[Roleo de Drongar] La Expansión de la Oscuridad
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[Roleo de Drongar] La Expansión de la Oscuridad
- Spoiler:
- Este roleo va unido a éste:
http://www.habbowars.com/t23030-roleo-de-drongar-un-imperio-atipico
El cual, junto a otro de Talgath, conforman una triada de misiones entrelazadas. Por ello los 3 poseen un inicio similar, donde desembarcamos con destinos distintos. Véase el vídeo.
Introducción
El Inicio
La nave había llegado a su destino.
Planeta de Dathomir
Se encontraban todos los pasajeros frente a la gran masa que representaba el cuerpo planetario de Dathomir. Revosante de vida y de muerte a su vez. Hogar de oscuridad, donde el Bogan se regocija entre las cruentas batallas y rituales que tienen lugar en su interior, por parte de distintos grupos, así como la ira y furia descontrolada de los Hermanos de la Noche, los poderosos guerreros Zabrack, o el tenebroso poder de las Hermanas de la Noche, con su capacidad de control sobre la naturaleza y el mundo espiritual.
Sería el primer planeta... Darth Xakan estaba seguro de ello.
Sin más dilación iniciaron el descenso hacia la superficie. Aterrizaron apenas a un kilómetro de distancia de las estepas en las que habitaba el clan de las Hermanas de la Noche, sería su primer objetivo. Salió el pequeño pelotón, conformado por tan solo media docena de soldados, lo que representaba más una pequeña escolta que un escuadrón en condiciones. Eran meramente representativos, pues en caso de una batalla, su presencia sería más una molestia que una verdadera ayuda. No obstante se encaminó, flanqueado por los lados por los remanentes imperiales.
Llegaron al punto en que la yerma tierra se tornó de color rojizo, el cielo encapotado reflejaba el mismo color, que a su vez otorgaba una tonalidad casi enfermiza a los gruesos y solitarios árboles que se alzaban alrededor de la escaramuza encabezada por el Lord de los Dark Sith. Éste, era consciente de la presencia de las Hermanas de la Noche, cómo los observaba. Podía leer sus pensamientos como si de un libro abierto se tratara, y ellas, convencidas de su superioridad numérica, confiadas en que las altas copas de los árboles les serviría para ocultarse a simple vista de sus visitantes, apuntaban a Darth Xakan a punta de flecha láser desde la distancia.
Los soldados, en guardia y atentos ante cualquier reprentina anomalía, permanecían aun ciegos ante la presencia de las hembras de dathomir. El Lord por su parte, indicaba que el avance debía de continuar, hasta que las hermanas decidiesen intervenir, interrupiendo su avance. No se demoraron el realizar tal acto de presencia, justo cuando los Dark Sith se hallaban frente a las enormes puertas que daban acceso a la ciudadela de las Hermanas.
Al menos una veintena de mujeres soldados, cuyo rostro estaba oculto tras una capucha y un pañuelo que escondía todos sus féminos rasgos, dejando a la vista únicamente aquellos ojos, que sin duda reflejaban una vida de disciplina y arduo entrenamiento, sacrificio que sin duda venía dado por los rituales que iniciación y entrenamientos que requerían para acceder a la Hermandad.
- Lord Xakan -murmuró uno de los soldados más cercanos, que al igual que el resto de sus compañeros, apuntaban indecisos a las hermanas de la noche, preocupados por su clara desventaja numérica-, esperamos sus órdenes para abrir fuego.
- No será necesario abrir fuego. -Contestó una lejana voz que emergía de las recién abiertas compuertas que daban acceso a la ciudadela de la Hermandad-. Vuestro atevimiento roza los límites de la insolencia. Presentaros aquí y aun más con una pequeña escolta de soldados imperiales, me resulta ofensivo, Lord Xakan.
La figura dejó verse tras finalizar la frase, cuya última palabra fue emitida con un respeto casi reverencial. Se trataba de una mujer cuya túnica de un rojo intenso, al igual que el resto de trajes que portaban las demás hermanas de la noche. Con unas pinturas faciales que alternaban el blanco y el negro siguiendo unas estructuras geométricas que sin duda formaban parte de algún tipo de ritual.
- Madre de las Hermanas de la Noche -habló por primera vez Darth Xakan, con un tono amistoso-. Nos volvemos a ver, una vez más. Sé de sobra que conoces el motivo de mi llegada, y también el motivo por el cual me veo rodeado de mi propia guardia personal. Y, como sabes, no es por tus queridas hermanas de la noche. -llegado a este punto, sus rasgos faciales y tono de habla cambió por completo-. La que ha rozado los límites de la insolencia no ha sido otra que tú misma. Así que no oses desafiarme, porque conoces perfectamente las consecuencias que ello traería. Repercusiones para ti, para tu hermandad, e incluso para tu querido planeta.
