[Roleo] Dos viejos amigos.

Amlan miró al viejo, que ahora se había sentado ante unos controles, y los movía. No parecía estar seguro de sus movimientos. De pronto, una pantalla enorme apareció en la cúpula que los encerraba. El anfitrión invitó al invitado a mirar. En la pantalla se pudo apreciar la imagen de Amlan y su hija... viva, dirigiéndose a entrenar. Sorprendido, el Maestro Jedi abrió más los ojos.

-¿Cómo puedes ver todo eso? ¿Nos estabas espiando?

El viejo negó con la cabeza.

-Para nada. La máquina me lo muestra. Puedo ver todo lo que sucedió en ese instante en Ossus.

-Vale, de acuerdo. Llévame al monte Crawr, acabaré con Domivet antes de que se le ocurra tocar a mi hija.

-Las cosas no van así, amigo. No puedes interferir de este modo en la historia. Quizá sería mejor que dejases una nota. Es decir, mándate a ti mismo una nota alertándote de lo que sucede.

Amlan asintió. No estaba seguro de que funcionase, pero había que intentarlo. Cogió papel y una pequeña pluma con tinta que tenía aquel anticuado viejo. En la nota puso : " Ve al monte Crawr. Él no ha muerto ". Se la entregó al viejo, que la introdujo entre dos cristales en aquella enorme máquina con el ventilador y los láseres. Fijó un punto donde colocarla: la mesa del estudio de Amlan. Activó la máquina, la cual empezó a mover el ventilador a una velocidad muy rápida, y los láseres se paseaban de arriba a abajo enfocando siempre al papel, oprimido por los dos cristales. De pronto hubo un agudo sonido, como un chirrido, y la nota desapareció. Volvió a mirar a la pantalla, y pudo ver en la mesa de su estudio la nota allí puesta.

-Ya está. Ahora sólo queda esperar, ¿dónde estabais Enya y tú ahora?

Amlan pensó y agachó la cabeza.

-En el coliseo.-Dijo con un tono serio-

El viejo, moviendo una especie de palanca, dirigió la imagen hasta el coliseo.
Otra vez ese momento... Amlan golpeando a su hija. Maldita sea, ¿por qué lo había hecho? Se sentía furioso consigo mismo por haberlo hecho.

-Fui muy duro con ella-Dijo Amlan, agachando la cabeza-

-No te culpes por ello. Eres su padre.

-Sí, pero hay otros métodos. Podría haber hablado con ella y...

-Amlan.-cortó el viejo- Todos cometemos errores, y ya está.

Ambos miraron atentamente la pantalla. Enya se iba de allí.

-Ahora es cuando Domivet la atrae hasta el monte, y...-Amlan no pudo terminar la frase-

Pasaron dos minutos. Amlan estaba ciertamente incómodo. ¿Por qué Enya no iba al monte? ¿Por qué iba a su casa?

-¿Qué está pasando?

-Parece que tu hija no va a ir directamente al monte. Quizá vaya a por algo antes, a casa.

Y en cierto modo, así era. Iba a por una nota de suicidio. Amlan observó atentamente como su hija entraba en su estudio.

-¡¡NO!!

El viejo estaba perplejo. Ambos sabían lo que eso significaba. Significaba, que eso ya había sucedido. Que anteriormente, él ya había mandado esa nota en el tiempo. Significaba que iba a morir de todos modos, pero se negaba a aceptarlo.

-Llévame allí, vamos.

-Espera Amlan. Aún no...-decía el viejo, sin quitar los ojos de la pantalla-

-¡Maldita sea, méteme ahí dentro y llévame hasta el monte!

En estos momentos, Enya ya estaba aproximándose al bosque. El viejo miró un momento un papel.

-Tienes que avisar a los soldados. Sin dar tu identidad.

" El tercero ", recordó de pronto Amlan. Era él, ese tercero, el cual no avisó a tiempo. No estaba dispuesto a fallar otra vez.

-Ponte esto-dijo el viejo, lanzándole a Amlan una túnica de color blanco-

Amlan la agarró rápidamente, y se la puso sobre su ropa, tapándose la cara con la capucha.
Se abrieron los cristales en los que había introducido la nota, y se metió dentro. El viejo accionó la máquina, y puso como destino un puesto de vigilancia, donde había algunos soldados. El ventilador comenzó a girar. Amlan se tumbó en aquella máquina, mientras los láseres le apuntaban, dejando su piel en un tono ligeramente verde. De pronto notó un mareo, dolor, mucho dolor y cerró los ojos. Todo giraba dentro de él. De pronto notó un calor ardiente en todo su cuerpo, y notó como se golpeaba contra el suelo. Se puso en pie, mirando el puesto de vigilancia. No había tiempo para quejarse. Corrió hasta allí, y observó el botón de alarma. Lo pulsó rápidamente, sin molestarse en avisar lo que sucedía, ni quien avisaba de ello. Los clones, subidos a lo alto de aquella torre se miraron unos a otros. Miraron abajo, y pudieron ver a un tipo con una túnica de color blanco corriendo hacia el bosque. No sabían bien por qué, pero decidieron seguirle.
Amlan llegó hasta el monte, y observó a su hija tirada contra una roca, y a Domivet frente a ella. No estaba herida, aún tenía tiempo. Prendió su sable de color verde, y saltó rápidamente contra el Sith, antes de que perforase el bazo de su niña. El asesino no tuvo más remedio que apartarse.

