La Muerte de Netter Jamaane
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Netter Jamaane
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La Muerte de Netter Jamaane
Bueno, aunque el roleo ya fue publicado en su evento correspondiente, tenía la ilusión de colocarlo aquí, junto al resto de roleos.
Había puesto música de fondo pero supongo que a algunos les resultará molesto así que lo pongo como opcional:
El barro se pegaba a los pies de Netter cada vez que levantaba un pie del suelo, retrasando su avance y haciendo que sus piernas, ya cansadas, casi le quemaran por el esfuerzo. Era como si el mismo suelo intentara arrancarle los pies e impedir su camino. Además de espeso, el barro estaba muy resbaladizo, y cedía bajo el peso de su cuerpo en los peores momentos , justo cuando su equilibrio era más precario.
Así, poco a poco, Netter atravesó el gran bosque de Yuuzhan’tar y se adentró en los terrenos prohibidos. Era noche cerrada y tan sólo podía escucharse el ruido de algunos animales entre la maleza. Cuando hubo entrado en el claro de un pequeño valle, Netter sintió la necesidad de recostarse sobre el suelo. Sus piernas, ya cansadas, tardaron en reaccionar pero finalmente situaron su rostro hacia el oscuro cielo. Jadeando por el cansancio, Netter limpió el sudor de su frente y orientó su mirada hacia la nada. Un cúmulo de nubes se alejaba por el horizonte y un gran número de estrellas se visualizaban entre la penumbra.
En esta postura, una sensación de nostalgia inundó su cuerpo. Allí estaba, desplomado sobre el frio suelo de Yuuzhan’tar, inmerso en uno de los lugares más protegidos y vírgenes del planeta. Netter tenía más de 100 años y sabía que esa misma noche iba a morir. Desde hacia algún tiempo había notado que le costaba respirar y una vez, meditando consigo mismo, había intuido que su final estaba cerca.
"Quizás los Yuuzhan Vong tenemos un instinto especial, que nos permite estudiar el funcionamiento de todo lo orgánico, incluyendo el cuerpo de uno mismo" había reflexionado Netter.
Una densa nube de polvo gris inundaba el aire, como si de una cortina de humo se tratase. En realidad eran pequeñas partículas de una espora venenosa que rellenaba todos los terrenos prohibidos de Yuuzhan’tar. La espora constituía un sistema de defensa para cualquier ser vivo que tuviera la insensatez de cruzar la línea prohibida. Por suerte la espora había sido diseñada por el propio Netter Jamaane y sólo él era inmune a la misma. Incluso un Yuuzhan vong de alto rango moriría al inhalarla. La espora entraba en los pulmones y destrozaba las células que circulaban sobre el torrente sanguíneo impidiendo el intercambio de gases entre células, produciendo así la consecuente muerte del individuo.
Una leve sonrisa iluminó su rostro. Había pasado mucho tiempo, incluso décadas desde que se había convertido en Sumo Señor de los Yuuzhan Vong. Mientras su alma irradiaba vitalidad, su cuerpo le pesaba cada vez más. Sus guerreros le habían pedido que dejara de combatir, pues no había que tentar a la suerte y arriesgarse a una muerte en combate. Él sabía que no aguantaría el ritmo de una batalla sin desplomarse. Sin embargo, durante los últimos años, no había renunciado a la verdad, la victoria y la gloria. Había continuado luchando contra sus enemigos, buscando ensalzar su raza por encima de todas las cosas.
- Llegó la hora - Gruñó mientras se erguía.
Entonces Netter elevó la cabeza y olisqueó el húmedo aire. Luego avanzó unos metros hasta un pequeño arrollo de color rojizo que, de forma sinuosa, recorría todo el valle hasta perderse en una enorme montaña de roca caliza.
- Por suerte – murmuró - No he perdido el tiempo.
Al mismo tiempo que pronunciaba estas palabras sus manos se elevaron, como queriendo abrir su cuerpo a una esencia externa. En ese mismo instante, un enorme sonido inundó el valle. Fue como el sonido de un objeto al resquebrajarse y de la madera al astillarse. Entonces, la enorme montaña de roca caliza comenzó a temblar y a romperse sobre sí misma. El fuerte sonido que producía su temblor se extendió por todo el valle y fue incrementándose conforme pasaba el tiempo. La roca generaba un temblor de tal magnitud que pudo sentirse a millones de kilómetros de distancia, donde yacían algunos miembros del ejercito Yuuzhan Vong.