La líder de Dathomir titubeó notablemente ante las palabras de aquel individuo extrangero que osaba hablarle de aquel modo en sus propias tierras, y más aun cuando se encontraba rodeado por sus tropas en una situación claramente de desventaja puesto que con una simple orden, acabaría con la vida de cualquier mortal. Pero él no era cualquier mortal. Dirigió una mirada circular a todas sus hijas, estaban listas para disparar, a la espera de una orden tajante, y todas las flechas saldrían disparadas
de sus arcos láser.
- Bajad las armas -Indicó muy a su pesar, y ante las miradas incrédulas de las Hermanas de la Noche, que ante las palabras de aquel visitante, suponían que su muerte sería inminente-. Los Dark Sith, seguidme, hablaremos con mayor privacidad dentro de la ciudadela.
Reunión con la Madre de las Hermanas de la Noche
Una vez hubieron tomado asiento, en una habitación levemente iluminada, cuyo único punto emergente de luz era una esfera de cristal colocada sobre la mesa, que rodeada de dos sillas, eran el único mobiliario que había. Tomaron asiento la Madre de las Hermanas de la Noche y el Lord de los dark sith. El resto de presencias, por parte de una facción u otra, se quedaron fuera, a la espera del culmen de aquella reunión.
- Conozco el motivo de tu llegada, pero debes comprender que no buscamos ningún yugo que nos oprima nuevamente. -Inició la conversación la gobernante de Dathomir-. El Imperio ha caído, sus últimas fuerzas se concentran en un campamento casi derruido del pobre planeta Ruusan. La república por igual, ha perdido casi todo su poder, aunque por otra parte ha conseguido retomar Coruscant, sede representativa. No estamos sometidas y por primera vez en decenas de años, estamos libres, y recuperándonos de la opresión del Imperio, que debemos admitir que pese a la libertad que nos daba, fue una imagen sumamente negativa para nosotras. Y además...
- Silencio -la interrumpió Darth Xakan-. Hablas demasiado, vieja. No me interesan tus batallas, historias y demás demencias de una vieja senil. He acudido a Dathomir porque eres conocedora de emergente poder de los Dark Sith. Ya has acogido a dos de mis aprendices entre tus filas, que han aprendido todo tipo de secretos. Os habéis valido de nuestros conocimientos, y nosotros al igual de los vuestros. -Dijo, rememorando la presencia de Vozher, Elena entre otros aprendices que habían hecho acto de presencia en el planeta de Dathomir-. Ambos formamos partes de hermandades cuyos ideales no distan demasiado. Tu poder, tanto en cuanto a expansión galáctica como a secretos en el lado oscuro. Te hablo como Lord de Drongar, y como Hechicero de la Orden de los Dark Sith, ambos juntos, no conoceremos límites.
- Quizás tengas razón, pero tenemos un problema. -Repuso con preocupación-. Los hermanos de Dathomir, los bestias Zabrack han iniciado una revuelta. En cualquier otra circunstancia los habríamos aplastado sin más dilaión. Sin embargo, los daños del Imperio en nuestras filas han hecho demasiada mella, y no nos hemos recuperado. Mientras que ignoraban a los bárbaros Zabrack a sus anticuados modos de lucha, las hermanas las han aniquilado para sus propios propósitos.
- Está bien -contestó con firmeza-. La raza Zabrack se extinguirá de Dathomir -Sentenció, justo en el momento en que su figura desapareció sin dejar rastro, entre unas sombras oscuras.
Dejó a la Madre pensativa, observando el sitio que había ocupado Darth Xkan, con la mirada perdida en el infinito, escrutando los secretos que desentrañaba el futuro y que les susurraban los espíritus del más allá.
La Masacre de los Hermanos de la Noche
Todos los Zabrack habían interrumpido su entrenamiento repentinamente. Se encontraban inmersos en un intensivo, involucrados absolutamente todos los miembros de la aldea, preparándose para el asalto final que iba a tener lugar el día siguiente a la ciudadela de las Hermanas de la Noche, donde se harían con el control de Dathomir, tras siglos de sentirse oprimidos por las féminas, por fin lograrían la hegemonía masculina.
Se giraron al unísono al percatarse de la presencia de Lord Xakan. Éste estaba rodeado por una niebla oscura que se disipaba a medida que iba tomando forma su figura, recién materializada en aquel paraje yermo carente de natura alguna.
Los bárbaros guerreros, incrédulos aun por semejante hazaña sin precedentes en su cultura, no duraron ni un instante en alzar sus armas hacia él, aunque sin saber exactamente por qué, aquella oscura figura carente de bello capilar, inspiraba un temor que jamás habían experimentado anteriormente. Sin bajar sus armas, se miraron entre ellos, esperando que alguien diese una orden, indicando las acciones o represarias que debían de tomar con aquel sujeto.
- ¿Quién eres? -Se aventuró un individuo atabiado con unos ropajes distintos a los de sus congéneres. Debía de ser el famoso Instructor Zabrack de Dathomir-. Cómo osas intervenir en nuestro campamento de Guerra, de aquí no saldrás no con vida.
