[Roleo de Onderon] Elogiar a la locura

Era de noche en el resguardo mandaloriano, había una suma tranquilidad debido al horario, la mayoría de los mandalorianos se encontraba descansando después de su gran entrenamiento, otros simplemente, se dedicaban a limpiar su arsenal mientras que los guardias y merodeadores cuidaban la zona de aterrizaje.

Comenzaban a escucharse molestos ruidos de motores provenientes de naves, mientras en el cielo oscurecido se veía un crucero seguido por millones de naves. Al ver esto los guardianes alertaron a sus compañeros a través de la torre de control, el ejercito de mandalorianos se preparo y comenzó la marcha hacia la zona en donde las naves enemigas ocupaban espacio.

Aun todos los mando’ad no salían fuera por lo que el ejército en pie era demasiado reducido. La batalla fue tanto en tierra como en la atmosfera con naves, se escuchaban disparos de las armas, sonidos de espadas chocar con armaduras, explosiones fuertes de naves y bombas sueltas, la guerra fue fatal…

Tras explosiones seguidas, los escuadrones especiales mandalorianos aparecieron en el frente y tomaron control de la batalla, en medio de los escuadrones se encotraba un guerrero muy avanzado diestro con las westars y “siniestro” con la espada, este mandaloriano observo como uno de sus compañeros disparaba a los suyos y escapaba a los bosques de Onderon. Rápidamente el guerrero lo siguió y pudo ver como su “compañero” le entregaba información a un general Clon.

De pronto el mandaloriano salto y con su espada comenzó a darle cortes al general desprevenido, tras el enfrentamiento el general murió.

El traidor se quedo callado por unos momentos y luego trato de descolgar su westar para dispararle al mandaloriano, pero este se dio cuenta de su acción y le enterro la espada en su pecho haciendo que automáticamente muera.

Al volver al campo de batalla se notaba como los clones comenzaban a retirarse hacia sus naves y luego al crucero. El guerrero se reunió con el Mandalore junto con la cámara para informarle de lo sucedido.

Entonces el Mandalore mando a llamar a los encargados de los archivos los cuales fueron informados y puestos a trabajar en la búsqueda.

Después de unos días los encargados encontraron información sobre un mandaloriano el cual estaba relacionado con el suceso de la vez anterior, Vrael le ordeno al inquisidor Haram Sake que haga su “trabajo” para sacarle toda la información posible… Al terminar la interrogación Haram pudo sacarle información sobre un campamento de traidores mandalorianos que se situaban en Drongar y que ese grupo le da información a la republica. El Mandalore ordeno que se les valla a buscar y que les hagan sufrir como castigo, Vrael mando a un escuadrón en donde comandaba el mismo guerrero que mato al primer traidor.

A los días el escuadrón atravesó la galaxia con dirección al planeta Drongar en búsqueda de los traidores, al asentar las naves en la plataforma el grupo salió de sus basilisk y comenzó a repartirse según comandaba el mandaloriano. Buscando por las zonas mas profundas, montañas y cuevas se logro ver fuego a lo lejos, el guerrero mandaloriano fue con un grupo de 4 mandalorianos a esa dirección encontrándose así un campamento con una fogata y unas carpas en donde estarían los traidores.

Entonces el guerrero comenzó a disparar a las carpas haciendo que le diera a los traidores y automáticamente murieran, su grupo los siguió y comenzaron a disparar a las demás carpas haciendo que la mayoría de traidores queden muertos a disparos y solo quede uno completamente herido.

El traidor se negó a decirle pero después de mas amenazas hablo, demostrando asi que el resto de traidores estaban refugiados en una cueva mas delante de este lugar. Entonces el mando’ad lanzo un dardo al espacio roto de la armadura del hereje haciendo que su veneno se inyectara y comenzara a sentir el dolor.

El grupo avanzo hasta la dirección de la cueva la cual estaba ligeramente lejana y se encontraron a dos guardias resguardando la entrada, fácilmente el grupo pudo deshacerse de ellos.



Luego continuo con la exploración de la cueva para encontrarse con el traidor que quedaba, el Guerrero ordeno que los demás se quedaran atrás para que pueda ir solo. Al seguir avanzando con cautela mientras sacaba su espada un dardo atravesó la oscuridad del lugar y se iba dirigido al mando’ad, este pudo bloquear el ataque fácilmente.