Cuando el sonido parecía no acabar nunca y el temblor simulaba un peligro inminente… todo se apagó.
El sonido dejó de escucharse y el temblor de sentirse. Incluso la espora venenosa había desaparecido del ambiente. Era como si el corazón del propio planeta hubiese dejado de latir para fijar su atención en algo más importante.
Netter bajó sus brazos. Observó que una enorme grieta se había abierto entre la roca caliza, dejando un estrecho pasillo en su interior. Cruzándolo con sumo cuidado, entró en un extraño templo que ya conocía. Estaba construido con piedra y no era extremadamente grande. Una plataforma horizontal estaba sujetada por unos delgados pilares, creando un diseño espectacular. Un fuerte calor podía sentirse en todo el habitáculo: el suelo estaba lleno de una lava que parecía emerger de algún sitio aún más profundo y siniestro que aquel lugar.
Conforme Netter se apoyaba sus pies en el suelo la lava se solidificaba, pero volvía a ser liquida cuando sus pies se alejaban. Tras unos segundos llegó hasta el fondo del templo y observó una diminuta cascada que caía desde el techo y se evaporaba antes de llegar a contactar con la lava del suelo. Justo en medio de la cascada se encontraba una lápida del tamaño del torso de un hombre.
Netter acarició la lápida y le dio la vuelta. En ella había algo escrito y él pareció emocionarse por su contenido.
- Durante toda mi vida, he diseñado un planeta que sirviera como tumba para mi cuerpo, mis pertenencias y mis memorias. Mi amado planeta Yuuzhan’tar… me ha visto nacer, crecer…y me verá morir.
Con sumo cuidado deslizó su dedo por la lápida, realizando sinuosas figuras. La lápida, al notar su contacto, fue deshaciéndose por zonas, quedando unas franjas más profundas que otras. Cuando hubo acabado, la lápida contenía algo más escrito.
- ¡Dioses! – gritó Netter – habéis permitido que viva mucho más tiempo que cualquiera de mis poderosos ancestros. Me habéis otorgado el poder que tanto anhelaba y habéis hecho de mi figura el mayor de los honores. Sin embargo… ¡NECESITO UNA COSA MÁS!
La lava del suelo comenzó a agitarse y un pequeño temblor hizo resquebrajarse a uno de los pilares del templo. Era como si los propios dioses hubieran respondido a sus palabras.
- Se que hoy voy a morir, lo sé... - Exclamó - por eso he de deciros que ¡MI ALMA NO DEBE REGRESAR CON LOS DIOSES!
La lava comenzó a salpicar hacia todas direcciones y un nuevo temblor, más intenso que el anterior, resonó por todo el templo. Fuera lo que fuera el temblor, no parecía una buena respuesta.
- Dioses… si de verdad estáis escuchándome – suspiró Netter – ¡MI ALMA QUIERE ENCADENARSE A ESTE PLANETA PARA SIEMPRE!
Rápidamente Netter alzó los brazos y tenso todo su cuerpo. Una fuerte energía atravesó su cuerpo desde la cabeza hasta los pies.
Entonces los dioses hablaron. Sus voces eran graves, profundas y decididas. Todas ellas se entremezclaban en un entramado dando lugar a una única voz. Cualquier humano que hubiera poseído un instrumento tan exquisito habría visto su nombre alabado y habría sido considerado un maestro de maestros. Su sonido erizaba la piel; sus palabras parecían bañar a Netter con unas cálidas olas que le acariciaban, le cautivaban y le esclavizaban.
- La vida de los mortales es para los mortales - dijo - ¿Por qué iríamos a dejar tu alma en el peor de los lugares?
Netter sintió miles de imágenes atravesando su mente: eran las imágenes de su vida….
Apareció una imagen de cómo se inició en el arte de la guerra, de su primera batalla, de sus combates con Raser, de la muerte de su gente, la creación del dominio Jamaane, el golpe de estado, su ascenso a Sumo Señor, su invasión, las veces que le traicionaron, su guerra contra ziost, sus victorias, sus derrotas, sus pesares, la creación de los IZAI…. Todas las imágenes pasaron en pocos segundos y se fueron difuminando de una en una.