Darth Xakan alzó la cabeza, y sus ojos se tornaron de un rojo inyectado en sangre, que prácticamente parecían emitir luz propia. Todos se quedaron paralizados al sumergirse en la profundidad de su mirada, sus pupilas eran como pozos sin fondo, donde el Bogan en sí mismo habitaba y amenazaba con dejar encerrado a cualquiera que osara adentrarse en ellos capaces de matar con el más atroz de los delirios causado por la influencia misma que podía emanar.
Seguidamente, extendiendo una mano ante sí, el mango de un sable de luz se materializó de la nada. Suave como el viento que mecía y ondeaba sus túnicas, creando sinuosas sombras en la seca tierra sin vida alguna, reflejando las figuras de criaturas oscuras emergentes de las mismísima tinieblas. La hoja del sable de luz se encendió en el momento en que reconoció los midiclorianos de su poseedor. Un haz de luz rojo intenso, del mismo color que los ojos de su portador, iluminó los rasgos faciales de Darth Xakan.
- Un lord sith... -susurró uno de los guerreros.
- Un Lord de los Dark Sith, insolente... -Contestó una voz llena de odio procedente de la oscura figura. Al instante, aquel que había proferido esas tres palabras, cayó inerte al suelo-. Vosotros no tendréis la misma suerte, de caer sin dolor, no tendréis el placer de morir al instante... moriréis entre terribles sufrimientos.
En ese instante, una niebla casi compacta rodeado todo su sable de luz, ocultándolo. Cuando ésta se hubo disipado, el lugar que ocupaba el sable, ahora se hallaba vacío.
En vistas de ésto, todos los guerreros se sintieron en posición de ventaja por su enemigo desarmado, y no titubearon un instante cuando se lanzaron al ataque con su rudimentario armamento. Seguros de sí mismos, atacaron al unísono, pero de manera discoordinada. Bastos y sin técnica, atacaron con constantes acometidas al Lord de los Dark Sith. Pero se sorprendieron al ver, que aunque efectivamente sus armas acertaron en su cuerpo, éstos no producían daño alguno en su persona. No tardaron en percatarse de la razón: Sus armas traspasaban el cuerpo de su enemigo.
Rápidamente, ante el desconcierto de sus contrincantes, Xakan tomó la iniciativa, y se alzó en el aire. La niebla negra que antes había rodeado su cuerpo, ahora había vuelto, pero esta vez la parte ocupaba era su espalda. Comenzaron a materializarse rápidamente, hasta que formaron dos masas uniformes a ambos lados de los homoplatos. Las batió con fuerza, hasta que se elevó varios metros por encima de todos aquellos bárbaros de miradas incrédulas. Éstos ni tan siquiera osaron en usar sus armamentos como armas arrojadizas, puesto que el desconcierto les mantenía paralizados y nuevamente la sensación de temor se hicieron con el control de sus cuerpos.
Darth Xakan alzado en el aire sobre sus enemigos.
- Sufrid la ira devastadora de los Dark Sith. -Anunció Darth Xakan alzado sobre todas las tropas zabrack.
Unas nubes cubrieron todo el cielo en apenas unos instantes. Los rayos azotaron las humildes casas hechas de adobe, y el suelo comenzó a temblar. Se escuchó un grito de entre los guerreros. Comenzaron a correr hacia todos lados, profiriendo todo tipo de alaridos lastimeros deseando que aquel sujeto se marchase antes de que causase una mayor destrucción. Repentinamente el suelo se quebró y una gruesa brecha cuyo fondo era inescrutable emergió, llevándose hacia su oscuro interior diversas casas.
El fuego se materializó en la frontera de la aldea, rodeándola por completo e impidiendo por tanto la huida de cualquier zabrack. La desesperación había llegado a su culmen imploraban perdón a los cielos, mientras veían como sus compañeros eran fulminados por rayos que los traspasaban de cabeza a pies, dejándolos totalmente calcinados, apenas quedaba un pequeño rastro de ceniza ante aquellos rayos, cuyos efectos jamás habían visto con anterioridad.
Darth Xakan carbonizando a los Zabrack
- Y el toque final... -susurró Xakan para sí mismo, haciendo caso omiso a los ruegos de aquellos que se encontraban bajo él. Tras estas palabras, vinieron otras, cuya pronunciación y acompañamiento sinfónico fue irreconocible para aquellos que le observaban anonanados; se trataba de un hechizo.
La mayor parte de la población zabrack había caído, apenas quedaba una tercera parte de aquellos fieros guerreros. Pero para mayor desconcierto, todos los caídos en batalla comenzaron a levantarse uno a uno. Más de un centenar de zabracks se levantaron cual autómatas como controlados por hilos invisibles que les empujaban a actuar. Cogieron sus armas de nuevo. Se colocaron por filas, como un ejército organizado en perfecta formación, siguiendo órdenes mentales del nigromante que les devolvió la vida. Darth Xakan.
