[Roleo de Ziost] Antiguas pesadillas [Relan]
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[Roleo de Ziost] Antiguas pesadillas [Relan]
Primera Parte: Recuerdos de un glorioso pasado.
Leyenda de Signos
"...": Recuerdos.
""..."": Sueños
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
"" Mis pasos resonaban firmes y contundentes. En cada pisada con aquellas nuevas y brillantes botas metálicas, un nuevo temor entre los que me rodeaban aparecía, y otro se alejaba con mi paso.
Me mantenía sereno y firme ante la mirada atenta de todos los que pasaban por mi lado.
Mi oscura capa ondeaba al viento con mi paso rápido, mientras recorría las interminables callejuelas del Templo Sith.
Lo único que a veces entorpecía mi paso era la leve herida que mantenía en el rostro, señal de una reciente lucha, una lucha que me marcó como un ser superior, más fuerte y poderoso que antes.
Había sido citado ante la Cámara Oscura, y aunque lo intentara aparentar, un nerviosismo recorría mi cuerpo. Me había preparado durante años para mis pruebas.
Un Guardián Sith debía ser alguien respetuoso, leal, temible, poderoso y bueno... se le podría definir de muchas formas y de muchas maneras. Pero era difícil alcanzar dicho rango, un rango que era prestigioso y temido para los que no formaban parte del exclusivo grupo, y aún más para los que pretendían serlo.
Aquella batalla era mi prueba, y había superado la prueba con creces. Mi destino ya se había sellado, y solo esperaba una confirmación.
Al fin, alcancé las puertas de la Cámara Oscura, y al observarme, los guardias me abrieron el paso de inmediato.
Entré y, tras de mí, las puertas se volvieron a cerrar.
Entonces el silencio llenó la gran sala y todos los miembros alrededor de la gran mesa de reunión centraron sus miradas en mí.
En ese momento, uno de los que se encontraba en uno de los bordes de la mesa se levantó ante todos, y me miró aún más fijamente.
Nada más que con su mirada clavada en mí, conseguía ponerme aún más nervioso.
-Lord Gevura. - Articulé por fin, mientras realizaba una leve reverencia.
Entonces, él miró a los demás seres de la sala, y luego retomó su mirada a mí.
- Tome asiento, Guerrero. - Me señaló uno de los Lores, mostrándome uno de los tronos vacíos.
De inmediato, me acerqué y, con suavidad, retiré el sitio y tomé asiento delicadamente. Me sentía incómodo, extraño, y a la vez superior en aquella posición.
El único momento en el que me tranquilizaba era cuando dirigía mi mirada a mi padre, el cuál me miraba atentamente.
Gevura volvió a tomar asiento, y siguió mirándome.
- Nathan, según me han comentado, - Comenzó Gevura, sin quitarme ojo de encima - conseguiste la victoria en el ataque que se sucedió esta mañana. Signos son tus rasguños por lo que veo.
- Así, es mi Darth.
- Tairon, ¿recuerdas que te pedí, o exigí como prueba para tu ascenso?
- La victoria, mi Darth. - Volví a responder, con el mismo tono.
- La victoria. Uhm..., es efímera, ¿no?
- Sí, mi Darth.
- Y tu... ¿consideras que conseguiste dicha victoria?
- No es a mi juicio el resultado de la prueba, soy el que debe ser juzgado.
- No me estoy refiriendo a tu prueba. Te hablo de la batalla en sí. Fue una batalla real, ninguna prueba. Esos Jedi pudieron haber penetrado nuestra fortaleza, y pudieron haber acabado con nosotros, pero tu, junto a algunos más, lo impedisteis, ¿cierto?
- Sí, mi Darth.
- Bien, entonces cuéntame. ¿Crees que lograste tu verdadero objetivo? Deberías saber responderme si acaso conoces tu verdadero objetivo aquí y para lo que se te probó.
