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[ROLEO + OBTENCIÓN] General Grievous.

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Mensaje por Defiance Dom Feb 10, 2013 12:25 pm

[ROLEO + OBTENCIÓN] General Grievous. Grievous

General Grievous


Ninguno supo jamás quién o qué fue antes Grievous. Sólo se le conoció cuando... se convirtió en esa criatura. En ese ser que era más cyborg que ser vivo. Le robaron los sentimientos. Si Grievous recordase a su querida Ronderu... le desterraron en la mentira impidiéndole ver más allá de las historias falsas que el conde Dooku le contaba. Aquella cosa de cuatro brazos, tan destructiva, podría haber hecho grandes cosas pero rebajó su milagro de creación a los clandestinos planes de un loco. Sólo fue hombre peón. Objeto de uso y carne de cañón.


Musnus realizaba su vigilancia rutinaria por la base de Dxun. Llevaba un par de meses allí, con sus compañeros los mandalorianos y hasta el momento apenas había tenido oportunidad de demostrar sus habilidades fuera de lo que es el entorno de entrenamiento. Y lo cierto es que estaba deseoso de hacerlo.
Se adentró de nuevo en la base una vez finalizada su guardia, y se dirigió hacia su habitación. Pero allí había algo que no estaba igual que siempre. El mandaloriano nunca cambiaba las cosas de lugar. Únicamente de vez en cuando se retiraba la armadura, y cambiaba sus armas, pero después dejaba todo exactamente igual... pero esta vez, había cosas que no estaban del mismo modo que él las dejó. Empezó a buscar y buscar, y bajo un montón de viejas ropas inutilizadas encontró un paquete. Lo tomó con sus manos, y elevándolo, éste se abrió inmediatamente dejando ver un planeta en proyección holográfica; Utapau.

No había mensajes. No había nada más que la imagen de aquel planeta. Estaba claro que allí encontraría esa acción que rompiese la rutina diaria. Quizá ese fue su error. El hecho de ir sólo en busca de acción y no tomar algunas precauciones básicas que hay que tomar siempre... y más un hombre importante como él. Tomó su nave con las pertenencias necesarias, y también algo de comida. Apenas unas horas después, Musnus ya estaba en la atmósfera de Utapau, sobrevolando aquel paisaje erosionado. Encontró un buen lugar para aterrizar, así que se dirigió hacia allí, pero empezaron los problemas. El ala derecha de la nave explotó de repente, haciendo a ésta desequilibrarse. Agarró como pudo los mandos, tratando de igualar el peso de la nave y de realizar un aterrizaje de emergencia, pero los problemas aumentaron. El ala izquierda también explotó. Estaba claro que el que hubiese hecho eso no quería que el mandaloriano llegase entero a Utapau. La nave, a gran altura cayó en picado, así que Musnus intentó salir de ella... pero ya era demasiado tarde. Miró por una ventanilla y se percató de que estaba a apenas unos metros del suelo. El artefacto impactó de lleno contra el terreno desértico de Utapau, quedando destrozado, siniestrado y absolutamente impedido para, si quiera, ser arrancado. El cuerpo del Mandaloriano quedó inmovilizado entre escombros de nave incendiados. Aunque estaba consciente, apenas podía ver nada. Su vista estaba completamente emborronada, y lo único de lo que pudo darse cuenta antes de despertarse de nuevo fue de que algo o alguien estaba moviendo los escombros de su nave.

Frío y dolor fue lo que llegó a sentir antes de volver a abrir los ojos atado a esa camilla. Ante él había un hombre con una cicatriz en el lado derecho de la cara. Sus ojos rojos estaban clavados en los de él, y su pelo canoso caído hacia atrás se mezclaba con la negra túnica que cubría todo su cuerpo.



-¡¿Quién eres?!-gritó con fuerza Musnus, tratando de liberarse de sus ataduras-

-Mi nombre es Narsek, y tranquilo... no voy a hacerte daño. Es más, te he salvado la vida... deberías de calmarte.

Hizo fuerza con el tronco contra esas cadenas, y al hacerlo se dio cuenta de algo: su pecho pesaba más de lo normal. Una placa se había adherido a éste, al igual que una máscara cubría toda su boca, aferrándose a la parte de atrás.