Entonces de la zona oscura se ve la armadura de un mandaloriano, este traía una beskad en su mano derecha y una westar en su izquierda.

El hereje pudo liberarse del ataque y comenzó a disparar al guerrero, este esquivo los disparos y comenzó a quemar el suelo en donde estaba con las llamaradas de su traje y luego comenzó a lanzar cortes que impactaron fuertemente contra el traidor, por mas ataques que hacia este no podía detener el castigo que recibía departe del mandaloriano que finalmente de un corte tremendo lo lanzo a la pared de la cueva.

Entonces el guerrero vacilo en atacar y comenzó a tambalearse, pareciera como si esos gritos le cambiara en algo con esos conceptos equivocados sobre su religión…Mientras el hereje continuaba el mando’ad comenzaba a callarle a gritos, hasta que se canso y fríamente le corto la cabeza. Al terminar esto el guerrero enfundo su arma y se arrodillo mientras seguía pensando en las palabras que le dijo aquel hereje, y mas aun…Lo habría matado.

El grupo comandado por el guerrero corrió en su búsqueda, uno de ellos se le acerco y le dijo:

Entonces el escuadrón volvió a Onderon, al momento de llegar el guerrero se encerro en su recamara a pensar lo que le habría dicho el traidor...

Un ge’verd toco la puerta de la recamara del mando’ad, esta se abrió con el mandaloriano aun medio atontado...

El traficante asintió y entro a su tienda, después de un rato salió con unas cajas junto con unos ayudantes mas que traían mas cajas. El capitán reviso de reojo al vendedor y luego a sus ayudantes, luego ordeno a los otro mandalorianos que revisaran el contenido, entonces el capitán apunto a los ayudantes del traficante y entonces les disparó.

Entonces el presunto vendedor saco un blaster y comenzó a disparar, los mandalorianos se dieron cuenta de esto y le dispararon haciendo que muera.



Entonces el capitán mando coger las cajas y retirarse hacia sus naves. De pronto un grupo de clones los estaba siguiendo mientras disparaban a los mandalorianos, los otros mandalorianos se reunieron con el grupo y comenzaron a disparar a los clonesque murieron al recibir los ataques, luego todos subieron a sus Basilisk y despegaron lejos de la zona de aterrizaje, el capitán noto que un Basilisk se salía del grupo y se alejaba.
El Basilisk del capitán se acerco a la nave que se alejaba y dentro de ella pudo ver a un soldado clon pilotando luego se alejo y salió fuera de la atmosfera de Nar Shaddaa. El capitán volvió con los demás y se dirigieron a Onderon mientras maldecía la trampa que le habían echo.

Al llegar aterrizo y salto de su Basilisk, luego siguió las coordenadas de la ubicación de la nave de su compañero pero solo la encontró vacía y si el.

El mandaloriano seguía el sendero que le había indicado el hombre de la vez anterior, al paso que caminaba mantenía lista su westar, después de un rato el capitán entro a un bosque con densos arboles al caminar por unos charcos de agua escuchaba voces. Entonces siguiendo el camino de las voces detras de unos arboles observo a su compañero mandaloriano y a cuatro clones que le interrogaban, el guerrero se puso detrás de un árbol mientras revisaba su westar, luego apunto a la cabeza de un clon y disparo haciendo que el impacto matara al clon y ponga en alerta a los demás.

Entonces los clones sacaron sus armas y dispararon desde la zona de donde salió el ataque, el capitán dio un salto y esquivo los disparos, entonces comenzaron a batallar mientras disparaban y esquivaban disparos, el grupo de clones rodeo al mandaloriano y dispararon a varias de sus partes del cuerpo, pero este se impulso por el retrocohete y esquivo los disparos, luego lanzo su fibrocuerda al arma de un clon y la atrajo hasta el, usando las dos armas siguió disparando con cuidado de no darle a su compañero luego aterrizo en el suelo y rodeo a los clones con llamaradas mientras esquivaba sus ataques, luego dio un salto y se acerco a su compañero que estaba esposado, lo tomo de las esposas y luego lo cargo, después salió fuera de la zona y fuera del bosque.

