Me ayudó a levantarme, cuando mi maestro hizo acto de presencia. Nos miró a ambos y realizó una mueca con el rostro. Mi hermano de sangre se retiró, dejándome a solas con él. Annibal el cual era mi maestro, me contó que me había estado observando éstos días, que me entendía perfectamente, pero que el pasado tenía que quedarse atrás, y preocuparse solamente del presente. Asentí con mi cabeza entonces, cuando empezamos a entrenar nuevamente. Cuando acabé de entrenar salí un rato del templo para tomar aire, cuando noté a alguien que me seguía. Miré de reojo con bastante sutileza, hasta que me percaté de la presencia de algo detrás de unos matorrales.


~ ¿Quién anda ahí? -Dije a medida que prendía el sable láser.

Una persona pálida, despeinada, con unas túnicas oscuras se mostró ante mi. Me quedé boquiabierto cuando pude denotar que su rostro era totalmente idéntico al mio. Parpadée un par de veces sin saber que estaba pasando.

~ Tú me has invocado, soy tu pasado. -Me dijo esbozando una sonrisa tétrica.


OFF: Tan solo es una revelación, una ilusión, en el próximo capítulo se verá la continuación.

Aquella revelación era mucho más real, sobrepasaba los límites de la imaginación. En cuestión de pocos segundos me encontré atrapado en un mundo sombrío, rodeado de un montón de sombras que aclamaban por su libertad. No sabía donde estaba, era un mundo espantoso, lleno de llanto y crueldad. Muchas de las sombras estaban encadenadas entre si, siendo una sutil métafora de lo que había sido mi pasado. Una vida de esclavos, hasta el día que fui liberado.

~ Este es el lugar que escenifica tu pasado, el lugar donde vivo -Me dijo mi yo del pasado, con una mirada, ésta vez algo más apenada y entristecida.

Mi yo del pasado retiró un sable láser. Al encenderlo su tonalidad rojiza alumbraba el lugar. Miró mi cinturón, y acto seguido comprendí lo que quería decir. Retiré mi sable láser por precaución. Al hacer ésto dimos unos pasos, realizando un juego de pies bastante lento. Tras ésto chocamos los láseres, comenzando una batalla.

~ ¿Qué quieres de mi? Aléjate -Le dije con la esperanza de que lo hiciera.

Al rozar mi hombro con su sable láser tan solo noté una gran pena que recorrió cada ángulo de mi cuerpo, lo que hizo que me inclinara. Pero luego lo sorprendí con un ataque rápido, el cual logró detener.

~ Soy tu pasado, este mundo es el mundo paralelo en el que tu vivías con tus pensamientos -Me respondió después de haberle reclamado.

Supe lo que decía, había llegado a tenerme tanto rencor que acabé perdido en los recuerdos fríos y llenos de ira de mi pasado. Pero eso tenía que cambiar, lo único que estaba haciendo es intentar controlar mis emociones, las estaba dominando, pero para ello tenía que lograr algo más. Después de un largo suspiro me lancé contra él, cortandole la cabeza con mi sable láser soltando un grito de rabia. Al cortarle la cabeza tan solo se reformó entre sombras.

~ Bien, tan solo podías haberme derrotado si lograbas estabilizar tus emociones. Has derrotado a tu pasado, pero eso no significa que en éste mundo florecerá vida -Me dijo esbozando una sonrisa tétrica nuevamente.

No sabía a lo que se refería, cuando de repente empezó a florecer una flor del suelo. Abrí mis ojos sorprendido intentando tocarla, pero acto seguido se tornó una mera sombra.

~ No tan rápido, para que eso pase tendrás que ver a alguien, el te explicará como lograrlo, como él lo logró. -Me dijo dejándome con una intriga que me abrumaba.