En ese momento miré a mi padre, el cuál estaba frente a mí, y luego volví a dirigir la mirada a Gevura.
- A lo que aspiro, mi Darth, y para lo que he sido instruido, es para ser Guardián Sith. Como Guardián debería velar por la seguridad del Templo y por la de mis hermanos. Debo erradicar cualquier amenaza que intente destruir la paz interna de la Academia, y debo dar mi vida, si necesario fuera, para destruir esa amenaza. Sin ninguna duda, sin ningún temor y sin dilación. Sin vacilar ni alardear, simplemente cumplir mi misión: defender a mis hermanos, a los míos. Me han llamado héroe por varias acciones que realicé en batalla, salvando en tres ocasiones a tres de los nuestros, mas yo no me considero así. Yo aspiro a ser un Guardián Sith, y actualmente soy un Guerrero, un luchador, y ese era y es mi objetivo. No me considero un héroe, mas sí que cumplí mi misión y que, respondiendo a su pregunta, logré mi verdadero objetivo.
Al finalizar, volví a dirigir mi mirada a mi padre, el cual, de extraña manera, sonreía. Luego volví mi mirada a Gevura, el cuál esbozó un signo parecido, extremadamente raro en él.
- Bien Tairon. - Respondió por fin. - Tu padre te instruyó bien.
- No lo demasiado. - Sonrió mi Maestro, el cuál continuaba mirándome.
- Pues a mi juicio, has superado la prueba. Nathan Tairon, a partir de ahora, y de forma inmediata, te conviertes en Guardián del Sith de Esperanza Oscura debido a tus actos de valentía, lealtad y destreza que has mostrado y aprendido a lo largo de estos años.
Ahora, deberás jurar más lealtad que nunca. Deberás ser más fiel de lo que nunca fuiste, ya que ahora no sirves a esta academia, ahora eres miembro de la Orden Sith, formando parte de ella.
Entonces abrí los ojos, perplejo por aquello. Miré a mi padre, y de nuevo al Darth.
- A su vez, eres bienvenido en esta Cámara. A partir de ahora, formarás parte y serás miembro de ella. ¿Aceptas?
- Acepto, mi Darth. Juro lealtad eterna al Imperio Galáctico y a todo lo que con él conlleve...""
32 DGLS - Ziost; Orden Sith.
Aposentos privados.
De pronto, elevé la cabeza y me senté sobre la cama.
- Pero que... - Suspiré, llevándome las manos a los ojos.
Intenté ubicarme rápidamente.
- Solo ha sido un sueño... - Susurré. - Otra vez estos malditos recuerdos... ¡joder!
Entonces me levanté, y tomé mi túnica, me la coloqué, y me asomé a la ventana.
Un fuerte dolor invadía mi cabeza, y me impedía pensar con claridad.
- Dios..., ¿por qué tendré de nuevo estos sueños?...
Me giré, y volví a sentarme en la cama.
"Culpabilidad - Era lo único que sonaba en mi cabeza.
¿Pero culpabilidad por qué? Juré lealtad al Imperio Galáctico, es cierto, y le traicioné, es cierto también. Pero muchas cosas habían cambiado. Yo había jurado lealtad a un Imperio totalmente diferente al que abandoné y traicioné... pero ahora había vuelto... no entendía aquel sentimiento de culpabilidad.
- Ahora, deberás jurar más lealtad que nunca. Deberás ser más fiel de lo que nunca fuiste...
¿Por qué? ¿Por qué diablos aquellas palabras estaban tan apegadas a mi mente? La voz de Gevura resonaba en mí de forma incesante, y me estaba volviendo loco..."
Me levanté, y tomé rápidamente todos mis ropajes. Me los coloqué, y salí de mi habitación buscando un deshago inmediato.
Me sentía atrapado, y necesitaba liberarme.
Comencé a vagar por los pasillos de la gélida academia. Conseguía el apoyo necesario para mantenerme en pie apoyándome en las paredes.