Se comenzaban a escuchar disparos provenientes de los clones los cuales se acercaban al capitán, este dejo retomo su westar y comenzó a dispararles alcanzo a matar a uno por lo que quedaron solo 2 clones mas. Un clon se acerco al mandaloriano esposado y trato de llevárselo mientras el capitán estaba luchando con el otro clon.

Luego de alistar su arma el mandaloriano lleno de disparos el cuerpo del clon que le empujo, al estar débil este no pudo reaccionar y murió fatalmente por la cantidad de disparos, luego le apunto al otro clon e intento disparar pero su arma se habría quedado sin municion. Entonces colgó su westar y mientras que corria hacia su enemigo desenfundo su espada mandaloriana y comenzó a lanzarle cortes, al matar al ultimo clon el mando’ad fue hacia el cuerpo de su compañero muerto y lo observo…

Al día siguiente la mayoría de mandalorianos se ponían en forma para la guerra próxima, incluidos el escuadrón del capitán, este observó el esplendido trabajo que hacían y se pensó que tal vez ellos pudieran ser verdaderos guerreros en el mas alla. El grupo fue al lugar acordado y se encontraron a su capitán, este estaba encapuchado y de espaldas, con ambas manos guardadas en el traje, entonces un mando’ad le pregunto.

En la zona de entrenamiento del resguardo se encontraban dos Adiik, entrenaban tal cuales grandes mandalorianos con espadas de practica, ambos se daban por igual en fuerza y táctica con el arma blanca, tras un largo entrenamiento ambos chocaron espadas y luego ambas armas salieron volando por los aires dando a entender que el entrenamiento habría terminado en un empate.

En la conversación se demostraba la amistad que había entre ambos niños entrenados para la guerra, ambos siguiendo el camino de los mandalorianos, siendo instruidos para defender a su Mandalore y a sus hermanos.
Los Adiiks se prometieron que morirían ambos juntos, en guerra, no podrían morir si no fuese junto a su compañero.

Despues de un largo tiempo de recuerdos, el capitán despertó pensando:

El capitán se asomo por la ventana de su recamara y observo el amanecer, después de un rato de alistarse salió al patio principal del resguardo en donde había una larga fila de mandalorianos, el mando’ad se puso en las filas de los capitanes a escuchar lo que decía el Mandalore.

Entonces Vrael le hiso regresar a su posición en donde siguió escuchando todo.

Entonces con las provisiones y sus cosas puso en marcha su nave para irse a tal planeta lleno de inmundicias.
Al llegar aterrizo su nave en un lugar poco habitable ya que en las demás zonas solo había basura toxica, allí encontró a un grupo de traficantes de blaster los cuales intentaron echarle, pero el mandaloriano les derroto fácilmente tomando sus pertenencias y dactarios.

Pasaron varios días y al notar la ausencia del capitán, la cámara decidió mandar a un grupo de mandalorianos para ver que ocurría. Estos llegaron al planeta y lo rastrearon hasta que pudieron dar con solo su nave, el grupo fue a buscarle por las demás zonas y dejaron a dos mandalorianos resguardando el Basilisk del capitán. El capitán observo a aquellos mandalorianos y con su beskad les mato con facilidad y sin retroceder, luego fue a por los otros restantes.

Entonces el grupo tomo camino a las naves para luego ir a por la del capitán, llegando a estar cerca a esa zona el mando’ad saco su beskad y comenzó a separar intencionalmente a los otros para matarles uno a uno. Cosa muy fácil y sin problemas, ya todos los mandalorianos enviados a Raxus Prime habían muerto…

Me impresiona que ustedes no hayan mostrado resistencia.-Comentaba el capitán a los cuerpos muertos.
Entonces al mando’ad se le ocurrió una perfecta idea para que dejaran de enviarle grupos de búsqueda, tomo los cuerpos de sus compañeros y los dejo en un campo abierto y luego a través de un comunicador que traía un mandaloriano hiso un mensaje el cual envió a Onderon, este llego a oídos del Mandalore el cual lo vio.

Entonces, resguardado por dos mandalorianos el recién llegado cruzo la fortaleza y entro al resguardo, un capitán pudo divisar su rostro descubierto y lo reconoció automáticamente.