Entonces una luz repentina que me cegó apareció en el lugar, mostrándose una puerta bastante grande frente a mi. Comencé a caminar mientras el se perdía en esa luz, caminando con sutileza y pasos lentos. Una vez crucé la puerta noté un paisaje totalmente diferente. Parecía ser un mundo de luces, estructuras holograma y gente lucida que se movía por el paisaje tranquilamente. Seguí avanzando por un puente que se iba formando delante de mi, hasta que llegué a una sala, donde había alguien en un trono. Alcé mi mirada visualizando entonces a alguien que no logré reconocer ésta vez.


~ Bienvenido aquí, soy tú yo del futuro, has logrado superar el paraje de tu pasado, pero no es suficiente para dominar las emociones, aún falta mucho. -Me interrumpió la observación del sitio repentinamente una voz.


OFF: Aún habrá más partes, espero que les haya gustado.

Ante la presencia de mi yo del futuro, quedé deslumbrado. Otrora solía ser muy diferente a lo que veía en frente de mi. El se deslizó por aquella especie de mundo holográfico hacia mi, con una guadaña en su mano. Sus túnicas eran lumínicas, más su guadaña era oscura, además de tener unas alas negras que lo hacían aún mucho más siniestro.

~ No sé porque te extrañas, sigo siendo tú. -Me dijo alzando la cabeza con aires de superioridad.

Me paré un momento a pensar, no sabía que hacer ante ésta ente espiritual. Volví a encender mi sable láser, mientras le miraba fijamente a los ojos. Me moví unos pasos hacia adelante, mientras él ondeaba su guadaña, que al parecer estaba unida a una cadena que se metía debajo de sus ropajes por la manga del brazo. Me fijé en ese pequeño detalle, pero sin despistarme de él. Sabía que si mi yo del pasado me había traído aquí era por algo.

~ Aquí hay gato encerrado. -Dije suspirando mientras liberaba mis emociones.

De repente escuché un chillido similar al de un estallido de miles de cuervos que casi me deja sordo. Observé como lanzó la guadaña hacia mi cambiando su rostro. Sus ojos comenzaron a sangrar y aquella ente fantasmal que parecía no haber roto un plato en su vida se tornó una oscura criatura con forma similar a mi. Por suerte logré evitar su guadaña, sorprendiéndome por éste cambio repentino que me dejó boquiabierto.


Retrayó la guadaña hacia mi intentando golpearme, pero bloquee la misma con mi sable láser. Miré de reojo la posición de el ente fantasmal, dejando fluir mi ira, mi odio hacia él. Se acercó hacia mi y le sorprendí con un corte horizontal a su hombro, obligandole a moverse hacia atrás. Cuando hice eso su rostro se tornó normal, pero sin embargo sentí una fuerza increíble que le rodeaba, una fuerza abrumadora que estremecería a cualquier enemigo.

~ Vas bien encaminado, pero aún no has resuelto la última pieza del puzzle. -Dijo el esbozando una sonrisa tétrica.

El poder reside en mi persona; es solamente para mi y mis hermanos, siempre tendré yo la última palabra y si para ello tengo que morir y resucitar lo haré tantas veces como haga falta. Esbocé una sonrisa en mi rostro burlona, girando mi sable láser un par de veces. Había descubierto la dichosa última pieza del puzzle y porque había llegado aquí. A medida que mis emociones eran liberadas y mis pensamientos eran más certeros, las alas del arcángel empezaron a desaparecer. En vez de atacarle le sorprendí, atravesándome el corazón con mi sable láser.

~ Si tengo que morir y resucitar mil veces, lo haré, tu esperame. -Dije totalmente confiado sin vacileos.

Nada más el arcángel desapareció, pues al morir mi yo del presente obviamente no existiría un yo del futuro. Abrí mis ojos en las afueras del templo en Zonama Sekot. Me había enfrentado a mis propias emociones y las había usado en combate. Me levanté con una sonrisa burlona en mi rostro, en ese momento compadecí por mi.


~ ¿Mis alas? No tengo, desaparecieron ya... -Dije para finalizar el recuerdo.


OFF: Aquí termina mi roleo de liberación de emociones Dark Sith, habrá más crónicas.