Por suerte, a esas horas de la noche poca gente pasaba por allí, pero los que pasaban me miraban extrañados, aunque nadie se atrevía a dialogar conmigo.
La mayor parte de aquel lugar desconfiaba de mí, y otros tantos me temían. Sabían que fui uno de los Generales que luchó ferozmente contra ese mismo Imperio, y para todos, incluido para mí, era extraño estar allí.
"- Acepto, mi Darth. Juro lealtad eterna al Imperio Galáctico y a todo lo que con él conlleve..."
- ¡Dios! - Golpeé con rabia la pared en la que me apoyaba. - Que diablos me ocurre... hacía años...
De pronto, debido al fuerte dolor que se estaba gestando en mi cabeza, caí de rodillas en el suelo.
"- Acepto, mi Darth. Juro lealtad eterna al Imperio Galáctico y a todo lo que con él conlleve..."
- Otra vez... maldita sea... - Musité.
Entonces miré mis manos. Se habían producido surcos en ellas, y una especie de sangrado comenzó a surgir.
- Esto no puede continuar... o me acabaré volviendo loco.
Decidido, y llevado por una ira desconocida, me levanté con todas mis fuerzas, y comencé a aligerar mi paso.
Mis rápidos pasos resonaban agudos por los silenciosos pasillos de la Orden.
Después de recorrer un buen trecho de camino, logré alcanzar el hangar principal de la Academia. Me dirigí al mi caza estacionado y monté en él.
- ¡Dios! - Mis dolores comenzaban a agravarse, y cada vez iba a peor.
Rápidamente encendí los motores y paneles de navegación, y en apenas unos minutos atravesé la atmósfera de Ziost.
En ese momento ajusté unas coordenadas concretas, coordenadas que no visitaba desde hacía años... desde justo antes de mi rebelión al Imperio: Arkania.
Mi caza saltó a la velocidad luz y se perdió en la inmensidad de la Galaxia.
El sistema se colocó en automático, y todo se normalizó. Solté los mandos, y apoyé mi cabeza en un estrecho espacio en los mandos.
No paraban de asaltarme, continuamente, recuerdos de mi instrucción en Esperanza Oscura.
Algo había pasado en mí esa noche... algo había cambiado en mí... algo había resurgido.
Justo en ese momento, observé mi holoproyector en mi cinturón, y la idea que llevaba en mi cabeza desde que monté en el caza decidí hacerla posible.
Tomé el proyector, y lo active, grabando la situación.
- Padre... necesito enviarle esto de forma urgente. Con esto no pretendo ningún apoyo, de ninguna clase... no lo necesito. Pero algo extraño está ocurriendo en mí. Desde hace unos días tenía una extraña sensación, y todo se agravó esta noche.
He puesto rumbo a Arkania... la Fuerza me está llevando allí... algo muy fuerte me está atrayendo hacia ese planeta de nuevo.
Recuerdos de Esperanza Oscura me están asaltando, y presiento que si no voy a ese sitio, acabaré mal, loco y muy enfermo. Solo quiero que tenga constancia de ello.
Pronto nos veremos... espero.
Finalmente envié el mensaje a mi padre, y volví a fijarme en los mandos.
De pronto, un incesante pitido me despertó de mi sueño.
Elevé mi cabeza de los mandos, y observé los mandos. Me estaba acercando a Arkania, y la hipervelocidad se desactivaría pronto.
Me incorporé, y justamente el caza comenzó a detenerse lentamente, hasta parar en seco ante el blanco y frío planeta.
- Ahí está... de nuevo...
Suspiré, y volví a mirar mis manos. Las franjas que vi antes se notaban aún más esta vez, y las voces de mi cabeza se hacían aún más potentes.
- Mi hogar... - Resoplé.
Continuará...
Leyenda de Signos
"...": Recuerdos.