-¿Qué me has hecho?

-Te he colocado ese respirador y esa placa en el pecho porque realmente... lo tenías muy destrozado. Si llegas a permanecer ahí unos minutos más posiblemente ahora mismo serías carne de gusanos.


El hombre pulsó un botón de un panel, y las cadenas que aferraban a Musnus a la camilla desaparecieron, enroscándose debajo de ésta. Levantó la cabeza como pudo, notando dolor en todos y cada uno de los huesos de su cuerpo, y su nuevo aspecto fue visible para él, al verse reflejado en una placa de la mesa de operaciones.

[ROLEO + OBTENCIÓN] General Grievous. Baneqld

Al verse, pasó sus manos por ese extraño respirador que le había implantado el hombre. Confuso, volvió su cabeza.

-¿Por qué me has salvado?

-Muerto tampoco me ibas a servir para nada. Quizás, vivo, podrías ayudarme.

-¿Ayudarte?

-Sé que eres Mandaloriano. Sé que eres habilidoso. Y también sé que podrías ser un buen mercenario.

-No puedo ser un merecenario. Yo ya tengo mi lugar en Dxun...

-Bah... Dxun. No vale de nada rendir tanto culto a una academia, ni a una raza. Tú, eres un hombre que no necesita apoyos, ni entidades que vayan antes que su nombre. Estás cansado de tu vida. Tu monótona vida... pero la galaxia puede ofrecerte muchos más placeres que el de pasarte entrenando 7 horas diarias. Piénsalo.

Musnus agachó la cabeza lentamente, dubitativo. El hombre prosiguió hablando.

-Yo también soy un hombre poderoso, pero necesito alguien que realice una serie de trabajos por mí. Tú y yo, podríamos unirnos.

Musnus aceptó aquella oferta. Lo que sea con tal de acabar con la rutina diaria que le condenaba. A ojos de otros, Musnus había muerto, así que tuvo que pasar a llamarse Saevin.
El ex-mandaloriano le pilló gusto a la vida de mercenario. Una vida mucho más relajada, donde tú, y únicamente tú eras tu propio jefe. Por largos meses, Saevin trabajó para este hombre, y llegó casi a olvidarse de su antigua vida. Como mandaloriano le habían intentado matar, pero está claro que ahora iba a matar al que lo intentó.
Saevin también se había dado cuenta de una cosa. Había perdido los escrúpulos en esta nueva vida. Antes solía ser justo, ahora no le importaba quién debiese morir. Si era inocente, lo mataba. Si era culpable, lo mataba. Quizá eso, muy en el fondo le dolía. A fin de cuentas estaba traicionando a sus principios, pero le movía más el morbo de asesinar. Incluso ese morbo le distraía la mente de pensar en el hombre que intentó matarle.
Pero no iba a ser para siempre.
Un día, Saevin, tras haber realizado un trabajo en Coruscant, llegó a Utapau de nuevo donde Narsek tenía su base instalada. Una base de la que el mercenario sabía poco. Apenas le permitía entrar a verla, sólo en lo más externo... pero tenía multitud de canales subterráneos.

-Narsek.

-¿Has realizado ya tu trabajo?

-Así es.

-Perfecto... pasado mañana tendrás tus dactarios. Cuando me traigas lo necesario para corroborar tu victoria.

-Ya no necesito dactarios. Sólo necesito que dejes que yo mismo realice un trabajo por mi cuenta.

-¿Qué trabajo, idiota? No estás preparado para pensar por ti mismo.

-Quiero asesinar al hombre que intentó asesinarme a mí.

Narsek se quedó callado. Vaciló un momento, y después continuó hablando.

-¿Para qué? Perderás el tiempo. Falló en su cometido, y estás vivo... más o menos.

-No importa que haya fallado. Quiero saber quién está detrás de todo esto.

Narsek se mostraba un tanto nervioso mientras que hablaba con su mercenario. Razones obvias: él había hecho explotar las alas de la nave de Saevin. ¿Por qué? Narsek era un Sith exiliado, y está claro que necesitaba a alguien que le ayudase. Alguien que, como Grievous, sirviese como marioneta en las ocasiones en las que fuese requerida la fuerza física.