En unos instantes, se lanzaron a la batalla, sin contemplaciones, para aniquilar a sus hermanos de sangre. La batalla no duró demasiado tiempo. Y aunque los zabrack que realmente seguían con vida propia luchaban con fiereza, el desconcierto y la pena de matar a aquellos con los que compartían lazos sanguíneos les era demasiado duro como para seguir por demasiado tiempo. Las cabezas rodaron rápidamente. Con una organización y perfecta coordinación, lucharon de manera envidiable los no-muertos, y dotados de una energía sobrenatural ninguno podía morir, no volvió a caer ninguno en batalla.
Diez minutos más tarde, un ejército se alzaba bajos los pies del Lord Dark Sith, a sus órdenes. Un ejército de no-muertos que esperaban recibir órdenes, en una actitud de eterna contemplación, pues para ellos ya no existía el paso del tiempo, ya no existía el libre pensamiento, sus almas se encontraban encerradas a merced de aquel individuo al que jamás había visto y en cuestión de tan solo unos minutos había diezmado un ejército centenario.
El Pacto con Kro Var
El pacto con las Hermanas de la Noche se llevó a cabo con éxito. La Madre, asombrada por los acontecimientos que había provocado Darth Xakan entre sus enemigos, había sembrado sin duda alguna la semilla del temor en Dathomir, y la voz no tardaría en correrse por toda la galaxia.
No importaba, era un pequeño éxito sin importancia, ni siquiera digno de llamarse éxito, era algo previsible que no había costado esfuerzo alguno. Por lo que debían seguir su camino. El próximo destino ya estaba fijado en las coordenadas de la nave, una nueva nave. Aquella con la que llegaron a Dathomir se quedó en aquel planeta y partieron con otra de un tamaño duplicado. Los seis soldados imperiales aun seguían a Xakan, y a éste escuadron se les unieron dos de las mejores asesinas de las Hermanlas de la Noche. Una tercera Hermana de la Noche estaba al mando de una segunda tripulación, una nave-basurero vacía, cuyo interior albergaba un centenar de zabracks, en apariencia temibles y revosantes de vida.
Llegaron a Kro Var en cuestión de instantes, el Lord no quería demorarse demasiado tiempo en aquella labor, por lo que simplemente volvió a activar las ancestrales Puertas del Infinito que aun quedaban entre las ruinas de Dathomir, teletransportándose a Kro Var.
Descendieron en cuestión de minutos, en la superficie del planeta de Kro Var, donde los transeutes eran inexistentes, pues era un paraje tan solo habibtado por un clan chamánico semejante a la cultura de las Hermanas de la Noche, pero cuyo control de la Naturaleza era igual o más poderoso que la Alquimia Elemental que usaban los sith antaño. Y Xakan era consciente de ello; sin duda serían unos fichajes a tener en cuenta entre sus filas.
En esta ocasión, atravesó unos bosques, rodeado por un verdadero ejército compuesto por tres temibles hermanas de la noche, seis soldados imperiales y un centenar de guerreros zabrackas, los cuales eran sin duda los guerreros más peligrosos, al carecer de ideales, miedos y sentimientos, tan solo sentían el odio y rabia que les transmitía su nigromante, Darth Xakan.
Una gran esfera de fuego se dirigió a toda velocidad hacia una de las hermanas de la noche, que a duras penas logró esquivarlo y le calcinó el brazo izquierdo. Profiriendo todo tipo de maldiciones hacia aquel que se encontrase oculto entre la maleza, puso en guardia a todo el ejército. Pero no a Xakan. El Lord Dark Sith, asqueado por aquel comportamiento rastrero, sacó mediante la fuerza a aquel ser, elevándolo hacia él.
-Asqueroso insecto, no sé cómo osas. -Dijo mientras lo estrangulaba lentamente, y solo su cuello, si no que ejercía una presión sobre todo su cuerpo, mientras iba escuchando cómo sus huesos crujía, y sus pulmones se resentían puesto que las costillas comenzaban a clavarse en sus órganos internos, provocando el principio de una hemorragia que podría llegar a ser mortal.
- ¡Basta, por favor! -Imploró una voz a sus espaldas, se trataba del líder de los Modeladores de Kro Var.- Basta, es un muchacho joven, tan solo cumplía mis órdenes, Darth Xakan. Sabemos quién eres, los espíritus nos han contado de tus hazañas... -dijo mientras dio una rápida ojeada con un temor claramente reflejado en sus pupilas, observando a los zabracks-. y lo que has hecho en Dathomir. Conocemos por igual tu potencial, y sabemos que conoces nuestros poderes. Con gusto te enseñaremos nuestros secretos, los secretos de la magia oscura de la manipulación de los elementos; aire, tierra, agua y fuego estarán a tu merced. El servicio del sector Marzoon estará a tu merced. Sabemos que será un pacto que creará una importante alianza, y beneficiará a ambas partes.