Había pasado mucho tiempo desde que el mandaloriano salió a esa misión, la cual le tomo una gran parte de su vida por lo que no reconoció el resguardo, el capitán gustosamente se ofreció a mostrarle los alrededores junto con la ciudad de Iziz ya que había cambiado de gobierno.

El número de mandalorianos en total era cuatro, dos fueron a un lado diferente que los otros dos, Lex fue en compañía de otro mando’ad, ambos fueron a un camino desviado, paralelo al camino que tomó el resto de mandalorianos, ya después de un rato caminando el mando’ad que acompañaba a Lex se quedo atrás para revisar una pequeña zona, por lo que Lex avanzo solo.

Los otros dos guerreros solos se acercaron al lugar en donde se encontraba el capitán presuntamente muerto. Ambos encontraron sus pertenencias y rastrearon la zona.

Entonces los contrabandistas que tenían las vibroespadas se acercaron al mando’ad, este rápidamente rodo y desenfundo su espada mandaloriana y luego comenzó a cortar las cabezas de sus enemigos, finalmente solo restaron los demás traficantes con armas de disparos que usaron sus armas al instante.

Rápidamente Lex esquivó los disparos mientras se acercaba, entonces con la beskad entre manos comenzó a dar cortes al cuerpo de cada uno de los traficantes, hasta que solo quedo uno que le hablo en un idioma extraño, luego de terminar su dialogo Lex lo mató. Finalmente, el mandaloriano recogió todas las armas de su resguardo y las llevo a su Basilisk, al terminar todo continuo su búsqueda.

De pronto el mandaloriano se detuvo por unos segundos, creyó haber escuchado el susurro de algo pero no vio a nadie…Mientras que continuaba su camino, el capitán asesino de tantos mandalorianos le seguía de cerca.

Entonces el mando’ad se había dado cuenta el total cambio de su amigo, mas bien…El no era su amigo, ya había muerto. Esto ultimo llenaba de ira a Lex, por lo que con toda la furia que tenia tomo su espada y comenzó a atacar al capitan

Todos los ataques que se lanzaron impactaron haciendo que sus armaduras comiencen a destrozarse ya después de la larga lucha, ambos continuaron atacándose. Era maravilloso ver y escuchar el sonido de las espadas chocar, los dardos salir e impactar junto con las granadas explotar, todo era magnifico en ese combate a muerte.

Seguian cansados, pero no se disponían a caer, ambos enfundaron sus espadas mandalorianas y descolgaron armas de fuego, luego soltaron largos disparos pero muchos impactaron contra las paredes del lugar y otros disparos contra las rocas y demás desperdicios.

Despues de un largo tiempo, las municiones de ambos guerreros estaban casi agotadas, solo a Lex le quedaban 2 granadas dentro de su brazalete mientras que al capitán nada.

Usando esto ultimo, Lex lanzo una que fue esquivada por el mando’ad ya bastante perturbado, pero en cuestión de segundos, Lex lanzó otra que impacto con el capitán, aunque este se habría cubierto un poco, su cuerpo lleno de heridas al igual que el otro mandaloriano fue lanzado muy lejos hasta que paro a chocar contra una pared, dando un impacto fuerte.

Lex se acerco al cuerpo de su compañero, pero este aun seguía vivo, tirando su espada a un lado comenzó a golpearle en la cara con sus propios puños. Dentro de la mente del capitán mientras escuchaba los gritos de furia de su amigo comenzó a recordar en la época cuando era pequeño, en un entrenamiento junto a Lex.

El capitán en esos momentos no prestaba la más mínima atención a los golpes que recibía, si no que recordaba ese pasado.

Entonces el mandaloriano despertó y tomo el cuello de su atacante para luego lanzarle muy lejos. En su armadura se notaba el daño que causo esa granada además de los cortes y algunos disparos que recibió.

Debido al impacto, este perdió su beskad por el alrededor del campo, aun así tomo la de su amigo y corrió hacia el. Ahora siendo atacado y solo esquivando los cortes, Lex también recordó los momentos en los cuales entrenaba junto con su compañero.

Entonces encontró no muy lejos la espada del otro mandaloriano. Dando una fuerte patada a su agresor, Lex aprovecho en ese momento para correr hacia el arma y empuñarla.