-No te puedo permitir eso, Saevin.

-¿Por qué no? Te he servido bien durante todo este tiempo. He dejado que me conviertas en esta asquerosa máquina para tus trabajos... lo mínimo que deberías de hacer es permitirme ahora saldar una cuenta pendiente.

-Es una cuenta pendiente estúpida. Ahora, lárgate de aquí.

El mercenario se enfureció. No comprendía el por qué de esa actitud. Pero la iba a pagar. Al caer la noche, Saevin se adentró en la base, aprovechando que su dueño no estaba. Llegó ante la puerta que comunicaba a eso que tanto protegía Narsek. Colocó un pequeño explosivo que había usado anteriormente para destruir cámaras blindadas, y que el propio Narsek le había proporcionado. Al detonarlo, la puerta cedió cayendo hacia atrás, y dejando ver un gran salón a oscuras, apenas iluminado por un pequeño reflejo de luz exterior. Se adentró, llegando hasta un gran panel a escasos metros de la entrada. Movió una palanca hacia atrás, y unos grandes focos se encendieron. Saevin pudo ver varios contenedores de bacta, varias mesas con planos y algunas piezas mecánicas. Empezó a mirar por todos los lados, hasta que encontró algo que realmente le llamó la atención. Eran planos de su nave, y de la base de Dxun. Había puntos marcados en las alas... justamente donde detonaron los explosivos. Golpeó con fuerza la mesa, enfurecido. Una voz sonó detrás de él.

-La curiosidad mató al gato.

Antes de poder girarse, su cuerpo estaba sufriendo quemaduras provocadas por unos rayos de color azul, que le hacían tener convulsiones, hasta que finalmente cedieron y Saevin cayó al suelo, dolido.

-Me imaginé que vendrías aquí. Vas a la luz como la polilla.

-Tú... tú me has hecho todo ésto. Tú me has utilizado.

-Tal vez, Saevin. Pero te he proporcionado un poder que jamás te habrías imaginado que tendrías. Mírate, ahora eres más máquina que humano. Tus pulmones apenas funcionan. Después del accidente te quité gran parte de tus órganos. Manipulé tu cerebro, ¿y todo para qué? ¿para arrebatarte algo? No. Lo único que hice fue darte el placer de sentirte superior a los demás.

-Pero... tú, intentaste matarme. Podría haber muerto.

-Para nada, lo tenía todo planeado. Sabía perfectamente dónde caerías, por dónde vendrías... tu nave estaba completamente manipulada por mí.

Saevin comenzó a temblar de la ira que sentía.

-Pero me has convertido en un cyborg. Me has convertido en... un trozo metálico.

-Bueno, antes eras un trozo de carne. Te he hecho un favor. Ahora, déjate de estupideces y sal de aquí. Tengo que reparar el daño que has causado.

Saevin saltó contra Narsek, con el puño en alto. Le golpeó con fuerza el pecho, y éste cayó hacia atrás. De inmediato, el Sith deslizó un sable rojo, y el mercenario tomó su vibroespada de la funda. De nuevo, Narsek le lanzó unos rayos de la fuerza, pero con gran habilidad Saevin logró neutralizarlos con la vibroespada y desviarlos en otra dirección. Entraron en un combate cuerpo a cuerpo, en el que claramente, Saevin tenía todas las de ganar gracias a su condición física.

Tras varios minutos de intercambio de golpes, el mercenario logró golpear el pecho del Sith, empujándolo hacia atrás. Se puso en pie, con dificultad, y corrió hacia la pared más alejada de la entrada. Pulsó un pequeño botón, y la pared se abrió. Narsek echó a correr, y Saevin le siguió. La persecución se realizó por largos pasillos, bastante oscuros, hasta que finalmente, el perseguido llegó a donde quería. El mercenario, finalizando la carrera llegó hasta el salón donde Narsek se encontraba tirado en el suelo, junto a un panel. Dicho panel, estaba ligado a una base que sostenía un tanque de bacta. En su interior yacía un esqueleto mecánico de alguien que él conocía... el General Grievous.