-Eres un gran sabio, digno de liderar a los poderosos modeladores de Kro Var. -Contestó con gratitud Darth Xakan-. Me alegro de que nos hallamos entendido tan bien. Y por esta vez te dejaré con vida, lo cual no es habitual en mi, pues para demostrar poder sobre mis súbditos, suelo dar ejemplo asesinando a sus líderes. Pero tanto tú como la madre de la noche sois seres sabios. Espero que sepas actuar consecuentemente... o ni tus espíritus podrán salvarte de las nefastas consecuencias -sentenció.
Así pues, seguido de media decena de modeladores de kro var, media docena de imperiales, tres asesinas de las hermanas de la noche y un centenar de zabracks, volvieron a las naves, con un nuevo rumbo ya fijado en las coordenadas. No tardaron en salir de la atmósfera y emprenderse de nuevo a la aventura.
Hechiceros y Dioses Apocalípticos
En esta ocasión, hubo algo distinto. Darth Xakan tenía un presentimiento, y supo que sería acertado. Cambió el rumbo, más tarde se dirigiría a Mustafar, de momento, los asuntos que quedaban por resolver en Rhand era mucho más importante. Se produciría algo realmente importante que no dejaría a nadie indiferente.
Nuevamente usó las Puertas del Infinito, que había instalado ya en Kro Var, para conectarla y simbolizandolo como planeta Dark Sith. No tardaron en llegar a Rhand, un planeta de numerosa vegetación, aunque tenebrosa y con un nivel de niebla similar al de Dathomir, al igual que una meteorología idéntica a la de Drongar, con constantes tormentas e irregularidades atmosféricas. Un lugar idóneo para la reunión que estaba a punto de tener lugar.
Sabía exáctamente cuál era el lugar que habían elegido, una simple cueva en apariencia, flaqueada por unos Rancor exportados directamente desde Dathomir, cedidos tiempo atrás por las Hermanas de la Noche, con quién guardaban una extraña relación, mas dicho presente fue fruto de un temporal pacto que ahora era cenizas fruto del olvido deborado por las llamas del tiempo y el desgaste.
Aterrizaron, y todo el ejército comenzó a desplegarse a gran velocidad. Llegaron hasta el lugar de acceso a la reunión. Aparte de Rancors, percibió Xakan, el lugar estaba vigilado por distintos sujetos que desde las sombras esperaban la intervención, antes incluso de que cualquier intruso llegase ni tan siquiera a rozar un pelo del rancor que guardaba la entrada con recelo.
La demora fue corta. Camuflándose con el entorno desdoblando la luz que se filtraba a través de su cuerpo, pasó inadvertido en un estado de invisibilidad ante cualquiera que no prestase la atención suficiente, y por suerte, los vigilantes además poseían un cansancio fruto de la fatiga de tanto tiempo de espera y de resistir aquella tormenta que parecía haberse detenido por unos instantes, pero realmente fue provocado por el mismo Darth Xakan. El Lord, localizando las presencias de los individuos que estaban acostados ocultos ante el sentido de la vista entre la maleza, los descubrió dejándose llevar por la llamada de sus midiclorianos, que había percibido nada más llegar. Fue rápido. Sus corazones dejaron de latir en apenas unos segundos.
Los rancor ni siquiera murieron, bastó con una mirada del Lord para que las criaturas siguesen los pasos del ejército. Un ejército peculiar sin duda, una extraña mezcla que rara vez, sino ninguna se había visto antes en lugar alguno. Avanzaron a través de las cavernas oscuras únicamente iluminadas por una lejana luz subterránea que emergía de una cámara que estaba localizada al final de aquellas galerías.
Finalmente alcanzaron su destino, aunque siguiendo las indicaciones de Darth Xakan, éste fue el único que irrumpió en la escena, mientras el resto se quedaba a la espera de órdenes para actuar.
- ¿Cómo ha podido realizarse tan mágica reunión sin que yo, el Hechicero Xakan sea invitado? Es... extraño -resonó la voz del Lord por toda la instancia, carente de adornos, tan sobria como los que se encontraban reunidos.
- ¿Cómo has logrado pasar? -Gritó indignados un sujeto enmascarado que presidía la reunión-. No pintas nada aquí, retírate ahora mismo. No sabes dónde te estás metiendo...
- Asqueroso insecto, cómo osas elevarme la voz... -respondió Xakan esbozando una mueca de asco-. ¿De verdad creéis que aun todos vosotros podréis medir fuerzas conmigo? Me siento insultado.