""..."": Sueños
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"" Mis pasos resonaban firmes y contundentes. En cada pisada con aquellas nuevas y brillantes botas metálicas, un nuevo temor entre los que me rodeaban aparecía, y otro se alejaba con mi paso.
Me mantenía sereno y firme ante la mirada atenta de todos los que pasaban por mi lado.
Mi oscura capa ondeaba al viento con mi paso rápido, mientras recorría las interminables callejuelas del Templo Sith.
Lo único que a veces entorpecía mi paso era la leve herida que mantenía en el rostro, señal de una reciente lucha, una lucha que me marcó como un ser superior, más fuerte y poderoso que antes.
Había sido citado ante la Cámara Oscura, y aunque lo intentara aparentar, un nerviosismo recorría mi cuerpo. Me había preparado durante años para mis pruebas.
Un Guardián Sith debía ser alguien respetuoso, leal, temible, poderoso y bueno... se le podría definir de muchas formas y de muchas maneras. Pero era difícil alcanzar dicho rango, un rango que era prestigioso y temido para los que no formaban parte del exclusivo grupo, y aún más para los que pretendían serlo.
Aquella batalla era mi prueba, y había superado la prueba con creces. Mi destino ya se había sellado, y solo esperaba una confirmación.
Al fin, alcancé las puertas de la Cámara Oscura, y al observarme, los guardias me abrieron el paso de inmediato.
Entré y, tras de mí, las puertas se volvieron a cerrar.
Entonces el silencio llenó la gran sala y todos los miembros alrededor de la gran mesa de reunión centraron sus miradas en mí.
En ese momento, uno de los que se encontraba en uno de los bordes de la mesa se levantó ante todos, y me miró aún más fijamente.
Nada más que con su mirada clavada en mí, conseguía ponerme aún más nervioso.
-Lord Gevura. - Articulé por fin, mientras realizaba una leve reverencia.
Entonces, él miró a los demás seres de la sala, y luego retomó su mirada a mí.
- Tome asiento, Guerrero. - Me señaló uno de los Lores, mostrándome uno de los tronos vacíos.
De inmediato, me acerqué y, con suavidad, retiré el sitio y tomé asiento delicadamente. Me sentía incómodo, extraño, y a la vez superior en aquella posición.
El único momento en el que me tranquilizaba era cuando dirigía mi mirada a mi padre, el cuál me miraba atentamente.
Gevura volvió a tomar asiento, y siguió mirándome.
- Nathan, según me han comentado, - Comenzó Gevura, sin quitarme ojo de encima - conseguiste la victoria en el ataque que se sucedió esta mañana. Signos son tus rasguños por lo que veo.
- Así, es mi Darth.
- Tairon, ¿recuerdas que te pedí, o exigí como prueba para tu ascenso?
- La victoria, mi Darth. - Volví a responder, con el mismo tono.
- La victoria. Uhm..., es efímera, ¿no?
- Sí, mi Darth.
- Y tu... ¿consideras que conseguiste dicha victoria?
- No es a mi juicio el resultado de la prueba, soy el que debe ser juzgado.
- No me estoy refiriendo a tu prueba. Te hablo de la batalla en sí. Fue una batalla real, ninguna prueba. Esos Jedi pudieron haber penetrado nuestra fortaleza, y pudieron haber acabado con nosotros, pero tu, junto a algunos más, lo impedisteis, ¿cierto?
- Sí, mi Darth.
- Bien, entonces cuéntame. ¿Crees que lograste tu verdadero objetivo? Deberías saber responderme si acaso conoces tu verdadero objetivo aquí y para lo que se te probó.
En ese momento miré a mi padre, el cuál estaba frente a mí, y luego volví a dirigir la mirada a Gevura.