Narsek sonrió. Saevin se quedó un momento paralizado, pero después entró rápidamente en la sala, pulsando unas placas móviles que había en el suelo. Al sentir el movimiento bajo sus pies, se quedó parado, y dos cañones salieron a gran velocidad de los extremos de la puerta, disparando contra el mercenario rayos de color amarillo. No cesaron hasta pasados casi 20 segundos, en los que Saevin trató de moverse, sin éxito. El Sith, una vez había descansado lo suficiente se puso en pie, desactivando los rayos... observando el cuerpo del mercenario caer al suelo ante él, otra vez.


-¿Sabes? Tenía pensado matarte... pero no. Te convertiré en un nuevo Grievous. Mejorado. Te convertiré en mi rata, en mi mascota. Eso será mucho más dulce que la muerte. El hecho de saber que mi esclavo un día trató de rebelarse contra mí. Pero que yo, Narsek, le transformé en una máquina carente de raciocinio.

Saevin no contestó. Estaba en el suelo, a gatas, respirando entrecortadamente por la elevada descarga que había recibido. El Sith elevó mediante la fuerza su cuerpo, y lo golpeó con fuerza contra el suelo. Saevin dejó caer su vibroespada lejos de su cuerpo. Narsek se acercó hacia él, y se agachó a su altura. Prendió su sable rojo y lo dirigió con la punta por delante hacia el pecho del mercenario.
Pero olvidó algo. El miedo a la muerte todavía existía dentro del cuerpo de aquel mitad cyborg, mitad humano... y eso movía más que cualquier otra motivación. Como pudo, agarró el mango del sable láser antes de que éste tocase su cuerpo, y comenzó el forcejeo.
Por un lado, Narsek tenía mucha menos fuerza que Saevin, pero por otro, el mercenario estaba mucho más cansado. Y eso empezaba a hacer mella en sus músculos. Soltó rápidamente el sable láser y se echó hacia un lado, dejando que Narsek lo clavase por la inercia en la placa sobre la que se apoyaba Saevin. Después, el mercenario golpeó el costado del Sith, y le agarró del cuello. Lo elevó con fuerza, y con su mano libre, lo agarró también de las piernas. Lo mantuvo en el aire un momento, y después dejó caer el cuerpo del Sith al suelo sobre su rodilla... y el sonido de los huesos rompiéndose fue estremecedor. Narsek gritó por el tremendo dolor, y soltó su sable láser. Saevin lo tomó lentamente del suelo, y se lo clavó en el pecho a su adversario. Soltándolo, y dejándolo caer al suelo, se giró hacia el ciber-esqueleto de Grievous.


Saevin sonrió para sus adentros.


Quizá nunca recuperase su verdadero cuerpo. Su cuerpo humano... pero tenía claro que su cuerpo mecánico lo iba a potenciar al máximo.

Obtengo: ciber-esqueleto de Grievous. El exoesqueleto ya está obtenido, pero Grievous tenía varios esqueletos internos por si uno era dañado.
Defiance
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Mensaje por Aleema Dom Feb 10, 2013 1:24 pm

El roleo es realmente bueno, me gusta criticar.. (no enserio?!?!!?!?!?) Pero en este no lo voy a hacer por que me ha gustado. Felicidades CHURRI
Aleema
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Mensaje por Invitado Dom Feb 10, 2013 2:26 pm

Deberías ponerle algo como: Exoesqueleto alterno de Grievous o Exoesqueleto provisional, a tu imaginación.

Procedo a votación ya que a pesar de ser una armadura secundaria sigue siendo de un personaje con cierta relevancia en SW. Procedo a votación y mi voto es válido.

Saludos y felicidades.

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Mensaje por Tyrone Tainted Dom Feb 10, 2013 9:03 pm

Muy bueno, este personaje había quedado "olvidado".
Voto válido
Tyrone Tainted
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Mensaje por Tragew Dom Feb 10, 2013 9:13 pm

Voto válido--->Obtención Válida.

Utiliza este esqueleto y será muy wapo jaja. Cierro tema. Pidele a un add que actualice ficha.
Tragew
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