- Darth Xakan -anunció otro sujeto encapuchado sin máscara, de ojos rojos intensos, elevando la mano en cuya palma se vio un dibujo del mismo color que sus ojos-. Conocemos tu identidad al igual que tus intenciones. Tu osadía es demasiada al irrumpir en una reunión sin precedentes en la galaxia, en la que los Profetas del lado Oscuro, las Hechiceras de Rhand, los Exiliados de Kanzar, y los Knell nos hemos reunido, pues hemos acabado con las casas reales del sector Tapani, haciéndonos con el control de la orden Mecrosa. Ahora, una nueva unión asolará la galaxia, con nosotros, los verdaderos usuarios de la oscuridad, solventando nuestras diferencias. Y tú no lo impedirás -dijo con voz firme.
- He oído suficiente por hoy. -Repuso Darth Xakan con una mueca de odio-. La Orden Dark Sith se extiende, y como ya sabréis, las Hermanas de la Noche, la orden oscura más poderosa por detrás de los dark sith y los sith, se han unido a nosotros, al igual que los modeladores de Kro Var. Dathomir es ahora el centro de estudios de la rama de la Sabiduría de los Dark Sith, donde los adeptos hallarán los más oscuros secretos del Bogan. Donde todo se os será revelado. Pensadlo, todos unidos compartiendo nuestros conocimientos, desvelando lo que desentraña La Fuerza, alquimia, hechicería, videntes, manipuladores de los elementos, destructores del tejido de la realidad... la hechicería, con todos juntos se elevaría a un máximo exponente, a un nuevo modo de entenderlo. Pensadlo.
El silencio reinó por unos instantes. Los Profetas presentes ya habían sido con anterioridad una orden afín a los Sith, por lo que volver a sus raices no implicaría mayor cambio, pero los Hechiceros de Rhand y los Exiliados de Kanzer no opinaban igual, como organizaciones independientes. Buscarían su propia hegemonía y triunfo personal, aunque ello conllevase la guerra y derramamiento de sangre fuese contra quien fuese. Esos pensamientos fueron rápidamente captados por Darth Xakan.
- Sea pues, vosotros habéis sentenciado vuestro propio final, no he sido yo. Habéis elegido el camino del sufrimiento...
Todo el suelo tembló, pero esta vez de modo distinto al de Dathomir. Todo el cuerpo de Darth Xakan se elevó por el aire, y una gran masa de oscuridad lo reodeó repentinamente. Los presentes se sintieron debilitados, sin fuerzas en cuestión de instantes. Intentaron levantarse y desconcentrar al dark sith con alguna estrategia, mas dicha pretensión fue rápidamente apagada por la intervención del ejército de zabracks, que los bloquearon físicamente.
Comenzaron a ser drenados. La energía vital salía disparada de los cuerpos arrodillados en el suelo ante Darth Xakan, y se dirigía hacia el cuerpo del mismo, a medida que éste recuperaba energías perdidas a lo largo del día a una velocidad que jamás habría podido creer posible.
- ¡DE ACUERDO, BASTA! -Imploró el líder de los Hechiceros de Rhand-. Tienes razón -dijo entre jadeos una vez el dark sith lo hubo liberado de su control-, quizás una nueva Orden de unión sea una propuesta golosa, y sin duda, el Imperio de los Dark Sith, con nuestra unión, será aun más espléndido que mismísimo el Imperio Infinito Rakata...
Su oratoria se vio interrumpida por un repentino rugido procedente de las galarías por las que habían accedido. Precedido por un temblor de tierra, aunque en esta ocasión nada tuvo que ver Darth Xakan en ésto. Al instante supo qué había sucedido. Se giró hacia un Knell, y se le quedó mirando fijamente, hasta que cayó inerte en el suelo, donde yació hasta su olvido.
- Ese asqueroso Knell ha invocado a una de sus deidades. -Explicó Darth Xakan-. Vosotros -Continuó girándose al resto de exiliados de Kanze-, por casualidad, no sabréis cómo devolver a esa deidad.
- No -intervino uno de ellos-, una vez se invoca a una deidad es imposible devolverlo a su dimensión hasta que se finalice la petición que se le ha realizado. Y... si su invocador ha fallecido... no hay manera de liberarse de él. No hay forma de salvarnos... estamos condenados.
- Imbécil -Maldijo el Lord Dark Sith, al tiempo que estranguló mediante la fuerza a aquel que había intervenido, seguramente debido a su negatividad ante las espectativas, y en parte por la ira que dominaba en aquel momento al antiguo señor de los dark sith-. Si queréis sobrevivir, seguidme, pero no estorbéis, esta será una lucha entre esa supuesta deidad del apocalipsis y yo. Si queréis ayudar, espero que no os entrometáis en mi camino porque lo pagaréis caro -Amenzó con frialdad, acompañado del semblante que indicaba la seriedad en sus palabras.