El alma de Netter comenzó a evaporarse de su cuerpo, aparentemente en favor de los dioses. Pero, inexplicablemente, un ultimo murmullo salió de sus labios:
- Porque quiero observar el destino del universo con mis propios ojos
Al instante algunas partes del templo comenzaron a derrumbarse. Miles de grietas recorrieron el techo y las paredes, dibujando un entramado de delgadas lineas que habían atravesado la piedra. Algunos pilares comenzaron a inclinarse hacia delante. Todo el templo pareció resquebrajarse por una fuerza que succionaba hacia dentro.
Cuando la fuerza cesó uno de los muros se derrumbó. El cuerpo de Netter Jamaane cayó al suelo, inerte. Su alma, en algún lugar del planeta, a partir de ahora observaría el destino del universo.
Justo encima de su cuerpo se encontraba la lápida que había terminado de esculpir hacía ya escasos minutos. En ella estaba escrito:
Había puesto música de fondo pero supongo que a algunos les resultará molesto así que lo pongo como opcional:
- Spoiler:
LA MUERTE DE NETTER JAMAANE
El barro se pegaba a los pies de Netter cada vez que levantaba un pie del suelo, retrasando su avance y haciendo que sus piernas, ya cansadas, casi le quemaran por el esfuerzo. Era como si el mismo suelo intentara arrancarle los pies e impedir su camino. Además de espeso, el barro estaba muy resbaladizo, y cedía bajo el peso de su cuerpo en los peores momentos , justo cuando su equilibrio era más precario.
Así, poco a poco, Netter atravesó el gran bosque de Yuuzhan’tar y se adentró en los terrenos prohibidos. Era noche cerrada y tan sólo podía escucharse el ruido de algunos animales entre la maleza. Cuando hubo entrado en el claro de un pequeño valle, Netter sintió la necesidad de recostarse sobre el suelo. Sus piernas, ya cansadas, tardaron en reaccionar pero finalmente situaron su rostro hacia el oscuro cielo. Jadeando por el cansancio, Netter limpió el sudor de su frente y orientó su mirada hacia la nada. Un cúmulo de nubes se alejaba por el horizonte y un gran número de estrellas se visualizaban entre la penumbra.
En esta postura, una sensación de nostalgia inundó su cuerpo. Allí estaba, desplomado sobre el frio suelo de Yuuzhan’tar, inmerso en uno de los lugares más protegidos y vírgenes del planeta. Netter tenía más de 100 años y sabía que esa misma noche iba a morir. Desde hacia algún tiempo había notado que le costaba respirar y una vez, meditando consigo mismo, había intuido que su final estaba cerca.
"Quizás los Yuuzhan Vong tenemos un instinto especial, que nos permite estudiar el funcionamiento de todo lo orgánico, incluyendo el cuerpo de uno mismo" había reflexionado Netter.
Una densa nube de polvo gris inundaba el aire, como si de una cortina de humo se tratase. En realidad eran pequeñas partículas de una espora venenosa que rellenaba todos los terrenos prohibidos de Yuuzhan’tar. La espora constituía un sistema de defensa para cualquier ser vivo que tuviera la insensatez de cruzar la línea prohibida. Por suerte la espora había sido diseñada por el propio Netter Jamaane y sólo él era inmune a la misma. Incluso un Yuuzhan vong de alto rango moriría al inhalarla. La espora entraba en los pulmones y destrozaba las células que circulaban sobre el torrente sanguíneo impidiendo el intercambio de gases entre células, produciendo así la consecuente muerte del individuo.
Una leve sonrisa iluminó su rostro. Había pasado mucho tiempo, incluso décadas desde que se había convertido en Sumo Señor de los Yuuzhan Vong. Mientras su alma irradiaba vitalidad, su cuerpo le pesaba cada vez más. Sus guerreros le habían pedido que dejara de combatir, pues no había que tentar a la suerte y arriesgarse a una muerte en combate. Él sabía que no aguantaría el ritmo de una batalla sin desplomarse. Sin embargo, durante los últimos años, no había renunciado a la verdad, la victoria y la gloria. Había continuado luchando contra sus enemigos, buscando ensalzar su raza por encima de todas las cosas.
- Llegó la hora - Gruñó mientras se erguía.
Entonces Netter elevó la cabeza y olisqueó el húmedo aire. Luego avanzó unos metros hasta un pequeño arrollo de color rojizo que, de forma sinuosa, recorría todo el valle hasta perderse en una enorme montaña de roca caliza.
