[HISTORIA] Guardianes de la Paz

La luz del día empezaba a asomar por las grandes ventanas del Templo Jedi de Coruscant y poco a poco se iluminaban los interiores. Yo, recientemente ascendido a Comandante, caminaba por los grandes pasillos del Templo cuando un pequeño haz de luz incidió en mi cara. Yo me acerqué a la ventana tapándome la cara con mi mano derecha y pude presenciar la belleza a la que tan poco tiempo le había dedicado a ver.



Aquellas vistas eran magníficas y muy bonitas. Se apreciaba a lo lejos las personas caminando tranquilas y sin miedo alguno; todas con un objetivo en mente y dispuesto a conseguir todo aquello que propongan y con un pensamiento diferente. Es gratificante saber que yo, como Jedi, velaba por su seguridad día y noche.
Giré la cabeza y aparté mi vista perdida al exterior.  Estuve caminando un largo tiempo, tranquilo, sin ninguna preocupación y observando a todos los que pasaban a mis lados. Mi nuevo uniforme me daba cierto “prestigio” dentro del Templo, por lo que muchos me saludaban e incluso algunos me hacían preguntas, algo que con mi antiguo cargo, era muy extraño.
Llegué a una sala, en la cual me agradaba estar. En dicha sala había muchas esculturas de Grandes Jedi. Debajo de cada escultura, en una especie de chapa bañada en oro, se podía leer alguna cita célebre de aquella persona. Me fijé en una escultura nueva, cuya frase me llamó la atención.
«Paciencia, joven. Te preocupa que si alguien muere a manos de tu espada láser, tú serás tan culpable de su muerte como quien aseste el golpe. Una preocupación muy válida. Y que tú misma debes resolver.»
―Tera Sinube
Me quedé pensativo ante aquella frase. Cavilando clavando los ojos en su escultura y en aquella frase, la cual me hizo pensar bastante. En mi etapa de Padawan, mi Maestro me enseñó algunas cosas acerca de Tera Sinube. Sirvió a la República Galáctica durante las Guerras Clon y fue un Guardián de la Paz muy importante entonces.
Un poco más lejos, pude apreciar una escultura muy conocida, junto con una de sus muchas frases célebres, la cual yo conocía bastante bien.
«Si algo ocurre una vez, no te preocupes. Si ocurre dos veces, es una coincidencia, si ocurre una tercera, comienza a sospechar.»
―Selkris
Se trataba de mi antiguo Maestro. Una gran persona a la que aprecio bastante y la que tanto ha confiado en mí cuando ya nadie lo hacía. Aquella frase me la dijo en mi primera semana bajo su entrenamiento y se había quedado grabada en su memoria desde entonces.

Volvimos al Departamento de Seguridad cansados y llenos de preguntas. El ataque sufrido no fue muy difícil ganarlo, pero enseguida supimos que volverían más al no recibir nuevas noticias de ambos Sith  y posiblemente desencadenaríamos una batalla.
Al llegar, Ketter no estaba. Preguntamos a uno de los investigadores en el caso y nos dijo que había ido a investigar el escondite del que le habíamos hablado, donde había entrado Cad Bane.