Ascendieron por las galerías, las cuales comenzaron a derrumbarse por los temblores de tierra que tenían lugar en la superficie del planeta, producidos sin duda por la presencia de aquel Titán de sabe quién qué dimensión, traído por una de los más oscuros y misteriosos poderes de la fuerza, desconocidos incluso para el hechicero Xakan. Una vez salieron al aire libre, contemplaron asombrados el tamaño de aquella criatura, derrumbando la ciudadela-fortaleza que habían erigido los Hechiceros de Rhand en símbolo de la futura alianza
que iba a tener lugar.
Deidad apocalíptica invocado por un hechicero de Knell.
- Es un dios de la destrucción, del caos, de la muerte... -Susurró un Profeta del lado oscuro, junto a Xakan-. Todos podremos atacarle, pero ni los poderes devastadores de los moldeadores de Kro Var juntos podrían acabar con él. Tan solo una persona posee el poder suficiente para derrotar a ese ser inmortal.
- Ahórrate tus profecías para los desamores de los vagabundos de Coruscant, profeta -contestó el lord dark sith-. Ahora acabaré con él, pero no me será tan fácil. Tras reencarnarme en el cuerpo del aprendiz Horus, no he logrado recuperar todo mi poder, ni siquiera me puedo despojar todavía de este cuerpo mortal y seguir con vida, por lo que esta será una cruenta batalla de una gran dificultad. Mis capacidades están diezmadas... -Susurró para que no todos lograsen escucharlo-. Por lo que deberéis colaborar:
>> Hermanas de la Noche, vosotras controlaréis todas las criaturas aladas que se encuentren por los alrededores, que servirán de monturas para los guerreros Zabrack, los cuales atacarán directamente al cuello y cabeza del titán. Puede despistarle y si logran penetrar su dura piel, incluso provocarle graves problemas. Al mismo tiempo controlaréis la naturaleza
para que le rodee y bloquee en la medida de lo posible. Los modeladores de Kro Var, cumpliréis con una parte vital. Sois solo cinco, así que concentraos en manipular el elemento Tierra de este planeta. El suelo bajo sus pies lo tendréis que hundir cientos de metros para lograr atraparlo, o incluso matarlo con mucha suerte. Los hechiceros de Rhand, mediante conjuros de destrucción atacad todos juntos a su cuello, junto a los Zabrack deberéis de concentraros en destruir su cuello. Los Knell actuaréis conjunto a los Hechiceros de Rhand. Y por último los Profetas, realizad diversos maleficios sobre su persona, debilitad su salud y de éste modo su fuerza se verá menguada. De este modo quizás tengamos una oportunidad.
Con una gran velocidad y eficacia envidiable, tomaron posiciones siguiendo las indicaciones de Darth Xakan. Pese a que no hubieron monturas suficientes para un centenar de zabrack, el resto tomaron las torretas defensivas de la ciudadela para atacar al titán, mientras el resto realizaban su cometido y fueron directos a su cuello. El suelo comenzó a temblar, una vez más, producto de los hechizos lanzados por los poderosos moldeadores de Kro Var, cuya eficacia era envidiable, el control que poseían de los elementos... simplemente fascinante.
La tierra se hundió bajo el titán varios metros, el cual comenzó a gritar repleto de rabia. Su voz recorrió hectáreas alrededor, y su ira casi se podía palpar en el ambiente. Sin duda era una escena sobrecogedora. Estaba adormecido por el efecto de los hechizos, lo cual se unía a la rabia que lo corroía por los ataques de los moldeadores de Kro Var.
Había llegado el momento del Lord que había provocado todo aquello. Canalizando toda su energía vital, se teletransportó directamente al pie del titán. Éste intentó sepultar al dark sith bajo sus pies, mas ello le fue imposible pues se hallaba en un estado de intangibilidad, y el pie terminó por traspasar su cuerpo. Seguidamente Xakan alzó su cabeza con el acompañamiento de sus manos en dirección a las rodillas del gigante. Una vez hubo enfocado toda su energía justo allí donde dirigía su atención, comenzó a ejercer una gran presión.
Las rodillas, del tamaño de decenas de metros, comenzaron a flaquear. El titán se tambaleó por unos instantes, pero resistió la acometida de Darth Xakan como le fue posible. Enfurecido pues era consciente de lo que sucedía, golpeó con una fiereza singular el suelo, provocando una onda expansiva que alcanzó a los hechiceros que se encontraban situados más lejos, provocando graves heridas y profundas conmociones.
Finalmente, se escucharon un centenar de crujidos al mismo tiempo. Y un alarido de dolor procedente de la garganta del titán recorrió todo el planeta. La técnica del Lord Dark Sith había sido llevada a cabo con éxito: Los puntos de Ruptura. Había hecho añicos las rodillas de la divinidad apocalíptica invocada. Rápidamente se precipitó sobre el suelo, cayendo de bruces pues de cintura hacia abajo se hallaba enterrado, gracias al control sobre la Tierra que habían ejercido los Kro Var.