- Por suerte – murmuró - No he perdido el tiempo.
Al mismo tiempo que pronunciaba estas palabras sus manos se elevaron, como queriendo abrir su cuerpo a una esencia externa. En ese mismo instante, un enorme sonido inundó el valle. Fue como el sonido de un objeto al resquebrajarse y de la madera al astillarse. Entonces, la enorme montaña de roca caliza comenzó a temblar y a romperse sobre sí misma. El fuerte sonido que producía su temblor se extendió por todo el valle y fue incrementándose conforme pasaba el tiempo. La roca generaba un temblor de tal magnitud que pudo sentirse a millones de kilómetros de distancia, donde yacían algunos miembros del ejercito Yuuzhan Vong.
Cuando el sonido parecía no acabar nunca y el temblor simulaba un peligro inminente… todo se apagó.
El sonido dejó de escucharse y el temblor de sentirse. Incluso la espora venenosa había desaparecido del ambiente. Era como si el corazón del propio planeta hubiese dejado de latir para fijar su atención en algo más importante.
Netter bajó sus brazos. Observó que una enorme grieta se había abierto entre la roca caliza, dejando un estrecho pasillo en su interior. Cruzándolo con sumo cuidado, entró en un extraño templo que ya conocía. Estaba construido con piedra y no era extremadamente grande. Una plataforma horizontal estaba sujetada por unos delgados pilares, creando un diseño espectacular. Un fuerte calor podía sentirse en todo el habitáculo: el suelo estaba lleno de una lava que parecía emerger de algún sitio aún más profundo y siniestro que aquel lugar.
Conforme Netter se apoyaba sus pies en el suelo la lava se solidificaba, pero volvía a ser liquida cuando sus pies se alejaban. Tras unos segundos llegó hasta el fondo del templo y observó una diminuta cascada que caía desde el techo y se evaporaba antes de llegar a contactar con la lava del suelo. Justo en medio de la cascada se encontraba una lápida del tamaño del torso de un hombre.
Netter acarició la lápida y le dio la vuelta. En ella había algo escrito y él pareció emocionarse por su contenido.
- Durante toda mi vida, he diseñado un planeta que sirviera como tumba para mi cuerpo, mis pertenencias y mis memorias. Mi amado planeta Yuuzhan’tar… me ha visto nacer, crecer…y me verá morir.
Con sumo cuidado deslizó su dedo por la lápida, realizando sinuosas figuras. La lápida, al notar su contacto, fue deshaciéndose por zonas, quedando unas franjas más profundas que otras. Cuando hubo acabado, la lápida contenía algo más escrito.
- ¡Dioses! – gritó Netter – habéis permitido que viva mucho más tiempo que cualquiera de mis poderosos ancestros. Me habéis otorgado el poder que tanto anhelaba y habéis hecho de mi figura el mayor de los honores. Sin embargo… ¡NECESITO UNA COSA MÁS!
La lava del suelo comenzó a agitarse y un pequeño temblor hizo resquebrajarse a uno de los pilares del templo. Era como si los propios dioses hubieran respondido a sus palabras.
- Se que hoy voy a morir, lo sé... - Exclamó - por eso he de deciros que ¡MI ALMA NO DEBE REGRESAR CON LOS DIOSES!
La lava comenzó a salpicar hacia todas direcciones y un nuevo temblor, más intenso que el anterior, resonó por todo el templo. Fuera lo que fuera el temblor, no parecía una buena respuesta.
- Dioses… si de verdad estáis escuchándome – suspiró Netter – ¡MI ALMA QUIERE ENCADENARSE A ESTE PLANETA PARA SIEMPRE!
Rápidamente Netter alzó los brazos y tenso todo su cuerpo. Una fuerte energía atravesó su cuerpo desde la cabeza hasta los pies.
Entonces los dioses hablaron. Sus voces eran graves, profundas y decididas. Todas ellas se entremezclaban en un entramado dando lugar a una única voz. Cualquier humano que hubiera poseído un instrumento tan exquisito habría visto su nombre alabado y habría sido considerado un maestro de maestros. Su sonido erizaba la piel; sus palabras parecían bañar a Netter con unas cálidas olas que le acariciaban, le cautivaban y le esclavizaban.