- A lo que aspiro, mi Darth, y para lo que he sido instruido, es para ser Guardián Sith. Como Guardián debería velar por la seguridad del Templo y por la de mis hermanos. Debo erradicar cualquier amenaza que intente destruir la paz interna de la Academia, y debo dar mi vida, si necesario fuera, para destruir esa amenaza. Sin ninguna duda, sin ningún temor y sin dilación. Sin vacilar ni alardear, simplemente cumplir mi misión: defender a mis hermanos, a los míos. Me han llamado héroe por varias acciones que realicé en batalla, salvando en tres ocasiones a tres de los nuestros, mas yo no me considero así. Yo aspiro a ser un Guardián Sith, y actualmente soy un Guerrero, un luchador, y ese era y es mi objetivo. No me considero un héroe, mas sí que cumplí mi misión y que, respondiendo a su pregunta, logré mi verdadero objetivo.
Al finalizar, volví a dirigir mi mirada a mi padre, el cual, de extraña manera, sonreía. Luego volví mi mirada a Gevura, el cuál esbozó un signo parecido, extremadamente raro en él.
- Bien Tairon. - Respondió por fin. - Tu padre te instruyó bien.
- No lo demasiado. - Sonrió mi Maestro, el cuál continuaba mirándome.
- Pues a mi juicio, has superado la prueba. Nathan Tairon, a partir de ahora, y de forma inmediata, te conviertes en Guardián del Sith de Esperanza Oscura debido a tus actos de valentía, lealtad y destreza que has mostrado y aprendido a lo largo de estos años.
Ahora, deberás jurar más lealtad que nunca. Deberás ser más fiel de lo que nunca fuiste, ya que ahora no sirves a esta academia, ahora eres miembro de la Orden Sith, formando parte de ella.
Entonces abrí los ojos, perplejo por aquello. Miré a mi padre, y de nuevo al Darth.
- A su vez, eres bienvenido en esta Cámara. A partir de ahora, formarás parte y serás miembro de ella. ¿Aceptas?
- Acepto, mi Darth. Juro lealtad eterna al Imperio Galáctico y a todo lo que con él conlleve...""
32 DGLS - Ziost; Orden Sith.
Aposentos privados.
De pronto, elevé la cabeza y me senté sobre la cama.
- Pero que... - Suspiré, llevándome las manos a los ojos.
Intenté ubicarme rápidamente.
- Solo ha sido un sueño... - Susurré. - Otra vez estos malditos recuerdos... ¡joder!
Entonces me levanté, y tomé mi túnica, me la coloqué, y me asomé a la ventana.
Un fuerte dolor invadía mi cabeza, y me impedía pensar con claridad.
- Dios..., ¿por qué tendré de nuevo estos sueños?...
Me giré, y volví a sentarme en la cama.
"Culpabilidad - Era lo único que sonaba en mi cabeza.
¿Pero culpabilidad por qué? Juré lealtad al Imperio Galáctico, es cierto, y le traicioné, es cierto también. Pero muchas cosas habían cambiado. Yo había jurado lealtad a un Imperio totalmente diferente al que abandoné y traicioné... pero ahora había vuelto... no entendía aquel sentimiento de culpabilidad.
- Ahora, deberás jurar más lealtad que nunca. Deberás ser más fiel de lo que nunca fuiste...
¿Por qué? ¿Por qué diablos aquellas palabras estaban tan apegadas a mi mente? La voz de Gevura resonaba en mí de forma incesante, y me estaba volviendo loco..."
Me levanté, y tomé rápidamente todos mis ropajes. Me los coloqué, y salí de mi habitación buscando un deshago inmediato.
Me sentía atrapado, y necesitaba liberarme.
Comencé a vagar por los pasillos de la gélida academia. Conseguía el apoyo necesario para mantenerme en pie apoyándome en las paredes.
Por suerte, a esas horas de la noche poca gente pasaba por allí, pero los que pasaban me miraban extrañados, aunque nadie se atrevía a dialogar conmigo.