-Te estaba esperando-dijo sin más-Ahora sí has llegado a tiempo.

Amlan lo miró con extrañeza. Parecía como si Domivet supiese lo de la máquina, y todo eso. Pero le dio igual, le lanzó el sable y ya está. Domivet lo esquivó hábilmente, y Amlan lo atrajo mediante la fuerza, corriendo hacia él. Ambos se fueron a cortar la cabeza, por lo que sus sables chocaron automáticamente. Amlan cayó un momento hacia atrás, y Domivet se giró hacia su hija. Lanzó rápidamente su sable de color rojo en dirección al bazo de Enya... otra vez.
Amlan apretó los dientes, y usando su máxima velocidad y potenciándola mediante la fuerza se puso delante de Enya.
Fue un corte preciso. El sable rojo de Domivet había perforado el bazo de... Amlan. Del Amlan del futuro, quien se dejo caer al suelo ante su hija. O bueno, la hija del Amlan del pasado. Domivet se acercó a él, y le agarró por el cuello. Se puso de espaldas a Enya, que estaba dolida en el suelo. Se giró hacia donde... llegaba Amlan. Amlan del pasado, con su túnica marrón, y su cara de desesperación sin saber lo que sucedía. Amlan del pasado observó a Domivet coger a un tipo con una túnica blanca por la nuca. No se veía su cara, estaba tapada por una capucha. Domivet conocía bien lo que sucedía, lo de la máquina, todo. Iba a destruir su historia, simplemente quitándole la capucha al Amlan del futuro. El viejo dijo que sucedería un desliz temporal, con consecuencias fatales que desconocía. Había cambiado un futuro por otro, pero el resultado era el mismo: Enya muerta. Domivet tiró de la capucha del Amlan del futuro, y cuando se podía ver su nariz, algo perforó su espalda. Un sable de color verde. El Sith dejó caer el cadáver del Amlan del futuro, mientras el Amlan del pasado observaba con desconcierto. En el suelo, Amlan se tapó rápidamente su cara, para que no la viese nadie. Estaba herido de muerte. Pero también lo estaba Domivet, que cayó al suelo dejando ver detrás de él la figura de Enya. Ella le había matado. Suena irónico, una Guerrera Jedi asesinar a un Asesino Sith. Amlan del pasado se acercó a sí mismo, quedándose a un metro de él. Amlan del futuro se sonrió a sí mismo, mientras su cuerpo iba desapareciendo lentamente en lo que parecía ser un aura de color verde. Verde parecido al de los láseres.
Los soldados llegaron, otra vez tarde. Pero eso no importaba. Una nueva línea temporal se había abierto, y Amlan y su hija estaban vivas. Amlan del futuro continuaba desapareciendo, y Enya y Amlan le miraban, aún sin lograr ver su rostro. Sabía que iba a morir. Era extraño, iba a morir, pero a la vez estaba vivo. Su hija estaba muerta, pero a la vez estaba viva. Daba igual. Sintió mareos, mucho dolor, y un tremendo golpe.
Abrió los ojos. Se encontraba en un hospital. Muchos médicos se paseaban por allí. Amlan dio un suspiro con tristeza. Recordó de nuevo que Enya estaba muerta.

-Papá...

Una voz suave y dulce como la miel sonó en la puerta de la habitación. Amlan giró la cabeza, y pudo ver a Enya apoyada en la puerta. Miró su bazo de inmediato, y no había ninguna herida. La alegría que le invadió no se podía explicar con palabras. El viejo estaba equivocado. Al cambiar el pasado, cambias también el futuro, por lo tanto su hija estaba viva.

-Hija mía...-Amlan escupía lágrimas por los ojos-

Enya corrió a abrazarse con su padre. Ahora estaba los dos, juntos, vivos, viviendo su realidad. Una realidad que nada ni nadie podría arrebatarles jamás.

Tienes uno que otro error, pero no son fatales, me gustó.

Esmun escribió:Sí, me he dado cuenta de algunos errores, (al menos en cuanto a presentación letra y eso)
Si hay algún error sobre el desarrollo de la historia dímelo porque no me he dado cuenta.

No, hablo de errores ortográficos, pero no son del todo fatales, ya que estos mismos son un poco más complicados que las simples cosas de acentuar y todo eso.

Buen roleo esmun, me gusto mucho.