- La vida de los mortales es para los mortales - dijo - ¿Por qué iríamos a dejar tu alma en el peor de los lugares?
Netter sintió miles de imágenes atravesando su mente: eran las imágenes de su vida….
Apareció una imagen de cómo se inició en el arte de la guerra, de su primera batalla, de sus combates con Raser, de la muerte de su gente, la creación del dominio Jamaane, el golpe de estado, su ascenso a Sumo Señor, su invasión, las veces que le traicionaron, su guerra contra ziost, sus victorias, sus derrotas, sus pesares, la creación de los IZAI…. Todas las imágenes pasaron en pocos segundos y se fueron difuminando de una en una.
El alma de Netter comenzó a evaporarse de su cuerpo, aparentemente en favor de los dioses. Pero, inexplicablemente, un ultimo murmullo salió de sus labios:
- Porque quiero observar el destino del universo con mis propios ojos
Al instante algunas partes del templo comenzaron a derrumbarse. Miles de grietas recorrieron el techo y las paredes, dibujando un entramado de delgadas lineas que habían atravesado la piedra. Algunos pilares comenzaron a inclinarse hacia delante. Todo el templo pareció resquebrajarse por una fuerza que succionaba hacia dentro.
Cuando la fuerza cesó uno de los muros se derrumbó. El cuerpo de Netter Jamaane cayó al suelo, inerte. Su alma, en algún lugar del planeta, a partir de ahora observaría el destino del universo.
Justo encima de su cuerpo se encontraba la lápida que había terminado de esculpir hacía ya escasos minutos. En ella estaba escrito:
Netter Jamaane (12 DCG – 30 DGLS)
Última edición por Netter Jamaane el Miér Ene 09, 2013 9:27 pm, editado 1 vez
Netter Jamaane- Mensajes : 1359
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Re: La Muerte de Netter Jamaane
Muy bueno, leyenda.
Por cierto, ¿cómo se llama la canción que se escucha?
Por cierto, ¿cómo se llama la canción que se escucha?
Defiance- Mensajes : 1817
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 27
Re: La Muerte de Netter Jamaane
La acabo de quitar y la he puesto como video.. para decidir ponerla o no. Ahí la tienes.
Netter Jamaane- Mensajes : 1359
Fecha de inscripción : 19/08/2011
Re: La Muerte de Netter Jamaane
Muy buen roleo, enserio.
Continua así.
Continua así.
Zayne.- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: La Muerte de Netter Jamaane
Gracias leyenda.
La verdad, a mí no me molestaba para nada xD. De hecho cuando se acabó reinicié a ver si empezaba a sonar otra vez.
La verdad, a mí no me molestaba para nada xD. De hecho cuando se acabó reinicié a ver si empezaba a sonar otra vez.
Defiance- Mensajes : 1817
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 27
Re: La Muerte de Netter Jamaane
Buen roleo Leyenda y casi me haces llorar
Evelio- Mensajes : 1533
Fecha de inscripción : 22/02/2012
Edad : 23
Localización : Caracas-Venezuela
Re: La Muerte de Netter Jamaane
buen roleo amigo c':
Seebak Kaponi- Mensajes : 208
Fecha de inscripción : 23/08/2011
Re: La Muerte de Netter Jamaane
Se salto la parte en donde llegamos los carroñeros a robarle las pertenencias :$$
wiliye- Mensajes : 3113
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Re: La Muerte de Netter Jamaane
no porque la lava de quemaba sus pertenencias :$$$
Evelio- Mensajes : 1533
Fecha de inscripción : 22/02/2012
Edad : 23
Localización : Caracas-Venezuela
Re: La Muerte de Netter Jamaane
Leyenda... No tengo palabras para decirte la referencia Yuuzhan Vong que has sido para mi.
Saix- Mensajes : 3966
Fecha de inscripción : 25/08/2011
Edad : 27
Localización : Undefined
Dragerion- Mensajes : 940
Fecha de inscripción : 18/08/2011
Localización : In your dream
Re: La Muerte de Netter Jamaane
Mis felicitaciones.. bastante bueno el roleo.
Sehil Ahad- Mensajes : 165
Fecha de inscripción : 12/11/2011
Re: La Muerte de Netter Jamaane
Obra de arte
Vrael Fett- Mensajes : 311
Fecha de inscripción : 20/08/2011
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