Noqueado y sin posibilidad de alzarse nuevamente contra sus enemigos, el dios inmortal procedente de otra dimensión, golpeaba el suelo incesantemente en su desesperado intento de huida. Darth Xakan se encontraba exhausto tras la compleja técnica que había realizado, pero supo recobrar energías rápidamente. Caminó a paso lento dirigiéndose al titán. Numerosas piedras y rocas pasaban por sus lados, arrojadas por el titán, amenazando con barrer su cuerpo con una simple acometida.
Llegó hasta la cabeza de un tamaño descomunal, y se detuvo justamente frente a unos ojos vidriosos que lo miraban fijamente. Aquella criatura, una divinidad del apocalipsis que no había conocido otra cosa que la muerte y la guerra, ahora observaba al que sin duda sería su verdugo. La lástima, tras una barrera de aparente fortaleza, asomaba por los ojos del titán. Pedía clemencia en silencio, sabía cual iba a ser su destino, y tras haber sido siempre una criatura imparable, ahora estaba sometido consciente de
su perdición.
No hubo contemplaciones, no hubo piedad. Lord Xakan alzó las manos en dirección a su cuerpo. Concentró por vez última todas sus energías, y las enfocó directamente hacia la cabeza del titán. Lentamente, su respiración fue disminuyendo, sus ojos cerrándose. La vida se le estaba escapando en cuestión de segundas. La escarcha fue formándose en sus párpados cerrados y extendiéndose hasta sus mejillas. Sus brazos cayeron rápidamente al suelo y dejaron de golpear la yerma tierra. Su respiración se detuvo.
Había expirado su último aliento, su cuerpo inerte yacía en el suelo. Sus latidos se congelaron y su cerebro comenzó a descomponerse a gran velocidad. No pertenecía a esta dimensión, y por alguna razón su descomposición se aceleró. De repente, un fogonazo de luz iluminó el cuerpo del Titán, hasta que éste hubo desaparecido. El Lord supuso que una vez muerto, los Knell podrían devolverlo a la dimensión de la que procedía. Más tarde todos se reunieron de nuevo.
- Así pues, ¿habéis recapacitado acerca de vuestros objetivos? -Inquirió Darth Xakan una vez todos se hubieron reunido en torno a las ruinas de la caverna.
- Sí, Lord Xakan. -Contestó un Hechicero de Rhand, junto al líder de los Profetas de la Fuerza, heredero directo de Darth Millenial-. Estaremos al servicio de la Orden de los Dark Sith, sin duda la unión será fructífera.
El Renacer
La conversación terminó ahí. Darth Xakan, el Lord de los Dark Sith, volvió a Drongar únicamente acompañado de seis soldados imperiales. Las hermanas de la noche volvieron a Dathomir, donde enterraron al centenar de guerreros Zabrack, dándoles santa sepultura. Los poderosos Moldeadores volvieron a Kro Var, contando las aventuras que habían vivido. Y los Profetas, Hechiceros de Rhand y de Knell, viajaron hasta Mustafar,a donde se ganaron la confianza y el apoyo de los Caballeros Oscuros.
Todo había salido según lo planeado, y algo le decía que sus hermanos, Lord Betmed, Lord Nocturnal y el Maestro habían completado con éxito sus respectivas misiones.
El alzamiento estaba teniendo lugar. Acontecería en breves... y cuando se produjera, sin duda el resultado sería esplendoroso. La hermandad de los dark sith conocerían un nuevo exponente en cuanto a expansión y poder. Años atrás diezmados en varias ocasiones.
Los Dark Sith habían resurgido definitivamente. Y esta vez, con un potencial sin precedentes.
FIN
Invitat- Invitado
Re: [Roleo de Drongar] La Expansión de la Oscuridad
Le doy la calificación de MUY BUENO, si mis compañeros tienen algún problema pueden pasarse por aquí y dar sus propias calificaciones pues no le doy importancia a estas notas. El roleo ha sido estupendo y espléndido, verdaderamente es uno de los pocos que me han gustado y su narración ha tenido un buen nivel y considero este roleo bastante eficiente al no ser de obtención. La ortografía demuestra su buen concepto y claro, la historia como siempre las sabes hacer.
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Drongar] La Expansión de la Oscuridad
Increíble solamente, ha sido larguísimo y entretenido.
JAJAJA
moriréis entre terribles sufrimientos.
JAJAJA
Invitado- Invitado
Re: [Roleo de Drongar] La Expansión de la Oscuridad
Nocturnal escribió:Le doy la calificación de MUY BUENO, si mis compañeros tienen algún problema pueden pasarse por aquí y dar sus propias calificaciones pues no le doy importancia a estas notas. El roleo ha sido estupendo y espléndido, verdaderamente es uno de los pocos que me han gustado y su narración ha tenido un buen nivel y considero este roleo bastante eficiente al no ser de obtención. La ortografía demuestra su buen concepto y claro, la historia como siempre las sabes hacer.
Muy bueno es muy poco para la cadena de roleos intrigantes que han hecho e_e
Felicitaciones a Drongar.
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