Así la batalla a arma blanca continúo con fuertes choques y cortes. En un momento de vacilación, el capitán cayó de rodillas por el cansancio y la gravedad de sus heridas, entonces Lex mando a volar su beskad y comenzó a observarle atentamente. Dudaba si matarle o no. Tras recuperar la conciencia lanzo la espada hacia la cabeza del mando’ad, pero este reacciono ágilmente y detuvo el ataque con su mano, tomando el mango de la espada asi y luego quitándosela.

Entonces le dio una fuerte patada en el abdomen y finalmente le clavo la fría hoja del arma en el mismo lugar donde le pateo.
Lex puso las manos en la espada enterrada y trato de quitársela, pero no pudo. El capitán se levanto mientras seguía sosteniendo el arma.

El capitán se enfureció al escuchar esas palabras y sacudiendo la espada fuertemente le lanzo otro corte, que mando lejos al mando’ad. Este último ataque lo dejo completamente muerto.

Entonces este se dirige al cuerpo de Lex y lo revisa, observa los cortes que traía él y su armadura, junto con los hoyos provocados por los disparos, él también habría sufrido lo mismo pero pudo resistir. Entonces procedió a retirarle el casco, este estaba completamente roto. Al terminar de quitárselo, pudo ver su rostro lleno de heridas, pero con una sonrisa pintada.

El capitán no podía entender ese gesto, paso lo mismo con el primer mandaloriano al que mato.

Este comenzó a desquiciarse, al no entender por qué pasaba esto, comenzó a delirar y a volverse loco. Después, se levantó y corrió hacia el lugar en donde residía, a tomar sus armas y a curar sus heridas con lo que había tomado del resguardo.

Se dirigió a su nave y de un salto, monto en esta, puso las coordenadas hacia Onderon, planeta el cual no había visitado hace mucho tiempo.

Al llegar aterrizo en los bosques, lo suficientemente abiertos como para dejar su nave allí. Observo a un grupo de Ge’verds entrenando y sin más los mato con su westar.

Cada vez mas desquiciado, el capitán continuo su camino hacia el resguardo en donde tenía planeado matar a la cámara alta y una vez hecho eso, matar a los demás. Ya no tenía en mente la idea de matar para que sus compañeros vallan a pelear junto a los dioses, si no una idea muy diferente.

Entonces con su arma mato a un ge’verd, los otros sin vacilar sacaron westar y beskad y comenzaron a atacar al capitán.

Este bloqueo y evadió los cortes fácilmente y pudo reducir el grupo de jóvenes a tan solo tres.

Los mandalorianos sabían que no podrían hacer nada contra él y decidieron hacer una retirada y llamar a otros guerreros más avanzados.
El asesino los siguió por todo el bosque, en la larga persecución daño a un mando’ad, este cayó al suelo y provoco que los demás pararan a socorrerle.

Uno se encargo de tomar a su compañero y llevárselo y el otro los defendia del capitán con su beskad. No paso mucho hasta que la espada del ge’verd fuera mandada a volar y el asesino de mandalorianos tuviera la ventaja en el combate, ya podía matar a los tres ge’verd los cuales estaban petrificados sin poder moverse.

En el momento justo cuando lanzo el corte, se escucho el crujir de las hojas de un arbusto, el capitán paro su ataque y trato de voltear para ver quien fue. Pero, demasiado tarde, este comenzó a sentir algo frio en su abdomen. Al observar que era, vio la hoja de una espada que estaría atravesándole.

Entonces, con dificultad el asesino volteo para ver quién era su atacante y se encontró con un mandaloriano, el cual portaba la armadura perteneciente a la rama de merodeadores de Onderon. Aquella persona se trataba de Zresk Skirata.

El capitán sentía un miedo terrible, como si estuviera completamente arrepentido de lo que hiso ya al sentir la muerte abrazándole. Estaba demasiado desesperado en su interior que dio un fuerte grito que demostraba su estado.

Entonces el capitán comenzó a decaer, cada vez más desesperado y preguntándose de la misma manera: ¿A dónde irían los Dar’manda?, ¿Cuál es su destino en la mismísima muerte?.


El asesino cayó al suelo mientras que la espada se desenterraba automáticamente, con lo último que le quedaba de vida y retomando su locura le dijo al Skirata.

Entonces todos llegaron al resguardo, en el amanecer, cuando el sol se levantaba ante las cabezas de los mandalorianos.