La mayor parte de aquel lugar desconfiaba de mí, y otros tantos me temían. Sabían que fui uno de los Generales que luchó ferozmente contra ese mismo Imperio, y para todos, incluido para mí, era extraño estar allí.
"- Acepto, mi Darth. Juro lealtad eterna al Imperio Galáctico y a todo lo que con él conlleve..."
- ¡Dios! - Golpeé con rabia la pared en la que me apoyaba. - Que diablos me ocurre... hacía años...
De pronto, debido al fuerte dolor que se estaba gestando en mi cabeza, caí de rodillas en el suelo.
"- Acepto, mi Darth. Juro lealtad eterna al Imperio Galáctico y a todo lo que con él conlleve..."
- Otra vez... maldita sea... - Musité.
Entonces miré mis manos. Se habían producido surcos en ellas, y una especie de sangrado comenzó a surgir.
- Esto no puede continuar... o me acabaré volviendo loco.
Decidido, y llevado por una ira desconocida, me levanté con todas mis fuerzas, y comencé a aligerar mi paso.
Mis rápidos pasos resonaban agudos por los silenciosos pasillos de la Orden.
Después de recorrer un buen trecho de camino, logré alcanzar el hangar principal de la Academia. Me dirigí al mi caza estacionado y monté en él.
- ¡Dios! - Mis dolores comenzaban a agravarse, y cada vez iba a peor.
Rápidamente encendí los motores y paneles de navegación, y en apenas unos minutos atravesé la atmósfera de Ziost.
En ese momento ajusté unas coordenadas concretas, coordenadas que no visitaba desde hacía años... desde justo antes de mi rebelión al Imperio: Arkania.
Mi caza saltó a la velocidad luz y se perdió en la inmensidad de la Galaxia.
El sistema se colocó en automático, y todo se normalizó. Solté los mandos, y apoyé mi cabeza en un estrecho espacio en los mandos.
No paraban de asaltarme, continuamente, recuerdos de mi instrucción en Esperanza Oscura.
Algo había pasado en mí esa noche... algo había cambiado en mí... algo había resurgido.
Justo en ese momento, observé mi holoproyector en mi cinturón, y la idea que llevaba en mi cabeza desde que monté en el caza decidí hacerla posible.
Tomé el proyector, y lo active, grabando la situación.
- Padre... necesito enviarle esto de forma urgente. Con esto no pretendo ningún apoyo, de ninguna clase... no lo necesito. Pero algo extraño está ocurriendo en mí. Desde hace unos días tenía una extraña sensación, y todo se agravó esta noche.
He puesto rumbo a Arkania... la Fuerza me está llevando allí... algo muy fuerte me está atrayendo hacia ese planeta de nuevo.
Recuerdos de Esperanza Oscura me están asaltando, y presiento que si no voy a ese sitio, acabaré mal, loco y muy enfermo. Solo quiero que tenga constancia de ello.
Pronto nos veremos... espero.
Finalmente envié el mensaje a mi padre, y volví a fijarme en los mandos.
De pronto, un incesante pitido me despertó de mi sueño.
Elevé mi cabeza de los mandos, y observé los mandos. Me estaba acercando a Arkania, y la hipervelocidad se desactivaría pronto.
Me incorporé, y justamente el caza comenzó a detenerse lentamente, hasta parar en seco ante el blanco y frío planeta.
- Ahí está... de nuevo...
Suspiré, y volví a mirar mis manos. Las franjas que vi antes se notaban aún más esta vez, y las voces de mi cabeza se hacían aún más potentes.
- Mi hogar... - Resoplé.
Continuará...
Darth Tairon- Mensajes : 2341
Fecha de inscripción : 23/08/2011
Edad : 28
Re: [Roleo de Ziost] Antiguas pesadillas [Relan]
Me agrado en parte, sería bueno con imágenes y tu y otra persona roleando en habbo (Si fuera posible).
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Relan- Mensajes : 1758
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Edad : 32
Localización : Pekin, China
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